Poison (SasuSaku)

Just tonight [The pretty reckless]

¿Por dónde puedo empezar? Esto es un poco extraño… Empezaré diciendo que mi nombre es Sakura Haruno y tengo diecisiete años. Tengo los ojos verdes claros, la piel pálida, el pelo rosa y no estoy ni bien dotada ni poco dotada. Simplemente, estoy dotada ¿De carácter? Ya me iréis conociendo.

A decir verdad, mi vida no es una vida del todo normal. Quiero decir, no soy la típica adolescente que tiene una vida fácil… Aunque la vida no es fácil. Pero me refiero a que siempre que se escribe una historia, la mayoría de las cosas, son fáciles y felices pero… creo que para que haya felicidad antes tiene que haber dolor para ver cuánto eres de feliz, aunque ese sentimiento es de los pocos que no se pueden medir.

Os contaré que día cambio mi vida aunque solo fue un instante… El mejor instante de todos de los que llevo vividos.

Mis padres y yo siempre vamos al mismo lugar a veranear. Una casa grande en la costa de paredes blancas de granizo. Muy acogedora y sencilla.

En ese mismo lugar también va él. Los padres de él y los míos son amigos desde siempre y es inevitable que nos conozcamos pero… estuvimos un tiempo sin hablar porque no coincidíamos casi nunca, por no decir nunca, de manera que estuvimos casi unos siete años sin saber nada del otro o sabiendo lo mínimo a través de la comunicación-cotilla-de-las-madres.

Él se llama Ezio. Es alto, de ojos azules y cabello pelirrojo y está bien formado. No sé qué es lo que me gusta de él, pero me gusta ya que en la mayoría de las cosas… somos muy incompatibles. Os pongo un ejemplo, al él le gusta la música house y a mí me gusta el rock and roll. Muy diferentes. De carácter… al principio es un chico frio pero después, aunque sigue siendo extraño y reservado, es muy buen chico aunque muchos de sus comentarios o, su simple presencia, la odio.
Os explicaré la etapa en que todo cambio…

En verano nos volvimos a encontrar después de no vernos durante siete años pero fue en una fiesta. Yo iba con mis amigas, las cuales íbamos muy arregladas, pero no por intentar atraer a ningún chico si no… porque queríamos sentirnos guapas por una noche. Personalmente, iba con un vestido blanco de tirantes apretado en la zona del pecho y caído en vuelo hasta la mitad del muslo. Me rice el pelo y puse un clip en la oreja izquierda en forma de margarita blanca, de tal manera, que se podía ver mi piercing en la oreja igual que en la nariz en el mismo lado. Los dos en forma de aro de color negro. Llevaba unas converse rosa, igual de tono que mi pelo, de tal manera que podía tapar mis tatuajes en el pie derecho. Me maquille con una sombra de ojo con purpurina rosa en el parpado movible, rímel negro y el interior del ojo negro también. Como no… mis labios rosa pálido.

Los adultos estaban en la otra parte del recinto, hablando de sus cosas-de-adultos y los jóvenes estábamos poniendo música y bailando la gran mayoría. Yo sabía que era él a pesar de no haberle visto en años… seguía igual de guapo… pero no me quise acercar por si me ignoraba así que seguí bailando con mis amigas aunque de vez en cuando nos mirábamos.

Al día siguiente pensé que eso que compartimos de miradas era como una especie de juego, pero no le di más vueltas al tema así que me fui con mi madre de paseo a un pueblo cercano donde conseguí un par de camisetas de grupos que necesitaba. Cuando volvimos… me encontré a mi padre en el salón de casa viendo la televisión y jugando con un trozo de papel y, cuando le fui a enseñar mis nuevas camisetas de The Rolling Stones y The Beatles… tenía en su mano el teléfono de móvil de Ezio…

No me lo creía. Creía que era una simple imaginación… y, mientras no salía de mi asombro, mi padre me conto que mientras estaba en el pueblo… él vino a buscarme a casa en moto para ir a dar una vuelta por la playa… ¿Por qué me hiciste eso, destino?

En fin, sigamos con el relato.

Estuve toda la noche sin saber que hacer ya que la duda me corrompía por dentro porque quería llamarle pero no quería parecer desesperada y, aun menos, quería que se sintiera obligado a que viniera porque puede ser que sus padres le dijeran que viniera a buscarme… Así que esa noche no hice nada.

Al día siguiente me fui con Ino, que vivía en un pueblo más cerca todavía que donde fui a comprar las camisetas, y fuimos a la playa y a tomar el sol y a hablar de nuestras cosas. Al medio día estábamos en casa de sus abuelos hablando de cuando ellos eran adolescentes y salió el tema no de aprovechar las oportunidades… A ella le conté lo que me paso con Ezio de que me vino a buscar y el juego de las miradas así que, me dijo que me arreglara y que le llamara.

Quería hacerlo pero no sabía cómo reaccionaría él pero después recordé las historias que me contaron los abuelos de Ino y no me lo pensé dos veces… Me arregle y le llame.

La primera llamada no me lo cogió y, a decir verdad, me puse nerviosa. Bueno, seguí maquillándome y arreglándome porque igualmente íbamos a salir. Cuando daba por hecho que no me iba a llamar… El teléfono sonó.

Por un momento creí que era papa o mama pero no… era su número donde, al lado, ponía su nombre.

Conteste y… oí su voz. Tan masculina y tan perfecta… que creía que me derretiría allí.

–Hola, Sakura.

–Hola, Ezio.

–¿Para qué me has llamado?

–No que… como mi padre me dio tu numero y no te he podido llamar hasta ahora porque no he podido –Ino no paraba de hacerme señales como diciéndome que no me alargara y que fuera directamente al grano porque, cuando me pongo nerviosa, puedo alargarme mucho en una cosa sin sentido –Bueno que… estoy en el pueblo de al lado con una amiga… Si te quieres venir y eso…

–Ahora voy. No tardo nada.

Y colgó.

Estaba alucinando… Él iba a quedar conmigo… ¡Él!

–¡Sakura! ¡Espabila!

De repente me di cuenta que aún me faltaba otro ojo por maquillarme y fui lo más rápida posible. Me pinte los ojos negros, los labios un poco rojos, me puse mi camiseta de los Rolling, un short
tejano y unas botas militares negras.

–Ino, ven con nosotros por favor.

–¿Cómo?

–Es que si me quedo en blanco… no sé de qué hablar con él.

Estuvimos un rato discutiendo sobre si era lo más conveniente o no que ella viniera pero al final… ella decidió venir para ver si era apto o no para mí.

Estuvimos un rato esperando para ver si aparecía y me preocupe ya que llevaba más de una hora de retraso y, justamente cuando mire la hora desde el móvil, me llamo.

–¿Dónde estás?

–Es que… no recuerdo cómo se va hacia allí. Pero iré en seguida.

–Si no puedes venir, no te preocupes.

–Iré. Ahora nos vemos.

Y colgó. Dios… ¡Me encanta!

Paso un cuarto de hora más y… apareció él. Con su coche blanco…

–Hola –nos saludo dándonos dos besos en la mejilla a cada una.

–Bueno, Ezio, ella es mi amiga Ino.

–Encantado.

–Igualmente ¿Vamos a por un helado? –propuso Ino situándome en el medio de los dos, de los cuales me sentía muy tensa ya que no sabía qué hacer porque, darle un tema de conversación a él era muy difícil pero si hablaba con mi amiga ya teníamos temas en común de amores y demás que él no tenía ni idea así que no sabía qué hacer y, con la tontería, salían temas triviales de los cuales no me acuerdo.

Sin darme cuenta… había pasado toda la tarde con dos personas importantes para mí y no me había dado ni cuenta. Acompañamos a Ezio a su moto y nos despedimos ya que mis padres y los de Ino tenían una cena por la noche e iríamos las dos juntas.

Esa misma noche, después de llegar de la cena, le llame para pedirle disculpas porque había estado más pendiente de hablar con Ino que con él porque… bueno, ella tenía problemas y además, porque no sabía de qué hablarle.

–Hola Ezio.

–Hola.

–Una cosa… es que… lo siento.

–¿Por qué?

–Porque esta tarde… he estado más pendiente de hablar con mi amiga que contigo y no se… me siento mal ahora.

Él hizo una pequeña risa y, de repente hoy como jugaba con un balón.

–No te preocupes, es normal. A ella le conoces desde hace más tiempo que a mí.

Quise discrepar, pero me calle. A él le conocía desde hacia tiempo pero llevábamos años sin hablar por temas de amistades, colegio y demás.

–Bueno, me lo he pasado muy bien esta tarde.

–Y yo también.

Se hizo el silencio típico de incomodidad pero… quería seguir hablando con él y, por lo que vi, él también porque no colgó cuando tuvo la oportunidad.

–¿Qué estás haciendo?

–Darle toques a un balón. Soy el portero de mi equipo.

–No está mal.

–¿Tu no practicas ningún deporte?

–¿Bailar se considera un deporte?

–Creo que no…

–Pues no practico ningún deporte pero sí que hago ejercicio.

–Ya veo… –otra vez se hizo el silencio pero no sería yo quien empezaría conversación de nuevo

–Me conto mi madre que vas a clase de canto ¿Eres buena?

–Eso dicen… Pero no me gusta creérmelo mucho. Pienso que cada voz es única y no se pueden comparar. Siempre habrá puntos de vistas diferentes. Aunque es verdad que aprendo muy rápido a controlar el aire, la potencia de las notas, etc.

–Me gustaría escucharte…

–El año que viene mi escuela hace una especie de concierto y todos los que vamos a clase podemos participar… si quieres venir a verme, me escucharas.

–¿Y ahora?

–No. Ahora no te cantaré –le dije mientras me echaba unas risas.
Empezamos a hablar del tema de los chicos y de las chicas… Yo había tenido tres aventuras mientras que él había tenido una, según lo que me había contado. Mis tres aventuras fueron dos relaciones de cinco y cuatro meses y la tercera aventura fue una especie de… bueno, el chico solo me beso por una apuesta con sus amigos. Él me explico que se había enamorado de una chica francesa pero que no había salido bien por la distancia y por problemas. Le intente animar pero no sirvió de nada ya que, según él, lo tenía superado. Mentira.

En fin, sigamos.

Pasaron los días y siempre íbamos un grupo de amigos de cuatro personas a la playa, que éramos Ezio, Kiba, Ino y yo. No hace falta decir que Ino y Kiba congeniaron perfectamente. Es más, me atrevería a decir que tuvieron ciertos encuentros privados en el intervalo de verano, de manera, que Ezio y yo nos quedábamos en ese estado de amistad que se llama “Aguanta velas”, es decir, no pintar nada en la situación amorosa de dos personas y quedarse sin saber que hacer ¿Qué hacíamos? Fácil. Ir a jugar al agua, quedar solos por nuestra cuenta, enseñarle un par de
canciones que me sabía, etc. En resumen, me enamoré de él.

