One-shot Promesas [RinXLen]

-"Esta mañana mientras paseábamos note tu mirada triste, por más que trataste de actuar normal no pudiste hacerlo… ¿Qué te preocupa? Pregunte y solamente sonreíste"- sus pensamientos invaden su mente mientras el ruido del césped mecido por una ligera brisa lo arrullan.

Unos pasos lo sacan desus pensamientos y entre abre los ojos tratando de averiguar quién es, aunque ya imaginaba quien pudiera ser, como no saberlo si se había vuelto su sombra desde el anuncio de su compromiso.

-te he estado buscando por todos lados… - anuncio la chica en un tono por
demás aniñado- empiezo a creer que te ocultas de mi…

-No me oculto de nadie – dijo con tono molesto- solo quería estar un rato a
solas ¿es eso un delito?- su voz sonó demasiado brusca y se percato de esto.

Se incorporo sobre sus codos y alzo la vista hacia la hermosa niña de cabello verde, que permanecía de pie frente a él, se veía tan adorable con ese vestido blanco; este marcaba ligeramente su busto y debajo de este caía suelto pero sin vuelo, trato de desviar la mirada y pudo ver como los bellos ojos verdes de la chica se empañaban por las lagrimas, había olvidado lo sensible que era la joven, trato de decir algo pero la chica salió corriendo en un mar de lagrimas.

-¡Rayos!...-mascullo en voz baja.

No sabía qué hacer, por una partesabia que debía ir tras ella, pero por otro lado no se sentía de humor para hacerlo, estaba molesto consigo mismo, pero sobre todo con sus padres que lo obligaban a desposar a esa joven, "por el bienestar de ambos reinos" le habían dicho, pero no habían tomado en cuenta si él la amaba o no… amar… esa palabra quemaba su alma cada vez que la pronunciaba o la pensaba… Miku su prometida era linda no lo negaba pero su corazón tenía otra dueña, su cuerpo se estremeció al evocar el rostro amado. Sin ganas se puso en pie y fue tras la joven.

-"esto me volverá loco…" – pensaba molesto.

Atravesó medio patio corriendo buscando a la joven cuando se detuvo en seco… creyó que sus ojos lo engañaban… ahí estaba ella… esa mujer por la que podría renunciar al reino, olvidando lo que estaba haciendo se dirigió a la joven que estaba sentada bajo la sombra de un árbol, se acerco como atraído por un imán, ella no se había dado cuenta de su presencia parecía estar inmersa en lo que estaba haciendo, el camino más despacio, como si tratase de no perturbar su tranquilidad, se detuvo a dos metros de ella y su corazón dio un vuelco al ver como sus manos oprimían con fuerza un papel y gruesas lagrimas caían sobre sus blancas y delicadas manos, en ese momento el sintió que daría la vida misma por no verla sufrir, sin pensarlo dio un paso más hacia ella quien en ese momento reparo en su presencia y se sobresalto al verse descubierta por él, rápidamente la joven trato de limpiar sus lagrimas dándose cuenta que era inútil pues él había caído de rodillas frente a ella, y la veía con profunda tristeza, ella no podía apartar tampoco su mirada de el, y por unos segundos el mundo se detuvo, todo quedo en silencio y los dos tomados de las manos y mirándose uno al otro comenzaron a recitar en voz baja algo que ambos repetían cuando niños.

-Mi reflejo me mira con temor…- recito el joven de dorados cabellos-Mi reflejo capta mi temor…- prosiguió la niña de rubios cabellos-mi reflejo me muestra su dolor…- dijo el chico presionando las manos de ella entre las suyas-Mi reflejo siente mi dolor…- respondió ella mientras las lagrimas brotaban de nuevo- mi reflejo me muestra algo más que no puedo descifrar- dijo el aproximándose más- mi reflejo no puede adivinar lo que hay en mí, porque no puedo adivinarlo tampoco yo- dijo ella acercándose a tal grado que estaban a escasos centímetros de rozar sus labios-¿dolor? ¿Tristeza? ¿Miedo?- recitaron al unisonó y aun centímetro de unir sus labios- ¿am…

Un grito sonó a la distancia llamándolos, la voz de una mujer los hizo sobresaltarse y se separaron antes de ser descubiertos, él la miro y en silencio ella asintió, los dos se pusieron en pie y corrieron sin detenerse por el bosque, oían que los llamaban pero no pensaban ir, cruzaron por sendas conocidas, escondiéndose detrás de arboles cuando creían que les pisaban los talones, sus manos se estrechaban con tal fuerza que pareciera no querían soltarse nunca, ella estuvo a punto de caer pero él la sostuvo, la chica sonrió y el acaricio su rostro, los dos siguieron corriendo sin detenerse, tras correr contra su destino, llegaron a una cascada que ambos conocían tan bien, pues de pequeños siempre se ocultaban en ella, mirando hacia ambos lados y ver que nadie los observaba se meten a través de ella.

