Chiyoda Propiedad Kasun [Casa]

Sentía que estaba haciendo un calor del demonio, tanto así que terminé yéndome hasta antes del instituto para refrescarme en casa y encender el aire acondicionado, pese a que me había salido en mitad de la clase como perro por su casa. Poco me importaba la expresión de mis compañeros de claro, y mucho menos el que la docente me hubiese llamado un par de veces al levantarme sin su permiso.

Pero qué más daba.

Dejé el maletín sobre el respaldar del mueble, quitándome los botones de la camiseta escolar al igual que el pantalón, metiéndome en la ducha para dejar caer el agua helada sobre la cabeza. Me quedé ahí dentro no sé por cuanto tiempo, en lo que la puerta se abrió y escuché a mi hermano abajo preguntándome por el collar de los perros en lo que me secaba con la toalla.

—¿Por donde Zeld?

—Por donde dejo las llaves.

—Listo, nos vemos al rato.

Anudé la toalla a mi cintura para salir a la habitación, no es como si tuviese ganas de salir. Si algo hasta comería cualquier mierda de la nevera, me pondría a jugar en el play y llamaría a Cathy en la noche, antes de dormir, claro~

Fue en cuanto me coloqué una camiseta liviana, blanca, una sudadera en la parte inferior bastante fresca, que sonó el timbre. Por un momento pensé que a mi hermano se le había olvidado las llaves, pero en cuanto deslicé el pulgar por el móvil para conectar con el sistema de la casa lo escuché, provocando que me echara a reír como el malnacido que era, porque venga, un poco a propósito si que lo había hecho, pero ir a mi casa por eso~.

Por pura manía le dejé escuchar mi risa, deslizando la yema de mis dedos por el cabello húmedo.

—Venga, te escucho~

Afortunado podría ser el cabrón, con ya el atardecer no es como si estuviese cocinando fuera.

 

Puso sus ojos en blanco apenas escuchó aquella risa, le parecía interesante lo extrovertido y risueño que era cuando había una gran distancia entre ellos y no podía verle los gestos de la poca gracia que le hacía esa escena. No solo se estaba riendo de él, de tenerlo fuera esperando a que se dignara a abrirle, de irlo a buscar directamente a su casa...

—Te diré que estoy seguro que no estarías riendo tanto si estuviera allí frente a tu puerta, ¿o si? —Aquello último lo dijo algo más divertido —, i mean, i'm only a phone call away from getting you in trouble~ pero pequeños detalles solamente.

Se cruzó de brazos luego de acomodar su cabello en una coleta desordenada.

—Anda, déjame pasar y te diré todo lo que pasa por mi cabeza~

 

Me coloqué la toalla húmeda sobre los hombros para salir al balcón de mi habitación, con el celular aún en la mano a la altura de mi oído izquierdo, apoyándome en la baranda en lo que lo veía a la distancia que ponía la reja y parte del antejardín, con la sonrisa malnacida estirada. No me inmuté a las palabras iniciales, relajando apenas los hombros en el trayecto del reto que claramente estaba marcando.

—Sino fuese por contactos serías un pobre diablo, qué cosas —murmuré con cierto siseo al final, marcando entonces la contraseña en la aplicación del móvil para que la reja se abriese—, bienvenido seas, Reese's, que tu estadía sea tan rápida como el chasquido de mis dedos~

Corté la comunicación para desplazarme por el pasillo, cerrando la puerta de la habitación a mis espaldas para bajar las escaleras. No sabía cuánto demoraría mi hermano, pero entre más lejos estuviese con Sean aquí metido, mejor.

Llegué a la puerta principal, abriéndola en lo que entornaba los ámbar ligeramente, como un canino, moviendo la cabeza apenas hacia la sala de estar, que era lo único que le dejaría conocer de mi casa.

O eso esperaba~

Contenido oculto: Sala de estar

 

Se apartó un par de pasos de aquel portón cuando por fin lo vio a lo lejos, moviendo su mano de lado a lado para saludarlo con toda la inocencia del mundo y una gran sonrisa como si realmente no hubiera dicho nada malo.

—Que tu no tengas y sepas usarlo es solo tu problema~

Dejó pasar aquel último comentario e ingreso por fin a la propiedad con mucha tranquilidad, procurando memorizar cada uno de los espacios que había antes de entrar a la casa por fin, sonriendo complacido con todo el acomodo aunque no era especialmente como él lo haría en realidad.

El que ignorara a Zeldryck mientras hacia su analisis de la habitación fue solo quizás una pequeña casualidad.

