One-shot de Pokémon - San Valentín (Advanceshipping)

Universo alterno.

Durante la mañana soleada de Febrero, una joven había terminado de preparar lo que hacía con ayuda de su madre en la cocina, al acabar puso lo que había hecho adentro de la caja roja con forma de corazón, para así quedar satisfecha.

—Bien, ahora sí está todo listo. —Dijo la castaña al sellarla con un lazo de igual color.

—Sí, y hasta aquí te pude ayudar, el resto depende de ti hija, espero que tengas suerte —Le sonreía su mamá llamada Caroline.

—Gracias. —Dijo la adolescente de nombre May. —Entonces... ya me voy. —Habló tomando la caja e introduciéndola dentro de una bolsa para así irse de la cocina rumbo a la salida, atravesando antes la sala, bajo la atenta mirada de su padre que ahí se encontraba.

Ya estando afuera se dirigió a la casa de su amigo, no quedaba lejos así que llegó bastante rápido, tocó el timbre, y aguardó a ser atendida, cosa que sucedió al momento.

—Hola... ah, pero si eres tu May. —Dijo la señora de nombre Delia.

—Buenos días, ¿se encuentra Ash?

—Sí, un segundo que ya lo llamo.

Entonces la mamá del joven se adentró a la casa, dejando afuera a May, la cual se había puesto muy nerviosa en el momento, y luego aún más cuando lo vio salir.

—Hola May, ¿cómo has estado? —Dijo Ash, el cual había salido sonriendo a recibir a su amiga.

—Em... bien ¿y tu?

—Bien, gracias, ¿deseas pasar?

—No, pero gracias, esto... en realidad, solo vine a darte algo. —Desvió la mirada mientras levemente se sonrojaba.

—Y ¿qué es? —Preguntó con curiosidad.

Entonces... a pesar de su nerviosismo tomó algo de valentía e introdujo su mano en la bolsa.

—Ten, es para ti. —Dijo un poco inclinada y estirando sus brazos, mientras le ofrecía aquella caja que sujetaba con ambas manos.

A pesar de que la situación parecía algo extraña, el joven no llegó a rechazar su regalo, sino que lo tomó con naturalidad.

—Muchas gracias May. —Dijo sonriéndole, para así abrirla. —Es chocolate. —Mencionó tras ver su contenido.

—Sí... bueno, también hay algo más que quiero decirte. —Volvía a pararse de forma correcta. —Yo... yo...

—¿Tu...? —Le seguía la corriente el joven.

—Yo... no, no es nada, olvídalo. —Dijo poniéndose triste. —Ya me tengo que ir, así que nos vemos.

—¡Espera! —Dijo Ash con la intención de que ella se detuviera, pero no funcionó, entonces este optó por darse la media vuelta y entrar a su casa.

Ya adentro se juntó con su madre en la sala y le contó lo que recién había sucedido, desde la comodidad del sofá.

—Ya veo. —Dijo Delia tras comprenderlo todo.

—¿Qué crees que debería hacer? —Preguntó para así aguardar la solución ante el problema.

—Bueno, para empezar quiero que entiendas una cosa, May no te ha dado ese regalo por amistad, sino por la fecha de hoy.

Esas palabras habían confundido aún más al joven de cabellos azabache, el cual decidió ir a ver el calendario que se situaba en la pared del mismo lugar.

—Catorce de Febrero, no es mi cumpleaños, de eso estoy seguro. —Le respondió a la madre.

—No hijo, no lo es, pero sí que es el día de San Valentín. —Dichas palabras habían impactado al muchacho, no recordaba esa celebración ya que nunca fue un tema importante para él, pero sí que sabía de qué iba todo eso.

—Entonces... May... —Decía sonrojado.

—Así es, probablemente no se haya atrevido a decirte lo que siente, pero dime Ash, ¿qué piensas tu de ella sobre este tema?

—¿Yo? Bueno, no lo se, nunca había tenido esa clase de pensamientos por May, aunque, puede decirse que su compañía es la más agradable para mí.

—Te entiendo, siendo ese el caso, ¿por qué no tratas de darle una oportunidad? Quien sabe el sentimiento acabe siendo mutuo.

Entonces el joven se cruzó de brazos y cerrando sus ojos pensó por un breve momento en la situación que estaba viviendo, para enseguida abrirlos y tomar una decisión.

—Tienes razón mamá, creo que debería ir a hablar con ella.

—Pienso lo mismo, así que ve hijo mío.

—Sí, y gracias por esta charla. —Fue grato con ella para así salir de la casa en dirección a la de su amiga.

Mientras tanto, en la casa de May se encontraba ella y su madre en la habitación de la joven, ambas sentadas en la cama.

—Que pena hija, te vi salir de aquí tan contenta y determinada, que no creí que eso pasaría, aunque, si te soy sincera, lo que más me sorprende es la actitud de ese chico, pareciera como si él no supiera nada de lo que estaba pasando a su alrededor.

—Sí, esa fue otra cosa que me dificultó bastante. —Dijo la chica con la cabeza agachada y triste, hasta que una voz llama su atención.

—Permiso. —Llega entrando el niño de nombre Max. —Hermana, te buscan afuera, es tu amigo Ash.

—Bueno... ahí tienes otra oportunidad. —Le sonreía su madre, con la intención de mejorar su animo.

—Eso creo. —Dijo algo dudosa, para así abandonar el cuarto e ir hacia la salida.

Al llegar volvió a abrir la puerta que estaba cerrada para así estar de frente con él.

—Ash... —Le nombró ella con un poco de timidez encima.

—Hola May, yo... bueno, ¿podríamos salir a dar una vuelta? —Le ofrecía el joven, viendo que ese no era el mejor lugar para aclarar las cosas.

—Sí, está bien. —Le respondió positivamente la chica.

Durante la caminata ambos iban en silencio y evitando mirarse fijamente.

—''Me pregunto si se habrá dado cuenta de lo que le quise decir cuando estuve en su casa.''

—''Vaya, no creí que fuera tan complicado hablar con ella de este tema, y eso que hace mucho que nos conocemos''

Entonces ambos llegan a una cercana plaza, en la cual deciden sentarse en la misma banca.

—''Bueno, no creo que ella lo haga, así que debo hacerlo yo'' —Pensó el chico con la intención de tomar la iniciativa. —May, lo estuve pensando, y creo tener una idea de lo que querías decirme.

La chica seguía en silencio, con la mirada al suelo.

>>Pero antes, no quiero hacerme una idea equivocada de lo que te sucede, por eso... quisiera que tu me digas lo que te pasa conmigo.

Ante las palabras de su amigo, May pensó en que seguir callada ya no le serviría de nada, así que optó por reunir algo de confianza, y terminar con eso de una buena vez.

—No, no creo que estés mal. —Dijo creyendo en que Ash sabía por donde iba el tema a esas alturas. —Realmente quería decírtelo cuando fui a tu casa.

—¿Decirme qué May? —Preguntó en un suave tono, y sin adelantarse a los hechos.

—Pues, decirte que... ya lo sabes, que tu... me gustas mucho. —Confesó aún sin verlo de frente.

—Ya veo. —Fueron las sencillas palabras del joven Ash, dejando de verla, y poniéndose a pensar.

Un minuto de silencio hubo entre ellos, May no se atrevió a decir nada más mientras esperaba alguna reacción de él.

Ash por su parte pensó e hizo la mejor selección de palabras que pudo en el momento para así expresarlas de frente, viéndola, aunque ella aún no a él.

—May, se que suena impropio de mí el decirte estas cosas pero, creo... que tu también me gustas mucho, y quizás nunca me habría dado cuenta de no ser por ti y todo lo que haz hecho por mí hasta ahora. —Sonreía el joven por lo bien que se sentía al hablarle esto a ella.

La joven por su parte sintió una inmensa alegría en su interior, esa fue la causa y motivo de su siguiente pregunta.

—Ash... —Dijo la castaña sonrojada y sonriente, mientras que sus miradas finalmente coincidían.

—Dime, May. —Le contestó el chico con total paciencia.

—¿Tu... aceptas que seamos novios? —Preguntó sin más rodeos y temores.

—Claro, por qué no. —Fue su respuesta de aceptación para así ambos terminar unidos, en un grande y apasionado beso, entablando así su relación, justo en esa fecha, en el día de San Valentín.

Fin.