-¿Estás mejor Rin?- dijo angustiado el chico.

Se hizo un silencio y ella se acurruco en un rincón de la cueva, escondió su rostroentre sus manos y sollozo, el joven se precipito a sus pies preocupado.

-¿Te he lastimado rin?- pregunto con un nudo en la garganta.

-N…no… estoy bien Len…- ella alzo el rostro dejando ver una sonrisa que a el estuvo por partirle el corazón.

-¿Dime que te ha molestado?- inquirió preocupado- Te he notado triste estos días… y me duele…

-Lo siento… no quería que te preocuparas…- ella mordió su puño al sentir que su corazón no podría soportar más esa carga.

-¿Qué ocurre? Dímelo por favor, no calles, me lastimas…- dijo el tomándola por los brazos.

La joven no pudo evitar sentir su cuerpo estremecerse al contacto de las manos de él, el dolor quemaba su alma, quería decirle el por qué de su dolor, pero simplemente no podía, solo pudo susurrar una palabra que se desprendió de su ser.

-Lo prometiste…- y sus labios se callaron.

Len sintió su alma destrozarse, sintió como si un gran abismo lo jalara hacia él, lo sabía, sabía lo que hería el alma de su hermana, y se dejo caer golpeando sus puños contra el suelo, fue más el dolor de su alma que el de la tierra dura, la joven lo vio y se apresuro a tomar sus manos y las reviso viendo si estaban heridas, respiro tranquila al ver que no lo estaban, y las coloco a los lados de su cabeza emulando una caricia, el chico era ahora quien tenía los ojos empañados por las lagrimas.

-No lo olvido…- dijo con voz dolida- pienso en ello cada segundo que pasa… me duele ver que mis padres me han vendido a esa princesita tonta… - noto que ella lo observaba incrédula.

-Es enserio- el rostro de rin se ilumino ante la esperanza de saber que él no lo olvidaba- Pero ahora estas prometido a ella… y no podrás cumplir tu promesa…- volvió a tener un acceso de lagrimas.

-Pero no la amo… es un compromiso que me han impuesto… - su voz se quebró- Lo juro… quiero cumplir mi promesa…

-Yo…- susurro ella- debo decirte algo… - su mente trataba de procesar el que le diría.

-No… no hable más…-dijo poniendo un dedo en los labios de ella.

¿Acaso no sentía lo mismo? Se pregunto ella, acaso era la pecadora… lo sabía, desde el momento en que nacieron sus corazones latieron a escasos segundos de diferencia, y supo que desde ese momento solo le podría
pertenecer a él, ¿era narcisista? Debía serlo pues eran exactamente idénticos, y amarlo a él era como amarse a sí misma… No, lo amaba mas a él… dios ¿¿AMAR?? Sonaba tan aberrantemente bien… él era ella, ella era el... Eran uno mismo pero con cuerpos separados, se sentía tan vacía si no estaba a su lado…

La había callado, podía adivinar lo que ella quería decirle… no porque lo adivinara, si no porque lo sentía… ella era como él, ambos se conocían a conciencia… pero no quería escucharlo, no aun… como oírlo si eso heriría a su hermana… porque el ahora estaba comprometido a la niña de verdes cabellos, pero su corazón reclamaba su lugar al lado de su hermana… si se lo decía estaba seguro que no la dejaría ir, volteo a verla y noto la contrariedad en los ojos de ella, se angustio de pensar lo que pasaría por la mente de ella…

-Llévame a casa… tu prometida debe extrañarte…- dijo con voz herida al tiempo que se ponía de pie, en ningún momento le dirigió una mirada.

-No te llevare- su voz sentencio.

-Len…quiero irme… yo nada tengo que hacer aquí… - dio un paso hacia la
salida.

Sintió como algo la detenía fuertemente, volteo y vio a Len quien tenía la vista en el suelo y la sujetaba por la muñeca, ella se estremeció al ver la escena, trato de zafarse y salir corriendo, pero fue tal la fuerza aplicada tanto por ella para soltarse como por len para detenerla que termino perdiendo el equilibrio y se precipito violentamente al suelo, solo escucho su propio grito romper elsilencio de aquel lugar.

-L…Len…- susurro al abrir los ojos y darse cuenta que había caído sobre el pecho de este quien la había protegido al momento de caer, sintió como sus mejillas se encendieron, lanzo un suspiro y se acurruco en el pecho de él.

-¿Estás herida mi princesa? – murmuro el sin dejar de abrazarla contra su pecho, sintió una alegría al ver que ella se había acurrucado en su pecho.

