Reloj de Arena

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por StalinC, 1 Enero 2012.

  1.  
    StalinC

    StalinC Guest

    Título:
    Reloj de Arena
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    604
    Buenas, aquí está, después de mucho tiempo me he animado a subir mi historia original a éste foro, espero que sea de su agrado porque la hago con todo mi esfuerzo, Su género, cómo bien estará explicado es Ciencia Ficción, pero hay un poco de todo, Disfrútenla, y no duden en dejar comentarios sobre la novela así podré saber si voy por un buen camino o no

    Esta será la primera novela de una saga que planeo hacer,

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    -Prefacio-
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    Era una fría noche, las palomas de la plaza seguían comiendo el maíz que hace unas horas la señora Rossenda les había dado.
    Mis pies caminaban, lentos, entumecidos por el frío, envidiaba a los que estaban dentro del instituto, dormidos en sus camas, calientes, sabiendo que nada ni nadie les hará daño ahí dentro.

    Pobres niños inocentes, no saben lo que les esperasusurré, percatándome que nadie me oyera, y ví como mi aliento se hacía blanco, se congelaba también, y subía lentamente al cielo, desvaneciéndose

    Aunque la niebla dificultaba mi vista, pude ver perfectamente, alzándome sobre las puntas de mis pies, los cuales se demoraron un poco, debido al frio, a un lugar inmenso, que se levantaba entre grandes casas del lugar, estaba un poco alejado de la ciudad, pero aún asi, es muy peligroso atacar ahora, el día anterior los estudiantes habían empezado sus clases, una en particular, una chica que me cautivó desde el primer momento, no era alta, al contrario, y su cabello negro hasta los hombros, hacia lucir su morena cara, era de actitud rebelde, como todos los de su familia, abrí los ojos nuevamente, me gustaba sumergirme en mis propios pensamientos.

    Este año será diferenteme dije a mi mismoy prometo, que haré todo lo posible para llevar a Katty hacia su destino

    Entonces, de al rededor cuello saqué un pequeño reloj de arena, color del cielo,y de fina arena blanca que fluía lentamente, lo separé del cordel que lo unía a mi cuerpo, y lo puse en mi mano, seguro.

    Giré lentamente sobre mis pies, dando las espaldas al instituto, temiendo que aquella torre hubiera desaparecido, algo ilógico; entonces, como por arte de magia, la niebla se dispersó mientras caminaba hacia sus puertas, miré hacia arriba, el tic tac de ese gran reloj hacía que mi corazón se detuviese, entonces, subí por las escaleras internas, y dejé el reloj de arena ahí, esperando, no, mas bien, sabiendo, que Katty, en algún momento lo encontraría.
     
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  2.  
    Kohome

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    Bueno, hola.

    Me gustó tu comienzo, fue abrumador en cierto modo. A mi parecer tu procero sera muy bueno, pues tu narración es muy buena tambien.

    De ortografía no se nada, bueno no mucho, pero de lo que se no vi nada sospechoso (?).

    Al principio, solo al principio, jure que el personaje principal era una mujer, pero no, me di cuenta que era lo contrario, además, es muy común que las mujeres y hombres, coloquemos como personaje principal los de su mismo género.

    ¿Cómo que atacar el instituto?, eso me dejó pasmada, demasiado.

    Lo único que te recomiendo es usar el guión largo, pues le da mayor presentación a tus escritos.

    Bueno sin más me retiro, avísame cuando este tu conti.
     
  3.  
    Alexa Hime

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    Escritora
    Hola antes que nada debo decirte que me gusto la imagen de portada, bueno tu narración es buena y muy fluida, no noté error ortográfico pero te recomiendo que tengas cuidado con el uso de las comas ya que dificulta un poco la lectura con tanta pausa.
    Bueno la trama se me ha hecho muy interesante y me ha intrigado mucho así que espero seguir leyendo más.
    Lo del reloj enserio me llamó mucho la atención ¿que tiene de especial?

    Bueno espero me avises cuando publiques el siguiente cap. bye.
     
  4.  
    StalinC

    StalinC Guest

    Título:
    Reloj de Arena
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
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    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    3
     
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    2647
    Muchas gracias Kohome, y Alexa Mosary por su opinión y comentarios, trataré de seguir sus consejos y espero que éste capítulo les guste

    Capítulo 1.- Puertas, Ventanas y Cigarrillos
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    El corazón empezó a latirle con fuerza mientras sus pies alcanzaban el frío pavimento, se enderezó y cerró la ventana con cuidado, tenía un poco de tiempo antes de la primera hora de clases; caminó a través del parque que se encontraba cerca, pasando entre la fuente de bronce de Oliver Mendel y la torre del reloj, decidió apresurarse ya que le pareció oír unos crujidos tras ella.
    El sol lucía radiante aquella tarde y unas cuantas nubes parecían bailar al rededor de su imponente calor; era una suerte que cada mañana se pusiera bloqueador solar, el anuncio decía que daba un 100% de protección, pero no hay que creerles, el sol tampoco estaba tan caliente como para que cada centímetro de piel en su cuerpo se volviera rojo en cuestión de segundos,Katty aceleró el paso.