—¿Quién diría que te gustaría vivir con cierta clase? —preguntó riendo con suavidad antes de girarse a él y acercarse para tampoco tener tanta distancia —. ¿Tuviste algo importante que hacer estos días? Que parece que me te olvidaste de mi con esa cabeza que solo puede ir una cosa a la vez...

 

El sitio como tal no lo había escogido yo, pero tampoco mencionaría a Génesis en la conversación~

—¿Algo importante? —murmuré en lo que recorría el azul de sus ojos—, naj, no había ni mierda esta semana, ha sido hasta aburrida~

Era curioso, la sensación de cosquilleo tras la nuca al verlo detallar con la naturalidad usual los espacio de mi casa. Si fuese otra persona estaba seguro que no sentiría nada de ello, qué cosas. Me relamí los labios al pasarle por el lado, dejándome caer en el sofá principal, recostándome en el respaldar a lo que subía el pie derecho sobre la rodilla izquierda, acomodando los codos tras de mí para dejar las manos colgando.

—¿Sugieres que se me está escapando algo que era o debía ser de mi interés, Reese's? —comenté burlón.

No tenía mala memoria, lo que solía hacer lo hacía de aposta.

 

No pudo evitar suspirar quizás con más dramatismo del necesario cuando lo escuchó decir lo que ya estaba sospechando en su cabeza, aun así poco a poco fue haciendo que su rostro mostrara cierta tristeza que estaba dispuesto a seguir construyendo si la conversación así se lo permitía, y aunque muchas veces era un esfuerzo en vano con ese gemelo, no le molestaba intentar.

—Ya veo... entonces no está en tu radar porque no es importante... —Desde su lugar lo observó acomodarse en el sillón y luego de pensarlo unos segundos no tardó en dirigirse al mismo lugar, sentándose de lado aún dejando cierto esparto entre ellos para poder recostar uno de sus brazos en el respaldo y utilizarlo como una especie de apoyo para poder verlo de manera más cómoda.

—Eso sugiero, no estás nada equivocado —Volvió a soltar un suspiro pero esta vez mucho menos dramático para intentar hacerlo ver algo más serio —, hablo de mi cumpleaños, Zeldryck y sabes... hubiera sido lindo que siquiera me escribieras...debes entender que es mi primer cumpleaños lejos de casa y bueno, es algo raro.

Estiró el brazo que estaba en el respaldo para tan solo jugar con el borde de su ropa al realmente no alcanzar nada más mientras mantenía un ligero puchero triste en su rostro.

—...Así que vine a buscar una compensación...~

 

Un poco le seguí el movimiento del brazo con las pupilas, por pura manía más que nada en lo que pasaba de los suspiros que soltaba. No tenía ciencia, y si la tuviese tampoco me importaría pasar de ella, en realidad pocas cosas me importaban, y el chico no era idiota para saberlo, así que apenas y me sonreí con burla al escuchar que había sido su cumpleaños.

Como si mi viejo no me hubiese escrito para recordármelo.

—Uy, y eso que mi hermano se molestó en dejarte una carta de felicitaciones en tu casillero —la jocosidad se me brotó en la dermis—, creía que con uno de nosotros felicitarte bastaría, pero vaya que eres ambicioso para creer que me molestaría en dedicarte alguna felicitación, Reese's~

El tacto no me incomodó en lo más minímo, afilando las pupilas sobre las azules.

—¿Compensación en especies, o qué?~

 

Mantuvo el jugueteó de sus dedos sobre la tela ajena, manteniendo aquel puchero en su rostro para mantener su papel, atento a todo lo que le decía —No quise prestarle mucha atención...¿no eres tú el que dice que...no me acerque y eso? De lo contrario le habría invitado a pasar la tarde conmigo. —Se permitió acercarse un poco más para poder subir una de sus piernas a su regazo, cambiando con tranquilidad su gesto a uno más curioso por las cosas que estaba diciendo.

—Una compensación física, más bien —Ahora que estaba mas cerca, la mano que antes jugaba con su manga fue yendo con suma tranquilidad hacia su pecho con una caricia suave —, pero si crees que es muy ambicioso, ¿quizás debería llamar a Zold? Estoy seguro que accedería~

 

Mis orbes se entrecerraron al escuchar el comentario. Venga, que no lo quería cerca de Zoldryck, pero el pequeño cabroncito tenía expectativas en mí que no le cumpliría, como el felicitarle y esta porquería, pero si lo pensaba para la próxima quizás lo haría, si así no lo tendría encima o lo que fuese, aunque bueno, dependía de qué tipo de encima me refiriese~

—Él no va por estos caminos, Reese's~ —murmuré ladeando la cabeza con sorna—. Pídelo, lo que buscas de compensación —apenas y pestañeé—, ya que debes largarte antes de que llegue mi hermano.

