de Inuyasha - Plena

Plena

Los personajes, no me pertenecen a mi si no a Rumiko Takahashi…


Hola chicas pues les traigo esta historia sobre la madre de inuyasha, esta se ira desarrollando a la par de mi otro fic Vacía el cual trata de la madre de sesshoumaru, ( http://foro.cemzoo.com/f85-fanfics-sobre-rumiko-takahashi/216720-vacia.html) les recomiendo ampliamente que lo lean antes, asi comprenderán mas sobre esta historia…



PLENA

Capitulo 1



Mi vida fue bastante difícil.. pero a pesar de eso.. no me arrepiento de nada de lo que hice, ya que gracias a eso pase momentos que me hicieron plenamente feliz…
Al ser de descendencia noble, por ser hija de un terrateniente, siempre stube rodeada de todo lo que supuestamente necesitaba, pero yo no quería eso, de echo me sentía esclava en mi propio castillo… yo lo que siempre quise fue poder vivir mi vida, tener aventuras, ser libre…

Mi nombre.. Izayoi… y dejo este escrito como prueba fehaciente de mi historia.. quizás poco importante o aburrido para algunos, pero aun así quiero contar sobre mi vida…

Como mencione a pesar de ser una princesa.. a mi me gustaba la aventura.. explorar conocer nuevas cosas y desde muy pequeña demostraba estos deseos…
Recuerdo una ocasión cuando era muy pequeña, todos los alrededores se veían de un espeso blanco, estábamos en pleno invierno, mientras jugaba con Yuza la cual era hija de una de las sirvientas del castillo y mi mejor amiga a pesar de ser 3 años mayor que yo.. mi padre siempre se molesto por que yo jugaba con las hijas de las sirvientas, pero a mi nunca me importo eso, para mi todas alas personas eran iguales.. bueno recuerdo que jugábamos en los jardines del castillo…

-señorita izayoi, espéreme por favor- gritaba mi amiga corriendo tras de mi
-sigueme Yuza.. ven tienes que ver lo que encontré… - dije dirigiéndome a uno de los muros que cercaban el castillo.., pronto llegue a un agujero en el muro.. –ven yuza! -gritaba eufórica, mientras mi amiga me alcanzaba respirando con dificultad por la carrera..
-señorita por favor regresemos… puede ser peligroso.- dijo domándome el brazo pero fui mas rápida, me safe y salí por el agujero, no le quedo mas remedio que seguirme…
Afuera todo estaba totalmente blanco, cubierto de nieve, sentía una gran emoción y adrenalina por estar fuera del castillo..
-¿y las flores? – pregunte con mi inocencia de niña
-señorita Izayoi ahora estamos en invierno, no hay flores hasta primavera.. – me dijo yuza, mientras yo hacia un puchero,
-esta bien en ese cazo quiero dar un paseo..- dije decidida,
-pero señorita es muy peligroso, - dijo pero para cuando termino la frase yo ya estaba corriendo adentrándome en el blanco bosque, estuvimos caminando un rato,, pronto divise lo mas hermoso que había visto en mi corta vida, el lago estaba totalmente congelado, reflejaba la luz del sol casi como un espejo, era maravilloso.. me aserque con cuidado a la orilla y pude ver mi reflejo, el lugar era casi magico..
-señorita, es tarde.. – me dijo yuza
-yuza por favor ya te dije que me llames solo izayoi..- le dije con un puchero..
-eso seria una falta de respeto.. y ahora por favor regresemos al castillo..- me dijo tomándome de la mano…
-esta bien.. pero como regresaremos,- e dije con una sonrisa, su cara se torno aun mas preocupada al notar que no sabia como regresar.. antes de que dijera algo , yuza se asusto con algo y me tapo la boca jalándome hacia unos arbustos que estaban al lado, estaba muy frío aho debido a que estaban casi cubiertos por la nieve..
-que pa.- no pude terminar lo que decía por que nuevamente cubrió mi boca..
-shhh!- me indico que callara.. entre las ramas pude divisar a las tres personas… tenían una belleza inexplicable.. se trataba de una mujer y dos hombres, la mujer parecía casi una diosa, su cabello totalmente platinado, Casi tan blanco como la nieve, sostenido en dos coletas, sus ojos eran ámbar, sus labios rojos, y unas marcas e su rostro, sus orejas eran puntiagudas, no parecían ser humanos, el otro era un joven, de cabello negro que no paraba de hablar con la mujer, mientras que el otro hombre solo estaba ahí parado, su mente parecía ausente, parecía un ángel, su cabello plateado, sus finas facciones.. sus ojos de un dorado intenso, aun que los de la mujer también eran ámbar los de el tenían un brillo especia, de un momento a otro, el otro sujeto de cabello negro se acerco a los arbustos metió su mano y nos atrapo a mi y a Yuza de los brazos sacándonos del lugar..
-no estamos solos..- dijo de una manera arrogante el tipo, mientras nos acercaba a los otros dos yokais, por que era lo que eran, no podía tratarse de humanos, Yuza estaba llorando mucho y comencé a asustarme, prono la mujer empezó a dar un discurso sobre la inferioridad de los humanos, nosotras estábamos muy asustadas, de pronto la bruja esa le ordeno al hombre que se deshiciera de nosotras, el tipo me tomo del cuello.. yo apenas y alcanzaba a respirar, solo veía su sádica risa mientras oprimía lentamente mi pequeño cuello,
-no,! Señorita izayoi!! Suéltela! – gritaba yuza asustada, de pronto todo fue demasiado rápido, el sujeto estaba tirado en el suelo, y el yokai de cabellera blanca tenia una espada en el cuello del yokai pelinegro…
-no te atrevas a hacerles daño, - le dijo con una preciosa voz el yokai, pronto el malvado youkai nos bajo, y el peliplateado nos tomo en brazos cubriéndonos la vista con su ahori, después de eso solo escuchamos reclamos por parte del otro sujeto que al parecer planeaba pelear con el, de pronto nuevamente silencio, me desesperaba el no poder ver nada, pronto ahora lo que escuchaba era la fría voz de la mujer, que le reclamaba al hombre que nos tenia en brazos, pero yo no alcanzaba a comprender de que hablaban, solo escuchaba gritos histéricos de la mujer, pronto sentí como se elevaba por los aires y después bajaba nuevamente, nos bajo cuidadosamente y os puso en la blanca nieve.. Yuza no dejaba de llorar y me abrazaba,
-por favor señor no nos coma, - le suplicaba mi amiga con los ojos apretados, por alguna razón yo no le temía, el nos había salvado después de todo..
-tranquilas pequeñas.. – nos dijo con su aterciopelada voz, - yo no les are daño.. – dijo mostrándonos una leve sonrisa que parecía sincera,- ahora vengan conmigo, puedo oler un asentamiento humano por aquí cerca, supongo que de ahí provienen, las llevare a su hogar..- dijo acercándose a nosotras, nos tomo nuevamente en brazos, aun que yuza no paraba de llorar, y nos dejo justamente en la entrada del castillo… después de eso observe como se alejaba…

Ese día y aun siendo muy pequeña, comprendí que en el mundo había youkais desalmados, pero también los había buenos y compasivos, como el ángel que nos había salvado…


Continuara…