Pueblo fantasma Saludos :) Bien, este no es el primer fic que hago, pero si el primer que publico en esta página. ¿De que va pueblo fantasma? Dire sólo algunas cosas basicas, para no dar adelantos. Un pueblo que murio en algunos minutos, almas que no pudieron dejar asuntos pendientes en la tierra, y lo intentaran, viendo aquellas situaciones por las que ellos pasaron, pero con otras personas. Y sin distraerlos más, espero que disfruteís de la pequeña introducción, dejando claro que Naruto no me pertenece, es de Kishimoto-sama. ................................................................. Asuntos pendientes ................................................................. Lloraba, su mamá no había llegado, le había dicho que solo eran unos momentos. La pequeña castaña abrazo a su oso más fuerte mientras subía a la litera de su hermana, ella tampoco había llegado. La niña no tenía más de seis años, sus hermosos ojos jade estaban rojos y cristalinos por tantas lágrimas. Se acostó en la cama y se tapó con las cobijas, su mamá le había dicho que así los monstruos no le podían hacer nada si estaba sola y en la noche. -Mami… - decía la pequeña entre sollozos, tratando de dormir abrazada a su pequeño tedie. Un humo empezó a colarse por debajo de la puerta, la castaña no se percato de el y seguía intentando dormir. Ella debía esperar a que su mamá regresara junto con su padre, a quien no había visto en toda su vida, debía esperarlos y así tendrían una vida feliz junto con su hermana, era lo que siempre habían querido, ellas. Le rogó a su madre que no fuera con aquel hombre que las abandono, que se quedara con ella por que le tenía miedo a los monstruos del armario. Pero Himeji no le hizo caso, y le dijo a su hermana mayor, Mayumi, (a quien siempre llamaba Mayu, de cariño) que cuidara de ella, pero cuando un humo de colores empezó a entrar del lugar de donde su mama traía la comida, Mayu dijo que iría por ayuda y que se fuera a encerrar a su cuarto. Tenía que obedecer a su hermana, si no el monstruo la llevaría, por que era lo que pasaba con las personas que no obedecen. Pero lo que más quería era que su mama llegara y les hiciera comida, y ser una familia feliz, como en las películas de princesas, donde todo terminaba bien. De un momento a otro empezó a batallar para respirar. -No vallas con Eiko – decía apenas, con lágrimas resbalando por sus mejillas, recordando con un poco de dolor en nombre de su padre. Hizo un grito ahogado. Cerró los ojos lentamente mientras se retorcía en la cama, el dolor era insoportable, dejo caer su peluche y empezó a pedir ayuda, gritando. El dolor termino, solo a causa de la muerte, pero eso no le impediría esperar a su familia. --- Apoyaba sus manos en el piso, con su cabello celeste cubriendo su cara, mientras intentaba sonreír, al menos el se había salvado. Le fue inútil y solo logró que las lágrimas empezaran a caer de sus ojos de igual color que su cabello. Se había salvado solo a causa de su vida, la había abandonado, sola y sin poder moverse, no podía sonreír por el, aunque siempre hubiera estado enamorada de ese chico, y el tonto apenas lo había notado y le correspondió. Si abandonarla era amor, no sabía lo que era el odio para el. Observo como aquel humo de diferentes colores entraba por la ventana y la puerta. Sabía que era su final, ya no había otra salida. Sus piernas estaban rotas, no podía correr. Se arrastro y tomó un cuchillo que estaba un poco alejado de ella, cada centímetro era una agonía, no solo por sus piernas, el humo empezaba a hacerle efecto. Colocó el cuchillo en su garganta, no quería sufrir demasiado, no más de lo que ya. -No entiendo por que me abandonaste Akashi – susurro a la nada. Cortó de una sola vez, sin mucho dolor, pero en su corazón aún había algo, que la haría sufrir para