Puesto de Pesca

Ubicado en: Río Hanazawa
​

Al final del camino desde la orilla del río, hay un pequeño puesto de pesca recreativa.

Es un lugar poco concurrido, a donde suelen acudir algunos adultos para relajarse y disfrutar de un poco de pacífica pesca. El puesto se encarga de prestar a los interesados en pescar una caña y un espacio para pescar, así como también venden cebos de distinta variedad y calidad.

El puesto también cuenta con pequeños botes que pueden adentrarse más al centro del río, donde se encuentran peces más grandes... si estás dispuesto a pagar por ello, claro.

Contenido oculto

 

Akiko Brooks

En el hospital la cosa no fue nada bien... al entrar, vi a una chica y a Dai, aparentemente discutiendo. Ni siquiera me vieron, creo; estaban demasiado metidos en aquella conversación. La chica parecía visiblemente alterada, hasta el punto de que, de pronto, ¡zas! Le pegó un buen golpe a Dai. Pero él ni siquiera reaccionó, apenas; todo lo que hizo fue mirar con tristeza a la muchacha, como si el alma se le rompiese por dentro. Y, tras eso, se adentró en el hospital. Miré a mi alrededor... no parecía el mejor momento para investigar, la verdad.

De modo que mis pasos me llevaron a deambular sin mucho rumbo por las orillas del río Hanazawa. Me perdí en la inmensidad y belleza de aquellos parajes, mientras pensaba. Mientras pensaba en todo lo que había sucedido en pocos días. Era curioso como todo en mi vida parecía haber girado por completo.

... otro giro más. Empezaba a hartarme de giros, eran cada vez más frecuentes. Pero, al menos, esta vez parecía ir bien, ¿no...?

En todo caso, cuando me quise dar cuenta, mi vista se alejó del agua y el horizonte y se acabó centrando en lo que tenía delante. Estaba en... un sitio extraño. Parecía una zona pesquera. Algo perdida, miré a mi alrededor. U-Uhm, quizá me había alejado mucho... ¿t-tendría que volver a recorrer todo lo que había andado? Uh... supongo que podría preguntar si había alguna forma de volver al centro desde aquí, ¿no? Es un pueblo, no podía estar muy lejos...

—¿Hola...? —pregunté, anhelando que el puesto hubiese alguien que pudiese ayudarme.

 

Diane Yamaguchi

La respuesta de Shimiki fue suficiente para poder emprender la búsqueda. Nos despedimos Yule y yo de la chica, muy agradecidos por su ayuda. Era encantadora, a lo mejor algún día me pasaba por allí a hablar con ella. Las bibliotecas me encantaban.

Decidimos, pues, que debíamos acudir primero a la zona del río, ya que el hospital estaba algo más lejos del instituto. Además, ¿por qué motivo volvería a ir al hospital? Aunque es cierto que a lo mejor tenía a alguien enfermo y por eso iba tanto... Pero en cualquier caso, era mejor revisar primero la zona más próxima, y era esta. Llegamos así al puesto de pesca del río, donde nos encontramos a Akiko. ¿Ella también estaría buscando a Kaji?

—Akiko, me alegro de verte —la saludé, cuando nos acercamos—. Quería hacerte una pregunta... El chico al que saludaste el otro día en el hospital era Kaji, jugador de baloncesto del instituto, ¿cierto? ¿Sabes dónde está? Lo estamos buscando Yule y yo por el tema de la investigación... Según nos ha dicho una compañera de clase, últimamente actúa algo raro y frecuenta mucho el hospital. Pero nos dijo que también podría estar por aquí... ¿Lo has visto?

Contenido oculto

Hygge ya te traje al mozo

 

Akiko se adentró al humilde puesto de pesca. Al ingresar, encontró a un muchacho en el mostrador. Parecía ser un poco mayor que ella... ¿quizás unos 18 o 19 años de edad? Su atuendo consistía de unos pantalones pesqueros color gris y una remera blanca, y sobre ésta una larga chaqueta negra; sin embargo, a pesar de todo el ropaje que llevaba puesto, se notaban los marcados músculos de sus brazos, probablemente el fruto del arduo labor del puerto. Tenía puesta una gorra azul que apenas cubría su cabello rubio, y parecía estar escuchando música a juzgar por los auriculares en sus orejas.

