Relics of magic.

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Trick Kosh, 9 Septiembre 2012.

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    Trick Kosh

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    Leo
    Miembro desde:
    26 Julio 2012
    Mensajes:
    840
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Relics of magic.
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Acción/Épica
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1469
    Prólogo.
    Era una noche oscura, no había ni un alma a la vista, sólo se podían presenciar las luces de las farolas que iluminaban las sombrías calles. Aquella noche, era una noche lluviosa, y una chica de 16 años, miraba por su ventana, con la mirada fija en un restaurant cerrado. Ella era una chica cabello negro, ojos azules y tez blanca. Vivía con su madre y su padre, además de su hermano menor, que tenía once años.

    Estaba mirando por la ventana, y jugando con una pelota, que lanzaba hacia arriba y luego la atrapa en su mano. Además, la pelota se iluminaba cuando la lanzaba, ya que, estaba hechizada.
    El nombre de la muchacha era Cliria, un nombre extraño, pero hermoso para una chica como ella; única y mágica. Ella poseía el don de la magia, y era la única que poseía aquél don. En su ciudad, la llamaban “extraña”, porque cuando se salía de control, y/o se ponía malcriada, hacía cosas terribles, además de que, no sabía usar la misma, aún no entrenaba la dicha.

    Se levantó de donde estaba, y se dirigió a la puerta de su cuarto que, daba a la sala. Salió de su habitación, y se dirigió a buscar un abrigo. Volvió a entrar en su alcoba y se cambió. Se colocó una blusa negra, una falda que le hacía juego, y también un cintillo de color azul oscuro. Se peinó el cabello y se abrigó con una chaqueta de cuero negra, que era lo único que había encontrado.

    Salió nuevamente de su habitación y se dirigió a la puerta de entrada. Pero antes, buscó papel y lápiz y dejó sobre la mesa de la cocina una nota que decía: “Adiós, padre, madre. Cuiden de mi hermano, y cuídense ustedes. Tengo que irme a buscar a unos viejos amigos.”

    Salió de su casa con un paraguas, y abrió el mismo. Empezó a correr en medio de la lluvia tapándose con el paraguas, y mirando a todos lados. No estaba segura de lo que hacía, pero creía que era lo mejor, o eso parecía.

    Rato después de correr, llegó a una estación de tren. Bajó las escaleras, y llegó a una taquilla, donde compró un ticket para subir al tren. Esperó un momento junto con otras personas que iban al mismo lugar que ella, y subió al dicho tren. Miró e identificó a algunas personas que estaban en el tren, pero ninguna la identificó a ella.

    Vio a su compañera de escuela, Aliria. Una chica muy caprichosa, pero amable de vez en cuando. También notó a su tía Claris, de cabello negro, y ojos marrones… Y con una actitud muy enfermiza para Cliria. Y sin olvidar a dos chicos que habían gustado de ella el año pasado en su escuela, Mark y Clye.

    Volteó la mirada para que no llegaran a identificarla, en especial su tía. Esperó un rato, como media hora, y llegaron al destino por fin. Salió rápidamente del tren y subió las escaleras que llevaban a la salida de la estación de tren. Miró detenidamente alrededor, cuando salió y observó un edificio azul aún más detenidamente. Cruzó algunas calles, y caminó unas cuadras para llegar al mismo, y abrió la cerradura murmurando —“Cril Narti” —. Un hechizo que había creado para abrir cualquier puerta y/o cerradura.

    Entró al edificio y se dirigió a subir las escaleras del mismo. Subió cinco pisos exactamente, y cruzó un pasillo para quedar en frente de una puerta. Tocó el timbre y esperó pacientemente a que abrieran la dichosa puerta.

    Un joven, de dieciséis abrió la puerta. Tenía el cabello rubio, ojos verde claro y tez carne. Miró a Cliria y la invitó a pasar; la conocía ya desde hace mucho. Miró el pasillo un momento, y luego cerró la puerta con seguro.

    —¿Qué haces aquí, Cliria?, ¿no deberías estar protegiendo a tu familia? —preguntó el joven extrañado.

    —Sí, sé que debería estar haciendo eso. Pero… —Se calló un momento—ahora que me doy cuenta, nadie estará a salvo hasta que, terminemos ésta guerra de una vez por todas, Clate —contestó mirando al chico.

    —Pero, ¿qué hacemos? ¡No hay nadie quién nos pueda ayudar!... Ya todos murieron hace tiempo… —miró al suelo durante un momento y luego dirigió su mirada a la ventana.

    —Eso es lo que tú crees—sonrió la chica.

    —¿Qué?... ¿Cómo dices? ¡Tú y yo estábamos ahí, Cliria! No seas tan estúpida—miró a la chica sorprendido al oír dichas palabras.

