Un sin fin de sentimientos le recorrían el cuerpo. Aún sujetaba fuerte aquel ramo de rosas que le había comprado. Le consumía la ira, pero también la tristeza. Una suave llovizna le mojaba cuidadosamente el cabello. El muchacho se resignó a que la lluvia lo mojase. Las rosas tupidas decaían, desfalleciéndose. El joven mezcló sus lágrimas con la lluvia que caía copiosamente. Permanecía plantado en medio de aquella calle estrecha. Él la esperó durante mucho tiempo, pero entonces lo supo. Fue utilizado. Todo fue una mentira, una aventura fugaz, un capítulo en su vida. Todo fue un sueño. Una quimera.
Qué indignación que tu des todo por alguien y ese alguien no de nada por ti. Es lo peligroso de entregar el corazón, pueden devolvértelo en pedazos :C Qué lindo escrito en serio.... muy emotivo. Comnetarios v.2