Pokémon: La leyenda

Tema en 'Fanfics Abandonados Pokémon' iniciado por Melody, 25 Julio 2008.

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    Melody

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    Pokémon: La leyenda

    Hola a todos los usuarios que visitáis esta sección de cemzoo. Este será mi primer fic, por lo que acepto todo lo que me tengan que decir sobre él.
    Gracias Bass por animarme a publicarlo, por eso te dedico el fic y te regalo el personaje principal. Disfruten de mi fic.



    Pokémon: La leyenda​



    *Primera noche.​


    Era una noche preciosa. Podía oírse el batir de las alas de los Zubat y el murmullo de los Hoothoot por todo el bosque. En el cielo, se distinguía un baile de luces procedente de la danza del cortejo de los Volbeat. Bajo este espectáculo maravilloso, un anciano golpeaba un par de piedras para poder encender un pequeño fuego en la entrada del bosque, a las afueras de su pequeño pueblo, y esperaba con ansias la llegada de sus pequeños amigos. El fuego empezó a brotar y pronto se escuchó el crujir de los leños.​


    - ¡Señor John, señor John!​

    El anciano dejó sus ocupaciones con el fuego para ver quien le llamaba. A lo lejos, cinco jóvenes se acercaban ayudados por la luz de una linterna.​

    - ¡Ah! Ya estáis aquí. ¿Qué os ha pasado? Ya he encendido el fuego -preguntaba preocupado.​

    - Lo sentimos, es que el Pachirisu de Alina se asustó con los ladridos de mi Growlithe y tuvimos que ir a buscarlo -se disculpaba Kilian.​

    - Vaya, pero veo que al final lo encontrasteis -decía mientras acariciaba la cabeza del Pokémon ardilla que estaba en brazos de su entrenadora - bueno ahora que estamos todos aquí podemos empezar.​

    Dicho esto, el anciano se sentó en una roca que hacía de asiento, mientras que los cinco chicos se acomodában en el suelo alrededor del fuego, esperando a que el anciano empezara a hablar.​

    - ¿Qué historia nos contará hoy, John? - preguntaba Álvaro muy impaciente.​

    El anciano dejó escapar una pequeña carcajada -No seas impaciente, todo a su tiempo.​

    El hombre cerró sus ojos para poner en orden sus ideas y elegir bien sus palabras. Pasados unos segundos, volvió a abrirlos y comenzó su relato.​

    - Os voy a contar una vieja leyenda que ocurrió hace muchos siglos atrás. Por aquel entonces, los humanos creían que los Pokémon's eran criaturas malvadas porque poseían extraños poderes, tales como lanzar fuego por la boca, la capacidad de crear copias falsas de sí mismos o hacer que la gente se durmiera con un bello canto. Todas esas cosas, que hoy consideramos habilidades maravillosas, convertían a los Pokémon's en hijos del diablo.​

    Con el fin de acabar con semejante amenaza, los humanos persiguieron a los Pokémon's como a una plaga que hay que exterminar, mataron cientos de ellos durante años, los Pokémon, que no entendían el por qué de ésta guerra, se refugiaron en los bosques, en las montañas y en muchos otros lugares donde no hubiera humanos. Aún así, hubo algunos que no quisieron huir y se enfrentaron a la amenaza que los estaba eliminando, por lo que la guerra entre humanos y Pokémon's duró muchos años. ​

    La guerra acabó cuando los Pokémon acabaron por rendirse y huir a donde no fueran descubiertos. A partir de ese momento estos seres maravillosos dejaron de verse, hasta que las personas creyeron que se habían extinguido y por fin llegó la paz al mundo.​


    *************************************************************************​


    - ¿Cómo pudieron hacerles eso a los Pokémon's? -Alba lo decía con un tono triste mientras miraba a su Eevee recostado a su lado.​

    - No lo sé -terminó diciendo Kilian, que miraba también a su Growlithe.​

    Hubo un breve silencio, quizá en memoria de aquellos Pokémon's injustamente "exterminados", hasta que alguien rompió el silencio.​

    - ¿Y esa es toda la historia? -Dash parecía desilusionado.​

    - Claro que no, todo lo contrario, la verdadera historia comienza ahora.​


    *************************************************************************​


    El sol aparecía detrás de las montañas del Mensajero, y su luz empezaba a entrar a través de las ventanas de la vieja y descuidada casa de Bass, situada al pie de la montaña. Sin embargo, la familia de agricultores que allí vivía, hacía más de una hora que estaban despiertos y trabajando en el campo de trigo. Todos los miembros de la familia trabajaban duro todos los días para ganar un dinero, que aunque no era mucho, les daba para comer.​

    Bass tenía catorce años, era el benjamín de la familia, tenía una hermana mayor, Dailin, de dieciséis años y unos padres ya mayores. Él era un chico rubio de ojos azules y de estatura normal, trabajador y siempre dispuesto a ayudar a su familia y a quien lo necesitara. Siempre fue muy soñador, desde pequeño escuchaba las historias de su abuelo sobre los Pokémon's que habitaron allí tres siglos atrás, Bass soñaba con encontrarse algún día uno, no importaba cual, sólo quería conocerlos. Él no les tenía miedo, siempre les atrajo esos seres.​


    - Bass, ya casi es hora de comer, ¿descansamos un rato? -decía una voz cansada mientras dejaba la pesada hoz en el suelo.​

    - Claro papá, Dailin debe estar a punto de llegar con el almuerzo -su voz también parecía algo cansada, soltó la hoz y salió del trigal, donde su padre le esperaba ya a la sombra de un gran árbol.​


    Bass se sentó junto a su padre y empezó a mirar al cielo durante un rato. Su padre lo miraba mientras sonreía. Su hijo volvía a soñar despierto, siempre que tenía un segundo libre, soñaba y eso era algo que le preocupaba, no podía vivir siempre en un mundo imaginario. Tenía que empezar a ver la realidad.​


    - Bass, ¿otra vez soñando con los Pokémon's? -tenía un tono de enfado pero el carácter alegre y soñador de Bass impedía que éste se pusiera serio.​

    - Lo siento papá, pero es que no puedo evitarlo. Me encantaría ver un Pokémon algún día, sería genial -esto último lo dijo mirando al cielo, con una sonrisa que nadie podría borrar.​

    - Pero hijo esos seres son malvados y peligrosos, además ya no hay, se extinguieron hace años -insistía.​

    - ¿Cómo lo sabes? Quizás eran seres buenos pero las personas los juzgamos injustamente -Bass no se daba por vencido.​


    El hombre se le quedó mirando sin decir nada, nunca conseguiría que su hijo recapacitara y dejara de ser como es. Su silencio fue su rendición. Bass sonreía feliz, había vuelto a dejar a su padre sin palabras. ​


    - ¡Mira es Dailin! -el joven se levantó y corrió hacia su hermana para ayudarla con la pesada cesta.​

    - Bass te he dicho muchas veces que yo puedo sola -ella se quejaba, no le gustaba que su hermano pensara que era tan débil.​

    - Lo sé -le dijo con una sonrisa mientras le quitaba la cesta y volvía junto a su padre.​


    Dailin ya estaba acustumbrada a ese tipo de actos por parte de su hermano, Bass sabía que no era débil pero aún así quería ayudarla. Él siempre la ayudaba en todo y, aunque a veces discutían, ella agradecía la forma de ser de su hermano. Dailin tenía el pelo largo y rubio como el de su hermano, pero tenía los ojos oscuros, pocas veces no tenía un sonrisa en su rostro y, aunque lo ocultaba, a ella también le parecían fascinantes los Pokémon's.​

    Bass empezó a sacar los escasos alimentos de la cesta, un trozo de pan, queso y un poco de leche completaban el almuerzo de aquel día. Dailin servía la leche mientras ellos comían. Bass terminó antes y se recostó en la hierba mirando el cielo, volvía a soñar.
    Después de comer, Bass y su padre volvieron al trabajo hasta bien entrada la noche. ​

    Al volver a casa les esperaba su familia y una cama donde poder descansar toda la noche. Bass estaba tan cansado que no tenía ganas ni de cenar, se metió en su cuarto y cayó literalmente sobre su cama de paja. Sin embargo a pesar de estar muy cansado no conseguía dormise y cuando lo logró...​


    --------------------SUEÑO DE BASS-----------------------​


    - ¿Dónde estoy? -se preguntaba Bass.​


    El lugar era muy extraño, era como si estuviera consumido por la misma oscuridad. No se veía nada, sentía un frío asolador. Es como si estuviera sólo en el mundo. ​


    - ¿Papá? ¿Mamá? ¿Dailin? - Bass empezaba a asustarse, no le gustaba la idea de estar sólo- ¿Hay alguien?​


    De repente una luz cegadora inundó todo el lugar, Bass no podía ver nada. Y de pronto una voz empieza a hablar. Bass no lo entendía era como si hablase en otro idioma, pero poco a poco comenzó a comprender lo que decía con claridad.​


    - Bass... Bass... -decía una voz seria.​

    - ¿Quién eres? -Bass lo decía con las manos en sus ojos, todavía no veía bien a causa de la luz cegadora.​

    - Sé quien eres y lo que deseas... -continuaba.​

    - ¿Cómo? -Bass estaba desconcertado.​


    ***********************************************************​


    - ¿Y entonces qué pasó? -Kilian estaba emocionado.​

    - Ya es muy tarde, será mejor que volváis a casa y mañana seguiremos -comunicaba John.​

    - ¡¿Pero no puedes dejarnos así?! -se quejaba Dash.​

    - Tiene razón -decían los demás.​

    - Lo siento, pero vuestros padres se preocuparán sí tardáis más, además así me aseguro de que volveréis mañana para escuchar el resto de la historia -John cogió un cubo de agua fría y lo volcó sobre el fuego. Éste rápidamente se consumió y el humo comenzó a ascender al cielo.​

    Los cinco jóvenes se rindieron y se marcharon a casa, acompañados por John. Todos estaban ansiosos de que llegara el día siguiente, para poder saber lo que pasaba. Pero para ello debían esperar.​


    CONTINUARÁ...​
     
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    Re: Pokémon: La leyenda

    Aquí traigo la continuación.


    *Segunda noche


    Esa noche no era tan hermosa como la otra vez, el cielo estaba nublado y éstas ocultaban la luna, pero no había riesgo de lluvia. Esta vez los chicos llegaron temprano al típico lugar de reunión. Allí les esperaba John, sentado en su asiento habitual. Los jóvenes se sentaron alrededor del fuego sin parar de mirar al anciano. John captó el mensaje, querían que empezara de inmediato y así lo hizo.

    *******************************************************


    ---------------SUEÑO DE BASS---------------- 2ºPARTE.


    - ¿Quién habla? -Bass ya no sentía miedo, todos sus temores desaparecieron en el momento en que apareció aquella luz, que trajo consigo un agradable calor.

    - Necesitamos tu ayuda, por eso te concederé tus deseos... -quien hablaba parecía no escuchar lo que Bass le decía.

    - ¿Mis deseos? -Bass volteó, la voz procedía de detrás suyo.


    El joven intentaba ver quien era, la voz procedía de donde mismo que la luz y ésta no le dejaba ver. Pero pudo distinguir un cuerpo, sin embargo ésta no parecía humana, pero Bass no era capaz de darle una definición. De repente la luz se hizo más intensa y se sintió una corriente de aire caliente, Bass cerró fuertemente sus ojos.


    ---------------FIN DEL SUEÑO------------------


    Bass se despertó de golpe, todo sudado y cansado, como si hubiera recorrido kilómetros corriendo. Ya era de día y sin embargo nadie lo había despertado para ir a trabajar. Se levantó de la cama y pronto notó un mareo, que le obligó a sentarse de nuevo sobre su cama. Bass se frotaba los ojos y entonces recordó su sueño. Nunca había tenido un sueño tan extraño, casi parecía real.


    - ¿Cómo te sientes? -preguntaba una voz delicada y dulce a la vez.

    - ¿Cómo? Em, pues un poco mareado -le contaba a su madre que acababa de entrar en su habitación.

    - Has tenido fiebre esta noche, no parabas de quejarte en sueños, parecía que tenías una pesadilla -le comunicaba ella, para que su hijo estuviera la día -He intentado despertarte muchas veces, pero parecía que no querías despertar.

    - ¿Sí? La verdad es que he tenido un sueño muy raro y sentí miedo al principio -él seguía preguntándose que pasó y quien era aquella extraña figura- ¿Y papá?

    - Tu padre se fue hace rato a trabajar -le decía mientas comprobaba la temperatura de su hijo- Y no, sé lo que estás pensando y no. Hoy no irás a trabajar, aún tienes fiebre, así que quédate en tu cama hasta la hora del almuerzo -su madre ponía punto y final a la conversación, sin dejar siquiera que Bass se defendiése.


    Bass no tuvo opción que ceder. Se quedó toda la mañana en su cuarto, aunque tenía poca fiebre y se sentía bien. Por tanto, decidió salir a escondidas de su casa y tomar el aire. Esquivó a su madre y corrió hacia la pradera donde nadie le encontraría. La pradera estaba bastante más cerca de las Montañas del Mensajero que su casa, era bastante amplia, había muchas flores por todas partes y un bosque al final de esta donde comenzaban las montañas.

    Bass nunca había ido más allá de las montañas, sólo su padre, para ir al pueblo que está en mitad de ellas. Se acercó a un pequeño arroyo que había en medio de la pradera. El agua corría sin detenerse, y producía un agradable sonido. Bass se sentó junto a éste y empezó a relajarse con esa especie de música.

    Después de un rato se levantó dispuesto a volver a su casa. Seguro que su madre ya se había dado cuenta de su ausencia y estaría preocupada. Volteó en dirección a su casa, dando la espalda a las montañas. Pero un ruido sordo le hizo mirar hacia ellas nuevamente. Miró hacia la entrada del bosque, el ruido había venido de allí.

    El joven no sabía sí debía ir a mirar, podría ser alguien que necesitase ayuda, con esta idea corrió en dirección al bosque. Salró el arroyo, pues el bosque estaba al otro lado, por suerte el caudal de éste no era muy grande. Se paró delante del bosque, ¿debería entrar? Se preguntaba, pero entonces oyó un grito procedente del interior.


    - ¿Qué habrá pasado? -el chico se asustó ante tal grito, parecía que alguien necesitaba ayuda pero... ¿debía ayudarlo?


    No tuvo tiempo de pensar mucho, cuando se dio cuenta ya estaba corriendo y adentrándose en el bosque. Éste era muy denso, pues nadie entraba ahí desde hacía muchos años, por esa razón le costaba avanzar. Tropezó y cayó muchas veces, pero los gritos de aquella persona, hacía que Bass no se detuviera, aunque le sangrara por la última caída.

    De repente los gritos cesaron, y Bass ya no supo por donde debía ir, ya no tenía el sonido de guía. Decidió adentrarse un poco más, por sí de casualidad lo encontraba. Después de más de media hora de caminata a través del bosque, se dio cuenta que se había adentrado en las Montañas del Mensajero. Bass se rindió no encontraba a nadie y ya no se oía nada, por tanto volvió sobre sus pasos.

    Pasó una hora y Bass seguía en el bosque, se acercaba el anochecer y el sentía que se había perdido. Se paró a descansar un rato y analizar la situación. La salida no debía estar tan lejos, había caminado sobre sus pasos todo el tiempo pero, ¿se habría desviado del camino correcto? Bass estaba ya muy cansado y además tenía mucha sed, ¡cómo anhelaba el agua del arroyo en ese momento! Pero pensar en eso sólo le hacía tener más sed, así continuó hacia donde creía que estaba la salida.

    La nocher cayó sobre él rápidamente y Bass sentía como la fiebre le aumentaba, su madre tenía razón no debió salir de casa, ahora lo lamentaba. Por culpa de la noche y la fiebre Bass no podía dar un paso sin tropezar y caerse. Empezaba a ver borroso, la vista se le nublaba de vez en cuando hasta que al final cayó desmayado de la fiebre.


    Bass abrió lentamente sus ojos, y lo primero que vió fue la luz de una pequeña lámpara de aceite, que estaba en una mesita a su lado. Miró a su alrededor, al fondo de la habitación había una chimenea sin encender. Se incorporó en la cama para ver mejor, la casa era pequeña y sólo tenía una habitación princiapal, una silla junto a la chimenea, algunos muebles, un par de camas y una mesa en medio con algunos taburetes, la completaban. Además las tablas de madera de las paredes eran viejas, y la casa parecía bastante descuidada.


    - Veo que ya te despertaste - un chico acababa de entrar en la casa, no era mucho mayor que Bass, como mucho debía tener la edad de su hermana- ¿Cómo te sientes?

    - Pues, quitanda que la cabeza está apunto de explotarme, creo que me siento mucho mejor -Bass le sonreía, aunque aún estaba un poco confuso- Pero, ¿dónde estoy?


    El joven desconocido cogió un taburete situado junto a la mesa y se sentó junto a Bass. El chico no tenía el pelo muy corto, aunque no llegaba a largo, de color blanco y unos ojos penetrantes de un color perla especial. Al acercarse, Bass pudo observar en su cuello un collar con un extraño símbolo, parecía de plata, no obstante, el chico no tenía aspecto de tener mucho dinero.


    - Estás en mi casa -empezó- te encontré en mitad del bosque inconsciente y delirando de fiebre -lo decía muy serio, casi parecía que te iba a comer en cualquier momento con aquellos ojos tan penetrantes, a Bass le dio miedo.

    - ¿Me desmayé? -preguntaba después de unos segundos de incomodidad por su mirada.

    - Así es -el joven se levantó para cerrar la puerta que dejó abierta anteriormente- Me llamo Kennedit -miró fijamente al que ahora ocupaba su cama, obviamente esperaba una respuesta.

    - Ah, bueno... yo soy Bass -le costaba seguir- Kennedit gracias por ayudarme -decía mientras salía de la cama- pero tengo que irme mi familia debe estar muy preocupada por -fue interrumpido pues Kennedit puso la mano en su frente.

    - Aún tienes fiebre -decía- no deberías irte hasta no estar bien del todo o podrías tener otra recaída.

    - No de verdad estoy bien y no quiero aprovecharme de tu hospitalidad -insistía.

    - No digas tonterías te puedes quedar el tiempo que necesites, además es de noche, y lo que no te he dicho es que mi casa está en mitad del bosque -le comunicaba a Bass el cual volvió a sentarse sobre la cama bastante triste.

    - ¿De noche? Pero, ¿sí era de noche cuando perdí el conocimiento? -Bass no comprendía pero era cierto, miró hacia una ventana y efectivamente afuera estaba oscuro.

    - Dormiste un día entero -le explicaba- Te recomiendo que pases aquí la noche y mañana dependiendo de como te encuentres te llevaré a la salida del bosque -se lo proponía sonriendo.

    - ¿Sabes? Creo que te haré caso, me quedaré esta noche -a Bass ya no le parecía tan malo aquel chico, tan sólo le dio mala impresión, pero el sólo quería ayudarle.

    - Bien -asentía contento, hacía mucho que no tenía visitas- ¿Tienes hambre? Voy a preparar la cena.

    - ¿Qué sí tengo hambre? -obviamente era una pregunta retórica- llevo casi dos días sin comer -dijo riendo y Kennedit le acompañó.


    Kennedit preparó una comida de la cual Bass repitió varias veces. Luego ambos se fueron a dormir. Aunque Bass tenía muchas cosas que preguntarle a Kennedit, él conocía el bosque y quería saber si sabe algo de aquella persona que gritó, pero que nunca llegó a ver.


    **********************************************************


    - Vaya ese Kennedit es muy misterioso, ¿verdad? -preguntaba Alvaro a Kilian y Dash.

    - Pues a mí me pareció muy guapo tal como lo describió usted, John -decía Alina ilusionada.

    - Opino igual -Alba se ilusionaba lo mismo que Alina.

    - Chicas... -decían al unísolo los tres chicos, como diciendo que ellas no piensan en otra cosa.

    - Bueno aquí lo dejamos, es hora volver a casa -comunicaba John mientras se sonreía por la actitud de sus oyentes.


    CONTINUARÁ...
     
  3.  
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    Re: Pokémon: La leyenda

    Hola
    Pues mira, yo venia a leer historias que no estubieran tan avancadas pero ¡No manches! Este es un fic exelente, muy bueno, ¿Segura que es tu primero? no te creo
    Es de los mejores que he leido, casi no tiene errores, de hecho solo hay algunas confuciones pero no hay errores
    Pues sigue asi con los demas cap
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    cahu
     
  4.  
    Melody

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    Re: Pokémon: La leyenda

    Creéme es el primero que hago.


    Aquí está la continuación.


    *Tercera noche

    Cuatro de los cinco jóvenes y sus Pokémon's se dirigían al lugar de reunión de siempre. Abandonaron el pueblo para ello, y se dirigieron a la entrada del bosque. Donde se suponía que John les estaba esperando como siempre. Pero cuando llegaron allí, no había nadie y el fuego estaba apagado.


    - ¿Dónde está Kilian? -preguntaba Alvaro a los demás.

    - Tenía que ayudar a su padre, dijo que vendría enseguida -contestaba Dash.

    - ¿Y a quién le importa eso? -se quejaba Alba- Yo quiero saber donde está John, es muy raro que no haya venido.

    - ¿Por qué tratas así a Kilian? -preguntaba Dash.

    - Eso no es asunto tuyo -Alba ponía punto y final a su interrogatorio.

    - Pues yo creo que está enamorada de Kilian -le comentaba Alvaro a Dash por lo bajo.

    - ¡¿Se puede saber que has dicho Alvaro?! -Alba lo había oído todo.


    Alba estaba a punto de demostrarle a Alvaro lo cerca que estaba el país vecino, cuando una voz hizo que se detuviése. Alguien se acercaba a donde éstos estaban y venía corriendo.


    - ¡Chicos! -Kilian acababa de llegar al lugar, acompañado por Growlithe.

    - Hasta que por fin llegas -dijo Alina.

    - Sí, pero -se dio cuenta de algo- Alba, ¿por qué estás ahorcando a Alvaro? -Kilian sentía que se había perdido algo.

    - ¿Qué? -Alba se dio cuenta que todavía tenía sujeto al pobre de Alvaro, esta se sonrojó y soltó al chico- Por nada, por nada -acabó diciendo.

    - Bueno yo sólo quería avisarles de que John no vendrá hoy -comunicaba Kilian a sus amigos.

    - ¿Por qué? -Dash no lo comprendía.

    - Mi padre me dijo que John está enfermo, sólo es un resfriado, pero no podrá contarnos hoy la historia -decía decepcionado Kilian.

    - ¿Y por qué no vamos a verle? -proponía Alina mientras cogía en brazos a su Pachirisu- Seguro que se alegra de vernos.