    Katty, es la chica de la que hablamos ahora, muchos que conocieron a su madre dicen que es un exacto retrato de ella, sus ojos, oscuros y que proyectaban soledad aunque con una chispa de felicidad que pocas veces se veía, su cabello, negro y lacio hasta los hombros, su cara era un poco morena y tenía muchas pecas, por ésta razón Katty siempre protestaba, a pesar de los intentos fallidos de su abuela de animarla diciendo que las pecas eran besos del sol, no era muy creíble que el sol anduviera humillando a quién da besos, Katty, con doble T , un problema en el que todos alguna vez tropezaban, algunas cantantes y demás famosas tienen su nombre con una sola T, pero ella no, su madre tenía que ponerle de esa manera…

    Giró en una esquina y al instante se encontró con un pequeño quiosco, de color blanco y de un metro y medio de altura.

    —Unos cigarrillos por favor—susurró Katty, tratando de hacer su voz un poco mayor, pero que no pareciera que estaba fingiendo

    Unos ojos azules y cansados la miraron a través de las botellas de agua, parpadearon por unos segundos y una mano se alzó temblorosa entre los jugos con un cigarro entre los dedos, Katty procedió a pagarle con unas cuantas monedas que sacó de su bolsillo y se retiró a la esquina que estaba cruzando la calle, desde la cual, podía ver con claridad el instituto.

    Katty aún vestía el uniforme de clases, hace unas pocas horas se lo había puesto, consistía en un simple suéter negro de lana, y una falda negra igualmente que llegaba hasta las rodillas.

    Dio unas cuantas bocanadas al cigarrillo, el humo llegó a su cuerpo y su sabor le recordó los viejos tiempos, tan felices, pero a la vez tan trágicos…

    Su corazón dio un salto, y al parecer empezaba a hacer circular sangre por su cerebro.

    ¿Qué demonios estaba haciendo? ¿Fumando? ¿A escondidas?se regañó a si misma.

    Daba vergüenza ver el nivel de hipocresía en el que había caído al momento, lanzó el cigarrillo al suelo y lo pisoteó.

    Esa imagen era común esos días, Katty se había prometido nunca más caer en los malos pasos del pasado, pero a su vez era tan difícil resistirse, con la puerta de la cocina abierta....; muy a menudo dentro de Katty se ocasionaban batallas, entre sus deseos y lo que era correcto.

    —No deberías fumar a tan corta edad—dijo una voz y Katty regresó a ver muy asustada, aquellas palabras venían de un chico, alto, blanco y el cabello ondulado y despeinado, tenía como mucho cuatro años más que ella, y su aspecto era hippie, cosa que no le dio miedo a la chica, ya que si fuera un ladrón no se molestaría en saludar, cuando Katty se aseguró que era humano e inofensivo(el muchacho sonrió por unos instantes) ella le respondió con una ligera sonrisa, que desapareció en menos de un segundo.

    — Hace daño a tu salud... ¿no has oído el caso del hombre que fumó desde los siete y a los treinta ya no pudo ni respirar? —dijo el muchacho fijando su mirada hacia las palomas de la plaza que parloteaban y jugaban con el maíz que les lanzaban los niños y ancianos .

    —Bueno, yo sé que hace daño... ¿por qué crees que lo tiré al piso?dijo Katty, aún sin saber por qué el muchacho estaba hablándole, en el instituto nadie se molestaba en hablarle siquiera.

    —A causa de una lucha interna, es obvio... —dijo él dejándose tumbar en la pared, a sólo unos cinco centímetros de dónde Katty se encontraba, las palabras que salieron de sus labios confundieron a la chica, que se limitó a balbucear vagamente.

    — ¿Cómo sabes de las luchas internas? —dijo Katty moviéndose un poco de su sitio con disimulo para que no pareciera que quería alejarse de él.

    —Los fumadores tienden a eso...cuando tratan de dejarlo, en su interior ocurren muchas batallas de gran intensidad, entre lo que se debe hacer y lo que no, entre el deseo y la astucia, batallas que sólo algunos ganan supongo.

    —¡Yo no soy una fumadora! —respondió indignada.

    —Fumador es aquel que fuma, no creas que porque tiraste el cigarrillo una vez signifique que estés saliendo del tema.

    —Lo sé, pero lo dices cómo si yo fuera una adicta de esas que....fuman a cada instante y en cada rincón, y no quieren vivir por eso se matan lentamente....

    El hippie se quedó callado unos segundos y esto pareció ser una victoria más para Katty, pero no fue así.

    —Bueno, tú no eres de esas, me estoy dando cuenta, pero vas en el mismo camino.

    —¿Cómo te atreves? — dijo Katty aún más indignada.

    —Por si no lo has notado...y espero que sí, llevas puesto el uniforme aún.

    Katty se sonrojó, pero mantuvo su seriedad, abrió la boca para contestarle, pero el muchacho se adelantó.

