One-shot de Pokémon - Ponche

Tema en 'Fanfics Terminados Pokémon' iniciado por Jetto, 21 Julio 2018.

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    Jetto

    Jetto Latin groovin'

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    Amistad
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    Estaba un poco borracho, siendo sincero.

    Scott aparentemente no sabía la edad real de todos ellos, porque de otra manera sabría en el fuerte peligro en que se metería si Norman o el Profesor Birch se enteraban que le dieron alcohol a sus hijos siendo menores de edad.

    Él mismo no había tomado antes. Normalmente estaba demasiado ocupado con otras cosas ―importantes o no, dependiendo del humor de Crystal― como para pensar en distraerse con licor, aparte de que no lo dejarían tomar en público y su madre lo detectaría de inmediato. Era mucho problema también conseguir la bebida a escondidas.

    La fiesta era por el aniversario del Frente de Batalla. Todo estaba yendo bien y se hablaba de posibilidades de ampliación, lo que atraería más gente y alguna atracción, como otro torneo de los DexHolders (Todos los posibles), que sería un imán de gente y retadores.

    Así que estaba allí, metido en una camisa y corbata, ambas ya desaliñadas, pensando en qué le ayudaría más a limpiar su mente. Sus opciones eran comer, vomitar o salir al balcón por aire frío.

    La primera no era posible porque ya no había comida. La segunda no era para nada atractiva.

    ― Saldré un momento. ― Balbuceó al que lo escuchara en su mesa. No había hablado en un buen rato.

    Silver parecía inmune al licor. Bebía el ponche con tranquilidad sin mayores cambios, soltando palabras ocasionalmente para las preguntas que surgían entre Blue y Yellow. Blue tampoco parecía haber cambiado en nada, más allá del color rojo en su cara, y Yellow platicaba con mucha más naturalidad y sin discreción en absoluto. Era algo raro escucharla, por ejemplo, hablando del tipo de perfumes que más la atraían a un hombre. Silver quedó entre ambas y tenía que responder las preguntas entre ellas para mantenerse a salvo, probablemente.

    En otra mesa, hablando con Scott y otra gente importante, Red y Green parecían hablar sin tocar el ponche. Muy maduro de su parte.

    El resto de los DexHolder estaban dormidos ―en sus habitaciones o en el suelo― o bailando, como Crystal, que compartía la pista con Ruby mientras Sapphire dormía por allí. Él, por su parte, resultó ser del tipo de ebrio callado. No tenía charla o ganas de tener una, para empezar.

    Continuando, se levantó con el mejor balance que pudo y caminó fuera del gran salón que albergaba la fiesta. La salida para el balcón era una gran puerta-ventana que estaba justamente abierta para evitar usar el aire acondicionado del sitio.

    Fuera, el sonido de las olas y una agradable brisa de aire frío y húmedo ganaba sobre el bullicio de la charla y la música del salón. El ambiente siempre era más violento por la noche.

    Se recargó en el borde y respiró profundamente, sintiendo como si su juicio comenzara a funcionar de nuevo de la manera acostumbrada. Claro que conforme pasaban los respiros sentía que estaba mucho más ebrio de lo que sentía dentro. ¿A eso se referían con que el alcohol pega en frío? Creía que no era algo tan literal.

    Pero en todo caso era mucho mejor saber que estaba pasado de copas. Al menos tenía la razón necesaria para saber que pensaba chueco. Rio ante la ironía.

    Necesitó varios minutos perdido en el reflejo de la luna en el mar para comenzar a pensar de la manera habitual en él. Con algo de suerte no tendría que sufrir las famosas resacas de las que algunos mayores hablaban de vez en cuando.

    Pero en serio, ¿qué pensó Scott? No era que había sido por accidente lo del licor, porque solo había una bebida para toda la noche, sin contar el vino espumoso que se usó para el brindis al inicio de la cena. ¿Quería embriagarlos por alguna razón? Si eso era cierto, entonces tenía sentido que Red y Green tuvieran tal prudencia. Los estarían cuidando de cualquier cosa, probablemente. Agradeció mentalmente el gesto para ambos, y por una noche se prometió no causar problemas, pues ayudar en ese estado podría ser contraproducente.

