Disney Podemos bailar eternamente [Drabble | Joaquín x Dorinda]

don't be afraid, take my hand
forget the world, will you dance?
dance with me
podemos bailar eternamente

.joaquín.
.dorinda thomas.
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words: 404
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La relación a larga distancia no les había hecho ningún favor. Si tenía que ser sincero, Joaquín no había estado del todo convencido con la idea de cortar su noviazgo con Dorinda, pero tampoco podía negar que la chica tenía puntos muy válidos a su favor; él tampoco tenía el dinero suficiente para pagar las facturas de teléfono y, aunque le costara admitirlo, la diferencia horaria también le estaba empezando a afectar en su día a día.

Así que había aceptado, a pesar del dolor que le causó la simple idea de no volver a escuchar su voz tan a menudo. Seguirían hablando como amigos, o ese había sido el plan inicial, pero… ¿a quién pretendían engañar? No era lo mismo. Aun así, Joaquín se sintió excesivamente aliviado cuando recibió aquel mensaje de voz de su parte, después de haber ignorado sus llamadas durante tiempo, y pensó que, vaya, prefería tenerla solo como amiga antes que no tenerla en lo absoluto.

Ambos podían intentar engañarse diciendo que los sentimientos mutuos que tenían habían desaparecido con el tiempo, pero la realidad era una muy diferente. Una realidad que les enfrentó unos cuantos años después de su ruptura, cuando una competición de baile hizo que volvieran a verse cara a cara. A pesar del tiempo y la distancia, ambos se reconocieron al instante, y el abrazo que compartieron fue de algo más que amigos a ojos de cualquier persona rodeándoles. Se pusieron al día, pues no era lo mismo que cuando hablaban por teléfono, y el destino hizo que acabaran participando juntos en la competición.

Ganaron, por supuesto; su química bailando seguía siendo indiscutible.

Y ahora… estaban construyendo una vida juntos. Ganar aquella competición les permitió formar parte de un tour internacional que les consiguió fama y, por encima de cualquier otra cosa, les permitió pasar tiempo juntos de verdad. Habían acabado sus respectivas carreras, tenían trabajo, oportunidades para el futuro y los sentimientos que nunca les había abandonado.

Dorinda acababa de estrenar una película y Joaquín, siendo el novio alentador que era, la estaba esperando junto a un ramo de flores para ir al cine. Lo tenía todo planeado, de hecho: verían juntos la película de la que tan orgulloso se sentía, irían a cenar a su restaurante favorito y le pediría matrimonio.

Así podría al fin cumplir la promesa que hacía tanto tiempo atrás le había hecho en ese mismo restaurante.

Podrían bailar eternamente.​