    —No deberías ser tan descortés, pude haberte ido a acusar en este momento, pero no lo hice....

    —Bueno, gracias supongo...

    El muchacho renegó con la cabeza.

    —Yo también estudié en Oliver Mendel, sé que es una tortura estar nueve meses encerrado ahí sin ver la luz del sol.

    —Bueno, el mismo tiempo que estamos en el vientre de nuestras madres, no es para tanto, si vemos la luz del sol...

    —Cuando yo estudiaba ahí no era asídijo el muchacho girando su cabeza hacia la izquierda de una manera graciosa.

    —Habla como un anciano—dijo Katty riendo.

    —Bueno, no somos tan ancianos...digo somos porque, tenemos casi la misma edad ¿dieciséis no?

    —Es cierto, ¿tú también dieciséis?

    No claro que no, no estaría aquí, tengo veintitrés.

    Katty asintió la cabeza, el por qué estaba hablando con un desconocido en una esquina, a menos de diez minutos de que empezara la primera hora de clases, era incierto para todos, hasta para Katty.

    — ¿Y a que te dedicas?

    —Viajo, por todo Londres, visitando lugares, sin automóvil o caballo, sólo mis pies y yo, sintiendo la brisa diurna o nocturna a cada momento, es una sensación extraordinaria.

    Katty se imaginó a si misma visitando lugares extraordinarios, aunque en su mente tenía preparado ir en caballo o en bicicleta, odiaba caminar largos recorridos por mucho tiempo.

    —Vas a cuarto año de secundaria entonces, ¿verdad?dijo él.

    —Si, sí, claro que simintió Katty, la verdad es que había reprobado un año, no le gustaba acordarse de eso, ni que la gente le recordara que debía estar en cuarto no en tercero. — es algo difícil, pero creo que puedo sobrellevarlo.

    —Solo si dejas de escaparte, creo que....la gente puede estar empezando a sospechar.

    —Lo dudosusurró Katty.

    El muchacho miró la torre del reloj y dijo:

    —Esa torre siempre me gustó, tan grande, tan útil, nadie ha podido entrar en sus puertas, eso creo...de todas formas: ya falta poco para que suene la campana ¿verdad? —Katty asintió— una cosa, ¿Cómo conseguiste salir?

    —Soy amiga de la hija de la cocinera, me pidió que vigilara el lugar por un momento, y pues yo salí por la ventana, la cocina está en el primer piso, así que no fue dificultad.

    —Ingenioso, aunque, un poco sucio al saber que huiste de tu responsabilidad para salir a hablar con un desconocido.

    Katty rió, pero en su interior ardía la culpa.

    —Creo que nos veremos pronto Katty— dijo el hippie y estrechó su mano, cuando la soltó, Katty se preguntó como sabía su nombre, no tuvo oportunidad de preguntárselo, y antes que pudiera darse cuenta el muchacho había desaparecido por la esquina.

    Dirigió su mirada rápidamente hacia el instituto, Le dio escalofríos la idea de volver a ese pavoroso lugar, volver a estar encerrada ahí, no era el mejor lugar para crecer, pensó en el muchacho y en su futuro, se sentía mucho mejor estando afuera, ahí dentro no tenía amigos, ni nadie que se interesara por ella, solamente se tenía a sí misma, y era lo único que le importaba en ese instante.

    Caminó nuevamente hacia el instituto, atravesando el parque, ésta vez tras la torre del reloj, para evitar pasar cerca de la puerta principal.

    Llegó a su destino, y sintió que el corazón le daba una vuelta en su pecho cuando la ventana de la cocina no se abría, golpeo un poco con insistencia mientras el reloj empezaba a dar las campanadas, cosa que indicaba que las clases iniciarían dentro de muy poco, no le importaba quien fuera el que abriera, pero se sentía desesperada, pues desde ahí no podía ver nada ni nadie que estuviera dentro.

    Tocó la ventana con mucha insistencia hasta que ésta se abrió de golpe y una señora de corta edad, con corte de cabello hongo rubia apareció del otro lado: Dolores.

    —¡Katty! —gritó ella llevándose las manos a la boca, se dio la vuelta para cersionarse que nadie la veía y ayudó a Katty a entrar por la ventana.

    —¡¿Que te sucede muchacha?! ¡¿Que hacías ahí?!

    —No tengo mucho tiempo para explicarlo Dolores, sólo prométeme que no le dirás a nadie… tengo que ir a clase ahora.

    —Bueno—dudó Dolores— lo prometo, ¡Ten cuidado!.

    Cogió su mochila que descansaba en la mesa cerca de la estufa y cruzó la habitación hasta la puerta, la abrió con cuidado, y después de despedirse de su amiga se encaminó hacia el largo pasillo que conducía hacia el vestíbulo, en el cual miles de estudiantes uniformados salían corriendo por todo lado, Katty se abrió paso con cuidado entre ellos y subió por las escaleras al final de otro pasillo, en el segundo piso se encontraba su salón de clases.

