Colectivo [Colectivo] Royals - Colección de historias

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Domenica, 3 Mayo 2016.

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    Domenica

    Domenica bloody countess

    Sagitario
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    Título:
    [Colectivo] Royals - Colección de historias
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2779
    TÍTULO.
    Royals
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    OBRA/ORIGINAL.
    Original.

    TRAMA.
    El Instituto Henry VIII es, quizá, el colegio más prestigioso de todo Londres, donde sólo un selecto grupo de personas tiene el privilegio de recibir formación, aunque esta no sea únicamente intelectual. Apegado a las viejas costumbres, el Henry VIII proporciona una educación orientada a jóvenes que pertenezcan a la high society londinense, con apellidos importantes e inclusive cercanos a la realeza. Todos miran con aprensión a los estirados estudiantes del Henry VIII, con sus preciosos sombreros y los pulcros blazers; todos miran con aprensión ese imponente castillo que alberga a las prometedoras nuevas generaciones de nobles y célebres personajes, porque aunque el aura de radiante perfección se imponga, no todo es lo que parece.

    Uno de los preceptos más importantes que fomenta el Henry VIII es la relevancia de la jerarquía por lo que, desde los primeros años, todos los alumnos sueñan con formar parte de la Cámara de Estudiantes, la congregación estudiantil más importante. Los líderes indiscutibles de todo el campus. Jóvenes de innegable temple, honor e inteligencia, brillantes y carismáticos, e indudablemente adorados y admirados por el profesorado. Pero no es por eso que todos aspiran con llegar a formar parte de ese grupo… ¿quién quiere ser admirado por un grupo de ancianos decrépitos?

    La intachable reputación de los miembros de la Cámara es puesta en tela de juicio cuando se observa cautelosamente sus acciones, aquellas que están agazapadas y escondidas. Los miembros de la Cámara controlan todo el alumnado, haciéndose llamar La Manada. Lobos hambrientos y crueles que devoran sin piedad las voluntades de quienes no los idolatran y los siguen. A través de fiestas, favores, relaciones convenientes, rumores y una serie de procedimientos de dudosa legalidad, La Manada se ha hecho con todos los secretos de cada uno de los que merodean habitualmente por los fríos pasillos del Henry VIII.

    Aunque todos aspiran formar parte de la Cámara de Estudiantes, un pequeño grupo está cansado de vivir bajo la intimidante gestión de La Manada y deciden unir fuerzas al considerar que es momento de que los secretos más oscuros de La Manada también sean develados.
    Afuera, todos miran con aprensión a los estudiantes del Henry VIII, con sus preciosos sombreros y los pulcros blazers; todos los miran con aprensión porque saben que detrás de esas delicadas maneras medievales se esconden las fauces de un violento lobo hambriento de secretos.

    QUIÉNES ESCRIBIRÁN Y CADA CUÁNTO TIEMPO.
    Todo el que suba su ficha tendrá un plazo de dos semanas (que está sujeto a ser extendido) para subir su capítulo cada vez que le toque hacerlo.

    NÚMERO DE FICHAS QUE SE NECESITARÁN.
    Seis cupos se necesitarán, tres femeninos y tres masculinos para hacerlos equitativos y justos.
    CUPOS LLENOS
    • femenino • ocupado • Nastia
    • femenino • ocupado • Domeneghi
    • femenino • ocupado • Aikawa
    • masculino • ocupado • Kyland
    • masculino • ocupado • Tarsis
    • masculino • ocupado • Luccifet
    DATOS QUE NECESITARÁN PARA LA FICHA.
    ×. NOMBRE.
    ×. ALIAS.
    (se pondrán imaginar que no van a ir por la vida cometiendo actos ilícitos y firmando con su nombre y apellido. No digo que no puedan usar cualquier alias o pseudónimo, pero si es más o menos aludiendo a la Manada, lobos o algo así, quedaría mucho mejor)
    ×. EDAD Y CURSO
    (6to, 18 años; 5to, 17 años; 4to, 16 años; 3ero, 15 años; 2do, 14 años; 1ro, 13 años)
    ×. DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA.
    ×. DESCRIPCIÓN FÍSICA.
    ×. RESEÑA BIOGRÁFICA.
    (La importancia de aquí radica en que debe haber al menos un miembro de la familia que sea alguien de renombre en Inglaterra, bien sea para la política, para la nobleza o para la sociedad intelectual)
    ×. GUSTOS Y DISGUSTOS.
    ×. EXTRAS.

    INFORMACIÓN NECESARIA PARA COMPLETAR LA FICHA.
    —Entre la información de la ficha, todos los personajes deben aludir a algún secreto que el personaje posea y que éste pueda ser explotado durante el desarrollo de la trama.
    —La mayoría de los estudiantes del Henry VIII están allí desde muy pequeños (en la sucursal de educación primaria), los que hayan entrado posteriormente deberán adjuntarlo en su reseña biográfica.
    —Tener en cuenta que el Henry VIII es un colegio interno, es decir, los estudiantes duermen en sus instalaciones.
    •UNIFORME•
    —Las chicas utilizan medias negras completas bajo una falda tubo hasta la cintura, tal falda puede ser plisada o bien estrecha, de tubo. El corte adecuado es a nivel de la rodilla.
    La camisa es blanca y las mangas deben llevar gemelos de plata. La corbata será borgoña y debe llevar el broche del emblema Tudor.
    Tienen la oportunidad de escoger llevar jersey o americana de la misma tonalidad de la falda.
    Los zapatos deben ser cerrados, de color negro mate. A partir del quinto año se aceptará un tacón de cinco centímetros.
    —Los hombres utilizan medias negras de media pierna y el pantalón negro debe ser de corte medio, de bota recta.
    La camisa es blanca y las mangas deben llevar gemelos de plata. La corbata será borgoña y deberá llevar pisa corbatas.
    Tienen la oportunidad de escoger llevar jersey o americana, ésta última deberá ir acompañada por chaleco, de la misma tonalidad del pantalón.
    Los zapatos deben ser completamente negros y de etiqueta.
    —Los estudiantes utilizarán sombreros del tipo Canotier color crema y con la cinta negra; las señoritas utilizarán el mismo tipo de sombrero pero con redecilla negra.
    —Durante el invierno, todos los estudiantes utilizarán una gabardina de lana en tono negro o borgoña.


    SITIOS DE INTERÉS•
    —LA CASA DEL PRÍNCIPE: desde el momento que adquieren una plaza en el Instituto Henry VIII, los estudiantes automáticamente se hacen accionista de la prestigiosa Casa del Príncipe, un club de veraneo y relajación al cual pueden acudir durante los fines de semana que hayan decidido permanecer en el colegio y no irse a casa con sus padres.
    —HYDE PARK: uno de los parques más grandes y más importantes de Londres. Un domingo todos los meses, se organiza un día de picnic para todos los estudiantes del Henry VIII.
    —BOURTON UPON THE WATER: durante las vacaciones de Pascuas, el colegio organiza una excursión a este pueblo y permanecen allí durante cuatro días.
    —EL COBERTIZO: es el cuartel general de La Manada. Aunque es una casucha pequeña, donde solían ubicarse las antiguas caballerizas del colegio, ha sido remodelada internamente de forma muy elegante porque fue adquirido en nombre de la Cámara de Estudiantes.


    HENRY VIII•
    —CASTILLO: o edificio de aulas. Es la edificación principal de todo el colegio. Un amplio y antiguo castillo que fue residencia temporal del rey Henry VIII, a quien deben su nombre. Allí se encuentran todos los salones donde se imparten clases e incluye un inmenso comedor central en la segunda planta. La planta baja está distinada a usos administrativos: despacho de la directora, despacho de la subdirectora y secretaría; salón de profesores, una pequeña sala de reuniones y también todas las oficinas privadas de los profesores más antiguos. En la segunda planta, además del comedor principal donde se llevan a cabo los grandes banquetes y todas las comidas del día, está también la cocina, lugar prohibido para los estudiantes salvo casos especiales (como alguna clase ilustrativa de gastronomía o de protocolo, también en caso de castigos suele usarse); además de ello, la segunda planta también está utilizada como almacén de todos los productos de limpieza, la conserjería y salones destinados para el uso y descanso de los miembros del personal obrero. Los pisos tercero, cuarto y quinto, están destinados para las clases, con más de ochenta salones de diversas utilidades.
    —DORMITORIOS: dos edificios absolutamente independientes uno de otro, pero tan sólo separados por un viejo roble. El dormitorio de chicos y el dormitorio de chicas. De estructura pequeña y simple, que conserva parecido con algún viejo fortín; es decir, una torre pequeña de al menos tres pisos. Las habitaciones son compartidas por dos personas y cada habitación cuenta con baño propio. Los dormitorios se encuentran cercanos al lago, a unos trescientos metros del
    —EDIFICIO DE USOS MÚLTIPLES: es una estructura anexa al edificio principal, una versión mucho más pequeña de éste. Cuenta con salones dedicados exclusivamente para eventos especiales: salones de conferencias, áreas de fiestas, auditorios pequeños y un pequeño teatro. Este edificio también alberga los clubes.
    —GIMNASIO Y ÁREAS ABIERTAS: el gimnasio es una cancha de dimensiones pequeñas que está techada y es, generalmente, donde se celebran partidos de voleibol, basquetbol o los ensayos del club de baile. En la parte externa hay una cancha mucho más grande y de grama; además también hay una piscina olímpica en desuso.

    •REFERENTE A LA EDUCACIÓN•
    —Los tres primeros años de Henry VIII, la escuela se dedica a impartir exclusivamente las asignaturas aprobadas por el programa general de educación de Inglaterra, añadiendo tres horas semanales de lecciones de etiqueta y protocolo para los estudiantes, las cuales deben poner en práctica durante el transcurso del día (por lo general sólo lo hacen frente a los profesores). Tales lecciones serán evaluadas en los eventos organizados por la administración del colegio.
    —En el cuarto año aumentan las horas de lecciones de etiqueta y protocolo. A su vez, los jóvenes pueden elegir tres materias complementarias para su educación orientada a la aparición en sociedad.
    —En quinto año la exigencia va orientada más a la parte social que a la educativa, es el llamado “pre-debut”, porque todos los estudiantes realizan una especie de simulación de los debutantes a sociedad como prueba última en el final del curso; por lo que las exhaustivas lecciones de protocolo, de tratamiento real, gastronomía, historia, cultura, danza, música, organización de eventos, cómo ser un buen anfitrión, etcétera.
    Esta prueba última suele ser muy importante, porque lejos de ser una simulación, acuden muchas personas de renombre. Tanto es así que siempre un miembro de la realeza es invitado días antes y escoje a una muchacha como su pareja.
    —Sexto año suele ser un poco más relajado porque los jóvenes ya están instruidos y, como mayores de edad, se presentan en sociedad. Todos los meses suelen acudir a eventos en compañía de los miembros de la administración de más alta jerarquía y en ello consisten sus evaluaciones. En la parte de formación intelectual, presentan los exámenes pertinentes y tienen la posibilidad de optar a plazas para universidades.

    CÁMARA DE ESTUDIANTES•
    —Todos los cursos eligen a dos representantes todos los años que conformarán la Cámara de Estudiantes. Los representantes de quinto y sexto año se someten a unas votaciones en las que participa toda la comunidad del Henry VIII, en las cuales se elige el presidente de la Cámara. En orden del puntaje adquirido se asignan el resto de los cargos.
    —Entre otras cosas, la Cámara de Estudiantes es la encargada de organizar todos los eventos de la comunidad estudiantil (que incluyen Galas y Subastas Benéficas, fiestas para recolección de fondos, bailes, etcétera). Asímismo, se encarga de todos los asuntos concernientes de debate entre alumnos y profesores (fechas de exámenes, repeticiones, inconvenientes, etcétera).


    •LA MANADA•
    —Bajo la aparente legalidad de la Cámara de Estudiantes, la Manada lleva a cabo una serie de actos cuya honra es bastante dudosa honra. Es decir, por sus relaciones, tienen el poder de introducir al colegio cosas que el resto de los alumnos es incapaz de hacer (léase, sustancias ilícitas, permisos especiales, realizan fiestas clandestinas, otorgan favores y se ahorran los intereses…), por lo que han pasado a recibir un respeto y temor de parte de todos los alumnos. El precio de todo ello es que adquieren poder, por lo que formar parte de este selecto grupo es casi imposible.

    •EL AMIGO DEL REY•
    —Es el periódico escolar que se imprime todos los domingos y se vende en las instalaciones del colegio, todo lo recaudado es dirigido al fondo de la Cámara de Estudiantes y, como tal, se utiliza para la realización de todos los eventos que ésta promueva.
    —Por lo general es muy básico y se limita a abordar las noticias relacionadas al colegio, una sección de opinión donde por lo general los miembros de la Manada se turnan para redactarlo, la clásica zona rosa que abarca desde chismes de la farándula nacional e internacional, como los rumores y hechos más jugosos de la escuela; también incluye una sección dedicada a los profesores y una parte de deportes.
    —El periódico está dirigido por los miembros del club de periodismo, pero siempre pueden recibir reportes y breves reseñas escritas por personas ajenas al club. La Manada tiene gran influencia dentro de este club.


    •ROYALGRAM•
    —Es una red social creada únicamente para el uso de los estudiantes de Henry VIII, que acceden a ella de manera clandestina, para ello es necesario que el usuario descargue un app en su portátil o pc, que responde al nombre de Royalgram. Posteriormente deberá introducir un código que consiste en su nombre y apellido seguido del número de habitación que ocupa, al hacer esto y cumplir con las preguntas de seguridad tendrá acceso inmediato a la red social.
    —La app fue desarrollada y difundida por los miembros de La Manada y esta, entre otras cosas, funciona como una especie de virus que permite acceso a todos los datos de la persona que la utiliza. Es una de las estrategias más usadas por La Manada para conseguir información beneficiosa.


    •REGLAS GENERALES•
    —Los alumnos deberán usar el uniforme adecuado durante todo el día, salvo en las reuniones de los clubes y mientras permanezcan en los dormitorios.
    —Las clases comienzan a las 8am y terminan a las 4pm. Las reuniones de clubes, entrenamientos, clases particulares, ensayos, etcétera… deberán efectuarse al finalizar las clases.
    —El desayuno se hará puntualmente a las 9:30am. El almuerzo se servirá a la 1:30pm. A las 4:30pm se servirá la merienda y el té. A las 8pm se hará la cena.
    —Los alumnos no podrán salir de sus dormitorios después de las 10pm. De la misma manera está prohibido que los caballeros visiten los dormitorios de las señoritas y viceversa.
    —Los fines de semana los estudiantes podrán volver a sus casas. Aquellos que deseen quedarse en el colegio podrán hacerlo. Los sábados y domingos parten transportes que los llevan la Casa del Príncipe y al centro de Londres.
    —Los alumnos tienen prohibición de entrada a: las cocinas, la conserjería, el salón de profesores y los dormitorios de profesores; se salvarán los casos excepcionales.

