One-shot Piano y violín.

Personaje: Miku Hatsune.

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Un cálido sentimiento que broto tan bello como una rosa, pero olvide que hasta ellas tienen espinas.

Todo comenzó en la primavera el comienzo de un nuevo periodo en el instituto, nada era más maravilloso que el sonido del piano por la mañana, me fascinaba tocar las blancas teclas de aquel piano y a la vez estaba sollozando serian las últimas veces que interpretaría una pieza con mi viejo amigo, el poder conocerlo cuando pensé que el instituto seria otro estereotipo de vida le brindo una suave brisa llena de armonía, precisión y tranquilidad.

Sin embargo tuve que regresar al salón de clases, aun en clases deseaba escuchar el ligero sonido del piano. Ese día un nuevo alumno se transfirió su nombre era Kaito de casualidad una tarde cuando terminaba de interpretar las 12 sonatas, escuche como la melodía de un violín se elevaba hasta los cielos era apasiona y la vez hacia que mi cuerpo se estremeciera.

Después de unos días descubrí que Kaito interpreto aquella bella melodía, con el paso de los días nos encontrábamos mucho cuando nos dirigíamos a las aulas de música, compartíamos opiniones e incluso algunos compositores poco a poco el formo parte de mi vida y participamos juntos como dúo en un concurso con la interpretación claro de Luna del compositor Beethoven.

Los matices de la vida se tornaban cada vez más agradables junto a Kaito las brisas del verano le daban oleaje a mi cabello proporcionándome una tierna sonrisa y a la vez mi rostro se ruborizaba ya que Kaito posaba su mirada en mi, sin darme cuenta nos volvimos más íntimos y confiamos la vida de uno en las manos del otro.

Pero así como el cielo se torna carmesí la oscuridad de la noche se avecina y con ella una fría tormenta.

Una noche escuche como mis padres discutían era doloroso, como un herida cubierta de arena en esos momentos solo pensaba en mi olvide que Kaito también pasaba por problemas de salud el casi no hablaba de su enfermedad así que di por ello que no era nada grave. Y ese fue el motivo de mi sufrimiento Kaito permanecía en el hospital cada vez más tiempo luego de clases lo visitaba.

Al abrir la puerta de su habitación me encontraba con un feliz rostro esperándome con un libro en las manos, Kaito se miraba tan libre que en cualquier momento extendería sus alas y volaría lejos de mi.

Una tarde me quede dormida sobre su regazo esperando permanecer de esa manera para siempre, pero para cuando desperté él se había ido por más que gritara el no me escucharía, su cuerpo gélido y su semblante que alojaba una pequeña sonrisa mis lágrimas que se resbalaban por su cuello mientras mis brazos se aferraban a su cuerpo.

Con un beso despedí a quien más ame, con hermosos recuerdos y una herida en el pecho vi como el crepúsculo llego a su final. El resonar del piano era trágico y construyo un hueco en mi interior.

Oscuridad que aproxima un fin y tiernas sonrisas que se desvanecen.