O antes de que llamase mi viejo.

 

¿Que no me iba por esos caminos? Lo dudaba, en cierta forma en la qué habían sido presentados podía ver la forma en la que caminaba por las huellas del tatuado de una forma un poco mas discreta y aburrida.

Sin más, decidió de un movimiento ponerse sobre él, dejando sus rodillas a cada lado de sus piernas, y sus manos sobre sus hombros con una sonrisa bastante tranquila.

—Entonces deberíamos movernos para que no me vea, ¿no? —Preguntó tranquilo y una mirada inocente que no tenía nada que ver con la forma en la que se había empezado a mover sus caderas para rozarse unos momentos—, sabes que ambos ganamos o si te sientes algo perezoso, yo podría hacerme cargo, ya sabes~

Invertir los roles tampoco es que fuera una mala idea, le daba completamente igual.

 

Seguí su movimiento al verlo tomar el impulso, posicionándose encima a lo que recosté la cien en la mano derecha, empuñada de por si, sin quitarle la mirada de encima. Era bastante directo cuando le daba la gana, aunque se fuese por las ramas con inocencia impostada, que venga, en su momento caí en esos ojos de cordero degollado, como todo un imbécil, pero ahora era completamente diferente con este cabrón.

—¿Quieres subir a mi cuarto? Pobre diablo —susurré a lo que lo sentí moverse, brotando de mi garganta una risa ronca de por sí—. Pero que regalado andas hoy, Sean —casi que saboreé su nombre entre los dientes.

Deslicé entonces el ámbar desde su quijada hasta su cuello, tomando con la mano libre la corbata del uniforme para halarlo hacia mis labios, mordiendo su piel apenas en la curvatura de su cuello.

—A ver Reese's, ¿te hace tanta falta mi atención?~

 

Puso sus ojos en blanco sin molestarse realmente en ocultar la frustración que le daba que se comportara de esa forma, cuando sabía muy bien que por regla general, le gustaba que se ofreciera así sin muchas cosas de por medio.

Pero también, desesperarlo era probablemente otra de las cosas qué Zeldryck disfrutaba más que nada.

—No me molestan los espectáculos, tú decides~ —Se alzó de hombros algo mas despreocupado, incluso divertido por el comentario —. ¿Te pone más cuando no me ofrezco así acaso? Naughty boy...

Que tirara de su corbata fue algo que no vio venir en lo absoluto, así que la pequeña sorpresa de la queja que salió de sus labios fue quizás lo más genuino de lo que llevaban de su encuentro.

Aunque sin apartarse un poco de aquella posición en la que estaba desabrochó un par de botones de su camisa con una sonrisa ladina.

—Zeldy... Vine hasta ti, ¿No crees que ya estoy diciendo mucho con eso? —Preguntó sedoso cerca de su oreja antes de darle una pequeña mordida en su lobulo.

 

Ni por el putas se me había pasado por la cabeza que el chico se hubiese molestado en ir hasta mi casa, hasta pensé el que me abordaría en el instituto, o a la salida de la jornada o lo que fuese, y lo que me jodía ligeramente era más el hecho de que mi hermano llegase, porque bueno, no lo quería cerca de este diablillo~

—Que sincero —murmuré en lo que se estiraba mi sonrisa al sentir su aliento, y por ahí seguido la mordida que por pura inercia me provocó el que apretara ligeramente más la corbata—. A ver, muéstrame ese lindo rostro tuyo~ —comenté burlón, ascendiendo la misma mano de la tela hasta cazar su mentón, obligándolo a verme a los ojos, entornados de por sí, comiéndole la boca sin pizca de suavidad.

Era lo que era, y Reese's me conocía como para sorprenderse del poco tacto que le tenía.

 

—Parece que soy el único que se molesta en serlo... —Soltó una risa suave aunque irónica sin apartarse de dónde estaba, de ambos era él quien fingía todo el tiempo por mera diversión mientras que el otro se mostraba más honesto pese a las consecuencias que pudiera tener, pero en el momento en que todo se cerraba y quedaban a ojos ocultos del público los roles se intercambiaban.

Y sabía que muy en el fondo era por aquel resentimiento que Zeldryck había generado hacia él ya tiempo atrás.

