Taitō Santuario de Ueno Tōshō-gū [Santuario]

[Entrada]

Di un suspiro tras enviar el mensaje, buscando mi cuerpo así liberar algo de la tención que me cayó encima por los nervios. El mensaje no demoró en ser leído y respondido por Izayoi-senpai, provocando con su respuesta que alzara de inmediato la cabeza en busca de alguna señal de ella, aunque fue la melena bicolor lo que vi primero, saliéndose de lo previsto.

—Al parecer llegaron —musité con mi vista clavada en Shirai-kun, que venía acercándose.
—¿Qué cosa? —preguntó ella, al parecer había hablado demasiado bajo.
—Ah...— Pero antes de poder responderle algo, Shirai ya estuvo lo suficientemente cerca para que ella misma se percatara de su saludo—. Bu-buenas noches —repliqué el saludo agregando en mi caso una sonrisa a ojos cerrados, aunque el nerviosismo también estuviera presente en ella. Complicado era gestualizar con normalidad cuando tu corazón se te adelantaba un par de latidos. Mamá también saludo junto una inclinación de cabeza, seguida por Kazuki que se había mantenido en silencio observando tras ella el intercambio, terminando por ser algo más enérgico y risueño al ver que no había por qué ser precavido, eso logró aflojarme la tensión en una sonrisa más tranquila.

Y antes de que nos diera tiempo a intercambiar alguna palabra más Izayoi ya había llegado a escena, saludándonos con cordialidad.
—Buenas noches, Izayoi-senpai —respondí con una leve inclinación de cabeza, miré de reojo a Shirai, luego volví a mirar a Izayoi y terminé por centrar la vista en mis sandalias, aferrándome con fuerza al celular—... Sí... si es un gusto que nos hayamos podido juntar —pude hilar toda la frase con una sonrisa genuina.

—Buenas noches —saludó entonces mi madre con voz calma, mientras Kazuki veía sin ocultar su sorpresa la altura de Izayoi—. Bueno, cualquier problema o necesidad que surja me llamas, ¿entendido? Estaremos por acá o en el parque—. Me informó mientras me acomodaba un par de mechones que tal vez ni siquiera estaban desordenados.
—Y-ya —respondí intentando alejar mi cabeza de su mano, una suave risa fue lo que obtuve por respuesta.
—Nos vemos, niños—. Se despidió entonces con un gesto de mano y sonrisa—. Cuídense, vamos Kazuki, a comprarte una manzana caramelizada—. Los ojos del pequeño se iluminaron ante eso, despidiéndose con un veloz "adiós" y enorme sonrisa, para tomar luego la mano de mamá. Yo respondí con un gesto de mano y sonrisa suave, sin saber el cariño que me brotó en la cara en ese momento.

—¡Ah! Cierto—. Volteé entonces mi atención en mi compañero y senpai, un intercambio de miradas rápido para terminar con la sonrisa tímida— ¿Hay... algún puesto que les interese en especial?

 

[Puesto #1]

No había que ser un genio para notar que no era el único que estaba hecho un completo desastre allí. Si algo compartía con Watanabe era esa timidez, ese nerviosismo inherente en nosotros, si bien con el tiempo lográbamos contenerla, al menos, lo suficiente como para tener una conversación estándar. Imaginaba que el hecho de estar con su familia ayudaba a brindarle cierta confianza, como solía sucederme cuando Shawn andaba cerca.

Sakuya se nos unió al poco tiempo y le dirigí un saludo escueto, que podía pecar de seco si no se me conocía lo suficiente. No era que no me interesase el mundo que me rodeaba, más bien aún seguía sin saber cómo adaptarme a él en su totalidad. Giraba y se revolvía a velocidades abrumadoras, y yo hacía lo que podía por seguirle el ritmo.

Introversión e indiferencia podían difuminarse demasiado bien entre sí.

—Pasen una buena noche —deseé cuando la mujer nos despidió, colocándole el cabello a su hija con cariño. El gesto me pareció tierno y me di cuenta tarde de que me había quedado mirando, quizás, más tiempo del que debería. Desvié la mirada hacia cualquier lado—. No... sé muy bien qué clase de puestos habrá. La última vez que vine era muy pequeño —Me rasqué la nuca, un tanto avergonzado por revelar ese detalle—. Pero podemos empezar por allá hasta encontrar alguno que os guste.