    Se detuvo en seco cuando llegó, ése lugar le trajo tantos recuerdos, tanto buenos como malos, pudo haberse quedado toda una vida ahí, recordando, pero no era lo mejor: caminó unos tramos cuando una voz que venía de la puerta del salón de clases enfrente le hizo recordar todo lo que era malo en la vida, una voz chillona y que cada letra que pronunciaba causaba dolor en las entrañas.

    —¡Señorita Snowk!

    —¡Profesora Yolanda! —dijo Katty sonriendo falsamente

    —Me gustaría saber a dónde se dirige….— expresó la señora, ella era muy baja y rechoncha, lucía siempre una falsa sonrisa que contrastaba con su apariencia arrugada y arruinada de bruja

    —Pues a mi clase, creo que es obvio—dijo Katty, y al momento lamentó haberlo hecho, ya que la reacción de Yolanda no fue nada graciosa

    —Me gustaría mucho explicarle, que, estos dos días ha estado asistiendo a la clase equivocada— a Katty le dio un retorcijón en el estomago, ¿acaso estaba burlándose de su situación? Yolanda se acercó más a ella, casi chocando nariz con nariz, pues ambas eran de la misma estatura.

    — ¿A qué se refiere con eso? —dijo Katty en voz baja, tratando de que Yolanda no percibiera el olor a cigarrillo en su aliento.

    —Cuando usted y su abuela vinieron a inscribirse, bueno, creo que necesitarán un aparato de esos que usan los sordos, ya que, al parecer entendieron mal el salón que le corresponde éste año.

    — ¡Si escuchamos perfectamente!, estoy en el paralelo D.

    —No señora, usted debería estar en el B, ahí es donde fue inscrita.

    —Creí que uno podía decidir a qué paralelo va.

    —Así es, pero no para usted—dijo ella con desprecio— ya sabe por qué.

    Katty la miró con furia, agarró su mochila y sintiéndose esclava caminó un poco más por el pasillo, dándole la espalda a Yolanda.

    —Señorita Snowk, espero que éste año se esfuerce por lo menos un pocodijo Yolanda riéndose de su propio chiste sin gracia.

    Otra vez lo mismo, tener que entrar a un salón de clases atrapando la mirada de todos los curiosos, otra vez adaptarse a una nueva clase de gente, todo ocurría como en aquella ocasión


    Con el corazón casi saliéndose, golpeó la puerta. Una extraña sensación llegó a ella como un relámpago, algo o alguien ahí dentro haría que su vida cambiara.

    En unos instantes se abrió la puerta, produciendo un gran crujido, miles de miradas se enfocaron en ella, pero a ella no le importó, pues algo en su pecho le indicaba que ahí era donde debía estar realmente

    Aquella puerta se abrió, y no solo la puerta lo hizo, se abrió una gran aventura
     
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    Alexa Hime

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    Hola gracias por avisarme.
    Bueno ahora me gustaría hacer unas observaciones, noté algunos errores en cuanto la puntuación en la mayoría de parrafos me fijé que no colocabas el puto final recuerda que cuando se termina una oración o párrafo se debe colocar punto al final.

    También noté que hubo uno que otro error de dedo y que colocaste algunas mayúsculas entre minúsculas, también quería decir que cuando coloques cantidades no pongas directamente el numero (9) debes escribir la cantidad (nueve) es mucho mejor, otra cosa también es que en varios diálogos sólo colocaste un guión largo(―) y al terminar el diálogo colocabas un guión corto(-) eso es incorrecto debes utilizar únicamente el guión largo.

    Y cómo ultima observación te recomiendo separar los párrafos porque así es menos cansada la lectura y es mucho más comprensible.

    No puedo creer que Katy ya andaba o anda con vicios realmente eso es grave aunque quiera negarlo, ese chico que se le apareció si que se me hace super extraño, ay no pero esa señora Yolanda saca de quicio a cualquiera yo de ser ella le hubiera dicho unas cosas que capaz me expulsan pero en parte mejor si que la ubicaran en el lugar que de verdad le correspondia.

    Espero no te moleste mis observaciones sólo lo digo por ayudar enserio espero no te moleste.
    Me ha gustado este cap. espero con ansias el siguiente quiero saber como le va a Katy en su nueva clase, bueno me despido cuidate mucho bye.
     
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  6.  
    StalinC

    StalinC Guest

    Muchas gracias Alexa Mosary por tus observaciones, a penas las he visto me he encargado de arreglarlo, de verdad gracias, ésta página me gusta bastante porque además de poder compartir tus fics con otros, éstos te ayudan para que vayas mejorando, cosa que no hacen en otros sitios xd

    Me alegra mucho que te haya gustado y no te preocupes que el segundo capítulo viene en camino.
     
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  7.  
    Kohome

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    Hola, gracias por avisarme, en verdad perdona la gran demora, ando un poco recargada de cosas, y recién me pongo al día en la página.

    Me gustó mucho, en especial porque Katty fuma, eso si me dejó perpleja.