No opuso tampoco resistencia alguna cuando lo tomó del mentón, si acaso hasta le mostró ligeramente a la lengua con cierta diversión para que pudiera verlo de una manera más interesante y al momento de sentir la presión en sus labios correspondió de la misma manera.

Una de sus manos se enredó ligeramente en el cabello de su nuca, acariciando y tirando ligeramente de este cuando decidía tomar algo más de control y moverlo como quería para poder colarle la lengua para profundizar un poco más.

No le molesta a ni un poco en ese momento que viera que estaba buscando algo así.

Para cuando sintió adecuado separarse lo hizo mordiendo su labio inferior con la misma poca delicadeza con la qué él habia iniciado aquel beso.

—¿Decidiste si harás un espectáculo aquí o volveras a esconderme de Zold?~—Preguntó sedoso, aprovechando que tampoco se había alejado demasiado para poder seguir repartiendo besos por su mandíbula

 

Su regreso de la academia a casa había consistido en planear lo que llevaría de acuerdo a la impresión que quería darle a Zeldryck aquel día y también claro, avisarle a su chofer que aquel sábado iba a necesitarlo porque iba a salir con alguien, no le dio muchos detalles pero tampoco dudó mucho en informarle que era algo que le hacía ilusión y confiaba en que guardaría el secreto.

Estaba completamente segura que Zeldryck iba a causar una impresión al chofer y tan siquiera quería asegurarse que todavía no le dijera a sus padres, y no es que fuera la primera vez que algo así sucedía, pero la diferencia era que su cita no podía disimular en lo absoluto, los tatuajes lo iban a delatar enseguida.

<< Me parece bien, ¡nos vemos mañana! (: >>

Al mensaje para Zeldryck terminó agregando un sticker de un pequeño gatito feliz y cuando ya tuvo todo preparado solo se centró en seguir su tranquila rutina de viernes, cocinando y viendo alguna que otra película hasta que tuvo que ir a dormir. Al día siguiente su outfit consistió en short y una blusa de manga larga escotada blanca, gorra y unos tenis con una mochila a juego con su blusa para allí guardar sus cosas para el agua.

—Buenos días Tamura-san~, muchas gracias.—Saludó de forma alegre cuando lo vio fuera de su zona de apartamentos, esperándola fuera del auto con la puerta abierta para que pudiera entrar a este.

Una vez dentro, Tamura colocó en el GPS la dirección que ya le había pasado por teléfono para iniciar el viaje.

—Y dígame señorita Whitman...¿por qué hay tanto secretismo en esta salida?

Cathy sonrió sin poder evitarlo —Oh bueno...supongo que lo sabrás cuando veas a mi cita, te va a sorprender un poco pero te prometo que es muy lindo, quiero...ver hacia donde vamos antes de que alguien de mi familia se entere, ¿crees que podrías guardar el secreto?

Por el retrovisor logró ver algo de duda en el rostro de Tamura pero ella también estaba manteniendo esa mirada de cachorrito pidiendo aquel favor hasta que pareció finalmente ceder.

<< Buenos días~ Estoy a un par de minutos de tu casa, ¿estás listo? >>

 

En lo que me terminaba el cereal el celular vibró sobre la isla de la cocina. No lo cogí inmediatamente porque me entretuve acariciando uno de los perros en lo que mi hermano bajaba con la toalla al hombro. No tenía ni puta idea de si iría a salir, y tampoco se lo pregunté. Desde que Gen se regresó a Canadá para visitar a su madre la semana pasada ya me imaginaba que estaba saliendo con alguien más por ahí, o perdiendo el tiempo en otras cosas.

—Genésis regresa mañana, ¿vamos por ella al aeropuerto?

Elevé las cejas al sentir que me había leído la mente, y luego me reí entre dientes.

—¿A qué hora?

Se estiró antes de abrir el refrigerador.

—A las cinco de la tarde creo que está aterrizando —sujeté el móvil en lo que lo escuchaba hablar, leyendo el mensaje de Cathy.

—Bien —murmuré adentrándome al baño para cepillarme en lo que le enviaba un mensaje de regreso, de un sticker guiñando el ojo—. Te encargo los platos, Zold.

Salí de la casa escuchando la voz de mi gemelo no muy contento con dejarle mi vaso sucio en la cocina, pero es lo que había al no lograr ir la chica del servicio que contratabamos los fines de semana. Denoté el auto en el antejardín, a lo que me aproximé con la sonrisa ladina plasmada en toda la cara. La Cathy traía hasta choffer... o sería un uber, vete a saber~

—Hey, ¿te hice madrugar mucho hoy, Cathy-Cathy~?

Contenido oculto

Oufit: