Los Simpsons Poltergeist en HD [Los simpson]

Tema en 'Fanfics sobre TV, Cine y Comics' iniciado por Unimar, 21 Octubre 2013.

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    Unimar

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    Poltergeist en HD [Los simpson]
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    Hola a todos, este escrito es para la actividad "Casita del terror de Los Simpson", espero que lo disfrúten


    Poltergeist en HD


    Era un día normal en Springfield, uno de esos días tan normales que ya era costumbre ver que asaltaban el Kwik-E-Mart y Apu desde su azotea apuntaba con su rifle a los rufianes para alejarlos. Era un día tan normal que el bar de Moe´s ya se encontraba abierto y su fiel cliente Barney dormía sobre la gran y sucia barra con olor a alcohol en ella.


    Pues en ese día tan normal, Homero Simpson se encontraba viendo su televisón como de costumbre, echado en el sillón comiendo palomitas y tomando una fría y amabarina cerveza Duff. Cuando de repente el sonido estruendoso de un saxofón le hizo reaccionar, trató de levantarse pero fue inútil, terminó por agitarse e hizo que su botana terminara en el suelo regada.


    —¡Bart!, ¡Bart!— Llamó el hombre gordo y calvo.


    —¿Qué quieres ahora?— El muchacho acudió al llamado de su padre un poco irritado.


    —Ve y dile a tu hermana que guarde silencio. Trato de ver la televisón, por todos los cielos— Tomó de nuevo su cerveza y se empinó el último trago.


    El chiquillo con el peinado a picos, subió rápidamente las escaleras anaranjadas. No lo hacía por que quería obedecer a su padre, subió para molestar a su hermana quien se encontraba tranquila prácticando en la cómodidad de su habitación.


    El pequeño, se escondió detrás de las paredes rosadas del interior de su casa, siempre procurando ocultar su presencia, hasta que abrió con lentitud la puerta y entró rápidamente al cuarto de Lisa.


    —¡Dáme eso!— Dijó Bart mientras le quitaba de las manos el saxofón.


    —¡No Bart!. Ya basta, détente. Exigo que me lo regreses— Imploró la muchacha de vestido rojizo.


    —No claro que no— En su último esfuerzo el muchacho jaló el instrumento y echó a correr hacia abajo.


    Lisa se levantó y siguió a su hermano, aunque no fuera tan rápida como él era tan lista como para hacerle frente a su molesto compañero. Ambos niños bajaron las escaleras echando gritos y alaridos, llegaron a la sala a empujones y codazos. Sobre la alfombra, Homero se encontraba alzando con gran pesar los restos de sus palomitas, el hombre se incorporó y empujó con su ancha espalda a los pequeños.


    Los dos niños calleron y el saxofón se soltó de las manos de Bart y fue a estrellarse contra la televisón, rompiendo así la pantalla.


    Desde China hasta Alaska, los gritos del padre malhumorado se podían escuchar y un sonoro “Ouh” resaltó el final de dicha tragedia.


    —Condenados niños. Ahora sí me las van a pagar. Más tu pequeño demonio— Homero estranguló a Bart, mientras atrás Lisa le pegaba con sus puños cerrados al muchacho.


    Desde la ventana un auto color naranja se acercaba a la casa, un peinado alto y azúl se movía dentro de éste. Por los pequeños vidrios Marge vió a su familia que peleaba, salió del auto rápidamente y sujetando a Maggie con un brazo y con el otro la bolsa de papel café de la despensa entró a la vivienda y detuvo la pelea.


    —¿Pero qué pasa aquí?— Preguntó la mujer amarilla.


    —Mamá Bart me quitó mi saxofón y... — La pequeña Lisa fue interrumpida por los dos hombres que hablaban al unísono. La mujer carraspeó con los dientes y los calló a todos.


    Ya en la tarde, toda la familia había subido al auto para ir a comprar su nuevo televisor. Todos estaban entusiasmados con la idea de que fuera uno de esos nuevos con la pantalla plana y miles de botones en el control remoto.


    Pero ni siquiera en el “Haber si ahorra”, pudieron encontrar un televisor decente que se acercara a su presupuesto. Y fue cuando a Homero se le prendió el foco de ir a esa nueva tienda de electrónica que anunciaban en los comerciales.