    Todos asitieron y caminaron sobre sus pasos de vuelta al pueblo. Aún era temprano y el sol no se había ocultado por completo, sin embargo las farolas ya estaban encendidas. Los chicos caminaron atravesando el pueblo hasta el extremo opuesto del lugar de reunión, que era donde estaba situada la casa de John.

    Al llegar se pararon delante de la casa, ésta tenía un pequeño jardín delantero, que parecía muy bien cuidado, lleno de flores y todo tipo de plantas. La casa no era muy grande, lo suficiente para una sola persona pues John nunca se había casado. Los chicos se acercaron a la puerta y tocaron el timbre. Entonces hubo un silencio que sólo estropeaba el sonido del timbre. Nadie les abría la puerta.


    - ¿Estáis seguros de que esta es su casa? -preguntaba Alvaro pues ellos nunca habían ido a casa de John.

    - Mi padre me dio la dirección, estoy seguro de que es aquí -le contestó Kilian.

    - Puede que John esté durmiendo -decía Alina.

    - Quizá... -dijo Dash decepcionado.

    - Bueno mejor vámonos -proponía Alba.


    Todos asintieron, estaban de acuerdo en que John debía descansar. Pero justo cuando dejaban atrás el maravilloso jardín, escucharon como alguien abría la puerta. Entonces voltearon y vieron a John. Todos se alegraron y corrieron a verlo. El anciano estaba muy contento por la visita, les dejó entrar y les sirvió un refresco a cada uno y un poco de comida Pokémon para Growlithe y Pachirisu que los acompañaban.


    - ¿Cómo se encuentra, John? -Alina fue la primera en preguntar.

    - Me encuentro mejor gracias, ya apenas tengo fiebre -el anciano agradecía la preocupación de los chicos.

    - Nos alegramos mucho -decía Alba sinceramente.

    - ¿Mañana podrá venir a contarnos la historia? -decía Alvaro después de terminarse el refesco.

    - Creo que no -los chicos lo miraron decepcionados- Porque ya que estáis aquí, ¿por qué esperar a mañana? -con esto los jóvenes se pusieron muy felices. Y el hombre se dispuso a seguir con la historia.


    ******************************************************************


    El sol apenas acababa de salir, no obstante, ambos jóvenes ya se encontraban despiertos y desayunando. Bass se encontraba mucho mejor, ya no tenía fiebre y estaba deseando volver a casa, porque su familia estaría realmente preocupada, después de todo llevaba casi dos días desaparecido. Una vez terminado el desayuno, Bass se disponía a salir de la casa de Kennedit por primera vez.


    - Sí que es verdad que está en mitad del bosque -decía mientras miraba a su alrededor, todo eran grandes árboles y vegetación por todas partes. Ni siquiera había un camino.

    - Ya te lo dije -decía Kennedit que estaba a su lado.

    - Oye Kenneit -Bass se puso muy serio y Kennedit lo notó- ayer... quiero decir horas antes de que me desmayase...esto... -Bass no sabía como explicárselo.

    - Suéltalo venga, ¿qué te detiene? -Kennedit se reía.

    - Es que no sé como explicételo... verás -comenzó- la razón por la que entré en el bosque fue porque -Bass volvió a ponerse serio- fue que escuche un grito, una persona gritaba dentro del bosque y no pude quedarme quieto, entré en el bosque pero nunca llegué a ver a esa persona -terminó.

    - Las únicas personas que hay en este bosque somos tú y yo, y yo no grité -de repente Kennedit se puso incluso más serio que Bass, parecía que le había molestado lo que había dicho su compañero.

    - Pero yo estoy seguro de lo que oí -insistía el joven.

    - Ya te he dicho que no hay -de repente fue interrumpido por un grito- Oh no, ahora no -Kennedit miró a Bass que no entendía.


    Kennedit sujetó la mano de Bass y se lo llevó a la casa. Una vez dentro Kennedit abrió un gran baúl que estaba junto a su cama y de allí saco una espada.


    - ¿Qué vas a hacer con eso? -Bass comprendía cada vez menos.

    - Tú quédate en la casa y no salgas hasta que yo vuelva -dicho esto Kennedit se dirigió rápidamente a la puerta, pero Bass quería una explicación.

    - Sí no me dices que pasa te seguiré para averiguarlo -Bass le amenazaba quería saber de una vez que ocurría.

    - No puedo explicértelo ahora, te lo explicaré cuando vuelva te lo prometo -Kennedit lo decía bastante apurado, a Bass no le quedó más remedio que ceder.


    Kennedit salió corriendo de la casa y se adentró en el bosque, iba tan deprisa que después de unos segundos ya no se le veía. Bass estaba muy confuso ¿qué acaba de pasar? se preguntaba. Pero hizo lo que Kennedit le dijo, se quedó en la casa sin saber que hacer. A las dos horas ya empezaba a desesperarse, ¿y sí le ha pasado algo? Bass se atormentaba con ese tipo de preguntas, llegó la hora del almuerzo pero no tenía ganas de comer.

    Se había limitado a sentarse en la cama a esperar a su amigo y estaba asustado, ¿volvería Kennedit? Eso era lo que deseaba Bass, porque se estaba volviendo loco de hacerse preguntas a sí mismo. Se acercó el anochecer, Bass estaba ahora sentado en un taburete, con las manos en la cabeza mirando al suelo. De repente escuchó un ruido fuera, el primero desde que se marchó Kennedit. Se acercó a la ventana y entonces vio como alguien se acercaba a la casa en medio de la oscuridad, pero parecía que le costaba avanzar. Bass abrió la puerta lentamente y miró mejor, entonces pudo ver quien era realmente.


    - ¡Kennedit! -Bass salió de la casa muy deprisa y acercó a él. Ahora se daba cuenta de el por qué le costaba avanzar, Kennedit tenía una herida en el costado, pero lo que más le impresionó fue su espada bañada en sangre. Bass le ayudó a llegar a la casa, una vez allí le tumbó en la cama y se dispuso a curarlo.

    - Siento haber tardado tanto -a Kennedit le costaba mucho hablar- no he podido llevarte a tu casa.

    - No hables de eso, lo más importante ahora es curarte, porque tienes que explicarme muchas cosas -le decía Bass, pero se dio cuenta de que Kennedit se había desmayado, quizás a causa del dolor.


    Bass se quedó toda la noche cuidando de su amigo, pues ahora era Kennedit el que tenía fiebre. Además la herida no dejaba de sangrar, él no era médico pero hacía lo que podía, se limitaba a cambiar los vendajes, esperando que la herida se cerrara un poco y así al menos no sangrara.


    ***************************************************************


    - Pobre Kennedit, me pregunto que fue lo que le pasó -decía Alina.

    - Vaya, parece que Kennedit tiene muchos secretos -decía Dash.

    - Puede que Kennedit sea el malo de la historia después de todo -comentaba Alvaro.

    - No digas tonterías, pero sí es muy bueno y ayudó a Bass -se quejaba Alba.

    - Pero debes admitir que la espada manchada de sangre es muy sospechosa -insitía Alvaro.

    - Bueno chicos no os adelantéis a la historia, pero -John miró el reloj de la pared- ya es muy tarde, será mejor que os vayáis a casa -terminó.


    Los chicos asintieron y salieron de la casa de John, se despidieron y quedaron para dentro de dos días en el lugar de siempre, pues John debía recuperarse. De camino a sus casas todos pensaban en la verdad sobre Kennedit, ¿sería mala persona como había confirmado Alvaro? Tendrían que esperar para saberlo.


    CONTINUARÁ...
     
  5.  
    Miyuki

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    Re: Pokémon: La leyenda

    wow Melody *.* sos una genia!!! me encanta!!!!!!!!!
    eres master!
    quiero ser como tu!!!:(
    Bueno para corregir hay demasiado poco y solo son detalles,pero para que no estén esos "detalles" te recomiendo leas el capítulo una vez terminado
    Y solo eso Muy Bueno Tu Fic
    Adios!:)
    Atte.:queyko:)
     
  6.  
    Melody

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    Re: Pokémon: La leyenda

    No creo llegar a tanto.

    Bueno aquí está la continuación.




    *Cuarta noche


    Después de dos días de descanso, John se había recuperado del todo. Los jóvenes y sus Pokémon's llegaron pronto al lugar de reunión, y allí estaba John esperándoles con una sonrisa. Entonces todos se sentaron alrededor del fuego, para seguir con la rutina de siempre.


    - ¿Ya se ha recuperado del todo, John? -preguntaba Alina, siempre preocupada por la salud del anciano.

    - Sí, gracias -agradecía su preocupación- Ya estoy recuperado del todo y dispuesto a seguir con nuestra historia -comunicaba.

    - Genial, porque no he podido dormir estos últimos dos días, quiero saber quién es realmente Kennedit -Kilian no podía esperar.

    - ¡Ya tranquilo Kilian y deja que John empieze! -le ordenó Alba.

    - Ya te dije que está enamorada de Kilian -le decía Alvaro a Dash muy bajito. Alba le echó una mirada diabólica a Alvaro y éste prefirió cerrar la boca.

    - Bueno empieza ya, John, por favor -suplicaba Dash.

    - Por supuesto -confirmaba.


    *****************************************************************


    Aún era de noche, faltaba mucho todavía para que el sol saliera. Sin embargo, Bass estaba despierto y cuidando de su amigo. La herida de Kennedit había dejado de sangrar, pero aun tenía fiebre. Bass tenía mucho sueño pero no podía dormir, debía cuidar a Kennedit.

    Bass miró entonces hacia la espada, manchada en sangre, apoyada en la pared y sintió un escalofrío, ¿de quién sería aquella sangre? ¿Kennedit había matado ha alguien? Sintió miedo, ¿sería capaz de hacer algo así? Desvió la mirada de la espada y vio que necesitaba otra venda.

    Se puso a buscarla de inmediato, pero no la encontró, empezó a mirar en los cajones para buscar algo que usar como tal. Al abrir cierto cajón, encontró algo que le llamó la atención, era una figurita de madera con una forma muy extraña, era una especie de ratón que se sostenía sobre dos patas, con orejas muy largas y la cola en forma de rayo.

    La miró detenidamente durante un rato, era un ser extraño, Bass pensó, ¿podría ser un Pokémon? Y si fuera así, ¿de dónde la había sacado? La madera de la figura era bastante vieja, podría ser que la hubiera heredado de un antepasado. Pero, ahora que lo pensaba, Kennedit vivía sólo, nunca había tenido la oportunidad de preguntarle por su familia y acababa de descubrir que sabía menos de él de lo que pensaba. Decidió dejar la figura donde estaba y buscar la venda que buscaba desde un principio.

    El sol por fin salió y Kennedit empezaba a despertarse. Bass estaba sentado a su lado medio dormido, nunca antes se había desvelado. Kennedit al verle sonreía, intentó levantarse, pero aún le dolía mucho la herida, así que prefirió quedarse en la cama.


    - Hey, Bass -intentaba llamarle- despierta.

    -¡¿Qué?! -se despertó y empezó a frotarse los ojos- No me digas que me quedé dormido.

    - No -decía en un tono de risa- gracias por cuidarme toda la noche.

    - Cuando quieras -decía sinceramente.

    - Creo, -empezó- que te debo muchas explicaciones, ¿no?

    - Unas cuantas -decía riendo- pero ya me las contarás más tarde, ahora descansa.


    Bass se levantó dispuesto a preparar el desayuno. Después de desayunar, Kennedit intentó levantarse de nuevo ayudado por Bass, pudo hacerlo pero sólo para sentarse en una silla. Allí Bass volvió a cambiarle los vendajes. Mientras, Bass tenía algo que preguntarle a Kennedit.


