Otro z...z (Reescribiendo)

Antes que nada, pido disculpas por tardar en actualizar, pero ya estoy aquí :D Espero les guste este capítulo y lo disfruten tanto como yo al escribirlo. Gracias a Víngilot, Borealis Spirar y a Marina por dejar sus hermosos comentarios. Estoy bien gracias, pero ahora estoy un poco ocupada tratando de avanzar con mis otras historias (esta es una) y debido a que muy pronto voy a volver a la escuela, no tendré el tiempo que se me disponía, así que tardare un poquito en actualizar, pero definitivamente no abandonare :)

De nuevo gracias a los que siguen esta historia y más a los que se toman de su tiempo para dejarme sus opiniones mediante un comentario. Bueno, sin más rodeos, dejo el capítulo.

Capítulo 12​

Al día siguiente arribaron a la ciudad Aliden, por lo que cada vez se acercaban más a su destino: Peur. Pero antes de continuar, se detuvieron a descansar un poco en una villa. El lugar era concurrido, pero solo por los pueblerinos, ya que no se trataba de un lugar de turismo. En aquel pueblo, Flint caminaba por las calles para llegar a cierta dirección. La verdad nunca creyó que la persona con la que se iba a encontrar lo quisiera ver a solas; pero si deseaba hablar con él de algo importante, no podía no ir, así que se dirigió al lugar de reunión. Se trataba del centro, el que debido a los puestos que este tenía, se encontraba lleno de muchos pueblerinos; entre la multitud, el hombre de vestiduras elegantes buscaba con la mirada hasta que alcanzó a ver a la persona que lo citó, quien se mantenía recargado en la pared de un negocio mirando hacia abajo. Flint se acercó y se planto a su frente para hacerse notar.

—Me pareció extraño que me llamaras —fue su saludo.

—Necesito enseñarte algo —dijo el castaño mientras daba media vuelta y guiaba al mayor a otro lugar.

Eliot no quería hacer lo que iba a hacer, pero necesitaba contarle a alguien sobre aquel plano que todo el viaje lo estuvo acompañando. No se le ocurrió nadie más que Ian. Por ello le pidió que se alejaran a un sitio donde no hubiera mucha gente. Ya estando en aquel lugar que al joven le pareció seguro, sacó con cuidado el plano y desenrollándolo se lo mostró al mayor, quien al verlo se sorprendió y lo tomó en sus manos.

—¿De dónde lo sacaste?

Antes de responderle, Eliot deseaba preguntarse si lo había visto antes; su sorpresa no fue como la de alguien que no imaginaba que algo así podía andar rondando por allí, sino que su expresión más bien fue como que supiera que algo así vagaba por el país. Aun así, primero respondería a su pregunta, pero antes volvió a mirar con discreción a su alrededor y percatarse de que no había nadie cerca; al estar seguro, contestó:

—Lo tenía el mismo tipo que poseía una mitad del mapa, escondido en lo que me imagino era su hogar. Al parecer al sentir que iba a morir quería ir a como fuera lugar a su casa, tal vez a esconder toda esa evidencia o algo así.

El castaño miró que el rostro de su compañero de viaje se tornaba serio, así que se preocupó; eso no significaba nada bonito. Pero espero a que Ian reaccionara, pues seguía mirando aquel pedazo de papel; juraría que su rostro no reflejaba ninguna expresión. Al percatarse de que era observado, Flint dejó de mirar el plano para mirar a Eliot, luego dobló de nuevo el plano y estiró un poco su brazo con la intención de devolvérselo al joven, pero lo que hizo Eliot fue levantar las manos y rehusara a tomarlo.

—No gracias —fue lo que atinó a decir.

Ya había tenido suficiente de eso. Desde el día que lo tomó tenía miedo de la policía, de que lo detuvieran y pensaran cosas malas de él, cuando su deseo era vivir con normalidad, o por lo menos como estos años había estado viviendo; era verdad que no tenía un hogar especifico al que ir, pero había vivido muy bien viajando de aquí allá.