La noche que todo cambio, estábamos en un parque cerca del mar desde el cual se podían divisar casi todas las estrellas y la luna… mi parte favorita del día es cuando salen esos puntos brillantes a relucir… Bueno, sigamos con el tema inicial.

Me vino a buscar en moto a casa y yo estaba preocupada porque no me había dado tiempo a arreglarme así que mi padre le hizo pasar a mi habitación a esperar a que terminara de ducharme y demás. Pude oír cómo, mientras me arreglaba en el baño de mi habitación, observaba mis CDs y los probaba en mi aparato de reproducir música. La mayoría no le gusto porque los quitaba muy rápidamente.

Me puse una camiseta de The Beatles que me iba un poco grande, era de mi padre, que la retoque hace poco. Le corte las mangas de manera que quedaba abierta por los costados y quedaba muy larga porque era una camiseta de chico. Me puse un short tejano y unas converse negras. Me maquille con el interior del ojo negro y rímel junto con mis labios rosa pálido. El pelo me lo deje secar solo pero me puse una cinta en el pelo de color negro.

Cuando llegue a la habitación, Ezio se quedo perplejo pero enseguida cambio de expresión.

–Perdona, no he podido evitar hurgar entre tus CDs…

–No te preocupes, solo que me los has desordenado.

–Vaya –dijo él mientras observaba el estropicio que había montado con todos los CDs por la habitación –Ahora lo arreglo…

–No te preocupes ¿Hay alguno que te haya gustado?

–Sí. Este… –me dijo señalando un CDs de Bon Jovi.

–¿Y cuál ha sido la canción que más te ha gustado?

–La de Always… –me dijo mientras me miraba fijamente a los ojos… Pasaron los segundos y yo… no respiraba. Era como sentirme en una nube donde puedo volar sin ningún problema.

–¿Vamos a dar una vuelta? –le propuse para romper el hielo.

–Claro. Toma –dijo él mientras me ofrecía el casco.

Fuimos al parque, donde solo había una luz al lado de un banco y, a los alrededores, era todo hierba. Detrás de nosotros había un gran árbol de hojas caídas de los cuales había flores de mi mismo color de pelo… Simplemente, precioso y más a la luz de la luna.

Estábamos sentados en el banco que había cerca del gran árbol y empezamos a hablar de que queríamos hacer en el futuro aunque… no lo tengo muy decidido.

Él estaba estirado hacia atrás con el brazo estirado en el respaldo del banco y yo, sentada a su lado, echada hacia delante. De repente se hizo el silencio y él me agarro del hombro y me coloco hacia detrás, de manera que quedamos más o menos abrazados. No sabía qué hacer pero, para que no se sintiera mal, apoye mi cabeza en su hombro, a lo cual él también coloco la suya encima de la mía. En ese momento… el corazón me empezó a ir muy rápido y a arder todo mi cuerpo…
sintiéndome muy nerviosa pero… estaba feliz.

De repente un perro empezó a ladrar y me gire bruscamente y, cuando el perro paro, gire la cara hacia delante y… él me beso.

No me lo creía… ¡Él me beso! No sabía qué hacer ni que decir ni cómo reaccionar así que… no hice nada.

Ezio, al ver que no movía los labios, se separo de mí y me acaricio la cara juntando mi frente con la suya.

–¿No te ha gustado?

–No es eso… Solo que estoy… impresionada–le dije aún sin creerme lo que acababa de pasar. Sus
labios… tan cálidos… suaves… apetecibles y calientes. Dios… ¡Me ha besado él a mí!

–¿Quieres volver a probar? –me pregunto mirándome con una mirada que no sabía cómo interpretar, pero me encantaba… Esta vez fui yo quien le beso.

Pasamos así devolviéndonos besos y haciendo eso llamado “manitas” durante unas horas cuando de repente… papa me llamo, que fuera a casa que era tarde.

Él me acompaño con la moto y nos dimos un beso de despedida en la mejilla ya que, al día
siguiente, me iba a la ciudad y no le volvería a ver…


Lo siguiente fue que sucedió fue lo peor… es decir, hablábamos mucho por el chat pero no era lo mismo… Intentábamos quedar pero él, al estar en segundo de bachillerato, tenía mucho trabajo y no podía quedar de manera que yo me enfadaba como una niña pequeña y caprichosa… Y nos dejamos de hablar por un tiempo.

Durante ese tiempo… cambie demasiado. Empecé a fumar, a beber, a acostarme con chicos porque sí, a tener malas compañías, etc.

No lo podía evitar… Él lo era todo y del todo al nada… era un cambio muy grande.


Hola =D! Aquí traigo un nuevo ff ^^
Espero que os guste y sí... es SasuSaku
pero todo a su debido tiempo =D
No estoy muy inspirada así que dejaré la
conclusión final aqui.
Saludooooos,


-MoreThanThis.

 

Somebody to love (Queen)

Durante ese tiempo… cambie demasiado. Empecé a fumar, a beber, a acostarme con chicos porque sí, a tener malas compañías, etc. No lo podía evitar… Él lo era todo y del todo al nada… era un cambio muy grande.

En fin, volvamos al presente.

Sigo siendo Sakura, sigo teniendo diecisiete años pero esa es la única verdad desde que acabo el verano.

Estaba sentada en clase del nuevo colegio. Como no… sola. Escuchando la canción de Factory girl del grupo The pretty reckless. Sin saber porque, me sentía muy identificada con aquel grupo. A pesar de que podáis creer con mi nueva actitud, mis amigas de siempre como Ino o Hinata seguían hablándome a pesar de mi cambio y, también, mis notas seguían siendo de excelentes.

De repente, se acerco Laura. Una chica alta, rubia, esbelta… preciosa pero demasiado fácil en el campo masculino. Ella fue la última chica a la que besó Ezio y no fueron solo besos. Ella me la jugo sabiendo perfectamente lo que sentía por él.

–Hola rara ¿Qué tal? –me pregunto con su sonrisa falsa. No puedo creer que a principio de curso me llevara tan bien con ella…

–Bien ¿Y tu abre fácil? –eso la ofendió. Era la pura realidad. Acerco su cara lo máximo a la mía a milímetros de darnos casi un beso.

–Como vuelvas a decir eso me encargare de que Ezi… –pero la calle con un beso rápido.

–Aquí está el profesor. Mejor siéntate en tu sitio e intenta aprobar alguna aunque solo sea tutoría.

Ella enrojeció por el enfado y se sentó en su sitio en la otra punta de la clase.

No sé porque pero a la hora del descanso, como todo el mundo vio lo ocurrido con Laura, me hablaban de nuevo. Ella, a principio de curso, se
encargo de que toda la clase me dejara de hablar a saber tú porque disparate. A decir verdad, me daba igual que me hablaran o no. Solo quería salir pronto de allí. Laura casi pronuncia el nombre maldito…

Hace tiempo escribí esto y os lo quiero mostrar:

Odio estar maldita… Tengo la maldición de Afrodita, siempre querré a ese ser patético que me causa dolor… ¿Por qué el destino es así de cruel? No lo entiendo. Creo que no soy mala persona y que siempre intento hacer las cosas bien ¿Por qué esta voluntad de los dioses mitológicos al causarme daño? Son demasiado egoístas y yo… una tonta por hacerles caso.

Demasiado estúpida por mi parte seguir aferrada a un recuerdo. He intentado pasar página con el truco de que “un clavo saca a otro clavo” pero la cuestión es que no he encontrado al clavo perfecto para ayudarme a salir de esta.

Estaba en el aula de música del instituto tocando el piano. Era tarde pero tenía que practicar para el casting aunque no me desagrada la noche. Es más… creo que hasta incluso me parece excitante.

Iba acabe de practicar suficiente, baje la tapa del piano y la acaricie. No sé porque pero… la música era lo único que conseguía entender perfectamente como me siento en cada momento. Quizás por eso desee tanto poder convertirme en cantante.

En la puerta de salida había un chico. Bastante guapo… Le estaba pidiendo a la recepcionista una autorización para poder marcharse. Supongo que sería de los castigados de última hora. Ella le repetía que no y, sin saber por qué, decidí ayudarle.

–Hola Marisa ¿Qué sucede?

–Hola Sakura. Nada… que Sasuke estaba castigado y que se quiere marchar ya si haber completado su castigo.

–¿Estabas castigado? ¡Haberme avisado! –le dije disimulando y él me siguió el juego.

–No he podido, no me dejaban salir de clase.

Ahora que me fijaba bien… era bastante guapo y tenía algo que me atraía hacia él… De ojos negros y pelo color azabache. Estilo rebelde con su chaqueta de cuero y sus vaqueros rotos. Justamente… iba vestido como yo.

–¿Os conocéis?

–Claro. Desde siempre –hice una pausa mirando al chico y proseguí –Veras Marisa… Sus padres y los míos son amigos y esta noche, aprovechando que es viernes, han decidido hacer una cena y teníamos que estar. Le dije a Sasuke que me esperara porque tenía que ensayar –dije cuestionándome si había recordado bien el nombre que me había dicho Marisa.

–¡No lo sabía! Haberme avisado, Sasuke.

Él soltó un suspiro y ella le firmo el permiso para irse. Nos dijo adiós con la mano y nos dispusimos a salir del recinto. Por lo que había podido ver no era un chico muy hablador… Llegamos a la carretera y él se dirigió a su moto.

–Por lo menos podrías darme las gracias.

Ni si quiera se giro para mirarme.

–Nadie te ha pedido ayuda.

En eso tenía razón pero… ¡No se! ¡Quería hablar con él! Dios… ¿Qué me pasa?

–Tienes razón, supongo… Nos vemos.

El chico se dirigió hacia su moto y yo fui en dirección opuesta. Saque un cigarrillo y me lo empecé a fumar. Sorprendentemente, él se posiciono a mi lado.

–¿Quieres que te lleve?

Eso sí que era una sorpresa ¿Sería su manera de dar las gracias?

–Me harías un favor.

–Sube –dijo dándome un casco y montándome detrás de él en la moto. No era la primera vez que subía en moto pero… era la primera vez que me sentía tan liberada.

Cada vez que había algún semáforo o algo por lo que pasarse, empezábamos una pequeña conversación.

–¿Y porqué estabas castigado?

–Por pelearme con un chico en clase.

–¿Qué ha pasado? ¿Estás bien?

–Ni me ha rozado. Pero no quiero hablar del tema… ¿Tu que hacías ensayando a estas horas?

–Tengo un casting dentro de poco y así poder salir de este lugar…

–Iré a verte.

Dios… ese tipo de respuestas las daba Ezio. Simples. Claras. Cortas… En ese momento se me encogió el corazón. Esperamos un par de segundos más.

–Me he enterado que tu y una chica de tu clase os habéis peleado ¿Es verdad?

–No del todo pero no tengo ganas de hablar del tema…

–Entiendo.

Llegamos a mi casa. No había nadie porque era verdad, mis padres tenían una cena con los padres de Ezio. Decidí que no quería ir por la excusa de los estudios. No sé porque… nunca me había desagradado la soledad pero quise que Sasuke pasara ¡No penséis mal!

