Reencuentros

Tema en 'Literatura experimental' iniciado por Anonimus, 22 Julio 2012.

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    Anonimus

    Anonimus Iniciado

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    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    4
     
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    Hola a todos.

    Esta historia es para la actividad: Situaciones entrecruzadas.

    Breve aclaración: Con respecto a las imágenes, Miguel se ve de pelo color negro cuando es niño pero mayor se ve pelirrojo, esto es debido a que esas son las imágenes que se tenían que usar. En la historia no haré referencia a su color de pelo así que lo pueden imaginar del color que ustedes prefieran.

    Capítulo 1: Inicios

    Muchas veces las cosas no son como parecen y es interesante la manera en la que a veces, se dan casualidades que hacen que más de una persona se pregunte si el destino es real. La historia empieza un lunes por la mañana en una escuela, es el primer día de clases y durante el recreo se puede ver que en el patio de juegos ocurre algo, un niño está molestando y jalando el cabello de una niña con una mano mientras que con la otra mano sostiene una muñeca a la que le ha quitado la cabeza.

    –¡Suéltame! – dice una niña de 7 años que está a punto de llorar.

    –No quiero – responde en tono burlón un niño que tiene 10 años.

    –Se lo diré a mi profesora.

    –No me asustas, yo hago lo que quiero.

    –¡Deja de molestarme! –grita la niña mientras empieza a llorar.

    [​IMG]

    En esos momentos otro niño se acerca al lugar, tiene 9 años.

    –Deja de molestarla – dice el niño de 9 años en tono serio.

    –¿Por qué no me obligas? – responde el otro niño en tono desafiante.

    –He dicho que la dejes en paz – mientras dice eso, queda viendo fijamente al primer niño con cara muy seria y cerrando sus puños con fuerza.

    –Bah, de todas formas ya me estaba aburriendo de todo esto.

    Luego de decir eso, el niño tiró la muñeca al suelo y se fue a otro lado.

    –¿Te encuentras bien? – preguntó el niño.

    –Si – respondió la niña mientras secaba sus lágrimas.

    –¿Cómo te llamas?

    –Tatiana.

    –Mucho gusto, mi nombre es Miguel.

    Miguel recogió la muñeca y le volvió a poner la cabeza, luego se acercó a Tatiana y se la entregó.

    [​IMG]

    –¿En que grado estas?

    –En segundo, ¿y tu?

    –Yo soy de cuarto grado, ¿segura que estas bien?

    –Segura.

    –No te preocupes por ese otro niño, no dejaré que te vuelva a molestar.

    –Gracias – dijo Tatiana mientras sonreía.

    En esos momentos sonó la campana que indicaba que el recreo había terminado, Miguel se despidió de Tatiana y se fue a su salón de clases, Tatiana terminó de secarse las lagrimas, sonrió por unos segundos y luego también se marchó al salón de clases.

    Y así fue como Miguel y Tatiana se conocieron, sin saber que ese momento cambiaría el rumbo de sus vidas de una forma que no se imaginaban.

    Continuará...
     
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    Anonimus

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    Capítulo 2: La promesa

    Tatiana y Miguel se volvieron buenos amigos desde ese día, hablaban en cada recreo, se divertían e incluso compartían sus meriendas de vez en cuando. Sin embargo, tres años después de que se conocieron, Miguel estaba triste y algo pensativo.

    –¿Te ocurre algo? – preguntó Tatiana.

    –Si, no sé como decirlo pero... – Miguel se quedó viendo el cielo unos segundos.

    –¿Qué pasa?

    –Es que la próxima semana me iré.

    –¿A donde irás?

    –A mi padre lo trasladaron a otra ciudad por razones de trabajo.

    Ambos quedaron en silencio por medio minuto, cada uno metido en sus propios pensamientos y tratando de decir algo apropiado en una situación así, pero las palabras no llegaban y el tiempo seguía avanzando.

    –¿Queda lejos la ciudad? ¿me visitarás alguna vez? – preguntó Tatiana.