Y con esa idea en mente el grupo se movilizó hacia el primer puesto, próximo a la entrada. Mientras caminábamos, sin embargo, mi mente no lograba silenciarse, tan tenso como estaba de por sí. ¿Había hecho bien en dar una sugerencia? Quizas Izayoi tenía otra idea en mente. ¿Y si se veía muy egoísta? No quería cagarla...

¡Deja de darle tantas vueltas, Yule!

 

Apenas y elevé las cejas tras la máscara, sintiendo el cómo la desprendía de mi rostro, provocando cosquillas en mi quijada por las tiras que se zafaron por la fuerza ejercida. El chasquido de su lengua y la queja me hizo entornar la mirada apenas. El tipo que lo estaba llamando se movió de puesto y no presté mucha atención tampoco a lo que le dijo, mostrándome risueño al notarlo ahora colocándose la máscara.

—Que buena memoria auditiva tienes, deberías regalármela~

Comenté en lo que le seguía el ritmo hasta el puesto al que se dirigía, denotando el par de mellizos, asintiendo ligeramente con la cabeza. La puntería... no creía que se me diese muy mal, pero quién sabe, para eso estaba el intentar.

—Y entonces... —murmuré pasando el brazo izquierdo por el hombro de Aaron, juntando la cien de mi cabeza con la suya—. ¿Qué tal va todo? ¿Ya te cuadraste a Katrina o algo?~ Ah, e inicia tu lanzando los dardos, aunque deberías quitarte la máscara, no es como si se pueda ver muy bien tras ella~

La sensación del kimono era de por sí extraña, no era algo que hubiese usado más que para el festival del año pasado, y en aquella ocasión estaba acompañada por Natsu, así que la sensación de calidez se mantenía en el centro de mi pecho, eran recuerdos que atesoraría por el resto de mi vida, en donde aún lograba diferenciar un par de colores por mis pupilas, facilitándome el imagina el ambiente por el ruido de los niños, el color de los caramelos por el aroma de los dulces. Los recuerdos en definitiva eran una bendición.

Al menos, en mi caso, en mi vida, en mi historia.

Giré apenas el rostro hacia la voz de la mujer y sentí mi piel cosquillear de emoción.

—¿De qué trata? —murmuré casi para mi hermano, ligeramente avergonzada.

—Creería que tiene que ver con agua —el tono ligero de sus voz fue casi una invitación a que fuese totalmente intuitiva, así que regresé mi mentón hacia la señora, con toda la seguridad del mundo.

—Queremos participar, por favor.

Mi hermano se alejó en lo que recibía una pelotita, y casi que me indicaban a donde pararme para lanzarla. No tenía idea en realidad de que se trataba de dunk-tank, así que no me esperaba que Sui se quitase la parte superior del kimono para no humedecerla en caso de caer.

—Bien... aquí voy —murmuré.

 

[Puesto #9]

Esta última semana estaba teniendo un fuerte pantallazo de muchas facetas de la cultura japonesa. Me causaba un poco de gracia que en ambos casos, la cuestión era a la noche, aunque seguramente ambas iban a ser totalmente distintas. A menos que no sé, los festivales tradicionales de aquí fueran exactamente iguales que las discos nocturnas. Uno nunca sabía hasta que punto llegaba la tradición en un lugar. Me encogí de hombros, tanto para sacarme esa idea pava de la cabeza como para acomodarme un poco la prenda que llevaba encima. Era muy raro tener un kimono puesto, la verdad. No es que fuera incómodo, la verdad. Pero sí raro. Nunca había usado batas en mi vida, así que era una sensación totalmente nueva para mí, algo bastante alejado a lo que solía usar.

Pero bueno, tampoco quería desentonar. No era un simple turista que había venido a vacacionar unas semanas. Estaba viviendo aquí, y uno tenía que poner un poco de su parte para ser un buen ciudadano, ¿no? Y supongo que ir con vestido tradicional formaba parte de ese deber. Mi madre nos había comprado atuendos a todos, y los tres nos habíamos dirigidos hacia el festival, en el santuario. Creo que nunca había visitado esta parte de la ciudad, y la verdad es que el espectáculo era impresionante. Todo se encontraba tan bellamente decorado, con las linternas y los distintos puestos formando un pasillo que se dirigía directamente hacia la escaleras del templo. Había un apacible ambiente a alegría y festejos, y también bastante gente. Creí reconocer a algunos de mis compañeros de clase, aunque no estaba muy seguro.