    - Kennedit -comenzó Bass- cuéntame ahora que fue lo que pasó -le pidió.

    - Bass... -le dijo- no sé si debo decirtelo, es algo muy complicado de explicar y si te lo cuento, te meterás en un problema muy grande -le explicaba- es mejor que no sepas nada.

    - No puedes decirme eso -se quejaba Bass- me prometiste que me lo contarías, además quiero saber quién fue la persona que pedía auxilio -Kennedit se sorprendió con este último comentario.

    - ¿Qué pedía auxilio? ¿Cómo que pedía auxilio? -preguntó Kennedit.

    - Bueno tú mismo lo escuchaste, antes de que te fueras, la persona que gritó estaba pidiendo auxilio -le explicaba.

    - ¡Eso es imposible! -estaba confuso.

    - ¿El qué es imposible? -Bass estaba aún más confuso.

    - No, nada nada, olvidalo -Kennedit estaba pálido, no lo podía creer.

    - Ya Kennedit, por favor, me estás asustando -decía preocupado.

    - Creo que será mejor que te lleve a tu casa cuanto antes -Kennedit empezó a levantarse de la silla.


    Bass no lo permitiría, lo sujetó y volvió a sentarlo. No quería irse aún, no sin saber que pasaba. Después de insistir mucho, Kennedit no tuvo más remedio que ceder ante él. Estaba dispuesto a contárselo si éste prometía no decírselo a nadie y también que una vez fuera del bosque, no volvería a entrar.


    - Pero entonces no volveré a verte -le decía Bass un poco triste.

    - Es el precio a pagar -el también estaba triste- pero el bosque es muy peligroso, una vez fuera prométeme que no volverás a entrar bajo ninguna circunstancia -Kennedit estaba muy serio, lo decía muy enserio.

    - Está bien Kennedit, no volveré a entrar nunca más al bosque -le prometió- pero tienes que decirme que diablos pasa en este bosque y que fue lo que te pasó.

    - Está bien te lo contaré... -comenzó.


    *************************************************************


    - Cómo bien sabes, los Pokémon's habitaron este mundo hace muchos siglos, pero los crueles ojos del hombre hicieron que éstos se extinguieran hace tres siglos. Mi familia siempre había convivido con ellos, desde antes de la gran guerra. Y durante ésta ayudaron a los Pokémon's a huir, porque sabían que no eran seres malvados. No sé si lo sabrás, pero fue el rey el que ordenó la extinción de los Pokémon's, al parecer porque no podía controlarlos a placer.

    Convenció a los demás reinos del mundo de que los Pokémon's eran seres malvados y por eso empezó la guerra. Los soldados descubrieron que mis antepasados ayudaban a los Pokémon's a escapar, por eso se ocultaron en este bosque, para ayudar a los supervivientes.


    - ¿Supervivientes? -Kennedit asintió- ¡Me estás diciendo que todavía hay Pokémon's vivos, y están en este bosque! -Bass no salía de su asombro.

    - Durante estos últimos tres siglos -continuó- mi familia siguió oculta en el bosque, y generación por generación hemos protegido a los seres que éste esconde. Para que nadie les descubriera.

    Pero el actual rey es igual de ambicioso que su antepasado, decubrió unos documentos de éste donde escribió que en este bosque aún podía haber Pokémon's. Entonces empezó a enviar soldados al bosque para cazarlos. Mis padres murieron cuando yo tenía cuatro años, a manos de los soldados, cuando intenban evitar que capturaran a uno.

    Mi abuelo me cuidó desde entonces, él fue mi única familia y también mi mentor. Me enseñó durante años a manejar la espada, para que yo pudiera seguir la tradición. Desgraciadamente mi abuelo murió hace dos años, desde entonces he protegido a los habitantes de este bosque.


    - Entonces fue eso lo que pasó ayer -Bass empezaba a comprender- fuiste a proteger a un Pokémon que estaba siendo atacado y te hirieron en la lucha.

    - Así es, no podemos permitirnos el lujo de dejar que un sólo soldado huya, sino les diría a todos que alguien está protegiendo a los Pokémon's en este bosque -le advertía- Tu eres mi amigo Bass, por eso confío en tí, sé que no se lo dirás a nadie -Kennedit le sonreía.

    - Puedes confiar en mí -lo decía muy en serio.

    - Ahora que ya sabes toda la verdad -dijo algo triste- debes marcharte -Kennedit se levantó con mucho esfuerzo.

    - Espera, Kennedit -hizo que éste volviera a sentarse- hay algo que no entiendo, dices que fuiste a salvar un Pokémon pero, ¿entonces quién pedía auxilio? -decía algo confundido.

    - No sé a qué te refieres exactamente Bass, -decía Kenndit- fue un Pokémon el que gritó pero, no te entiendo cuando dices que pedía auxilio. Sabes que los Pokémon's no hablan nuestro idioma, ¿verdad? -le preguntó.

    - Sí que lo sé pero, te juro que pedía auxilio -le decía muy serio.

    - Eso es imposible -decía extrañado- yo no le oí decir nada, no me irás a decir ahora que puedes entender a los Pokémon's -decía entre risas.

    - No digas tonterías -también rió- Bueno dejémoslo en misterio, y te repito que no tengo prisa por volver a casa, tú sólo descansa -le decía Bass sinceramente.


    Kennedit asintió, y quedaron que en cuánto se sintiera mejor y pudiera moverse, le llevaría a la salida del bosque. Kennedit se quedó todo el día en la cama descansando y Bass se ocupó de las necesidades de la casa. Al día siguiente, Kennedit insistió en que se encontraba bien y quiso llevar a Bass a la salida del bosque, Bass cedió y por la tarde ambos abandonaron la casa de Kennedit y pusieron rumbo a la salida del bosque.


    **************************************************************


    - Ves como Kennedit sí era buena persona -le decía Alba a Alvaro.

    - Sí bueno, pues no lo parecía -se quejaba Alvaro.

    - No sólo es una buena persona, sino que además es un héroe para los Pokémon's que habitan el bosque -decía Dash emocionado.

    - Tienes razón -le acompañaba Kilian.

    - Bueno es hora de volver a casa -comunicaba John.


    CONTINUARÁ...
     
  7.  
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    Re: Pokémon: La leyenda

    increible melody, en una parte no se que decia intban* o algo asi pero seguro que quisiste poner intentaban o.o
    bueno muy buena conti, sigue y Bye bye
     
  8.  
    Melody

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    Re: Pokémon: La leyenda

    Bueno antes que nada, quiero pedir perdón por tardar tanto, pero anduve falta de ideas. Pero al fin traigo la continuación.


    *Quinta noche


    Fue una larga caminata de una hora y media, por el camino, Kennedit por fin pudo preguntarle a Bass por su famailia, pues no había tenido oportunidad. Bass le dijo que no había mucho que contar, era una familia humilde y trabajaban en el campo. También le contó de la existencia de su hermana y éste se interesó por ella.


    - Y, ¿cuántos años tiene? -le preguntó.

    - ¿Para qué quieres saberlo? -le dijo Bass- Es un año menor que tú -Bass se detuvo y miró a Kennedit- Ni se te ocurra acercarte a ella -le dijo con una mirada de hermano protector, pero sólo bromeaba con él.

    - ¿Yo? -dijo Kennedit mirando hacia otro lado- nunca se me ocurriría -los dos se echaron a reír y siguieron caminando.


    Se acercaba el mediodía cuando por fín llegaron al final del bosque. Bass al ver de cerca la entrada, corrió hacia ella, con ganas de volver a ver la pradera que días antes dejó atrás. Al llegar, Bass no lo podía creer, se acercó al arroyo y al momento se tumbó en el suelo, era su modo de saludar al mundo que dejó hace tres días.
    Kennedit le miró, podía sentir la felicidad de su amigo. Se acercó a él, y le miró, al mismo tiempo que su cuerpo daba sombra al rostro de su compañero que aún seguía tendido en la hierba, admirando el cielo.


    - Bueno, -decía con una sonrisa, no parecía muy triste- creo que aquí es donde nos separamos.

    - Creo que sí -dijo mientras se levantaba, Bass sí tenía un tono triste- estoy seguro de que nos volveremos a ver algún día -aseguraba.

    - Yo también lo creo, pero hasta entonces, -decía mientras sacaba algo de su bolsillo- quiero que te quedes esto -Kennedit le entregaba la figurita de madera.

    - Esto es, -decía sin dejar de mirar la figura- ¿un Pokémon verdad?

    - Así es, -le confirmaba- creo que te gustó la noche que la encontraste en mi casa -decía- por eso quiero que te la quedes.

    - Pues muchas gracias, la verdad sí me gustó mucho, pero -Bass se dio cuenta de algo- oye, ¡se suponía que tú estabas durmiendo esa noche! -se quejaba de broma.

    - Se suponía -dijo sonriendo.

    - Como eres -decía entre risas- ¿Qué Pokémon es?

    - Un Pikachu -le contestó- lo hizo mi abuelo, era bueno en carpintería.

    - ¿De verdad? -dijo sorprendido- ¿Entonces no te importa dármelo?

    - No, claro que no, -decía- sé que está en buenas manos, cuídala.

    - Te lo prometo -decía apretando la figura del Pokémon contra su pecho.

    - Una última cosa, -dijo cuando estaba a punto de marcharse- recuerda tu promesa.

    - No te preocupes Kennedit, no diré nada -le aseguraba.


    Los dos amigos se despidieron, Kennedit volvió al bosque y Bass se quedó mirándolo, hasta que ya no se le veía. Entonces miró en dirección opuesta al bosque, donde debía estar su casa. Empezó a caminar, no tenía prisa, pero deseaba ver a su familia, después de todo había estado varios días desaparecido y estarían muy preocupados por él.

    Bass atravesó la pradera, y llegó al camino que llevaba a su casa. Cada vez estaba más cerca, y entonces allí estaba, su pequeña casa le esperaba un poco más adelante. Bass empezó a correr de la emoción, y llamó a gritos a su familia. Dailin estaba sentada al lado de la puerta, estaba triste, se le notaba que había estado llorando no hace mucho. De repente, algo la hizo mirar a la derecha de su casa, no lo podía creer.


    - ¡Bass! -gritó y las lágrimas volvieron a mojar su rostro.


    Dailin echó a correr hacia su hermano. Sus padres salieron de la casa, alarmados por el grito de su hija, y al igual que ella, corrieron hacia su hijo. Dailin estaba abrazada a su hermano, llorando inconsoladamente, y él, correspondiendo con gran afecto el abrazo, dejaba escapar pequeñas lágrimas. Sus padres lo abrazaron también y ellos tampoco pudieron evitar las lágrimas.

    Todos entraron en la casa, Bass tenía que dar muchas explicaciones, pero en ese momento sólo querían estar juntos, así que decidieron dejar eso para más adelante. La madre de Bass le preparó un almuerzo delicioso, para que su hijo sintiera que estaba de vuelta en casa -que debe haber comido por ahí- pensaba ella.


    - Estaba muy bueno, gracias mamá -agradecía Bass que no podía estar más feliz.

    - Bass creo que ahora nos debes muchas explicaciones -su padre estaba feliz por recuperar a su hijo, pero eso no quitaba que Bass hubiera salido de casa, enfermo y durante tres días, y sin decir nada a nadie.

