Bueno, escuchamos mucho de los juegos, el vasallaje y la guerra contra el capitolio, hay cientos de mundos y con esto miles de historias. Esta historia transcurre en un mundo paralelo, sin embargo es autoconclusiva, todo lo que se plantea pretende explicarse a si mismo, que la desfruten. En aquellos ojos donde solo había existido amor incondicional para ella en ese instante solo emanaba una rabia delirante producto de algo que hasta el momento Katniss no había podido resolver, observó la macula en su brazo que aún no desaparecía de la última ocasión que había intentado un acercamiento directo, no era la consecuencia más grave de sus encuentros. Un cristal los separaba, pero más que nada el temor que habían hecho emerger en ambos. Ella era una chica universitaria común y corriente unos años atrás, estudiaba psicología mientras trabajaba por las tardes en un intento de ayudar a su familia, había poco dinero por eso siempre hacía horas extra y con su carrera aún tenía una pequeña y secreta esperanza de salvar a su mamá, la había perdido en si misma hace tiempo luego de la muerte accidental de su padre. Se encontraba en una fiesta de amigos a la que había asistido con Peeta que ya era su pareja, era una noche grandiosa donde el chico rubio por fin se había animado a bailar, aún no descubre en que momento fue o quien fue el responsable, pero 24 chicos incluyendo a 3 personas que habían asistido con ellos aquel día desaparecieron aquel día sin dejar rastro. Hicieron un sin fin de experimentos con ellos, con su biología y mentes, terminaron destruyéndolos de muchas maneras para reconstruirlos de otras. Muchos no sobrevivieron las primeras semanas, otros cedieron a su voluntad, ellos dos se mantuvieron juntos y su amor los salvo al final. Más habían cambiado para siempre. Ella podía lanzar flechas psionicas, permitían desde modificar el comportamiento, incrementar una capacidad, hasta provocar un shock, Peeta en cambio era capaz de absorber hasta la mas pequeña partícula de masa a su alrededor y volverla musculatura y fuerza Volvieron por ellos en una noche lluviosa de otoño, una apasible y tranquila donde sus cuerpos juntos se daban calor. Él quería ayudar con estas habilidades adquiridas a otros, pero ella quiso permanecer incógnita y alejada para que no pudieran rastrearlos, además, las odiaba. Sin embargo mientras lo arrastraban lejos de ella, demostrándoles que nunca podrían escapar y que estaba condenada a usarlos, cuando desató un poderoso relámpago mental contra sus agresores Despertó dos días después en aquel sitio, estaba poblado con personas como ella, que le enseñaron de cierta forma a reconstruir su vida, entonces cuando Peeta era un dolor de su pasado, una pesadilla en sus malos días, pero nada más, volvió. — Katniss, si te dejo que entres de nuevo allí, no solo tu estarás en problemas— le indicó Bettle un genio cibernético que era capaz de volverse datos, por encima de sus gafas nervioso. — Johana, ella... — Debí de saber que tenías cómplices, tengo entendido que su posesión de cuerpos no dura mucho...—suspiró— yo no he estado aquí.. Katniss exhaló sintiendo como sin poder evitarlo su mano comenzaba a temblar, deslizaba la tarjeta forzando sus pasos al interior escuchando el rugido sombrío que emergía de esa mole corrompida que era ahora el hombre que amaba, intentando liberarse desesperadamente con el único propósito de acabar con su vida. Las cadenas que lo sujetaban crujían, los arneces chirriaban con fuerza constante, significaba solo una cosa, ella se encontraba en peligro. — ¡Katniss!— exclamó la voz de Beetle. —Ya es suficientemente difícil estar aquí... ¿Qué quieres?. — Estas en peligro ¡tienes que salir de allí! — Es mi decisión... Quiero salvarlo... — No, no es eso...¡ellos!... La señal se volvió estática de pronto, antes de que terminará de hablar. Un rugido de la criatura donde se encontraba la hizo girarse protección, percatándose al girarse del origen de la advertencia. Finnick uno de sus amigos más cercanos en el sitio experto en dirigir el agua en sus tres estados con su tridente combatía con un hombre de cuerpo rocoso mientras protegía con su cuerpo a una chica que se cubría los ojos temerosa, Katniss sabía que era una de ellos, alterada, pero había presenciado una tragedia tan horrible que se habían bloqueado. Estaban bajo ataque y ella estaba en el peor momento y lugar para lidiar con ello. Unos ojos inyectados en sangre la miraban, la luz de los inhibidores de poder que apenas mantenían a raya a Peeta se estaban apagando, casi al mismo tiempo una grieta aparecía en la pared, estaban demoliendo el lugar. El primer grillete cayó impactando con fuerza el piso, la gigantesca mano buscó atraparla, ella saltó hacia atrás y generó sus resplandecientes flechas psíquicas, le lanzó un par por instinto, sabía que no le hacían ni cosquillas, se