Crepúsculo River Flows in you [Amanecer]

River Flows in you [Amanecer]

Edward&Bella. Entonces Edward besó a Bella. Y Alice fingió que lloraba, Jasper la consoló. Emmett aulló, Rosalie se tapó el rostro. Carlisle y Esme sonrieron orgullosos; Charlie, con tristeza; Renée, con nostalgia. Y Seth aplaudió con entusiasmo. La boda de Edward y Bella de distintos puntos de vista.

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Como respuesta al desafío que Pami dejó en los Desafíos de Crepúsculo, traigo un conjunto de drabbles POV's de diferentes personajes (tal vez no todos los que nombré arriba, pero ya tengo planeado unos cinco).

Vale. Gracias a Makiko, por betear.
asdf, Pami, éste va para ti.

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River Flows in you
(Conjunto de drabbles)

Uno:
«Edward»
(El león que acarició a la oveja.)​

En cuanto la música comenzó a sonar tuve la certeza de que este momento no lo olvidaría nunca. De un segundo a otro, supe que nada había sido en vano, y que todo había valido la pena para llegar a donde estaba ahora. Digo, a donde estábamos.

Sonreí internamente, pensando en que desde ahora usaría aquel plural para el resto de mi existencia.

Fue entonces, cuando mis ojos se posaron sobre la delicada figura de Bella, mi futura esposa, que los años pasados me golpearon con fuerza. Pude ver las imágenes de nuestra historia; el primer encuentro, la primera sonrisa, cuando dijo mi nombre en sueños… el primer beso, todo. Incluso, puedo aventurar, que aquél tiempo en que la dejé, que me equivoqué, desapareció. Y ahora ella sería mía, en todos los sentidos, con todas las leyes, en todos los ámbitos posibles.

Sus ojos castaños se encontraron con los míos casi por inercia, y una sonrisa adornó mi rostro instantáneamente. Se veía hermosa, como siempre lo fue y lo será, vestida únicamente para mí. Una voz interior volvió a repetir aquél «siempre».

Y habría ido corriendo hacia ella si no hubiera recordado mantener la compostura. Su paseo hacia el altar —hacía mí— se me hizo eterno, la emoción me estaba carcomiendo cada vez más.

Vi el rostro mi familia en la mente de Carlisle, que estaba a mi lado, estaban radiantes, sonriendo orgullosos; Alice fingía que lloraba, Jasper intentaba consolarla. Y, a pesar de que el rostro de Rosalie era una máscara neutral que opacaba mis pensamientos, se disipó rápidamente cuando Charlie depositó la mano de su hija en la mía. El calor de la piel de Bella me abrasó, expandiéndose por mi interior y mi propia piel (congelada en el tiempo).

Por un momento llegué a pensar en todo lo que esto acarreaba: ella ya no sería tan cálida en unos días, y eso me produjo un nudo en el estómago que no duró más de un par de segundos. Ella quería eso, quería esa eternidad conmigo, y yo la quería más que ella.

Juntos, eternos.

Dijimos nuestros votos, nada que millones de personas no hayan dicho antes; excepto por el final. «Tanto como duren nuestras vidas».

El olor a sal y agua me llegó a la nariz con una suave caricia. Bella se había emocionado, estaba llorando. Algo en mi interior se calentó (a pesar de ser fisiológicamente imposible), extendiéndose por mi cuerpo, dilatándose en mi pecho; ella estaba feliz, no tanto como yo, pero lo estaba. Era mía.

La emoción embargó mi voz cuando fue mi turno de decir:
—Sí, quiero.

Y cuando el cura dijo que, finalmente, Isabella Marie Swan (ahora Cullen) era mi esposa, sonreí con júbilo y triunfo.

Acuné su rostro con mis manos delicadamente y me incliné para besar aquellos labios que tendría toda la eternidad para conocer, pues el león estaría para siempre con su oveja.​

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