–¿Quieres entrar y nos tomamos una copa?

No dijo nada pero aparco la moto y entro. Fui al mueble bar de mi padre y saque una de las últimas botellas que, para mi suerte, era Jack Daniels. Cogí dos vasos cualquieras y nos sentamos en el suelo posicionándome al lado izquierdo de Sasuke. Nos quitamos las chaquetas y pude ver su camiseta de kiss que contrastaba bastante con la mía de los Rolling Stones.

–¿Por qué te has peleado con la chica esa? –me pregunto mientras daba un sorbo. Yo le hice un gran trago.

–Ella buscaba pelea pero no le he dado el gusto. Le he faltado al respeto pero… para que se tranquilizara le he dado un beso.

Él hizo una sonrisa y me miró.

–Eres interesante.

–Lo mismo digo.

–Pero todas las discusiones tienen un inicio ¿Cuál fue?

Hay veces que es más fácil hablar con un desconocido que con alguien que te pueda conocer desde siempre. Quizás… porque el desconocido no te juzgara del todo porque no te conoce.

–Digamos que la chica es… demasiado abre fácil. Se acostó con el chico del cual estoy enamorada y sí… ella sabía exactamente lo que sentía por él.
Después de eso me cabree con ella y me puso en contra de toda mi clase para quedarme sola aunque tampoco me he sentido demasiado acompañada allí, así que eso me daba un poco igual –le di otro trago a mi vaso de Jack y proseguí – Cada uno es libre de hacer lo que quiera pero bueno. Por eso le he llamado “abre fácil” y ella, como queriendo provocar una pelea por mi parte, se ha acercado a mi cara muy cerca y, para que se relajara, le he dado un beso.

–Has hecho bien.

Le sonreí. Creo… que era de las primeras sonrisas sinceras que alguien me había podido sacar en los últimos meses.

–¿Tu porque te has peleado con el chico?

–Por algo parecido. Bueno… la misma historia solo que la “abre fácil” quien tú dices es la chica que me gusta.

Eso fue el colmo ¿Él? ¿Enamorado de ella? ¡Pero si no le pega nada! Un momento… ¡¿Por qué estoy pensando esto?!

–¿Cómo? Pero… ¿Qué le ves?

–No me mal interpretes. Me quise acostar con ella y, en mi clase, dijeron que no podría y bueno… lo cumplí. Como no aceptan perder nos hemos empezado a pelear y bueno. Aquí está el claro vencedor.

–Me habías asustado. Pensaba que te referías a que estabas enamorado de ella… –dije con alivio y soltando un suspiro pero… ¡¿Por qué narices hacia eso?!

–Esa palabra es demasiado seria como para poder sentirla por alguien. No creo en el amor y en todas esas mierdas.

–A decir verdad… yo tampoco. Creía pero ya no creo…

Supongo que, por mi mirada melancólica, él entendió más o menos que aún estaba mal así que no dijimos nada más.

Al poco rato empezamos a hablar de sus planes de futuro que, quisiera o no, su futuro era ser un empresario estrella como su padre aunque no lo quisiera por nada del mundo y yo le explique que quería ser cantante e irme de aquella ciudad.

Hablamos de cosas bastante triviales: de videojuegos, de música, de alguna anécdota en alguna fiesta,… Parecía que, por muy pequeña que fuera esa parte, había encajado un poco en el colegio nuevo.

Sasuke se fue de mi casa y acordamos vernos el lunes en clase. Sin saber porque, al cerrar la puerta tras de mí al cerrar, sonreí.

Hola holaaa =D
ya traigo la conti ^^
espero que os haya gustado
ya ha parecido sasuke y esa
gran persona llamada laura *-* (ironia)
bueno, veremos que va pasando con estos
personajes con el desarrollo de la vida de
Sakura.

Saludoooooos,


-MoreThanThis.

 

Muchas gracias por el comentario Sasha =D! Bueno... la imagen que pretendia dar de Laura es como la rubia-falsa-todo-de-bote-y-de-plastico como la peliculas de "Mean Girls". La mala de toda a la hacen travesuras. Mas que nada poque..... adoro a Joan Jett y sí, he visto la pelicula de "The Runaways" y, a decir verdad, me encantaría ser Joan Jett ^^

Me alegro de que te haya gustado =D!

-MoreThanThis.

pd.: el título no fuy por My Chemical Romance si no por Alice Cooper y su cancion de Poison que siempre me da miedo pero no puedo evitar escucharla *-*!

 

The best damn thing (Avril Lavigne)

Era lunes. Mi día favorito de la semana, no sé si será por tener que levantarme a las 7 de la mañana o por todos los ejercicios que nos mandan para el día siguiente. En fin, ironías de la vida…

El lunes llegó muy pronto. Demasiado pronto… Pase de ser la chica rara apestada a ser la chica a la que todo el mundo quería conocer. Gracias a Laura y a su fantástica intervención del viernes ya no podría seguir viviendo en la ignorancia que tanto me gustaba.

Me senté en mi sitio de clase y saque el material esperando a que llegara el profesor. Todo el mundo miraba pero nadie me hablaba. Puse las piernas cruzadas encima de la mesa y saque el móvil y empecé a jugar a algunos juegos para pasar el rato.

–Hola.

Levante la cabeza asustada y era Sasuke.

–¿Qué haces aquí?

–Castigado de nuevo por saltarme el castigo de ayer.

–Ya veo…

–¿Puedo sentarme? –no espero a mi respuesta y se sentó en la silla que había delante abriéndose de piernas y apoyando los brazos en el respaldo.
No dejaba de mirarme mientras yo jugaba.

–¿Qué pasa?

Él negó con la cabeza. Que chico más raro…

El profesor entro e iba demasiado serio. Seguro que algún problema con la mujer. Un momento ¿Solo me miraba a mí?

–Sakura. La directora quiere verte.

–Seguro que se ha liado con Sasuke en los baños y van a echarle la bronca –empezó a decir Laura mientras salía. No hice caso a esa estúpida frase.

–Laura, fuera de clase –le dijo el profesor. Le sonreí pero él no fue capaz de hacer lo mismo. Estaba triste… Creo que se compadecía de mí pero ¿Por qué? Laura salió detrás de mí y me alzo la voz para que me parara.

–Por mucho que quieras ser popular… –le corte la frase.

–Sabes de sobra que nunca he querido serlo –ni me gire para mirarla.

–A mi no me engañas ¿Sabes una cosa? Sasuke y yo… –le volví a cortar.

–Sé que os habéis liado. Igual que te liaste con Ezio.

–Celosa ¿Verdad?

Le mire fijamente a los ojos y no respondí. La miraba como si yo fuera el león y yo la presa. Se asustó, se cruzó de brazos y se apoyo contra la pared dejándome de mirar. Salí de ese ambiente dirección al despacho de la directora. Estaba seria. Demasiado seria. Estaba apoyada contra el escritorio delante de mí.

–Hola, Sakura.

–Hola Matilde ¿Qué pasa?

–No sé cómo decirte esto pero… sé que no va a ser fácil. Veras… tus padres…

–¿Qué pasa con mis padres? –me asuste ¿Qué estaba pasando?

–Bueno veras…

–¡Dígalo! ¡Ya! –le grite.

–Han fallecido. Unos borrachos… forzaron a tu madre y tu padre, por defenderla, le apuñalaron un par de veces. A ella la apuñalaron después.

No…

–¿Qué…? ¿Está de broma? ¿No?

Ella negó con la cabeza. La rabia me podía… la cogí del cuello de la camisa y la levante un poco del suelo.

–¡Dígame que no es verdad!

Ella no hizo nada pero me aparto la mirada. La baje recordando que era la directora.

–Lo siento… –dije mientras retrocedía y me iba corriendo de aquel lugar.

–¡Sakura! –escuche como me chillaba la mujer pero pase de ella. Necesitaba correr… alejarme de todo. Las lágrimas bajaban por mis mejillas y no podía parar de chillar al mismo tiempo que corría. Quería ahogarme… creer que todo eso era mentira. Pero esa no era la realidad. La realidad era que era huérfana. No tenía a nadie. Ni hermanos. Ni tíos. Ni abuelos… Estaba sola. Como no… la lluvia siempre acompaña.

Sin darme cuenta ya era tarde. Entrando la noche. Seguía lloviendo y yo seguía empapada, pero me daba igual. Estaba entrando por mi calle para entrar en casa. Una casa que siempre me había parecido común pero ahora… desearía con todas mis fuerzas que fuera común.
En la entrada había una moto y, bajo el porche, Sasuke refugiándose de la lluvia.

–Hola…

–En el colegio nos han contado lo que ha pasado.

No dije nada. No podía huir del presente ni si quiera allí.

–Te has dejado la mochila y te la he traído.

–No tenias porque…

Él me abrazo dejando su brazo izquierdo bajo aguantando mi mochila y apoyo su barbilla en mi cabeza.

–Lo siento… –me susurró.

Empecé a llorar de nuevo… Apoye mis manos en su pecho y empecé a chillar y a morder su camiseta como reprimiéndome aunque en realidad no estaba reprimiendo nada. Él no dijo nada. Se quedo callado esperando a que me sintiera mejor.



–Perdona por lo de antes.

–No te preocupes –me dijo él quitándose la camiseta y metiéndola en la lavadora. La camiseta era blanca pero por culpa del maquillaje era de todo
menos blanca. No le propuse ponerse nada encima porque me gustaba lo que veía aunque se podía ver claramente en mi cara que estaba sonrojada.
Él se rio divertido.

–¡Cállate!

–Eres adorable –dijo guiñándome el ojo desde la cocina y haciendo la lavadora. Esta vez fue él quien saco a Jack y los dos vasos.

Seguimos hablando de lo mismo del viernes pasado. No quiso sacar el tema de conversación de mis padres y yo tampoco quise decir nada pero… al final salió algo a la luz.

–¿Cómo piensas vivir ahora?

–Supongo que… buscaré trabajo y me trasladare a alguna casa más barata.

–Si quieres puedo ayud…

–No. Quiero hacerlo todo por mi misma… solo te pediría un favor –él espero a que yo prosiguiera –Tu tienes una casa enorme ¿no? –él asintió
–¿Podría guardar en un garaje o algo en cajas las cosas de mis padres? No creo que tenga espacio en lo que pienso tener.

–Tranquila. Pídeme ayuda con lo que sea.

–Y… otra cosa más –hizo lo mismo de antes –Si no es mucha molestia… me gustaría que… me vinieras a buscar a mi casa nueva para llevarme del
casa al instituto y viceversa.

–Tenía pensado hacerlo desde un principio ¿Mañana iras a clase?

–Sí… sé que si me quedo aquí me sentiré peor.

–¿Estás segura?

–Sí.

–Está bien… Te pasaré a recoger a las siete y media de la mañana para que nos dé tiempo de sobras a llegar.

–Gracias… – le dije dándole un beso en la mejilla.

