Psicosis

Nota del autor
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Principalmente no sabía en qué categoría postear esto, debido a que me he inspirado en diversas entregas de distintos tipos (desde Earthbound hasta Dragon Ball Z XD) Pero debido a que esta historia no le hace culto ni a un videojuego ni a una serie de televisión, me robaré sus derechos y la haré pasar como mía.

Capítulo uno: Catatonia
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Me llamo Ánima, estoy cercano a los catorce años y soy piscis. Cuando nací, los doctores inmediatamente notaron algo extraño en mí, unas pupilas escarlatas como si mis córneas tuvieran una hemorragia. Automáticamente derivaron de esto a que podía padecer alguna especie de Albinismo, pero mi cabello castaño contradecía esta teoría. Los doctores les dieron ciertas indicaciones a mis padres para que trataran mi asunto lo más rápido posible, con el temor a que esto fuese algún problema ocular que me dejase totalmente ciego. mis padres hicieron caso omiso por un tiempo a esto puesto que consideraban que era un tanto fuera de lugar llevar a un recién nacido, quizá era algo que desapareciera con los meses -como las pupilas ovaladas en los bebés- pero no tomaban en serio mi condición a pesar de lo extraña que esta era.

Aún recuerdo aquella tarde de un doce de mayo donde el viento azotaba tan fuerte que los árboles parecían gemir de dolor entre cada oleada de fuerte ventisca. Ese día mis padres decidieron por fin llevarme ir al oftalmólogo para verificar mi anomalía, solo que para ese entonces yo ya tenía cuatro años y presentaba ciertas diferencias con los demás niños de mi entorno las cuales explicaré a continuación: simplemente no socializaba, me costaba mucho hacerlo, a algunos niños y niñas les llamaban la atención mis ojos pero ninguno se daba la molestia de preguntarme alguna estupidez normal para su edad, a lo que yo, por mera timidez, tampoco mostraba mucha interés hacia la conversación con los niños y las niñas que se me acercaban. Otra cosa es que siempre me quedaba absorto mirando algún juguete, no importa si fuese de cuero o de plástico, parecía convocar demasiado interés en mí. Podía pasar mirándolo por horas, días, semanas enteras sin cansarme, reuniendo información acerca de el, ya sea a simple vista o revisando su textura. Esto quizá tampoco fomentaba mi vida social por lo que, a pesar de mi corta edad en ese entonces, mi condición aparte de extraña tenía cierto toque melancólico.

Retomando mi visita al oftalmólogo, una señora a la cual yo pude identificar como "Marie" de unos cuarenta y cinco años de edad -esto sin recibir información propia de la persona, yo mismo deducí esos datos mirándola a simple vista- me atendió. Era bastante amable pero desgraciadamente no encontró un origen a mi situación. Mis padres, desconsolados, le explicaron mi historia y de como estaba yendo mi vida hasta ese entonces, a lo cuál la oftalmóloga sin titubear sugirió enviarme al psicólogo. Puede que esto haya sido lo más significativo que me sucedió en mis primeros años.

Pasé un tiempo a la deriva, mis padres no me enviaban al psicólogo por un tema monetario, era de ese invierno en el cual es difícil obtener una buena remuneración debido a que el clima imposibilita ciertos trabajos. En fin, no me importaba, yo seguía jugando con mi amplia gamma de juguetes, inclusive con material de cocina; cucharas, tenedores, cucharas de palo, etc. -Mi mamá tenía los cuchillos fuera de mi alcance, puede que se preocupara por mí, o quizá lo hacía para que no lastimara a alguno de los dos-. Así cuando cayó el verano la estabilidad económica en mi hogar mejoró significativamente, lo cual abrió puertas a una que otra sesión al psicólogo.

Abraham, treinta y ocho años, de familia humilde pero esforzado a más no poder. La verdad mi psicólogo era un buen sujeto, lo cual inicialmente me inspiró bastante confianza.

—Dime Ánima, ¿Te cuesta socializar?

Francamente no sabía como responder, no es que me costara pero era que simplemente no me llamaba en absoluto la atención. Atendí por decir la verdad, mis ojos estaban bien pero veía en ellos un premio del paraíso, ellos me llamaban a analizar detenidamente las cosas y solo así los conocería en plenitud, no podía malgastar el tiempo hablando sobre pipí y popó con los inmaduros pequeños de mi clase. Obviamente no le dije algo así, era imposible que un niño de cuatro años pensara tan despectiva y enigmáticamente, pero él quizá entendió mi punto.

Lo extraño comienza para mi cumpleaños numero seis, más allá de predecir datos básicos de la gente tales como; sus nombres, sus edades, su procedencia, veía en ellos ya una intención, quizá un sueño por toda la vida. Desgraciadamente el hecho de que la sociedad estuviera plasmada en egoísmo me marcó, más porque predecir estas cosas me era inevitable, es como cuando ves estas series de fantasía donde el protagonista con sus ojos puede usar poderes extraordinarios. Para mí desgracia esos poderes extraordinarios eran una precaria situación. Mis ojos me mostraban demasiado, muchas veces cosas que ya no quería saber por miedo a la realidad, de ahí descubrí que mis ojos me mostraban el horrible mundo en el cual habitaba y también me mostraba su fecha de caducidad, mis ojos me estaban mostrando que el ser humano acabaría con sí mismo, mis ojos me estaban otorgando una visión profética.