    - Bueno pues... -Bass pensó, no le gustaba mentir a sus padres, pero había hecho una promesa a Kennedit, debía inventar algo- Os diré lo que pasó. Aquel día estaba yo en la cama, con fiebre, pero me sentía bien, así que decidí dar un paseo por la pradera.

    - ¿Fuiste a la pradera? -preguntó su hermana.

    - A sí es, -afirmaba- y bueno, después de estar allí un rato -prosiguió- iba a volver a casa, cuando escuché un ruido proveniente del interior del bosque y... -fue interrumpido.

    - Te internaste en el bosque, ¿cierto? -su padre le miraba decepcionado, muchas veces había advertido a su hijo de que no entrara en aquel bosque, sin embargo, sentía que sus consejos no eran escuchados por su hijo.

    - Lo siento papá, -Bass miraba al suelo, estaba avergonzado de todo lo que había hecho, su padre había dejado de mirarle y se mantuvo en silencio, eso hacía que Bass se sintiera un mal hijo.

    - Así que, ¿te perdiste en el interior del bosque? -su madre acababa con el silencio de la casa, pero su marido no deseaba oir más y se marchó a su habitación.


    Bass sólo asintió ante la pregunta de su madre, mientras veía como su padre se marchaba. Esa noche Bass no pudo dormir, se sentía un miserable, su padre debía odiarle, de seguro con esto ya no volvía a confiar en él. Bass se incorporó en su cama, encendió la pequeña lámpara de aceite, que había en una mesita, y abrió un cajón de la misma, dentro, la figurita que Kennedit le había dado, parecía sonreirle para que se sintiera mejor.

    Y lo consiguió, Bass sonrió, por mucho que le doliera lo de su padre, no podía arrepentirse de todo lo que había vivido en el bosque. En ese momento, casi deseaba volver al bosque de nuevo, pero prometió no hacerlo. Aun así, sabía que volvería a ver a Kennedit algún día, de eso estaba completamente seguro.



    ****************************************************


    En anciano dejó de hablar de repente, había notado algo frío en su frente, los jóvenes que le atendían no sabían que había pasado. John miró al cielo, lo jóvenes le imitaron y supieron al instante lo que pasaba. El cielo estaba completamente nublado, y había empezado a caer una débil lluvia.


    - Será mejor que lo dejemos aquí ya seguiremos mañana -dijo John levantándose y arrojando el cubo de agua fría sobre el fuego.

    - Growlithe tranquilo, -Kilian trataba de tranquilizar a su Pokémon que, al se de tipo fuego, estaba inquieto debido a la lluvia- vuelve a tu Pokéball.

    - La lluvia es cada vez más fuerte, mejor que nos vayamos -decía Alina.


    Todos salieron corriendo hacía sus casas, con la decepción de no poder continuar con la historia. Una vez en sus casas todos tenían un único deseo en sus mentes, una única frase: "ojalá mañana deje de llover".


    CONTINUARÁ...


     
  9.  
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    Re: Pokémon: La leyenda

    Hola!
    Como tas?
    Espero que bien
    Oye hasta ahorita me dio tiempo de acabar de leer tu fic, es que mi CPU se descompuso y pus no podia entrar.
    Pues no se pero yo sigo pensando que no es tu primer fic, tu narracion y la historia en general es muy buena como para ser la primera.
    Deverias tomar en serio lo que dice Lumineon, de hecho parace que vamos a tener uno pronto, deberias inscribirte.
    Espero que sigas con tan buen fic
    chau
     
  10.  
    Melody

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    Re: Pokémon: La leyenda

    Gracias por sus comentarios, y aquí traigo la continuación.


    *Sexta noche (1º parte)


    Dash estaba sentado en el sillón de su casa, miraba el suelo. De vez en cuando, sus ojos se posaban en la ventana de la habitación, allí, cientos de gotas de agua golpeaban incesantemente el cristal. De repente una luz blanca, proveniente del cinturón del joven, iluminaba la habitación, ésta empezó a tomar forma, hasta convertirse en un Charmeleon.

    El Pokémon de fuego miró a su entrenador, el cual no reaccionó ante su presencia. Volvió su mirada a la ventana, llovía, ahora sabía el por qué su amigo se encontraba así, quería ir con sus amigos, y sin embargo no podía salir de casa.

    El sonido del teléfono rompió el silencio, y sacó de sus pensamientos a Dash. Se levantó apresuradamente, y se dirigió a una mesita pequeña del salón, en la cual se hallaba el aparato.


    - ¿Sí? -Dash preguntaba sin ganas.

    - ¿Dash? Soy Alina -contestaba la joven amablamente.

    - ¿Ocurre algo? -preguntaba él más animado, por alguna razón el hablar con ella le subía el ánimo.

    - Llamaba para avisarte -dijo- como está lloviendo, hemos quedado en ir a casa de John, él ya nos está esperando. ¿Te vienes?


    La respueta era obvia, Dash colgó el teléfono, no sin antes despedirse por supuesto. Se puso a buscar como loco su chubasquero, Charmileon sólo veía como su entrenador corría de aquí para ya buscando, esta vez, el paraguas. ¿Pero donde está? Se quejaba. Charmaleon, harto de ver esa tonta escena se dirigió a la entrada principal, al lado de ella se encontraba el paraguero, y allí, obviamente, estaba el paraguas.

    Charmaleon llamó a su entrenador, el cual acudió a ver que quería. Charmaleon señaló el paraguero, mientras veía la cara de tonto que se le había quedado a su entrenador.


    - Eh... si bueno, mejor marchémonos ya jeje -disimulaba él tontamente, mientras lo cogía y abría la puerta principal.


    Afuera todo estaba empapado y lleno de barro, por suerte Dash se había puesto las botas de agua. Cerró la puerta a sus espaldas y abrió su paraguas.


    - ¡Vamos Charmaleon! -éste le miró extrañado, pero no le dio tiempo a decir nada, pues su entrenador había salido corriendo y ya casi había salido del jardín de la casa.


    Dash había recorrido unos escasos tres metros fuera de los terrenos de su casa, cuando se dio cuenta de algo. Volteó y vio a su Charmaleon en el porche de su casa, cruzado de brazos, su cara parecía no estar muy contenta.


    - Jeje parece que hoy estoy un poco despistado -dijo mientras se acercaba a su Pokémon de fuego. Al llegar, él no hacía más que quejarse, estaba molesto- lo siento amigo- decía asustado, parecía que le iba a comer en cualquier momento- mira que no darme cuenta que no te gusta el agua -Dash sacó su Pokéball y metió a Charmaleon en ella.


    Dash comenzó a correr en dirección a casa de John, la lluvia no paraba, a Dash incluso le pareció que la lluvia tenía más fuerza. Llegó a casa de John al fin y tocó el timbre. Kilian le abrió la puerta, todos estaban allí, esperándole. Dash se sentó junto a la chimenea que estaba encendida, pues se había mojado a pesar del paraguas.


    - Bueno ya estamos todos -comenzó John- podemos seguir con la historia.


    *****************************************************


    Bass no fue a trabajar los dos días siguientes, a petición de su madre, que pensaba que Bass había tenido una experiencia horrible perdido en el bosque. Éste se sentía mal, su madre se preocupaba por nada, pues él había estado bien esos días, en casa de Kennedit. Pasados esos días, la vida de Bass volvió a ser la misma. Se levantaba temprano, trabajaba toda la mañana junto a su padre, al mediodía, su hermana les llevaba el almuerzo, para al terminar seguir trabajando hasta la noche.

    Después de su experiecia en el bosque, Bass sentía que la vida que llevaba no le satisfacía, se sentía vacío. Su vida consistía en sobrevivir y no en vivir, que son cosas diferentes, la rutina le estaba matando. Quería creer que no pero, deseaba volver al bosque, parecía que algo le impulsaba a ir de nuevo y Bass ya no podía resistirlo más.

    Habían pasado dos meses desde su estancia en el bosque, Bass seguía igual de deprimido y su familia lo notó. Ya no sonría como antes y había perdido el apetito, todos empezaban a preocuparse mucho. Por ello, una noche al terminar de cenar, su padre decidió ir a la habitación de su hijo para hablar con él.

    El hombre llamó al a puerta suavemente, pero nadie le respondió. Volvió a intentarlo un poco más fuerte, -pasa- escuchó. Abrió la puerta lentamente y encontró a su hijo tendido en la cama, no estaba durmiendo, miraba hacia arriba, seguramente hacia un punto inexistente.


    - Hijo -comenzaba él, mientras se sentaba en el borde de la cama- ¿Qué te ocurre? ¿Tienes alguna preocupación?

    - No -contestó secamente, y cerró los ojos para evadirse de las preguntas de su padre, pero le fue inútil.

    - Estoy seguro que te pasa algo -dijo mientras le miraba fijamente. Bass seguía con los cerrados y decidió no contestar, ésto molestó mucho a su padre- Bass estoy intentando ayudarte, pero sino me lo cuentas no podré hacer nada -hubo un corto silencio-
    desde que volviste del bosque has estado muy extraño, pareces deprimido.

    - ¡Ya te he dicho que no me pasa nada! -gritó Bass, había abierto sus ojos y se había incorporado en su cama, ahora los dos se miraban fijamente. Bass se arrrepintió rápidamente de su acción, estaba a punto de pedir perdón, cuando se oyó un fuerte ruido, procedente de la entrada principal de la casa, seguido de un gritó de Dailin.


    Ambos, padre e hijo, salieron rápidamente de la habitación. Al llegar a la habitación, donde estaba situada la entrada principal, Bass se quedó paralizado. Ante él, un soldado sujetaba a su hermana y la amenazaba con un puñal en el cuello, a su lado, otro soldado apuntaba con su espada a su madre, quien estaba en suelo con una herida en la cabeza.

    En total había tres soldados, el tercero sacó su espada en cuanto los otros dos miembros de la familia llegaron, y les apuntó con ella. El cabeza de familia, siempre protector, se puso delante de su hijo para protegerle. Bass dio un paso atrás, tenía miedo.


    - ¿Qué quieren? -preguntó desafiante el agricultor- ¿Cómo se atreven a tratar así a mí familia?

    - Cuidado con lo que dices, anciano, o tu hija lo pagará -contestó el que tenía sujeto a Dailin, mientras acercaba más el puñal a su cuello.

    - Papá -Dailin lloraba, estaba muy asustada, y con razón.


    Bass enfureció, no iba a permitir que le hicieran eso a su hermana. Dio un paso adelante, pero su padre se interpuso, Bass le miró desconcertado, pero pronto comprendió que lo hubieran matado sin resignación al acercarse, y no sólo a él sino a Dailin también. A Bass no le quedó otra que guardar su enfado.


    - ¿Qué quieren? -volvió a repetir el hombre, pero esta vez parecía más una suplica.

    - Es muy fácil -dijo el que no tenía ningún rehén, bajó su espada, y levantó el brazo para poder señalar con el dedo- lo queremos a él.


    Todos los miembros de la familia quedaron desconcertados, el soldado lo apuntaba a él, ¿pero por qué?, nadie lo entendía, y mucho menos Bass, el cual estaba siendo apuntado por el dedo de aquel soldado.

    CONTINUARÁ...
     
