Sattva Los ojos como herramienta de estudio prismático, y en menor medida, las yemas de los dedos para percibir el acto y el dolo. Callado, te he mirado impávido mientras das pasos de un baile estoico. Es el frió berlinesco que acongoja, recorriendo líneas sensuales o pérdidas terminales corporales. ¡Gracias al infausto pensamiento que juzga tu movimiento en lo estático! Lo sé, querida, no es algo que amablemente sonroja. Es una violación hecha con palabras sin dueño. No me he perdido, te lo aseguro. Es algo más bien natural. Nacido de la frustración, yaciendo en mi agonía y dolor. Es como el fin de los dodos, prematuro, sin motivo ni justificación. Es esta paranoia, que cual inquilino diabólico, arranca de mi la poca confianza por la cual he sido merecedor de dicha. Ha germinado como una espiral patafísica con rumbo a la autocompasión… Inconcluso, tal vez…
Siempre me han gustado tus escritos, satíricos y desafiantes. Aunque sabes que me decanto más por la métrica... me gusta la musicalidad. Te comiste la r. Siempre usas buenas referencias, y vocabulario. Extrañaba leerte.