siempre. --- Corría lo más rápido que podía, temiendo lo peor. Por detrás las lagrimas, aquellas que nunca había mostrado, en el aire aquel humo, y frente a el, la casa de su amada. -Niidome! – gritó pateando la puerta para poder entrar. Subió las escaleras aquellas que tanto conocía, hasta la habitación en la que dormía la persona que lo había echo más feliz que ninguna otra, y donde algunas veces, estuvo el. Toco la perilla de esa puerta, esperando verla ahí, sentada frente a la ventana, tocando unas hermosas notas con su flauta, tocando su vientre donde esperaba a su futuro hijo. Se arrepentía por no haberle dicho que la amaba más que a su propia vida, se arrepentía por haberle dicho tantas cosas crueles, pero todo lo arreglaría apenas salieran de ese lugar. El humo empezaba a hacerle efecto. Abrió la puerta y lo que vio no era nada parecido a lo que tenía pensado. Su Niidome estaba recostada en el piso, con sus manos en el vientre, con sus hermosos ojos chocolate cerrados, su cara aún estaba llena de lagrimas. Se acerco a ella, y quito su cabello azabache de su cara. Empezó a llorar, nunca lo había echo, solamente con ella, y esta no sería la excepción. Siempre la había tomado como su amiga, la mejor, y le había dicho todo eso solo por temor a perderla. No quiso ir por algo para evitar el dolor que el humo producía, se lo merecía, sufrir como ella. Apenas hoy se había enterado de que iba a ser padre de la mujer que más amaba en el mundo. Quien pensaría que hace solo algunas horas era más feliz que nunca. La abrazo por última vez, y se acostó junto a ella en el piso, sin soltarla por un momento. Lloraba. El dolor se apodero de el, aún así no hizo nada para evitarlo. Quería decirle todo y lo haría, aunque tuviera que quedarse ahí para siempre. --- El pueblo de Hiroso quedo completamente en silencio, aquel en el que alguna vez la gente fue feliz, ahora solamente era un pueblo fantasma. Solamente una persona sobrevivió a ese extraño humo, que de un minuto a otro acabo con toda la aldea, sin darles si quiera tiempo de despedirse. Pero algunas dejaron cosas pendientes, otros necesitaban esperar a alguien, unas querían venganza y que lo mismo no se volviera a repetir, como también tratar de enmendar un error. Esas son las almas que se quedaron en Hiroso, esperando a alguien para terminar lo que habían empezado, y no cabía duda de que lo harían. -Lo siento Oki – decía mientras corría lo más rápido posible una joven de quince años – te prometo que vendré con ayuda – lagrimas bajaban por su mejilla, deseando que su hermana estuviera bien – de los ninjas de konoha. ................................................................ Dije pequeño XD, se que esto no tiene nada que ver con los personajes de Naruto, de echo es un poco aburrido, pero tomenlo como un reto, ¿en que se parecen (al menos un poco) estas situaciones a las de algunos protagonistas? Las parejas, no estan establecidas. Espero les haya gustado, al menos un poco :D, pondre lo más pronto posible el próximo capi (y no sera drabble XD) Dudas, sugeriencias, critica, amenaza?
Re: Pueblo fantasma Saludos :) Bien, aquí esta el segundo capi, espero que les agrade. Misión: pueblo Hiroso Hinata se dirigía al campo de entrenamiento, donde había quedado en verse con Shino para entrenar, ya que Kiba y su sensei habían salido de misión hacia ya dos días, y no llegarían en una semana más. Tomó el camino del rió, el agua siempre le había gustado. Parecía tan débil y hermosa a la vez, pero si quería podría llevarse un pruebo entero. Noto como una pequeña mancha roja se acercaba a la orilla, al poder observarla bien se trataba de una chica, no menor que ella. La pequeña mancha roja era su cabello, un poco opaco y enredado. Traía un suéter color azul cielo, algo grande, y un short negro. Traía