La joven negó suavemente con la cabeza a la pregunta hecha por su hermano, por toda respuesta gimió y empezó a sollozar de nueva cuenta. Pero se sobresalto al recordar que era su hermano y que además estaba comprometido, rápidamente se incorporo quedando sentada frente a él, quien la miraba confuso.

El chico la observaba como quien observa a una diosa, se arrodillo frente a ella y tomo la mano de ella que descansaba sobre su regazo, y sin darse cuenta comenzó a balbucear unas palabras.

-Siempre serás parte de mi, como yo de ti… - hizo una pausa alzo la vista y la miro a los ojos – este sentimiento, nunca creí que fuera tan doloroso… tan lleno de tristeza y ansiedad… Pero desde el día en que nuestros corazones latieron… Debes saber que mi corazón solo late por ti… lo sé… está mal… pero no puedo evitar sentirlo… - su voz se entre corto.

-Lo sé… mi corazón también solo late por ti… a cada segundo desde que estoy a tu lado, no puedo evitar amarte… amarte…- dijo llorando la palabra que tanto lastimaba su alma.

-Si me amas no me importa luchar contra el mundo, porque eres lo único que me interesa en este mundo tan cruel… - él se aferro a su hermana en un
abrazo.

-No te puedo amar… somos hermanos… -balbuceo intentando zafarse de ese abrazo que incendiaba todo su cuerpo- esto está mal…

-No puede estar mal algo que es tan bello… -susurro al oído de su hermana, decía las palabras con tal vehemencia y llorando dijo - Dios quizás se equivoco al momento de enviarnos a este mundo, pues el simplemente nos dividió y no pensó en que nuestras almas no podrían descansar si no se vuelven a unir… quizás el error esta en el… nosotros no estamos mal…

-Yo no podría vivir sin ti…te necesito… necesito amarte… incluso si se que está mal… - dijo al tiempo que la vencieron las lagrimas de su hermano, que la venció el amor que tenia por el…

Los dos se apartaron unos centímetros, lo suficiente para que sus rostros quedaran frente a frente, los dos lloraban, los dos sufrían, podían sentir en carne propia el dolor del otro, Len paso el dorso de su mano sobre los húmedos ojos de Rin secando sus lagrimas, buscando confortarla aunque fuera un poco, sintió como su hermana se estremeció ante la caricia recibida, ella tomo la mano de él entre las suyas y las llevo a su labios, depositando un suave y cálido beso, Len sintió como su mundo se quebró ante esta pequeña muestra de amor y sintió que la razón abandonaba su ser.

Sus labios buscaron desesperados lo de su hermana, quien no se resistió a ser besada, ella también anhelaba sentir la unión de sus labios, sentir que el solo era de ella "su Len" y ella "Su Rin".

El se separo unos segundos de su hermana quien lo miraba contrariada.

-No te detengas… -suplico en un susurro la joven de rubios cabellos.

El negó con la cabeza, no quería profanar lo más puro que había en este mundo, pero el estar tan cerca simplemente nublaba sus sentidos, no podía pensar mientras se embriagaba del dulce aroma de su hermana, acaricio el pelo de la joven y bajo la mirada.

-Si debiera ir al mismo infierno en este momento, solo por besarte… lo haría sin dudarlo ni un solo segundo, no me importa perder el alma, porque sin ti he perdido más que el alma, he perdido mi ser, mi vida y mi voluntad, la muerte no es tan mala cuando piensas que lo has hecho por estar un segundo en el mismo cielo…-susurro rin al oído de su hermano.

Len se quedo helado al escuchar esa confesión, esas palabras mostraban el dolor de su hermana, y se odiaba a sí mismo, porque la amaba más que su vida y aun temía , tenía miedo, pero no por él, no, el no se preocupaba en lo mas mínimo por sí mismo, le dolía pensar que pudiera herir a sus hermana, pero ella le decía que el la hería por que no la amaba, quiso gritar "Te amo Rin, no me importa perder el reino, si solo con eso los dos fuéramos felices, al diablo todo el mundo" pero el temía herirla.

No supo el momento en que su cuerpo y su mente se dividieron, sus brazos tomaron a Rin y la presionaron contra su cuerpo al tiempo que lloraba, pudo sentir como Rin correspondía a su abrazo, el alejo un poco su rostro y pudo ver la mirada triste de su hermana, y sin poder resistirlo un segundo más, la beso pero esta vez fue tan suave y lento el beso, era como si quisiera tomarse todo el tiempo para disfrutar ese
momento.