    –Queda muy lejos de aquí, no creo poder venir.

    Otro medio minuto en completo silencio, tratando de hablar sin poder conseguirlo y esperando de que el tiempo no pase tan rápido, esperando que de alguna forma, el tiempo se detenga y que todo quede exactamente como está.

    –¿Nos volveremos a ver algún día? – preguntó al final Tatiana lentamente en tono triste.

    –No lo sé.

    No dijeron nada más durante ese recreo, simplemente se quedaron sentados uno al lado del otro hasta que el timbre sonó, sin embargo ellos no se movieron, luego de unos segundos, al final ambos se pusieron de pie lentamente.

    –Aún estaré aquí esta semana –dijo Miguel tratando de fingir una sonrisa.

    Tatiana no dijo nada, simplemente quedó viendo a Miguel unos segundos más y luego se marchó a su salón de clases. Esa semana pasó demasiado rápido y antes de darse cuenta ya estaban en el último recreo que pasarían juntos. Cada uno de ellos hacía lo posible por contener las lágrimas.

    –Quiero que me prometas algo – dijo Tatiana en tono triste.

    –¿Qué cosa?

    –Prométeme que nos volveremos a ver.

    –Lo prometo.

    –Muy bien, estaré esperando tu regreso, trata de no hacerme esperar demasiado – dijo Tatiana con una sonrisa.

    –Vendré en la primera oportunidad que tenga.

    –Espero que cumplas tu promesa

    –Eso haré.

    –Te quiero – dijo Tatiana mientras se levantaba para abrazarlo.

    En ese momento sonó el timbre, y ambos se despidieron. Ese mismo día se marchó Miguel mientas que Tatiana se quedó en la ciudad, el tiempo no se detiene ni un instante en su eterno recorrido y seis años han pasado ya desde esa despedida, muchas cosas han ocurrido y muchos cambios han pasado.

    Un viernes en la estación de autobuses se puede ver a un chico de 18 años cargando un par de maletas y esperando un taxi, luego de esperar por unos minutos, al fin puede subirse a un taxi y se dirige hacia un hotel, se quedará en la ciudad durante dos semana para visitar a una amiga de su infancia a la que le hizo una promesa hace años. Luego de registrarse en el hotel, dirigió sus pasos hacia una casa que recordaba de su infancia, la misma casa en la que iba a visitar a su amiga.

    –Me pregunto si aún vivirá aquí – dice Miguel en voz baja.

    Desde que se despidió de Tatiana había intentado cumplir su promesa sin éxito, sin embargo al fin podría lograrlo, aprovecharía esas dos semanas de vacaciones para volver a la ciudad y encontrarla. Tocó la puerta y mientras esperaba que abrieran se puso a pensar en su amiga y en la forma que reaccionaría al verlo, como lo recibiría y en el fondo, estaba algo preocupado por saber si ella aún lo esperaba. Al cabo de unos segundos una señora abrió la puerta, Miguel la reconoció, era la madre de Tatiana.

    –¿Qué quiere? – preguntó la señora

    –Disculpe, no sé si aún se acordará de mí, me llamo Miguel y era amigo de Tatiana cuando era niño, antes de mudarme.

    –¿Miguel? –dijo la señora en tono extraño.

    –Así es, ¿me recuerda?

    –Claro que si, recuerdo que Tatiana hablaba bastante de ti luego de que te fuiste, decía que uno de estos días ibas a aparecer por la puerta.

    – ¿Aún habla de mi?

    –Bueno… – respondió la señora sin saber muy bien que decir – conforme fue pasando el tiempo, cada vez hablaba menos de ti, hasta que llegó un momento en que ya no te volvió a mencionar.

    – ¿Se encuentra? ¿Puedo hablar con ella?

    –Lo siento, pero salió con unos amigos a un campo que queda fuera de la ciudad, fue a acampar ahí durante el fin de semana. ¿Sabes en donde queda?

    – Lo recuerdo, solía ir ahí con mi padre algunos fines de semana para pescar.

    – ¿Piensas ir allá?