una pequeña tela rodeando su nariz, tal vez para filtrar el aire, pero, ¿por qué?, también traía algunas marcas en el cuello y piernas, cientos de ellas. Aún estaba sangrando por un golpe en la cabeza. Hinata la tomó en los brazos y se dispuso a llevarla al hospital, esperando que estuviera bien. *** -Saku…ra-chan – tartamudeo la ojiperla apenas hubo llegado al hospital, alcanzando ver a su amiga. -Hinata ¿quien es ella? – pregunto, tomando a la chica en sus brazos y colocándola en una silla de ruedas que estaba cerca. -No se… estaba en el rió cuando la encontré – dijo sin tartamudear, Sakura sabía perfectamente la razón: el Uzumaki no se encontraba cerca. La Haruno tomó el pulso, he hizo revisiones básicas para asegurarse que no corriera peligro, no le pasaba nada, tal vez solo se encontraba cansada, pero eso no respondía a que hacía en el rió. No recordaba haberla visto, podría no ser de Konoha. Sakura llevó a la chica a una habitación con camilla, junto con Hinata para cuando la chica despertara tratarán de saber quien era. *** La luz que entraba por el cuarto era poca, y solo lo hacía por la única ventana, eso era por que se encontraban en un cuarto de reposo, donde se evitaba molestar a los pacientes. La habitación contaba con una cama, y dos sillas a su alrededor, una de ellas traída por Sakura. La peliroja abrió lentamente los ojos, temiendo encontrarse con la realidad de la cual había intentado huir. Pero lo que vio hizo que se sintiera aliviada, dos chicas a las cuales no conocía, pero todo era mejor a estar en su pueblo. Observo por unos momentos a la de los ojos perla, ella tenía una banda ninja, de Konoha. Sintió como su corazón se alegraba, pensando que todavía había una pequeña posibilidad de salvar a su hermana, y al pueblo Hiroso. -Disculpa – su voz era débil, y algo titubeante, el dolor no se quitaba, pero si quería salvar a Oki debía hacer todo lo posible, el dolor no debía importarle. Sakura se percató de que la chica había despertado y se volteo inmediatamente hacía ella. -No hables por el momento – le dijo sonriendo. -Debo, es algo muy importante – tosió sangre, la cual intento ocultar con su mano – necesito hablar con un ninja de konoha, urgentemente – volvió a toser -Lo haras en unos momentos, te lo aseguro – tomó una tela y limpio la sangre que había alrededor. Para evitar una hemorragia debía hacer que la chica descansara, al menos por unas horas. Le inyecto un poco de tranquilizante. -Hinata, ¿podrías ir con Tsunade-sama y avisarle de esto? – pregunto Sakura, la Hyuga asintió y salió del cuarto. *** Pasaron 20 minutos en lo que Hinata llegó con la Hokage a la habitación. Al entrar Hinata venía completamente sonrojada. Sakura iba a preguntar la razón pero a los pocos segundos Naruto entro tras ella. Seguido de la quinta y Shino, a quien se habían encontrado en el camino. -Konnichi´wa Tsunade-sama – saludo cordialmente Sakura mientras se movía un poco para que su maestra pudiera ver a la chica. Después de observar un poco a la peliroja Tsunade llegó a una gran conclusión: -Esta mal – todos cayeron al estilo anime, excepto Naruto quien se quedo pensativo. -Se nota que es una gran ninja medico la vieja – pensaba el rubio. -Bien no solo eso – la quinta miró a todos – pero habra que esperar a que se recupere un poco para confirmar mis sospechas, me avisan lo que les haya contado – y salió de la habitación antes de que nadie se pudiera oponer. El tiempo pasó lento, y cuando digo lento, es lento. Naruto le decía a Hinata si no quería que llamara a una enfermera por que estaba muy roja. Shino solo estaba parado, recargado en una pared y Sakura veía los signos de la chica. -¿Sakura-chan por que estamos yo y Shino aquí? – pregunto repentinamente Naruto. -No lo se – le respondió y siguió con lo suyo. Todos volvieron a lo