    •CLUBES•
    —PERIODISMO: encargados de llevar el periódico escolar, tienen subdivisiones como el club de redacción y el club de fotografía.
    —LIGA DE DAMAS: es una asociación femenina de estudiantes que tienen carácter filantrópico y altruista, por lo que se encargan de recolectar fondos en pro de organizaciones benéficas, realizar charlas de concientización, etcétera.
    —MÚSICA: es uno de los clubes predilectos de los melómanos y artistas, pues forman bandas, coros y son los encargados de organizar las noches de la ópera.
    —HAUTE COUTURE: es el club favorito de la mayoría de las muchachas porque cuenta con clases de diseño y confección de piezas de moda. Suelen realizar un desfile al final del año.
    —PREMIER ATHLETES: el club de los deportistas del Henry VIII, casi en su totalidad formado por hombres. Además de ser los organizadores de los eventos deportivos, los torneos intercursos y llevar rigurosamente estadísticas del estilo de juego de cada curso. De la misma forma son famosos por ser el único club con un televisor plasma gigante frente al cual se reúnen a ver los partidos de fútbol, basquet o cualquier deporte.

    •Estaré editando y complementando la información que ha quedado poco clara, de forma que se haga lo más sencillo posible elaborar las fichas.
    Dudas y preguntas al privado para dejar esta zona limpiecita♡
     
    Última edición: 5 Mayo 2016
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  2. Threadmarks: Josten (Jost) Ryze Windsor
     
    Tarsis

    Tarsis Usuario VIP Comentarista supremo Escritora Modelo

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    Escritora
    Nombre: Josten Ryze Windsor. (Jost)
    Edad: 18 años. 6to curso.
    Alias: Wexxolf
    Descripción física: Cabello castaño claro un poco largo que peina hacia adelante en la parte frontal y penetrantes ojos azules. Alto, musculoso y estilizado. Labios carnosos y rosados, un verdadero colirio a los ojos de una mujer. Su estilo de vestir es bastante elegante y a la moda.

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    (Vladimir Ivanov)

    Descripción psicológica: Josten es un fiestero nato, lo lleva en la sangre. Odia quedarse encerrado en casa el día entero, es un alma libre al que le encanta salir, disfrutar, compartir. No importa que no sea a tomar o fiestear, necesita salir de su casa así sea a caminar a la esquina, a comer o simplemente a ver el cielo en el patio. Y las pocas veces que pasa el día en casa, usualmente es en ropa interior en su cuarto, viendo películas o tal vez nadando en la alberca.

    Sabe que tiene dinero y que puede hacer lo que le da la gana y lo aprovecha. No se niega nada, si quiere comprarlo lo compra, hace lo que se le antoja en el momento, desde comprar un par de zapatos carísimos o alquilar todo un hotel sólo por capricho. Pese a que tiene todo lo que quiere, no es el típico niño ricachón al que le gusta ver sobre el hombro a los demás, no. Realmente eso le tiene sin cuidado, mientras pueda divertirse contigo, serás su mejor amigo de turno. No le da importancia a dónde vives, o de dónde vienes. Ve a las personas por lo que son, no por lo que tienen. La vida le ha enseñado que las apariencias no son más que eso y que el dinero pudre a la gente por dentro.

    No le gusta fumar, ni cigarro, ni drogas. No lo ha probado y jamás le ha llamado la atención, sin embargo toma como un barril sin fondo, como si no hubiese mañana. Sabe controlarse aún estando ebrio, aunque cuando hace vergonzoso puede decir que no lo recuerda, esto es una completamente mentira, suele recordar todo lo que hace bajo los efectos del alcohol. No es alguien que vive para emborracharse, vive para divertirse, esa es una importante diferencia.

    Jost es un delicado equilibrio entre extrovertido y serio. Es demasiado expresivo, lo dice todo con sus gestos y expresiones aunque no salga ninguna palabra de sus labios. Sabe que hacer y qué decir en el momento adecuado cuando quiere, cuando no le da la gana simplemente no lo hace. Así como puede saludarte con una brillante sonrisa y un abrazo, puede pasar por tu lado completamente indiferente. Cuando le tiene aprecio a alguien es atento y detallista, a veces rayando en lo romántico y protector. Le da miedo perder a las personas que ama, por eso prefiere no amar a nadie.

    No siente una obligación moral hacia nada, ni un apego material a algo específico. Es de los que si se le avería el auto toma autobús, si el autobús está muy full camina. No es de los que se ahogan en un vaso de agua ni se molesta por nimiedades. Cada cosa tiene su por qué y su momento, él no es Dios para cambiarlo y por molestarse y estresarse no saldrá todo como él quiera. Así que prefiere ahorrar la energía para hacer algo que sí pueda, que es buscar otra alternativa.

    De mirada profunda y observadora, sonrisa fácil y expresiones versátiles. Tiene miedo de envejecer sin haber disfrutado de su vida. Vivir es la prioridad para él, experimentar cosas nuevas, ver el mundo. Es un joven en todo su esplendor. Su mantra es: “Dormir, salir y tomar”, allí están las tres cosas favoritas de Josten. Ama, en toda la extensión de la palabra, comer. Siempre tiene hambre, siempre tendrá algo rico en su bolso, algo que picotear entre clases o simplemente algo para mitigar su hambre hasta que sea la hora del almuerzo.

    No es un santo, pero tampoco mujeriego. Si le gusta y se da bien. No anda buscando acostarse con todo lo que tenga vestido, las mujeres nunca serán su prioridad en sus salidas. Pero cuando se siente cautivado suele ser monógamo, no todo el mundo puede alcanzar su corazón, pero sí lo haces te tratará como una princesa.

    Es modelo, lo cual lo ha hecho bastante quisquilloso consigo mismo. Siempre trata de vestirse bien y estar presentable. Tiene una sonrisa radiante y blanca Colgate –principal razón por la que no fuma-, está completamente orgulloso de ella. Jamás, jamás es de los que golpean. Al menos no él primero, tiene que sentirse agredido para reaccionar, del resto, suele pasar de las personas que le desagradan. No valen ni su tiempo ni su esfuerzo. Pero si realmente se llega a sentir ofendido, será de por vida. Así como le cuesta enojarse, le cuesta perdonar. Completamente rencoroso y nada se le olvida. Puede ser es mismo diablo cuando está herido o molesto.

    Sabe que la información es un arma, prefiere la extorsión y manipulación a una pelea. El escarnio público a los golpes. Se ha ganado la confianza de muchos a raíz de su personalidad jovial y encantadora; suele inspirar confianza en las personas dado que es alguien sencillo y que siempre está en su propio mundo y no hurgando en la vida de los demás. Eso lo ha hecho el recipiente de muchos secretos. Tiene una telaraña de informantes, como suele decir en broma. Se entera los rumores antes que nadie, si necesitas información, él es el primero al que deberías acudir.

    Confiado y tranquilo en su vida diaria, se toma sus momentos para disfrutar de su día. Ya sea observar el amanecer o tomar una buena taza de café en paz, o simplemente sentarse después de estar muy cansado. No deja entrar a nadie fácilmente en su vida, aunque en apariencia es muy abierto a las personas y amistades, no suele confiar en nadie. Son amigos de turno que hoy están y mañana no. Las experiencias de su vida, lo han hecho desconfiado y escéptico a la bondad de las personas. La única excepción a todas sus reglas y modo de vida es su madre, la adoración de su vida.

    Historia:

    —Su madre, Jane Windsor, hija del conde de Wessex, fue dada en matrimonio a su padre, John Ryze, un importante político estadunidense. A los pocos años de matrimonio nació él, en Manhattan, donde residía la familia. Hasta que él cumplió seis años y se mudaron a Inglaterra para que él comenzara sus estudios en el Henry III como todos los demás bajo su sangre de Windsor.

    Su madre, Jane, está internada en una clínica de rehabilitación por drogadicción; nadie lo sabe, todos piensan que está muerta, pues fue la solución que dieron para no traer mala reputación a la imagen pública de su padre que estaba en tiempo de elecciones para obtener un puesto de ministro importante dentro del gobierno. Pero él la visita una vez al mes, que es el único día que le permiten visitas. A veces le reconoce, a veces no. Le tiene cierto resentimiento a su padre por eso, por no atender a su madre sino internarla sólo por el “bien” de la familia.

    Gustos:

    —Ama usar trajes.
    —Le encanta la comida rápida, a veces vuelve caminando a casa para comprarse una buena hamburguesa en la esquina.
    —Nadar, le relaja enormemente.
    —Los cócteles, por eso tomó en uno de sus viajes al exterior un curso de bartender. Para preparar el mismo sus tragos.
    —Ir de vacaciones a su casa en Manhattan.
    —Jugar basket por diversión.
    —Comer, ama comer. Lo que sea, mientras sea comible y sepa bien, se lo come.
    —La gente culta, es algo que le provoca escucharlos hablar.
    —Los regalos y las sorpresas, puede ser una completa niña con eso.

    Disgustos:

    —Los dientes amarillos. Y más en una mujer, le dan asco.
    —Que le despierten.
    —Siempre tiene hambre.
    —Esperar por los demás. Ya sea para salir o para hacer algo, se desespera.
    —La gente que se hace la víctima y mojigata. Es de los que piensa, que a cada quién le tocó lo que le tocó. No puedes lamentarte una vida por eso.
    —Que le desprecien cuando tiene un gesto amable con alguien, odia a la gente malagradecida.

    Extras:

    —Se llama Josten, pero todo el mundo le conoce por Jost. Incluso se presenta así.
    —No se haría un tatuaje, odia las agujas. Un trauma psicológico que le dejó el haber pasado tantas horas mientras como modelo para su madre que es diseñadora, mientras le confeccionaban ropa a medida siendo puyado por las agujas al medir.
    —Le exaspera que le estén recalcando cada vez sus errores y defectos. Sabe que no es perfecto, pero no es problema de nadie. Es su vida y nadie le dice como vivirla.
    —Recibió una muy buena herencia de su abuelo materno cuando cumplió los 18, aunque prefiere derrochar la fortuna de sus padres que la propia.
    —No le gusta la violencia porque su madre le pegaba cuando ya él adolescente le escondía las drogas o el dinero.
    —No pertenece a ningún club aparte de la Cámara de estudiantes y la Manada.
    —Suele hacer ejercicio por diversión, no como un régimen a seguir.
    —No es aficionado a la lectura, lee lo que debe leer para no ser un idiota total en cualquier tema, pero le encanta la gente que lo hace por aficción y que es muy culta.
    —Su rol es el del informante, gracias a su condición de “chico popular”, se entera de todo lo que pasa en el Henri V antes que nadie. Sabe los más oscuros secretos de cada estudiante. Y usa eso a su favor como método de intercambio cuando lo necesita.
     
    Última edición: 16 Mayo 2016
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  3. Threadmarks: Josephine (Joe) Wright
     
    Domenica

    Domenica bloody countess

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    Nombre.
    Josephine Wright.

    Alias.
    Deathly-fang.

    Edad y curso.
    diecisiete años. Va al 5to curso.

    Descripción psicológica.
    Josephine es una she-male, porque toda su vida ha estado rodeada de hombres una vez que entendió que, aunque sea paradójico, éstos son mucho menos crueles que las mujeres. Estando con ellos, Josephine se volvió una chica ruda, con carácter y temeraria; vive cada día como el último, apasionada hasta los tuétanos y con un sentido de la aventura y el riesgo que ponen los pelos de punta a cualquiera, porque no teme arriesgar su vida. Pocos de los varones de su grupo de amigos es capaz de tomar con tanto arrebato cualquier cosa que se proponga como lo hace Joe, es por ello que tiene el completo respeto de todos: nadie que sea humillado por una chica en algún deporte extremo o actividad que se consideren masculinos, podrá siquiera mirarle al rostro sin sentir vergüenza de haber nacido.

    Es arrogante, quizá demasiado, y también orgullosa. Jamás va a perder contra nadie, por lo que se propone muy encarecidamente vencer… sin importar las artimañas que haya que emplear para obtener la victoria porque, a final de cuentas, “el fin justifica los medios”. Puede ser muy cruel y cruda con las palabras, no se molesta en disfrazar lo que va a decir ni poner pañitos calientes, cree que la verdad puede ser igual de dura de cualquier forma y un par de palabras bonitas no va a minimizar el dolor que uno pueda sentir con ellas. Además de ello, es también cruel con su proceder, porque es resentida y rencorosa, en su vocabulario no entra el perdón, no hay cabida para ello. Y el olvido es únicamente para los débiles.

    Es grosera, le encanta soltar tacos y lo hace con una frecuencia por demás innecesaria, sobretodo teniendo en cuenta que está en un colegio para jóvenes de sociedad y su léxico debería ser menos… llamativo. Ella no tiene tiempo para cosas de niñas, le parece lo más absurdo del mundo; no es coqueta, no se esmera en lucir bien para los chicos, no cuida lo que dice, no va de compras, no se ruboriza cuando un chico le roba un beso… a Joe hay que tomarla o dejarla ir. Con Joe te envenenas o te embriagas, aunque al final terminen pareciéndose ambas vertienes. Cuando de hombres se trata, Joe sigue pensando como si ella fuera uno: no se va por las ramas, no se entretiene, busca la presa, la devora y deja los huesos a la intempérie. Sabe que enamorarse conlleva sus riesgos y alguien como ella no se lo permite, no. Si tiene que arrancarse el corazón, lo hará sin pensárselo. Ella juega en ocasiones, cuando el chico también tiene ganas de divertirse, y no le importa hacerlo. Pero, por lo general, no pierde tiempo en esas cosas.

    Más allá de su actitud desafiante, problemática, hiriente, venenosa, arrogante, pedante, infantil e incluso estúpida, Joe lleva una coraza encima. Ha aprendido a los golpes a hacerse de piel de plomo, porque soportó por años el peso de dormirse cansada de tanto llorar. Es la víctima que pasa a ser victimario, es la venganza y la sed de justicia impartida de manera retorcida. No se puede decir que sea una fachada o una mentira lo que, ahora, Josephine es; sino que, simplemente, las circunstancias la condujeron hasta allí. Encontró en los chicos tranquilidad, risas, amistad genuina y personas que no cuestionaban y no juzgaban, y entre ellos se halló a sí misma.


    Sin embargo, Josephine es bastante torpe cuando se le saca de su zona de comfort, es decir, se le lleva al terreno donde ella debe ser la niña. La niña y no el chico rudo y ruidoso. Siempre que se trate de maquillaje, de maneras bonitas, de delicadeza, de danza, de artes, de lápiz labial y de amor, Josephine es una bruta ignorante. Actúa, entonces, como si no supiera ni su nombre y es probablemente el momento cuando su vulnerabilidad salga a flote, por eso no le gusta.

