One-shot de Pokémon - Rudo

Rudo

Hola, pues acá mi aportación para el foro por lo de la Baraja Pokémon, un one-shot, bastante curioso.
Cabe mencionar que no es muy infantil el relato que digamos xD, ya verán porque...
Es la historia de un Charizard y su secreto... espero les guste =D

RUDO
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-Me enferma. ¿Cómo puedo desaparecer de su vida tan fácilmente?, después de todo lo que pasamos, aún me abandona, ¿qué acaso soy su burla? Lo más gracioso es que los entrenadores piensan que nos pueden dejar con la compañera que nos señalan, para… socializar. Es decir, ¿nosotros somos prisioneros a nuestros sentimientos?, ¿nos vemos obligados a enamorarnos sólo porque al entrenador le dio el placer de tener una cría de nosotros?... no somos experimentos y es por eso que tengo una furia contra ese… si se le puede decir… humano- decía mi compañero "Rudo", un Charizard que se ganó ese nombre por sus gallardas aventura que solía contarme, además que dentro de la guardería era el más respetado, más que nada por su presencia y fuerza.

Ambos estábamos como criadores dentro de una guardería, ¿nuestro propósito?, dar crías con buenos genes y movimientos. Suena algo bastante técnico cuando nos referimos a que hay que relacionarnos con otra persona, pero así lo toman los humanos, como si fuéramos una clase de robots que tienen que preñar a la compañera que se nos otorgo y regalar a nuestro hijo.

-La verdad siento feo cuando veo que los demás dejan a sus hijos, es algo tan enfermo que simplemente así accedamos- seguía el Charizard quejándose de su cruel existencia.

-Pero la Gardevoir que te acompaña es guapa, ella es simpática- yo era un Lucario, que no tenía la suerte de agradarle a la pareja que me acompañaba, es por eso que me fijaba en las acompañantes de los demás, en realidad aún teniendo pareja, tenía la locura por fijarme en demás mujeres, tenía esa atracción por muchas, algunos podrían decirme mujeriego, pero sólo amo a las mujeres.

-¿Y quién dijo que yo quiero encariñarme de una Gardevoir?, ¡¿qué nadie puede entenderme?!- gritaba aquel dragón anaranjado, haciendo un berrinche y moviendo constantemente su cola que en la punta llevaba una flama que llameaba con gran fulgor, supongo que mostrando su furia contra aquel entrenador que lo obligó a entrar a la guardería Pokémon.

-Te comprendo- decía mientras miraba a mi acompañante de la guardería, un enorme y tosco Nidoking, que siempre estaba molestándome, era una enorme musculosa bestia morada que detestaba, aunque no podía dejar de admitir que era mucho más fuerte que yo. -¿Es decir, qué diablos junto a un Nidoking, es acaso una broma?... yo soy macho, él es macho, no tengo intensiones con él… diablos que si me tomaron el pelo, yo quiero ¡una pareja hembra ahora!, no sé de qué te quejas, se supone que eres aquí el más galante de todos, ¡muchas de aquí quieren contigo!, ¿qué es lo que te detiene?... no me digas que eres impotente

-No, para nada.

-Ah, ya sé... ¿no logras... tú sabes... "animarte"?- lo dije sin evitar soltarme en risa.

-Deja de decir idioteces- dijo golpeándome con su garra en mi cabeza. ¡No torpe, no es porque no pueda tener hijos!... lo que pasa es que... yo ya tengo un amor- dijo eso el Charizard deprimiéndose y tirándose al pasto, debajo de las estrellas de la noche.

-Ah, ya veo… ¿tienes novia?- le pregunté, mientras veía que en sus ojos corría una lágrima y se derramaba por sus colmillos, en ese momento comprendí que hasta los rudos lloran. –No te preocupes, yo… como buen amigo que soy te ayudaré con esa Gardevoir, puedes tomar el huevo que tengamos entre los dos y entregarlo como tuyo, ¿qué te parece?

-Pues que sacrificado- me decía con sarcasmo el Charizard, y riéndose al mismo tiempo, él ya había comprendido a donde quería llegar yo. –De acuerdo Lucario, con tal de no serle infiel a mi guapo Rhydon.

En ese momento mis ojos se saltaron, y no dejé escapar un grito de sorpresa… “mi guapo Rhydon”, era seguro que se refería a un rinoceronte de roca que se paraba con dos patas, y sus enormes brazos que parecían edificios, pero no entendía que el Rudo, utilizara guapo y Rhydon en la misma oración, tal vez se había equivocado y me cercioré de que había errado con lo anterior.

-Hey hombre, ¿no te habrás equivocado?, ¿guapo Rhydon?, ¿no será guapa?- sonreía mientras esperaba al Charizard que dijera lo contrario, pero parecía que estaba en lo cierto, aquel Charizard que respetaba se había enamorado de un Rhydon macho.

-No Lucario, pero acá entre nos- me decía mirándome con ternura, así que me alejé lo más posible de ahí, mientras veía que por detrás aquel Charizard me perseguía, yo corría sin descontrol tratándome de alejar de él lo más posible.

A la semana en la guardería el Charizard y yo nos volvimos a hablar después del incidente, pude ver que aquel Nidoking que me acompañaba y él hicieron pareja, teniendo ambos un hijo, lo cual me alegraba por él, porque después de todo era mi amigo, aunque me daba escalofríos al mismo tiempo porque entendía la razón por la que el Nidoking me molestaba… pero ya no importaba tenía a la Gardevoir que tan loco me tenía.

-Quien diría que ese Charizard tan guapo sería… bueno, no importa, estás tú- me decía la Gardevoir dándome un beso en la mejilla

-Es como dicen… el león no es como lo pintan, o en este caso… el dragón…

-Espera un momento Lucario... ¿tienen un hijo?... ¿cómo?

-No preguntes Gardevoir... ese es otro misterio de Rudo...