de antes, excepto Naruto que fue por unos dulces y empezó a comerlos. -Hinata-chan quieres uno? – pregunto el rubio, la oji perla asintió (aún ruborizada) y el Uzumaki le dio un chocolate. – ¿Y tu Sakura-chan? – -Eh? No gracias Naruto Así pasaron por lo menos dos horas. Naruto rompía el silencio cada dos minutos y Sakura lo golpeo un par de veces por las cosas tan absurdas que decía, mientras Hinata lo miraba con lastima y Shino…Shino era Shino. -Disculpa – se escucho la voz de la muchacha, que obviamente había despertado. -Hola, mi nombre es Haruno Sakura y soy una ninja de Konoha – se presentó – necesito que me digas por favor que es lo que haces aquí – -Yo…- unas lagrimas bajaron por su mejilla, al recordar las horribles escenas de su pueblo – Mi nombre es Mayumi Ottawa – trato de decir sin romper en llanto – y necesito ayuda de los ninjas de Konoha para rescatar a el pueblo Hiroso – Si mal no recordaba la peli rosa, el pueblo del que ella hablaba era un pequeño lugar que se dedicaba más bien a labores agrícolas, así como en el trabajo de metales. Estaba a no más de una noche de Konoha y era conocido por los hermosos tallados que lograban hacer con el metal, un gran ejemplo de ello, las armas. Trato de recordar un poco a su amiga, según las pocas veces que Ten Ten había mencionado un poco de su familia, su padre era un gran coleccionista de armas, y muchas de ellas venían de aquel pueblo. Todo lo que sabía acerca de ese pequeño lugar lo sabía gracias a la maestra en armas, ya que, obviamente ese no era un pueblo muy conocido. -Y que pa…paso en tu pue…pueblo Mayu…yumi-chan? – pregunto tímidamente Hinata mientras se incaba a un lado de la cama de la chica. -No lo se muy bien, todo estaba bien… - Mi madre había ido a buscar a mi papá, hacía años que no lo veíamos por que nos había abandonado, así que decidí quedarme en casa, cuidando a mi hermana Oki. Llamaron por teléfono pero estaba ocupada leyendo un periódico sobre lo que había pasado esta semana en el pueblo, nunca me intereso ya que estar aquí es demasiado aburrido, y si no fuera por el joven Ama, (un chico muy guapo que vino desde china para comprar armas, tiene 18 años y se llama Yung, aún sigue aquí) mi semana habría sido un completo fracaso. -Oki contesta el teléfono – le grite a mi hermana. Tal vez era un amigo suyo de la primaria, había entrado hace poco y ya tenía cientos de amigos, si mi hermana era más popular que yo a pesar de tener seis años. Me preocupe un poco, había tardado demasiado sin hablar. Salí de mi cuarto y baje las escaleras que estaban un poco delante mió. Cuando pude ver a mi hermana estaba frente a la puerta, observando un humo de colores que entraba por donde entran las cartas. -Oki sube – le ordene, ella obedeció de inmediato – lo cual fue demasiado raro – al parecer no le gustaba ese humo, y era aún más raro que algo no le gustara. –Oki sube al cuarto, cierra la puerta y no salgas por nada, iré por ayuda de Kimi – le dije mientras tomaba un pañuelo que estaba cerca, en serio ese humo no era normal. -Nii-chan ese pañuelo es mió – me dijo mientras hacía berrinche. -Tranquila Oki, te prometo que te lo regresare, ahora a el cuarto – le dije mientras la abrazaba. Mi hermana es y siempre será lo más importante para mi (aunque nunca lo demuestre) ya que mi mamá siempre ha estado centrada en que mi padre va a regresar y de ese señor prefiero no decir nada. -Lo prometiste Mayu – se soltó y fue a mi cuarto, compartíamos habitación, con literas, era algo incomodo pero no me podía quejar. Salí de la casa, a buscar a Kimi, una de mis mejores amigas, no quería molestarla ahora que por fin el tonto de Akashi por fin se le había declarado, pero tenía el presentimiento de que algo estaba mal. No tarde demasiado en llegar, estaba a unas pocas calles de mi casa, y la