    Sintiéndose más tranquilo, creyó que regresar y salvar a Silver de la charla de mujeres sería buena idea y un favor que más adelante le cobraría, pero aún no sentía ganas de platicar. Más bien, la parte aún mareada de su mente le pedía algo de movimiento. Quizá bailar, pero Crystal se estaba divirtiendo ―bastante, aparentemente― con el afeminado. Y no se acercaría a sus senpai de Kanto en el estado en el que estaban.

    Admitió que era atractiva la idea de hacer algo como bailar, pero ahora necesitaba una pareja. Con un poco de encanto en sus palabras sería fácil sacar a alguien. El problema era que ya casi no había chicas, y no estaba tan interesado en mujeres 10 años mayores que él.

    Suspiró ante eso. Daría una vuelta cerca para ver si había alguien con quién divertirse un rato.

    Pero en el salón, quien no estaba dormido estaba ya bailando o platicando. Usualmente se habría acercado y sacado a alguien, pero se prometió no causar problemas solo por lo que quedaba de noche y las personas ya se veían ‘entonadas’; era relativamente fácil encontrar problemas en ese momento y tampoco quería unirse a una charla para lograr su objetivo. En el balcón no había visto a nadie tampoco, pero no tenía otro lugar al qué ir.

    Nuevamente fuera, como pensó, no había nadie. Al menos en la parte en la que él había estado despejándose. El balcón seguía a lo largo del edificio, de manera que era posible entrar al salón por varias puertas laterales. Pensó entonces seguir rodeando el inmueble, a falta de más opciones.

    Curiosamente encontró a alguien. Era, si su memoria no le fallaba, la última contrincante de Emerald de hacía varios años. ¿Cómo era su nombre? ¿Anette? ¿Danielle? ¿Anabel?

    ― Hey. ― La llamó. Mejor jugar seguro. No recordaba haberse presentado bien con ella, así que igual era mejor tener algo de precaución.

    ― Tengo un nombre, Gold. ― Le dijo ella. No se dignó a mirarlo de frente.

    Llevaba encima un vestido del mismo color que el resto de su guardarropa y cabello, que en el pecho parecía llevar bordada una camisa con cosas que quizá Ruby usaría o haría a Sapphire vestir. Verla recargada en el balcón con una copa en la mano y viendo aburridamente al mar, era curiosamente tranquilizador, aún así. No le había puesto la atención debida, pero era bastante más linda con el cabello recogido y un vestido. El tema de la luz de luna y todo eso era muy empalagoso para admitirlo. O quizá era que entrar y salir del salón hizo que se volviera a sentir ebrio.

    ― No te pongas así, no nos hemos presentamos como se debe, ¿o sí? ― Regresó él, sonriendo como de costumbre. ― En todo caso, ¿qué haces sola aquí? ¿Eres de las que no le gustan las fiestas?

    ― Algo así. ― Dijo ella, aún sin verlo, su voz totalmente desinteresada. Le dio un pequeño trago a su bebida. ― Mi nombre es Anabel, por cierto. Mucho gusto.

    ― Gold, DexHolder de Johto. ― Sonrió. ― El gusto es mío.

    ― Y, ¿tú qué haces aquí? Pareces del tipo que le encantan las fiestas.

    ― Paseo un poco. ― Respondió, encogiendo los hombros. Ya llegaría al momento de invitarla a bailar. ― No estoy acostumbrado a la corbata y todo eso; necesito distraerme.

    ― ¿Eres del tipo casual? ― Carcajeó ella, con un toque de burla. Al menos la había hecho reír, ¿no?

    ― Algo así. ― Dijo. No era complicado dar más charla, pero la conocía tan poco que no tenía idea de cómo acercarse a ella. Quería decir: Solo quería bailar un rato. Pero ya tenía experiencias ―Crystal, por ejemplo― indicándole que debería respetar el ritmo de cada chica de manera independiente.

    Hablando de eso, ¿qué clase de persona era ella? La única vez que la había visto fue cuando buscaron a Jirachi para liberar a sus mayores y a Silver de la prisión de piedra. Ni siquiera recordaba qué tanta interacción tuvo, o si es que llegaron a cruzar palabra para comenzar. Y solo por lo que le dijo Emerald no era suficiente información. Le dijo que era fuerte. Punto. Si era fuerte, era obvio que tendría ese puesto en el Frente de Batalla; no era un dato relevante.