Pasamos el resto de la noche bebiendo y hablando de más cosas, las cuales eran temas triviales y solo eran una excusa para tenerle cerca hasta que me durmiera. No quería pasar la noche sola o, como mínimo, dormirme acompañada y despertarme sola… Como pasaba en la realidad. Dormí acompañada y desperté sola…


Por la mañana me encontré tumbada en mi cama, con el pijama puesto, sin el maquillaje y todo bien recogido ¿Había sido Sasuke? Que atento pero… ¡No llevo sujetador! ¡A saber que me habrá hecho mientras dormía ese cerdo!

Mire la hora y eran las siete y Sasuke me vendría a buscar en media hora. Fantástico… Salí corriendo de la cama, cogí la ropa del armario y el maquillaje y me fui a duchar. No lo puedo creer ¡Me había duchado en diez minutos! Me sequé el pelo, me vestí con una camiseta del grupo Kiss, unos tejanos rotos y pintados sí… eran los que utilizaba cuando pintaba la habitación de casa, unas botas negras militares y una sudadera negra. Me puse una diadema oscura y maquille con el interior del ojo negro, rímel negro, línea en el parpado superior en inferior y un poco de brillo en los labios. Aun tenía quince minutos.

Recogí la habitación rápidamente. Hice la cama y puse los peluches y las almohadas encima. Recogí los apuntes que estaban dispersos en la mesa e
hice la mochila con los libros necesarios del día. En ese momento descubrí una nota de Sasuke en mi escritorio.

Tienes el café hecho. Solo tienes que ponerlo a tu gusto y calentarlo en mi microondas.
Sasuke.

Dios… ¡Que atento!

Baje corriendo al salón. Tiré la mochila en el sofá y me metí en la cocina. Había otra nota.

Si no te das prisa me iré sin ti.
Sasuke.

¡Ya lo sé! ¡Pesado!

La cafetera estaba encima de la bitrocerámica ya hecha. Puse el líquido en un vaso con leche y muchísima azúcar. Esa mañana necesitaría energía…
El café lo acompañe con una tastada con mantequilla y una tostada con mermelada de frambuesa. Dios… ¡Qué bueno! Aún tenía dos minutos.
Aprovechando esos dos minutos subí al cuarto de baño y me lave los dientes. Como ultimo retoque me pinte los labios de nuevo.

Un motor de moto sonó. Intuí que era él y me tire por la barandilla de las escaleras del piso de arriba, cogí la mochila y salí tranquilamente por la puerta ¿Algo irónico verdad?

Le vi allí… sentado en la moto con una pierna apoyada en el suelo para que la moto no cayera. Tenía su casco puesto y tenía otro en la mano ¿Seria para mí? Me acerque a él y me dio el casco. Subí en ellas sin problemas, como la vez anterior, y fuimos hacia el colegio. Para mi mala suerte no teníamos semáforos en rojo para pararnos y poder hablar aunque solo fuera segundos pero… esa libertad que sentía en la moto no sé porque pero… me encantaba demasiado.

A mi pesar, llegamos al instituto.

Todo el mundo me miraba como si fuera una apestada…

Bajamos de la moto y nos dirigíamos a la entrada del instituto. Le di el casco a Sasuke

–Te lo regalo.

–¿Cómo? ¿Tú sabes el dineral que cuestan los cascos de moto?

–Tengo muchos más en casa y no te preocupes… Te he dado el más horrible –lo mire y era negro. No tenía más y estaba en muy buen estado… Le empuje con la mano derecha para hacer ver que me fastidiaba pero era solo para que se sintiera mejor.

–Por cierto… Gracias.

–¿Por qué?

–Por lo de anoche y por el café de esta mañana aunque… me ha extrañado verme sin sujetador, en la cama y sin maquillaje.

Él se sonrojo y aparto la mirada. Me hice la enfadada y quería estar enfadada pero… a una parte de mi no le había importado que la mirara.

–Lo siento… creí que así estarías más cómoda.

Me empecé a reír y él se giro de golpe buscando el punto de la broma. Seguidamente le guiñé un ojo.

–No pasa nada, de verdad. Pero igualmente… gracias por todo.

Él se sonrojo de nuevo y esta fue él el que me empujo un poco. Empezamos a discutir un poco hasta que nos dividimos en el camino para nuestras respectivas clases. No sé porque pero… ahora sin él me sentía un poco menos sola a pesar de que seguía teniendo a mis dos mejores amigas, Ino e Hinata. Tenía que hablar con ellas.

Llegué a mi asiento y vi que todo el mundo me miraba con pena y compadeciéndose de mí pero nadie era capaz de decirme nada. Tire la mochila al suelo, me senté y apoye las piernas encima de la mesa; una encima de la otra. Cuando llego el profesor las baje y empecé a tomar apuntes. La 2na guerra mundial. Fantástico tema. Sobre todo por toda la gente que murió. Dios… Qué asco de mundo.

Por fin llegó la hora del descanso y Sasuke me vino a buscar a mi clase supongo… que para no dejarme sola tanto tiempo. Dios… ¡Me encanta! En el recinto escolar había un parque en la parte de atrás, todo verde y muy extenso. A un par de metros de la salida de atrás había un árbol de cerezos. Me llevó hasta él y nos sentamos.

–¿Qué tal ha ido la mañana? –le pregunte.

–Bien aunque… ¿Eso no debería preguntártelo yo?

–Es igual. No te preocupes.

–Se me había ocurrido una cosa.

–¿Cuál?

–Respecto a tu… casa –yo asentí haciendo ver que no me importaba –Creo que podría encontrar unos compradores muy pronto.

–¿Cómo de pronto?

–Pues… en un día o dos como muy temprano los podría encontrar.

–¿De fiar?

–Claro aunque… no te puedo decir para que sería ese espacio.

–Entiendo… –le dije. Tenía la necesidad de saber quién iba a ocupar mi hogar y sobre qué fines pero… una vez la vendiera ya no sería de mi propiedad así que tampoco tenía mucho que decir…

–Vaya vaya… Si es la huerfanita.

Como no, Laura…

–Hola –le dije sin mirarla. Mire a Sasuke y… parecía como si a él se le hubiera roto algo por dentro. No decía nada… ¿Qué le pasaba?

–Ya veo que estas ligando ¿Te lo has tirado ya?

–No todas somos como tú –en ese momento me fije que iba con su manada de chicos estúpidos y chicas que querían ser como ellas. Alguna se rio por el comentario. Laura se apoyo en el banco quedando a escasos milímetros de mi boca de la suya.

–A ver si ahora te atreves a repetir lo del otro día.

No dije nada. Simplemente le volví a dar un beso. Sasuke alucino. Todos alucinaron. Ella se aparto corriendo de mi cara colocándose delante de su pandilla.

–¡Serás…!

–¿Qué? ¿Seré qué? Va, dilo –dije ya levantándome. Estaba agotando mi paciencia.

–Zorra…

–Tiene gracia que precisamente tu me digas eso.

–¿Por qué lo dices? –se hizo la inocente.

–No me hagas relatar tus ligues de cuando me hablabas.

–Pero seguro que el que más te dolió fue el de Ezio –en ese momento se me paso el corazón y no moví ni un músculo – ¿Por qué no le vas a llorar a tu madre? Ah no… que no puedes –y todo seguido se puso a reír.

Ese fue el colmo. Ahora sí que no me podía mover ni un milímetro…

–¿Sabes que me dijo Ezio cuando me acosté con él? Que no fue solo una vez… Fue una vez, tras otra, tras otra, tras otra… ¿Cuántas veces lo hicimos ese día? Perdí la cuenta. Pero a lo que iba a decir… ¿Sabes que me dijo? Que solo te beso por pena. Porque te vio muy fácil e inocente que le viste un blanco fácil –se acerco a mí y me acarició la mejilla –Pobrecita la chica enamorada y huérfana…

Solo tuve fuerzas para decir una expresión. Las fuerzas no fueron por el miedo que pudiera darme aquel ser sino por las cosas que decía sobre mis padres y… él…

–Abre-fácil.

Ella levanto la cogió del cuello de la camiseta y me dio un puñetazo. Caí al suelo de inmediato.

–Te vas a enterar… –dijo ella intentando darme miedo pero… no me lo daba. Siempre es peor una agresión verbal que no una física. Pero no pude ver más la cara de Laura. Sasuke se puso en medio de las dos.

–¿Sasuke? ¿Qué haces?

Él no dijo nada.

–No me fastidies… Apártate y luego te daré una recompensa.

Él no hizo nada pero bajo la mirada.

–Sé que lo estas deseando… –dijo ella de nuevo acercándose a él y rozando sus labios con los de él. Rozándolos no besándolos. Pensaba que en ese momento se apartaría pero no…

–¡Oh vamos! Te he dicho que te iba a dar lo que haces un mes perdiste ¿No decías que me echabas de menos?

Él bajo la mirada y cerró los ojos.

–¿Cómo…?

–¿No te lo ha dicho, pelo chicle? Estuvimos saliendo. Esta loco por mi…

¿Sasuke y Laura? ¿Laura y Sasuke? ¿Sasuke y Laura en la misma pregunta? ¿Junto? ¿Loco por ella? ¡¿Qué coño está pasando?!

–No te lo conto ¿verdad?

–Lárgate.

Fue la única palabra que dijo Sasuke. Laura le miro y creo que la mirada de él tan misteriosa y perfecta debió de darle miedo por como vi que se alejaban. Sasuke se giro y me ayudo a levantarme. Me llevo hasta la enfermería en silencio y cogiéndome de un brazo y cargándome un poco. Allí no había nadie así que me curo Sasuke la herida que tenía en el labio.

–Perdona por no haber hecho nada antes… –me dijo mientras se concentraba en mi herida.

–No te preocupes pero… me gustaría saber que pasó entre Laura y tú.

Él se quedo callado y cogió un algodón para limpiarme la herida otra vez.

–¡Oh vamos! Somos amigos ¿no?

Eso pareció alegrarle un poco.

–Laura me gustaba desde que la vi entrar en el colegio. Siempre iba contigo y estaba tan alegre y tan perfecta que me enamore a primera vista… Le pedí de salir y bueno, empezamos una relación. Hace unos meses todo acabó por su capricho de… –tosió un poco e hizo una pausa. Supongo que para relajarse – Su nuevo capricho era Ezio.

¿Qué…? No salía de mi asombro.

–Le pedí que volviera conmigo pero no quiso. Veía su verdadera manera de ser pero pensaba que solo era por su nuevo capricho. Luego vi lo que te hacia a ti y bueno… Aún me sigue gustando pero quiero olvidarme de ella lo antes posible –sin darme cuenta, le abrace.

–Lo siento.

Él se sorprendió por aquello pero me correspondió. Empecé a sentirme bastante empática… Sasuke estaba pasando por algo parecido a lo mío. La persona que tanto te importaba había hecho creer que sentía algo por ti que era falso y te había utilizado como había querido. No podías hacer nada para olvidarla aunque querías hacerlo.

–¿Por qué dices eso?