Y hablando de eso, saqué mi celular, a ver si Alethea me había enviado algún mensaje o algo. Había quedado con ella, para al fin tener esa caminata educacional de la que habíamos estado hablando antes. ¿Y qué mejor momento para hacerla que en un festival tradicional? Mira si no tenía ideas geniales. No tenía nada, así que supuse que o no había llegado todavía o estaba entretenida con algo más. Miré alrededor, pero no la vi a primera vista, así que solo me encogí de hombros. Me despedí de mis padres, con la condición de volverlos a encontrar para los fuegos artificiales del final, y comencé a recorrer el festival por mi cuenta. Suponía que había muchas cosas por ver, y seguramente algunos juegos para pasar el rato.

Antes de que todas las luces y sonidos terminaran por robarme completamente la atención, volví a sacar el móvil y le envié un mensaje a la chica. Me puse a contar los puestos, y le dije que estaba en el quinto, por si luego quería venir. Tan solo esperaba haber contado bien, y no que fueran en otro orden, o salteado, o lo que fuera. Pensándolo mejor, le envié otro más, en donde aclaraba que era el quinto de la izquierda. Y luego otro, diciendo que era de la izquierda si uno entraba al festival por, bueno, la entrada. La directamente al frente del templo. Eso.

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Amane holu, acá ta. Sorry por la tardanza, un finde complicado (?

Belu, te wa hace trabaja, habilitame el 9, dale

Outfit del chango. El gato es una mousquerramienta misteriosa que nos ayudará más tarde.

 

[ Puesto #3 ]

—Quiero creer que no hay muchos extranjeros que quieran invadir el espacio personal de un japonés desconocido....—Habló en voz baja, aunque eso era lo que él había hecho desde el principio y se lo permitió sin problema —, y me acostumbré un poco a tu acento...

A fin de cuentas lo escuchaba, de todo lo que quisiera hablarle y explicarle, lo hacia tener algo más facilidad al hablarle. Mordió su labio inferior aprovechando que realmente no podía verlo, si realmente él tenía esa capacidad de actuar como si no se hubiera ido de repente, lo envidiaba.

Se sorprendió un poco cuando de pronto sintió su tacto, mirándolo de reojo hasta donde la máscara le permitía por unos segundos antes de suspirar y relajarse, lo envidiaba pero al mismo tiempo agradecía que pudiera crear ese pequeño ambiente como si nada hubiera pasado.

—Katrina solo es mi amiga, no entiendo mucho algunas acciones que hace pero es solo eso —De la primera pregunta prefería no responder a decirle alguna clase de mentira sobre como sentía todo esos días—. Tomaré el riesgo con la máscara.

Tomó el primer dardo lo lanzó, no esperaba tener la mejor puntería del mundo pero esperaba que no fuera tan malo.

—...¿Cómo te ha ido a ti...luego de irte?

 

[Puesto #3]

Hasta donde me había marchado algunas de sus acciones habían sido por demás obvias, aunque en realidad dudaba que llegase a lograr un vínculo con Aaron más allá de algún tipo de amistad, por lo que no me clavé en el tema, relajando la sonrisa en algo de sorna mientras le entregaban los dardos a Yume. También me di cuenta el que había esquivado mi pregunta, y a decir verdad varias veces me cuestionaba si lo había dejado solo, porque solo erámos nosotros dos, en ese par de semanas, de arriba para abajo solo manteníamos los dos solos, la mayor parte del tiempo.

—Tienes muy buena puntería —murmuré ligeramente sorprendido, jugando con el dardo entre los dedos, posando el ámbar de mis ojos en el objetivo—. Mi padre se relajó, así que ya no me la tiene montada por Pierce —lancé entonces, no es como si hubiese dejado de pensar en ella tampoco, le tenía un cariño y eso no se disolvería jamás.

Sasha había sido algo representativo en mi vida, y la consideraba una buena chica.

—Actualmente estoy saliendo con alguien en mi país natal, no es nada serio, la verdad no suelo tener nunca nada serio —confesé risueño, regresándome a él—. Y ya que estamos, ¿me has extrañado al menos?~

 

[ Puesto #3 ]

Asintió con tranquilidad ante el comentario viendo que realmente no había sido tan malo su primer tiro teniendo en cuenta todo lo que pasaba por su cabeza en ese momento y lo escuchó con cierta sorpresa que lo hizo abrir sus ojos un poco más por lo mismo oculto por la máscara pero... si lo pensaba bien ni siquiera era algo de lo cuál pudiera sorprenderse recordando el carisma que le veía.