  11.  
    ~NaKaMuRa YuKiKo~

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    Re: Pokémon: La leyenda

    ¡¡¡¡¡Awwwww!!!! termino en la mejor parte, quiero saber que pasa despues, ¡¡dime dime!!! ¬¬ bueno no me digas por que si no pierde la gracia, ¡¡pon conti rapido melody me encanta!!! ^-^ , ¿por que le habran apuntado el dedo a Bass?, estoy con tantas preguntas ¿que habra pasado conmigo que no aparezco XD?
    bye bye
     
  12.  
    Not good boy

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    Re: Pokémon: La leyenda

    Hola
    Pues muchas felicidades, tu historia esta de lo mas interesante. Y si, si nos dejaste en lo mas interesante... creo que ya se a donde va todo eso y por que, pero prefiero no adelantar concluciones, mejor espero como buen lector :)
    Estas haciendo un muy buen trabajo y lo voy a seguir



    Si, fuiste tu, perdon. Es que ya estoy tan perdido que ni me fijo bien en la cosas
    En fin, no vemos
    chau
     
  13.  
    Melody

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    Bueno la otra vez no tuve tiempo de aclarar algunas cosas y aprovecho ahora que tengo tiempo.

    Opino igual que tu sobre los shiping, por eso quise hacer mi fic diferente. Aunque también creo que es la razón por la que no muchos lo leen n_nU Pero me da igual, prefiero un solo comentario y que sea sincero a muchos y que solo mientan.

    Gracias por leer mi fic, y por supuesto que me puedes decir melo, la mayoría de la gente lo hace n_n

    Me alegra tu vuelta, tu opinión en mi fic me interesa mucho. Y lo del concurso, pues me lo pensaré.

    Tranquila Carla, yo sé que fuiste tú la primera en decirmelo, y yo nunca ignoro a mis amigos.


    Pues quería avisarles de que el miércoles me voy de vacaciones, intentaré que el capítulo esté mañana, pero si no puedo tendrán que esperar al lunes.

    Eso era todo, un saludo,
    melody

    Bueno siento haber tardado, pero aquí está la continuación, espero que les guste.


    *Sexta noche (2º parte)


    - ¿Qué quieren? -volvió a repetir el padre de Bass, pero esta vez parecía más una suplica.

    - Es muy fácil -dijo el que no tenía ningún rehén, bajó su espada, y levantó el brazo para poder señalar con el dedo- lo queremos a él.


    Todos los miembros de la familia quedaron desconcertados, el soldado lo qpuntaba a él, ¿pero por qué?, nadie lo entendía, y mucho menos Bass, el cual estaba siendo apuntado por el dedo de aquel soldado.


    - ¿Yo? -dijo Bass costosamente, no lo entendía y tenía miedo.

    - Exacto -terminó el soldado bajando el brazo- Te vimos salir del bosque hace dos meses, y queremos hacerte un par de preguntas sobre el chico que te acompañaba entonces -decía con una sonrisa en su rostro.


    Toda la familia miró a Bass desconcertada, ¿de qué estaba hablando el soldado? Por su parte, a Bass se le vino a la mente la imagen de Kennedit y también sus palabras: "si te lo cuento, te meterás en un problema muy grande" ¿Sería esto a lo que se refería Kennedit? Su madre estaba herida y su hermana con un puñal en el cuello, ¿todo es culpa mía? Bass se atormentaba con preguntas.

    Al contrario que Bass, su padre tenía la mirada decidida, levantó su mano y colocó dos dedos en su boca procando un penetrante solbido, que duró unos segundos. Todos los presentes le miraron entonces.


    - ¿Qué haces? -preguntó el soldado de antes, que volvió a levantar su espada, pero el padre de Bass se había
    adelantado.


    Para sorpresa de todos, corrió hacia el soldado y le dio un puñetazo en el estómago, dejándolo inconsciente, arrebatándole así su arma. Sin detenerse, cogió el taburete que estaba a su lado y lo lanzó contra la lampara de aceite que estaba en el techo. Todo se hizo oscuridad entonces, nadie veía nada, o mejor dicho casi nadie.


    - Maldito viejo -decía el soldado que retenía a Dailin- tu hija pagará este atrevim... -no pudo terminar su amenaza, sintió como un objeto punzante penetrabapor su espalda, para luego dejar de sentir.

    - ¿Marco? -el último soldado empezó a tener miedo -yo me largo de aquí- y caminó lentamente hacia donde creía que estaba la puerta, pero tropezó y calló. Sus manos tocaron en ese momento, un líquido viscoso, al llevarse las manos a la cara para olerlo, se dio cuenta de lo que era- ¡es sangre! -al momento, su respiración se apagó dando paso a la muerte.

    - ¿Qué ha pasado? -decía Bass mientras le abrazaba su hermana, su padre la había llevado hasta él al liberarla- ¿Papá estás bien?

    - Estoy bien hijo, no te preocupes -le dijo en medio de la oscuridad para tranquilizarle.

    - ¿Puedes encender la luz? -preguntó Bass que aun temblaba un poco.

    - No, es mejor no hacerlo -su voz sonaba dura y seca- escucha lo que voi a decirte Bass, quiero que cojas a tu hermana y a tu madre y vayáis al bosque, coged lo que necesitéis y marchaos ahora mismo.

    - No quiero cariño, yo me quedo contigo -su mujer no deseaba dejarle sólo.

    - Está bien, -aceptó- entonces Bass, Dailin debéis ir sólos, tenéis que cuidar el uno del otro y... -fue interrumpido.

    - ¡¿Pero qué dices?! ¡¿Por qué quieres que nos vayámos?! -Bass gritó hacia la oscuridad pues no sabía la posición de su padre- Todo ha acabado ya, ¿no es cierto? -esto lo dijo muy débilmente, deseaba una respuesta afirmativa.

    - ¡Vendrán otros! -gritó- y no tardarán en hacerlo. No quiero que te sientas culpable por todo lo que está pasado hijo, no es culpa tuya. Pero debes aceptar lo que se te viene encima.

    - ¿El qué? No entiendo nada de lo que dices -Bass no entendía, pero lo que sí entendió, aunque su padre le había dicho que no, era que todo lo sucedido había sido culpa suya, y eso le hacía sentir un miserable.

    - No hay tiempo para contártelo ahora, id a vuestra habitación y cojed solo lo imprescindible que quepa dentro de vuestro zurrón -ordenó muy seriamente.


    Aún sin entender, Dailin sujetó la mano de su hermano y lo llevó hasta la habitación que ambos compartían. Cerraron la puerta de la misma, y rápidamente buscó todo lo que les sería útil. Mientras, Bass se había sentado en su cama muy pensativo, pero sin saber que pensar exactamente. ¿El bosque? Porque su padre quería que fueran allí, todo empezó por entrar en ese maldito bosque, pensaba Bass.


    - Bass, deja ya de estar embobado y haz lo que ha dicho papá -la voz de Dailin sonaba débil, se notaba que aun tenía el corazón encogido.

    - ¿Por qué? -decía desafiante- ¿Por qué tenemos que irnos? ¿Es que no te importa dejar a nuestros padres aquí? -preguntó más calmado.

    - No digas tonterías, -decía ella apunto de llorar de nuevo, pero se contuvo- claro que me importa, pero papá sabe lo que hace, yo confío en él, ¿por qué tú no?


    Bass quedó pensativo de nuevo, entonces su madre entró en la habitación y redujo la intensidad de la luz de la lámpara, hizo una señal de silencio a sus hijos y señaló hacia la ventana. Ellos se asomaron, y vieron como un grupo de al menos veinte soldados se aproximaba a la casa. El miedo volvió a sus cuerpos, llevaban antorchas y parecía que iban bien armados.

    - Bass rápido, coje tus cosas -le apresuraba su madre.

    Bass reaccionó, cogió su zurrón y empezó a meter lo imprescindible. Su hermana ya había salido de la habitación y su madre le esperaba en la puerta de la misma. Bass recordó algo, abrió el cajón de su mesita de noche y cogió la figurita de Kennedit, había prometido cuidarla y no la podía dejar allí.


    - Veo que no nos has contado todo lo que sucedió en el bosque -su padre acaba de entrar en la habitación. Bass le miró sorprendido, no sabía que decir- Se están acercando, date prisa -y salió.


    Bass estaba un poco confuso, pero metió la figurita en el zurrón y salió de la habitación. Su familia le esperaba en la puerta de atrás de la casa, donde él y su hermana debían separase de su familia. Ya estaban por marcharse, entonces se escuchó como los soldados aporreaban la puerta.


    - Rápido debéis iros -apresuraba su madre. Los dos salieron, pero a unos pocos metros alguien llamó a Bass y se acercó a él.

    - Bass escucha lo que voy a decirte -su padre estaba muy serio- Ve al bosque, escuentra a Kennedit y dile que sóis hijos de Erik y Melissa, él os ayudará -entonces un fuerte ruido se oyó en el interior de la casa, la puerta había cedido ante los soldados, quienes ahora estaban sorprendidos al ver los cadáveres de sus antiguos compañeros, allí, en el suelo, envueltos en un charco de sangre.

    El padre hizo una señal de que se marcharan rápido y eso hicieron, aunque ambos iban con un remordimiento muy grande, al dejar a sus padres frente aquel peligro, no pudieron más y lloraron, lloraron sin detenerse, dirección al bosque. Lo último que vieron fue a su padre cerrar la puerta a sus espaldas.

    Llegaron a la pradera, seguían corriendo cuando algo les hizo detenerse, de repente, la oscuridad de la noche se disipó por unos segundos a sus espaldas, al voltearse, ambos puedieron contemplar llamas enormes que superaban la altura de los árboles, el fuego provenía de un lugar específico.

    - Papá, mamá... -susurraron ambos, no tenían fuerzas para decir nada más.

    - Bass vámonos de aquí -suplicó Dailin a punto de llorar. Sin embargo Bass no respondía, seguía mirando el fuego, sentía una rabia e impotencia insupersables y no dejaba de culparse por todo lo ocurrido- Venga Bass, por favor -Dailin cogió la mano de su hermano y le obligó a caminar hacia el bosque, éste la siguió sin resistirse, deseaba alejarse de allí.


    Cruzaron el arroyo, estaban a punto de entrar al oscuro bosque, cuando Bass recordóa algo que le dijo su padre: "Ve al bosque y encuentra a Kennedit". ¿Cómo podía ser? Su padre conocía a Kennedit, pero ¿de qué? Lo único que sabía era que debía volver a encontrarse con su amigo. Miles de preguntas se creaban en la cabeza de Bass.

    Sin embargo, no tuvo mucho tiempo de pensar, nada más pisar el bosque, dos soldados empezaron a perseguirles. Los dos jóvenes empezaron a correr hacía el interior, Bass cogió la mano de su hermana e iba delante, intentaba recordar el camino a la casa de Kennedit, no obstante, la oscuridad del momento no se lo permitía, a penas veía nada. Entonces Dailin cayó.


    - ¡Dailin! -Bass paró enseguida para ayudar a su hermana. Lamentablemente en esa parada de apenas segundos, los dos soldados les dieron alcance y los rodearon, sacaron sus espadas y estaban dispuestos a liquidarlos. Bass se puso delante de su hermana para protegerla.


    - ¡Estáis acabados! -dijo uno de ellos y se lanzó contra Bass, con intención de atravesarle.

    CONTINUARÁ...
     