    Descripción física.
    Ella es alta, un poco más que el promedio de las chicas, pero sin la estatura de una modelo de pasarelas. Y también es muy delgada, con curvas poco pronunciadas que, lentamente, han ido acentuándose. Tiene un pecho que pasó de ser miserablemente plano a semejante a un limón, alberga la esperanza de que crezca un poco más (muy internamente, porque de la boca para afuera dirá que le gustan tal cual están). Quizá de lo único que puede jactarse es de un trasero muy duro por el constante ejercicio y de unas piernas que, lejos de parecer espaguetis, tienen una excelente forma y son musculosas.

    Joe ha sufrido toda su vida porque jamás le ha gustado su rostro: tiene labios y nariz demasiado grandes para su gusto, la segunda un poco ancha y lejos de ser el ideal respingón y perfilado que predomina entre las chicas del Henry VIII. Sus ojos son almendrados y de un verde aguamarina muy claro, pero sus pestañas aunque espesas son muy cortas y ella no hace nada por aplicarse rímel. Su cabello es hermosamente largo, muy rubio. Pero no sabe cómo lucirlo.

    Para ella, la comodidad es el principio básico por el cual se debe regir la moda. Tejanos, botas, shorts, camisetas, tops de deporte y zapatillas deportivas. Usa falda en el colegio porque no tiene otra opción, pero jamás se le verá luciendo demasiado arreglada (salvo que sea una situación extrema o la hayan obligado), y mucho menos usando vestido por voluntad propia.
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    Reseña biográfica.
    Joe es hija de Bernard Wright, un importante hombre que durante mucho tiempo fue psicólogo perteneciente a la sociedad intelectual londinense y amigo personal de la reina Isabel II, por lo que prestigio y fama le sobró. Bernard se casó con Caroline Kingston, una chelista a la que conoció durante uno de los cumpleaños de la reina. El amor fue instantáneo, al menos en él. Se casaron presurosamente, pues Caroline había quedado embarazada fuera del matrimonio y era algo que ambos rechazaban. De la unión nació Josephine y la relación comenzó a agrietarse.

    Se crió acostumbrada a los constantes gritos entre sus padres, a la infelicidad de su madre y a el consuelo de su padre. Ella tenía sus propios problemas lidiando con una infancia dura en el colegio, “Ugly Joe” era el apodo que las niñas del colegio le habían dado por tener unas mejillas demasiado grandes para sus ojos pequeños y almendrados, y unas cejas demasiado tupidas, y su nariz ancha y sus labios carnosos; y también por un cuerpo escuálido y huesudo, demasiado pálido. Joe solía llegar a casa y encerrarse a llorar, y sólo papá la consolaba porque mamá estaba demasiado frustrada por haber abandonado su carrera. Finalmente, cuando Joe tenía 13 años, Bernard murió en un accidente de coches.
    Por supuesto, ella culpó a su madre por no querer a su padre y la mamá lidió con la culpabilidad impuesta siendo más absorvente y protectora con su única hija, lo que terminó perjudicando a ambas.


    Josephine ha estado en el Henry VIII desde el jardín de infancia porque fue un colegio recomendado a sus padres, por lo que obtuvo pronto una plaza allí. Los problemas comenzaron a mediados de la primera cuando empezó a ser víctima de bullying por no ser demasiado agraciada. Desde entonces, Joe se hizo amiga de un par de chicos, Benjamin y Mark, ambos mayores que ella… y a partir de allí se ganó la simpatía de la mayoría de los caballeros de la escuela por ser “un amigo más”. Ella se sintió cómoda de inmediato y las burlas pasaron a un segundo plano.

    Gustos y disgustos.
    —los autos de carreras y todos los vehículos de velocidad le encantan, en especial las motocicletas.
    —odia tener que usar vestidos o ropa demasiado femenina. Nunca utilizará rosa en alguna prenda… jamás.
    —la música le fascina, es melómana por completo. Puede pasar horas enteras sólo oyendo música, y no se limita a ningún género en específico: desde baladas románticas hasta rap, puede apreciar cada una de las canciones que escucha.
    —detesta bailar. Es decir, ella puede moverse, ir a un concierto y saltar como loca… pero no baila en el sentido que todos esperan que ella haga. No baila valses ni cuadrillas, ni baladas ni música lenta.
    —le gustan los deportes y es especialmente buena en aquellos que requieran el uso de la fuerza bruta. Ha sido jugadora de rugby y fútbol para el colegio, inclusive dentro del equipo de hombres.
    —su mamá se empecina en hacerla más femenina, por lo que es quien le compra toda la ropa y los accesorios. Aquello la saca de quicio, y si está dentro de sus posibilidades no ver a su mamá por un año entero, lo hará sin duda.
    —es fanática de la tecnología. Tiene todos los modelitos de último modelo y los controla muy bien.
    —en cierta medida odia el colegio, y lo único que la mantiene atada allí han sido sus amistades. De resto, considera que es una basura porque ninguno de ellos tiene sangre azul como para comportarse como unos idiotas.
    —adora comer y no escatimará en nada a la hora de hacerlo. Ciertamente, come como un puerco; por fortuna hace mucho deporte y en sí es muy inquieta, así que tiene forma de quemar esas calorías.
    —entre las cosas que no le gustan se encuentran los cítricos. Particularmente odiará beber zumo de limón o naranja, ni se comerá jamás una toronja o algo así.
    —en cambio, ella adora los dulces y sus jugos preferidos son muy azucarados.


    Extras.
    —contrario a la gran mayoría de los miembros de la Cámara de Estudiantes, Josephine no es una excelente alumna. Sus notas no son malas, pero es la única que pasa casi todos los días en detención; sin embargo, Joe ha sabido ganarse la confianza de la gran mayoría de los profesores quienes conocen su carácter pero también saben que hay quienes la retienen dentro de la Cámara. Pertenece allí pero no puede optar a cargos como la presidencia o la vicepresidencia, que requieren alumnos con mejores promedios.
    —le encanta beber, es propensa a alcoholizarse en cualquier momento del día y tiene la ingeniosa habilidad de esconder licor de las maneras más inusitadas posibles.
    —practica motocross en su tiempo libre. Además es integrante del equipo de fútbol y de rugby; por no hablar de su membresía perenne del club de lucha y boxeo.
    —es una maniática de la tecnología, sabe cada truco increíble y hace maravillas con una laptop en las manos. Planea estudiar ingeniería informática. Entre otras personas, ella es quien lleva la app del Henry VIII.
    —forma parte del club clandestino de lucha del colegio, siendo el único miembro femenino. Tiene el récord de ganar todas las apuestas que se hacen en su nombre porque pocos chicos quieren golpearla, en cambio ella suele ser inclemente.
    —desde que tenía seis años su madre la obligó a ir a clases de música, donde aprendió a tocar el violín.
    —en ocasiones siente que odia a su mamá, la culpa de la muerte de su padre.
    —sus amigos, Benjamin y Mark, formaron parte de la Manada antes que ella y fueron quienes la instaron a unirse. Aunque al principio era parte del clan sin pertenecer a la Cámara de Estudiantes, a partir del cuarto año ella se hizo un lugar en la Cámara.
    —ya es conocida en las cocinas, porque suelen castigarla haciéndola lavar trastes y pelar papas.
    —uno de sus mayores conflictos internos (porque jamás sería capaz de revelar algo así a nadie) era que, teniendo dieciséis años, no había llegado su primera menstruación cuando a la gran mayoría de las chicas que conocía sí que les había pasado. Para entonces consideraba que, en definitiva, había algo mal con su cuerpo. La última semana de clases previo a las vacaciones de verano, estando en el cuarto curso, tuvo su primera menstruación. Ese año aceptó a regañadientes la propuesta de su madre: asistir durante ocho semanas a un campamento de veraneo para señoritas que se llevaba a cabo en los Estados Unidos, en parte para alejarse de la mamá y en parte porque no tiene amigas con quien hablar al respecto y solicitar consejos, y en ese campamento la instruirían muy bien. Fue allí donde aprendió una serie de rituales de belleza, tips y pequeños trucos que la hicieron mejorar mucho su aspecto.
    —desde los trece años comenzó a sufrir de acné, lo que reafirmó su apodo “ugly Joe”, pero para entonces ya solía pasar tiempo con los hombres y éstos no le prestaban demasiada atención. Sin embargo, y aunque estaba ya acostumbrada a las mofas, seguían afectándole un poco. Su manera de defenderse de aquello era siendo más ruda y más impenetrable.
    —naturalmente, jamás ha besado a algún chico ni ha tenido relaciones sexuales.
    —su secreto más oscuro siquiera ella misma lo sabe, a pesar de que siempre lo ha sospechado quizá de forma más instintiva que cualquier otra cosa: el accidente de su padre no fue realmente un accidente. Su madre, Caroline, estaba muy enojada con Bernard, su padre, y lo culpaba del declive de su carrera artística, por lo que mandó a desfasar el coche donde él viajaría a un simposio de psicólogos en Lacock, sin saber que no ocasionaría “un par de lesiones” como ella imaginaba, sino la muerte definitiva de su esposa. Por tanto, Caroline Kingston, madre de Josephine, fue quien mató a Bernard Wright.
    —forma parte del club Premier Athletes, además de ser miembro de la Cámara de Estudiantes.
    —Luego de su estancia en el campamento de señoritas, Joe regresó con una piel mucho más hermosa que se esmera en cuidar cuando nadie la ve. Además, con el desarrollo sus caderas se hicieron un poco más anchas y sus pechos crecieron un poco, de forma que una silueta algo más femenina ayudó a aumentar su confianza. Aprendió a peinar su cabello de forma que no luciera soso y sin estilo, así como a arreglar sus uñas. Todo aquello le sirvió para adquirir un mejor aspecto que aún nadie ha visto… internamente se muere de los nervios por ver la expresión de todos sus compañeros cuando la “ugly Joe” que conocían, esté desaparecida por completo… bueno, al menos físicamente.
     
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    rhapsodic

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    Escritor
    Nombre: Ryan Frazer.
    Alias: Black-Howl.
    Edad y Curso: 18 años. 6to curso.
    Descripción psicológica: Padres y hermanos, escondan a sus hijas y hermanitas porque Ryan es la clase de hombre al que no querrán cerca de sus mujeres. Con un vocabulario lo suficientemente creativo como para impresionar a un camionero y dones de actuación dignos de un Oscar, Frazer es conocido por su ausencia de vergüenza y dudoso código moral a la hora de hacer lo que sea. Es el chico de cara bonita que no dudará en quitarte el dinero del almuerzo y reírse a tus expensas porque, bueno… es un bravucón, y se enorgullece de serlo. Si le preguntan, definitivamente no va a negar que es una mala persona.

    ¿Y lo es? Por supuesto que sí. Le gusta ser el centro de atención y hará de todo para que las cosas salgan como él quiere. Abusa del más débil y parece no tomarse nada en serio, al menos, no si no tiene que ver con él. Cuando las cosas le salen mal, busca culpar a otras personas en vez de asumir su responsabilidad, lo más triste es que suele salirse con la suya cuando esto sucede. No hace favores gratis, pues siempre pide algo a cambio, en el momento que mejor le parezca. Pedirle favores a Ryan Frazer es, probablemente, una de las peores decisiones que se podría tomar, pues una vez que le debes, no le terminas de pagar nunca.

    Es pretencioso, un poco arrogante en sus mejores momentos, orgulloso en los peores, siempre un manipulador y la viva muestra de que mientras más se alimente el ego de un hombre, más patán se torna éste. Puede ser encantador con las mujeres, el mejor amigo que algún imbécil podría tener, pero no por eso estaría demostrándoles quién es en realidad. Ryan es reservado, le gusta sentir que tiene control de su vida, de sus acciones y de su privacidad. No aceptará con los brazos abiertos a cualquier persona que de buenas a primeras pretenda meterse en sus asuntos. Con frecuencia, Ryan reacciona mal ante las personas que exigen demasiado de él, demasiado rápido.

    Claro que su ‘lado malo’ suele ser eclipsado por sus brillantes sonrisas y su actitud fresca y coqueta. Pero al enfadarse, Ryan es considerado peligroso. Y no porque se altere y empiece a repartir golpes a diestra y siniestra (que sí puede pasar, todo depende de cómo se sienta en el momento), él opta por métodos menos convencionales para cobrarse las cosas, pero incluso más dolorosas y humillantes que recibir una paliza en público; y es que Ryan es un maestro de la venganza. De una u otra forma, encuentra la manera de salir ganando, la mayoría del tiempo ni siquiera tiene que intercambiar palabras con su rival para hacerlo.
    No es flojo, ni perezoso, ni le gusta que hagan las cosas que él tiene que hacer. Es responsable con sus deberes (pero no le digan a nadie, porque tiene una reputación que cuidar). Se califica a sí mismo como alguien bastante inteligente, pero no es algo que vaya soplando por ahí porque no lo considera un atributo que lo diferencie de la multitud (así como tampoco considera su fama algo importante), sobre todo en un Instituto donde sólo hay ricos y nerds.

    Mujeriego. Ryan es capaz de hacer lo que sea y ser quien sea con tal de meterse en la falda de alguna chica que le guste, no descansará hasta haberse rascado las ganas con su sabor de turno. Si tiene que desnudarse en el pasillo, fingir ser un muchacho sensible e incluso besar a su peor enemigo para conseguir una cita, ten por seguro que Ryan lo hará. Afortunadamente, todo lo que le basta es un una sonrisa para conseguir lo que quiere. Él sabe que las mujeres se derriten por la imagen del chico malo y trata de dar esa vibra, no le cuesta para nada porque con su reputación, son ellas quienes lo buscan y no al revés.

    Metódico y preciso a la hora de actuar cuando la situación lo requiere. Sí, Ryan puede ser un inmaduro el noventa por ciento del tiempo, pero cuando debe ponerse sus pantalones de niño grande, no hay duda de que se comportará a la altura. Es extrovertido pero no meloso. Tiene confianza en sí mismo y en lo que hace, en todo momento; él siempre tiene la razón y es incapaz de equivocarse.

    Es un completo desastre cuando se trata de temas que requieran de sus emociones. Amistad, amor, camaradería, son cosas que Ryan tiene siempre frente a él pero que no ha sido capaz de alcanzar y tocar con sus manos. Él prefiere la idea de encuentros sin compromisos con jóvenes guapas y el dulce sabor de la independencia.

    Descripción física: Cualquiera que lo vea no va a pensar que está saliendo de la adolescencia, pues a punto de alcanzar el metro noventa, Ryan es más alto y fornido que la mayoría de los adultos que conoce. Se cuida a sí mismo y se ve, en la forma en que sonríe y se peina, (como si un tornado le hubiese pasado por el cabello pero que se ve muy a la moda), en el color de su piel bronceada y saludable, en lo ancho de sus hombros y la dureza de sus abdominales. Es un sujeto que va al gimnasio y al que se le ven los resultados, en el grosor y la fuerza de sus brazos y las piernas esbeltas.

