Remember me. No sé; tal vez era yo el atontado y lento o todo había pasado muy rápido. ¿Y ahora? Ahora…, ahora lo conocía a él. Ese extraño chico del apartamento de enfrente. No sé qué le había visto, pero fue como si mi cuerpo fuese por si mismo hacia él. Como un imán. Tenía algo especial ante mis ojos. Algo atrayente e hipnótico. ~~~~~ Fue a la semana siguiente en que todo cambió. Todo. Absolutamente todo. Ahora los papeles estaban invertidos. En nuestro segundo encuentro, en las escaleras, cuando lo saludé, él… no sabía quién era. “Perdón, en serio lo siento.” Sonrió avergonzado en modo de disculpas, inclinándose hacia mí como cachorrito reprendido. “Es que mi memoria es, ah…” Movía sus manos tratando de encontrar las palabras.”Tengo amnesia anterógrada” Recordó. "Tiene amnesia... Amnesia anterógrada." Y yo que andaba como si nada, como si fuera la víctima de este mundo, cuando en realidad él lo era sin poder recordar nada al día siguiente. Él había sido la victima aquí y aún sonreía. Él podía. ¿Entonces, por qué a mí me costaba tanto dar una sonrisa sincera? Él, que me había tratado y cuidado pacientemente tanto como papá. Tal vez más que él. Por eso lo quise, lo quiero y lo querré. Porque me enseñó cosas siempre con una sonrisa, dispuesto a estar ahí para mí. Recibiéndome cuando llegaba y despidiéndome cuando nos íbamos, Él estaba ahí. Solo para mí. Todos los días, conociéndonos de nuevo. ~~~~~ “Quizás no lo recuerde, es casi seguro.” Pensé para mis adentros, decidiéndome si decirle o no. Contarle lo que sucede y que se destroce o, guardarlo para mí y que él no sufra. Su memoria se estaba consumiendo cada vez más. Cada día, cada hora, cada minuto y segundo. Cada día le costaba más recordar algo, pidiendo disculpas como si hubiese hecho un crimen. Pobrecito.
“Fui al médico como dijiste” comenté mientras él asentía, tomando otro sorbo del té. Con mímica pidió que continuara. Tan tierno. Me encogí de hombros a lo que él revoleó los ojos sarcásticamente. Me tragué las amargas palabras e intenté reír. “Dijo que padezco un síndrome… … … el síndrome de Guillain-Barré, sólo eso. Me iré debilitando, matándome a mi mismo, deshaciéndome de mi vida, nada más.” A fin de cuentas, quizás fuese bueno el que no me recuerde. Sólo quizás. Muy pronto, yo ni siquiera existiría en el brillo de sus ojos, ni acompañaría cada vez que llegaba a casa después del trabajo, presentándome como su vecino otra vez. Sólo sería alguien más en el olvido. ~~~~~ "Hey..." volteó hacia mí, dándome su atención. "¿Sabes qué...?" Me miró confundido, con esa carita de miedo y preocupación. "No quiero morir."