Contenido oculto: Antes de leer Hace tiempo me obsesione con esta pareja y pensé ¿por qué no hacer algo de ellos aquí? Así que (técnicamente) ocupo un poco de pretexto la actividad. Disfrútenlo. Hay un poco de Ooc y... no encontré el prefijo del anime xD También puede tener un par de errores. Ya no me dio tiempo revisarlo Participando en la actividad: "Un Valentín diario" Anime: Diamond no ace Pareja: Miyusawa Miyuki Kazuya siempre fue la clase de chico que no creía en el amor. Es más, no perdía oportunidad alguna para aprovecharse de la debilidad sensiblera que aquejaba a sus conquistas para obtener lo que quería pues sabía que jamás le dirían que no. ¿Y quién iba a negarsele a esa sonrisa que él sabía era capaz de producir un torbellino (efímero) multicolor en el cuerpo? Sin embargo, todo cambio cuando él (ese chiquillo ruidoso y terriblemente irritante) llegó. Siempre gritando, siempre siguiéndolo, siempre llenándolo todo de color… Sawamura, con esa naturaleza desinteresada y acendrada, le enseñó que podía ser (brillante e) intensamente cromático. Primero con ese cabello castaño y terriblemente rebelde que evocaba las robustas ramas del roble. ¿Será él igual de perenne? Después con esos ojos que lo dejaron desde el primer día sin aliento. Porque eran igual al caramelo derretido que irremediablemente lo hacían sentir atraído igual que una abeja a la miel. Porque esas orbes doradas dejaban algodón de azúcar ahí donde antes había sangre y llenaban de pequeñas explosiones multicolor su pecho; provocando que (a su vez) esa sonrisa floja, fácil y boba se adhiriera con insistencia y tozudez a sus labios. Enamorarse por primera vez lo hizo vulnerable. E intento negarse. Quería burlarse, quería romperlo, quería… devorarlo con su oscuridad pero (con el paso de los días) entendió que no lo podía dañar. Que no se podía burlar. Porque esa sonrisa (su sonrisa) provocaba que las rodillas le temblaran y que el mundo se deslavara. Porque no deseaba nada más que ser consumido por su calidez, por ese fuego expuesto en sus ojos y que tornaban su piel de un brillante carmesí. Porque a su lado dejaba de llover. Porque la lluvia le daba paso al sol. Porque… con Sawamura conoció la fuerza de un huracán que era capaz de romper murallas, de destruir barreras y de dejarlo indefenso hasta que aceptara, hasta que se rindiera… Y terminó por ser derrotado. Aceptó (con una azucarada sonrisa) la posibilidad de ser amado.Y, contrario a lo que siempre creyó, no era tan malo amar.