Recuerdo e ilusión

Tema en 'Relatos' iniciado por Acero, 18 Septiembre 2008.

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    Acero

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    Recuerdo e ilusión
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    Recuerdo e ilusión [Oneshot]

    Antes que nada, me gustaría aclarar que, si bien esto es un oneshot, tanto la idea y los personajes pertenecen a un antiguo fic colectivo, del cual ya he hecho otros oneshots y drabbles por mi cuenta.

    En este caso, he tomado (con el permiso previo para el secuestro :D) un personaje y un fragmento de ese fic colectivo.

    Por ende, y como pago de la deuda que tengo, este relato va dedicado a Kyome (Maka), a quien admiro por motivos religiosos secretos *-*

    Ya, cumplí, he aquí tu regalo. Tarde, pero seguro :)




    Recuerdo e ilusión


    La noche era oscura, pero el cielo se encontraba bellamente azul. La luna, majestuosa en lo más alto, no permitía ser opacada por la luz de las estrellas.

    ─Buenas noches, mi bella dama. ¿Cómo se encuentra hoy?

    La esencia del bosque se mantenía intacta. Su espesura era bañada por la luz de plata, pero la oscuridad demostraba aún que tenía dominio sobre ese reino.

    ─Siempre me deslumbra con su belleza…

    Se había detenido en un claro de la arboleda, quitándose el sombrero de ala ancha para observar la faz radiante del astro nocturno. Su figura, delgada y oscura, brillaba bajo la palidez de la luz lunar.

    Kay dirigió una de sus manos envuelta en un guante blanco a un bolsillo superior de su largo sobretodo negro, tomando la delicada rosa blanca que siempre llevaba en noches de luna llena. Alzándola sobre sus ojos, saludó a su dama con una leve reverencia.
    Hacía casi un mes que la había visto por última vez en todo su esplendor, y durante todo ese tiempo apenas sí se había detenido a observar el cielo. Pero ahora, luego de tanto tiempo, se permitía un alto en su camino para adorar a su bella dama.

    ─Una vez más, me haces compañía…

    Un lobo aulló en la lejanía. Kay sonrió: ése era Nemus, o Nemoris, que se había adelantado otra vez. Siempre estaban juntos como buenos compañeros que eran, pero a veces el lobo se adelantaba en el camino o desaparecía por breves momentos… Kay no se preocupaba, puesto que Nemoris regresaba siempre, y estaba seguro que no lo abandonaría. Aunque sabía también que Nemus a veces no le tenía paciencia.

    Kay se rió; ¡pobre lobo! Pero era un compañero muy fiel, de eso no había duda.

    ─Tú piensas del mismo modo, ¿verdad, mi bella dama? Nemoris es un compañero excelente… Pero gusta adorarte en soledad, al igual que yo.

    El joven se dispuso a guardar la rosa nuevamente, luego de hacer otra reverencia con ella al disco lunar. Miró al cielo una última vez y se colocó el sombrero de ala ancha, internándose silenciosamente en la oscuridad del bosque.

    ¿Cuánto tiempo llevaba de bosque en bosque? Mucho quizá… Aunque no estaba seguro. Luego de que aquel ángel de alas negras le ordenara dirigirse al campo de batalla, se había mantenido vagando de bosque en bosque, tal vez, pasando por algún pueblo, rumbo a su destino. Pero nunca llegaba, y se le hacía muy tarde. Incluso el ángel negro había vuelto a regañarlo por holgazán. Sin embargo, no era eso lo que preocupaba a Kay; que la guerra entre Luz y Oscuridad hubiera comenzado ya lo tenía sin cuidado. El problema era otro…, era aquella chica.



    ***​


    Minutos que parecieron horas habían transcurrido; tres hombres y dos criaturas macabras les rodearon. Una pequeña niña que lloraba; delante de ella aquél que la protegía, un lobo.

    -¡Criatura estúpida apártate! -gritó uno de los sujetos. Estiró una especie de látigo espinoso y golpeó al lobo que en ningún momento se apartó de enfrente de la niña.

    El ser no lograba derribarlo, ni mucho menos hacerle tambalear, pero la sangre comenzaba a aparecer.

    El viento sopló y la lluvia calló precipitadamente como si atendiera el llanto de la pequeña…



    Uno por uno fueron cayendo, los hombres, las bestias…, fueron arrojados contra los árboles. Con un simple movimiento de su mano hizo subir el agua de sus cuerpos, primero como sudor, después como sangre. En pie sólo quedaron el fiel guardián y la niña.

    -Son tan estúpidos…, tan despreciables- susurró.

    La silueta de una mujer se formó bajo la lluvia. Empapada, bajo un vestido blanco una hermosa mujer apareció.

    El lobo la miró sin bajar la guardia y la pequeña dejó de llorar. La mujer los contempló sin moverse…, aún con la lluvia sobre ellos.



    Un segundo más, dos, nada. Solo un segundo más…


    De la nada apareció un joven…, ahora él se interponía entre el lobo y la pequeña.
    Ambos, él y ella se miraron, sin decir nada, sin moverse.



    ¿Un duelo psicológico?, ¿un duelo de miradas?


    Más segundos eternos y ella avanzó.

    -¿Quién eres? -preguntó el muchacho.

    La mujer no hizo seña de haberlo escuchado, no articuló palabra… y lentamente se acercó para sobrepasarlos.

    -Me llamo Kay -inquirió él, instantes después de que lo sobrepasara.

    El momento pasó, la lluvia se detuvo. Kay momentáneamente volteó a mirarla, pero había desaparecido.

    -¿Qué es ella? -pensó-. ¿En realidad ella los mató?

    Le dedicó una mirada al lobo y a la niña a la que después se acercó.

    -¿Estás bien? -preguntó, inclinándose a la altura de la pequeña-. ¿Cómo te llamas?

    La infanta secó sus últimas lágrimas y al hacerlo una mueca espantosa se dibujó en su cara y una sonrisa cínica se pintó en su ya no tan infantil rostro. Dió un paso hacia atrás para después desvanecerse en el aire.

    -¿Qué significa esto? -exclamó el joven y miró a lobo que, al igual que él, no comprendía lo ocurrido.


    ***​



    Aún no comprendía lo que había sucedido en ese momento. ¿Quién era ella? Tenía deseos de encontrarla, y además estaba seguro de que pertenecía a su mismo bando: la Oscuridad. Nemoris le había dicho que si así era, la encontrarían en el campo de batalla. Pero Kay no tenía intenciones de dirigirse a la montaña Skyfiresee, donde se suponía que debía ir, sino que quería encaminarse otra vez a Daleth.

    Daleth… Ese bosque tan temido del que tantas cosas horribles se oían, y que sin embargo no parecía tan terrible. Y allí era donde la había visto, una única vez. Pero no podía quitarse ese recuerdo de la memoria. ¿Por qué?

    Sus pasos casi no hacían ruido entre las hojas resecas de los árboles, y la brisa nocturna ondulaba su negro sobretodo. La oscuridad del bosque lo envolvía suavemente, y el silencio profundo le hacía compañía. ¿Cuántas veces se había paseado en la completa oscuridad?

    Kay bajó un poco el ala de su sombrero. [FONT=&quot]<<[/FONT]Muchas veces[FONT=&quot]>>[/FONT], se dijo a sí mismo. Pero ésta no era como las otras; había alguien más en aquel bosque y no era Nemus, eso era evidente.

    Avanzó con más cautela pero sin disminuir el ritmo. No se oía nada, ni siquiera el vaivén de las hojas al compás del viento. El silencio se había adueñado del bosque, pero ambos tenían miedo… Y Kay se puso alerta.





    ─¡Suéltame! ─gritó la joven sollozando.

    El sujeto tironeó de su cabello, por el cual la tenía amarrada, y la arrojó cruelmente al suelo cubierto de hojas secas. La joven rompió el llanto, observando los golpes en sus brazos y su ligero vestido blanco, ahora gris, lleno de arrugas y fragmentos de hojas y ramitas.

    Los tres sujetos la rodearon divertidos.

    ─Mírala nomás, totalmente indefensa ─se burló uno de ellos─. ¿Y acaso no fue esta flor quien mató a los nuestros?

    La chica quitó bruscamente, con el dorso de su mano izquierda, las lágrimas que resbalaban sutilmente sobre su mejilla. No podía mostrarse débil, pero quizá su cuerpo no pensara de la misma manera. Se arrastró con dificultad hasta el tronco de un árbol, el más cercano, y apoyó su espalda en él con la intención de cubrir así su retaguardia.

    ─Tranquila, que no te haremos daño ─dijo el mayor de ellos con sarcasmo. Los otros sólo se limitaron a reír.

    Nemus se agazapó un poco más. Había llegado unos momentos antes, atraído por el ruido y el olor extraño, a tiempo para ver cómo aquel sujeto arrojaba al suelo a la chica. Pero no quiso intervenir… Aún no.

    Buscó un mejor lugar entre los matorrales. Los humanos no podían verlo, pero él tenía una vista excelente. Y aquel tipo se lanzaba sobre ella otra vez para ponerla en pie sujetando y tironeando su cabello.

    ─Ya basta, ¡ya basta! ─suplicaba la joven.

    Y las risas rompían el silencio de la noche.