    Su cabello es liso y negro. Lo usa largo en la cima de su cabeza y corto a los costados. Posee penetrantes ojos verdes, rodeadas de gruesas pestañas negras y resguardadas por oscuras cejas pobladas. Nariz en proporción a su rostro y labios gruesos, pero masculinos. Suele dejarse la barba, pues le da un aspecto más desaliñado y maduro, aunque no es para nada anormal verlo afeitado de vez en cuando.

    Ryan se viste presentable. Camisas, pantalones y zapatos de vestir, preferiblemente colores oscuros (negros, grises, azules). Tiene afinidad por la ropa deportiva pero rara vez la usa fuera del gimnasio. Detesta usar corbatas así que a menos que el outfit lo requiera, no usará una.

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    Reseña biográfica: El matrimonio de Jack Frazer (quien fue gobernador de tres estados diferentes), y Sofía Harrison (una mujer que no tenía una palabra en su boca que asemejara la gentileza de su imagen), dio como producto a Ryan y a su hermana gemela, Queen, no mucho antes de que la carrera de ambos padres se disparara hasta el cielo. Se crió rodeado de lujos y política. Política es todo lo que Ryan ha escuchado desde que tiene memoria, ya sea de parte de su madre o su padre. A pesar de que en cierto sentido él se sintió más apegado a su padre en la infancia, fue su madre quien tuvo un papel importante en el desarrollo de su personalidad, pues tal como Sofía, Ryan es persuasivo, arrogante y un manipulador nato. Lo más irónico del asunto es que Ryan puede asegurar que si tuviera que elegir entre sus dos padres, salvaría a Jack y dejaría que a Sofía se la comieran los tiburones.

    La relación con sus padres jamás fue mala. De hecho, ‘mala’ implicaría que ellos le hubiesen puesto atención para algo más que no fuese asegurarse de que tuviera calificaciones excelentes y fuera el muñequito de torta que querían que fuera. Los primeros diez años, Ryan hacía de todo con tal de hacerlos sentir orgullosos de él, hasta que finalmente se dio cuenta de que nada de lo que hiciera haría que ellos se comportaran como ‘padres reales’. La relación con su gemela, en cambio, nunca fue tan agradable. Peleaban por todo constantemente, y Ryan trataba en lo posible de salirse de su camino para no tener que hablar con Queen. Entre ellos definitivamente no existía esa conexión ‘mágica’ que tienen los gemelos porque a los doce años, si le preguntabas qué pensaba de su hermana, Ryan habría dicho que la detestaba.
    Queen cayó en coma cuando Ryan tenía catorce años. La dinámica en su familia cambió radicalmente gracias a eso.

    No mucho tiempo después de la muerte de su hermana, entró a Estudiar en el Henry VIII, empujado por las constantes insistencias de su madre porque aprendiera un poco de ‘cultura’. A Ryan realmente no le importó ser removido de su colegio anterior porque no tenía amigos ahí, sólo ‘contactos por conveniencia’, y fue precisamente por eso que no esperó hacerse amigo de un sujeto un año mayor que él, llamado Nathan. Si bien la Institución les daba la oportunidad a los estudiantes de ir a sus hogares durante las fiestas y los fines de semana, Ryan evitó tener que ir a ver a su familia y en cambio, se quedó en las instalaciones o fue con Nathan a su casa.

    Gustos y disgustos:

    —Es adicto a la comida chatarra. Es un vicio que tiene desde pequeño y que ni siquiera con el ejercicio ha podido quitarse. ¿Papas fritas, sodas, cualquier comida que contenga grasa, dulces? Pónsela en frente y la devorará sin quejas.
    —Se muere por ver cualquier película de súper-héroes que salga en el cine. Sobre todas si estas pertenecen a Marvel. Tanto así, que en su habitación tiene una estantería llena de películas, series y cómics sobre cada héroe habido y por haber.
    —Le encanta salir a divertirse, pues es un fiestero nato. No hay nadie que rumbee mejor que Ryan, él es el alma de la fiesta, la cereza del helado, la mantequilla de maní que le hace falta a tu pan con jalea.
    —Le gustan las chicas morenas, pero no discrimina. Rubias, pelirrojas, altas, bajitas, llenitas o flacas; todas lucen igual para Ryan en cierto punto de la noche.
    —Ama que lo subestimen. Es casi excitante para él verle la cara al sujeto que se atrevió a dudar de él, cuando le prueba lo contrario.
    —Le fascina beber alcohol, pero contraria a la creencia popular de que él es un macho alpha y puede beberse diez botellas sin sentir los efectos, Ryan se embriaga si bebe con mucha prisa. Tiene que ser cuidadoso en no mezclar las bebidas y controlar el ritmo al que bebe sino quiere volverse mierda demasiado rápido.
    —Detesta usar corbata. Siente que lo ahorca, que no respira, que no es él mismo, se siente como un completo anciano usando una.
    —No hay otra cosa que más odie que estar sucio. Tierra, polvo, barro… perderá la cabeza si se mancha la ropa, a menos claro que esté en una situación que la requiera. Aún sí, correrá a echarse una ducha en la primera oportunidad que tenga.
    —Odia profundamente que le interrumpan el sueño. Cuando está durmiendo, quiere que le respeten su espacio. Si lo levantan antes de que su despertador suene, probablemente le arranque la cabeza a quien se atrevió a hacer algo así.
    —Le desagrada tener que presentarse en eventos de sociedad, donde tiene que medir lo que dice y cómo actúa. Los considera aburridos, una completa pérdida de su tiempo.
    —No es fanático de las chicas (o personas en general) que se tiñen el cabello de colores inusuales (como fucsia, verde, azul). Tampoco es disimulado al respecto; suele compararlos con el arcoíris, muchas veces en voz alta.

    Extras:

    —Es extranjero, Estadounidense para ser exacto. Ryan nació en Los Ángeles y vivió ahí hasta los siete años.
    —Su mejor amigo es el hijo de uno de los tantos socios de sus padres. Se llama Nathan Stanley, y es un año mayor que él. Lo conoció en el club Premier Athletes, estando en tercer curso. Se graduó del Instituto cuando Ryan avanzó a sexto curso. Nathan es probablemente la única persona que sabe con detalle sobre casi cada aspecto de la vida de Ryan.
    —Ryan es conocido en los pasillos por su tendencia a gastarle bromas pesadas a sus enemigos. Para él no hay diferencia entre hombres y mujeres a la hora de vengarse, lo único que cambia es el método en que va a cobrárselas. Su broma más popular consistió en acostarse con la novia y hermana de uno de sus rivales y subir el video a youtube.
    —Se burla de las personas que se toman sus responsabilidades muy en serio. Está consciente de que esto lo hace un hipócrita puesto que él está en ese grupo de gente.
    —Le han roto la nariz dos veces, porque de pequeño frecuentaba meterse en peleas. Incluso ahora no es anormal verlo en detención un par de veces por la cantidad increíble de problemas en los que se mete, aunque siempre busca la manera de salirse con la suya y no ser reprendido.
    —Su hermana gemela, Queen, era mayor que él por dos minutos. Con frecuencia a Ryan le enoja que mencionen cómo ella era su versión femenina tanto en apariencia como en actitud. Queen cayó en un coma a los catorce años después de sufrir un paro respiratorio ocasionado por una sobredosis de somníferos que Ryan le administró para poder fugarse de la casa con unos amigos. Queen no está muerta, pero las posibilidades de que despierte se agotan con el pasar de los años. Ryan considera que asesinó a su hermana, pero sólo él sabe la verdad de lo que pasó. Sus padres y la prensa piensan que Queen trató de suicidarse.
    —Aunque evidentemente Ryan no es un santo, sólo ha besado a tres chicas en su vida. Dos de ellas fueron sus novias y a otra la besó estando ebrio. Considera que besar es un acto íntimo que sólo le gustaría hacer con una chica a la que de verdad quiera y no a uno de sus sabores del momento.
    —Pertenece al Premier Athletes, jugando fútbol. Además de este, también pertenece a la Cámara de estudiantes y La Manada, pues a pesar de tener una reputación explosiva y pintoresca, sus calificaciones son excelentes. En parte, por capricho de sus padres y porque él se acostumbró desde muy pequeño a poner todo de sí en cada cosa que hacía.
    —Su familia y los Stanley son socios en campañas y trabajan mucho juntos. Ryan está al tanto de la naturaleza corrupta de estos tratados entre ellos, pero no deja que echen a perder su relación con Nathan. En lo que a él respecta, su padre y madre pueden hundirse en sus porquerías siempre y cuando no le salpique.
    —Toca el violín y el piano con una facilidad admirable, pero detesta hacerlo. Su madre lo obligó a tomar clases cuando era niño, junto a Queen, e incluso después de que ella murió. El único instrumento que le gustaría tocar sería la guitarra pero entre las clases y su vida social no encuentra el tiempo para hacerlo.
    —Va todos los días al gimnasio. Hacer ejercicio lo relaja, aclara su mente y lo divierte. A pesar de que devora comida chatarra cada vez que puede darse el gusto, por lo general trata de comer saludable y hace dietas con el ejercicio. Él es la típica persona que se contradice en un restaurante pidiendo pollo a la plancha y una botella de Coca-Cola.
    —Sus padres quieren que también sea un político, uno incluso más grande que ellos. Y con ‘ellos’ Ryan se refiere a su madre, la persona que domina la relación marital, pues su padre sólo se deja llevar por la corriente para mantener la paz. A Ryan no le hace ilusión ser un político, y aunque realmente no planea serlo, tampoco le lleva la contraria a su madre.
     
    Última edición: 18 Octubre 2016
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    Escritor
    Nombre: Savannah Stanley Collingwood.
    Edad: Diecisiete
    Alias: BabyGrowl
    Personalidad: a simple vista parece ser la típica chica popular de la escuela, la niña de reputación excelente e intachable. Linda con la mayoría de las personas casi todo el tiempo mientras no se le saque de sus casillas; generalmente alegre y tranquila, aunque juguetona a veces, obedece las reglas siempre y cuando le convenga. Tiene muy en claro que su supervivencia y su bienestar personal van por encima de la del resto del mundo, lo que la convierte en un ser bastante egoísta, pero su habilidad innata para torcer la realidad y hacer que te creas sus versiones de las cosas pueden hacer que te transformes en el culpable de algo que jamás hiciste, y que te convenzas de ello. Para Savannah, dentro de su realidad, ella nunca es responsable de nada de lo que le pasa, y el dedo siempre señalará a alguien más que a sí misma, porque dentro de su cabeza ella siempre será la víctima de todo lo que le pase.


    Tiene poca paciencia, llegando a desesperarse si algo no le sale bien (jamás mostrándose desequilibrada con los demás, optando por encerrarse y hacer el berrinche donde nadie la pueda ver), aunque como todo, siempre depende de lo que implique ese algo. Pocas veces deja que las cosas la afecten porque se ha creado una ilusión de sí misma donde ella es un gigante intocable a la que los problemas mundanos no le hacen ni cosquillas en los talones, así que hace falta de mucha fuerza de voluntad para descompensar sus chacras, pero si eres el culpable de uno de sus ataques de histeria no creas que te lo dejará ir fácil. Si bien los ataques de furia no le suelen durar tanto porque tiene miedo a que le salgan arrugas por el enojo o que le salgan bolsas bajo los ojos por llorar, teman por todo lo que se encuentre en su camino, porque tiende a destrozar algo para que la furia se le vaya más rápido.


    Muy a pesar de su naturaleza retorcida y siendo un poco contradictorio, Savannah pocas veces se ve atrapada por el sufrimiento porque, simplemente, no deja que le pase nada. Calmada y tranquila, jamás se la verá buscando problemas porque detesta que su nombre esté en boca de todo el mundo si no es para bien. El llamar la atención no es propio de ella si no es para que admiren su rostro de muñeca, sus proporciones perfectas, sus calificaciones inmaculadas o la ilusión de tener una vida ilustre de la cual quisieras formar parte. Jamás se le verá meterse con alguien, al menos no directamente, porque detesta ensuciarse las manos con los asuntos de a quienes considera inferiores a ella.


    Es calculadora hasta por demás, porque siempre, antes de decir siquiera una palabra, mide las consecuencias de las mismas. Siempre está cuidándose de los rumores, por lo que para el público, su actitud siempre será la más correcta y la que menos dé para hablar. Jamás olvida con quién charla para ver lo que puede o no puede soltar. Planea hasta los gestos que hará si se da cuenta de que hay alguien mirándola. Las conversaciones con Savannah siempre resultan atractivas, amenas, interesantes, agradables, incluso si te está degradando, pues esconde los ataques bajo cumplidos irónicos y sarcásticos tan finos que seguro no te darás cuenta de que te está insultando bajo tus narices hasta luego de que se haya ido, y seguro ni siquiera podrías pensar que ella te hubiera dicho tales cosas porque su sonrisa de niña buena te inspirará confianza hasta el punto de estarte apuñalando de frente sin que te dieras cuenta de lo peligrosa que es.


    Es una persona muy graciosa y elocuente a la que le gusta divertirse (muchas veces a cuesta tuya sin que tú te des cuenta) aunque no es tan extrovertida como se le pinta, ya que tiende a retraerse un poco con las personas que no conoce, adoptando una actitud educada y bastante formal, pero sin llegar al trato de usted con quienes forman parte de su generación. Casi siempre te mira con una sonrisa en los labios y te presta atención mientras le hablas, pues debe aprender la mayor cantidad de información posible para poderte analizar y sacar tus debilidades que convertirá en sus propias fortalezas. Es el tipo de personas que te alegran el día no bien te saludan, porque nadie te prestará más atención que Savannah.


    Tiende a hacer que las personas se sientan bien a su alrededor porque siempre se sacará un elogio de bajo la manga con el cual hacerte sonrojar. Te hará entrar en confianza y hará que la quieras quizás más que a un familiar cercano, porque crea esa ilusión de que siempre estará disponible para ti, de que te tiene cubierto, de que puedes contarle tus problemas para que ella los resuelva cuando muchas veces ella es quien te genera los problemas sin que tú te des cuenta, todo con tal de que la veas como una heroína. Es una joven coqueta y te hará saber cuando esté interesada en algo tuyo. Savannah siempre será lo que quieres que sea, haciéndote creer que tienes alguna clase de control sobre ella, cuando es ella en realidad quien llevará las riendas en el asunto, pues sabe que tiene lo que los chicos quieren y cree que por eso tiene alguna clase de poder sobre ellos, y que, en efecto, si les da lo que quieren, dejará de tenerlo, por lo que el dicho ‘prender el boiler y no entrarse a bañar’ la define mejor que nadie; Savannah buscará la forma de engatusarte y que tengas la necesidad de volver a ella, buscando más de lo que te dio, sin tener que mover un dedo por sí misma.

