Contenido oculto: Notas Aquí iré dejando escritos que considero canon, aunque en caso de Brishen siempre lo consultaré con quem para que todo calce, sí involucro a otro personaje como lo haré en este primer cápitulo con el niño de Temarii Juuzou será esa otra persona quien me confirme sí lo ve canon o no, sí no, se quedan como fics uwu Manzana Inocente dulzura Primavera, los rayos del sol caían sobre la ciudad y las cosechas tenían a todos más alegres, abundaba más la carne y algunas frutas deliciosas estaban en temporada. Yo había conseguido unas manzanas bastante grandes y jugosas, iba caminando confiada por la calle, porque sabía que nadie se metería conmigo, pues la gente ahí era buena... o bien, no sabía, el jodido miedo que daba papá, o para qué ir tan lejos, mi hermano mayor. En fin, que regresaba a casa luego de hacer un par de recados, buscar esas manzanas y me comí una por el camino debido al hambre que me entró. Corría un viento fresco y los rayos del sol eran cálidos, la manzana tan sabrosa como jugosa, aunque puede que demasiado dulce para mi gusto y eso que apenas tenía diez años. Tarareaba una canción, me distraía con el paisaje, todo iba bien hasta que... mis pasos se detuvieron. En un callejón que debía pasar para llegar a otra calle que me llevaría más pronto a casa, cerca de una pared un chico sollozaba hecho una bolita. Me quedé quieta, pero pronto una preocupación se coló en mi rostro, ¡Era rubio como yo! Cosa que no tenía nada que ver, pero era un detalle en el que me fijé. Me acerqué a él y dejé la canasta a un lado, para luego acuclillarme a su altura. Esperé un segundo, hablé sin saber si notó mi presencia. —¿Estás bien?— En aquella época mi voz aun era dulce, aniñada, la cosa es que la preocupación se coló en ella. El chico siguió sollozando, yo ladee la cabeza y bajé aun más el cuerpo hacia un costado, buscando poder encontrarme con su cara. Fruncí el ceño, algo frustrada—. Hey, te estoy hablando— Me quejé. El pequeñajo alzó la mirada, se veía de mi tamaño, ahí fue cuando vi un rostro tan rojo como mi manzana a medio comer, con sus ojos hinchados que solo terminaban de resaltar el verdor de sus orbes, un color más intenso que los míos. Mi mal humor regresó a ser preocupación, el pequeño me miró con algo parecido al pánico y luego limpió sus mejillas desviando la mirada, se veía avergonzado. —Dios, que vergüenza —escuché cómo musitaba y confirmaba mis sospechas, mi cara era de cierta lástima... La preocupación volvió a mi cuando le hablé una vez más. —Hey, ¿no querrás una manzana? —¿Eh?— Me miró confundido y yo le brindé una sonrisa, algo afectada por la tristeza que me trasmitía, pero pronto se volvió una sonrisa total, alegre y casi risueña cuando le ofrecí una manzana nueva. —Yo tengo que irme, pero puedes quedarte con esto— Y tomé una de sus manos para que recibiera bien la manzana—, jejejeje. Me levanté y me despedí con la mano tras tomar mi cesta, risueña. —¡Sí alguien te vuelve a molestar le avisas a los soldados y que calmen el culo! —solté, cuando me enojaba soltaba esas palabras que hacían ganarme una reprimenda de mamá, ¡Pero mi hermano también las decía, sobre todo cuando no lo veían! Supuse que podía hacer lo mismo. Le brindé otra sonrisa y me despedí con la mano otra vez, el chico estaba desorbitado, pero pude escuchar un "Gracias" tartamudo que me dejó el corazón satisfecho. Contenido oculto: Nota final Cortito, pero espero que te gustara y no se saliera de personaje, Temarii <3 Ejem, en una epifanía se me ocurrió que Leonor chiquita tuviera una peste de PIOJOS y por ende su mamá LE CORTARA EL PELO. Así que cuando le creció un buen poco, pero aun lo tenía corto, es cuando se encuentra con Mitchell chiquito, pero la ve con el pelo corto y nunca se aclara ni su nombre, así que ahora el Mitchell adulto puede en realidad recordar un niño en vez de una niña y agregar más confusión, cosa que me agrada y espero que a Temarii también (?) Y, como no podía faltar, un bocetito: Contenido oculto: Leonor y Mitchell
No saliste para nada de personaje, a Mitchell lo trataban muy mal de niño y él se sentía muy solo. Solo habían dos niños que no lo molestaban y las niñas, pero porque lo veían como una muñeca para peinar y maquillar. Así que al ver que Leonor era amable con él, lo considero un amigo más, incluso si nunca se volvieron a ver. Me encantó demasiado el relato, de lo más tierno y adorable. Estaré encantada y feliz de poder seguir leyendo más de estos dos. <3