    –Si – respondió Miguel mientras se preguntaba para sus adentros si Tatiana aún lo recordaría.

    Luego de llegar al lugar, empezó a buscar a Tatiana, esa era un área grande de camping, de varios kilómetros de extensión, por lo que comenzó a recorrer el lugar esperando encontrar a su amiga en algún lado. Las horas siguieron pasando y ya se había hecho de noche y Miguel aún la buscaba, vio a lo lejos una fogata y a varias personas conversando, comenzó a caminar hacia aquella dirección, en esos momentos una lluvia comenzó a caer y vio que las personas que estaban acampando se metieron en sus tiendas de campaña para cubrirse de la lluvia.

    –Disculpen, estoy buscando a una chica llamada Tatiana – dijo Miguel cuando llegó a donde estaban las personas

    – ¿Quién me busca? – dijo luego de unos segundos de silencio una chica que se asomó a través de la tienda de campaña.

    Miguel vio la cara mientras se preguntaba si era ella, intento decir algo pero al abrir la boca no se le ocurrió nada que decir, mientras tanto, la chica lo seguía viendo en espera de una respuesta.

    – ¿De casualidad tu estudiaste en la primaria que queda en la calle 32?

    –Si, en esa misma, ¿te conozco de algún lado?

    –¿Alguna vez llegaste a conocer a un niño llamado Miguel que era dos años mayor que tu?

    La chica simplemente se quedó callada y siguió viendo a Miguel con cara extraña. Seguía lloviendo y al ver que no obtenía ninguna respuesta, Miguel decidió despedirse y seguir buscando al día siguiente.

    –Al parecer no eres tu – dijo Miguel en tono triste – disculpen las molestias.

    Empezó a caminar en dirección a la ciudad, se encontraba triste y molesto consigo mismo por no haber podido cumplir su promesa antes, por no poder haber encontrado a Tatiana ese día, pero estaba decidido a encontrarla sin importar el tiempo que le tomara. Caminaba lentamente, sin preocuparse por la lluvia, en ese momento sintió que alguien lo jalaba del brazo y él volteó a ver.

    [​IMG]

    Observó que era la misma chica con la que había platicado hace unos instantes, se encontraba mojada debido a la lluvia y en su cara se podía ver un poco de tristeza y esperanza. Ambos quedaron en silencio unos momentos sin saber muy bien que estaba ocurriendo.

    –¿Miguel? – preguntó muy lentamente la chica.

    Miguel dijo que si con la cabeza, en esos momentos no estaba en condiciones de hablar debido a la emoción. La chica sonrió y lo abrazó muy fuerte.

    –¿Por qué tardaste tanto? – dijo Tatiana entre lágrimas.

    –Disculpa, vine lo más pronto que pude – respondió Miguel mientras el también la abrazaba.

    Continuará…
     
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    Kei

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    No está nada mal. :)
    Aunque la trama es un tanto "predecible" en el primer capitulo, la historia torna por buen camino en el segundo.
    Me pregunto si realmente Tatiana lo aceptara como si nada, o si no lo perdonará. ¿Qué tal si ella ya tiene novio? ¿un nuevo mejor amigo quizás?
    Espero nos sorprendas en el tercer capítulo ^^.

    Voy con lo técnico.
    Trata de narrar más y desarrollar más las cosas. Si das una mirada rápida al fic, puedes fijarte que la mayoría de lo que has escrito es dialogo, dialogo, dialogo. El punto y el truco es tratar de equilibrar entre el dialogo y la narración, de tal manera en que podamos entender más la situación, y que ya más de 10 años no se vayan en un par de renglones, sino un par de parrafos.

    Espero mejores en el tercer capítulo :]

    Saludos.
     
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    Anonimus

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    Capítulo 3: Sentimientos


    Luego del abrazo Tatiana se separó un poco de Miguel y lo quedó viendo unos segundos y luego sonrió, lo volvió a abrazar y fueron al lugar a donde Tatiana estaba acampando con sus amigos, se sentaron y empezaron a conversar, estaban tan felices que no le pusieron importancia a la lluvia que seguía cayendo sin parar.