–Porque se por lo que estas pasando… Te entiendo a la perfección.

Él no dijo nada y apoyo su cabeza en mi hombro y empezó a llorar.

–¿Sasuke…?

Quise apartarme para animarle pero él hizo que me sentara en sus piernas y que no le mirara la cara. Supongo que por el orgullo de los hombres ¿Cuánto se habría tenido que reprimir ese rato de discusión entre Laura y yo?



¿Que os ha parecido? Siento que sea tan largo pero...
me sentia inspirada y bueno... ^^'
espero que os haya gustado =D
Saludoooooos,

-MoreThanThis.

 

We weren’t born to follow (Bon Jovi)

Paso una semana desde que Sasuke me conto lo que paso con Laura. La verdad es que la chica estaba más distante y Sasuke… más atento. Supongo que es porque siente empatía por lo que nos está pasando por los sentimientos hacia esos seres horribles… Siempre me llevaba a casa y me ayudaba a hacer la mudanza a mi piso que era pequeño pero no necesitaba más para mi sola.

Mi hogar ya había sido vendido y aquella misma noche tendría la cena en mi nueva… “casa” con Hinata e Ino.

El piso era sencillo. De paredes blancas aunque había colgado alguna que otra foto y posters de los Rolling Stones y de The pretty reckless. A la derecha estaba el baño y la izquierda la habitación en dos salas separadas. En el centro del piso, la parte más amplia, era el salón-cocina. Tenía el sofá en forma de U que rodeaba toda la pared frontal y, en frente, la televisión y la consola. El posa brazos izquierdo del sofá conectaba con la encimera de la cocina que también tenía forma de U. Había colocado una cocina de vitrocerámica, un microondas, un horno y una nevera. En todo el piso alterne los colores blanco y negro quedando una combinación perfecta que no parecía nada el estilo Cruela de Vil en 101 dálmatas.
Sabía que me vistiera como me vistiera, Ino e Hinata no me criticarían ni me dirían nada en mi propia casa pero… quería “estrenarla” con ellas de una manera especial así que prepare una buena cena con pollo en salsa, patatas de guarnición, ensalada, entrantes, etc. Quería que todo fuese perfecto. Me vestí con una camiseta de palabra de honor negra, unos jeans azules y las converse de color negro. Me pinte las uñas negras también y ligeramente maquillada con el interior del ojo negro y brillo de labios rosa. Por último mi diadema negra. Añadí mis aros para los piercings: en el ombligo, que se veía ligeramente por la camiseta, en la nariz, en la oreja izquierda tres y en la derecha dos.

El timbre sonó. Serian ellas seguro.

Allí estaban. Alucinadas… Hinata iba con su vestido blanco y unas bailarinas del mismo color. Añadió una margarita en su pelo. Sin maquillaje. Era una de esas bellezas que sin maquillaje estaban más guapas que con maquillaje.

Ino iba parecida a mi solo que ella no era negro si no lila y no llevaba converse, unas sandalias del mismo color que la camiseta.

Las invite a que pasaran y les dije que dejaran las chaquetas en mi habitación.

–¿Cómo es que ahora vives aquí? Es un buen piso de adolescente –dijo Ino tirándose al sofá y dejando espacio para nosotras dos. Hinata se sentó al lado de Ino y yo en el suelo para poder ver sus caras. Tenía todo el tiempo del mundo para disfrutar de aquel sofá.

–Veréis… No sé cómo decirlo pero me he visto forzada a vivir aquí por cuestiones económicas.

–¿A tus padres los han despedido?

–Algo parecido. Han muerto.

Ellas dos no dijeron nada y se sorprendieron mucho, y más al ver que ya no derramaba ninguna lágrima por la situación. Había que crecer, ser realista y actuar ante el problema.

–Como no podía mantener la casa la he vendido y, con el dinero de la venta, he comprado este pequeño piso y lo demás lo he ahorrado. He buscado trabajo y pedido una beca en el colegio. Me he movido rápido para poder adaptarme mejor y no he podido decíroslo antes porque he estado muy liada con la mudanza, buscar trabajo, buscar compradores, etc. Lo siento…

Ellas no dijeron nada. Se tiraron encima de mí abrazándome. Acto que no me sorprendió pero me alivio un poco. Ellas dos lloraron sobre mis hombros lo cual era un poco irónico. Quien tenía que llorar por la situación era yo… debe ser que una amiga de verdad es capaz de ponerse en tu misma piel y padecer lo que una misma padece ¡Me encanta!

Nos sentamos a la mesa a cenar y les conté todo lo que había pasado en el colegio con Laura, los chicos de clase y… Sasuke.

–¿Y es guapo? –pregunto Ino.

–Sí, es guapo…

–¿Y es divertido? –pregunto Hinata.

–A veces. Tiene un carácter extraño… Es algo distante pero muy observador y tierno al mismo tiempo… –dije mientras me tocaba las puntas del pelo.

–¿Sakura…?

–¿Qué pasa?

–Te gusta.

¡¿Qué qué?! ¡No! ¡Imposible!

–¡No! –chille levantándome de la mesa con un bote.

–Sí que te gusta.

Quise cambiar de tema. Odio el tema de “amor” y todo lo que tengo que ver con ello… ¡Nada es simple ahí!

–¿Queréis llamar a los chicos para que se vengan y estáis con ellos? Sé que hace semanas que no los veis por exámenes y demás –ellas dos se miraron y suspiraron. Me empecé a reír –Esta bien esta bien. Llamadlos e indicadles el camino.
Ino no espero ni un segundo y ya tecleo el número de Kiba. Hinata hizo lo mismo con Naruto. Que adorables eran cuando estaban hablando con ellos. Era como si… Como si de repente toda la felicidad que tenían se multiplicara y su existencia tuviera algo más de sentido ¿Algún día me pasara algo así sin ser rechazada?

–¡Sakura, han dicho que ahora vienen! –me dijo Ino muy emocionada.

–Y que traen a un amigo para no dejarle solo.

–Por mí no hay problema pero ayudadme a recoger todo.

Empezamos a recoger el salón y acomodamos un par de vasos y en medio dos botellas, una de licor 43 y otra de Jack Daniels con una bolsa de hielo. Quitamos la alfombra negra del suelo y la colocamos guardada en la habitación para que no se manchara y colocamos en el suelo una gran tela para cubrir el suelo por si alguna botella se caía. No me apetecería limpiar después de todo lo que beberíamos.

El timbre sonó. Eran ellos. Abrí y me encontré con Naruto y con Kiba, tan alegres como siempre, y a Sasuke.

Un momento… ¡¿Sasuke?!

–¿Qué haces tú aquí?

–Sakura, él es mi mejor amigo. Sasuke Uchiha ¿Te importa que lo haya traído? –me pregunto el inocente de Naruto.

–Ya nos conocemos, inútil –le respondió Sasuke.

–¿A quién llamas inútil?

Pare aquella estúpida discusión. Ino y Kiba ya se habían encontrado y empezado a darse muestras de amor.

–Naruto, mira quien está en la cocina –le dije señalando hacia Hinata que estaba de espaldas. Él fue corriendo a abrazarla y ella se sorprendió, pero imitaron el gesto de Ino y de Kiba.

En ese momento me dio un escalofrío. Dios… ¡Que empalagosos! Me senté en el suelo donde estaban los vasos y las bebidas y le metí un trago a la botella sin más. Dios… que delicioso era aquel licor que hacía que mi garganta ardiera.

–Sakura no entiendo porque vives sola ¿La has liado o algo con tus padres? –pregunto Kiba sentándose a mi lado derecho y sirviéndose un vaso. Sasuke se posiciono a mi lado izquierdo y, al lado de él, Naruto, de manera que Ino e Hinata estaban juntas. Les explique la historia a Naruto y a Kiba. Ellos dos no dijeron nada sino el típico “lo siento” o “si necesitas ayuda, no dudes en pedirla” que ya sabía que podía contar con ellos en aquello y más pero… yo lo único que quería escuchar era a mi madre echándome la bronca porque llegaba tarde a casa o el motor del coche de mi padre al salir por la mañana casi sin despedirse por las prisas… pero eso nunca más volverá. Tenía que crecer y afrontar mi presente y poder colocarme un futuro.

Empezamos a beber con varios juegos, a la tontería de pasar el hielo que, en realidad, me alegre de que yo tuviera que pasárselo a Sasuke… Dios, qué guapo es… ¡Espera Sakura! ¿Qué Sasuke qué? Relájate, respira y… ¡Relájate! Esto es por culpa de Jack…

A las cuatro o cinco de la mañana creo recordar que Naruto, una vez se le fue el efecto del alcohol, llevo a Hinata a su casa y Kiba, que estaba consciente, llevo a Ino a su casa que no lo estaba ¡Vaya grupo de borrachos!

Sasuke había bebido bastante y, para mi sorpresa, no estaba borracho y… yo sí ¡Maldito Jack!

Holaaaa =D!
que os ha parecido?
sé que este me ha quedado algo corto
pero estoy muy estresada con examenes
pero tambien me sentia inspirada
y no queria revelar nada más de los
proximos capitulos asi que lo dejo aqui
con la intriga para saber que pasara
entre Sakura(Jack) y Sasuke.
Puede que pase algo o puede que no...

Saludooooos =D,

-MoreThanThis.

 

I will always love you (Whitney Houston)

Desperté cuando los rayos de sol entraron por mi ventana ¿Qué paso anoche? Sasuke…

Un momento ¿En lo primero que pienso en levantarme es en él? ¿Qué sucedió Jack? Por un momento miro mi ropa y sí, estoy vestida aunque con el pijama y sin el sujetador… ¡Esto ya era costumbre, no me fastidies! ¡Cuando lo vea se va a enterar!

Cuando salí de la habitación para lavarme la cara vi a Sasuke preparando el desayuno… ¿Qué hora era? Pero espera… ¿Qué hacia él todavía en mi casa?

–¿Qué haces aquí?

–Buenos días a ti también.

Le sonreí y me acerque para ayudarle.

–¿Qué hora es?

–Son las diez de la mañana.

Recordé que esa misma noche era la fiesta del colegio. Mierda…

–Sakura, me preguntaba si… tenias pareja para el baile de esta noche –me pregunto sonrojándose un poco y sirviendo dos tazas de café y poniendo encima de la mesa las tortitas y los cafés.

–¿Me estas proponiendo ser tu pareja?

Él no dijo nada. Supongo que por su orgullo.

–Pásame a recoger a las nueve.

Me miro algo sorprendido pero sonrió victoriosamente.

Desayunamos en silencio. Sin prisas… Personalmente, me dedique a masticar cada trozo lentamente pudiendo saborear todo a la perfección. La verdad… es que Sasuke en la cocina era un verdadero experto.