    Descripción física
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    No aparenta su edad porque tiene, literalmente, el físico que toda mujer de veinte y tantos años querría tener. Nadie la contradeciría si dice que tiene sus veintecitos. Es alta para el promedio, rozando el metro setenta. Posee unas piernas largas y torneadas, delgadas y con los músculos firmes que terminan en un trasero redondo. De abdomen plano y cintura muy estrecha en comparación con sus caderas amplias. Sus senos no son excepcionalmente grandes, pero tampoco son pequeños; tienen el tamaño justo a su delgada contextura. Sin embargo su rostro es aniñado; las facciones suaves y femeninas le dan un toque inmaduro e infantil, cosa que casi siempre termina delatando su verdadera edad. Labios carnosos, ojos de color celeste, casi cian, nariz pequeña y piel de porcelana. Cabello castaño con reflejos más claros que le llega a la mitad de la espalda, el cual suele alargar con extensiones en ocasiones especiales.


    En cuanto a su forma de vestir uno puede decir que depende mucho de la clase y cantidad de miradas que quiera atraer. Su vestuario es muy variado y femenino donde predominan los outfits más formales pero que siempre acomoda para mostrar algo de piel, aunque siempre va a estar en óptimas condiciones impecable. Su cabello siempre se verá con ondas desarmadas y trenzas, suelto, casual, y opta por no usar mucho maquillaje más allá de un poco de hidratante en los labios y algún corrector en las ojeras.


    Cuando va de fiesta, sin embargo, uno podría casi que ni reconocerla, pues saca la artillería pesada. No le importa llevar tacones de quince o más centímetros y parecer una torre de metro ochenta porque considera que así llegará a alegrar el ojo de muchos incluso desde la distancia. Para la vida nocturna suele ponerse cualquier cosa ajustada que le grite al mundo qué tan mujer es y de cuánta carne bien puesta está hecha.


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    Reseña biográfica: cuando uno cree que las telenovelas son demasiado dramáticas para ser ciertas es que no tienen en cuenta la historia de Savannah Stanley Collingwood; Stanley porque su madre se casó con un político de mala vida por un capricho (y porque su padre no iba a desaprovechar la oportunidad de quedar vinculado a una de las familias más asquerosamente ricas de Inglaterra), y Collingwood porque su madre proviene de una familia muy ligada a la realeza, más precisamente, de los encargados de la educación de los herederos de la corona (al menos en la época de antaño).


    Así, dentro de un matrimonio necio sin amor, nació Savannah, muy curiosamente, un treinta y uno de diciembre, muy próxima a la media noche. Teniendo a un hermano mayor y siendo siempre la más joven dentro de su generación, poco le quedaba a ella por hacer para impresionar y destacar. Si sacaba buenas notas su hermano las había sacado antes; si aprendía a tocar el piano alguien en su clase ya lo dominaba mejor que ella. Y para culminarla, tampoco podía destacar por bonita pues no entraba en la definición de ‘belleza’ de sus compañeros. Sí, Savannah Stanley Collingwood pasó su infancia siendo la gordita de lentes de la clase que no podía correr diez metros sin toser un pulmón por la falta de resistencia.


    A la edad de los catorce años, cuando a todas las chicas ya le estaban creciendo los pechos y empezaban con el jueguito de ‘arreglarse bonitas para los muchachos’, Savannah empezó a sentirse más que mal con su cuerpo de niña gordita, así que encontró buenas amigas en Ana y Mia. Cuando las jovencitas de su edad empezaban a meterse los dedos por ciertos agujeros buscando experimentar en la oscuridad de sus cuartos, Stanley se los metía en la garganta con cierta desesperación. Tanto así fue que su abuela la internó por un tiempo en una clínica en Francia, alejada de las cámaras porque esto era algo que definitivamente no debía saberse, y una vez se estabilizó su desorden alimenticio (luego de casi un año de estar encerrada lidiando con psicólogos), Savannah recuperó el tiempo de estudio perdido hasta volver en el corriente año a Henry VIII.


    Extras:
    —Odia quedarse con las ganas de lo que sea y tiende a ser bastante competitiva, no importa el reto que se proponga, siempre debe ser la mejor.
    —Es una paciente en recuperación de trasntornos alimenticios. Es algo que nadie sabe, porque cuando todo el mundo creía que ella estaba estudiando francés en el extranjero, en realidad estaba en una clínica para rehabilitarse. Es muy obsesiva con lo que come y tiende a guiarse por una dieta más que nada vegana e hipocalórica, por lo que si bien es raro verla comiendo, jamás se la verá comer cosas pesadas.
    —Tiene una leve obsesión por su cabello. Mira mal a cualquiera que se lo toque sin permiso y siempre está jugando con las puntas del mismo con cierta coquetería.
    —Ha modelado un par de veces para marcas importantes, pero todas son conexiones maternas. Sólo lo hace para presumir un poco y divertirse.
    —Tiende a hacer berrinches cuando está molesta, como pucheritos o empujar un cachete con la lengua desde adentro, pero jamás perderá los estribos en público. No levanta la voz, no insulta ni mucho menos llora frente a nadie.
    —Su temperamento es algo volátil y se la molesta con cierta facilidad, pero no es algo que se perciba a simple vista porque no se desquita frente al ojo público.
    —Savannah actúa como si no le tuviera miedo a nada cuando en realidad le tiene miedo a todo. No suele demostrar cuando está asustada salvo cuando está frente a insectos pequeños o cualquier otra criatura que pudiera metérsele en los oídos. Les tiene pavor.
    —No tiene un perfil propio en las redes sociales. Suele crearse perfiles falsos para husmear en cosas que le interesan, pero no hay ninguna ‘Savannah Stanley Collingwood’ registrada por ningún lado, al menos no la genuina.
    —Aunque no lo parezca, Savannah es virgen. Ha besado a más de algún chico francés mientras coquetea, pero no ha conocido a nadie digno de reventarle la cerecita.
    —Cuando era muy pequeña su madre la dejó sola en el baño para hablar por teléfono. Como la bañera era de tamaño industrial, Savannah se ahogó en ella hasta el punto de tener que reanimarla en urgencias. Desde entonces le tiene pánico a las masas de agua y nunca se acerca a las piscinas o se mete siquiera en el mar, aunque sea a mojarse los pies, y por ende jamás aprendió a nadar.
    —No es alguien que tenga demasiado maquillaje, pues no lo utiliza mucho. Lo que más tiene es labiales, que tendrá alrededor de diez.


    Gustos:
    —Muy a pesar de lo que piensa la mayoría de la gente, su color favorito es el negro y los tonos metálicos. Le encanta vestir colores oscuros.
    —El té de menta. Es algo adicta a él y se pasa prendida a su taza térmica, la cual lleva a clases y a todas partes a las que va.
    —El primer domingo de cada mes. Su abuela va a visitar a la Reina para tomar el té con ella y Savannah, como si fuera un accesorio de su abuela, nunca falta a estos encuentros.
    —No es una chica que disfrute necesariamente de leer libros, pero sí que le gusta ir al cine a ver películas. Siempre suele escaparse a ver los estrenos de Marvel o cualquier película de acción.
    —Si hay algo que la atrae es un buen perfume. Tiene unos cuantos en su tocador.
    —Le encanta maquillarse los labios de un color oscuro como el borgoña, pero esto solo cuando la ocasión lo amerita.
    —Muy a modo princesa cliché, le encantan las sábanas de seda y eso es lo que tiene en su cama. Lo curioso es que son negras.
    —Los perros. Si hay algo en el mundo por lo cual Savannah perdería la compostura es por los animales, porque es capaz de tirarse a rodar en el barro con ellos.

    Disgustos:
    —Que no la escuchen cuando habla. La desespera y la hace volverse insistente hasta que le prestes la atención que obviamente se merece.
    —El aroma a cigarro y marihuana. La descompone.
    —Las drogas en general. No es alguien que esté cómoda teniéndolas frente a ella, cuanto más consumiéndolas, así que solo ha probado un par de porros y nunca nada más. Suele beber alcohol muy de vez en cuando, pero jamás en grandes cantidades.
    —La gente que se adjudica confianzas con ella sin que ella les de permiso.
    —Su primer apellido. Siempre que tiene la oportunidad se presenta como ‘Savannah Collingwood’, obviando el ‘Stanley’
    —Debido a que su padre es un mujeriego, ha desarrollado un enorme rechazo a los hombres como él.


    Si se me ocurre algo edito (?)
     
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    —¿Has notado lo buenorra que se ha puesto Savannah Collinwood?

    Ryan rodó los ojos por enésima vez en presencia del idiota que estaba dirigiéndole la palabra, y no podía entender por qué alguien de segundo curso quisiera hablarle a él, que tenía fama de morder la yugular de cualquiera que se le acercara. Vale, el problema no era que el sujeto quisiera llevar una charla con él, sino los temas de conversación que elegía.

    ¿Políticas? ¿VIH?
    ¿Quién hablaba de enfermedades de transmisión sexual mientras echaba una meada?

    —Nop. La verdad, estoy teniendo problemas tratando de recordar a cualquier Savannah.
    —Savannah Collinwood. Alta, ojos azules, un culo de muerte…
    —Ah —Él mantuvo su vista enfrente, terminando de hacer su negocio para meterse dentro del pantalón otra vez y tirar de la palanca—. ¿Hablas de Savannah Stanley?

    El pequeño idiota se sonrojó del cuello hasta las raíces del cabello, mirando a Ryan con más atención de la que era bienvenida.

    —¡Sí! Jesús, daría de todo con tal de tirarme algo así, preferiblemente a ella.

    Qué gusano.

    Con toda la calma del mundo, Frazer caminó hasta los lavabos y comenzó a limpiarse las manos, con una esquina de sus labios alzándose en una sonrisa torcida. Ryan habría estado perdiendo su toque, porque la mierdecilla se sentía totalmente a gusto hablando a voz pópuli sobre cada cochinada que le gustaría hacerle a la hermanita de su mejor amigo.

    —Te lo juro, hombre, esas tetas son-

    Ryan lo tenía sujeto del cuello de la camisa antes de que el sujeto pudiese terminar la oración, restándole importancia al hecho de que éste probablemente era un crío de no más de quince años que estaba fantaseando con perder la virginidad en la forma más cochinamente posible. A él no le importaba eso, si había un Dios ahí arriba este sabía que Ryan Frazer era de todo menos un santo, pero no podía seguir lavándose las manos mientras la pequeña escoria fantaseaba con Savannah.

    Nathan y él eran buenos amigos. Joder, Ryan lo quería más de lo que alguna vez quiso a su hermana Queen… ¿qué clase de lealtad estaría demostrándole si dejara que cualquiera hablara sobre las tetas y el culo de Savannah en su presencia?

    Además, si alguien iba a fantasear con reventarle la cerecita a Stanley, ese iba a ser él.

    —Escúchame, Bob.
    —E-es R-Rob, señor.
    —Rob, Tom, Bob, me importa una mierda, tú escúchame. Savannah Stanley está fuera de los límites, ¿entiendes? —Lo zarandeó apenas, y el chico asintió frenéticamente; Ryan casi sintió lástima por él—. Eso quiere decir que no puedes mirarla, soñarla, hablarle o jalártela pensando en ella. Porque sabré si lo haces, siempre me entero de estas cosas. ¿Entiendes, John? Bien. Me alegra que hayamos llegado a un acuerdo.

    Lo soltó y le revolvió el cabello, haciendo una mueca cuando el gel de peinar se le pegó a los dedos.

    —Y deja de usar esa porquería en el pelo. No te vas a follar a ninguna chica si sigues peinándote como Ace Ventura.

    .
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  7. Threadmarks: No era nadie [Josten]
     
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    Personajes: Josten Ryze (Jost)
    Mes:Mayo.
    Palabra: Lástima.
    PM número: 3.
    Cantidad de palabras: 813.
    Breve resumen: 'Alrededor de su madre, era sólo un niño llorón. .'

    No era nadie.




    Sentía la rabia burbujearle en la sangre. ¿Realmente era tan simple para él? Sólo así. Dejarla en ese sitio que estaba más cerca de un manicomio que de centro de rehabilitación, haber corrido el rumor de que ella estaba muerta –aunque no había confirmado nada públicamente-, la había sepultado en lo más hondo del hoyo. Y ahora simplemente había decidido casarse.

    —Me das asco —bufó hacia su padre con vivo resentimiento, el aludido lo veía con rostro impasible, parpadeando lentamente sospesando lo que iba a decir—. Nunca la has querido realmente. —Le reprochó con odio, tan intenso que su rostro había enrojecido y permanecía con las manos empuñadas—. ¡Por eso la encerraste! ¡Para librarte de ella!

    —Sólo porque ella arruinó su vida, no detendré la mía Josten. Me caso y espero verte impecable en un smokin el día de la boda. —Dio el tema por cerrado, girándose para cerrar la puerta de la habitación de su hijo tras de él. Jost tomó la lámpara de su mesa de noche y la aventó a la pared. Lo odiaba, odiaba cada palabra que salía de la boca de ese tipo. Se lanzó sobre la cama, tapándose el rostro con la almohada para evitar –aunque estaba completamente solo- que alguien viera las lágrimas de impotencia que se derramaban de sus ojos.

    Respiró profundo, e incluso sin bañarse, se colocó una franela y agarró unos lentes para cubrir sus ojos rojos y salió de la casa, pisando el acelerador a fondo hasta que estacionó frente al centro de rehabilitación Asix, mostró su tarjeta de familiar en la recepción y subió directo a la habitación que tantas veces había visitado durante todos esos años. Tocó la puerta antes de entrar a la amplia habitación, era como un mini apartamento. Su padre había asegurado la comodidad de la que pronto dejaría de ser su esposa con una considerable donación extra al centro. Y allí, en la amplia cama de dosel, con el cabello rubio derramándose sobre las sábanas blancas estaba ella. Su madre.

    ¿Cómo se iba a parar frente a todos, sonreír por la felicidad de su padre, mientras ella estaba aquí en el olvido? Aislada de todo, sola y sin ningún tipo de apoyo o consuelo.

    La enfermera descansaba al lado de la cama, sentada medio dormida con un libro sin terminar en las manos. Se paró de inmediato al verlo entrar, dándole un leve saludo con una sonrisa alentadora.

    —Quizás hoy sea más fácil—Y salió de allí. Sabía que Josten quería un tiempo a solas con su progenitora así que apenas llegaba, ella se iba a descansar. Rió negramente para sí mismo, nunca sería más fácil, siempre sería lo mismo.