—Esto está vinculado con “el proyecto” —murmuró Ian acerando el plano aún más para que Eliot lo cogiera, pero el joven lo seguía negando. Dárselo al mayor había sido la oportunidad perfecta para deshacerse de esa carga.

—No sé que sea eso, pero me parece que eso es un plano de una bomba. Lo que obviamente no es buena noticia. Aquel hombre era o fue un terrorista.

Al notar que el castaño rechazaba el plano, Ian no tuvo más opción que tomarlo con las manos y lo volvió a mirar.

—Es probable que muy pronto estalle una guerra en Etage.

—¿Una guerra dices? —Eliot se sorprendió. A Ian se le veía preocupado y que recordara nunca lo había visto de esa forma —Por cierto, ¿cómo es que dices que es el proyecto?

—El hombre que tenía la otra mitad del mapa, llevaba consigo un par de cartas que hablaban de ese tal proyecto —Ian levantó el plano a la altura de su rostro—, y esto, joven Niro, es una prueba contundente de que muy pronto este país se volverá una tierra peligrosa.

—Espera —Eliot meditó un poco—, ¿la policía sabe de esto? ¿O es que acaso las autoridades son la que están planeando eso; guerrear contra otra nación? ¿Por qué la policía va detrás de los Baker? —Eliot dirigió su vista a Flint al sentir su mirada —Días pasados mencionaste que Charlie sabía algo, ¿cierto? Es probable que se haya enterado de lo que planean y quiere advertir...

—En primer lugar, ¿por qué quiere ir a Peur? Además, son dos organizaciones las que van detrás de Ade; una de ellas son las autoridades de este país y la otra puede que se trate de miembros de otro país, ¿no? Debemos tener en cuenta que los dos hombres que poseían importante información y los mapas eran extranjeros, ¿o me equivoco?

Eliot recordó las facciones del hombre disparado, también se acordó que antes de morir balbuceaba cosas que no entendió; tal vez se trataba de un extranjero. En eso, Eliot se sorprendió aun más cuando pensó en lo que le dijo Flint.

—¿Van detrás de Ade? Eso no lo sabía, sospechaba de Charlie, que tal vez secuestró a Ade o algo así. ¿Autoridades de otro país? ¿Por qué? ¿Qué tiene que ver Adelardo con todo esto? ¿Es probable que el niño haya escuchado algo que no debía? —en la última pregunta el joven alzó la voz.

—Eso es lo que quiero saber —dijo Flint al momento que le entregaba el mapa y Eliot lo tomó; con ello se retiró.

Eliot hizo una mueca de confusión al no comprender lo que estaba ocurriendo; no entendía nada y más que eso, estaba desconcertado de lo que acababa de escuchar. Miró el plano con disgusto y le sonrío amargamente al darse cuenta que aun lo tenía en su poder, lo guardó en su bolsa y miró adelante notando que su compañero de viaje había desaparecido; quizás se fuera a reunir con los Baker y él debía de hacer lo mismo. Suspiró lentamente sintiendo en su pecho una contracción, ¿en que se había metido? Sentía un mal presentimiento y algo verdaderamente grande iba a ocurrir y él ya no tenía escapatoria, ya se había envuelto en todo ese embrollo hasta la médula.



«Es verdad, estoy caminando por un pantano» pensó Charlie recargándose a un lado de donde se encontraba el teléfono público de un restaurante al que llegaron para desayunar. Había llamado a la misma persona que lo ayudaba a estar al día con el comandante de la policía de su ciudad. Él le había informado que anduviera con cuidado ya que Erick estaba buscando hasta por debajo de las piedras y que la situación se asemejaba a un pantano. Debía cuidar dónde pisaba si no quería hundirse en arenas movedizas. «Un paso en falso y todos mis esfuerzos se vienen abajo. ¡Maldición! Yo sólo quiero lo mejor para mi sobrino» Observó a su sobrino, quien tenía una conversación animada con Eliot una vez había regresado de quien-sabe dónde.