    —Y tú no seas tan idiota, ¿qué no comprendes?, ¿no has notado la energía de los Ángeles? —preguntó la pelinegra.

    —Sí, la he notado y sentido. Pero, no se sabe quiénes son los que tienen dicha energía, sólo tú y yo hasta ahora la poseemos. Y no sabemos si los otros que la poseen, son de la Luz o la Oscuridad—respondió en duda.
    —Eso lo sé, pero sí lo notaste. Ahora, debemos investigar de dónde provienen las energías…

    —Ya yo sé de dónde proviene cada una, querida—interrumpió Clate a la chica—, ven, sígueme. —Clate se dirigió a una de sus habitaciones en su apartamento y abrió el armario de la misma.

    Movió un interruptor y le ordenó a Cliria que se colocara sobre la cama, de pie. Ella hizo caso a la orden y se colocó ahí, y el chico volvió a mover el interruptor y se colocó él sobre la cama de pie, al igual que ella, y ambos fueron transportados a una habitación donde había monitores, y todo tipo de tecnología para investigar.

    —No has cambiado nada con respecto a tus investigaciones—rió la azabache mirando al chico rubio.

    —Para nada—rió también y caminó hacia una silla, y se sentó en ella. La chica se posó al lado de él mirando un monitor en especial —. Ahora, éstas son las ubicaciones de cada energía Ángel, Cliria. —presionó un botón y en el monitor que miraba la chica, aparecieron varios puntos de color rojo.

    —¿Puedes especificar qué elemento o tipo de magia, o qué sé yo… Clase, posee cada punto? —preguntó mirando al miquito.

    —Claro—presionó otro botón y uno de los puntos rojos pasó a ser azul. Otro se hizo de color blanco, uno negro, otro anaranjado, otro violeta, otro rosado, y así varios puntos de colores.

    —Mmmm… —Se quedó pensando la chica un momento.

    —¿Qué pasa? —preguntó el rubio mirándola.

    —Éste punto azul, es un paladín, creo y sospecho eso. Éste otro rosado, es una chica sacerdotisa, y éste violeta, sería una nigromante—comentó mientras seguía señalando los puntos.

    —¿Cómo estás tan segura de ello? —preguntó nuevamente el chico mientras miraba la pantalla.

    —Porque, soy una maga, además de que, sé que en cada uno de esos lugares, hay una reliquia de Clase—respondió mientras miraba al rubio.

    —¡¿Qué?! ¡¿Las reliquias de Clase están en esos lugares? —gritó y preguntó el rubio, un poco alterado.

    —Así es. En cada una de esas ubicaciones están las reliquias de Clase. Yo tengo la mía, me imagino que tú también la tienes, Clate—miró al chico mientras explicaba.

    —Sí, aún tengo la mía, Cliria. Pero no deberían estar ahí, ¡¿quién sabe quién la puede haber tomado?! —volvió a preguntar gritando.

    —Por eso es que las pusimos ahí los Cinco Sabios y yo. Para que, cualquiera que obtuviese alguna reliquia de Clase, se volviera protector de ella, y supiera cómo usar sus poderes. Extrañamente yo aún no manejo mi magia, Clate. Pero, te aseguro que, aunque los que los puntos señalan—tocó con su dedo índice la pantalla del monitor—no sepan usar aún su clase, es decir, que no controlen bien sus poderes, son los que poseen la energía Ángel. —explicó Cliria sin decir más.

    El rubio se quedó pensando un momento, y miró a la chica. Después, se levantó de la silla y se dirigió a un estante, donde habían varias gavetas. Abrió la que, estaba en el centro del estante y sacó una daga.

    —Es mejor que nos preparemos, iremos a buscar a esos chicos—sonrió mirando a la chica, y ella le devolvió la sonrisa sacando su báculo.

    Continuará...
     
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    Hiroki

    Hiroki Entusiasta

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    Para ser un prólogo, está muy bien desarrollado. Animas a los lectores a leer un poco más, y los dejas con esa intriga que hace mejor la trama. Mis felicitaciones.

    El personaje de Cliria me parece que se basa en una de las personas que tú y yo conocemos e.e... Ahora que lo pienso, es bastante parecida a Alexis. Y ése tal Clate, se parece a Marcos x'DD.

    Sin duda alguna, me parece bastante interesante la trama, y más por esos "Cinco Sabios", cuando leí eso me quedé en duda. Y esas reliquias, ¿qué harán? Seguramente tienen un poder más allá de sólo enseñar a usar la Clase al que la posea º-º.

    ¡Suspenso total! ¡Quiero leer más! ¡Saludos!
     

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