    –¿Estás seguro que no te fue posible haber venido de visita antes? – dijo Tatiana con una sonrisa maliciosa.

    –Me esforcé al máximo, pero en serio no pude, lo siento – respondió Miguel en tono triste.

    –Yo sé que te esforzaste, solo estaba bromeando un poco contigo, disculpa.

    –Está bien, yo también creo que me tardé demasiado.

    –Veo que estás empezando a deprimirte y eso no es bueno, ¿qué tal si cambiamos de tema?

    –Me parece bien.

    Comenzaron a charlar acerca de sus estudios, de sus vidas y de las cosas por las que habían pasado, de esa manera Miguel se enteró de que Tatiana había seguido sus estudios en la misma escuela en la que se conocieron, de que planeaba estudiar veterinaria ya que ese había sido su deseo desde que tenía 12 años, que estaba aprendiendo francés y que estaba tomando clases de natación. De ese misma manera Tatiana se enteró de que Miguel estaba estudiando para convertirse en un arquitecto, de que estaba tomando clases de conducir y que luego planeaba tomar clases para aprender a tocar el saxofón.

    En cuando la lluvia terminó habían encendido una fogata para calentarse y que la ropa se secara un poco, luego empezaron a platicar acerca de esos tres años que habían estado juntos cuando eran pequeños, la forma en la que se conocieron, recordando sus juegos, sus pláticas durante el recreo y lo felices que habían sido durante esa época. A pesar que hace ya varios años que todo eso había pasado, en sus mentes se sentía como si solo hubieran pasado unas pocas semanas desde esa triste despedida.

    –¿Quieres ir a caminar un rato? – preguntó Tatiana con una sonrisa en su rostro.

    –Claro, eso me gustaría bastante – dijo Miguel mientras se ponía de pie.

    –¿A donde quieres ir?

    –No estoy seguro, ¿qué te parece si pensamos en eso mientras caminamos?

    –De acuerdo.

    El clima estaba frio y la hierba aún estaba húmeda debido a la lluvia, se podía escuchar el sonido de los grillos a lo lejos, habían caminado sin rumbo fijo, hubo un momento en el que Tatiana dijo que cada vez hacía más frío y tomó a Miguel por el brazo mientras seguían caminando. Ambos estaban felices por haberse vuelto a encontrar, sin embargo, a lo largo de sus conversaciones ninguno había mencionado nada acerca de si tenían o no una relación romántica con alguien más.

    Con respecto a Miguel, aún pensaba en las últimas palabras que le había dicho Tatiana antes de que él se fuera de la ciudad, aun recordaba el abrazo que le había dado mientras le decía que lo quería, lo podía recordar perfectamente, como si hubiera pasado ayer, también podía recordar con lujo de detalle la enorme sensación de vacío que tuvo luego de esa despedida , conforme los días se iban convirtiendo en semanas y las semanas en meses, esa enorme nostalgia iba disminuyendo muy lentamente, pero no era debido a que se sintiera mejor o porque iba olvidando a su amiga, era simplemente que de poco a poco empezaba a acostumbrarse a vivir con ese dolor, sin embargo nunca llegó a perder completamente ese sentimiento de soledad, esa tristeza y ese vacío que él sabia que era debido a ya no estar cerca de su amiga de la infancia.

    A pesar de la lluvia de hace poco, ya no quedaban rastros de nubes y se podía apreciar una magnífica noche estrellada, la luna brillaba con fuerza, iluminando la tierra, ya habían llegado a los bordes del área de acampar y a lo lejos se podían ver las luces de la ciudad, en ese momento Miguel se soltó del brazo de Tatiana y la tomó de las manos y la miró directamente a los ojos.

    –Hay algo que necesito preguntarte – dijo Miguel en tono inseguro.

    –Claro – dijo Tatiana con una sonrisa.

    –Es que tengo una duda, algo que deseo saber desde hace bastante.