Esos eran sus planes desde un principio, cuando supo que Erick iba a matarlo; se lo llevó para alejarlo de él y refugiarse en el país continuo y llevar una vida normal, ¡pero no! Lo detuvo su deseo de saber la razón de cómo un hombre que amaba a su familia se transformó en uno que caza a su hijo y mata a su propia esposa.

—¡Demonios! ¿Por qué quise saber eso? —se cuestionó, pensando que era mejor si solo se refugiaban en otro país.

—¿Le sucede algo? —Preguntó inmediatamente Flint al percibir su malestar.

—No, me encuentro bien —se acercó a ellos.

Ade, quien había volteado para ver a su tío volvió a dirigirse a Flint, con quien estaba empezando una conversación.

—Entonces ¿qué edad tienes Ian?

—Mucha... tal vez sea el más viejo de aquí.

—Ah, no lo creo, mi tío tiene cuarenta y dos…

—¡Ade! —Charlie se apresuró y tapó la boca de su sobrino —No divulgues las edades de otros con tanto orgullo.

—Me alegra saber que no soy el mayor.

Enseguida de eso, los tres comenzaron a reñir; por otro lado, Eliot miraba a Charlie con un poco de recelo y es que desde la conversación que tuvo con Ian, no había podido mirar a Charlie o al mismo Ade con ojos de confianza. Minutos antes de entrar al local de comida, Flint le recomendó que disimulara la conversación que tuvieron y que actuara con normalidad, ya que aun no tenían bien claras las cosas y que posiblemente si llegaban a Peur, encontrarían alguna pista. Por el momento la clave de todo era Peur. A pesar de ello y de estar consciente de que no debía juzgar a las personas sin tener una prueba válida, Eliot no podía «simular» normalidad. Definitivamente odiaba a Ian Flint; al principio sospechaba profundamente de él y ahora él fue quien hizo que sospechara de los Baker.


Dos días después de que partieron alejándose de la ciudad Garza, los viajeros se detuvieron en otro pueblo para tomar un hotel donde descansar, ya que Ade comenzó a enfermarse del estómago, la calentura le subió en un santiamén. Compraron medicamento y rentaron un lugar, sabiéndose que si dormían afuera al aire libre no ayudaría al mejoramiento del muchacho.

A Ade lo obligaron a que se fuera a descansar inmediatamente y aunque él no quería, el profundo cansancio le obligó a hacer caso a su pariente. Un largo pasillo desde que se ingresa al pequeño departamento llevaba al fondo, donde en cada extremo había dos puertas que conducían a las habitaciones; casi en seguida, a mano derecha, se encontraba la entrada de la cocina-comedor, que no era muy grande.

Los tres hombres se adentraron a la cocina para preparar una bebida caliente, tomaron asiento y comenzaron a sorber de la taza mientras observaban el mapa con más detalle.

—Quiero saber una cosa, Sr. Baker —habló Ian dejando de prestar atención al mapa y obligando a que Charlie también lo hiciera. El hombre esperó a que Flint continuara: —Algo no me queda claro con el jovencito y es algo que me perturba mucho.

Charlie lo miró detenidamente, su corazón latiéndole con frenesí, asombrándolo y no solo lo sorprendió a él, sino que también a Niro, quien antes de poder probar de su bebida, bajó la taza y con sus labios dibujó una media sonrisa, ¿a caso iba a ir directo al grano? Los días pasados bien le mencionó que no dirían nada hasta llegar a Peur, y un día antes de llegar, ya lo mencionaba.

—¿Qué es lo que quieres saber de él?

—La razón por la que su padre está detrás de él.

—¡No lo sé! —Baker se exaltó al contestar, estaba cansado de todo eso, ¿cómo podría él saber algo de eso? —Eso es lo que quiero…

—Pero sabe un “algo” detrás de eso, ¿no? —interrumpió Ian, insistiendo en su tono de voz serio para que soltara la sopa de una vez —Mire Charlie, tal vez no sabe concretamente la razón, pero sabe un algo que es muy importante para llegar a esa razón.