Tengo que contaros algo. El baile… no es el típico de vestidos de noche largos, joyas perfectas, etc. Sino… algo así como un baile de monstruos y sí, yo había sido la encargada de proponer tema basándome en las nuevas muñecas y libros de Monster High. A nadie le pareció bien pero si tienen quejas que ellos propusieran tema. Otra noticia es que… ¡Ino e Hinata irán! Estoy muy feliz por ir con ellas. A decir verdad… Tenía pareja para ir al baile pero no tenia vestido. En ese momento deje de comer rápido y engullí rápidamente todo.

–No sabía que te gustaran tanto las tortitas –bromeo Sasuke

–Es que… aún no tengo la ropa para esta noche.

Él hecho un suspiro de resignación y entendió que se tenía que ir. Se rasco la nuca y se dispuso a salir de casa pero, antes de irse, agregó algo.

–Por cierto… Tienes un bonito pecho.

Cerró la puerta.

Nunca sentí tanto calor en la cara como esa mañana ¡Será inútil! ¡Le odio!

Picaron a la puerta y creí que era Sasuke.

–¡Te vas a… –pero eran Ino e Hinata.

–¿Quién se va a qué, Sakura? –pregunto Ino jugando con sus cejas.

Hice un gran suspiro y las invite a pasar.

–Sasuke, que siempre me está fastidiando…

–Le gustas –solté Hinata.

–Sí, le gustas.

–¿Pero quién dice eso?

–Yo, que me lo dijo Ino, que se lo dijo Sai pero que me confirmo Naruto.

No dije nada. No quería gustarle… Solo quería ir al baile con él y que la noche acabara lo mejor posible.

–¿Vamos a por los vestidos y los maquillajes para esta noche?

Ellas dos me sonrieron, esperaron a que me vistiera y salimos a la calle.

Habíamos decidido que cada una iría imitando a su muñeca favorita de Monster High, por ejemplo, Hinata quería imitar a Draculaura, Ino a Cleo de Nile y yo a Lagoona Blue. Los chicos fueron bastante sexistas… Solo podíamos ir de Monster High las chicas y los chicos como quisieran.
Compramos todo y fuimos a mi piso. Comimos tranquilamente y nos duchamos cada una y después, mientras una se duchaba, una ayudaba a maquillar el cuerpo de la otra con colores ya que Hinata iba con un tono rosáceo de piel, Ino con un tono marrón claro y mi piel era de color azul. Fui la primera en ducharme y me di mucha prisa porque tenía miedo que no me diera tiempo a acabar y que Sasuke se fuera sin mí…
Después de mi se empezó a duchar Ino, por lo tanto, Hinata ayudaba a maquillar mi cuerpo. Hice lo mismo pero con Ino, le pinte el cuerpo de marrón claro mientras se duchaba Hinata y, cuando esta termino, Ino la pintaba mientras yo buscaba las pinturas para pintar el pelo ya que las tres teníamos que llevar mechas de colores. Ino negras, Hinata rosas y yo azules. No íbamos idénticas a las muñecas pero bastante parecidas. Por último, nos pusimos los disfraces típicos de estos tres personajes y, a decir verdad, el más difícil de colocar era el de Ino porque llevaba varias vendas y teníamos que colocarle cada venda y engancharla por donde pudiéramos.

Los chicos llegaron y… la verdad es que me sorprendieron bastante sus vestimentas y… bueno, su apariencia.

Naruto iba de zombi con el pelo mal colocado y algo de sangre por la boca y heridas por su rostro falsas. Kiba iba como conde dracula, con traje de esmoquin, colmillos y ojos claros con unas lentillas. Sasuke iba… a decir verdad, me sorprendió. Solo iba con un pantalón y unas bambas sencillas negras pero llevaba una cazadora por si tenía frio y con unos colmillos, pude comprobar unas orejas postizas, intentando imitar a un hombre lobo, y unas lentillas amarillas en forma de gato. Sin duda… me sonroje y me alegre de llevar todo aquel maquillaje azul para que no me viera la cara.

–Hola –nos saludaron Naruto y Kiba.

–Hola –saludamos las tres. Aún seguía en estado de shock por la apariencia de Sasuke.

Fuimos al baile en el coche de Kiba, que era de siete plazas y, sin duda, enorme. Quise sacarle algún tema de conversación a Sasuke pero sus músculos me tenían tan anonadada que no supe que decir y de vez en cuando le miraba de reojo.

–Sakura.

–¿Sí?

–Relájate, ya sé que estas nerviosa porque quieres que el baile salga perfecto pero disfruta un poco –me dijo Naruto intentando animarme sin entender nada de lo que pasaba por mi cabeza.

–Gracias –le intente sonreír pero fue casi imposible. Sasuke se rió y mi sonrojo invisible aumento.

Llegamos al instituto y no hace falta decir que todo era… dios, extraño. Chicas de la misma calaña que Laura iban de vampiresas sexys provocando a todos los chicos con monos apretados y colmillos… ¡Qué asco! Y ellos… estúpidos por caer. Pude ver como Sasuke también les hacia una mirada fugaz de odio como la mía ¿Estaría pensando en Laura? Fuera como fuese… esa noche solo sería mío así que lo cogí de la mano y, allí donde escuche música, lo lleve para bailar y que se olvidara por un momento del pasado y que me viera a mí aunque solo fuera un instante.

La música cambio… odio las baladas de amor pero, creo que esa es la única que soy capaz de escuchar. Me la enseño mi padre y mi madre me enseño a cantarla… I will always love you de Whitney Houston. Cerré los ojos un momento y respire profundamente.

Sasuke y yo, que habíamos salido a la terraza iluminada a respirar algo de aire, pues… él me agarro mis brazos y los coloco detrás de su nuca y, después, él coloco sus brazos alrededor de mi cintura. No pude evitar mirarle a los ojos… Parece una tontería pero mirándole a esas lentillas falsas, era capaz de ver la pureza de sus actos y sentirme segura a su lado… Esa seguridad que hacía tiempo que no sentía. Ni si quiera sentida en el momento en que Ezio me besó. La verdad… es que pensar en él ya no me causaba tanto dolor quizás por la ayuda de Sasuke. Apoye mis manos en su pecho y apoye mi cabeza empezando a canturrear un poco la canción que sonaba… sintiéndome protegida y algo querida de nuevo. En ese momento… me di cuenta de que Sasuke me hacía mucha falta y que le necesitaba.

En ese momento él deslizo sus manos por toda mi espalda hacia arriba, colocándolas en mi cara y haciendo que le mirara. Estaba cerca… bastante cerca. Casi podía sentir su respiración en mis labios. Le cogí las manos y cerré los ojos… esperando un beso que nunca llego.

–¡Maldita! –me grito una voz. Laura. Me separó de Sasuke colocándose entre él y yo y mirándome a la cara desafiándome.

–¿Qué haces, Laura?

–Alejarte de él. Es mío.

–Déjame corregirte dos cosas. Primero… las personas no son de la propiedad de nadie, son libres y, aunque me voy a contradecir, no tienes derecho a decir que es tuyo porque le perdiste por un estúpido capricho que ni si quiera era tuyo.

–No he entendido casi nada de lo que has dicho –por lo que pude ver estaba bastante borracha –Pero si quieres a Sasuke tendrás que pelear conmigo. Nadie le quiere como yo –a Sasuke se le ilumino la mirada por un momento pero había que ser realistas… Para Laura todos los chicos eran caprichos. Nunca será capaz de querer de verdad a nadie, ni si quiera a ella misma. Me compadecí de ella… Cogí una silla que había cerca y me acerque. La senté en la silla, sabiendo que en nada se caería, y no dije nada más.

–Sasuke… llévame a casa.

Él me agarró de la mano y salimos de la fiesta así, juntos y con el recuerdo de Laura que acababa allí para los dos. Para mí se acababan las peleas, las discusiones, etc. pero también los buenos recuerdos que tuve con ella a inicios de todo. Pero… para Sasuke era más duro. Había acabado lo que él más había querido en los últimos meses. Tenía la oportunidad de tener algo con Laura pero renunció al ver que solo sería un capricho más y que después volvería a lo mismo. Creo que debería tomar el ejemplo de Sasuke y olvidarme definitivamente de Ezio.

Llegamos a la puerta del piso, donde no me quise despedir.

–Bueno, gracias por traerme.

–No hay de qué.

–Por cierto… Siento mucho por lo que ha pasado con Laura.

–Tú no tienes la culpa.

–Me siento bastante culpable porque… si no le hubiera contado lo que sentía por Ezio nada de esto habría pasado y tú serías feliz con ella… –le dije bajando la mirada y mordiéndome el labio inferior. Dicen que… cuando te gusta alguien, aunque te de rabia y duela puedes lograr ser feliz si la persona que más te importa pudiese ser feliz ¿Será eso lo que me está pasando o es que de verdad tengo rabia porque Sasuke es mi amigo y solo quiero su felicidad?

–No niego que haya pensado eso alguna vez –sin saber porque, algo en mi pecho se retorció de dolor –Pero también se ver que si no hubiera sido Ezio hubiera sido otro.

–Y la historia hubiera sido muy distinta.

–Pero me gusta esta –me dijo mientras me agarraba de la cara y agregaba –¿Dónde lo habíamos dejado?

–Aquí… –me lance a sus brazos y le bese. No lo pude evitar… Sus labios y los míos se movían en perfecta sincronización. Lentamente empecé a saborear toda su boca con mi lengua y él empezó a imitarme. Dios… ¡Me encantan sus labios! Él me agarró de la cintura cada vez con más fuerza para que nuestros cuerpos estuvieran más unidos ante aquella muestra de cariño y no de placer. No era la primera vez que besaba a alguien después de Ezio pero sí que era la primera vez que lo hacía de verdad, con miedo pero con adrenalina por saber que pasara cuando me separe de él.

Maldito oxigeno que siempre tiene que fastidiarnos los besos perfectos…

Sasuke junto su frente con la mía y nos miramos a los ojos.

–¿Qué acaba de pasar?

–¿Te arrepientes? –me pregunto él confundido.

–No… pero no quiero que pienses que pasa algo serio entre nosotros. No estamos preparados para estar con nadie sintiendo lo que sentimos cada
uno por aquellas personas. No es justo para ti ni para mí… Lo único que sé es que quiero estar contigo y, por lo que he visto, tú conmigo aunque no de forma seria… Además, no me gusta poner etiquetas a las cosas.

–Estoy de acuerdo contigo –me dejo de coger por la cintura y me dejo en el suelo. Me había elevado encima de sus pies para poder llegar mejor a sus labios y sin darme cuenta. Gran ingenio el de este chico.

–Buenas noches.

Cerré la puerta sintiendo que había traicionado a Ezio y a Sasuke. Me duche quitándome toda la pintura, les mande un mensaje de texto a Ino e Hinata para que no se preocuparan y contándoles lo que había pasado y me metí en la cama pensando en lo que había pasado… No me arrepiento, me alegro y, lo peor, es que me siento mal porque… una vez me prometí amar para siempre a Ezio y duele ver que tus propias promesas nunca las podrás cumplir aunque sea lo que más quieras hacer.