verdad nada en el pueblo todo esta cerca. Toque varias veces pero nadie contesto, tal vez estaría en casa de Niidome, otra de mis mejores amigas, aunque si lo analizo ellas son mis dos únicas amigas, y amigos, solamente Akashi y Kure, este ultimo heredero de una fortuna, a pesar de que Hiroso es pequeño su familia es la que mantiene más negocios con las armas, de ahí que conocí al guapo de Yung. Aunque algo estaba mal con Niidome, ella estaba embarazada, a pesar de ser muy joven (17 años) pero no nos quiso decir el nombre del padre, dijo que estaba feliz y que quería a ese bebe más que a nada en el mundo. Nunca la he entendido demasiado. Quería ir a casa de Niido, pero el humo me lo impidió, recordé las palabras que Yung me había dicho ayer “Los ninjas de Konoha son los mejores, cualquier cosa mala que te pase deberías ir con ellos”, “mi hermana Ten Ten, la más pequeña, es una Kunoichi, estoy completamente seguro de que muy pronto tendrás la necesidad de ir, cuando lo hagas salúdala de mi parte” Así que decidí ir a la aldea de Konoha, esperando que ellos pudieran ayudarme. -Y eso fue lo que nos contó Tsunade-sama – termino Sakura. Después de que la chica les había terminado de contar la historia Sakura, Hinata y Naruto habían ido a contarle todo a la Hokage, Shino se había quedado a cuidar de Mayumi. -Bien, al parecer tendrán que ir a investigar – dijo la quinta sentada en su escritorio y con las manos juntas – “al parecer Ten Ten también tendra que ir, y debo enviar al menos a seis, por si es necesario dividirse, o cualquier otra estrategia – pensó mientras todos los presentes la miraban. -Naruto llama a Ten Ten y a Hyuga Neji – ordeno. -Tsunade oba-chan por que yo, ni si quiera se por que estoy aquí – replico el rubio. -Por que no quieres salir del despacho deformado, solamente por eso – dijo con un tono serio. El Uzumaki trago saliva y salió del despacho. –Hinata dile a Shino que saldrán en unas horas, junto con la chica – -Hai – y salió también. Solamente tuvieron que esperar algunos minutos para que todos se encontraran el la oficina, incluyendo a la Ottawa que venía con algunas vendas en la cabeza. -Haruno Sakura, Hyuga Hinata, Hyuga Neji, Uzumaki Naruto, Aburame Shino y Ten Ten – dijo la Hokage mientras veía a los ninjas ahí presentes – su misión será ir al pueblo Hiroso e investigar que esta pasando, igualmente cuidar de Ottawa Mayumi – dijo rápidamente, todos asintieron y salieron del despacho. -Sigo sin entender que tengo que ver yo en todo esto ´ttebayo – pensaba el Uzumaki mientras salía junto los demás ninja. Llegaron a la salida de Konoha y Neji empezó a ver que tenían, así como la información con la que contaban. Naruto había llegado en medio de su entrenamiento y les había dicho cientos de cosas, solo logro comprender despacho, hokage y misión. -Hola – saludo tiernamente Mayumi a Ten Ten, la peli roja ya se encontraba mejor y estaba hasta contenta, por volver a ver a su hermana -Hola – ellas dos estaban en una orilla, Neji sabía bien con lo que la maestra en armas contaba y no necesitaba preguntar. -Eres Ten Ten ¿cierto? – le pregunto la chica a lo que la Kunoichi asintió. Mayumi sonrió inconcientemente – Yung-kun te manda un saludo y dice que espera verte pronto – le dijo. -Oh… - la chica apretó los puños al recordar el nombre de aquel chico que se había atrevido a llamarla hermana – gracias – dijo con una sonrisa fingida, había intentado que nadie se enterara de su pasado por más de ocho años y no iba a decirlo todo ahora. -Es hora de irnos – dijo Neji cortando la conversación, que parecía incomodaba a su amiga. -¡Si ha Hiroso! – grito Naruto y salió corriendo. Regreso a los pocos segundos – Donde esta Hiroso? – a todos se les cayó una gota al puro estilo anime. Fin =P Se que es corto y aburrido, lo aburrido se quitara conforme avenze la historia, pero era necesario poner estos pequeños detalles para comprender mejor el fic =/ Y sobre lo corto... esa es mi forma de escribir =( pero intentare hacerlos lo más largos posibles =D Besos desde México =)