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    Re: Pokémon: La leyenda

    Hola
    Jajaja, ya sabia yo... bueno la verdad no pero lo que si sabia era que tenias una trama bien pensada y bien planeada.
    Los giros son muy buenos, el ambiente y el rimo son exelentes, y la narracion ni se diga (Aunque en este punto normalmente invito al los escritores a ser mas abiertos y no solo relatar que pasa, sino tambien imprimirle sentimiento y opinion, asi como de utilizar palabras poeticas o juegos de palabras, de vez en cuando es divertido xD)
    La historia va super bien
    Aun no te creo que sea tu primer fic ¬¬ no naci ayer... xD no mentira pero eres muy buena
    chau
     
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    Piscis
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    Re: Pokémon: La leyenda

    ¡oh no! ToT !escapen rapido!, oye NGB, no es el primer fic de Melody es el segundo, por que se que hizo uno hace unos años, cuando no la conocia todavia, miraba su fic muy seguido ya que me gustaba mucho *-*, aa su primer fic fue "Recuerdos"
     
  16.  
    Melody

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    Re: Pokémon: La leyenda



    Aclararé eso antes de que me llamen mentirosa xD

    Es cierto que escribí "Recuerdos", pero fue un One-Shot no un fic, por eso dije que era mi primer fic, porque son cosas diferentes (o eso creo yo) Pero si me equivoqué le pido perdón a NGB por haberle mentido. De todas formas nunca me gustó esa historia fue lo primero que escribí en mi vida y no me gustó para nada ._.

    Una cosa más, te equivocas Carla no fue hace unos añitos, sino hace unos meses xD. Es verdad en aquel entonces no te conocía, que tiempos aquellos en los que no sabía lo alocada que eras xD Nah mentira, te quiero mucho Carla n_n

    Bueno espero haberlo aclarado todo, chao,
    melody


     
  17.  
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    Re: Pokémon: La leyenda

    Hola chamacos!... bueno en todo caso seria chamacas jeje xD

    Ja! lo sabia, sabia que no eras nueva en esto, tu nivel es muy alto para eso.



    Pues de hecho no. En teoria, un One short a final de cuentas es un Fanficion (O Fic, en lenguaje comun) solo que corto o de un solo capitulo. La diferencia recae en el tamaño, eso es todo




    Mmmmmm... de hecho me suena el normbre... voy a investigar. Pero no me mentiste, solo te equibocaste, esta bien no hay cuidado :).
    Espero poder leer la conti luego
    chau
     
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    Melody

    Melody Entusiasta

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    Re: Pokémon: La leyenda

    Gracias por la aclaración NGB, y perdón te mentí inconscientemente.

    Bueno siento haber tardado, pero estuve ocupada.

    *Sexta noche (3º parte)

    - ¡Estáis acabados! -dijo uno de ellos y se lanzó contra Bass, con intención de atravesarle.

    Bass cerró sus ojos instintivamente, sin embargo, no sintió nada, abrió los ojos de nuevo, y para su sorpresa, el soldado que le había atacado, yacía ahora en el suelo con su propia espada clavada en la espalda. Su compañero estaba paralizado mirando aquel cuerpo sin vida, no sabía lo que le había sucedido a su amigo.

    Bass tampoco lo comprendía, pero Dailin hizo que mirara a su derecha, ella lo había visto todo. De entre los matorrales apareció entonces un extraño ser, ambos dieron un paso atrás. Aquel ser se acercaba a paso lento, se detuvo cerca de ellos y les miró, para segundos después mirar a los ojos al último soldado que quedaba. Éste se asustó, tiró su espada y huyó, sin embargo no iría muy lejos pues un chico de unos diecisiete años apareció delante de él e inmediatamente le clavó su espada en el estómago, la sangre empezó a emanar, seguido de algunos gemidos por parte de la víctima, para después caer al suelo un cuerpo ya inexistente.


    - Kennedit -Bass estaba feliz de volver a ver a su amigo.

    - Bass no sé que haces aquí -dijo él, al parecer estaba un poco molesto- pero ya me lo contarás ahora tenemos que irnos, no pueden encontrarnos.


    Bass no quiso reprocharle nada, pues la mirada penetrante de Kennedit le había vuelto a dejar sin habla. De modo que volvió a mirar a aquella criatura, tenía un pelaje blanco y podía distinguirse varias colas, que le hacían majestuoso.


    - Es un... -casi no se atrevía a decirlo.

    - Sí, lo es -dijo secamente, pero con una sonrisa, pues sabía que el deseo de Bass se había cumplido al fin- y ella es tu hermana supongo -dijo mirándo a Dailin, quien parecía estar un poco asustada aún- las presentaciones luego, démonos prisa -ordenó.


    Kennedit comenzó a caminar a paso ligero, los dos hermanos le siguieron sin decir nada, y la criatura cerraba la cola del grupo. Bass no hacía otra cosa que mirar atrás, hacia aquel ser llamado Pokémon, que tanto había anhelado ver. Dailin, aún asustada, no soltaba el brazo de su hermano, sin embargo se dio cuenta de que el chico, nuevo para ella, y su hermano se conocían.

    Kennedit les llevó a través del bosque, por un camino muy costoso, la noche no les dejaba ver nada, no obstante Kennedit parecía saber a donde iba. La tierra a sus pies estaba mojada, símbolo de que había llovido hace poco. Caminaron hasta encontrar un terreno empinado, donde el suelo estaba formado de rocas, que debido a la lluvia resultaban resbaladizas. Allí, las raíces de los árboles, sobresalían de la tierra y se enredaban en las rocas.


    - Tened cuidado -advirtió Kennedit- la mayoría de estas rocas están sueltas y se nos pueden caer encima.

    - ¿No hay otro camino más seguro? -preguntó dudoso Bass.

    - Es el camino más corto -contestó secamente, Kennedit estaba realmente serio, no parecía el mismo chico a quien Bass conoció- A partir de ahora el camino se hará más difícil Bass, y no me refiero al terreno que pisamos, tendrás que aceptarlo. ¡Mila! -dijo dirigiéndose al Pokémon- ¿Podrías ir delante y guiarnos por camino seguro a través de las rocas?

    -el Pokémon asintió, y se puso a la cabeza del grupo.


    El Pokémon, al que Kennedit llamaba Mila, comenzó a subir a las rocas y a buscar las que no se movieran para que pudieran pasar. Todos le siguieron, Bass y Dailin iban detrás y ella tenía muchas dudas en su cabeza así que decidió conversar con su hermano para que se las aclarara.


    - Oye Bass, -dijo sin detenerse- ¿de qué conoces a ese chico? -preguntó de forma que Kennedit no pudiera enterarse.

    - Pues... -Bass tenía claro que no merecía la pena seguir mintiendo así decidió contárselo todo a su hermana- le conocí aquella vez que me perdí en el bosque -ella puso cara de sorpresa, pues él nunca había mencionado a Kennedit en su casa- Él me ayudó a encontrar el camino de vuelta a casa.

    - ¿Por qué nunca lo mencionaste? -Dailin seguía sin comprender.

    - Me lo hizo prometer -Bass se puso serio- Dailin, eso que tenemos delante es un Pokémon de verdad ¿no lo ves? Por eso Kennedit me pidió que no dijera nada.

    - Lo comprendo -dijo sinceramente, por fin se había dado cuenta de todo- Supongo que tengo que pedirte perdón.

    - ¿Por qué? -ahora era Bass quien no entendía.

    - Por todas las veces que te dije que eras un iluso, por creer que los Pokémon existían de verdad -se avergonzaba.

    - No te preocupes Dailin -Bass sonreía- es normal que lo pensarás.


    Los dos se pararon y se sonríeron, a pesar de la situación en la que se encontraban aún podían sonreír. Kennedit les llamó para que no se retrasaran y siguieron su camino. Por fin llegaron arriba, dejaron atrás las rocas para dejar paso a la hierba húmeda, el terreno volvía a ser favorable.


    - Bien, -comenzó el mayor del grupo- nos detendremos aquí, y seguiremos nada más salga el sol -Kennedit se sentó junto a un árbol y se apoyó sobre él, estaba realmente cansado, suspiró y dejó descansar su cuerpo. Su compañero Pokémon se recostó a su lado y se durmió. Bass y Dailin se sentaron cerca de él, Bass vió entonces una oportunidad para aclarar las cosas.

    - Kennedit, -comenzó- tengo que hacerte unas cuantas preguntas, si no te molesta claro.

    - Tranquilo, pregunta lo que quieras hermano -contestó sonriendo.

    - Vale -dijo y empezó a preguntar- Primero que nada quería preguntarte, ¿qué Pokémon es ese? -Kennedit rió.

    - Sabía que una de las preguntas sería esa -miró al Pokémon recostado a su lado y le acarició su suave pelaje blanco- Es un Ninetales, pero yo la llamo Mila -contestó.

    - ¿Es una chica? -preguntó casi riendo.

    - Pues sí -contestó del mismo modo- es mi chica favorita, ha estado a mi lado desde que yo era niño, antes era fiel compañera de mi padre.

    - Ya veo, pero hablando de padres -Bass siguió con sus preguntas- dime Kennedit, ¿tú conoces a mis padres?

    - Pues no lo sé, yo no salgo del bosque casi nunca, no conozco a mucha gente.

    - Mí padre me dijo que debía encontrarte -dijo recordando- que tú nos ayudarías, pero yo nunca le hablé de tí, se llama Erik y mi madre Melissa.

    - ¿Erik y Melissa? -repitió muy sorprendido- ¿Son tus padres? No puedo creerlo.

    - ¿Entonces sí conoces a nuestros padres?

    - Ya lo creo, pero sólo a tu padre -la conversación se ponía seria, Dailin escuchaba todo lo que los chicos decían sin interrumpir- Veo que tu padre nunca os habló de mí.

    - Pues no, -contestó Bass con decepción- ¿de qué os conocéis?


    Entonces Kennedit se dispusó a contar a Bass todo lo que sabía sobre Erik. Le contó que Erik y su padre eran amigos de la infancia, juntos habían protegido a los Pokémon en su juventud, pero tras casaese con Melissa había guardado definitivamente su espada, para dedicarse a su familia por completo, sin embargo, no había perdido contacto con su amigo, iba a verle al bosque cada vez que podía, incluso después de su muerte, él seguía visitanto a Kennedit y su abuelo, por eso Kennedit le conocía.

    Los dos hermanos se quedaron sin habla, su padre siempre había negado la existencia de los Pokémon y resulta que él mismo los había protegido. Todo empezaba a encajar ahora, eso explicaba el buen manejo de la espada que demostró tener en su casa ante aquellos soldados.


    - No entiendo por qué nos lo ocultó -soltó Bass al fin, después de haber estado en silencio mucho rato.

    - Creo que no quería poneros en peligro -admitió Kennedit- No quería que acabárais como mis padres -al decir esto Kennedit bajó la cabeza algo triste por recordarlo.

    - A mí me gustaría saber... -Dailin hablaba por primera vez dirigiéndose a Kennedit, hecho que les sorprendió a todos- ...que pasó con aquel soldado que iba a atacar a Bass, estaba a punto de atravesarle con su espada y de repente... ésta se clavó en la espalda de su dueño.

    - Eso fue el ataque Psiquico de Mila -los dos hermanos volvieron a sorprenderse- Los Pokémon tienen habilidades especiales, ¿no lo sabíais?

    - Yo sí, -afirmaba Bass- me lo contó mi abuelo, él me contaba muchas cosas sobre ellos.


    Todos sonrieron, pero estaban muy cansados por todo lo ocurrido, de modo que decidieron dormir lo que quedaba de noche para a la mañana siguiente seguir su camino, ¿a donde se dirigían? Eso sólo Kennedit lo sabía.



    *************************************************


    Un sonido inunda la casa de John, el reloj de péndulo daba ya las nueve de la noche, se había hecho muy tarde ya, había estado hablando toda la tarde y estaba cansado. Dash suspiró profundamente, recordó lo mal que había empezado el día, miró por la ventana y descubrió que ya no llovía, el cielo nocturno estaba despejado y dejaba ver un luna creciente preciosa.