    ¿Era del tipo desenvuelto? ¿O una adicta a trabajo de la talla de Green o Crystal? Al menos verla con una copa en la mano y tomando distancia le daba un indicio de que prefería pasar el rato sola pensando en todo o en nada. Eso podría complicarle el plan. ¿Quizá jugar con el método general?

    ― Y, ¿me dirás qué es lo que quieres, realmente? ― Le dijo ella, sacándolo de su cabeza. ¿Tan obvio estaba siendo? ― No, pero hay más gente especial como Yellow o Lance.

    ― ¿Me leíste la mente?

    ― Algo así. Tampoco es difícil saber qué estás pensando. ¿Efecto del alcohol? ― Hasta entonces se dignó en dirigirle la mirada. Viéndola de frente, veía algo de rojo en su cara también, pero no tanto como Blue.

    ― Supongo que trabajar con Scott te hizo más resistente. ― Eludió. No admitiría tan abiertamente que era la primera vez que tomaba.

    ― Es falso eso de que tomar mucho te hace fuerte al alcohol. ― Le dio un pequeño trago a su bebida. ― Depende de cómo lo tomes.

    Bueno, él no sabía, para empezar, que estaba tomando algo adulterado. Se tomó los primeros dos vasos de ponche como… pues, ponche. No fue hasta que Yellow comenzó a reír sola que le pusieron atención a la bebida, y ya era tarde para varios (Incluyéndose).

    ― Solo paseaba. Ya te dije. ― Encogió los hombros. ― Adentro hay poco qué hacer y no tengo sueño.

    ― Podrías charlar con alguien allí dentro. Por la música supongo que habrá alguien bailando. ― Comentó ella viendo de nuevo hacia el mar.

    ― Hay charlas en las que prefiero no meterme. ― Anabel soltó una pequeña carcajada por la nariz. ― ¿Qué?

    ― No eres como Emerald comenta. El Gold del que he escuchado más bien habría buscado algún pleito para divertirse.

    ― Tengo mis motivos para hacer excepciones hoy. ― Estaba jugando con él. Estaba totalmente seguro de que Anabel se estaba divirtiendo poniéndolo contra las cuerdas con esas preguntas. Pero, carajo, no estaba en sus sentidos para intentar cambiar los papeles. Ella rio un poco ante la respuesta, soltó un “Claro” que la ponía como vencedora y quedaron en silencio nuevamente. ― ¿No quieres ir adentro? Hace algo de frío.

    ― Te acostumbras luego de un par de meses. ― Respondió nuevamente sin mucho interés. Movió después su copa un poco, centrifugando ligeramente el líquido rojo dentro. ― Y aún me queda un poco.

    Gold ante eso le arrebató la copa de la mano ―Por fin haciéndola mostrar algo en su rostro, sorpresa en este caso― y de un trago terminó el contenido. Gold sintió sus neuronas rebotar unas contra otras un momento. Ese ponche estaba tibio.

    Anabel sonrió ante eso con interés. “Está bien”, le dijo, y guio la marcha.

    Dentro, poco había cambiado según lo que pudo comentar Gold. Gente, en efecto bailando, y la parte que no dormía estaba platicando aparentemente muy entretenidamente dadas las risas. Red reía nerviosamente y Green eludía los chistes dando sorbos a su bebida. Anabel notó que el líquido no bajaba, no obstante.

    En su mesa, Silver ahora estaba con un rostro que gritaba “incómodo” con megáfono y luces neón a la mitad de la noche. Yellow sostenía sus hombros mientras Blue hacía una inspección muy profunda de algo en su rostro. Ni Anabel ni Gold quisieron saber siquiera qué estaba pasando allí.

    Y en la pista, ya despiertos, Sapphire intentaba seguir los pasos de una muy paciente Crystal tratando de guiarla. Claro, la castaña de Hoenn no parecía muy contenta con la idea. Ruby no estaba a la vista y Emerald estaba más atrás soportando carcajadas.

