One-shot de Naruto - Robando

Tema en 'Fanfics Terminados de Naruto' iniciado por Mary Dragneel, 25 Noviembre 2015.

  1.  
    Mary Dragneel

    Mary Dragneel Temporalmente fuera de servicio :'v

    Piscis
    Miembro desde:
    10 Noviembre 2014
    Mensajes:
    828
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Robando
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1249
    No, no es comedia romántica, es sólo que nunca sé qué género poner ;-;
    Hmmm ligero toque de ¿lime? No creo, XD
    Este escrito participó en el concurso "Bad Girls", sin más, espero que sea de su agrado.
    OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOo

    Robando


    Todos observaban caminar a aquella chica pelirroja.

    Era de las más populares de la escuela, deseada por gran parte del alumnado masculino. Sus ojos rojos tenían una chispa que hipnotizaría a cualquiera y sus gafas ayudaban a que se viera aún mejor.

    Karin Uzumaki, ese era el nombre de aquella chica que hacía babear a más de alguno. Con tan sólo diecisiete años tenía un cuerpo envidiable y una actitud que muchos que la han hecho enfadar desearían olvidar.

    —¡Hola Karin! —le saludó una chica de extraño cabello rosa y unos preciosos ojos jade.

    —Hola Sakura ¿Qué tal todo? —

    Sakura Haruno, alguna vez a sus doce años había sido su rival en el "amor" , todo por el chico más codiciado: Sasuke Uchiha. La rivalidad entre ellas había acabado cuando el susodicho se decidió por el cerezo. Sin embargo no se habían odiado, por el contrario, se habían hecho buenas y quizá mejores amigas.

    —Yo muy bien ¿qué hay de ti? —

    —Muy bien diría yo ¿qué tal todo con Sasuke? —Sakura pareció apenada ante la pregunta.

    —B-Bastante bien de hecho, no es muy detallista ni nada por el estilo, pero no es algo que me moleste —mientras hablaban habían llegado al salón de clases, yéndose a sentar en sus puestos, que eran una junto a la otra —... Ahora que hablamos de temas amorosos ¿has encontrado a alguien interesante?.. Me he dado cuenta de que te llevas muy bien con Suigetsu —mientras sonreía pícaramente.

    —¡¿Qué?! ¡¿Estás insinuando que tengo algo con ese idiota?! —hizo una pausa al ver reír a su acompañante —. ¡Pues te equivocas! Nada más nos juntamos por Akatsuki, tú sabes —vió a Sakura asentir.

    En aquel momento llegó finalmente el maestro para poder iniciar la clase.

    OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOo
    Ese mismo día por la tarde Karin iba caminando como cualquier otra persona, por la calle, todo aparentemente normal. Mas conforme avanzaba se iba alejando más de la demás gente. Hasta que al final se alejó por completo y llegó a un callejón solitario. Se paró frente a una vieja puerta de madera.

    De aquella puerta salió una chica de piel blanca, cabello azul y ojos ámbar.

    —Ah, eres tú Karin —se apartó un poco dándole paso a Karin para entrar.

    —Vaya vaya, con qué alegría me recibes Konan —dijo Karin sarcástica.

    —Cállate... —ambas entraron.

    Lo que por fuera parecía ser tan sólo una vieja casucha abandonada; por dentro era totalmente lo contrario. El lugar siempre aparentaba ser viejo, pero habían varias pinturas en las paredes, un bar y una pista de baile. Al adentrarse más había una sala con varios sillones.

    En uno de ellos se encontraba Sakura sentada junto a un chico de semblante serio, de ojos y cabello azabache: Sasuke Uchiha.

    En el sillón junto a ellos estaba un chico de piel blanca, ojos violeta y cabello de un color celeste, sus dientes eran inusualmente afilados. Éste mostraba una mirada divertida mientras sonreía.

    —¿Qué te causa tanta gracia Suigetsu? —aquella sonrisilla le molestaba bastante, sentía y sabía perfectamente que se esaba riendo de ella.

    —Ah, nada ¡Apartense todos que llegó la princesita de la escuela! —gritó el llamado Suigetsu poniendo sus manos alrededor de su boca para hacer sonar su voz más fuerte. Según él.

    —¡Maldito cara de pez! —gritó ella también, enrojecida por la rabia que rápidamente le había hecho sentir.

    Estuvo a punto de tirársele encima, pero una voz la detuvo.