Charlie no respondió inmediatamente, estaba más que cociente de que lo que decía Ian era verdad. Sus ojos observaron con seriedad al interrogador y después pasó su mirada a Eliot, quien lo miró intrigado, esperando respuesta; no era por nada, pero Flint siempre preguntaba cosas que se tornaban en una conversación interesante. Baker cerró los ojos y suspiró cansinamente; ese tipo sabía algo detrás de todo, tal vez solo quería confirmar o simplemente sospechaba algo… de la historia de su sobrino. Tras dar un suspiro al sentirse acorralado, informó con voz apagada.

—Adelardo... él no es hijo biológico de Erick y Emilie Baker.

Adelardo alcanzó a escucharlo. Había salido para ir al baño y cuando terminó estaba dispuesto a entrar al cuarto, pero le había dado sed y estaba listo para ingresar a la cocina, mas se detuvo cuando escuchó su nombre y así, sin querer, escuchó aquella conversación, sorprendiéndolo, pero no solo a él, también al joven Eliot, hasta a Ian, aunque no lo demostró.

—Muchos años atrás, cuando Emilie estaba embazada, se enfermó y los últimos meses estuvo recostada en cama. La noche en que iba a dar a luz el doctor había tardado en arribar y ella gritaba tanto que provocó que mi hermano y yo nos pusiéramos nerviosos, y tras una plática decidimos que era mejor que nosotros ayudáramos a que ella diera a luz. En el momento en que nos preparábamos, el doctor llegó.

»Así comenzó el parto, fue difícil, Emilie luchó como pudo, con sus fuerzas y con la voluntad de tener a su hijo. Ambos deseaban tener un niño, así que ella luchó para tenerlo y fue de esa manera en que el bebe nació. Emilie por el difícil parto, quedó inconsciente debido al cansancio. Desafortunadamente, el doctor nos informó que el niño era el que se encontraba con gravedad —tragó saliva para proseguir—. Su hijo murió a la hora de nacido. Fue un gran impacto para todos. Erick lo negó varias veces, cargó al bebé e imploró llorando desconsoladamente que viviera. Esa escena me impactó, así que traté de tranquilizarlo y despegarlo del niño, pero él no lo soltaba —mientras seguía, tragó varias veces saliva con dificultad y sus ojos comenzaban a llenarse de lamentos ante el recuerdo. —“¿Qué es lo que le voy a decir a mi mujer?” se preguntaba una y otra vez.

»Al par de horas, aprovechando que Emilie aun no despertaba, decidió salir y enterrarlo para que ella no sufriera cuando lo viera sin aliento alguno. Decidí no acompañarlo porque comprendí que esa decisión era suya. Tardó más de lo que imaginé; por un momento toda posibilidad se venía a mi mente, que pudo haber hecho algo estúpido; además, mis nervios incrementaron cuando Emilie despertó y preguntó por su pequeño. Yo no quería decirle lo que había sucedido, pues era responsabilidad de Erick, así que me alisté para salir, pero lo observé bajar de la colina… con un bebé en brazos, también recién nacido y vivo, era Ade.»

—¿Dónde lo encontró? —preguntó Ian cuando notó que el hombre guardó silencio.

—Me contó que fue en el interior del bosque. Al hacerle la sepultura a su hijo, se disponía a volver y fue en eso que escuchó el llanto de un bebé, decidió seguir el llanto, encontrando a un bebé arropado con una sabana que tenía cocida la marca del mapa. Antes de recogerlo miró a su alrededor y al no ver a nadie, decidió llevárselo a casa. Fue de esa manera que Ade fue Baker. ¡Lo que no entiendo es la razón de que quiera matarlo! —Charlie se estremeció de furia, elevando la voz, provocando que Ade saliera de su transe e impactado se dirigió de nuevo a la habitación —A pesar de que sabíamos que Ade no era su hijo, Erick lo apreciaba como suyo. ¿Por qué entonces?