    Caminó hasta la cama, hizo a un lado las sábanas y se acostó con ella, abrazándola en sus fuertes brazos. Su madre siempre había sido cálida. Pese a sus múltiples problemas, él la amaba sobre todas las cosas. Ella era lo único valioso en su vida. La abrazó aún más fuerte, evitando llorar. Ella estaría allí el resto de su vida; había atentado contra su vida en diversas ocasiones y sabía que no podía dejar su adicción, era algo más psicológico que otra cosa, por eso estaba confinada a estar encerrada allí.

    No es que no fuera capaz de desmentir a su padre frente a todos, pero no era capaz de someterla a ella a ese escarnio público, ella sería la burla de la sociedad, de su familia. No la pondría de esa forma en ridículo.

    La amaba sobre todas las cosas…

    Sus orbes azules –idénticos a los de él- se abrieron con lentitud. Lo observaron como un cervatillo asustado y con un grito se levantó de la cama apartándose con brusquedad de su lado. Josten suspiró, frotándose el rostro para armarse de paciencia.

    —Soy yo mamá, Josten, tu hijo —suspiró, poniéndose de pie. No era la primera vez y sabía que no sería la última. Los medicamentos en uno de sus intentos de suicidio habían afectado sus recuerdos y su memoria. Él ya no estaba allí, era un difuso recuerdo que pasaban todo un día en recuperar para volver a olvidarlo tan pronto como él abandonaba su habitación. Para ella, él no formaba parte de su vida. Aunque él iba cada vez que podía, pasaba horas haciéndole recordar, mostrándole fotos, hablándole de sus recuerdos, ella le reconocería por un intanste, lloraría de emoción y le acunaría en sus brazos, no pararía de murmurar “mi niño, que hermoso estás”, pero al final del día… él no era nadie. No había una marca de él en ella. Contenía las lágrimas, porque jamás nada sería igual. Nunca le recibiría con una sonrisa en casa, nunca lo abrazaría o se preocuparía por él.

    La amaba sobre todas las cosas, aunque ella no le reconociera. En esos momentos, sentía lástima de él mismo y su porquería de vida. Alrededor de su madre, era sólo un niño llorón.
     
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  8. Threadmarks: Delgado [Josten]
     
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    Nombre del FFC: Royals
    Personajes: Josten Ryze (Jost)
    Mes: Mayo.
    Palabra: Dieta.
    PM número: 4.
    Cantidad de palabras: 392.
    Breve resumen: ' Gracias a Dios por su contextura delgada. Podía darse sus gustos cuando le diera la gana. '



    Delgado

    Suspiró cansado, enrollándose la bufanda en el cuello antes de salir al frío de Manhattan. Estaba por unos días en su ciudad favorita, la que antes era su casa y que siempre sería su hogar. Acababa de terminar una sesión de fotos para una importante marca de productos de cuidado facial, era un contrato que mantenía desde hace algunos años –una excusa más para venir a Norteamérica-. Empezó a caminar y fue rápidamente alcanzado por una de sus compañeras. Pelo negro largo, en bucles, nariz pequeña y perfilada, ojos avellana y cuerpo de infarto. Trató de recordar el nombre de la chica y nada le vino a la mente, no la recordaba. Así que se limitó a seguir caminando, sin ningún intento de entablar conversación con la chica.

    —¿A dónde vas? —Le preguntó la pelinegra, mordiéndose el labio nerviosa.

    —A comer —contestó tranquilo, llevándose las manos al pantalón para calentarlas un poco, debían estar al menos a 12 o 14 grados.

    —¿Puedo acompañarte? Conozco un restaurant cerca de aquí de comida griega muy bueno —sugirió la chica.

    Jost se detuvo por unos segundos, le dio una segunda mirada. Seguía sin recordar su nombre.

    —¿Cómo te llamas? —inquirió, tratando de modular la voz para no sonar tan ofensivo.

    —Trisha —contestó la chica sonrojándose.

    —Bueno Trisha, realmente, quiero solo sentarme en un carrito de perro calientes, pedir una deliciosa hamburguesa con mucha salsa, tomarme un refresco bien frío y disfrutar de ésta ciudad, solo. Espero no te moleste —repuso con tranquilidad, pero firme.

    La chica murmuró una disculpa y se fue. No se sintió mal, en realidad le daba igual, era un ritual, no podía salir de Manhattan sin haberse comido al menos una hamburguesa en cualquier puesto callejero. Siguió caminando hasta que dio con uno, pidió una triple con mucha salsa. A los minutos estaba sentado comiendo con verdadero gusto.

    —Delicioso —ronroneó con verdadero gusto mientras se limpiaba la boca y se tomaba el refresco para pasar la comida. ¿Dieta? ¿Qué dieta? Esa palabra no existía en su vocabulario. Gracias a Dios por su contextura delgada. Podía darse sus gustos cuando le diera la gana.
     
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  9. Threadmarks: Los hombres no lloran [Josten]
     
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    Nombre del FFC: Royals
    Personajes: Josten Ryze (Jost) / (Jane&John, sus padres)
    Mes: Mayo.
    Palabra: Inocente.
    PM número: 5.
    Cantidad de palabras: 1588.
    Breve resumen: 'Los hombres nunca lloran… Le había dicho ella, pero, ¿cómo no llorar cuando te arrancan lo más preciado de tu vida? ¿Cómo no llorar, si sentía que se le partía el corazón, que se le caía a pedazos?'

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    Los hombres no lloran
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    Los hombres no lloran.


    Hizo sus pequeñas manos puños, tratando con todo su esfuerzo mantenerlos despegados de su cuerpo, mientras se repetía una y otra vez en su mente esa frase. Los hombres no lloran, punto. Así sintiese como las agujas le perforaban cuando su madre fallaba, debía permanecer quieto, porque ella siempre le repetía eso. Y él era un hombre, no se permitiría llorar.

    —¿Falta mucho? —preguntó hacia su madre, sus orbes azules estaban aguados conteniendo las lágrimas que luchaban por salir. Su labio inferior temblaba involuntariamente. Si éste era el precio por vestirse bien, realmente no lo quería. Odiaba éstos momentos.

    —No hables, o puedo pincharte cariño. —Le regañó su madre, descaradamente, ignorando la piel rojiza del niño por los costados y piernas. Pero él asintió, como si las palabras de su madre fuesen una verdad absoluta.

    ----*-----

    —Cómete todo, Josten —ordenó su padre desde el otro lado de la amplia mesa, el niño negó con la cabeza y su padre suspiró—. No crecerás si te alimentas mal —insistió, haciendo que el rubio cediera y tomara un bocado de la comida frente a él.

    Todos los días era lo mismo; ese pesado silencio que se alojaba entre sus padres en cada cena –la única hora en las que los veía juntos- era algo extenuante y pesado. Los ojos de su madre rehuían a su padre y siempre esperaba impaciente que Josten terminara de comer para retirarse con él.

    —¿Qué te ocurrió en los brazos? —preguntó al observar uno que otro pequeño morado en la piel nívea del infante. Josten se echó hacia atrás como reflejo, miró hacia su madre nervioso y devolvió la mirada a su padre.

    —Me lastimé jugando —mintió, cruzando sus dedos bajo la mesa para que su padre no le preguntara otra vez. No quería que se enojara con su madre, ya había pasado una vez y escuchó los gritos toda la noche. Su papá exageraba, no entendía que él era un hombre y podía aguantar. Llamaba a su madre loca y mala madre. Y no, ella era la persona que él más amaba en el mundo.

    —¿Qué, rodaste por el jardín? —inquirió con sarcasmo, se levantó de la mesa, arrodillándose frente a su hijo, le levantó las mangas de la camisa y contuvo el aliento. Nuevas marquitas se alojaban sobre las viejas, completamente visibles en su piel de nieve –heredado de su sangre inglesa-. Arrugó el ceño, pasando su vista de Jane a Josten; respiró profundo, poniendo al niño de pie para revisarlo bien, incluso bajando sus pantalones. El niño se tensó humillado bajo el escrutinio de su padre—. ¿Qué te pasó, Josten? —exigió—. Y no te atrevas a mentirme otra vez.

    —Me caí. —Volvió a decir, con el rostro enrojecido. John dejó escapar el aire bruscamente.

    —Vete a tu habitación y sólo podrás salir cuando yo lo diga —ordenó con dureza, colocándole otra vez la ropa en su sito correctamente. El niño asintió y titubeó al principio de las escaleras.

    —¿Vienes conmigo, mami? —pidió, nervioso, temeroso de lo que sabía ocurriría.

    —No. Tu madre tiene que hablar conmigo. —Le cortó su padre bruscamente sentando sin delicadeza nuevamente a la mujer que hizo el amago de levantarse. Otra vez el temblor en el labio, una lágrima de miedo y culpabilidad se deslizó en silencio por sus mejillas sonrojadas.

    —Tranquilo mi niño, subiré en un rato. —Le sonrió Jane, devolviéndole una mirada calmada a esos orbes idénticos a los de ella. Josten asintió subiendo pesadamente las escaleras encerrándose en su cuarto.

    Pero el cerrar las puertas no le impedía oír los gritos de sus padres.

    -----*------

    Entró el silencio en la habitación, como un ladrón en su propia casa. La habitación que tan pulcramente permanecía en el día, en las noches era como un país sin reglas. Las botellas estaban tiradas por el piso, algunas incluso rotas. Rápidamente, comenzó a meter todo lo que pudo en las bolsas que traía en sus manos. Recogió los vidrios con rapidez, cortándose por descuido.

    —Auch —gimió por lo bajo, llevándose el dedo a los labios para parar el brote de sangre. En la cama su madre dormía profundamente, completamente borracha y drogada. Todos conocían su situación, los sirvientes lo comentaban a sus espaldas. Su padre se negaba a verla. Pero él permanecía su lado.

    Cada noche iba a su habitación después de que sabía que dormía y trataba de al menos ocultar un poco el desastre en el que se había convertido. Ya no tenía siete años, había crecido, muchas cosas habían cambiado, pero ella seguía siendo, lo que más amaba en el mundo.

    -----*-----

    Cada brazada era un alivio para sus músculos, el agua relajaba su cuerpo y su mente encontraba paz en el agua. Salió de la piscina después de haber de dado diez vueltas, tomó la toalla y empezó a secarse el pelo.

    —¿Qué te pasó en la espalda? —exigió saber John, sobresaltándolo. Estaba parado en la entrada de la alberca, perfectamente enfundado en un traje negro hecho a la medida.

    —¡Papá! —exclamó exaltado, se llevó la mano al pecho, antes de respirar profundo.

    —Dime —repuso con dureza.

    —Me caí. —Se encogió de hombros mientras seguía secándose restándole importancia al asunto. Ya no tenía siete años, su padre no le intimidaba como antes. No era un cachorrito al que pudiese mandar.

    —Mentir por ella no hace que mejore. Hay cámaras —resaltó lo obvio. Así él mintiera, su padre sabía la verdad. Su madre le había lanzado una botella de whisky cuando él intentaba quitársela.

    —¿Entonces para qué preguntas? —inquirió irritado. Clavando sus ojos desafiantes en él. No le importaba lo que John Ryze pensara, su opinión sobre su madre jamás cambiaría.

    —¿Crees que está mejorando porque le escondes una botella? —cuestionó áspero—, ¿crees que dejará de tomar o drogarse sólo porque se lo pidas? ¿Irás una cuarta vez a urgencias a buscar su cadáver ésta vez por una sobredosis? Ella eligió esa vida, Josten, no tú. No tienes que vivir con sus pecados a cuesta.

    —Es mi madre —dijo sin más. No necesitaba más razones para hacer todo por ella.

    —Una madre que desde que naciste ha sido incapaz de velar por ti.

    —Lo ha hecho mejor que tú —espetó con acritud.

    Su padre sonrió con ironía y tristeza.

    —Te empeñas en verme como el enemigo, pero no lo soy. No soy yo quien te pinchaba con agujas o te olvidaba en los lugares, no soy yo quien te lanzaba botellas, o te pegaba porque me escondías las botellas. No soy yo quien te maldice o te hace pasa noches en vela en un hospital porque casi me muero drogado. Estás culpando a la persona equivocada.

    —Y tú estás tratando de convencer a la persona equivocada. Sólo déjame en paz, papá —pidió.

    —La voy a internar. Ya está todo listo. Se irá hoy mismo a final de la tarde —informó. Su voz había cambiado, a un tono más plano. Como cuando un doctor te va a decir que tienes una enfermedad terminal. El color huyó del rostro de Jost al procesar las palabras de su padre.

    —¡No puedes hacer eso! —Lo agarró del cuello del traje con brusquedad perdiendo la compostura. Pero el mayor ni se inmutó, sólo le quitó los brazos y se arregló el cuello nuevamente.

    —Puedo y ya lo hice. No soy un héroe ni una víctima. Sólo soy tu padre y haré lo mejor para ti, incluso si tú no quieres. Tienes —observó el lujoso reloj en su muñeca—, unas tres horas para despedirte. Si es que logras hacer que se acuerde de ti en ese tiempo.

    Dicho esto se dio la vuelta dejándolo sólo. Cayó de rodillas en el césped artificial, ocultando su rostro entre sus manos mientras la desesperación comenzaba a carcomer sus venas. El mundo se le venía abajo y no sabía cómo detenerlo, sabía que si metía la mano, sólo terminaría aplastado.

    ----*----

    —¡Nooo! ¡Mamá! ¡No! —gritó desesperado tratando de deshacerse de los brazos de hierro de tres guardaespaldas a su alrededor para llegar a su madre, que caminaba tranquilamente tras la enfermera ignorando sus gritos—. ¡Suéltenme! —exigió, forcejeando—. ¡No te vayas por favor! ¡No me dejes! —imploró con el corazón en la mano, que empezaba a quebrarse como un pequeño vaso de cristal.

    Las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos bañando su rostro. Como en cámara lenta almacenándose en su memoria. Ese último segundo mientras ella subía al auto completamente ajena a su dolor, a sus lágrimas. Sus ojos se encontraron, azul con azul… y nada. Ni una pizca de reconocimiento, amor o empatía en ellos. Cerraron la puerta tras ella y arrancaron. Cayó de rodillas en el suelo donde segundos antes había estado el auto, llorando desconsolado sin parar.

    Los hombres nunca lloran… Le había dicho ella, pero, ¿cómo no llorar cuando te arrancan lo más preciado de tu vida? ¿Cómo no llorar, si sentía que se le partía el corazón, que se le caía a pedazos?

    Sintió la mano de su padre en el hombro y lo apartó con brusquedad. Le dio una mirada de odio a pesar de las lágrimas. Escupió el piso frente a John, empujando su brazo al pasar a su lado ignorando todo lo que decía. ¿Qué era lo mejor para ella?, ¿qué allá estaría mejor?, ¿qué estaría mejor sin ella? Pura mierda.

    Nunca se le perdonaría. Todo esto era culpa de él, sólo quería deshacerse de ella. Y así algún día, querría deshacerse de él.
     