    — Hace calor aquí. — Fue lo primero que comentó ella tras ver un poco el sitio. — ¿Y bien? Supongo que algo tenías en mente para venir aquí.

    — Aparte del frío… — Miró a su alrededor nuevamente. Ruby se reincorporaba al mismo tiempo que Sapphire parecía decir algo y salía del sitio, arrastrando a Emerald del cuello de su camisa. Crystal ante eso dijo otra cosa y Ruby la tomó nuevamente para bailar. Involuntariamente sintió sus labios apretarse en línea.

    — Ajá… — Exclamó Anabel. Gold la miró ante eso, y se arrepintió inmediatamente: La entrenadora se dio cuenta del cambio en su semblante y en qué lo provocó. Ahora lo veía con burla. — ¿Problemas de faldas?

    — ¿¡Qué!? ¡No! — Negó por instinto. Su rostro se sentía caliente y sabía que no era el ambiente del sitio. Miró hacia otro sitio sintiendo los ojos de su acompañante. — ¡Ella puede hacer lo que quiera, ¿no?!

    Escuchó a la joven reír y lo jaló por la manga de la camisa en dirección a la pista. “Ya que estamos, te ayudaré un poco. Parece más entretenido que beber en el balcón.”

    Así, Gold obtuvo su pequeño cometido de moverse un poco, a cuesta de soportar los ocasionales chistes —muy directos— de su pareja de baile. Y tampoco era que pasaran sin ser vistos. Durante algunos de los tantos giros sobre la pista, había cruzado miradas con varios de sus compañeros. La única que le resultó divertida fue la de clemencia de Silver, siento ahora inspeccionado de muy, muy cerca por una claramente mareada Yellow, Blue riendo sin motivo aparente. Red no parecía particularmente sorprendido por verlo bailando; le dio incluso un pulgar arriba. Green, en cambio, parecía escéptico de que Anabel estuviera bailando con él.

    Ruby asintió a manera de saludo, sin ningún otro sentido oculto cuando lo vio a varias parejas de distancia, y con Crystal cruzó varias veces. La primera vez que cruzaron miradas, fue mera sorpresa en el rostro de la capturadora. La segunda vez, algo de duda. La tercera y más larga, en que sus parejas dejaron de girar, parecía preguntarle algunas cosas que él no podía captar. Quizá ni estando sobrio habría podido captarlas.

    Quería saber qué es lo que estaba pensado Crystal. ¿Qué pensaba, por ejemplo, en ese momento? ¿En el que descansaba su rostro en el hombro de Ruby, viéndolo a él en ese pausado baile?

    Sintió junto a esto cómo su pareja se recargaba sobre él, adaptándose al nuevo ritmo. Mentalmente se golpeó tan fuerte como podía. Honestamente, ¿tenía el coraje para estar pensando en alguien más, cuando tenía a una compañera de baile, literalmente en sus manos? Sintió algo de molestia al darse cuenta de que había estado pensando en Crystal todo el tiempo, moviéndose por mera inercia con Anabel. Aventuró a mirar de reojo a la joven mujer. Su rostro estaba calmado, pero no sabía si era por la música o por otra cosa. En todo caso, ¿no era muy poco propio eso? ¿Quizá hasta poco… ‘masculino’?

    Ella había dicho que lo ayudaría —cosa que definitivamente malentendió— en su ‘problema de faldas’ —que NO existía—, y para literalmente ser la primera vez que platicaban era un gesto muy noble. Noble quizá no era la palabra, pensó, pero quería regresar el favor. Dejaría de pensar en todo lo demás y le dedicaría la atención que ella se merecía. No supo si habría hecho lo mismo estando sobrio.

    — Vamos. — Solo le dijo, sacándola un poco de balance por lo repentino. De la mano, la llevó a la mesa y sirvió dos copas con ponche. Le dio una y la llevó al balcón.

    Y de allí, tuvo una de las noches más divertidas que “recordaba”.

    Con ponche en la mano y sintiendo más fuertemente sus efectos, se movieron riendo sin razón a lo largo del sitio. Fueron a una de las piscinas a mojarse los pies, platicando de ninguna cosa en particular. Subieron a la azotea ilícitamente con la idea de lanzar algo al agua desde arriba. Sintiendo un poco de asco por el esfuerzo, se vio obligado a escupir. Lanzó esa saliva al agua. Anabel rio y escupió después, más lejos. Más por sorpresa que por gracia, rio junto a ella y volvió a escupir, más lejos. Y ella volvió a intentar, ganándole.