    Todos se despidieron de John para volver a sus casas, uno por uno se fueron separando del grupo, para seguir su propio camino a casa, hasta que sólo quedaron Dash y Alina. Llegaron a un cruce donde cada uno debía coger una dirección diferente.


    - Al final el día no ha estado tal mal, ¿verdad Dash? -Alina sonreía sinceramente.

    - Sí creo que tienes razón -dijo él un poco sonrojado.

    - Bueno me marcho ya, adiós Dash -y salió corriendo direncción a su casa.


    Dash se quedó mirándo como se alejaba, hasta que giró en otro cuce y ya no la pudo seguir con la vista. Entonces un resplandor volvió a salir de su cinturón por segunda vez en ese día, y de nuevo volvió a aparecer un Charmaleon, éste miró a su entrenador, el cual seguía mirando el camino por el que se fue la chica.


    - Algún día se lo diré -decía mirando ahora a su compañero, este asintió y ambos se fueron dirección a la casa del joven.


    CONTINUARÁ...

     
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    Re: Pokémon: La leyenda

    Hola
    Pues en fin, ya no hay mucho que decir.
    La historia sencillamente es exelente, le estas dando tiempo exacto a todo en la historia. La narracion tiene una metrica muy buena y un rimo espectacular.
    La trama ya te lo dije, vas exelente, se ve que le imprimes creatividad y tienes mente abierta.
    La accion esta muy bien descrita.
    En general vas de maravilla
    Normal mente te diria que espero el siguiente cap (De hehco si lo espero) pero no quiero presionar, haslo cuando puedas
    En fin, es todo
    chau
     
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    Melody

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    Re: Pokémon: La leyenda

    *Séptima noche

    Esta vez las condiciones meteorológicas eran favorables, por lo tanto lo cinco jóvenes más John se citaron en el lugar de siempre para que éste les siguiera contando la historia. Ya estaban todos allí, bueno todos menos uno que no acababa de llegar.


    - ¿Dónde está Kilian? -preguntaba Alba molesta por el retraso del joven.

    - ¡Estoy aquí! -Kilian les avisaba desde una distancia de pocos metros- lo siento, sé que no tengo escusa.

    - La verdad es que no -comentó Alba aun molesta.

    - Bueno tranquilos, -John tomaba las riendas del asunto- Siéntate Kilian para que podamos seguir con la historia- éste obedeció- Por cierto Alba, feliz cumpleaños, no creas que se me ha olvidado- le dijo sonriendo.

    - Gracias John -Alba miró a Kilian, a quien no pareció importarle el comentario de John, su cara entristeció, no obstante nadie no lo notó y el anciano comenzó a hablar.



    **************************************************************


    El sol aun no salía del todo, el rocío de la mañana había mojado la hierba sobre la que dormían tres jóvenes y un extraño ser denominado Pokémon. Éste fue el primero en despertarse, miró a su alrededor para asegurarse que todo estaba en orden y se dispuso a despertar a su compañero que dormía plácidamente. Suavemente empezó a lamerle la cara y le movió la cabeza con la suya propia, para hacerle raccionar.

    El joven abrió lentamente sus ojos, al ver a su amiga le acarició con delicadeza su pelaje. Se levantó del suelo húmedo, y también miró a su alrededor, pues debía estar alerta. Se acercó a una joven que dormía apoyada en un árbol, la miró unos segundos sonriendo, colocó su mano en el hombro de la chica y la zarandeó levemente para despertarla.

    Al ver que ésta abría los ojos, se alejó de ella y vió como Mila intentaba despertar a Bass, sin embargo éste no parecía querer levantarse. Mila algo molesta por ver que no le hacían caso abrío su boca y soltó una llamarada directa al joven que dormía. Bass sintió un agradable calorcito, que pronto dejó de ser agradable.


    - ¡Aaaaah! -gritaba el joven mientras se revolvía en el suelo tratando de apagar el fuego.

    - ¡Mila! -Kennedit le llamaba la atención- No debería haberle hacho eso -la regañaba, ésta bajó la cabeza a modo de arrepentimiento- Bueno no pasa nada -Kennedit no podía enfadarse con ella, la quería demasiado.

    - La quieres mucho, ¿verdad? -Dailin aparecía detrás de él con una sonrisa de buenos días.

    - Sí -le contestó sinceramente.

    - Siento romper la escena, pero -Bass se metió en la conversación- ¿Es que nadie se preocupa por mí? Me he quemado el trasero, creo que no le caigo bien a Mila...

    - Nooo... -se burlaba Kennedit- lo que pasa es que a Mila no le gusta que la ignoren.


    Después de echar unas risas los cuatro siguieron su camino, Kennedit los llevaba cada vez más al interior del bosque, Bass estaba preocupado, el camino a la casa de Kennedit no era tan largo. Cada vez estaba más seguro de que no era allí a donde se dirigían, no obstante, no se había atrevido a preguntarle a su amigo.


    - ¿Kennedit a dónde vamos? -Dailin sí se había atrevido a preguntar.

    - A donde estaremos a salvo -respondió sin detenerse ni mirarla, parecía tener prisa.

    - ¿Cómo? ¿Creía qué ibamos a tu casa? -Bass sabía desde hacía tiempo que no iban a su casa pero aun así necesitaba la respuesta Kennedit.

    - No -contestó secamente- Ahora estoy sin casa, los soldados me descubrieron y la quemaron, tuve suerte de no estar dentro -Kennedit seguía hablando mientras caminaba.

    - ¡¿Kennedit quieres hacer el favor de mirarnos cuando hablas?! -a Bass empezaba a molestarle la actitud de su amigo- Sí no nos dices a donde vamos no moveremos ni un pie, así que habla -Kennedit se había parado por fin y miró a Bass con esos ojos tan penetrantes, Bass casi se arrepientió de todo lo que había dicho.

    - Tienes razón -dijo al fin, Bass se sorprendió por esto- Vamos a un refugio, donde nos esperan los demás.

    - ¿Los demás? -preguntó Dailin confusa al igual que su hermano.

    - Os lo contaré por el camino -dijo dándose la vuelta y comenzó a caminar de nuevo- me gustaría llegar antes de mañana.

    - Mira que le gusta andar... -pensó Bass.


    Entonces Kennedit comenzó con su narración. Al parecer, sus padres no eran los únicos que ayudaban a los Pokémon y que estaban en contra del rey, muchas personas lo hacían. Puesto que la gran mayoría de los Pokémon sobrevivientes de la Gran Guerra se encontraban es ese bosque, todos los rebeldes se había creado su propia guarida, desde el que poder protegerlos. Estos rebeldes se hacían llamar los Warrior dream.


    - ¿Los Warrior dream? -preguntó Bass confundido.

    - Significa Guerreros del sueño -aclaró su hermana.

    - Eso ya lo sé no soy tonto -refunfuñó- ¿Pero qué significa?

    - ¿No está claro? Bass, te diré que no todo el mundo es guardián de los Pokémon, sólo unos pocos elegidos -explicó.

    - ¿Qué quieres decir? -Bass y Dailin aun no entendían.

    - Ningún guerrero lo es porque sí, no sabemos por qué pasa, pero todos los guerreros hemos tenido un extraño sueño y al cabo de un tiempo, el mundo Pokémon se nos ha acercado sin poder evitarlo, es el destino -Kennedit terminó su explicación- decidme, ¿Vosotros habéis tenido un sueño así?


    Esa pegunta sorprendió mucho a Bass el cual comenzó a recordar el extraño sueño que tuvo hace dos meses, justo antes de conocer a Kennedit y todo el mundo Pokémon. Comenzó a comprender, Kennedit tenía razón, una vez que tienes ese sueño, el mundo de los Pokémon cae sobre tí sin poder esquivarlo, no lo podía creer, todo estaba relacionado, su sueño su encuentro con Kennedit, todo había sido previsto por el mismo destino.


    - Yo sí he tenido ese sueño -confesó Bass- fue un día antes de perderme en el bosque y que tú me encontrarás.

    - Lo sabía, después de todo eres hijo de Erik, normalmente los hijos de los guerreros también tienen esos sueños -se explicó- No fue casualidad Bass, el que yo te encontrara, todo está pensado, ¿y tú, Dailin? -los chicos miraron a la joven la cual miraba el suelo sin saber que decir.

    - Yo también he tenido ese sueño -dijo al fin- pero a mí no me ha pasado lo mismo que a Bass, yo no tuve ningún contacto con este mundo.

    - Pero Bass sí, y a través de él accediste al mundo -le explicó- Entonces todo está claro ¿no? Debemos ir a la guarida y prepararnos.

    - ¿Prepararnos para qué? -a Bass no le gustó como había sonado esa última frase.

    - Para la batalla que se avecina claro está -después de decir eso aceleró el paso y Mila le imitó- vamos rápido.

    Ambos hermanos se quedaron mirandose sin saber que decir, "una batalla" fue lo único que tenía Bass en mente. Acababa de darse cuenta de que le esperarían desafíos muy grandes en su camino, pero no tenía opción, el destino así lo había querido.



    *********************************************************


    - Increíble como todo estaba conectado -comentó Dash.

    - Y que lo digas -le acompañó Alvaro.

    - Chicos, hora de volver a casa, seguiremos mañana -acabó dicendo John.


    John apagó el fuego con un cubo de agua fría, los jóvenes metieron a sus Pokémon, los cuales ya dormían, en sus Pokéball's y pusieron rumbo a sus casas. John se separó del grupo para ir a su casa y ellos siguieron caminando. Los chicos iban delante y ellas detrás alejadas de ellos. Una de ellas estaba un poco triste y su amiga lo notó.


    - ¿Alba estás bien? -preguntó preocupada.

    - No se ha acordado de mi cumpleaños, ni siquiera cuando John me felicitó me ha dicho nada -confesaba ella muy triste.

    - Tranquila Alba, es un chico y ya sabes como son -la tranquilizaba Alina.

    - Aun así -seguía igual de triste.


    Alvaro se despidió de sus amigos, debía coger por otro camino para llegar a su casa, luego fue Dash, hasta que le llegó el turno a Alina, ella quería acompañar a su amiga hasta su casa, pues no quería dejarla sola, sin embargo ésta insistió en que estaría bien, de modo que al final solo quedaron ella y Kilian, pero pronto él también tenía que irse por su lado.


    - Bueno, aquí nos separamos -dijo él sonriendo.

    - Sí -contestó sin mirarle.

    - Alba -ella lo miró entonces, tenía la mano extendida hacia ella, en la palma de su mano un pequeño sobre con su nombre- es para tí -Alba cogió el sobre sin saber que decir- Por eso llegué tarde esta noche, feliz cumpleaños -Kilian salió corriendo en dirección a su casa sin que ella pudiera siquiera darle las gracias.


    Alba abrió el sobre que llevaba su nombre, en su interior se encontraba una preciosa pulsera rosada, sus ojos se iluminaron sintiendo una gran felicidad, después de todo sí se había acordado de su cumpleaños. Se colocó la pulsera en la muñeca y siguió camino de su casa.


    CONTINUARÁ...


    Espero que os haya gustado, yo quería avisar que a partir de esta semana (no sé el día exacto) me quedaré sin internet en mi casa, pero no pienso abandonar el fic, yo seguiré escribiendo los capítulos, lo díficil será subirlos, pero me las apañaré para hacerlo, además las clases han comenzado hoy y tendré menos tiempo, pero subirlos los subiré (como sea).
     
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