Al notar que tenía compañía, oprimió pausa en el teléfono que tenía en sus manos y le sonrió a la recién llegada. Justo detrás de ella entraron dos personas más, y se quitó los auriculares para atenderlos a todos los potenciales clientes.

—¡Ey, bienvenida! —saludó el muchacho a Akiko, quien había entrado primera, guiñándole un ojo—. ¿Qué te trae por aquí?

>> Estaba interesada en la pesca.

>> ¿Eres el dueño del lugar?

>> ¿Qué es este lugar?

 

Akiko Brooks

Cuando entré en el lugar, fui sorprendida por la llegada de alguien que apareció por la zona, llamando mi atención. Al girarme, vi que se trataba de Diane y de Yule. No pude evitar sonreír... a decir verdad, era más que agradable verles a ellos.

—Oh, h-hola, Diane-chan... ¿Kaji, dices? —respondí, suspirando y agachando la mirada—. Estaba en el hospital, sí. Pero... dudo que tenga ánimos para recibir a nadie. Es cierto que parece, uhm, comportarse raro; al entrar en el hospital vi una escena un tanto extraña, en la que discutía con una muchacha y... e-en fin, no sé, no sé qué pueda pasar con Daisuke —y suspiré de nuevo, algo abatida.

Sin embargo, mi atención fue captada por la llegada de un muchacho ligeramente mayor que yo. Cuando se quitó los auriculares y me guiñó un ojo, no pude evitar sonrojarme. Oh, d-dios, qué chico tan guapo. ¿Es que en este pueblo todo el mundo era así, o qué?

... no me quejaría, vaya.

—Eh, uhm... hola —a decir verdad, me había perdido por completo, pero quizá no era tan mala idea haber acabado aquí. Quizá podíamos obtener alguna información, ¿no?—. Uhm... ¿p-puedo preguntarte q-qué es este lugar, exactamente?

Respira, Akiko. Respira.

Contenido oculto

Podemos repartirnos las preguntas, ¿no? Para que Diane y Yule también intervengan

 

Yule Shirai

Uh... Bueno, no era ese rumor el que esperaba, pero sin duda le resultó cuanto menos extraño. Rememoró la imagen del chico con el que Akiko habló el día anterior en el hospital, y los detalles de Shimiki coincidian. Se despidieron de la joven dándole las gracias por su ayuda, deseándole que el resto del trabajo se le hiciese ameno, y decidieron seguir sus indicaciones: el puesto de pesca sería su siguiente objetivo.

Yule alzó la mirada en medio de la conversación con Diane, al sentir que esta reparaba en algo. Se sorprendió al ver allí a su senpai Akiko, y la saludó contento de coincidir una vez más con ella, alzando su mano. Notó que hablaba con quien parecía ser el encargado del puesto, y acercándose a un costado escuchó con curiosidad su amable recibimiento.

—Vaya... ¿Eres el dueño? —comentó poco después, dejando que la sorpresa arrastrase sus palabras. Pronto pareció sentir que no se trataba de una pregunta apropiada y agregó, algo nervioso—. Es que... Es que eres bastante joven, me sorprendió.

 

—Ah, no soy realmente el dueño... mi padre lo es —rió el chico, rascándose la nuca despreocupadamente—. Mi nombre es Umi Naruhiko... mi familia tiene este puesto de pesca desde que soy pequeño, y soy un experto en pesca. Yo manejo el lugar para el viejo... él se encarga de viajar en barco y comerciar con otros pueblos.

>> Ah, y para contestar tu otra pregunta... este es un puerto de pesca. Hay libre pesca aquí en el puerto... si tienes las agallas para pescar aquí, claro; créanme, pescar no es tan sencillo como parece. ¡Pero es una actividad muy entretenida! Claro que, no es para novatos... pero una vez que le agarras la mano, es bien simple.

>> Así que... ¿en qué puedo ayudarles?

>> Quiero pescar.

>> ¿Sabes algo de los extraños rumores?

>> ¿No te aburres de pescar?

 

Akiko Brooks

"Umi Naruhiko", ese era el nombre del muchacho. Al parecer era el hijo del dueño de este puesto de pesca, puesto en el que cualquiera podía pescar. Uhm... no estaba segura de si pescar me gustaría mucho. Parece una actividad tranquila, y eso es bueno; pero ver a los pobres pececillos boqueando cuando los saque del agua no sé si me llenaría demasiado.

En fin. Yo venía a otra cosa...