    —Pero papá. El sujeto que sale en esa publicidad me da miedo. No le tengo confianza— La pequeña exclamó preocupada.


    —Bueno... esto es culpa de los dos y vámos a ir a dónde yo diga— Homero subió al auto y espero a que su familia lo hiciera igual, después conduci+o por más de una hora para llegar a la nueva tienda.


    Esta se encontraba muy retirada, el único paisaje que veían eran cementerios y más cementerios. Los cuervos anidaban cerca y hasta al parecer el viento se había puesto de acuerdo con el ambiente para adueñarse de la escena.


    La familia entró a la tienda y se emocionaron al ver las grandes ofertas que había dentro de esta, revisaron todas las televisiones disponibles y al parecer ninguna estaba excenta de una historia trágica, todas pertenecientes a familias con finales siniestros.


    —Buenas tardes señor, veo que le ha interesado la nueva “Magnus 3000”, es una de las mejores televisiones que tengo. Pero no se la recomiendo a nadie, dicen que esta embrujada— El vendedor se acercó al calvo para advertirle.


    —Me la llevo... —Exclamó Homero con saliva en la boca y pronunciando un pequeño “Mmmm embrujada”.


    De vuelta a casa, el hombre conectó la televisión a la antena y pudo disfrutar de sus programas de monos favoritos hasta la media noche. El tiempo pasó deprisa y la oscuridad reinaba por completo la casa, excepto el cuarto de la pequeña Maggie el cual era iluminado por una lamparilla rosada. Un estruendoso ruido se hizo presente en la sala de la familia Simpson, los objetos se alzaron y volaron en una espiral.


    —Oh no, mi tele nueva— Bajó el hombre deprisa, encendió las luces y contempló la escena. —¿Pero qué demonios pasa aquí— Preguntó confundido.


    Todos los objetos dejaron de flotar y regresaron a su lugar. —Así esta mejor— Volvió a la cama.


    Ya habían pasado varios días de ese modo, los sucesos inexplicables ya habían sorprendido a los miembros de la familia en más de una ocasión, pero nunca se imaginaron en atribuirselos a la televisión. En una tarde soleada y tranquila, Maggie veía programas infantiles de duendes verdosos y mirada táciturna. La pequeña estaba emocinada, ya que de la pantalla salió un tentáculo verde, jaló su mameluco color azul para llevarla adentro del mundo de la televisión.


    Marge se encontraba haciendo la cena, y de vez en cuando se asomaba para ver como estaba su bebé. Lanzó los ingredientes al aire al ver que Maggie estaba siendo arrastrada por un tetáculo enorme. La mujer se avalanzó para sostener a su hija con ambos brazos.


    —¡Homero! ¡Homero!— Gritó


    —¿Qué pasa Marge?—Preguntó el hombre.


    —La televisión quiere llevarse a Maggie, ayúdame—


    De nueva cuenta los objetos de la habitación se alzaron incluyendo a los miembros de la familia, Maggie pudo soltarse debido a las fortízimas ráfagas deviento que había. Los tentáculos danzaban hasta que capturaron a su presa y lo jalaron hacia la tele.


    —¡No!— Gritó Homero mientras era arrastrado, pero gracias a Dios. Su enorme y gordo trasero no cupo por completo por esa pantalla de 32 pulgadas . El viento paró y todos callerón al suelo. Por lo visto el cuerpo hinchado del hombre calvo debilitaba al ente que habitaba el aparato.


    —¿Y ahora qué hacemos? Homero no quiero que te quedes atrapado para siempre— Su esposa se acercó y trató de jalar.


    —Muy bien, llegó la hora de que un hombre haga acuerdos con un ente extraño de la televisión— Homero dijo con determinación.


    Al día siguiente al parecer transcurría con mucha más tranquilidad, las nubes avanzaban lentamente y un gran sol iluminaba todo a su paso, desde adentro de la casa de la familia Simpson se veía a homero, tomando una cervez y comiendo papas fritas.


    —Cambia de canal, ese programa no me gusta—


    —¿Y qué es lo que quiere ver el señor? Le he dado como tres vueltas a todos los canales y no se decide por ninguno— Exclamó el ente maligno.


    —Calla, yo ceré lo que yo quiera ver. O sino pondré de nueva cuenta mi trasero en la pantalla.


    —Como usted diga señor...
     
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