    –¿Qué cosa?

    –Quiero saber si tu... – en ese punto Miguel se quedó completamente callado y caminó unos pocos pasos mientras bajaba la vista y sin soltar la mano de Tatiana que lo quedaba viendo sin saber muy bien que pensar.

    [​IMG]

    –¿Qué quieres saber? – preguntó Tatiana mientras se volvía a acerca a Miguel.

    –¿Hay alguien especial en tu vida? Me refiero a que si tu ya tienes novio, la verdad es que yo no he dejado de pensar en ti desde que nos despedimos, llevo años tratando de visitarte pero debido a la distancia no había tenido la oportunidad, sé que no es correcto que te diga algo así luego de tantos años pero yo siento algo muy fuerte por ti y quiero saber si tu sientes lo mismo.

    –Miguel... – dijo Tatiana sin saber muy bien que más decir.

    Continuará...
     
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    Capítulo 4: Desenlaces



    Tatiana apartó la mirada en ese momento, soltó las manos de Miguel y se alejó un poco de él, se quedó en completo silencio y a lo lejos se podía escuchar el viento pasando entre los árboles, la noche se ponía cada vez más fría. Miguel no sabía muy bien que pensar luego de ver esa manera de reaccionar, pensó que lo más seguro era Tatiana en realidad ya tenía novio o que ya había alguien más por quien ella sentía algo y que debido a eso estaba incomodando a su amiga con esa pregunta, decidió cambiar de tema de inmediato.

    –Parece que … – había empezado a hablar Miguel tratando de desviar la conversación hacia otro tema.

    –Creo que ya es algo tarde y es mejor que regrese con mis amigos – dijo en ese momento Tatiana sin darle la oportunidad a Miguel de que terminara su frase.

    Tatiana empezó a caminar con la mirada baja en dirección hacia donde estaba acampando con sus amigos mientras que Miguel se quedó de pie sin saber que hacer o decir en ese momento, sin embargo, luego de unos pocos segundos empezó a caminar en dirección hacia donde iba Tatiana.

    –Disculpa, fue una pregunta bastante tonta – dijo Miguel mientras trataba de fingir una sonrisa para ver si de esa forma lograba tranquilizar un poco a su amiga.

    –Esta bien, no te preocupes, es solo que no me esperaba algo así.

    –¿Esta bien si regreso mañana?

    –Si no te molesta, preferiría que esperaras hasta el lunes, es que llevo planeando esta salida con mis amigos desde hace un tiempo y no sería lo mismo si estuvieras aquí ya que los demás no te conocen y se sentirían incómodos contigo cerca.

    – Lo entiendo, tienes razón – dijo Miguel en tono triste –, en ese caso te veré el lunes por la tarde.

    –Hasta entonces.

    Luego de una rápida despedida Tatiana regresó al lugar en donde estaba acampando, al llegar sus amigos y amigas que desde que llegó Miguel se habían quedado callados y dentro de las tiendas de campaña, empezaron a preguntarle acerca del chico, de donde lo había conocido, acerca de lo que habían platicado y muchas preguntas más de ese tipo, Tatiana respondió y luego se fue a dormir pensando en la pregunta de Miguel y acerca de lo que le respondería el lunes. Con respecto a Miguel regresó al hotel en donde se estaba quedando y pasó el resto de la noche pensando en la manera en la que Tatiana había reaccionado al escuchar la pregunta, se arrepintió de haber hablado tan pronto, y se preguntó si acaso era prudente volver a tocar ese tema; al final tomó la decisión de no mencionarlo de nuevo, tenía dos importantes razones para ello: en primer lugar ya no quería volver a incomodar a su amiga, en segundo lugar, debido a que ya no deseaba saber la respuesta, pensaba que lo más seguro era que ya tuviera a alguien más en su vida.

    El lunes por la tarde Miguel ya estaba listo para visitar a Tatiana, llegó a la casa y tocó la puerta y esperó mientras se preguntaba acerca de la manera en la que sería recibido por su amiga, tal vez se alegraría al verlo o tal vez ya no lo volvería a tratar de la misma manera. En ese momento la puerta se abrió y apareció Tatiana.

    –Hola, que bueno verte – dijo Tatiana con una gran sonrisa.

    –Hola, ¿Cómo has estado? – dijo Miguel mientras saludaba a Tatiana con un beso en la mejilla.

    –Yo he estado bien, un poco cansada luego de este fin de semana.

    –¿Qué tal estuvo todo?

    –Bastante divertido, el sábado fuimos a explorar las cuevas que quedan al sur, el domingo fuimos al rio por la mañana y luego subimos al mirador para apreciar el paisaje, regresamos un poco noche.

    –Que bueno que te hayas divertido.

    –Si, disculpa, pero debo salir a comprar algunas cosas ¿quieres venir conmigo?

    –Claro, vamos.

    Durante el camino platicaron bastante, al comienzo Miguel se notaba un poco callado y algo nervioso, sin embargo Tatiana se comportaba bastante sociable y conversadora y eso tranquilizó un poco a Miguel lo que le ayudó a tranquilizarse un poco. Cuando venían de regreso una vez hechas todas las compras se encontraron en frente de la escuela en la que se habían conocido.

    –Mi antigua escuela – dijo Miguel mientras se quedaba de pie y veía la escuela.

    Miguel se fijó de que el lugar había cambiado con el paso de los años,estaba pintada de otro color y los columpios en los que se había divertido cuando era niño ya no estaban, en su lugar habían otros juegos, era tarde así que ya no se veía a ningún niño por el lugar, solo se podía observar al guardia de seguridad que estaba sentado cerca de la entrada leyendo el periódico.

    –Pasamos por muy buenos momentos en esa escuela.

    –Tienes razón, la verdad es que esos fueron unos excelentes años.

    –¿Sabes? Te extrañé bastante, la escuela ya no era lo mismo sin ti.

    –Yo también te extrañé durante todos estos años.

    –Por cierto, con respecto a la pregunta que me hiciste el viernes… – empezó a hablar Tatiana.

    –No te preocupes, si no quieres hablar de eso no tienes que hacerlo – dijo rápidamente Miguel.

    –Si quiero hablar, estuve pensando en que responderte y ya sé que decirte, sin embargo, ya que te tardaste tantos años en venir a verme, te la diré hasta mañana – dijo Tatiana mientras sonreía y cerraba un ojo –, así que si quieres saber mi respuesta, te estaré esperando aquí mañana a las tres de la tarde.

    –Aquí estaré – respondió Miguel aún sin saber muy bien cual sería la respuesta que su amiga le daría mañana.

    Luego de eso siguieron caminando hasta llegar a la casa de Tatiana, al llegar ambos entraron a la casa y pasaron ahí conversando el resto de la tarde, cuando llegó la hora de la despedida Tatiana le volvió a recordar lo del encuentro del día siguiente y le pidió que llegara puntual. Al día siguiente Miguel se alistó temprano y pasó toda la mañana pensando en la respuesta que recibiría, hasta cierto punto tenía algo de esperanza por la forma en la que Tatiana había hablado acerca de ese tema, pensó que si le hubiera querido decir que ya tenía novio, se lo habría dicho ayer, sin embargo, aún no quería empezar a ilusionarse demasiado, creyó que lo más prudente era esperar hasta que ella le respondiera.

    Cuando faltaban quince minutos para la hora del encuentro, Miguel salió del hotel y empezó a caminar hacia la escuela, llegó cuando faltaban cinco minutos para la hora acordada y se quedó de pie esperando a su amiga, luego de veinte minutos de espera empezó a preguntarse si acaso Tatiana lo había dejado ahí esperando a propósito o si acaso algo le había pasado, en esos momentos un chico que usaba una chaqueta roja se le acercó.


    –¿Tu eres Miguel? – preguntó el chico de la chaqueta roja.

    –Si, ¿quien eres tu?

    –Soy amigo de Tatiana, me mandó para que te dijera que tuvo un problema y que te verá en otro lado, yo te guiaré.

