Principessa

Principessa [Original, Shoujo-Ai]

Una pequeña chica de aspecto casi celestial descansaba sobre su lecho, con una respiración lenta y acompasada. Los cabellos, rizados y rebeldes, se desparramaban libres y anchos sobre la amplia cama. Su rostro con aire tranquilo, era iluminado tenuemente por la suave y cálida luz del sol, junto a su piel morena.

Aquella imagen era el simple sinónimo de la tranquilidad… Pero alguna vez tenía que acabar.
El molesto sonido de su móvil la despertó de un sobresalto. Entre las cuatro paredes de aquella habitación sólo se escuchaba “Natsu Koi Natsu Game” de An Cafe. Cogió el teléfono con pereza, mirando el reloj. ¿¡Quién en su sano juicio la había despertado cuando le quedaban cinco maravillosos minutos para disfrutar entre su cama!?

Se sentó sobre el mueble algo molesta, mirando quién era el causante de perturbar su sueño.

¾¿Un mensaje? ¿A estas horas? ¾Pensó para sus adentros, tallándose los ojos con una mueca de confusión formándose en su rostro.

<<¡Princesa! Felicidades por tu gran día. Cumple muchos más.
Atte, tu admiradora secreta. >>

Lily sintió morir en aquel momento. No sabía cómo, pero sintió enrojecer hasta límites insospechados en menos de un segundo. No sólo alguien la había felicitado en su día de cumpleaños, sino que era una admiradora… Mujer, chica. Sin duda aquello la había descolocado.

Salió de sus pensamientos al darse cuenta de que ya pasaban cinco minutos desde la hora en la que usualmente se levantaba; así que intentando ignorar aquel “extraño” mensaje, se dirigió al baño.
Se colocó el uniforme del colegio al que asistía, para bajar por las escaleras y saludar a su madre, quién le sonreía desde la cocina.

¾Buenos días, mamá. ¾Saludó con una sonrisa y un beso en la mejilla, ignorando lo sucedido minutos antes, para sentarse en la mesa a desayunar.

¾Oh, hija. ¾Su madre se llevó un dedo al mentón, algo pensativa. ¾Ha llegado algo hoy para ti. ¾La nombrada se sorprendió, encaminándose hacia el lugar señalado por su madre, ignorando la sonrisa que asomaba por su rostro.

Sobre la pequeña mesa de café del salón, se encontraba una cesta repleta de varios tipos de flores. Lily se temía lo peor… ¿Sería la misma persona que le había mandado aquel mensaje? Se aproximó hacia las flores con gesto temeroso, como si fueran a explotar en el momento menos inesperado.

Vislumbró una pequeña tarjeta que asomaba, atada a una rosa de color rojo. La abrió, no sin antes mirar hacia ambos lados evitando que nadie leyera aquel texto probablemente bochornoso.

<<¡Buenos días princesa! He soñado toda la noche contigo. Íbamos al cine, y tú llevabas ese vestido rosa que me gusta tanto.
Sólo pienso en ti, princesa, pienso siempre en ti. Y ahora…>>

La joven sintió una pequeña decepción al ver que se encontraba inacabada. Luego, movió su cabeza hacia ambos lados algo nerviosa al encontrarse pensando en ese tipo de cosas… Vio a su madre salir de detrás de la puerta de la cocina, escondiendo la nota por acto reflejo tras su espalda.

¾Querida, ¿de quién son? ¾Preguntó la mujer de pelo castaño claro largo hasta la espalda a su hija.

¾Ah, esto… No pone nada. ¾Dobló el pequeño papel, para esconderlo en el bolsillo de su falda.

¾¡Ah! ¾Exclamó la mayor de ambas con una mueca de sorpresa. ¾Hija, corre o llegarás tarde. ¾Le tendió su mochila junto a una tostada, mientras ésta salía apresurada por la puerta despidiéndose con un ademán con la mano de su progenitora.




Llegó casi exhausta a la enorme entrada del recinto, justo a tiempo de que sonara la campana. Se acomodó unos mechones rebeldes tras la oreja, recuperando el aliento.

¾¡Lily ~!¾A lo lejos escuchó una voz muy familiar. Se giró para encontrarse con una chica de su misma estatura, con una amplia sonrisa adornando sus facciones.

De pelo largo castaño y con un pequeño flequillo que cubría su frente; junto a unos ojos del mismo color.