-Te necesito…- su voz sonó ronca por el deseo, él sabía que en el momento en que había cruzado la barrera ya no había marcha atrás, había probado un poco de ese cielo que se ofrecía a él y ya no era capaz de regresar…

-Y yo a ti…- susurro in, ahogando un gemido al sentir el aliento de su hermano quemando su garganta.

Len beso a Rin esta vez imprimiendo un poco mas su deseo por ella, en ese momento el mundo se detuvo para ellos, ya nada importaba el infierno disfrazado del paraíso se había apoderado de los dos jóvenes, la cueva era mudo testigo de lo que estaba por suceder.

Las manos de len rodearon el frágil cuerpo de su amada, al tiempo que su boca no cesaba de probar el dulce néctar de los labios que se ofrecían a él, su mano derecha recorrió lentamente la espalda de su hermana y pudo sentir como el cuerpo de Rin se estremeció ante la caricia, y un gemido broto de los labios de la joven.

Rin sintió como su cuerpo se estremecía al sentir los dedos de su hermano recorrer su espalda, fue tal el estremecimiento que sus manos se aferraron con fuerza al cabello del chico mientras sus labios no querían
desprenderse de los de él, sin embargo no pudo evitar gemir en medio del beso, lo cual éxito a su hermano.

Por un prolongado tiempo los dos se vieron inmersos en besos y caricias suaves, no tenían prisa, querían disfrutar lo más que pudieran de ese mágico momento, si el infierno aguardaba por ellos, por lo menos harían de el camino lo mas grato.

-Censurado-

Nunca olvidare esto…_ susurro el_ Yo tampoco podría, ahora soy totalmente tuya_ respondió ella con voz entrecortada.

Desearía no casarme con esa niña tonta… quisiera irme contigo Rin_ continuo el, a lo que ella cubrió los labios de su hermano con su dedo y
agrego

No podemos hacer eso… somos tan iguales que nos delataríamos y
nos desterrarían de todos lados._ ella trato de no llorar y agrego_ Promete que solo me amaras a mi… incluso cuando estés con ella promete que seré yo quien este a tu lado.

El acaricio el rostro de su hermana y agrego conteniendo su frustración_ Lo prometo.

3 meses más tarde el pueblo entero estaba de fiesta, de la iglesia sonaban las campanas anunciando la nueva unión, los recién casados salían y el pueblo entero vitoreaba a los novios, todos decían que la novia era la más bella que habían conocido, su hermoso cabello verde estaba peinado tan pulcro que parecía una diosa, y ese vestido blanco la hacía parecer una. El novio también lucia apuesto aseguraban las chicas, parecía alegre, pero ocultaba muy dentro el repudio que le causaba esa joven. Tras ellos una hermosa copia de el sonría tristemente, muchos creyeron que le dolía perder a su hermano, pero ella sabía que su dolor era más que perder a un hermano, era perder al hombre amado, ahora el se iría a otro reino y solo vendría de vez en cuando, pero ella sabía que no era eso lo que le dolía… lo que le dolía era ya no verlo nunca más…

"Llévame siempre en tu corazón Len… que yo te llevare no solo en el mío…" le había susurrado a su hermano al abrazarlo para felicitarlo, el no pudo evitar sentir como le dolió el corazón, los novios se fueron en la
carroza, y ella quedo de pie frente a esa iglesia, mientras todos se dirigían a la fiesta en palacio, ella permaneció viendo alejarse a la carroza que llevaba dentro a su hermano. "Hasta nunca hermano… me
regalaste los momentos más bellos a tu lado y eso es algo que atesorare toda la vida, pero… no solo me diste esos bellos momentos, en mi crece algo más bello…"

Ella se alejo de la iglesia, sabía que su destino estaba decidido, quizás no volvería a ver a su hermano, quizás sí, todos los días al verse al espejo, y después en ese ser que se formaba en ella. Se perdió por las calles, tomando un curso que ni ella conocía, se marcho mientras tarareaba una bella melodía, perdiéndose en el horizonte.

La sensación de angustia se apodero de él, no sabía por qué tenía ganas de llorar, de querer detener esa carroza, algo le había desgarrado el corazón, cuando su hermana pronuncio esas palabras que no comprendía._ ¿estás bien Len?_ pregunto la voz melodiosa de la joven que ahora era su esposa_ s-si… estoy bien…_ ella lo abrazo, y el solo pensaba que a partir de ese
momento su vida ya no existía, atesoraría el bello momento que paso con su hermana, y cumpliría su promesa, cada vez que estuviese con su esposa, sería su hermana quien estuviera a su lado.

Dos caminos que habían nacido, crecido y amado juntos, por fin se separaban sumergiéndose en un futuro incierto. Después de todo el destino ya estaba echado… y no siempre triunfa el amor… aun sin embargo de este puede nacer un bello futuro.

Len….

Rin....

Siempre seremos uno....