    El viento frío sopló con furia, y en un segundo trajo el silencio. Nemus observó desde su escondite cómo el sobretodo negro ondulaba como una capa. Y el chico de negro, salido de entre las sombras, no parecía nada agradable esta vez.

    ─¿Que no has oído? ─susurró Kay.

    La joven dejó de sollozar. ¡Era él! Era el chico de aquella vez, aquél que se cruzó en Daleth hacía un tiempo atrás. Y estaba muy serio, más que en ese entonces. ¡Era evidente que la había reconocido!

    Kay la observó directamente a los ojos. ¿Acaso era tristeza lo que se traslucía en su mirada? Y luego le sonrió. Una sonrisa dulce y amplia, de aquellas que solían inundar su bello rostro.

    ─¡Lárgate! No estás invitado a la fiesta ─vociferó uno de los sujetos.

    ─Lo sé ─contestó apaciblemente Kay─. No tenía intenciones de asistir… Disculpen si interrumpo.

    Uno de los tipos se rió a grandes carcajadas.

    ─Dámela ─le dijo a quien aprisionaba a la muchacha─. Yo quiero divertirme con ella primero.

    ─Sí, pero date prisa ─contestó el aludido en tono burlón─. Yo me divertiré por mientras azotando a este pequeño cobarde ─Y blandió su látigo en dirección a Kay.

    Éste no se inmutó. El azote pasó muy cerca de él, casi rozándolo.

    ─¡Ayúdame! ─gritó la chica desesperada, al tiempo que era arrastrada lejos por uno de los agresores─. Por favor, ayúdame.

    ─Niño cobarde, ¿no te han enseñado a proteger a las damas? ─escuchó Kay al compás de otro latigazo.

    Nemoris, sin moverse de su lugar, observó un tanto confuso a su compañero. ¿Por qué no iba tras la chica? ¿Por qué, ahora que al fin la había encontrado, no la defendía y “se convertía en su héroe”? Porque era evidente que era una oportunidad perfecta para él. Pero el muy holgazán no se movía de su lugar, ¿acaso no pensaba hacer nada? Quizá el lobo se hubiera equivocado y su joven compañero no estuviese enamorado… Eso sería un alivio, pues entonces vería las cosas claramente y no actuaría como idiota. O quizá… Quizá Kay fuera más listo de lo que parecía.

    ─¡Ayúdame! ─gritó otra vez la joven, ahogada por el llanto.

    ─¡Muévete, cobarde! ─azotó el sujeto una vez más, pegándole enérgicamente a Kay en el hombro.

    ─Está bien, ¡está bien! ─se quejó el chico dolorido─. Ya me voy, diviértanse tranquilos.

    Los agresores y la muchacha se detuvieron en seco.

    ─¿No harás nada por mí? ─preguntó ella tristemente extendiéndole la mano.

    Kay se bajó el ala del sombrero cubriéndose los ojos, y se dio la vuelta mientras sonreía.

    ─Cuídate ─le dijo simplemente.

    La joven tuvo un ataque de nervios, ¡¿cómo podía hacer eso, marcharse y no defenderla?! ¿¡Qué clase de sujeto era ése!? Enfurecida como un demonio se lanzó sobre él, liberándose con enorme facilidad de su captor, quien no opuso resistencia.

    Con gran destreza, Kay volvió a darse la vuelta golpeando con el dorso de su mano el rostro de la endemoniada muchacha. ¡Eso era el colmo! Y la chica se le abalanzó llevada por los mil demonios.

    ─¡Idiota! ¿Que no entiendes que debías protegerme? ─le gritó intentando herirlo con sus garras y sus colmillos recién extraídos.

    Uno de los captores sacó una daga y quiso acercarse a ellos, pero Nemoris se lanzó hacia él y lo atacó antes de que pudiera hacer nada.

    ─¡Kay! ─llamó el lobo.

    El joven de un golpe y una patada logró quitarse a la chica de encima.

    ─¡Es suficiente! ─exclamó─. Nemoris, ven aquí.

    El lobo rápidamente se apostó a un lado de su compañero, listo para atacar de ser necesario.

    ─No me engañan ─dijo tranquilamente Kay, acomodándose su sombrero de ala ancha─. Sé quiénes son ustedes y quién los mandó. Regresen con su jefe y díganle que voy camino a Skyfiresee, no necesito que me lo repitan.

    El silencio volvió a inundar el bosque, siendo interrumpido a los pocos segundos por las risas del sujeto burlón.

    ─Vaya, vaya, ¿acaso no habías olvidado tu misión?

    ─En absoluto ─contestó el chico.

    Los tres agresores y la chica se miraron, y pronto comenzaron su transformación al verse descubiertos. La tenue luz de luna que se filtraba entre las hojas de los árboles acompañó su mutación, y el viento frío de la noche acarició sus deshechas alas negras en cuanto acabaron.