    Eso fue hasta que escucharon a alguien gritándoles que dejaran de escupir.

    Rieron fuertemente y corrieron a las escaleras. Las bajaron rápidamente y al llegar al suelo un guardia comenzó a perseguirlos.

    Anabel se quitó los pequeños tacones que tenía y le lanzó ambos al guardia para retrasarlo. Gold admitió que la joven era mucho más atrevida de lo que aparentaba. Le estaba gustando bastante la idea de pasar tiempo con ella de esa manera. Básicamente tenía otra compañera de bromas. “Se parece a Emerald un poco”, pensó mientras la jalaba para escapar del guardia.

    Bajaron del sitio a través del follaje alrededor escuchando al guardia gritarles que era una fiesta privada y algo de ser criminales. Pero no los siguió mucho tiempo más —o lo perdieron, no sabían— y continuaron entre risas y saltos guiándose por la luna hasta llegar a la playa.

    Anabel se dejó caer en la arena riendo contentamente. Él la imitó, sintiendo que le ardía el pecho por la risa y la carrera. La marea alta, no obstante, alcanzó a mojarlos. Por instinto y lo fría que estaba el agua, Gold se levantó y azotó una de sus manos en la arena con agua, salpicando a Anabel. Con sorpresa ella se levantó y le aventó agua con arena —que era más arena que agua— al rostro para desquitarse. Gold, claramente, no se dejó y comenzaron a jugar con el agua que llegaba.

    Finalmente, empapados y con frio, se sentaron en donde el agua no los alcanzara, jadeando de cansancio y con la mandíbula doliéndoles de tanto reír.

    Entonces siguieron platicando. Su ponche se había quedado en la azotea del sitio, pero sus efectos aún los perseguían. Sus palabras a veces eran barridas y a veces demasiado lentas, haciendo al otro reír de cualquier manera.

    — Hacía… muchísimo que no me divertía tanto. — Admitió ella, tras la historia de una broma que le jugó con Emerald al comité de la liga hacía un tiempo. — Pocas veces tengo oportunidad de liberarme del trabajo, y en el trabajo pocas veces llega un retador interesante.

    — ¿Tanto así? — Balbuceó él. Ella rio.

    — No tienes idea. El último c-creo fue Emerald. Digo ‘creo’ porque nadie más se me viene a la mente.

    — Pues, entonces me da más gusto haberte encontrado hace rato. — Rio Gold. Ella lo siguió.

    — Sí… A todo esto, ¿qué pasa con tu chica? La bonita de cabello corto.

    — ¿Crystal? ¿MI chica? — Enfatizó, mirándola como si le hubiese salido otra cabeza. La joven asintió. — ¡Claro que no!

    — ¿Entonces de qué iba todo el tema de las miradas y eso? — Preguntó. O sea que sabía que cruzó miradas con ella.

    — Pues… Supongo que fue raro para ella; No lo sé. En todo caso, Crystal me soporta porque por lo regular debe. No tenemos mucho fuera de ser DexHolders… creo.

    Anabel soltó una “Eh…” ligeramente sorprendida.

    — No parecía el caso. — Dijo ella, suspirando con un poco de decepción. — Y yo pensando que quizá se encelaría y te golpearía en el salón.

    — ¿¡Esa era tu intención!?

    — Síp. Pero esto también fue divertido. — Le sonrió con dulzura. Demasiada. Anabel podía controlarlo y ponerlo en sumisión. Sádica. ¿Era sádica verdad? Tenía que ser sádica. Rio al ver su rostro, y Gold suspiró. — Entonces, ¿para qué salimos del baile?

    — ¿Eh? ¿Qué por qué dejamos el salón? — Ella asintió de nuevo. — Bueno… Solo sentí que era mejor.

    — Sabes que puedo leer mentes. — Le advirtió.

    — Está bien. — Bufó con más vergüenza que molestia. — El tema es que estaba pensando tanto en Crystal que cuando recordé que estaba contigo me sentí… raro.