    No puedo decirte nada de correciones por dos razones:

    1. Alexa Mosary ya lo hizo
    2. En realidad no vi nada raro -.-'

    Jeje, lo que si es que en mí, tienes una fiel lectora, tu manera de narrar atrapa al lector, eso a decir verdad me encanta de los fics.

    Ya quiero saber que es ese algo o alguien, que le va a cambiar la vida, que emoción.

    Avísame cuando tengas conti, y perdona lo corto e inconcluso de mi comentario, ando un poco de afán.
     
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  8.  
    StalinC

    StalinC Guest

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    Reloj de Arena
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    Misterio/Suspenso
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    3
     
    Palabras:
    3561
    Capítulo 2. — La Clase nueva

    Un anónimo aroma y una sensación totalmente nueva invadió el cuerpo de Katty, toda la clase la miraba de una manera extraña.

    — ¿Es usted de ésta clase?—preguntó la maestra, ella era una mujer baja pero delgada y esbelta, su cabello era corto como el de la muchacha, pero lo más destacable de esta mujer eran sus ojos, de un resaltante color verde.

    Katty asintió con la cabeza y la profesora le indicó que se sentara, aquel salón era mucho más grande que el anterior en el que estaba, había una media docena de ventanas que daban a la calle por el lado derecho del salón, justo al frente de dónde la puerta estaba, delante tenía dos pizarras grandes y móviles, donde la Profesora había estado explicando ecuaciones matemáticas.

    Habían cuatro columnas de pupitres, eran mesas para dos personas, una de las cosas que más odiaba Katty, fue a la última fila de la derecha y se sentó en el sitio de atrás, no tenía compañero al lado y no conocía a nadie que estuviera ahí, quizás era lo mejor para ella en aquellos momentos….estar sola.

    La puerta se cerró de golpe y la clase continuó.

    La profesora volvió a decir su nombre, para que Katty se enterara, por suerte para ella, esta maestra no hizo lo mismo que solían hacer la mayoría, pedir a la nueva que se pusiera de pie y que dijera su nombre, de dónde venía, cuáles eran sus objetivos en la vida….
    Aquella primera clase pasó rápidamente, o quizás era por el hecho que Katty aun seguía pensando en aquel muchacho hippie con el que había estado hace unos instantes, ¿Era pura suerte que nadie la hubiera descubierto aún?

    —Good Morning Class!!!— dijo con una voz de trueno, la muchacha apenas se había dado cuenta en qué momento aquella bondadosa mujer maestra se había retirado, tampoco había escuchado cuando la campana sonó, pero aquel timbre de voz de la mujer se le hizo tan familiar, que no necesitó alzar la cabeza para darse cuenta de quién era.

    La Profesora Ann, o Teacher como solía pedir que la llamasen se paró al frente de la clase, alzándose ligeramente con sus tobillos para parecer superior, pues era una mujer muy baja de estatura, una mujer baja rechoncha y con el cabello rubio tinturado de forma falsa, sus ojos cafés empezaron a mirar con malicia a todos los presentes, como si buscara un alma débil para destrozar, y efectivamente la encontró, a pesar de que Katty estaba tras dos muchachos muy altos, ella la encontró y sus ojos se miraron por momentos, todos aquellos recuerdos volvieron a la mente de la muchacha.

    Aquella profesora, había sido la causante de todas las desgracias de Katty el año anterior, su forma irremediablemente mala de explicar las cosas había hecho que muchas personas llegaran a odiarla, entre ellas Katty, y por culpa de esa maestra, ella reprobó el tercer año, y por eso ahora estaba ahí nuevamente, repitiendo la historia una vez más.

    De nuevo aquellos sentimientos volvieron a ella, quería llorar, pues recordó a Jus, y las cosas malas que aquella mujer le había dicho, si existía alguien peor que Yolanda en el mundo, esa era Ann.

    — ¡Vaya, Vaya! si es la señorita….—dijo ella fingiendo recordar su nombre.

    —Snowk—le indicó Katty.

    —Ah sí ¿Qué hace usted en esta aula? ¿No debería estar en un curso más avanzado?... ¡Ah! es cierto, perdió el año y ahora tiene que repetir el tercer curso ¿verdad?, creo que fue en mi materia ¿no?—dijo con una sonrisa diabólica en su cara.

    Si antes odiaba a aquella mujer, ahora lo hacía más, si antes toda la clase llegaba a ver a Katty como una chica misteriosa a la cual deseaban conocer fervientemente, ahora todos habían perdido el interés en ella, pues según creía Katty, una muchacha que repite el año no es digna de ser inteligente, y eso debía ser lo que todo el mundo pensaba en aquel instante.

    —Bueno, espero…sólo espero que en las vacaciones haya reflexionado y que no vuelva a cometer las estupideces que hizo antes—dijo la profesora Ann—¡Oh Cielos! ¿Si ve cómo me hace perder el tiempo señorita Snowk? ¡Ni siquiera me he presentado al resto de la clase, que estoy segura si tienen ganas de aprender!