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Y bueno, ese fue el primer capítulo, ojalá y les haya gustado n.n comenten y bla bla

 

Capítulo dos: Interioridad
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19 de Marzo del 2006. Irlanda, Dublín.

Me dí la molestia de colocarle fecha a esta hoja del diario, no sé si será algo permanente en mi escritura pero haré lo posible para que el lector, sea quien sea, y apartando el hecho de que encuentre este diario cuando yo posiblemente haya muerto, disfrute de una cómoda lectura.

Esta vez describiré sucesos que fueron tornando mi vida en una pesadilla, de como mis tornillos se comenzaron a aflojar poco a poco. Bueno, ya a mis ocho años notaba que mis calificaciones eran espectaculares y no era porque pasaba todo mi tiempo postrado en mi habitación estudiando y analizando datos, simplemente mi cerebro era de otro planeta. Podía procesar información a velocidades extraordinarias para un infante, inclusive para finales del primer semestre no presté atención en ningún momento pero para mi sorpresa a la hora de los exámenes tuve resultados perfectos. Apenas cumplí los diez años mi vida se tornó en un desastre, una noche tuve la premonición de que mis padres fallecían en un terrible accidente automovilístico, provocado por un des funcionamiento general en cualquier máquina que contara con algún cableado eléctrico. Lo peor de esto es que no sabía la fecha exacta, por lo que estaba día a día autoconvenciéndome de que estaba equivocado, sin embargo no dejaba de advertirles a mis padres que tuvieran extremo cuidado cada vez que salían. Esto no fue suficiente para una noche de Diciembre, el veintinueve para ser exactos. Desgraciadamente mi premonición se cumplió, fue un apagón continental en el cual fallecieron un montón de personas, entre ellos, mis padres.

Un montón de factores alimentaron una rivalidad internacional, Rusia capitalista comenzaba algunas disputas con la Unión Europea -tuve premoniciones que me indicaban que esto ocurriría mucho más adelante, pero por alguna conjugación espacio-temporal no me explico como se adelantaron los hechos. Tengo un montón de teorías, algunas como: Sujeto del futuro viaja al pasado alterando el orden de las cosas. Suena creíble hasta cierto punto pero me contradice otra teoría de que al ser alterado el futuro, se genera una dimensión paralela totalmente distinta, puede que yo esté viviendo en una dimensión creada por la intervención de un agente en el pasado del planeta y que todo esté ocurriendo de una manera muy extraña, pero eso ahora ya no viene al caso.

Ya abarqué una gran parte de mi pasado y problemas internacionales los cuales desataron serios conflictos, tales como embargos nacionales, descontentos globales, disoluciones de grupos con un poder inmenso sobre el planeta, agresiones sin *casus belli entre países, en fin, el destino de la humanidad que parecía ya escrito hace bastante.

(*Casus Belli: Motivo de guerra)

Mi presente... Es algo complicado de narrar, me encuentro escribiendo esto a un día de mi cumpleaños; huérfano, en una casa solitaria, habitada solo por mi miedo a la humanidad; esta situación me hace recordar una frase que mi padre me dijo un día muy simbólico para mí, cuando me gradué de primaria con excelencia académica. "El miedo es una utopía, un mundo paralelo en el cual te absorbes a medida que creces, pero si eres tan fuerte como para sobrellevar las adversidades, el único temor que tendrás será temer" Hoy, me he dado cuenta que esa utopía soy yo, el miedo a la humanidad, el miedo al ser humano como tal, se ha convertido en un miedo a vivir.

Mido aproximadamente un metro con sesenta y seis centímetros, soy un poco bajo para mi edad considerando que en mi familia paterna eran bastante altos y yo siempre tuve una muy buena alimentación. Mi cabello castaño con unos toques carmesíes en ciertas partes (Más o menos en la mitad del flequillo hacia adelante, que por cierto, me llega hasta la barbilla, las puntas de las patillas que también las tengo bastante largas y algunas zonas que se destacan gracias al brillo del sol. Mi piel es bastante blanca, lo que también contrasta el color de mi cabello y de mis ojos. Mi forma de vestirme es bastante simple, tengo una chaqueta antigua que usaba mi abuelo y que me la regaló mi papá para mi cumpleaños anterior, creo que si mal no recuerdo es un modelo que también se utilizó en ciertos bandos en la guerra de Corea, es una "M-1951". Bajo esta chaqueta uso un Sweter relavitamente nuevo y muy cómodo, sin mencionar que es bastante abrigador. De pantalones no me quedó otra que usar unos vaqueros negros ajustados de mi mamá, bien apretados con un viejo y malgastado cinturón de mi papá, esto debido a que mis antiguos pantalones fueron víctima de los filosos dientes de un Pastor Alemán salvaje, al quedarme estos pantalones un poco cortos me vi obligado a robar unas botas de un local -porque claro, soy un joven de catorce años al cual el estado no le ha otorgado ni siquiera un hogar, ni una familia nueva- y nuevamente una prenda de mi abuelo me ayudaría, pero esta vez sería un gorro Ushanka gris. (Gorro ruso que usaba el ejército rojo, hoy en día luego de la disolución de la URSS se sigue utilizando, solo que con ausencia de la mítica hoz y el martillo característicos del comunismo).