Hola holaaa =D!
Bueno, espero que os haya gustado ^^
Quiero que sepáis que... hasta dentro de unas
3 semanas no podre publicar nada porque estaré
muy liada con los exámenes finales y no tendré
mucho tiempo TT lo siento...
Espero que os haya gustado =D

Saludooos,

-MoreThanThis.

 

Angie (The Rolling Stones)

Me levante temprano. Sin prisa alguna. Dios… Sasuke y yo nos habíamos besado y lo peor… es que me gusto. Creo que… se podría decir que una parte de mí, muy grande, se ha olvidado de Ezio. Eso me gusta. En lo único que pienso es en querer verle y volver a besarle pero no creo que… ¡Bueno! ¡Es igual! Si quiero besarle lo haré aunque… ¿Qué pensara? ¿Qué hará? ¿Me corresponderá? ¿No me corresponderá? Dios… ¡Como odio esto!

Salí de la cama y me metí en la ducha. Con el calor que hacia las gotas de agua fría en mi nuca sentaban de maravilla. Me tome mi tiempo para depilarme el cuerpo, hacerme un par de mascarillas, pintarme las uñas de negro, etc. No se… quería arreglarme un poco.

Para estar por casa sencilla: una camisa de mi padre que le cogí hace años que me queda bastante grande arrugada, pintada y un poco “desecha” de color azul celeste. Preciosa…

Mire la hora y eran las once. Buena hora para desayunar lástima que mis desayunos no sean tan buenos como los de Sasuke… ¡Maldita sea! ¡Siempre tengo su nombre en la mente! Me hice un par de tostadas, café con leche y me puse a jugar a la consola. A matar unos cuantos zombis en el Call of duty black ops partida individual contra zombis. Como se nota que ese día no estaba inspirada… solo dure diez rondas.

La puerta sonó ¡Espero que sea algo importante!

Sasuke…
¿Sasuke…?
¡¿Sasuke?!

–¿Qué haces aquí?

–También me alegro de verte –él paso y se sentó en mi sofá y puso el modo de partida compartida. Cogí el otro mando y me puse a jugar con él.

–Tengo que hablar contigo, Sakura.

–Dime.

–Querría decirte que… he estado unos días hablándoles a mis padres de ti y bueno… digamos que te tienen en gran estima y aprecio así que quieren que te vengas a vivir a mi casa –¡¿Qué qué?! –Antes de que digas nada… déjame continuar –dijo él sin dejar de jugar –No es justo para ti que estés viviendo esto tu sola y solo queremos ayudarte tanto económicamente como familiarmente. Además… hace tiempo que pedimos los papeles de tu tutela y estábamos buscando a alguien adecuado para que pueda hacerse cargo de ti. Solo tienes que venirte a casa y durante esta semana dijo que podría pasarse esa persona.

–Gracias pero no puedo… –en ese momento él dejo a parte la consola y me miro a los ojos.

–Sakura… ven por favor. No puedo ver como estas destrozando tu adolescencia matándote a trabajar y estudiar sin casi vivir. Confía en nosotros, por favor…

Le sonreí. Me gustaba su manera de actuar y la manera que tiene de hacerme feliz en apenas unos segundos. No lo pude evitar... Le di un corto beso que el correspondió.

–Me imagino que esto es un sí…

–¿A ti que te parece?

–Me parece que no me ha quedado claro… –dijo apoyando su frente en la mía mirándome a los ojos –¿Me lo repites?

Me aleje de él –No. Ayúdame a hacer la maleta.

Sonrió ¿Le hacía feliz que me fuera con su familia a vivir?

Hice la maleta en cuestión de minutos. Me hacía mucha ilusión irme con Sasuke y, por así decirse, no estar sola.

Me puse un pantalón tejano largo, unas converse negras. Me hice una coleta y me puse mi diadema negra para acompañar. Maquille el interior de mi ojo negro y recogí todo. Llame al propietario del apartamento y acordamos una cifra para poder desalojar el apartamento alquilado para no tener que pasar allí el tiempo acordado en el contrato. A decir verdad… casi me gaste mis ahorros en esa “pequeña” cantidad ¡Menudo estafador!
Es igual ¡Estaba feliz! Podría ver a Sasuke cada día al levantarme y así mis dolores de cabeza se irían a recién levantarme.

Su casa era… bueno, rectifico: Su mansión era impresionante… Solo la entrada ya me dejo anonadada. Demasiados lujos para mi mente tan simple y
tan acostumbrada a conformase con poco.

La madre de Sasuke era… preciosa. Alta, de piel pálida y cabello y ojos como los de su hijo. Sin duda… una mujer muy elegante y dulce. Su padre, en cambio, parecía más serio. De cabello castaño oscuro y ojos negros. Los dos tenían muchas semejanzas con Sasuke aunque no lo pareciese.

–Hola Sakura –me saludo su madre con un abrazo.

–Hola señora –dije sonrojándome. Ella me miro y me sonrió.

–No te preocupes. Le diremos a María que te guarde el equipaje.

–Señora… –no me dejo terminar.

–Mi nombre es Mikoto y, el de mi esposo, Fugaku. Por favor… siéntete como en tu casa.

Eso sería muy difícil… ¿Mikoto? María, la criada, llego.

–Mikoto –dije dudosa –Si no te importa… me gustaría deshacer mi equipaje yo misma –ella me miro sin comprender el porqué –Son manías que tengo desde niña. Ni si quiera a mi madre le deje nunca deshacer mi maleta después de un viaje.

Ella me sonrió y le hizo una señal a María para que se fuera.

–Sasuke, enséñale su habitación –le ordeno Fugaku y todo seguido se marcho junto con su mujer al salón.

–¿No le he caído bien a tu padre? –le pregunte a Sasuke mientras subíamos las escaleras.

–Él es así, incluso conmigo es más frío.

Llegamos a la habitación. Era… impresionante. Estaba decorada tal cual mi habitación en casa de mis padres. Ahora que lo recuerdo… guarde aquellos muebles en casa de Sasuke hasta que me acomodara en un buen lugar…

–¿Te gusta? –me pregunto mientras dejaba mis maletas cerca de la puerta de entrada. No supe que decir… Para creer si verdad o no un sueño tuve que ir hacia el sillón converse y sentarme encima de él. Dios… Aún conservaba un poco el olor a mi hogar…

–¿Estás bien? –me pregunto Sasuke arrodillándose a mi lado.

–Mejor que nunca… –le dije y, todo seguido, solté un largo suspiro. Él me beso la frente y se fue para dejarme sola y acomodarme.

No tarde ni una hora en arreglar toda mi ropa en aquel armario y cajones. Lo ordene todo perfecto y situé encima del escritorio mis auriculares, los neceseres de maquillaje, el ordenador portátil, los auriculares y la foto que tenia con mis padres. Sin saber que hacer… cogí los libros y me puse a estudiar un poco mientras escuchaba a Kiss a todo volumen.

Menudo imbécil era ese Luis XVI… ¡Como se le ocurre endeudarse tanto en otros países mientras la propia Francia está llena de gente pobre!

Alguien me toco el hombro al ver que no me había enterado de su existencia en la habitación perfecta. Era Mikoto.

–¿Qué haces, Sakura?

–Perdona. Estaba estudiando la revolución francesa con Kiss.

–¿Con Kiss? –pregunto ella extrañada. Según mucha gente… no se puede estudiar con música ¡Es un mito! Ella se sentó a mi lado, en la cama para que le explicara mi teoría.

–Sí bueno… Cuando era niña mi padre siempre, para concentrarse mejor en su trabajo y auto motivarse, ponía en toda la casa canciones de Kiss y al principio no lo entendía porque lo hacía pero me acabo gustando la idea y es como una costumbre –baje la mirada y sonreí falsamente para que no se preocupara –Ojala pudiera volver a escuchar Kiss de esa manera…

La mujer me cogió de la mano y me sonrió dulcemente.

–Sakura… quiero que sepas que conmigo puedes contar para lo que quieras. Sé que todo está pasando muy rápido pero… desde que Sasuke nos contó tu historia quisimos ayudarte desde el primer momento.

–Y yo os lo agradezco mucho, de verdad.

–Lo sabemos pero no te puedes quedar mucho tiempo aquí… Y no me gusta tener que decirte esto pero es que… bueno –dijo ella dudando un poco y suspirando –La pequeña empresa de tu padre y la de Fugaku siempre se han llevado mal. Estoy hablando de las empresas, no de ellos. Pero… si algún ayudante cercano de Fugaku se entera de que tu estas aquí podría tener problemas –trago saliva y continuó –No quiero decir que seas un estorbo, solo que puedes contar con nosotros para lo que quieras pero no vamos a permitir que tu estancia aquí se alargue mucho.

–Lo entiendo. Mi padre me comento algo alguna vez pero nunca quise darle más importancia de la que tenía. No te preocupes. En cuanto encuentre a alguien que sea adecuado para mi tutela, me iré.

–¿Quieres dar un paseo por el jardín o estás muy ocupada?

–Me encantaría.

Las dos salimos de la habitación y nos dirigimos al gran jardín. Mi otra parte favorita de aquella casa. Era muy amplio, con un estanque y muchas flores. Sin duda… precioso.

Pusimos una gran tela blanca en el césped, cerca de la sombra, y nos pusimos a comer unos deliciosos sándwiches preparados por María. Sin duda… deliciosos.

–Sakura. Me gustaría preguntarte algo y espero que no sea demasiado entrometida.

–No te preocupes. Dime.

–¿Tienes novio?

¡¿Qué qué?! Espera un momento… Creo que me estoy empezando a sonrojar. A ver, aclarémonos Sakura. Has besado a Sasuke, pero no sois nada, pero te dice que vayas a vivir a su casa y su familia es muy amable contigo.

–No. No tengo –le dije sonrojándome un poco.

–Y… ¿Te gusta algún chico?

–Mama, deja de atormentarla con estos temas. A Sakura no le gusta hablar de estas cosas… –salvada por Sasuke, que se sentó al lado de su madre y nos acompaño.

–¿A no? –negué rápidamente y muchas veces con la cabeza –Perdóname, no lo sabía… seguro que te has tenido que sentir muy incómoda.
Le sonreí, de nuevo, falsamente para que no se preocupara.

Pasamos la tarde así. Los tres… haciendo bromas y riéndonos de cualquier cosa. Me gustaba ese ambiente pero… como se notaba que no era mi ambiente.

Fugaku llego con paso rápido y se coloco entre Mikoto y yo. Algo así como un protocolo de “mesa”.

–Han llamado los Augues. Quieren que vayamos a cenar esta noche.

–¿Esta noche? ¿La primera noche de Sakura?

–Sí.

–Está bien… me iré a arreglar –todos se levantaron y yo los imite. Supongo… que era una de esas cosas de protocolo estúpidas.

–Si nos disculpáis, iremos a arreglar lo de la cena y demás.

–Claro. Pasadlo bien –les dije yo haciéndoles un “adiós” con la mano derecha.

Los dos se fueron y, en la distancia, vi como Fugaku agarraba a su mujer de la cintura y esta apoyaba su cabeza en el hombro de este. Qué buena pareja hacen…

–Hacen una buena pareja ¿verdad?