    Katty apretó los puños con furia, no le interesaba que algunas personas llegaran a ver su reacción, deseaba ir al frente de la clase y golpear a la anciana en la cara hasta que llorara y suplicara perdón.

    —My name is Ann Harris, and I will be your teacher this year, I hope we could have really cool times while you learn with me.

    Katty deseaba poder conocer qué era eso que decía, pero no le interesaba prestarle atención a una vieja arpía como ella, por otro lado, si ese año deseaba callarle la boca como fuera, tenía que demostrar que era muy buena en aquella materia, pero….¡Maldita sea! Esa mujer la odia, y va a hacer cualquier cosa para que Katty se sienta mal, ¿Era esa una batalla por la cual no quería ni siquiera intentarlo?

    Las clases pasaron entonces, lentas, muy lentas, y aburridas, Katty se esforzó en mostrarse soberbia con todos los ineptos que regresaban a verla con cara de desconcertados, y otros con cara de burla.

    Aquella clase era muy particular, como todas las demás, por un lado, habían dos chicas, una era de baja estatura y otra era alta, pero ambas esbeltas y con mucha belleza natural en sus caras, se notaba que eran las típicas chicas que solo piensan en modas, cosas estéticas y ese tipo de cosas que a Katty no le interesaba.

    Durante mucho tiempo, o al menos los últimos años, a Katty le decían que era una especie de “marimacho” quizás se debía a su cabello, mientras el resto de chicas tenía una cuidada larga y brillante cabellera que si podían hacerla crecer hasta los tobillos lo harían; Katty tenía una cabellera corta, con mucho esfuerzo las puntas le llegaban a tocar los hombros, algunas personas llegaban a confundirla con un chico, pues no tenía “curvas” como el resto de chicas.

    Katty las miró con desprecio y giró su mirada a otro lado, ahí estaban los chicos, de toda clase…Los nerds, los “gangsta” aquellos que gustaban de parecer delincuentes aunque de eso no tuvieran un comino, estaban los que tenían mucho dinero y contaban sus anécdotas de viajes al exterior, mientras un gran grupo de idiotas fingían admirarlos, adularlos y lamerle las botas…

    —Gente Hipócrita—pensó Katty.

    Pocos chicos habían como ella, de ese tipo que se sentaban en un rincón, solos y pensativos, de hecho en aquel momento distinguió a dos, uno estaba sentado justo delante de ella, y otro estaba a la esquina opuesta.

    El primero era alto y de piel cetrina muy pálida, su cabello era un poco largo y alborotado, resultaba incomodo saber que uno podía ver sus intenciones de parecer un poco rebelde, pero no lo lograba, aunque quizás ese no era el objetivo del muchacho, pues se dio cuenta que no estaba pensando solo, estaba leyendo un grueso libro negro con mucho interés, quizás se trataba de otro nerd.

    El muchacho de la esquina en cambio, era blanco de una manera casi pálida, su cabello estaba más o menos bien peinado de una manera casi perfecta, su rostro se podía ver con claridad, expresaba tanta tristeza que uno no quería acercarse a preguntar por miedo que el muchacho se rompiera totalmente; una de las cualidades de Katty, era que podía percibir los sentimientos más profundos de la gente, el muchacho apenas mostraba señales de saber que había más gente en ese salón, pero se dio cuenta que una mirada castaña se estaba fijando en él, y le regresó la mirada; en aquel momento ambos ojos, llenos de tristeza y pasado inconfundiblemente injusto se encontraron, pero Katty era tímida y bajo la suya inmediatamente, fingiendo fijarse en otra cosa.

    Cuando llegó la hora del recreo bajó al patio del instituto, sola, pues no tenía amigos, aquel tipo de gente que siempre está al lado de uno cuando más se los necesita, pero Katty hace muy poco tiempo se había dado cuenta que los únicos amigos que creía haber tenido, la traicionaron de la manera más sucia e hipócrita que había.

    — ¡Quítate!—dijo una voz delicada tras ella, empujando levemente a Katty hacia un lado, dejó de ser considerada delicada debido al enojo con la que dijo las cosas, era aquella muchacha pelirroja que había visto en su clase; estaba caminando con glamour junto a su amiga alta.

    Entonces ocurrió, no le importaba lo que los demás pensaran, no iba a dejar que las otras personas se aprovecharan de ella, corrió con furia hacia la chica y la empujó con mucho enojo.

    — ¡Aaaaaaahh! —gritó la chica mientras caía estrepitosamente al piso, su amiga alta corrió a ayudarla en silencio, la gente del lugar entonces empezó a reírse de manera bulliciosa y molesta, Katty se sintió un poco culpable.

    — ¿Qué demonios te sucede?—preguntó la muchacha alta sobresaltada

    —Perdón, fue un accidente…—explicó ella

    La chica se levantó con un poco de esfuerzo, entonces entre la gente apareció aquel muchacho callado y blanco del rincón acercándose a la pelirroja le dijo unas palabras al oído, Katty supuso entonces, que debía ser el novio de ésta.