Re: Pueblo fantasma hola me encanto tu ff pero te puedo preguntar algo esto es un ff de sasusakuy naruhina redactas muy bn espero q lo sigas y espero q me respondas mis dudas espero q la sigas pobre niña debio sufrir mucho?? menos mal y hinata la salvo espero el capi prontito chausito!!
Re: Pueblo fantasma Hola!! Me pareció muy interesante tu ff, me gusta el estilo trágico!! Tienes que cuidar tu ortografía, son pequeños detalles pero loc@s como yo, somos muy perfeccionistas =P Espero que corrijas esto y lo continúes!! Estaré yo, una loca lectora mas para leer!! n.n
Re: Pueblo fantasma Si, la ortografía no se me da :( si pudieras decirme esos detalles, para corregir y no volver a cometerlos ;), te lo agradecería mucho. Gracias por tu mensaje ^O^ Fan Ryusaku: aún no tengo las parejas definidas, pero si va a ver de esas parejas ;) Aquí dejo el tercer capítulo, donde por fin el planteamineto termina :o Espero y les guste. Lagrimas -¿En verdad crees que tienes alguna oportunidad con él? -¿Por qué no sólo te rindes, por el bien de ambos? —Sabemos que él es sólo otro tonto hombre en este mundo, entonces ¿Por qué te interesa tanto? ¿Acaso crees que el podrá hacerte feliz? —Se que soñar no cuesta nada, pero ¿si el convierte tus sueños en una horrible pesadilla? Logró despertar, ya no aguantaba más aquello. No sabía quien le estaba hablando, pero un presentimiento le decía que hablaba sobre Naruto. Voltio su cabeza un poco, se encontraba en un cuarto oscuro, iluminado solamente con una vela que amenazaba por acabarse en cualquier momento. Estaba sola. Quiso recordar porque se encontraba ahí, sin nadie a su lado, pero al parecer había olvidado todo. Se levantó con precaución, vigilando que no estuviera en peligro, pero no había nada de que preocuparse estaba completamente sola. ¿Qué había pasado? —¡No es cierto! ¡Déjenme ir ahora mismo! — escucho una voz desde afuera, supuso que la que gritaba era Mayumi, esa voz era demasiado chillona, aún más que la de Ten Ten. Caminó lo más rápido que podía, pero la cabeza le dolía demasiado para apresurarse. Al abrir la puerta pudo ver como Naruto y Shino trataban de controlar a la chica, que luchaba por alejarse de ellos y salir corriendo hacía las escaleras, pero no le era posible. Vio cómo las lágrimas bajaban sin cesar por sus mejillas, y podía saber fácilmente – sin la necesidad de usar el byakugan – que estaba triste y desesperada. —Sakura-ra-san que es-esta pasa-sando — le preguntaba a la kunoichi, que se encontraba frente a ella. --Hinata, ¿ya despertaste? — cuando dijo eso los demás miembros presentes voltearon a verla, exceptuando a Mayumi y Shino, quién seguía deteniéndola. Sakura se acerco a ella, evadiendo por completo la cara de suplica de Naruto (él prefería explicarle todo a Hinata que estar cerca de Mayumi, y así, talvez podría ver a Neji controlando a una loca). Tomó del brazo a la Hyuga y ambas regresaron al cuarto del cuál Hinata había salido. —Saku-kura-san, ¿qué sucede? — preguntó mientras la Haruno se sentaba en una de las esquinas de la cama. —No lo sé exactamente Hinata, pero creo que debo contarte —¡Miren allá esta el pueblo! — gritaba una alegre Mayumi apenas se pudo distinguir el pueblo. Al instante salió corriendo, en busca de varias respuestas y, en especial, para ver a su hermana. El pueblo Hiroso no era muy grande, de hecho podría decirse que era menos de una cuarta parte de Konoha. Aunque desde esa distancia no se podía apreciar demasiado, si se lograban ver algunas cosas. Como por ejemplo, algunos campos de vegetales, rodeados por árboles. A