One-shot de Pokémon - Rehén del amor

Hola amigos lectores aquí otra vez con un pequeño one-shot, un poco raro creo pero que me demore mucho en darle forma no sabia si que el mismo personaje lo narrase o que halla un narrador. Bueno aquí Dawn tendrá hermanos.

Y sin más que decir los dejo para que lean.

Rehén del amor

Me desperté aterrada, estaba segura de que había oído moverse las cortinas que cubrían la puerta de cristal de mi habitación. La tenue luz que daba mi lamparita de noche del baño me hizo distinguir una sombra fantasmal en la pared y me quede paralizada de miedo. Soy esposa y madre y vivo en una pequeña casa en los suburbios, me había pasado la mayor parte de mi vida adulta escondiéndome de un hombre que decidió matarme y estaba seguro de que por fin me había encontrado, pensé “Me llego la hora”. La figura se abalanzo sobre mi pero en vez de un ataque de acosador con intensiones asesinas, sentí el cálido abrazo de uno de mis hijos que asustado por una pesadilla había entrado al cuarto en busca de consuelo. No puedo creer que hubiera pensado en dispararle sin dudar si hubiera tenido un arma en mis manos. Nadie podría entender mi dolor, ni a mis amigas más cercanas e intimas les he contado que mi verdadero nombre no es Hikari Platina, sino Dawn Berlitz, ni que me llevo ocultándome de un hombre que trabajo conmigo, me amo y después se obsesiono con destruirme.​

Crecí en Sinnoh en el pueblo de Hojas Gemelas, era la menor de tres hijos y por así decirlo era la estrella de la familia y del pueblo. Al final de mi adolescencia ya era cantante y música brillante y me había presentado en un gran teatro. Cuando tenia 18 años, me fui a vivir a la cuidad de Veilstone para hacer una carrera de teatro y pronto fui invitada para hacer una audición para una famosa obra de teatro llamada “Que venga mi gente”, Allí vi a un hombre tocar el piano con mucho virtuosismo, el director musical de la obra, llamado Paul de 20 años, tenia una presencia irresistible de cabello largo y morado y unos penetrantes ojos negros. Pensé que no solo era un hombre muy guapo sino también la persona más misteriosa y talentosa que jamás había conocido, ese día iniciamos no solo una amistad sino también relación profesional.​

Habían pasado ya 2 meses desde que me uní a la compañía del teatro y Paúl y yo empezamos a vivir juntos, se había dedicado desde muy joven a componer y escribir obras aunque nunca lo atrajeron realmente, lo suyo era la música y dirigir antes creía que el destino lo puso en mi vida ya que la primera obra que dirigía fue en la que yo me presenté. Cuando no trabajábamos en la obra nos presentábamos en bares y cabarés con nuestras propias canciones, todo nos iba de maravilla. Pero en nuestro segundo año de convivencia, note un inquietante cambio en su personalidad, se mostraba distraído, taciturno y frecuentemente hablaba solo. De regreso a nuestro apartamento en una noche lluviosa después de la obra, me lanzo contra la pared y me grito que no le gustaba cómo me miraban los otros hombres del elenco. Me agarro de los hombros y me azoto la cabeza contra la pared varias veces, logre zafarme y trate de calmarlo pero el me arrincono y me echó al suelo, sentí que me arrancaba los pantalones de mezclilla; después él mi compañero, mi amante, me violo brutalmente. Cuando todo terminó, me refugie en la recamara, donde pase la noche acurrucada en un rincón tratando de entender lo que había ocurrido, mientras que Paúl se paseaba en la sala, cuando por fin amaneció en me busco para pedirme perdón y me dijo “eres la única persona a la amo, la única que puede ayudarme. Esto no volverá a ocurrir”. Era joven e ingenua y sobre todo estaba enamorada y le creí.​

Nuestra gira continuo junto con la obra y disfrutamos juntos de semanas de ternura y creatividad, pero Paúl finalmente me confeso que oía voces que le contaban historias acerca de mi y de otros hombres y que le hablaban de complicadas conspiraciones para atraparlo. Cuando aparecían las voces el resultado eran episodios de golpes y abuso sexual. Yo no sabía nada sobre enfermedades mentales pero lo que si sabia era que hay que cuidar a las personas que se aman, así que cuando llegaban las voces, llevaba a Paúl a dar largas caminatas y le hablaba para tratar de apaciguarlo. A veces funcionaba sino empezábamos a trabajar en nuestras canciones mientras mantuviera la cordura en nuestro trabajo, yo podía quedarme. Me cubría las magulladuras con maquillaje y usaba mangas largas para cubrir los moretones en mis brazos, Cuando tenia 21 años lo convencí de hablar con un psiquiatra el cual le receto un medicamento para la esquizofrenia, durante un tiempo las píldoras resultaron, dieron muy buenos resultados, pero luego decidió dejar de tomarlas.​