***Nota: Desde aquí comenzará el narrador omnisciente, de vez en cuando usaré la narración protagonista del diario de Ánima, pero exclusivamente para detalles que tengan que ver con el mismo o con su manera de ver las cosas***.

Así, Ánima, cerró su diario y, sentado y apoyado en la puerta del patio de su casa, soltó un profundo suspiro. Estaba solo, más solo que nunca, en la calle, en la ciudad, en el país y en el mundo había un ambiente apocalíptico que lo hacía sentirse aún más solo. Él ya no va al colegio, no lo necesita.


20 de Marzo del 2006. Irlanda, Dublín. 15:34 PM.

Ánima hacía maravillas para sobrevivir con el poco gas que le quedaba, a veces tenía que comer sobras heladas para poder tomar una ducha caliente, lo cual no era para nada sano. Estaba frustrado, era su cumpleaños y no había recibido la ayuda de nadie, para él ya no existía la familia y los organismos de protección al menor son pura propaganda barata. De pronto, alguien tocó a la puerta.

—¡Ánima, soy tu vecina, Charlotte! —En efecto, ella era. Una señora treintañera que hospedaba en una de las casas del pasaje, estuvo de viaje por todo lo que duró el invierno y ahora que se acercaba la primavera retornó a su hogar. Al enterarse de la situación de Ánima, esta inmediatamente partió en su ayuda. Pero hubo algo en lo cual Ánima se sorprendió, su aura era más complejo y un poco más grande que el común de las personas, además que era multicolor, sin embargo no habían malas intenciones de por medio.

—Señorita Charlotte, un gusto verla -Dijo Ánima sonriendo de oreja a oreja, algo apenado— Pase, disculpe el desorden. —Dicho esto, el joven sostuvo la puerta principal esperando que la mujer entrase.

—¿Cómo es que nadie vino en tu ayuda? ¿Qué le pasa a esta gente? —Murmuró la castaña arreglando su flequillo, mientras caminaba hacia el living, tomando asiento en un gran sofá.

Anima cerró la puerta principal y luego de entrar a la casa, también la del patio, corriendo las cortinas para que el living no estuviera tan oscuro. Luego de esto, le dio un té que estaba preparando para él y tomó asiento.

—La verdad, ni mi familia se asomó por estos lares. Pero nada que hacer, la verdad ya me acostumbré a vivir así.

—¿Cómo puedes decir eso? ¡Esto no es vida, dios! Apenas si puedes mantener la casa tu solo, ni eso, ¿Cómo puedes comer? ¿con qué dinero? —interrogaba Charlotte, bebiendo un poco de su té— Oh, está muy bueno...

—Verá Srta. Charlotte, de esto quería hablar con usted puesto que he oído que desempeña como Psíquica, ¿me equivoco? —Anima alzó una ceja medio-sonriente.

—La verdad es que hace bastante tiempo que abandoné ese labor... Pero, justamente por lo mismo me llamaste la atención cuando te vi llegar al barrio, un pequeño niño con un aura rojizo extraordinario. ¿Robabas por medio de la telepatía o algo así?.

—Sí, así es. Pero, soy un principiante, hace poco me di cuenta de que mis ojos me proveen un poder ocular impresionante, y que mi cerebro cada día me sorprende más. —suspira con pesadumbre— ¿Me puede ayudar, por favor?

—Lo haré. Definitivamente, hay mucho que pulir en ti. Pero, no puedo permitir que sigas viviendo aquí, puedo darte alojo por un tiempo en mi casa, pero temo que después habrá que reclamar para que te reintegren a alguna familia. —Añadió Charlotte, bebiendo por completo su té.

—Entiendo, usted tiene otras preocupaciones. De todas maneras me veo en la obligación de rechazar su propuesta, esta casa es parte de mí ahora. No la puedo dejar así como así. —Anima sonrió, estaba firme en su posición, la casa era lo único que tenía y no podía permitir que quedara abandonada.

—Pero Anima, escúchame, no tienes manera de pagar los gastos, ¡no tienes ni siquiera luz! —Añadió remarcando mucho este punto, era un detalle que no pasaba desapercibido puesto que a pesar de ser plena tarde, no había ni una tenue luz del sol, y la casa estaba sumida en la oscuridad total— ¿Tienes gas siquiera?

—Compré un galón en Febrero y ya no me queda casi nada. —Suspiró y miró a Charlotte— Gracias...



Continuará OwO

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PD: Para que se hagan una idea, algo así es Ánima:

Contenido oculto: Ánima