¾Amanda…¾Susurró Lily con una leve sonrisa, abrazándola. Ella era su mejor amiga desde hace casi diez años, habiéndose conocido con solamente cuatro años de edad.

Sin darse cuenta, la nombrada pasó uno de sus brazos por su hombro, atrayéndola hacia sí.

¾¿Qué tal, pequeña cumpleañera? Ah, por unos meses eres mayor que yo, Qué injusticia ~…¾Musitó ésta dramatizando a la vez que movía sus manos, sin quitarle el ojo a su amiga.

¾Bien, con un año más encima…¾Ésta suspiró, dejándose arrastras a clases por Amanda.

¾Pues pese a eso, te conservas muy bien. ¾Ésta le guiñó un ojo, comenzando a reír.

No quiso hablarle de lo sucedido a la mañana… Vale que era su mejor amiga, pero aquello era demasiado, ¿raro?

Sí, raro.

No todos los días alguien misterioso se te confiesa el día de tu cumpleaños, mandándote flores y enviándote notitas con frases famosas de películas escritas en ellas. Sólo faltaba que le pusiera que “estaban a tres metros sobre el cielo” o alguna cosa así.

Llegaron a la clase, donde muchas de sus amigas la felicitaron y le regalaron alguna postal o felicitación. Todos se sentaron al notar cómo el timbre sonaba, dando paso al profesor, quien se acomodó en la mesa empezando con la clase.

La morena no podía parar de darle vueltas y vueltas a aquello… Miró a su derecha, dónde usualmente se sentaba su mejor amiga, sorprendiéndose en demasía al notar que estaba desaparecida.

¾Pero si entró conmigo a clase… ¿Dónde demonios-?¾Sus pensamientos fueron cortados al notar cómo todo el mundo salía de la clase, dispuestos a ir al recreo.

Cogió sus cosas para salir, y de paso buscar a su amiga perdida. Fue a preguntarle a una de sus amigas, pero una voz proveniente del megáfono la detuvo.

¾¡Buenos días, princesa! Hoy es tu cumpleaños, y por eso pienso cantarte una canción que conoces bien.

Shiawase nante tsudzukanai koto ​

kokoro no dokoka de wakattemashita ​

suki na kimochi kawaranai kedo ​

tanoshii hibi yo towa ni sayounaraa~! ​

​

Lily sintió ganas de que se la tragara la tierra en ese mismo momento… Esa voz, esa voz era la de…
Inconscientemente, comenzó a correr rumbo hacia la azotea, donde ambas siempre se encontraban en el tiempo libre que tenían. Subió las escaleras a todo correr, casi cayéndose pero levantándose en el último momento. Necesitaba unas explicaciones…

Kyou kara boku wa hitoribotchi de ​

anata no egao nashi de ikinakya ​

sonna kanashii koto bakka kagaeru to ​

ikiteru imi ni gimonfu utsu yo​

​

Al llegar, observó a lo lejos a la chica de espaldas dando pequeños saltos sobre una pierna mientras canturreaba aquella canción. Giró sobre sí misma, para mirar fijamente a los ojos a su amiga, ampliando su sonrisa.

¾Así que… ¿ya me has descubierto? ¾Sonrió ampliamente, dejando de saltar y quedándose quieta a una distancia de la mayor de ambas.

¾¿Por qué has hecho…?¾Preguntó algo confusa ella, desviando la mirada sonrojada por la situación.

¾Porque te quiero. ¾Dijo con seriedad y sin tapujos, acercándose a ella.

Lily no sabía qué hacer en aquel momento. Sus piernas temblaban y su sonrojo era cada vez más evidente… Dejó que Amanda acariciara su rostro con la yema de sus dedos, para luego sonreír ampliamente y abrazarla de improvisto.

¾¿Me odias? ¾Susurró ella con una sonrisa melancólica asomando por sus suaves facciones.

¾… N-No, no te odio. Puede que, después de todo… me gustes¾Murmuró ella, correspondiendo al gesto y murmurando esto último en voz baja; escondiendo su sonrojado rostro en el hombro de su “amiga”.

Porque ambas sabían que, con el paso del tiempo, aprenderían a quererse la una a la otra…

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N/A: Dedicado a mi querida Hime, Ryu Sakuma, por su cumpleaños... Sé que me quedó algo cortito, pero espero que te agrade. ¡Que cumplas muchos más ~! nwn