    La chica no le devolvió el golpe, ni le dijo nada en cambio, solamente se dio media vuelta y siguió como si nada hubiese ocurrido.

    La gente entonces comenzó a dispersarse decepcionada por no haber presenciado una pelea de mujeres en el segundo día de clases, Katty también se alejó de la multitud, y se dirigió a una banca de madera, en donde se sentó a mirar a la gente pasar.

    —Hola—dijo una voz masculina, Katty dudó que se dirigiera a ella, pero por las dudas giró la cabeza.

    — ¿Hola? —respondió ella, aquel muchacho era el mismo de la esquina de quién sospechaba era el novio de aquella chica, inmediatamente agachó la cabeza avergonzada—Perdón, no quería lastimar a tu novia.

    El muchacho la miró confundido, al parecer había cometido un error.

    —Ella no es mi novia—dijo él casi riendo—Es mi hermana.

    Katty agachó la cabeza aún más.

    —Tranquila, que ella se lo ha buscado—dijo él—Me presento, Soy Peter…

    —Mucho Gusto—dijo Katty levantando la cabeza, aquellos ojos nunca olvidaría, pues su peculiar color marrón claro hizo que todos sus problemas se hicieran menos pesados.

    — ¿Eres nueva o algo así?

    —No, para nada—respondió ella—Simplemente reprobé tercero y ahora estoy cursándolo otra vez.

    — ¿En qué materia reprobaste?

    —Es algo ridículo de hecho, en Inglés

    Peter se quedó pensativo, y luego de unos segundos añadió

    — ¿Sabes quién es bueno en Inglés?

    — ¿Quién?

    —No creo que lo conozcas, yo no he hablado con él desde que entré al Instituto, es muy dedicado a los estudios, pero he conocido un poco de él porque este año me tocó compartir habitación con él y su amigo de Brasil.

    — ¿Cómo se llama? A lo mejor puedo pedirle ayuda después de clases.

    —Su nombre es Mark, Robbins su apellido ¿No te suena familiar?

    —Es como el cantante Steve Robbins, que murió hace un tiempo, su historia es genial ¿no?

    —Así es, soy muy fan de él—sonrió—pero no sé qué tiene que ver con Mark, simplemente me recuerda mucho a él.

    — ¿Es aquel muchacho de cabello negro que era el único que no hacía revolución en los cambios de clase?

    —Exactamente—dijo Peter y después de un incómodo silencio se atrevió a decir—Una pregunta ¿Por qué estás tan sola? ¿Qué sucedió con tus amigos del año anterior?

    —Ellos…se han olvidado de mí por decirlo así, o más bien yo me olvidé de ellos, no quiero saber nada que tenga que ver con mis antiguos amigos, como solía llamarlos.

    Peter se quedó con mucha intriga, pero afortunadamente no dijo nada.

    —Y no sé por qué estoy hablando de esto—Katty sonrió—¿Te puedo hacer la misma pregunta?

    Peter se quedó pensativo nuevamente.

    —Pues yo no suelo tener amigos, muy rara vez hablo con alguien, y lo he hecho contigo porque le has pegado una paliza a Pamela.

    Peter alejó la mirada hacia el montón de estudiantes que pasaba junto a ellos, cuando logró divisar a su hermana Pamela junto a la otra chica, sin mirar a Katty dijo:

    —Bueno, me tengo que ir, nos vemos en clase.

    Peter caminó lentamente hasta perderse en el montón, entonces Katty se quedó sola nuevamente.

    Miró el vacio cielo, que poco a poco se iba tornando más naranja debido a la hora, no tardó mucho en volver a sonar la campana que indicaba el fin del receso.

    Una vez regresó al vacío salón, se sentó en su lugar, aún sintiéndose solitaria, concibiendo cómo poco a poco el lugar se iba llenando de gente muy ocupada en asuntos que no tenían importancia en la vida, como los viajes que hicieron en vacaciones, la ropa que compraron, eso era lo malo de estar en un instituto tan caro, la mayoría de ellos tenía mucho dinero a diferencia de Katty, cuya abuela hacía mucho esfuerzo para pagar la pensión de cada mes.

    Notó entonces que Pamela ya había vuelto, y se sentaba a pocos metros de Katty, sin siquiera dirigirle la mirada de desprecio única en ella. Inmediatamente atrás de ella, estaba la otra chica, mucho más alta y linda de una manera natural, ella le dirigió una mueca extraña que interpretó como una sincera sonrisa, ella si le caía bien al parecer.

    —¡Hola! —dijo una voz boba tras Katty, ésta se dio la vuelta entera para ver de quién se trataba, era un chico alto y extremadamente flaco, con gigantescas orejas y pomulos abundantes, era por decirlo de una forma, asimétrico. —He visto como te peleabas con Pamela Jones en el recreo, ¿Fue una suerte que no te delaté con Yolanda verdad?
    Katty lo miró con desprecio, aquel muchacho era demasiado arrogante y molestoso.