    Empezaron a caminar y mientras avanzaban el otro chico guiaba a Miguel a través de varios callejones, despues de varios minutos de caminar en completo silencio, Miguel le preguntó que si aún faltaba mucho, el otro chico le respondió que ya estaban a punto de llegar, en la pared opuesta Tatiana estaba tratando de librarse de un chico que le cubría la boca mientras le hacía seña para que se no hiciera ningún ruido.

    [​IMG]

    Bueno –empezó a hablar el chico de la chaqueta roja mientras sacaba una navaja –, parece que ya llegamos.

    Miguel reaccionó rápido y empezó a luchar, esquivaba los golpes y se cuidaba muy bien de no ser lastimado con la navaja, en un momento durante la pelea Miguel se agachó para no ser alcanzado por la navaja y luego le dió una patada fuerte en el estómago al otro chico el cual cayó pesadamente mientras soltaba la navaja la cual tomó Miguel. En ese instante apareció el otro chico aún sosteniendo a Tatiana para evitar de que ella escapara, quedó viendo a Miguel mientras se acercaba unos pasos hacia donde estaba él.

    –Hola Miguel mi buen amigo, que bueno verte –dijo en tono burlón el chico misterioso.

    –¿Quien eres tu? – preguntó Miguel mientras pensaba en alguna manera de poder ayudar a su amiga.

    –Que mal que no me recuerdes, ¿sabes? yo si te recuerdo.

    –¿Por qué haces esto? deja a Tatiana en paz.

    –Miguel, Miguel –dijo en tono serio el otro chico –, si quieres te refresco la memoria, hace muchos años tu te entrometiste en mi vida, quisiste sentirte como un héroe y me hiciste frente mientras molestaba a esta chica ¿lo recuerdas?

    –¿Tu eres ese chico?

    –Veo que ya me recordaste, y por cierto, me llamo Daniel, pues bien, déjame terminar esa historia, luego que tu te fuiste decidí volverme el amigo de esta chica, claro, le dije de que había cambiado y todo eso, tenía una buena razón para todo eso, te odiaba y en realidad aún te odio, nunca he perdonado a nadie que se atreva a molestarme y no pensaba hacer una excepción contigo, si tu amiga era tan importante para ti, entonces te la quitaría. Luego de un par de años conseguí volverla mi novia, sabía que volverías y quería ver tu cara cuando lo supieras. Sin embargo debido a un mal entendido en el que tu amiguita me vio besándome con otra chica hace un par de semanas decidió terminar conmigo, tenía el plan de volver con ella y justo en ese instante me entero de que tu te apareces y así por así todo lo que había planeado hasta el momento se me viene abajo por tu culpa. Pero no dejaré que termines feliz con ella, eso es algo que no pasará.

    En ese momento Daniel lanzó a Tatiana y se abalanzó sobre Miguel mientras sacaba una navaja de su bolsillo, Miguel esquivó el golpe y lanzó un fuerte puñetazo en la barbilla de Daniel, lo que ocasionó que este se cayera, sin embargo, se puso inmediatamente de pie y comenzó a mover la navaja fuertemente de lado a lado mientras se volvía a acercar, Miguel trató de quitarle la navaja pero recibió una cortada en su mano, la pelea cada vez era más intensa, al final Miguel consiguió lanzarle una patada que hizo que este tirara la navaja, en ese momento Miguel sintió un fuerte golpe en la espalda y luego sintió que alguien le torcía el brazo. Era el chico de la chaqueta roja que ya se había recuperado del golpe y lo sostenía con fuerza, Daniel se agachó a recoger la navaja.

    –Aquí acaba todo Miguel – dijo Daniel mientras se acercaba con navaja en mano.

    –Daniel, cuidado, ¡detrás de ti! – gritó el sujeto de la chaqueta roja.