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    HAHAHAHAHA, el seme-seme.
    Me dio risa, porque recordé cuando hablábamos de que lo bueno de los ukes era tenerles un buen seme y ps, Ryan es... /babas
    Aunque aquí aún no anda fantaseando con ella, tiene cierto respeto con el hecho de que sea la hermana de su amigo, muestra lealtad hacia él, lástima que eso no impide nada xD En fin, qué gracioso fue. POBRE NIÑO, QUEDÓ TRAUMATIZADO.
     
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    No le pongo 'adorable' porque NO es adorable. Me ha dado mucha lástima. La madre de Jost está loca y Jost tampoco está muy bien de la cabeza si considera que todo lo que ella hizo, lo hizo porque era su madre. Fue Jost quien debió estar alegre de saber que su madre iba a estar en un lugar mejor, donde la ayudarían. Pero Jost probablemente creó dependencia en su madre puesto que era la única que le prestaba atención de los dos padres. El papá nunca le pegó o le hizo un mal trato, pero eso no es mejor que estar ausente.

    Pobre Josten.
     
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    Princeso [Jost&Joe]


    Medicina.


    Josten Ryze & Josephine Wright.



    Jost era una completa niña cuando estaba enfermo. Para alguien tan alegre y conformista como él, era como tener en su lugar al clon malvado que se queja por todo. Porque así era Josten enfermo. Me duele, me arde, me fastidia, quiero esto, quiero aquello, quiero, quiero, quiero. Claro, nadie lo sufría, porque uno, su padre y su madrastra no estaban en casa y la sirvienta, debía cuidar de él hasta las seis –agradecía ella enormemente-, así que a las seis y media de la tarde, Jost estaba enrollado en sus mullidas cobijas, con la fiebre a mil, un dolor de cabeza que no lo dejaba moverse y su cuerpo usualmente vital, estaba sudado y débil.

    Josten Ryze Windsor estaba enfermo señores. Y la segunda en enterarse fue su hermanastra Josephine, cuando por desgracia, Joe tocó a su puerta y abrió sin esperar respuesta de él. Ella iba con la intención de salir, de tomar, de bailar, no había mejor compañero para eso que Jost, claro, cuando no estaba enfermo. Porque en estos momentos, era una niña en el cuerpo de un chico.

    —Párate, idiota —presionó Joe, desarropándolo sin miramientos. Y allí lo notó, cuando él se acurrucó en su propio cuerpo quejándose. Llevó su mano a la frente del chico, sorprendiéndose ante su temperatura elevada—. Caray, ¡estás ardiendo Jost!

    —Me muero, Joe… Me muero —replicó con exceso de drama, abrazando la almohada. Joe puso los ojos en blanco, riéndose levemente por lo dramático que era el chico, estaba acostumbrada a sus extravagancias a la hora de hablar. Se echó el cabello rubio y lacio hacia atrás, recogiéndoselo en un moño, haría un mini acto bueno en el día.

    —Cállate, tonto —bufó, moviendo su ágil cuerpo cubierto en los simples shorts de deporte y una franela fresca hasta el botiquín de primeros auxilios que tenía su madre en cada cuarto de su habitación, sí, era una mujer algo precavida y sobre protectora. Buscó el termómetro y se lo puso a Jost en la boca, buscando una compresa de agua en el baño y una toalla para limpiar su frente sudorosa—. Estás del asco, princesito. —Se burló de él, fastidiándolo.

    —No es de una dama burlarse de un inválido en cama —replicó Josten, haciéndose el ofendido. Después de algún tiempo de peleas y riñas, habían consolidado una amistad/tregua. Ella le levantó el dedo medio en respuesta a su comentario, así es ella, arisca, grosera, poco femenina. Y así es él, un princeso cuando quiere, despreocupado, alegre.

    Observó el termómetro, realmente tenía fiebre. Aunque estaba haciendo demasiado drama para su gusto y le daban ganas de golpearlo. Cambió el paño de agua fría por uno nuevo. Y salió del cuarto pese a las súplicas del rubio, pero que idiota era, ella sólo iba a prepararle una sopa, dado que la cocinera tendría siglos de haberse ido. Joe no era muy experta en la cocina, pero trataba de defenderse, además, era un caso especial. Sólo echó agua, un sobre, y algunas papas que consiguió en la parte baja de la nevera. Un jugo de cartón y lo colocó todo en una bandeja. El príncipe tendría que conformarse, pero le conocía, Jost es de los que come hasta piedra.

    Subió a la habitación llevando con ella la comida. A Josten se le iluminó la cara de felicidad al sentir el vapor en su cama, sus pulmones rogaban por ello.

    —Te debo la vida, Joe —agradeció, lanzándose a la sopa sin compasión. Hizo una mueca extraña, no sabía muy bien, Joe lo notó y lo golpeó—. Tienes que aprender a hacer sopa. —La molestó.

    —Cabrón —resopló mostrándole el dedo medio, pero pese a la queja, no dejó ni una cucharada y luego se tomó el jugo de un solo trago sin descanso, aunque sabía que lo más seguro todo eso le caería mal. Frío y caliente, no era muy recomendable. Se acostó, recostándose de ella, abrazándose a su torso como un niño chiquito. Ella giró los ojos, con fastidio. Ese niño era un pegajoso.

    —Gracias, hermanita. Te llevaré a dar una vuelta, o a una fiesta —habló entre dientes, mientras sus ojos azules se cerraban con lentitud.

    —No soy tu estúpido perro y no soy tu hermana —resopló, echándose un mechón de su rubio cabello de nuevo hacia atrás, terca, aunque no se movió para alejarse de su abrazo. En cambio, comenzó a acariciarle el cabello, suave y brillante. No pasó mucho antes de que los gritos y las maldiciones de Joe se escucharan en toda la casa, Jost se había levantado y vomitado todo el piso. Y no había nadie para limpiar todo ese desastre.

    Realmente algún día mataría a ese cabrón estúpido.
     
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  13. Threadmarks: Louane D’Souza
     
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    ×. NOMBRE. Louane D’Souza
    ×. ALIAS: Canis Smile
    ×. EDAD Y CURSO: 5to, 17 años
    ×. DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA:

    Reservada, prudente, analítica y crítica. Louane en primer lugar parece una chica que se cree mejor que los demás y que por ello no habla con los demás. Lo cierto es que a ella le aburre la gente, la hipocresía. Sabe que por el lugar donde está y por ser hija de quien es debe mantener una fachada. En este caso es el de una chica que está lo suficientemente por arriba de los demás como para no dirigirles la palabra a menos que sea necesario. En todo caso es raro que ella inicie una conversación, por lo general son los demás quienes inician las pláticas.

    Se le podría considerar fría e indiferente. Nada le llama particularmente la atención, tal vez por eso suele buscar emociones cuando nadie le ve. Su increíble capacidad de mantener la cabeza fría es una de las razones por las que de vez en cuando se da el lujo de romper las reglas y hacer lo que le place, sabe que su inteligencia la sacará de cualquier apuro en la que alguna emoción le haya podido meter.

    Parecería que Louane es la chica perfecta. No muchos han tenido el placer de ahondar en su personalidad.

    No teme a las críticas, tampoco a equivocarse (aunque como todos, lo evita). No le da miedo la muerte ni nada en particular. De alguna manera su vida no tiene sentido, se siente como una muñequita de porcelana que debe mantener la compostura y ser perfecta en todo momento. Una hija perfecta, una mujer perfecta para casarse con un hombre conveniente. Ella detesta todo eso y aún así lo hace porque es lo que se supone debe hacer.

    No es temperamental. Como todas las personas se enoja, se siente triste, odia, detesta y de vez en cuando siente emoción, pero todo esto se lo permite solamente en la oscuridad de su cuarto. Algo que parece haber olvidado es el miedo.

    Si alguien cuchichea sobre ella lo más probable es que le dé tremendamente igual pero si demasiadas personas escucharon se asegurará que aquella persona reciba un merecido escarmiento. Al fin y al cabo tiene una reputación que mantener y no puede permitir que cualquiera la manche.

    Cuando es necesario no tiene reparos en soltar algún comentario ácido o sarcástico. Inclusive con dos o tres palabras puede llegar a burlarse de la gente. A pesar que humillar le parece incorrecto en todos los sentidos lo haría si realmente la situación lo amerita, aunque siempre con clase y gracia. Humillar es rebajarse y ella tiene la clase suficiente como para mandar a callar a cualquiera con una mirada.




    ×. DESCRIPCIÓN FÍSICA.

    Ella es pálida, sin embargo tiene una tonalidad crema por lo que su piel se ve suave y tersa (además que lo es). Su rostro es alargado y su frente amplia, eso le provocaba disgusto de chica, pero aprendió a vivir con ello. Actualmente no es raro verla con el cabello de lado o flequillos y el único momento cuando recoge por completo su cabello es cuando practica danza.

    Sus ojos son verdes con toques grisáceos y su cabello castaño. No tiene belleza ni figura destacable, simplemente es bonita al natural. Su silueta es delgada y carece de grasa extra gracias a las prácticas de danza, aún así no es extramadamente delgada.

    Su sonrisa le da un aire angelical, y su mirada se torna desafiante o seductora según sea la ocasión. Sin embargo es raro verla soltar una expresión que no esté antes calculada. Por lo general suele llevar una mirada neutra.

    Suele vestir de forma femenina cuando no utiliza el uniforme y debe salir y ser vista en público. Vestidos y faldas son lo que suele llevar acompañado de tacones, eso sí, siempre en colores neutros o no muy escandalosos. No puede con los colores chillantes.

    Cuando se viste para ella, para estar en su habitación, estar en el piso de su hermano o salir de incógnito suele usar jeans o pants, suéteres grandes, gorritos y tenis. Incluso se pone la ropa de su hermano mayor.

    Por otra parte no suele maquillarse mucho, prefiere reservarlo para cuando la situación lo amerite. Si se maquilla para el diario sería naturalmente.

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    ×. RESEÑA BIOGRÁFICA.
    Es hija de uno de los integrantes del parlamento británico, de ahí que siempre se ande cuidando de todo. Su madre fue una esposa trofeo; era hija de una de las familias mejor acomodadas de Francia y educada en el área de las artes. Era una pintora exitosa que gustaba de todo; era un alma libre atrapada en el status. Le faltó valor para renunciar y escapar de aquella jaula de lujo.

    Las bellas artes eran su vida, sin embargo la pintura era su mejor talento, lamentablemente el tipo de vida estresante que tenía la llevó a la esquizofrenia y aunque fue una etapa difícil pintó sus mejores cuadros en ese entonces. Fue recluida en una clínica psiquiátrica y eso fue lo última que supieron de ella. No se sabe si aún está viva o no.

    Louane de chica tomó clases de ballet y música, por lo que puede tocar diversos instrumentos, entre ellos el piano y el violín.

    Aunque no lo reconocería, tiene cierto temor de terminar como su madre. No quiere ser esposa trofeo ni mucho menos seguir viviendo en una mentira creada por los demás. Por eso, poco a poco va dejándose llevar mientras encuentra el valor para, de ser necesario, huir de esa cárcel de cristal.


    ×. GUSTOS Y DISGUSTOS.

    -Ama el chocolate.
    -Toma té y café aunque no le gusten del todo.
    -Le gusta el pan dulce.
    -Secretamente le gusta el rap.
    -Le gusta vestir ropa de chico cuando nadie le ve.
    -Aun cuando puede vestir como chico, no actúa como tal.
    -Es una amante de la música.
    -Adora ir a ver las óperas. Su favorita es Queen of the Night Aria
    -Su película favorita es La Naranja Mecánica.
    -Adora los postres.
    -No le gusta particularmente la comida chatarra, pero se la come sin culpas.
    -Le gustan mucho las películas de terror y ciencia ficción.



    ×. EXTRAS.

    -La única persona en la que confía es en su hermano.
    -Le gusta bailar baile moderno y hip hop, sin embargo es algo que desentona tanto con su fachada que lo mantiene en secreto.
    -Le gusta ir al piso de su hermano y dejar de ser perfecta.
    -Su hermano también perteneció a la Manada y para él ella siempre será su pequeña hermanita. Se siente muy orgulloso de ella. Así que cualquiera que le haga algo se las verá con él, aunque sabe que ella se puede cuidar perfectamente bien por su cuenta.
    -El canto no va con ella, pero tiene una voz melodiosa y suave. No es algo que le guste del todo porque le gusta la ópera, pero inclusive cuando habla su voz suele ser encantadora.
    -Actualmente pertenece al club de ballet de la escuela.
    -No ha practicado ningún arte marcial formalmente, pero su hermano sí y le ha enseñado defensa personal, por lo que su patada es de temer.


    Cualquier cosa, editaré :D
     
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  14. Threadmarks: Celoso [Josten&Louane]
     
    Tarsis

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    Celoso [Josten&Louane]


    Tenía puestos los audífonos, sentado en una de las sillas del gimnasio, esperando su próxima clase con fastidio. El pitido de una notificación de whatsapp interrumpió su concentración, entró en la aplicación para silenciarlo, tenía demasiados grupos en los que estaba incluido, una complicada maraña de información del Henry gracias a múltiples fiestas y su condición de “niño popular”, sus ojos captaron su nombre y automáticamente su atención.

    “¿Lo vieron? ¡Está hermoso!”

    “Se lo llevaron a Louane. ¡Miren!”

    /adjunta foto/


    Su ceño usualmente relajado se volvió una perfecta franja al ver la imagen. Unas rosas rojas junto a una caja de chocolates. Bufó por lo bajo, mientras ese evento, se volvía la comidilla de todos sus grupos. Se salió de allí y le escribió a la agasajada.

    “¿Dónde estás?”

    Sus dedos tamborilearon con impaciencia esperando la respuesta de la joven. Jost empezaba a perder los nervios ante las especulaciones de todos. ¿Un admirador secreto? ¿Un nuevo novio? ¡Bah! Él era todo eso y sin duda él no lo había enviado.

    “¿Lo enviaste tú?” Leyó dos veces el mensaje antes de teclear una respuesta.

    “No tengo tan mal gusto. Nos vemos en diez en el comedor ;)”

    Agarró sus cosas y se levantó de inmediato. El gimnasio quedaba un poco lejos del comedor. Se mordió el labio conteniendo la rabia que iba creciendo poco a poco a medida que lo abordaban en el pasillo para comentarle el nuevo chisme. ¡Louane tiene un admirador o un novio y nadie lo sabía! Bien guardado que se lo tenía. Él necesitaba saber quién demonios había sido, tenía que encontrar a ese pequeño insecto y humillarlo hasta que no le quedasen más ganas de enviarle ni un caramelo a su querida “amiga” Louane.

    “¿Alguien sabe quién fue?” Y lo mandó, se recostó de la puerta del comedor esperando la llegada de la rubia, impacientándose, cosa extraña en él. Y su humor empeoró en el momento que la vio, sosteniendo en sus brazos el ramo de rosas y en la otra mano su bolso y la caja de chocolates.