    — ¡Vete Marcelle! ¡No la molestes! —dijo una voz desconocida para Katty, e inmediatamente Marcelle se alejó refunfuñando entre dientes.

    —Gracias—dijo Katty un tanto avergonzada hacia aquel muchacho, era alto-todos eran altos para Katty, ella es de baja estatura- Y por su desordenado cabello negro lo reconoció, de apellido Robbins

    —De nada, de hecho ya estoy acostumbrado—dijo Mark sonriendo—Marcelle ha sido una carga para todos desde primero, se caracteriza por ser un soplón desvergonzado y fastidioso

    —Pues sí, me he dado cuenta —dijo Katty sonriendo aún más, aquel muchacho era muy apuesto, tan apuesto como Peter.

    —Te he visto en el receso, tú fuiste la que empujó a Pamela, lo vi…fue muy…

    —Lo lamento mucho, esto…no fue mi intención

    —No, tranquila, me ha divertido mucho, Pamela, por decirlo así no es un pan de Dios, y eres la primera que le ha hecho eso.

    — ¿En serio? No lo sabía

    —Pues sí, ella a diferencia de Monicke o…

    — ¿Monicke? —preguntó extrañada por escuchar un nombre más extraño que el de ella

    —Aquella muchacha que siempre está con Pamela, la alta y de cabello castaño…

    —Ah sí, ¿La conoces?

    —No de hecho—dijo él mirándola fijamente—Una vez la salvé por así decirlo de que una lámpara le cayera encima, pero además de eso nunca he hablado con ella, no soy muy social por lo que ya debiste notar

    —Pero por la forma en la que hablas pareciera que tuvieras amigos por montones

    —No es así, la gente se asusta de los que gustan de leer, Creen que soy un nerd adicto a las computadoras que no se sabe defender, lo que pocos saben es que una vez quedé bi-campeón en un torneo de Taekwondo, por eso Marcelle me tiene miedo…—rió

    —Cielos, ¿Fue reciente?

    —No, fue hace algún tiempo, pero no he olvidado cómo pelear

    —A mí me gusta pelear también—dijo Katty

    —Quizás es por eso que reprobaste…—dijo Mark silenciosamente, un segundo después se arrepintió de haberlo dicho—Oh, Lo siento, no quería….

    —No descuida, me lo merezco por ser cabeza-dura, pero éste año no voy a reprobar, ya verás

    — ¿En qué materia reprobaste el año pasado? —dijo Mark tratando de aliviar la situación

    —En inglés.

    —Ah, qué casualidad…—dijo Mark—Yo soy muy bueno en inglés.

    Este era el punto al cual Katty quería llegar.

    —Entonces…¿Serás tú aquel que ayude a esta cabeza-dura? —dijo tratando de hacerlo reír, lo consiguió

    —Pues si quieres, yo estaría encantado, La ventaja es que mi asiento está muy cerca del tuyo.

    El bullicio que se tejía en el ambiente se vio derrepente bruscamente interrumpido por el ruido del portazo más fuerte que había escuchado en su vida, un señor alto y flaco, canoso y cansado, con un destejido chaleco color café oscuro, entro dando pasos agigantados hacia el frente de la clase, inmediatamente todos salieron corriendo a sus respectivos puestos.

    Entonces se presentó, su voz era ronca y gangosa, pero aún así, daba mucho miedo escucharlo, ya que parecía que gritaba.

    El resto del día no se destacó por nada, simplemente Katty acabó muy cansada, luego de estar copiando materia durante media hora, obra de la profesora de Ciencias Químicas, que se empeñaba en hacer que primero aprendieran la teoría para luego pasar a la práctica.

    Poco a poco la luz exterior fue disminuyendo su intensidad, hasta quedar en penumbras que duraron poco debido a las luces de las lámparas del salón, esto indicaba que estaba a punto de anochecer ya.

    Cuando el reloj del colegio, ubicado en la torre de afuera, visible desde la ventana más próxima a Katty, dio marcadas las seis y media de la tarde, La profesora de Ciencias Químicas fue la primera en salir, apresurada susurrando algo sobre isótopos. Inmediatamente todos cogieron sus mochilas y salieron de una manera muy salvaje; como si de una estampida se tratara

    —Hasta mañana—dijo Mark y Katty le dijo lo mismo al instante, saliendo ambos con la cabeza agachada hacia diferentes rumbos.

    Katty cruzó todo el pasillo tropezando un poco con los estudiantes que aún estaban saliendo
    de sus salones, bajó por las escaleras hasta el primer piso, cruzando el espacioso Hall de entrada dudó si debía visitar las cocinas para reunirse con la única amiga que le quedaba, al final decidió hacerlo, aprovechando que el Campus quedaba muy cerca de las cocinas así que podría tener una excusa buena por si le preguntaban que hacía ahí.

    Pero una voz que deseaba no haber oído nunca en su vida interrumpió sus planes…

    — ¡Señorita Snowk! —dijo ella— ¡Venga conmigo que voy a asignarle su nueva habitación!
     

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