    — Culpable. — Completó ella. Gold lo pensó por un momento, y dado que muy, muy pocas veces se arrepentía de las cosas, no supo realmente si era eso o no. Quizá lo era, el tema de estar haciendo algo mal y luego buscando la manera de solucionarlo… Sí, era culpa.

    — Sí… Creo que sí. Sentí culpa de no… ‘ponerte atención’, supongo… — Encogió los hombros. — Así que creí que sería mejor divertirnos. Que me siguieras en escupir fue una sorpresa, eso sí. — Anabel rio ante eso. Y se quedó callada después, viendo más adelante en la arena. — Así que sí. Me sentí mal de estar pensando en alguien más cuando estabas tú allí. — Concluyó entonces. Ella lo miró y con sinceridad le agradeció el gesto.

    Quedaron en silencio entonces. Por primera vez en gran parte de la noche. No tenía ni idea de qué hora era, pero el amanecer no parecía cercano desde donde veían el mar.

    Estaba un poco cansado, si era sincero.

    Algunas de las historias que ella le contó no las registró bien su cerebro. Solo las escuchó y le quedó noción de que era algo gracioso. Considerando su trabajo y el poco tiempo que tenía para entretenerse, supuso que ella procuraba recordar lo que la divertía para poderlo revivir cuando estuviera aburrida. Y él no podía recordar qué ya le había contado.

    Supo que intentar forzar algo más quizá arruinaría la noche. O esa sensación le dio. Él en realidad ya quería regresar y dormir. Quizá por la mañana tendría que resistir algunas preguntas de quienes los hayan visto salir corriendo. Ella igual necesitaría algo de descanso.

    Gold se intentó levantar, fallando un par de veces y haciéndola reír de nuevo. Le extendió la mano y ella la tomó, pero los hizo caer a ambos. Rieron nuevamente y tras otro intento pudieron por fin ponerse de pie. Caminaron tomados del brazo, soltando pequeñas carcajadas cuando el otro tropezaba.

    Sin realmente saber cómo —quizá ella lo guio—, la llevó a su habitación, que por suerte era un piso debajo del cuarto que compartía con Emerald. Recibieron varias miradas raras en el transcurso al momento de llegar. Estaban más dormidos que despiertos, realmente. Cómo caminaban era un misterio. Quizá alguna ayuda divina.

    En todo caso, tras deslizar la tarjeta para entrar a su cuarto y abrir la puerta, Anabel se dio la vuelta.

    — Gracias por la noche, Gold. — Sonrió, las palabras saliendo casi entre dientes. — Lo de divertirme mucho es muy en serio.

    — También gracias a ti. — Pudo regresar, riendo estúpidamente. — Espero poder saludar de nuevo en la mañana.

    — Sí. Entonces, hasta mañana. — Le dijo.

    Gold se inclinó para despedirla con lo que inicialmente creyó que sería un beso en la mejilla, pero estaba tan dormido que olvidó que tenía girar más la cara. Así que el contacto fue a dar a los labios de Anabel. Ella no se negó y de hecho se inclinó hacia adelante un poco, de alguna manera respondiendo el beso.

    — Descansa. — Dijeron al mismo tiempo tras separarse. Anabel entró a su cuarto y cerró la puerta. Y él se encaminó entre brincando, bailando y caminando escaleras arriba.

    No recordaba cómo llegó a su habitación. Carajo, ni recordaba cómo abrió la puerta. Lo último que recordaba de la noche fue, al momento de lucidez propio antes de caer vencidos al sueño, tratar de recordar si, de hecho, había besado a la líder de los Ases del Frente de Batalla.




    El título real de este OneShot es "CrackingFTW". Obviamente no lo pondría así.

    Buenas noches, gente. Recordé que tenía este fic escrito y decidí subirlo para tener otro OneShot en la página. No soy "partidario" de este shipping, sino que lo escribí en otra época para un concurso. Fue particularmente complicado dada la bajísima aparición de Anabel en el manga en ese momento (Aún no salía S&M) y porque no encontraba manera alguna de ligarlos. Así que recurrí a un viejo truco del maletero: Ponlos en una mezcla de situaciones por las que tú ya has pasado. Y el resultado fue eso que leyeron dado que no se me ocurrió una oportunidad más clara para que se encontraran sin preocuparse realmente de tener que salvar al mundo antes.