lo lejos, se podía distinguir fácilmente un boomerang de metal, que al parecer era un eslogan de una tienda de armas. Pero además de eso, todo era solamente pequeños puntos. Cuando los ninjas lograron alcanzar a la Ottawa —no iban a correr sólo por seguir a una chica tonta— observaron cómo esta, estaba arrodillada frente a un cuerpo cerca del puente para entrar a la aldea. —¿Aka-kashi? — dijo tratando de no romper en lágrimas, abrazando lo más fuerte posible el cuerpo de aquel joven rubio. Lo dejo suavemente sobre la madera, se levanto y corrió para entrar al pueblo. Pero no pudo hacerlo. Quedo paralizada con la imagen que estaba viendo. Los cuerpos inertes de su familia, amigos, conocidos. Todos estaban ahí, sin moverse, sin reír, sin regañarla, sin respirar… Calló de rodillas, ahora no le importaba llorar. Hinata quedo estática, ¿Por qué no recordaba aquello si había sido tan traumático? —Sa-sakura-san, ¿y que pasó con-conmigo? — le preguntó, pero debía admitirlo, tenía miedo de saberlo. De saber que no había sido de ayuda para nadie, que de nuevo tubo que ser salvada. —No entiendo que fue lo que te pasó, te desmayaste un poco antes de entrar al pueblo, y casi te ahogas mientras cruzamos el rió— dijo seriamente, pero su sonrisa cambio cuando recordó la segunda parte de ese suceso, vio a otro lugar para que Hinata no la viera sontiendo de esa manera — pero Naruto te saco y te dio respiración boca a boca. Se quedo esperando alguna respuesta, pero al pasar algunos minutos decidió ver que le pasaba. —¡Hinata! — gritó cuando vio a la Hyuga totalmente roja, sin conocimiento. Mientras, en la entrada de la casa, Shino seguía deteniendo a la chica, mientras Naruto estaba recargado cerca de las escaleras, por si acaso. Debían impedir que ella subiera a las habitaciones, al menos hasta que Neji y Ten Ten se encargaran del cuerpo. Apreto los puños, ¿quién podía hacerle eso a una niña de seis años? La imagen de aquella pequeña vino a su cabeza, debajo de sus sábanas, abrazando cualquier peluche… no la conocía, ni la había visto, pero no hacía falta. —Mayumi-san, por favor contrólese — le pedía Shino. —¿Cómo quieres que lo haga? ¡ELLA ESTÁ ALLA ARRIBA! — decía mientras intentaba quitarse a Shino de encima — ella me necesita — dejo de moverse por un momento, para luego volver a empezar a forcejear. —Si quieres ayudarla — ambos voltearon a ver al rubio. Tenía la mirada baja. — ¡Tienes que ver quién hizo esto! Todo quedo en completo silencio, nadie se movía, solamente pensaban… En la habitación de la parte superior de la casa, dos de los integrantes del equipo Gai observaban el lugar, para ver si podían averiguar algo, antes de llevarse el cuerpo de la pequeña Oki. —No hay nada, llévatelo — le ordenaba fríamente Neji mientras desactivaba su línea sucesoria, indicando el cadaver que se encontraba arriba de las camas. Ten Ten lo miró vacilante, posteriormente se acerco a las literas y subió las diminutas escaleras que daban a la segunda cama. Miró el cuerpo inerte de la pequeña, aún tenía algunas lágrimas en los ojos, y se podía apreciar cómo se abrazaba a si misma. En verdad había sufrido. —¡Hermana, despierta! Esa pequeña le recordaba a... —Yung esta es la habitación de mi hermana, no deberías estar aquí Exactamente cuando la vio ahí, junto a él. —¿Por qué Kia no despierta? El día en el que empezó todo —Si no puedes hacerlo, yo lo haré — le dijo Neji al verla tan distraída. La kunoichi asintió y bajo de ahí. Cuando sus miradas se cruzaron Neji pudo ver cómo una pequeña lágrima bajaba por la mejilla de la kunoichi. *** —Y Sasuke… ¿me puedes decir por que diablos estamos en un pueblucho cómo este? — preguntaba un exaltado Suigetsu mientras pateaba uno de los cadáveres que se encontraban cerca del puente. Su líder no le respondió, el tenía sus razones.