Un día de abril, regrese a nuestro apartamento, después de hacer una audición para una agencia de cazatalentos que se intereso en contratarme como solista, Paúl estaba extremadamente callado, se levanto del sillón, tomó mi brazo y me lo torció y me amenazo con romper en represalia diciendo que tenia la intención de sabotearle su carrera, al tratar de huir rompió una botella y con el vidrio roto se corto el brazo y embarro la sangre en mi brazo y me grito “¿Te das cuenta de lo puedo hacerte?”. Esa noche me quede en la casa de unos amigos, pero regrese con Paúl a la mañana siguiente como lo había hecho otra veces, se que era una locura que yo creía que podía salvarlo. Casi dos años después nos mudamos a un pequeño departamento en Cuidad Trigal en Jhoto donde mi hermana Caitlin se había establecido, esperaba que estar un tiempo lejos de la obra lo tranquilizara pero no fue así sus desvaríos empeoraron, una noche cuando iba a visitar a mi hermana, Paúl me cerro el paso y me dijo “Que los dioses Pokémon que estaban dentro de el se negaban a soltarme”, entonces supe que el había perdido todo contacto con la realidad. Durante 54 días, durante 54 miserables días estuve cautiva, porque según el había una mujer del hace siglos viviendo en mi interior y necesitaba exorcizarla, me tenia atada de pies y manos con cinturones de cuero, cuando trataba se zafarme terminaba golpeada, me daba de comer sopa de tomate en la cual apagaba las colillas de sus cigarrillos, me vendaba los ojos y me lanzaba un vaso cerca de mi cabeza para ver si confiaba en el, si me encogía volvía a hacerlo. Me golpeó y violo muchas veces, en momentos pensaba porque no me mataba de una vez para no seguir sufriendo.​

Hasta que una tarde alguien toco el timbre del apartamento, Paúl abrió la puerta pude ver a mi hermana, quien se asusto ya que estaba en el sillón cubierta de sangre, a los minutos llegaron los policías los cuales tumbaron la puerta y entre 5 de ellos se lo llegaron con una camisa de fuerza. Me trasladaron a un Centro de Ayuda a Victimas y Testigos, y también supe que a Paul lo enviaron a Sinnoh de vuelta, me mude a la casa de mi hermana para recuperarme. Pero mi pesadilla no había terminado, una tarde apenas dos semanas después de que Paul volara a Sinnoh, el teléfono sonó y fui a contestar, era el y me dijo que “Las deidades Pokémon le habían ordenado regresar a Jhoto y matarme y descuartizarme y colgar mis entrañas en un árbol y luego suicidarse”. Llame a la policía de inmediato y dos semanas mas tarde lo detuvieron cerca de la casa vestido completamente de blanco hasta llevaba un peluca del mismo color, lo volvieron a mandar a Sinnoh, pero esta vez a un hospital siquiátrico durante 6 meses.​

Para mi solo significaban 180 días para que estuviera libre e intentara volver a cumplir su loca misión. Desesperada me reuní con el fiscal quien me propuso por mi propia seguridad que Dawn Berlitz tenia que desaparecer, tenia que convertirme en otra persona, para mi que siempre soñé con ver mi nombre en grandes anuncios fue un duro golpe, pero sabia que no había otra salida, con ayuda del Programa de Ayuda a Victimas y Testigos me cambie el nombre a Hikari Platina, me mude a Kanto, allí en Cuidad Verde me establecí y empecé a estudiar una carrera de enfermería, pero aun así tenia miedo de que algún día me pudiese encontrar. Los meses dieron paso a los años, empecé a salir del capullo ya no era tan retraída como antes, poco a poco hice nuevas amistades pero jamás hablaba sobre mi pasado, cuando tenia 25 años conocí a un hombre que me intereso mucho, Ash , era entrenador pokémon, desde la primera vez que salimos congeniamos perfectamente, un año después que conocernos empezamos a convivir, algunas noche me despertaba asustada, temblando y no le decía porque el lo único que hacia era abrazarme y decirme que el estaba allí para protegerme, seis meses después le conté la verdad sobre mi pasado y un año después nos casamos. Algunos meses después me puse en contacto con su antiguo siquiatra, aunque no le di mi nombre ni mi dirección, me entere que Paúl vivía en las calles de Veilstone y que en una ocasión lo había invitado a su casa y que el le prendió fuego a su piano, y le dijo que aun seguía obsesionado con su antigua amante. Al escuchar esas palabras sentí que seguía siendo una herén. Cuando volví a la realidad mi pequeño hijo de 7 años estaba dormido en mis brazos, lo cargue y lo lleve a su cuarto para que durmiera más cómodo.​

Dos días después, luego de recoger a mis 2 hijos de la escuela me asome a la ventana y vi a alguien dentro de un auto estacionado con vidrios ahumados, los minutos se convirtieron en horas y el conductor seguía allí, empecé a sudar frio y pensé “¿Por qué tendría alguien que estacionarse frente a mi casa tanto tiempo”, creí que Paul me había encontrado, frenética llame a la policía pero a los minutos del coche bajo una adolecente que al parecer era la niñera de los hijos de la vecina al parecer estaba haciendo su tarea antes de entrar a trabajar. Empecé a llorar de nuevo y Ash junto con mis hijos me abrazaron para calmarme. Dos meses mas tarde luego de regresar de hacer unas comprar al supermercado sentí una extraña sensación se saber de Paúl, llame a uno de los productores de “Que venga mi gente” quien me dijo que Paúl había seguido viviendo en la calles y que hace mas de un año que murió de cáncer al pulmón.​

Luego de terminar la llamada me senté ante el piano, puse las manos sobre las teclas y por primera vez en años compuse una canción, y la canté en la sala vacía, mientras las lágrimas corrían por mis mejillas, lloraba porque sabia que por fin podría cantar y componer, llore de alivio porque era libre, mi infierno había quedado atrás.​

FIN

Bueno amigos lectores espero sus comentarios y criticas, pero sobre todo espero que este pequeño trabajo haya sido de su agrado.

Nos leeremos en otra ocasión. Y gracias por su tiempo.
Cuídense hasta entonces