    En todo caso, incluso en el Manga, la personalidad de Anabel es poco clara. No es suficiente para dedicarle en realidad un fic sin tener que construir algo de tu parte, como yo lo hice aquí. Pero de lo que rescaté está el tema de ser una entrenadora muy fuerte, a la que relativamente pocos retadores le llegan. Y, estoy seguro que debe ser aburrido ser tan bueno en algo que amas que al final no tengas competencia real. Estar solo en la cima hace que la montaña pierda chiste.

    También, no quería algo acaramelado para ese concurso. Estaba muy seguro de que mucha gente recurriría al típico 'amor prohibido' y, aunque no escribí para ganar, quería ser el chocolate amargo de la caja. Así que opté por las experiencias -sanas- de una noche. De nuevo, esto es una mezcla de vivencias propias y de algunos amigos cercanos, de allí que me diera la libertad de jugar tanto con el tema de las risas. Es increíble lo que la complicidad puede hacer contigo.

    En fin. No tengo más cosas que añadir.

    Muchas gracias por leer, y espero que tengan un excelente día.

    Later.
     
    Última edición: 21 Julio 2018
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    LizzaRade

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    Ya leí, ¿puedo confesar que del manga no sé un carajo? Porque sólo vi los capítulos donde sale cierto gato con cuchara gigante lool.

    Me gustó el one-shot, a pesar de lo que dije antes. No puedo aportar si hubo OoC o no ya que no los conozco, pero siento que de alguna forma el manejo del shipping funciona, más si hay alcohol de por medio(?), ahora que lo pienso, la bebida hace maravillas cuando arceus no te odia y te hace sufrir y con resaca(?).

    Ahora poniéndome en el lugar de Anabel, pos sí, es jodido que seas tan bueno en algo que a la larga ya no te divierta porque ya no sientes esa... "competencia" que te hacía disfrutar de lo que te gusta. Y fue tremendo lolazo eso de hacer lo que hizo para que hayan celos y que al pobre Gold lo golpearan, rei bastante con eso último y pensé "te la pokemamaste Anabel". También como estaban los demás era motivo de risa, ¡pobre Silver!

    El final, admito que no me lo esperaba, pero viendo que ambos disfrutaron de la noche, ¿qué más da? Se divirtieron y eso es lo que cuenta, supongo e.e

    Saludos.
     
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    AJ Slifer

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    Poco puedo decir, me gustó y sorprendió ver a Anabel de protagonista en un fic, es una de las cosas bonitas de pokemon supongo: Que hay personajes para dar y tomar y casi total libertad para desarrollarlos como uno quiera . Por otro lado ese ambiente de borrachera se nota transmitir bien, para mí al menos.

    Lo único que puedo decir es que me pega más que Gold de borracho sea el típico que habla mucho( y a todo volumen) y molesta a todos los otros que tiene alrededor y con otros me refiero a Silver XD

    Hasta la próxima
     
    Última edición: 23 Julio 2018
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    J.Nathan Spears

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    Buena historia para meter a los DexHolders en una situación cotidiana... bueno, a vos te encanta el "slice of life", así que estás en tu salsa...

    Gold y Anabel lo pasaron chévere en esta ocasión. Caso opuesto con Silver... ¿Ya ven lo que hace el alcohol, niños? xP. Esa Yellow se desinhibió de lo mejor :V jajajaja... y lo más curioso, es que Red no hizo casi nada en este fanfic... cuando muy a menudo es una parte céntrica en estos fanfics con los personajillos de Manga. Muy maduro de su parte sí, el no tomar el ponche... (claaaro ¬¬, nada que quiebre su aura de héroe Badass, super serio y silencioso, ¿Verdad?)

    Bueno, ya, mejor no quejarse de menudencias... el ambiente estuvo chido, la verdad. Y se abre alguna posibilidad romántica o algo xD.