—Si no es algo serio...¿se puede considerar que salen juntos siquiera? —Preguntó tomando otro de los dardos para lanzarlo esperando mantener su suerte o mejorarla, luego tan solo tomó algo de aire y suspiró con fuerza, levantando ligeramente la máscara para hacerlo de una manera más cómoda, ¿lo preguntaba porque sentía que la respuesta era un no?.

—Sí, fue algo repentino y no es como si te hubiera podido preguntar algo —Bufó, recordaba que primero ni siquiera tuvo su número y luego se había quedado sin celular así que aunque Sasha le dio el número, no iba a ver respuestas —, pero me alegra que marche bien.

 

[Entrada]

—No, gracias —murmuré en respuesta a lo que me bajaba y acomodaba el kimono, sin mirarla en realidad.

No dejaría toda empapada a mi hermana, lo consideraba una pregunta hasta tonta con la condición de ella. Es decir, ¿qué de gracioso o divertido tendría eso? Me acerqué a Violet en lo que vibraba el móvil en mi bolsillo, sacándolo. Era mi madre, había encontrado al padre de Violet y nos estaban esperando con las manzanas en la entreda.

—Vamos —sentí el agarre suave de mi hermana al engancharse en mi brazo.

—¿Fallé el tiro por mucho?

—Por poco lo logras.

—Vaya, que mala suerte.

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Ahí queda este par por si a alguien le apetece, sino no pasa nada (?)

[Puesto #3]

Seguí de nueva cuenta su lanzamiento, el cual no había sido tan bueno como el primero, parecía que tenía algo de oportunidad aunque no estaba realmente interesado en ganar como tal, prefería charlar con él en realidad.

—Puede considerarse que nos estamos conociendo —comenté riendo ligeramente, volviendo a apropiarme del dardo para lanzarlo, relamiéndome los labios en lo que la sonrisa ligera se mantenía.

No es como si quisiera hablar de esa noche, pero intuía la confusión de Yume, el desaparecer repentinamente de una noche a otra, tomando un vuelo que en aquel momento me negué a subir, sin embargo la presión de mi padre por ello terminó superando cualquier tipo de duda.

—No quise marcharme —murmuré paseando las pupilas por los puestos de golosinas—, en realidad traté de encontrarte en instagram pero no lo conseguí —le mostré los dientes sacando el celular—, ¿tienes número o algo? Viajo mañana en la tarde, y quisiera seguir en contacto contigo, Aaron.

 

[ Puesto # 3 ]

—Hm, ya veo... —Eso le parecía algo más coherente en realidad con la forma en la que tenía de ver las cosas, aunque bueno, no es que fuera que en esos momentos la persona más coherente con sus acciones y la nueva forma en la que se estaba relacionando con las personas o ciertas personas —, ¿y en algún momento lo harías serio? ¿o por qué no te gusta?

No sabía que tan personal era eso, pero quería seguir con aquella charla casual, seguir con normalidad todo, de paso quizás entenderlo un poco más.

Se retiró aquella máscara y la dejó sobre el mostrador del puesto para que ya pudiera ver las expresiones que hacía, estaba claramente impresionado por toda aquella revelación de que no hubiera sido algo deseado, en su cabeza había sido lo más sencillo como simplemente desaparecer porque sí, sin querer contactar ni nada porque realmente no se debían nada.

—No tengo redes sociales...—Fue lo primero que pudo decir como para disculparse de que realmente no pudiera dar con él, pero luego simplemente buscó dentro del yukata su celular para dárselo y pudiera registrarse —, y lo siento...no pensé que fuera algo que no quisieras, incluso fui a tu casa y realmente no me dijeron nada que me hiciera pensar lo contrario.

 

[Puesto #3]

Miré el cielo por unos instantes, atendiendo a la pregunta que de cierta forma hizo chispa en mi cabeza. No me lo habían preguntado directamente, ni tampoco me había sentado a pensarlo cuidadosamente, seguramente porque no es como si tuviese una respuesta para ello, siendo que en parte mi padre era por demás... abusivo, psicólogica y fisícamente, es decir, la familia en un noviazgo tenía un punto fundamental, y exponer a alguien a ello, no me sonaba nada bien.

Y otras razones más, por supuesto.

—No lo sé —concluí para no darle vueltas al asunto, retomando el último dardo al dar ya por sentado que sería el último lanzamiento—. Me di cuenta cuando te busqué por todo lado —murmuré risueño hasta que sus últimas palabras me llegaron, entornando ligeramente la mirada—. Eso no lo sabía...