    ─Eres un idiota ─exclamó la joven demonio bastante molesta─. ¿Acaso no te enseñaron tus estúpidos padres a defender a una mujer indefensa?

    ─Pues…, no me acuerdo ─respondió inocentemente Kay.

    ─Estúpido… Me enfermas ─susurró casi con furia, al tiempo que se perdía entre las sombras del bosque.

    Los otros tres demonios comenzaron a batir sus maltrechas alas.

    ─Apresúrate ─dijo el más serio de ellos─. El jefe se está fastidiando por tu comportamiento. ¿No querrás verlo enojado, verdad?

    ─Nos dio un mensaje para ti ─informó otro─: “ve rápido a la montaña Skyfiresee, no creas que los demás te van a esperar toda la vida, holgazán. Y obedece si no quieres que mande a eliminar a aquel humano por el cual has perdido tanto tiempo buscándolo”.

    ─Entiendo, entiendo ─sonrió Kay─. Nemoris y yo estamos camino a Skyfiresee. Sólo que nos queda mucho por recorrer aún, así que deberá ser paciente.

    ─No entiendo cómo es que el jefe aún te quiere entre sus filas… ─suspiró el más joven.

    El chico sujetó su sombrero, y los tres demonios se escurrieron entre las hojas de los árboles lanzándose al inmenso cielo nocturno, perdiéndose en él.

    La paz volvía a reinar en el bosque, y el viento se convertía nuevamente en brisa.

    ─Con “aquel humano”, ¿se referiría quizá a la chica de Daleth? ─preguntó Nemus por lo bajo.

    ─Quizá…

    El muchacho retomó la marcha, avanzando silenciosamente entre la muralla de árboles. El lobo lo observó, siguiéndolo de cerca.

    ─Creí que te lanzarías a defenderla de esos locos. ¿Cómo descubriste que no era ella?

    Kay se detuvo y dirigió su vista al cielo, donde la luna aún era la reina. Una sonrisa sincera se adueñó de su rostro.

    ─Ella… Ella era despiadada y cruel, ¿no lo crees? Estoy seguro que sabe defenderse sola; bajo ningún aspecto necesitaría mi ayuda, y sin duda tampoco la aceptaría. Además, no tenía muchas ganas de pelear.

    ─Pero al verla quizá tu reacción fuera distinta. De hecho supuse que te lanzarías como un loco tratando de salvarla. No creí posible que descubrieras la trampa tan rápido. Lo siento, te estoy subestimando, pero…

    ─Sus ojos… ─interrumpió Kay─. Ésos no eran sus ojos.

    El joven extendió su mano, y la hoja seca que descendía desde la copa del árbol mecida por la brisa se posó suavemente sobre la tela que recubría sus dedos.

    El lobo se adelantó unos cuantos pasos.

    ─Supongo que ya has decidido si iremos a Daleth o seguiremos rumbo a la montaña Skyfiresee, ¿cierto?

    El muchacho dibujó una vaga sonrisa.

    ─Pues…, no me acuerdo.

    ─Contigo siempre lo mismo… ─susurró, casi resignado, Nemoris, mientras retomaba el camino.

    Kay contempló la hoja seca que descansaba entre sus dedos. ¿Dónde estaría ella ahora? La verdad era que tenía más deseos que antes de verla. Dirigió su vista al cielo y quiso pedirle a la luna que lo guiara. ¿Daleth…, o la montaña Skyfiresee?

    ─Dime, mi bella dama… ¿Por qué eres tan fría y distante?

    No pudo evitar sonreír y reprocharse el preguntar siempre lo mismo.

    Con suavidad deslizó la hoja seca entre sus dedos hasta que ésta cayó y se perdió en el silencio y la oscuridad de la noche. Y Kay decidió hacer lo mismo, internándose una vez más en la soledad del bosque.
     
  2.  
    Rukia

    Rukia Usuario popular

    Aries
    Miembro desde:
    20 Septiembre 2006
    Mensajes:
    630
    Pluma de
    Escritora
    Re: Recuerdo e ilusión [Oneshot]

    Cuando leí la parte que escribí yo, me sentí nostalgica ;_; Y mientras escuchaba una canción, me dieron ganas tremendas de escribir. Nunca conté lo que tenía que contar sobre la muchacha y nunca dije si al fin de cuentas era buena o no...

    Cuando 'aparecio', casi saltó de mi silla para reclamar, ella, no es así, pero mientras avanzaba entendí perfectamente tus intenciones engañozas xDD

    Lo amé, así de sencillo y simple, y me dieron tantas ganas de seguirle :OuO:

    Gracias por el regalo y tengo una propuesta para ti, claro, si te interesa :K

    Ni siquiera yo los sé xD

    Gracias ToT
     
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