—Ya veo... —susurré, mirando a mi alrededor con curiosidad—. Y, ehm, u-una cosa: ¿sabes algo sobre los extraños rumores que hay por el pueblo?

 

—Ah, ¿también han oído de eso? —preguntó Umi, sorprendido—. Sí, la gente dice todo tipo de cosas últimamente... y nos ha afectado un poco, ¿sabes?

>> El viejo Ginoza dejó de trabajar. Es el dueño del muelle de al lado, es un viejo simpático... pero al parecer su hijo cayó enfermo, y como se está poniendo muy viejo para hacer trabajo de fuerza tuvo que cerrar temporalmente. Él cree que es una maldición o algo así... se la pasa rezando en el santuario. Capaz lo vean alguna vez si van ahí...

>> ¿Oh, hace cuánto se enfermó? Ehm... diría que unas tres semanas... sí, creo que eso. La mayoría de los casos creo que empezaron hace tres semanas... pero eso es todo lo que sé, lo siento.

>> Eso es útil, gracias.

>> Quiero pescar aquí.

>> Gracias, hasta luego.

Contenido oculto

Habéis obtenido toda la información disponible por hoy; el día terminará pronto. Si les queda algo por comprar, ahora es el momento de hacerlo (?

 

Umi se encontraba en el mostrador, mirando su celular, cuando Anna apareció. Le sonrió a la recién llegada; parecía ser que le agradaba ver caras nuevas por allí.

—Ey, bienvenida al Puesto de Pesca Naruhiko —la recibió el joven—. Mi nombre es Umi Naruhiko, encargado del lugar. ¿En qué puedo servirte?

>> Quiero pescar hoy.

>> Hay poca gente por aquí...

>> ¿No hay un adulto por aquí?

 

Hiroki Usui

¿Había podido dormir en toda la noche? No.

Había dado vueltas y vueltas en esa cama incómoda, gruñendo cada vez que las palabras de Kurosawa de aquella tarde se colaban en su cerebro y le impedían conciliar el sueño.

Estaba molesta. Como nunca la había visto antes. Sus ojos del color del atardecer se oscurecieron como una impredecible tormenta. Y lanzó toda su furia sin detenerse.

Tal vez se sentía culpable. Quizás era el remordimiento o su cuestionable consciencia la que le impedía dormir.

En cualquier caso había asistido a la reunión en el gimnasio aquella tarde y había escuchado al director sin escucharlo realmente, como solía ocurrir cuando le era indiferente prestar atención. Pero esa enfermedad extraña... ¿qué cojones era? ¿tendría que ver con los demonios a los que enfrentaron sus Personas? Fenrir gruñó en su cerebro. Ese día... debía buscar por su cuenta.

Sus pasos lo llevaron hasta el puesto de pesca. Un lugar bastante poco concurrido que olía a pescado y a agua de mar. Allí estaba la chica teñida del Velvet Room, la que se acercó al caramierda de Sanji.

Hiro ni siquiera saludó. Algo muy típico en él, por otra parte. Se detuvo en la puerta con las manos en los bolsillos del gakuran sin aproximarse al mostrador.

—Oye tú. ¿No hay un adulto por aquí?

No necesitaba a nadie. Solo estaría bien.

Quizás así lograse olvidarse por un momento de aquel peso opresivo en su pecho...

Y del rostro decepcionado de Kurosawa.

 

—Pues... sí, podría decirse —dijo el chico, rascándose la nuca—. Mucha gente se tomó el día... el hijo de uno de nuestros vecinos del puerto falleció anoche. Probablemente hayas oído de ello, de las enfermedades... es de lo único que hablan en el pueblo, ¿no? Las noticias viajan rápido por aquí cuando el pueblo es chico y la gente está aburrida...

—Oye tú. ¿No hay un adulto por aquí?

El chico alzó la mirada ante el muchacho que acababa de ingresar. Al notar su ademán algo agresivo, no se intimidó, pero su voz sonó algo más rasposa, como para dejar saber que no se echaría atrás. Y una sonrisa de lado acompañó a sus palabras.

—Por lo que veo, soy mayor que tú, chico —replicó Umi, entrelazando sus manos y juntándolas atrás de la nuca—. No sé para que quieras un adulto... pero si es para pescar, no hay nada en lo que no pueda ayudarte. Si es que tienes la fuerza para manejarlo, claro...

>> Quiero pescar aquí.

>> ¿Qué pasó con el hijo del vecino?

