Rebelión

Título: Rebelión
Summary: La Luna amenazaba con cambios, y no se equivocaba.
Tipo: One-Shot
Cantidad de palabras: 1,033
Clasificación: No se... 13+ (?)
Advertencias: Ninguna
Beteado por: HyuggaTenTen

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La luna amenazaba con cambios, y no se equivocaba, yo también lo sentía; la reunión se estaba llevando a cabo tal y como el llamado lo pidió –éramos unos veinte, aun mas de los que esperaba ver – probablemente no pasaría nada, pero para que una reunión de tan alto calibre se hiciera, algo importante pasaría, la luna no miente, no a nosotros.


Podía sentir a algunos rezagados cerca del lugar, era de esperar que los curiosos se mantuvieran al margen, mientras, otros seguían dentro del jovial saludo y jugueteos entre sexos opuestos, no parecían prestarle demasiada atención a su alrededor, yo en cambio estaba tenso, él se estaba acercando y mi instinto me decía que me mantuviera alerta.


La única luz que había la proporcionaba la menguante luna encima de nosotros, el nerviosismo se propagaba ante la inminente presencia en frente nuestro, el olor que se podía sentir no se parecía a nada que hubiera olfateado alguna vez, su pelaje era gris y el olor que desprendía su hocico era nauseabundo y podrido, era olor a muerte.


–Mi nombre es Kajeth y los convoqué aquí para reclutarlos –dijo el lobo gris sin rodeos, nadie dio señal de sorpresa, todos estaban tensos y confundidos; habló sin producir sonido, estoy seguro.


–Y dinos ¿por qué tú, lobo Kajeth, nos necesita a nosotros? –preguntó uno que estaba atrás de mi, su pelaje era del color de la noche y su postura era orgullosa y rebosante de confianza.


–Porque ya hace demasiado que los humanos nos tienen como mascotas, el control se ha perdido y hemos de recuperarlo –respondió sin moverse, sin siquiera producir sonido alguno con su garganta, lo podíamos oír directamente en nuestras mentes; el terror que embargó al grupo fue paralizante, solo podíamos quedarnos allí, viendo a aquella criatura de pelaje gris –soy parte de un linaje muy antiguo y hemos estado al margen de la historia por millones de años, viendo cómo nuestros hijos se apartan cada vez más de las costumbres, observando cómo el humano a pesar de todo ha olvidado los tratados y por lo tanto se ha decidido olvidarlos también; hoy empezamos las asambleas, recuperaremos nuestro viejo poder, el que reside en el grupo, en la manada, somos más fuertes, agiles, astutos y, más importante aún, mientras que a nosotros la luna aun nos protege, a ellos su Dios los abandonó.


Un fuerte murmullo se alzó; la luna misma pareció sorprenderse ante lo dicho por el de pelaje gris, guerra era lo que se comentaba, alzar nuestros lomos contra los humanos, la sola idea era osada y psicópata, aunque no lo queramos, estamos atados a ellos, le debemos lealtad. Antes de que la confusión se expandiera otro perro rompió los mormullos con un ladrido pidiendo atención.


–Lobo, puede que no entienda de que hablas, pero no podemos alzarnos en contra de los humanos, ellos son nuestros amos, ellos están por encima de nosotros, siempre ha sido y será así, hablas de traicionarles, de matarles, ¿con qué fin lobo? ¿Cómo podemos nosotros tener alguna oportunidad contra ellos? –cuando la protesta fue oída, fue inevitable el asentimiento de la multitud que de repente aumentó, el que habló se paró en frente del lobo que seguía sin moverse ni un centímetro, el contrastado pelaje marrón y negro del protestante frente al gris de Kajeth se veía opacado, aquel lobo brillaba, era como si la luz de la luna fuera reflejada.


El lobo se puso en posición de ataque e hizo retroceder a todos los presentes, dio media vuelta y empezó a caminar por donde vino, seguidme, oímos en nuestras mentes y, bien por curiosidad o por miedo le obedecimos, mas adelante viene un humano, cuando sea visible, quiero que lo detengan como puedan, quieren explicaciones y se las daré, sin comprender qué sucedía nos encontrábamos corriendo detrás de aquella visión plateada en frente de nosotros, no pensábamos, actuábamos por puro instinto, seguíamos a aquel lobo; podía sentir nuestra presa más adelante, su olor y el sonido de sus pasos al caminar; nos separamos en tres grupos de al menos trece cada uno, mientras que yo seguía detrás del plateado, habían otros dos grupos a cada lado de este; cuando divisamos al humano, pude sentir su miedo y el palpitar de su corazón aumentar, empezó a correr, pero era inútil, ya su destino estaba marcado.


Rápidamente lo rodeamos, dos caninos de gran proporción mordieron las piernas del aprisionado, podía sentir en mi boca el sabor de la sangre mientras aquellos mordían con temible fuerza cada pierna del hombre, mientras sus alaridos desgarraban el silencio de la oscuridad; en nuestras mentes podíamos oír las palabras del de pelaje gris, nosotros somos esclavos de la luna, ella nos provee de protección y vitalidad, hace muchísimo tiempo unos humanos salvaron al hijo de la luna y en agradecimiento, ella les ofreció leales sirvientes que le ayudarían a conseguir alimentos y les protegerían a coste de su propia vida, aquellos viejos lobos, sus padres, estuvieron lealmente al lado de los humanos protegiéndolos, protegiendo a sus hijos y a los hijos de sus hijos; con el tiempo los antiguos tuvieron crías con los lobos salvajes que ya existían en este mundo, pasando a través de la sangre la misión que la luna les había otorgado, pero ya ha pasado mucho tiempo, el humano nos desprecia, solo somos herramientas y no es algo que podemos permitir, yo Kajeth hijo de un linaje casi extinto, descendientes de aquellos lobos salvajes que no están bajo la atadura que ustedes poseen, pedimos a la diosa luna que liberara a nuestros hermanos y por ello estamos aquí, para liberarlos de los humanos.


No había necesidad de esperar que Kajeth siguiera hablando, matamos y devoramos a nuestro opresor, la nueva manada se estaba formando y consagrando, usando la carne y sangre como ofrecimiento a nuestra Diosa; nuestro pelaje empezó a reflejar la luz que nos bañaba, ahora estamos protegidos por la luna y solo existimos para matar pensé, mire con recelo una vez más a nuestra protectora, ¿cómo, siendo tan serena y bella, resultaste estar tan sedienta de sangre?, aullé pidiéndole perdón a la noche y al poco tiempo mis hermanos me acompañaron, clamando rebelión.