–Si tú lo dices… –dijo Sasuke levantándose y recostándose en el árbol.

–¡Claro que sí! Solo míralos… Años casados y parece que se gusten igual que el primer día. Muy pocas parejas de hoy en día están así. Son todo divorcios y peleas.

–Supongo que tienes razón.

En ese momento, Sasuke me cogió de la mano y me recostó en su pecho. Pude sentir sus latidos… rápidos y nerviosos por mi presencia pero me gustaba la manera que tenia de agarrarme. Cerré los ojos y deje que me abrazara. Él coloco su cabeza encima de la mía y creía que flotaba… que todo había pasado por fin y que todo era perfecto de nuevo.


Era tarde pero me daba igual. Me estaba dando uno de esos baños largos que de vez en cuando se necesitan para aclararse las ideas. Sasuke y yo… ¿Qué éramos? ¿Qué queríamos? ¿Qué sentíamos? Suspiré.

–Pensamientos difíciles…

–¿Señorita Sakura?

–¿Sí?

–Soy María. Vengo a avisarle de que mi turno ha acabado y de que el señorito Sasuke y usted tienen la cena en la cocina.

–Gracias María pero, por favor, tutéame y no me trates con tanto respeto… Me da repelús. Gracias.

–Hasta mañana.

–Buenas noches.

La primera cena asolas con Sasuke… Ahora que lo pienso, siempre que nos veíamos era o en el colegio o en el grupo de amigos. Nunca solos… Salí rápidamente de la bañera y me arregle; no mucho pero decentemente.

Unos tejanos rotos y una camiseta blanca de manga larga algo ajustada con un escote de V. Me deje el pelo suelto pero me ate en la cabeza un pañuelo blanco dejando ver el nudo. Maquillada con el interior del ojo negro y un poco de pintalabios rosa. Como no… siempre que estaba dentro de una casa iba descalza. Viejas costumbres…

Baje a la cocina e, incluso esa parte de la casa, era preciosa. Allí estaba él. Sacando de la nevera dos cervezas y sirviéndolo todo.

–Tiene buena pinta –dije sentándome en la mesa. Él me imito y me paso la cerveza –Gracias.

Empezamos a cenar sin decir nada. Ni si quiera se fijo en que me arregle para él aunque… yo tampoco lo había hecho, así que me fije en que llevaba él puesto. Descalzo, con unos tejanos rotos y con una camiseta negra. Bueno… ¿Qué podía esperar de Sasuke?

Acabamos de cenar y lavé los platos. Creo que… era una manera que tuve para darle las gracias a María.

–¿Por qué lo has hecho? –me pregunto Sasuke mientras me recostaba encima de él para ver la tele.

–Supongo que… para agradecérselo o algo. Además, es una costumbre. En casa siempre limpiaba todo y demás.

Lo recordé. Los dos juntos. Solos… toda esa casa para nosotros.

–Ahora vuelvo –le dije levantándome para ir al baño y lavarme los dientes y retocarme pero, en realidad, estuve más rato mirándome al espejo y hablando conmigo misma.

–¿Qué hago? ¿Me lanzo? ¿Él ha puesto de su parte? Creo que un poco abrazándome en el sofá… ¡Eso no se puede considerar una iniciativa! Ya pero no se… ¿Y si le propongo algo yo? ¡Claro! ¡Un juego! Esto me va a gustar…

Salí del baño y vi la luz del salón apagada así que decidí buscarle por la casa probando el sitio más obvio: su habitación. Acerté.

–¿Tanto me echabas de menos? –me dijo tumbado en la cama y leyendo una revista boca arriba. No me lo pensé dos veces porque, si pienso… no lo hago. Así que actué. Me senté encima de él y le quite la revista –¿Qué pasa? –pregunto él sin comprender.

–¿A ti que te parece?

Se dio cuenta de la postura y lo entendió todo perfectamente. Sonrió pícaramente y se quito la camiseta.

–Mejor pero… no como esperaba –me miro sin entender ya nada –Cierra los ojos –No me hizo caso –Vamos… confía en mí –me obedeció. Cogí el pañuelo que tenía en la cabeza y le vende los ojos.

–No veo nada.

–De eso se trata –me quite la camiseta y le ate las manos con ella en la espalda.

–¿Qué quieres hacer, Sakura?

–Solo… déjate hacer –le dije mientras lo levantaba un poco y hacia que se sentara en la cama. Apagué la luz y me senté detrás de él.

Le empecé a besar la espalda. Musculo a musculo. Acariciándole con mi lengua toda las partes accesibles. Supe que se estaba poniendo algo nervioso al solo notar eso de mi cuerpo. Subí a su oreja y apoye mis manos en sus hombros.

–Relajate…

Me voy a divertir un poco más…

Me senté encima de Sasuke haciendo que se tumbara y coloque sus brazos encima de la almohada para que estuviera más cómodo. Cogí con mis manos su rostro y lo acerque al mío. Él creía que lo iba a besar pero fue todo lo contrario. Solo apoye mis labios encima de los suyos sin hacer nada… Haber cuanto aguantaba sin algo de movimiento. Fue él el que empezó a besarme. Me aleje.

–No vale… El juego no consiste en eso –me acerque a su oído y le susurre –Tienes que dejarte hacer…

Volví a acercar su rostro al mío y rodeé con mi lengua sus labios lentamente entre abiertos. No lo pude evitar…Esta vez le besé yo rodeando con mi lengua todas las cavidades de su boca. Pude notar como Sasuke buscaba más pero no le deje… Le empecé a besar el cuello y empecé a acariciarle uno de los pezones. Creo que eso le gustaba porque… empezó a respirar rápidamente así que decidí divertirme más. Baje un poco más y le empecé a besar todo el torso deteniéndome en las partes que creía que eran más excitantes para él. Empecé a bajar más y más hasta detenerme en su pantalón y, una vez allí, me levante de encima de él y encendí la luz y empecé a buscar a ver si tenía algún preservativo. Él se levanto rápidamente y se quito la venda a duras penas.

–¿Qué acaba de pasar?

–Te dije que jugaríamos a un juego… –le dije acercándome a él, sentándome igual que antes y sacando lo que había encontrado. Él sonrió de nuevo.

–Sakura… ¿Te importaría desatarme?

–¿Por qué?

–Estoy incomodo…

Hice un puchero pero acepte. Lo desate y le quite la venda y, sin levantarme, lo deje todo en la mesilla de noche. Todo seguido el se puso encima de mí e impidiéndome el movimiento.

–Ahora me toca a mí divertirme…

Empecé a notar los labios de Sasuke en los míos pero… imitando lo que había hecho yo antes. Sin duda… esta vez caí yo ¡Era imposible resistirse! Imito todo lo que había hecho yo… Los besos, las marcas del cuello, besarme el pecho y empezar a bajar y a bajar… Dios, la lengua de Sasuke pasó por cada rincón de mi piel. Cuando llego a mi pantalón imito lo mismo que había hecho yo y se levanto, pero esta vez para apagar la luz. Con la luz de la luna nos sobraba…

Llegó a la cama y fui más rápida que él. Me senté encima de él y esta vez lo empecé a besar yo. Empecé a bajar mi mano acariciando todos sus músculos y desabrochar su pantalón mientras él me aguanta un poco hacia arriba para que pudiera realizar mi objetivo de una manera más fácil. Le baje los pantalones y la ropa interior hasta quitárselos por completo. Le miré extraña pero él me asintió con la cabeza así que le empecé a acariciar el miembro mientras le besaba el cuello y acariciaba todo lo que podía con mi mano sobrante. Sasuke cerró los ojos y miró hacia arribar como queriendo más.

Sonreí satisfactoriamente. Él se coloco encima de mí y me sonrió como diciendo “Me toca…”. Me empezó a besar mientras me quitaba el sujetador. Todo seguido empezó a acariciar mi pecho y a besarlo. Dios… ¡Que satisfacción tan grande! Note como Sasuke imitaba mi gesto y me desataba el pantalón de la misma manera hasta quitármelos por completo. Resiguió toda la figura de mi vientre plano y me miro a los ojos para saber si quería o no que continuara. Simplemente le cogí de la nuca y le empecé a besar con más fuerza. Él entendió que era un sí y empezó a acariciar mi parte más intima. Esto no es nada comparado con el pecho…

La respiración empezó a ser muy rápida y jadeante… Aspiraba a más pero Sasuke jugaba a dejarme con las ganas. No me lo pensé dos veces y alargue la mano hacia la mesilla de noche hasta alcanzar el preservativo.

–Sasuke… –le dije mostrándole la protección. Él ya entendió a que me refería. Se sentó en la cama y se lo empezó a poner. Tardo nada… ¡Que experiencia!

Se acerco a mí y, de un momento a otro, lo sentí dentro de mí. Sasuke y yo… Dios, que placer. No me puedo creer que esto esté pasando.
No podía dejar de decir su nombre buscando cada vez más y más. Sin darme cuenta… los dos habíamos llegado al punto máximo que existe. Me puse encima de él y agarre sus manos con fuerza contra la cama. Cuando los dos terminamos… recosté mi cabeza en su pecho y pude ver que aún su corazón latía y… más rápido que el mío.

En ese momento me di cuenta que Ezio se fue y Sasuke entro…

No quería reconocerlo pero… estoy enamorada de Sasuke. Naturalmente… él nunca lo sabrá. Aún no ha olvidado a Laura y… ese pensamiento me mato por un momento.

Él me acarició la cabeza y me abrazo fuertemente contra él. Simplemente… sonreí.

–No ha estado nada mal… –opinó él. Yo solo levante un poco mi cara y lo mire a los ojos.

–No pero… no te vendría nada mal mejorar un poco.

Él me miro ofendido y giro la cara pero… luego me empecé a reír y él también se rio un poco.

–Hacía tiempo que no me sentía así –me dijo mientras me ayudaba a recostarme a su lado.

–¿Cuánto tiempo?

–Desde la primera vez que lo hice con Laura.

–Ya veo…

–¿Y tú? Supongo que desde Ezio ¿No?

–Nunca llegue a hacer nada por el estilo con Ezio.

–¿Quieres decir que ha sido tu primera vez? –pregunto extrañado.

–Claro que no pero… sí que ha sido la más especial.

No pude evitar sonrojarme un poco. Él me acaricio la cara con su dedo índice y no me lo pensé dos veces. Me recosté encima de su pecho y me quede dormida…

Da rabia saber que el lunes tenemos colegio y que mañana tendremos que disimular todo el día… Sí, durante el día.


Hola hola =D!
Sí, me he emocionado mucho
escribiendo la continuación ^^'
Lo siento si es muy larga pero como
la semana que viene y la otra
estaré muy estresada porque es cuando
empiezan los exámenes y nose si tendré
tiempo para poder hacer las continuaciones,
así que he decidido poner esta parte ya =D

Espero que os haya gustado ^^
Saludoos,

-MoreThanThis.