>> ¿Quieres salir conmigo?

 

Hiroki Usui

A Hiroki no le sentó bien el tono condescendiente en la voz de aquel muchacho. Nada, nada bien de hecho. Su ceño se frunció enseguida y caminó pesadamente hasta el mostrador con pasos firmes y pesados.

—¿Qué has dicho, capullo?—gruñó— ¿Me estás vacilando?

Pero sus palabras quedaron en el aire. No, joder, no. Debía mantener la calma, descubrir lo que fuese que estaba pasando en el pueblo... no buscarse pelea con cualqiera que lo mirase mal.

"Serénate chico, no llegaremos a nada si nos ponemos así".

Esa fue la voz de Fenrir. Su propia voz interna, su Persona. Y en aquel momento preciso, la voz de la razón también. El único capaz de detenerlo, sorprendentemente, era él mismo.

No estaba de muy buen humor de todas formas. No había podido dormir. De hecho, cada vez que cerraba los ojos recordaba la voz de Shiori y su expresión... ¿dolida? ¿decepcionada? le mandaba punzadas intensas al pecho.

Se sentía un imbécil. La había cagado a base de bien. Y pagaba su rabia con cualquiera que se cruzara delante. ¿Era eso lo que quería hacer? ¿Era ese Hiroki Usui?

No.

No, mierda.

Renuente se decidió a escuchar su propia voz interna e incómodo, luchando por calmar sus emociones erráticas y enaltecidas por lo ocurrido con Kurosawa, se pasó una mano por el cabello cenizo y detuvo sus pasos frente al mostrador.

Fueron breves segundos luchando contra sí mismo. La parte salvaje que, irónicamente era la humana y la parte racional que, irónicamente, era representada por un lobo de tamaño descomunal.

Destensó sus puños apretados y dejó caer las manos. Livianas, relajadas.
Sus ojos dorados se clavaron como agujas en el tipo del puesto. Enarcó una ceja.

—Contesta entonces, ¿qué pasó con el hijo del vecino?

 

—Eh... acabo de decirlo. Se murió —dijo el muchacho con tono casual, encogiéndose de hombros—. Fue un poco raro... pero la gente exagera. Simplemente se enfermó hace unas... ¿tres semanas, creo? Lo trasladaron al hospital... luego empeoró, y falleció. Fin de la historia.

>> La gente ha estado viniendo por aquí toda la mañana, con cada rumor... diciendo que fue maldecido por un demonio y otras estupideces. Es realmente agotador lidiar con esos idiotas, ¿saben?

>> ¿Ese tipo fue el único que murió?

>> No se te oye muy triste por él...

>> ¿Me dejas pescar hoy?

 

Hiroki Usui

Hiroki puso una zapatilla frente a la otra al apoyarse en el mostrador de recepción. Aquel tipo y su prepotencia le sentaba como una patada en el estómago. Ni siquiera miró a la chica bajita que ya estaba allí.

Miró a los ojos al encargado, crítico. Había una chispa de amanaza y al mismo tiempo escéptica en ellos.

—No pareces muy afectado ¿no?—cuestionó—. ¿Te importa una mierda que el hijo de tu vecino muriese o qué?

 

Hiroki Usui

—¿Ah?

Se giró en ese momento. Lo suficiente para mirar a la joven del cabello teñido pero no para dejar de estar en dirección al chico del mostrador. Se separó del mismo y se incorporó por completo, las manos en los bolsillos del uniforme.

Esa chica... estaba molesta. Eso era muy evidente. Su expresión era similar a la de Kurosawa... pero más infantil. Porque era mucho más baja de estatura que él o porque era mucho más joven. A Hiroki no le parecía mucho mayor que Watanabe. Tenía unos grandes ojos rosados a juego con sus trenzas teñidas y el uniforme escolar de secundaria.

¿Estaba en el curso de Shiori?

Sacudió sus pensamientos. "Deja de pensar en ella, joder" se reprochó a sí mismo. La escuela se la saltaba y escapaba así que no sabía mucho de eso. Todo lo que le venía a la cabeza al hablar de su infancia era el ardor de los golpes de su padre.

—No—respondió con aspereza, con aparente desinterés y dejó caer la cabeza hacia un lado en ademán indolente. Sus ojos se fijaron perezosamente en ella. Su ceño fruncido—¿Y a ti? ¿No te enseñaron a no meterte en asuntos que no te incumben? ¿¡Ah!?