    Daniel sintió un fuerte golpe detrás del cuello que ocasionó que perdiera el conocimiento, Tatiana lo había golpeado con una piedra, Miguel aprovechó que el otro chico estaba distraído y le golpeó fuertemente la nariz usando la cabeza, el chico lo soltó para protegerse la cara y entonces Miguel lo golpeó con todas sus fuerzas en el estómago y luego en la barbilla lo que lo dejó en el suelo inconsciente. Miguel le dijo a Tatiana de que fuera a pedir ayuda mientras el se quedaba ahí para vigilarlos. en menos de dos minutos Tatiana estaba de regreso con varias personas más, entre todos ataron a los dos sujetos y llamaron a la policía. Luego que todo eso hubo pasado, se llevaron a Miguel y Tatiana a la comisaría para que dieran declaración de lo sucedido. La herida en la mano de Miguel era superficial por lo que no necesitó atención médica. Una vez que hubieron salido Tatiana tomó del brazo a Miguel y lo invitó a sentarse a una de las bancas del parque que quedaba a unas pocas calles de la estación de policía.

    –¿Sabes? aún no he podido responderte – comenzó a hablar Tatiana una vez que estuvieron sentados.

    –Es cierto, ya ni siquiera lo recordaba – dijo Miguel con una sonrisa tratando de disminuir la tensión que aún había debido a lo que había sucedido hace poco.

    –Bueno, lo que te iba a decir era que tu acabas de llegar y creo que vas demasiado rápido, sin embargo, ya que me visitaste una vez, supongo que ahora ya podrás venir de visita más seguido ¿cierto?

    –Claro, pienso venir mucho más seguido.

    –Eso es bueno, en ese caso mi respuesta es que no me gusta nadie en estos momentos, me siento halagada por lo que sientes por mi, pero quiero ir con calma y que por ahora solo seamos amigos y luego ya veremos – dijo Tatiana con una sonrisa mientras sonreía y le guiñaba un ojo a Miguel.

    –Me parece muy bien.

    Durante el resto de la estadía de Miguel en la ciudad, se divirtió bastante con Tatiana, la visitaba a diario y salieron juntos a comer en algunas ocasiones y a bailar un par de veces, cuando llego el momento en que Miguel tenía que regresar a la ciudad, Tatiana lo acompañó hasta la estación de buses la cual se encontraba bastante llena, era una mañana soleada y calurosa.

    –Espero que no te tardes tantos años para tu próxima visita – dijo en tono de broma Tatiana.

    –No te preocupes, te prometo que esta vez no te haré esperar tanto. Creo que volveré este próximo mes durante un fin de semana.

    –Aquí estaré esperando.

    –Hasta luego.

    –Hasta luego – respondió Tatiana mientras abrazaba a Miguel con fuerza.

    Miguel cumplió su palabra y regresó el siguiente mes, visitaba a Tatiana con frecuencia y volvieron a ser tan buenos amigos como lo habían sido cuando eran niños. Es increíble como a veces ocurren cosas que te dejan con la duda de que si el destino existe o no, si Daniel no hubiera molestado a Tatiana ese día durante el receso, Miguel nunca le hubiera hablado a Tatiana, si Miguel no se hubiera ido de la ciudad, Daniel nunca hubiera se hubiera vuelto el novio de Tatiana, si Tatiana no hubiera citado a Miguel ese día frente a la escuela, Daniel aún estaría libre y posiblemente las cosas no hubieran terminado tan bien. Ya sea de que si todo eso fue obra del destino o solo fue cuestión de casualidad, la realidad es que muchas veces ocurren cosas que logran convencer a más de una persona acerca del destino.

    Fin
     
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  6.  
    sakura hatake

    sakura hatake Entusiasta

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    No esta mal , esta bastante bueno, hay una cosa muy pequeñita que me gustaria mencionarte, que los números (1 8 5 6) los escribas en letras (uno, ocho, cinco, seis) así se verá mas proligito, sentí que los primeros dos capis eran bastante pronosticable. Pero luego con el último capi cambiaste mi forma de pensar, la verdad te felicito n.n . Yo tendría que ponerme las pilas con los mios o sino me superaras n.n
     
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