sintió estúpida al estar en esa situación, intentando salvar a alguien que probablemente la mataría o intentando huir de quien era imposible. — Nunca me imagine otra forma de morir que no fuera a tu lado— susurró mientras cabizabja se aproximaba a su rostro. Lo tomo de sus mejillas y pegó su rostro al de él ignorando el caos de su alrededor. — Te amo... Una fuerte explosión de energía, Katniss imaginó su cuerpo desvacerse al simple contacto con su antigua amado, inmolarse como simple combustible para su fuerza destructiva, pudo haber sido peor. Sin embargo esto no era ni cerca lo que ocurría. Había habido una explosión, el muro había sedido, restos de hormigón aun caían, tres eran los intrusos que asediaban el lugar por ese flanco, ella estaba viva, mas uno de ellos con apariencia polar la observababa, encajando su mano en el piso creaba picos de hielo que iban hacia ella, su primer movimiento era alejarse pero tarde se percataba que restos de concreto aprisionaban su pierna, estaba perdida. Ocurrió lo impensable, Peeta se había interpuesto con su cuerpo, los picos se destrozaban como simples astillas. ¿Acaso la reclamaba como su presa en su pensamiento primitivo? El coloso con su mano enorme estrellaba al atacante en la pared, desde lejos dos bolas de fuego le comtratacaban haciéndole retroceder mientras las asimilaba. — Preciosa, ¿no piensas ayudarme? ¿Donde estamos?—preguntó una voz que jamás creyó volver a escuchar. — Peeta... — ¿Conoces a otro tipo que pueda medir mas de 4 metros?— bromeó mientras la miraba sonriendo. Esa sonrisa que se había resignado a olvidar, estaba de vuelta, resplandecía como un sol en medio de sus tormentas indicándole que jamás debe rendirse pues aun en medio de una profunda noche le precede un luminoso amanecer, aquella que la mantuvo viva, su cuerpo, su alma y su espíritu. Así con lágrimas en los ojos dibujó energía entre sus brazos con en forma de alas, en forma de flechas impactaron a un hombre férrico y a otro con unas manis en exceso largas antes de que pudieran realizar algún ataque, centraba y decida como si esto lo hubiera hecho toda la vida se montó en la espalda de Peeta que término formándose en una talla descomunal desarmando en un golpe a la mayoría que atacaban desde abajo en un sólo impacto, Katniss como arquera deslizándose con maestría por él impactaba a los otros con sus flechas dejándolos en shock o incluso provocando que se detuvieran entre ellos bajo su control. El enfrentamiento termino en unos minutos de esa manera y sin nada mas que hacer se observaron como hace tiempo no lo hacían. Con el amanecer naciente unieron sus manos y luego sus labios en un beso hace tanto suspendido en el tiempo. — Te escuche desde el otro lado Katniss, pude escuchar tu voz, ella me guió de regreso— afirmó Mellark acariciando su cabello. — podríamos irnos aun mas lejos como siempre lo quisiste y estar juntos los dos. Ella negó con la cabeza. Un Finnick malherido pero satisfecho con su chica a salvo en sus brazos, Beetle por medio de las cámaras la observaban, Jonatha presumiendo una pila de cuerpos inconcientes, al igual que otros como ellos refugiados los observaban conmovidos, la razón era simple, Peeta no era el único que habían controlado, la prueba eran todos esos alterados que habían ido a atacarlos. Su recuperación de Peeta la veían imposible, pero había ocurrido, ella lo había logrado. — Tenemos que quedarnos, hay mucho que debemos hacer aún— respondió Katniss entrelazando su mano con la de él. Jamás se separarían de nuevo, estaba segura.
Me encantó ver esta esta perspectiva completamente nueva de este escrito. Ver algo afuera de los juegos del hambre y de personas normales, ha sido muy bueno. Como de personas normales los convertiste de alguna forma en metahumanos, de una forma logica y sin salirte de nada del contexto. Lamento que no hayas hecho una historia larga de esto, por que tienen mucho potencial, contar como los secuestraron y alguno de los días que tuvieron que pasar ahi dentro para por algun motivo poder escapar y como llegaron hasta ese momento. Es muy tierno que Peeta a pesar de todo lo que enfrentaba y que su mente estaba muy afectaba por todo por lo que pasaron en el momento más indicado pudiera regresar con Katniss y salir de ese infierno en el cual se encontraban. Tú manejo de los personajes es acertado, tal vez a Katniss más fria, por que ella es un poco más reservada y más considerando lo que ha sufrido en ese punto. Peeta te salio perfecto, tan dulce, tan tierno, tan él. He notado algunos errores en la ortografia, nada demasiado grave además que un aviso para saber en que punto empieza la batalla o que nos ilustres como es que la batalla final se estaba desarrollando, hubiera ayudado al lector a posicionarse adecuadamente. Saludos y gracias por el grandioso escrito. Considera volverlo long-fic.