Según las empleadas, nadie había ido a preguntar por mi luego de marcharme.

Pestañeé con parsimonia en lo que recuperaba el semblante relajado, no quería que la noche se echase a perder por darme cuenta de las mentiras que mi familia forzaba a emplear al personal de la mansión.

—Venga Aaron, vamos a comer un caramelo, que hoy ya me he acabado los que traía~

¿Culo inquieto con necesidad de azúcar? Qué va~

 

[ Puesto # 3 ]

Soltó un corto "Hm" mientras asentía, entendiendo que lo mejor era no seguir picando ese tema y por la forma en la en cierta forma lo había evitado centrándose en otra cosa de forma momentánea, y en cuanto a que realmente no le avisaran que hubiera ido también fue...raro, como mínimo. Tener una necesidad de cortar todo y que no se enterara de nada le parecía bastante familiar y no era algo que le agradara mucho.

—Bueno, si ya te registraste en el celular se podría evitar que eso pase, de nuevo —Le sonrió con levedad señalándole nuevamente el celular que le había pasado, incluso si realmente no le quería preguntar de todo lo de ese día, se sentía algo menos culpable ahora que todavía quería mantener alguna clase de comunicación.

—¿Irnos? Pero...

Ni siquiera pudo frenarlo cuando los mismos hermanos del puesto hablaron, con justas razones en realidad para detenerlos. —Si quieres lanzamos rápido...pero dijiste que debería conseguir tickets, ¿no? Para el gato...

 

[Puesto #3]

Caí en cuenta nuevamente del celular, riendo entre dientes en lo que me agendaba en sus contactos, tomándome el tiempo hasta para hacerme una llamada y así asegurarme dE quedar bien guardado, entregándoselo para luego guardar su número en el mío, aprovechando la perdida que me había hecho.

—El cambio horario de Colombia a Japón es de catorce horas, ¿qué tan bueno eres ajustándote? Porque probablemente esté mensajeándote~

Estaba a punto de asentir olvidando que eran cinco turnos, a lo que los chicos me lo recordaron.

—Si, a ver cuántos sacamos de... —parpadeé notando en dónde había dado uno de sus dardos—. Buena puntería, parcero~

Sujeté ahora los míos para dejar mis últimos dos lanzamientos.

 

[ Puesto #12 ]

Como había esperado que pasara, apenas la Golden Week llegó y su casa fue prácticamente abandonada, ya era algo usual cuando su padre no estaba que se llevara a los empleados que siempre estaban en casa para que continuaran atendiéndolo con comodidad y a los que no consideraba "esenciales" para él les diera oportunidad de retirarse. La única diferencia era que normalmente le dejaban alguna que otra cosa preparada para que no tuviera muchas dificultades en su ausencia hasta unas horas antes de que su padre llegara a cenar y ahora, con las vacaciones simplemente estaba por su cuenta.

Y si bien, podía tener música para hacer sus actividades diarias o hacer lo que "quisiera", era algo extraño simplemente saber que simplemente nadie iba a llegar.

Para el momento de llegar al festival se arregló sin demasiado apuro, dirigiéndose al cuarto de su padre cuando terminó para tomar una de las llaves de repuesto que guardaba para poder abrir el portón de salida y cuando ya estuvo dentro de la estación para iniciar su camino al santuario, sacó su celular para informar al asistente de su padre sobre su pequeña salida.

Hey, ya voy de salida al Santuario,
tengo las llaves y dinero para regresar.

Recuerda regresar no tan tarde, ¿si?
Si acaso se entera tu padre yo se que decirle.
Diviértete.
​

Suspiró bloqueando su celular todo era un poco más cómodo si no tuvieran que organizar excusas en caso de que se enterara de alguna salía que hacía sin que fuera la persona que él esperaba, pero, había que adaptarse a las cosas que tenía. Por suerte no tardó mucho en llegar luego de ver el mensaje de Anna, a quien saludo con una sonrisa y movimiento de mano apenas la logró distinguir.

—Su majestad, espero no haberla dejado esperando muco~ —Hizo una pequeña reverencia formal para saludarla ya cuando estuvo frente a ella —, tienes un yukata muy lindo. ¿Cómo te han tratado las vacaciones? —Preguntó con curiosidad, iniciando a caminar hacia la escalinata.

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asi es el de dante (?