    —¿Te buscaste un admirador en los barrios pobres de la ciudad? —inquirió despectivo en modo de saludo, no pudo aguantarse, debía morderse la lengua, pero hablaba sin poder contenerse—. Están marchitas, no parecen rojas sino marrones.

    Sus cejas se alzaron con cierto desprecio al tiempo que le arrancaba un pétalo opaco del ramo.

    —Ehm… Hola —dijo Louane extrañada. ¿Y a éste que le pasaba? Usualmente no era tan quisquilloso y menos observador con nada.

    —Y dame esos chocolates, vas a engordar. Son pura grasa y de mala marca —bufó, arrancándole la caja de las manos, ella le dio una mala mirada llevándose la mano a la cadera—. Dile a tu “admirador” que te regale mejores cosas.

    —Sólo di que te los quieres comer tú, no tienes que dar malas excusas —resopló.

    Josten puso los ojos en blanco, lanzando la caja a la basura ante los ojos de ella.

    —No como porquerías. —Le dio una falsa y radiante sonrisa, lo cual era completamente mentisa, Josten comía hasta piedras si se las ofrecieran. Y se ganó un golpe en las costillas de parte de Louane.

    —¿Que demo…? —empezó a replicar, pero él la agarró de la mano entrando al comedor. Louane se sonrojó, pero se soltó. ¿Qué demonios le pasaba hoy a Jost? No sólo se estaba comportando como un idiota sino que con ese gesto acababa de romper sus reglas tácitas de privacidad. Jamás lo había hecho.

    Y algo hizo clic en su mente. Una amplia sonrisa se dibujó en sus labios.

    Ese estúpido niño sólo estaba celoso.
     
    Última edición por un moderador: 19 Octubre 2017
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  15. Threadmarks: De ellos [Jost&Louane]
     
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    De ellos [Jost&Louane]

    Louane secaba su pelo húmedo, envuelta en una toalla. No hacía mucho que había salido del baño y se preparaba para dormir, aunque aún no había buscado una pijama, ni siquiera ropa interior. Había tenido un día largo, estaban en época de exámenes y Dios sabía que no había peor semana que esa en el Henry. Así que había pasado un buen rato bajo la ducha de agua tibia, mientras su espalda y sus nervios se relajaban, se había enjabonado con toda la calma del mundo, lavado su cabello y se había echado crema en todo el cuerpo.

    Agarró una de las gomitas en su mesa, cortesía del glotón de Jost que asumía que él no podía vivir sin estar comiendo nadie podía hacerlo. Hizo una nota mental de que debía cepillarse nuevamente, pero aquellas pequeñas gomitas valían la pena. Tenían días sin verse, él también había estado ocupado con los exámenes, después de todo tenían un promedio que mantener como miembros de la Cámara de estudiantes.

    Se dejó caer en la cama, agarrando el teléfono en la mesa. Tenía un nuevo whatsapp. Entre el ruido de la ducha y del secador no lo había escuchado.

    “Te extraño.”

    Sólo esas dos palabras arrancándole una sonrisa de raíz. Hacía al menos veinte minutos que lo había enviado. Ya se le había hecho extraño que no le hubiese escrito en todo el día, realmente comenzaba a extrañarlo, aunque ella no fuese la primera en decirle esas palabras.

    “¿En serio?” Tecleó traviesa, sabía cómo desesperar al chico cuando quería. Casi podía ver como si ceño se fruncía y la veía con sus ojos con diversión y enojo fingido, quizás le dijera uno que otro chiste malo como: “Puedes decirme que no puedes vivir sin mí, lo apreciaría.”

    “¡Muy en serio! :* Te dejé algo en el closet”. Louane frunció el ceño aunque sabía que él no podría verla. ¡Bendita costumbre de ese hombre! No tenía ni idea de cómo lo hacía, pero burlaba toda la seguridad del colegio y se colaba en su habitación cada vez que quería. Claro, no se quejaba de ello, eso le permitía dormir a veces con él, tener regalos esperando por ella en la cama, o algo rico que comer en las noches. Pero, conociéndolo, podía verlo curioseando por encima todo, quizás hasta siendo pervertido con su ropa interior.

    “¡Maldito! ¿Entraste de nuevo en mi habitación? /furiosa”

    Sabía que sólo se reiría, a Jost no le afectaban mucho aquel tipo de insultos, lo máximo que haría era fingir estar ofendido, para reclamar un beso para perdonarle o algo por el estilo. De igual forma se paró, abriendo las puertas del closet con la sensación de la expectación en la boca del estómago.

    —¡Taraaaaan! —Un Jost sonriente, en pijama y con una botella de champagne le devolvieron la mirada—. Traía para celebrar nuestros 100 aún no dichos, pero esa shit debe estar caliente. La próxima te ayudo a bañarte, tengo media hora en ese puñetero closet. —Puso los ojos en blanco, un poco irritado porque su brillante plan había sido frustrado por el baño tan largo de la chica.

    Y ahí sin más, sin poder contenerlo, una carcajada brotó de sus labios. Lo había logrado al final… se sentía tan bien reír. Josten abrió los ojos sorprendido, había pasado días tratando de hacerla reír, había buscado un repertorio completo de chistes, la había abordado en el pasillo, con cosas sin sentido como: ¿Qué le dice un pollo policía a otro pollo policía? Ella sólo ponía los ojos en blanco esperando la respuesta. ¡Necesitamos a pollo! Y mientras él moría de la risa, la chica sólo negaba con la cabeza divertida antes de seguir su camino.

    La había llevado a un teatro andante que estaba en la parte baja de la ciudad, él se había reído durante toda la obra y ella sólo sonreía a su lado. Le mandaba videos graciosos por whatsapp, imágenes a veces mensajes y nada funcionaba. Hasta le envió su propia colección de memes con su cara y sólo se ganó un golpe de su parte –lo cual nunca entendió, ¿qué tenía de malo su bella y hermosa cara?-.

    Y ahí estaba su hermosa risa, sin ningún esfuerzo, sin haberlo premeditado. Sólo el hecho de haber estado encerrado como un pendejo media hora en el closet para sorprenderla.

    —Tienes un humor oscuro —frunció el ceño fingiéndose ofendido. Si hubiese podido grabar el momento, lo hubiese hecho.

    Y casi, casi, pasa por alto el hecho de que su delicado cuerpo sólo estaba cubierto por una toalla, que acababa de darse una ducha y que olía a vainilla. Su cuerpo reaccionó instantáneamente. Era un romántico, detallista y todo lo que quisiesen decir, pero era hombre. Activo, para nada gay. Y tenía frente a él a la chica que le gustaba en unas condiciones completamente tentadoras.

    Aún no habían llegado a esa parte de la relación. Con Louane no era sexo, era diversión, vida, descubrir. Aunque su cuerpo no se quejaría por un poco de pasión en un momento como éste. Sabía que Lou se daría cuenta, era algo muy obvio en sus shorts de pijama. Ella se sonrojó, enarcando una ceja hacia él, Jost se encogió de hombros.

    —Cosas de chicos. —Le sonrió con picardía, no disculpándose por su condición, sino incitándola al lado oscuro.

    —Vete a tu cuarto —dijo con seriedad, cruzándose de brazos para sostener mejor la toalla en su pecho—. Y sal de mi closet, que tengo que vestirme.

    Hizo un puchero, sin moverse de donde estaba.

    —¿Por qué? ¿Te pongo nerviosa? —batió sus pestañas angelicalmente, con esos ojos pícaros sin soltar los de ella—. No haré nada que no quieras, prometido. Palabra de boy scout. —Levantó la mano, llevándose la otra al pecho.

    —Ni siquiera eres boy scout. —Puso los ojos en blanco, pasando a su lado empujándolo para hacerse lado en las gavetas del closet para agarrar un pijama. Josten se rió, haciéndole espacio, recostándose de la puerta del closet, sabiendo que la chica se avergonzaría con él allí viendo cada uno de sus movimientos.

    —No, pero soy bastante atento a las necesidades de los demás —contestó con doble sentido, sus ojos simplemente no se levantaban de ella, Louane sentía que su mirada intensa le quemaba la piel.

    Se volteó hacia él, encarándolo.

    —Deja de verme así —pidió.

    —¿Así cómo? —enarcó una ceja, haciéndose el desentendido.

    —Como si estuvieses desnudándome con la mirada —repuso, sosteniéndole la mirada.

    —Preferiría desvestirte con las manos, la verdad. —Se acercó a ella, aspirando el olor de su cuello—. Hueles divino…—suspiró, acercando sus labios a los suyos, rozándolos, tentándola a besarlo, haciendo que Louane cerrara los ojos esperando su beso… Necesitaría un autocontrol envidiable para resistirse a esto, y control en estos momentos era algo que Jost no tenía, era su pequeño secreto, algo sólo de ellos, como en la intimidad, se devoraban sin pensarlo. Atrapó sus labios en un beso demandante, hasta dejarla sin aliento, mientras sus manos buscaban tocar su piel expuesta, ella dejó caer la toalla que los separaba para aferrarse a su cuello y pegarlo aún más a ella, para sentir su calor y su virilidad…

    Ella era suya y él era de ella. No necesitaban decírselo a todo el mundo para que fuese cierto. Ellos, en la intimidad de sus cuartos lo sabían de sobra.
     
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    Tienes un don para hacerme reír, que lo sepas xd. Se me caían las lágrimas la primera vez que lo leí, y ahora que volví a leerlo para comentártelo como se debe (perdón por la tardanza), aún sigo con la sonrisa idiota. Es que es Ryan, y él y su sexytura me pueden. Menos mal que los revivimos porque cómo puede vivir el mundo sin Ryannah.

    ¿Sabes lo que es más gracioso? El hecho de que a Savannah probablemente le llegue el chisme de lo que pasó en ese baño, ya creo que hasta debería escribirte una respuesta con eso en otra pm, y ya la conoces, ya sabes cómo se va a poner de divaza.

    Tú lo sabes, Ryan, tú sabes que no es por su hermano y ya. La carajita te gusta mucho como para no hacerte mala sangre por tu propia cuenta, no por ponerte en el lugar de Tommy (?).

    Nastianotas: 'no puedes jalártela pensando en ella' <--- me hiciste la semana.
     
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    Louane salió al jardín trasero de la escuela. Las rosas perfumaban el ambiente. Caminó con paso tranquilo hasta la banca en la que alguien ya le esperaba. Se sentó con elegancia y miró a su interlocutor. Esperaba que sus nervios no se hubieran notado.

    —¿Por qué me citaste aquí? —preguntó directamente con voz suave. Su mirada indiferente evitaba que su verdadera preocupación saliera a la luz.

    —Ninguno de los dos somos dados a los rodeos, Louane, ambos lo sabemos.

    Ella asintió.

    —Así que diré esto directamente: Sal conmigo. Sé mi novia —soltó sin emoción alguna.

    Louane le miró. Estaba algo consternada. Sí, se llevaban relativamente bien y ella misma lo había visualizado como un buen compañero para pasar el tiempo y tal vez ser algo más, pero esa forma de declararse era demasiado fría. Las palabras eran las que anticipaba escuchar pero no de esa manera.

    —¿Pasó algo? —preguntó sin poderlo evitar.

    —Mi madre me ha dicho que los intereses de nuestros padres convergen y lo mejor es que tú y yo salgamos.

    Ella quiso suspirar. Así que era por eso. Al final la estaba viendo como un objeto, como un peldaño en una escalera social. Ella le miró fijamente, de repente se sintió idiota por haber confiado en él. De repente sus buenos momentos parecieron actos de una obra de teatro. Se armó de valor y habló:

    —¿No crees entonces que es mejor que salgan entre ellos? —dijo levantándose y alisándose la falda del uniforme—. Mis intereses no están para nada inclinados a la política. Lamento no poder salir contigo dado que nuestros intereses no convergen —declaró haciendo énfasis en las palabras que él había utilizado.

    Acto seguido despertó.

    Se había quedado dormida en el sofá de su habitación. Estaba acurrucada contra Jost, al final habían intentado ver una película romántica que había adormecido a los dos. Casi sonrió. ¿Debería preguntarle a Jost sobre sus intereses? Se permitió suspirar profundamente.

    Con él todo había sido diferente, nada de formalismos, nada de apariencias, nada de estereotipos a satisfacer; ambos habían sido honestos desde el principio, tal vez demasiado y por tanto ahora ambos eran vulnerables, pero por primera vez en mucho tiempo ella sentía que algo valía la pena.

    Estiró su mano acarició los cabellos de Josten y cuando no pudo soportar la tentación de tocarlo se le mordió suavemente en el hombro. Él la tomó por sorpresa y la encarceló en muy apretado abrazo de oso.

    —No es que me esté quejando, pero, ¿a qué debemos esa forma tan linda de despertarme?

    Louane le dedicó una sonrisa ladina y no le contestó, se limitó a disfrutar de aquel abrazo.

    Jost suspiró, así que para ella aún era difícil decir en voz alta sus sentimientos. No le importaba, estaba más que feliz con los pequeños gestos que ella le dedicaba para demostrarlos. Acto seguido besó sus cabellos y le dio reproducir a la película, esperaba que no se quedaran dormidos ahora. Al fin al cabo ninguno de los dos tenía real en las pelis románticas.
     
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    LOL.

    No sé, estos dos son lindos porque los dos pueden llegar a ser súper cursis, a Jost le vale Cheetos serlo en público pero Lou lo reserva para el tiempo que pasan en privado. Al final creo que ese fue el resultado de un largo, largo tiempo.

    En fin~ De alguna manera aprecio muchísimo el sentido de humor de los dos, creo que pueden decirse dos o tres cosas y no sentirse ofendidos. x'D
     
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    ¡Dios! Con este fangirlée un buen.

    La verdad es que me pude imaginar a Jost súper enfurruñado como si fuera un niño mimado y a Louane que no comprendía nada. Creo que si él no le hubiera tomado la mano y con eso demostrar que estaba celoso, Louane se hubiera enfadado muchísimo porque ella no soporta ese tipo de comportamientos que no vienen al caso.

    En fin~ Este lo amé :si:
     
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    Tarsis

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    Ellos son demasiado dulces *-*
    Su relación está basada en confianza, honestidad y hechos. Eso es lo que lo hace estupendo, no buscan aprobaciones ni publicidad, sino que se buscan a ellos mismos. Una cosita, sería su padre quien le pediría eso a Josten, porque recuerda que su madre ni siquiera recuerda quien es. Del resto, la última parte hizo que se me acurrucara el corazón. Ese comentario tan acertado, él es una mezcla entre divertido y sarcástico que me encanta. Ella lo complementa, porque no son miel andante, sino que tienen un equilibrio.

    Lo amé, Aika *-*
     
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