    —¡Ya basta Karin! ¡Y tú cierra la boca Suigetsu! —ordenó de pronto un tipo que entró a la habitación, este era de cabello naranja, ojos ámbar y piel levemente morena—. Sasuke y Sakura, se pueden ir ya a lo que les toca —los nombrados se levantaron, Sasuke sin ninguna expresión en su rostro y Sakura con una sonrisa —. Y para ustedes dos tengo un nuevo encargo —

    —¿Qué será esta vez Pain? —preguntó Karin sonriendo.

    —Irán al banco central de Konoha, mil ryous. No se les ocurra manchar el nombre de Akatsuki —

    Yahiko, alias Pain, era el líder de Akatsuki, una organización de ladrones que se dedicaba a asaltar bancos o cualquier otro lugar.

    —Mmmm se oye divertido, vamos idiota, hay que hacer esto rápido —Karin salió llevándose arrastrado a Suigetsu.

    OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOo
    Como ya varias veces habían hecho en aquel año, habían logrado burlar las cámaras de seguridad en aquel banco, con algo más de dificultad ya que era el banco más importante de la ciudad.

    —No entiendo por qué Pain sólo quiere mil ryous cuando aquí hay una fortuna —comentó Karin con desgano mientras ataba las dos bolsas junto a ella.

    —No piensa las cosas, a veces me sorprende que sea eo líder... —

    —Bueno digamos que él formó Akatsuki y nos reclutó a todos... —trató de explicar, pero unos labios en su cuello la hicieron parar.

    —¿Y si nos olvidamos de ese tema por un momento cuatro ojos? —susurró en su oreja para luego bajar nuevamente a su cuello, pasando sus labios lentamente.

    —Mmmm silencio cara de pez... en cualquier momento... podrían descubrirnos si lo hacemos aquí —sintió que había hecho un esfuerzo sobrehumano para soltar aquellas palabras.

    —Bueno... no me importa —sin separarse de su cuello levantó a Karin y la topó contra la pared, sujetando sus manos con una mano y empezando a abrir su blusa con la otra. Mas de algo no se dieron cuenta.

    Un fuerte ruido los sacó de su asunto: la alarma de seguridad se había activado. Las autoridades no tardarían en llegar.

    —¡Maldita sea Karin! ¡¿Que demonios hiciste?! —ambos tomaron rápidamente las bolsas con el dinero que les había sido encargado, para después salir corriendo por donde habían llegado, con la máxima precaución posible.

    —¡¿Yo?! ¡Disculpa pero! ¡¿Quién fue el que empezó a excitarme mientras hacíamos el trabajo?! —preguntó alterada. En el tiempo que llevaban en Akatsuki jamás les había ocurrido algo parecido. Siempre habían entrado y salido sin que se dieran cuenta.

    —¡Dá igual! ¡Hay que salir rápido de aquí! —corrieron fuera del banco desesperados, haciendo lo posible porque ninguna patrulla los viera.

    —¡Eres imbécil Suigetsu! ¡Te dije que ahí no! ¡¿No podías esperar a llegar al escondite?! —aún exaltada, la pelirroja comenzó a reprender a su compañero.

    —¡Ya cierra la maldita boca! ¡Tú tampoco pusiste resistencia! —ambos callaron mientras empezaban a disminuir el paso. Ya no habían muchas patrullas y estaban cerca del escondite. Por otra parte sabía que Suigetsu tenía razón, ella también había sido culpable.

    Finalmente llegaron a Akatsuki.

    —¡Karin! ¿qué pasó? Oímos patrullas —Sakura fue la primera en darse cuenta de su llegada.

    —Después te cuento... iré a ver que Pain no nos mate —respondió la recién llegada.

    OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOo


    —¡Joder! ¡No puedo creer que hayan cometido tal error! ¡¿Qué demonios estaban haciendo?! —Yahiko se veía realmente molesto.

    —¡Sé que fue un grave error! ¡No volverá a pasar, o dejo de llamarme Karin Uzumaki! —expresó con actitud decidida.

    —¿Sabes qué? Vete antes de que pierda la cordura... —le aconsejó, y así lo hizo, abandonó aquella sala en dirección a la otra. Por el incidente, sus padres no tardarían en llamar, pero según ellos, la Uzumaki se encontraba en casa de Sasuke junto con Sakura.

    —Y... ¿nos perdonó? —preguntó apareciendo frente a ella aquel chico que la había hecho cometer el error.

    —¡Piérdete! —fue su única respuesta.

    OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOo
     
    • Me gusta Me gusta x 2

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso