Sake con sentimiento [Jraiya/Tsunade]

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Escrito para el concurso bésame bajo el muérdago. xD ​

Fandom: Naruto​

Título: Sake con sentimiento.​

Summary: Jiraiya llega a la fiesta de Navidad de Sakura, y se dispone a hacer algo que siempre deseo hacer.​

Advertencias: Parece que no hay Ooc, pero igual lo advierto. ​

Tipo: One-shot.​

Género: Romance.​

Clasificación: T​

Palabras: 528 con titulo.​

Nota: Jámas he escrito de esta pareja, pero no pareció malo experimentar, y tampoco me parece una pareja que se dará alguna vez, simplemente es algo fugaz y con toques de agradecimiento.​

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Sake con sentimiento​

Jiraiya fijó sus ojos en los invitados de esa noche, Sakura Haruno era la anfitriona y atendía cuidadosamente a cada uno de sus allegados, sonrío con simpleza al ver a Naruto detrás de ella y recibiendo un golpe de parte de la subordinada de Tsunade, definitivamente esas dos mujeres eran bastante parecidas.

Siguió su observación y vio a la susodicha en una mesa, exactamente en la esquina del patio; una botella de sake y un solitario muérdago en la esquina era lo único que acompañaban a la Goidame, sabía que no se había dado cuenta de la presencia de la rama. Bebió por completo el liquido de su copa y sus mejillas adquirieron un tono rosado, seguidamente se acercó a ella, sentándose justo en frente. Tsunade levantó el rostro de su copa y al ver la acción del sannin, articuló:

—Ni siquiera lo pienses —negaba, entrecerrando sus ojos.

—Vamos Tsunade —decía Jiraya, sosteniendo el muérdago entre sus manos. Las mejillas de la Godaime se cubrieron de rosa, gracias al sake y a la rabia que sentía en ese momento. Jiraiya sonreía traviesamente, disfrutando el momento.

—¡Ni loca! Estoy borracha, no estúpida —musitó, mirándolo a los ojos. Aquello tenía que ser alguna jutsu de Orochimaru, observó con rencor la rama verde que reposaba en la mano de su amigo—, además ni siquiera estaba colgado —finalizó, buscando alguna excusa.

—Pero ambos estamos lo suficientemente ebrios como para pensar que estaba colgado —mencionó, tirando el muérdago al suelo. La ninja sonrió, viendo en los ojos de su ex compañero a aquel muchachillo de dieciocho años que se le había declarado y algo en su interior se removió, quizás algún sentimiento típico de la navidad que sinceramente pocas veces llegó a sentir.

—Te romperé los huesos —amenazó con un semblante sereno. Jiraiya suspiró largamente, bebió directamente de la botella de sake y fijó sus ojos en los de ella.

—Ya tengo experiencia —dijo con seriedad.

—Te arrepentirás —continuó.

—Bueno, no lo hice cuando era un chiquillo. Sería tonto no hacerlo ahora; además, soy un espíritu libre —sonrió juguetón, acercando su rostro hasta quedar a centímetros del de ella. La mujer de ojos marrones le sostuvo la mirada, buscando algún indicio de broma en los ojos de su acompañante. El semblante del maestro de Naruto era cálido, como ese sentimiento que crecía en las personas al llegar a noche buena.

Acortó la distancia entre ellos y la besó, disfrutando por primera vez aquellos labios que siempre le fueron negados, sin una sola oportunidad de demostrar ese maravilloso afecto que aguardaba en su corazón, un cariño que era capaz de traspasar la realidad. La rubia no opuso resistencia, dejándose envolver por esa sensación de inquietud que recorría su cuerpo, era una mezcla que conmocionaba sus sentidos como el pasar de los años , y no la dejaba razonar.

Sin embargo, eso no evito que el día siguiente Jiraiya estuviera internado en el Hospital de Konoha, precisamente en terapia intensiva; pero con una sonrisa de oreja a oreja en su rostro. Detrás de la puerta, ella también sonreía con el muérdago en la mano.

—Te merecías ese beso, gracias por todo.