    Si nos vamos a lo técnico... pues no, no hay errores xD. Ni siquiera detecté dedazos... (puede que los hayas editado a lo ninja. Quién sabe)

    Mi otro nitpicking importante... ¡¿Dónde carajo están los Pokémon?! >:V. Red ni siquiera trajo a su Pikachu... ugh. Eso es lo que me jode un poco de estas historias. A los Pokes los barren bajo la alfombra... =__=. Hubiera sido interesante ver... no sé, al Feraligatr de Crystal (WaniWani creo que se llamaba) o al de Silver (ese no tiene apodo que yo sepa) hacer estupideces con el alcohol -u-.

    Por lo demás, buen episodio. Hasta la próxima xD
     
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  5.  
    Gold

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    Ver a Gold medio borracho sí que me dio risa, sobre todo lo que derivó con Anabel y Crystal. Gold es bien sociable, pervertido con las mujeres y es sorprendente ver como con el alcohol dichos impulsos idiotas que hace sobrio, no se intensifiquen. Aunque se hace mención a varios de los DexHolders, los que se llevan las palmas son Silver, Blue y Yellow (por sus interacciones borrachos, sobre todo porque Silver en serio está sufriendo con esa plática entre mujeres). Crystal si bien también fue importante, es más por capricho de Gold (quizás un poco de celos?) ya que ella en un principio ni le prestaba la más mínima atención hasta que apareció con Anabel en la pista de baile.

    Anabel del manga es lamentable que la hayan dejado tan escueta, siendo que tiene mucho potencial como personaje. Me gustó la sinergía que tuvo con Gold, compenetrandose bien en sus travesuras y estupideces inocentes.

    Y vaya, que los DexHolders son mal pensados. Ven Gold tomado de la mano de Anabel y derecho a las recámaras que seguro piensan que harán cositas 1313 cuando Gold podrá ser pervertido pero no se aprovecha así de las mujeres (que yo recuerde) y es tan tan ebrios que antes de quitarse las ropas seguro vomitan y se desmayan primero. Ahí ves cuando estima te tienen, Gold(?).

    Me pareció gracioso mas que lindo, pues es genial ver como los Holders están así en situaciones más normales sin que el mundo esté a punto de destruirse cada cinco segundos y las estupideces que pueden llegar a hacer si se les deja la correa suelta mucho rato.
     
    • Borrashooo Borrashooo x 1
  6.  
    Plushy

    Plushy PokéWriter Usuario VIP Comentarista destacado

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    Recuerdo que hace tiempo por mera pereza mental fui a donde se había efectuado el concurso, recordando que me había comprometido a comentar todos los trabajos... y resulta que esta historia fue la única que por una u otra cosa no comenté. Mira tú. Así que me tocó volver a leerla y amén de mi amnesia selectiva porque es que no me acordaba de nada y me supo a nuevo.

    De algún y otro modo siempre termino disfrutando más de trabajos que le tiran más al slice of life o simplemente están enfocados en un momento concreto de las vidas de los personas incluyendo sus sentimientos y pensamientos a las épicas de salvar al mundo con luchas y aventaderas de brishitos de por medio. Y si bien hace años que ya no soy afecta a Special siempre son bien apreciadas las historias que le dan foco, aunque sea compartido, a un personaje que no sea un holder.

    El alcohol siempre es un buen hilo conductor para que las cosas pasen cosas desenfrenadas y es más cool que en este caso fuese para aflojar a los personajes pero sin llevarlos a desenfrenar pasiones más bajas como se suele hacer en muchas historias... y algo que aprendí con mi trabajo acutal, no por cuenta propia sino por la del colaborador, es que precisamente suele haber un mal manejo de los personajes borrachos cuando uno mismo nunca lo ha estado, por lo que basarse en una vivencia propia le da una capa de realismo que lo hace más próximo a quienes lo hayan vivido y le da un aire de frescura a los que no.

    También debo decir que me gustó la caracterización de Gold que no pierde lo coqueto pero no se abusa de su faceta de "pervertido" y del mismo modo que Anabel tenga un lado rudo pero sin sentirse una auténtica marimacha. Esa medida justa le da más dimencionalidad a los personajes haciendo que realmente puedas visualizar todo y la narrativa va tranquilita y amena para leerse sin problemas. Al menos al final fue consciente del beso y aunque no haya sido de la persona que hubiese querido se ve que en fondo lo disfrutó :D
     

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