—¿Qué sucedió después? —quiso saber Flint.

—Oye, no puedes obligarlo a que siga platicando —mencionó Eliot comprendiendo el dolor de Charlie al recordar y contar todo eso —Algunos pasados no quieren ser recordados.

—Los escuché —continuó Charlie cuando se calmó un poco, bajando el tono de su voz un poco, recordando que Ade se encontraba descansando y no deseaba despertarlo —Escuché hablar a Erick en la junta con los capitanes sobre deshacerse de alguien. No lo sé muy bien, pero lo que escuché claramente fue que Erick dijo que él mismo se iba a encargar de él. Por alguna extraña razón sospeché que hablaban de mi sobrino y así fue.

Ian tomó la cuchara que recargaba de la taza donde estaba servido su té y con esta revolvió el líquido. Después se recargó en el respaldo de la silla, pensativo. Como formando lazos y así poder formar la escena, pero para que todo le quedara claro aún faltaba algunos pequeños detalles; tal vez si esperaban a que llegaran al lugar que marcaba el mapa, esos detalles fueran resueltos. Por otro lado, Ade se volvió a meter a la cama y tapándose completamente con las sábanas pensó que no iba a poder reconciliar el sueño, pero poco a poco cerró sus ojos hasta que se quedó completamente dormido. Ni siquiera se despertó cuando Charlie abrió la puerta para hacerle compañía esa noche.

Al amanecer, los cuatro partieron hacia camino; desde que salieron, nadie pronunció palabra alguna, fue hasta que el menor rompió el silencio:

—Tío —Charlie disminuyó su paso para poder quedar a un lado de su sobrino.

—¿Qué sucede? ¿Te sientes mal? —preguntó con voz cariñosa mezclada con preocupación de que aun estuviera enfermo.

El menor no continuó, realmente no lo llamó para decirle algo, solo deseaba pronunciar esa tres letras porque le hacían sentirse protegido; para él esa palabra significaba mucho, siempre había sido así. Tal vez no era su sobrino por sangre, pero Charlie siempre le demostró amor y del verdadero. Siempre quiso a su familia. Ade se dio cuenta que su tío esperaba una respuesta, como no tenía ninguna negó con la cabeza, para después decir:

—No es nada.

—¿Seguro? No tengas miedo de decirme si comienzas a sentirte enfermo —le acarició la cabeza antes de volver a adelantarse. Después de ese hecho, Ian empezó a disminuir para ahora él quedar a un lado del joven.

—¿Cómo te sientes?

—Estoy bien —le sonrió —Ya me siento mejor, como dije ayer, solo fue un malestar que pasó rápido.

—Me alegro —ahora el hombre le regaló una sonrisa, al mismo tiempo que se inclinaba un poco para susurrarle—. Pero me refiero a la conversación de anoche.

Adelardo se detuvo en seco, se tomó su pecho sintiendo como su corazón palpitaba con rapidez y esperaba que con la acción pudiera detenerlo. ¿Cómo se dio cuenta Flint de que había escuchado todo? Miró por última vez a Flint y este colocó su dedo índice sobre su boca, dándole a entender que sería un secreto para ambos; con eso, el hombre se retiró de su lado.

 

Hola, amigos. Aprovecho este domingo para poder subir el siguiente capítulo. Se los escribo y dedico a mis queridos lectores y más a los que dejan sus comentarios :)

Capítulo 13​

—¿Estás seguro que es tomando este camino?—preguntó Charlie en cuanto los cuatro llegaron a lo que parecía un desolado lugar, pero un pequeño letrero sucio y escondido detrás de hiervas altas, rezaba con las letras: “Pueblo Aba”, lugar que debían atravesar.

—Según el mapa debemos dirigirnos hacía allá —informó Eliot mientras apuntaba la dirección; decidió echar un vistazo más al mapa y volviendo la vista al letrero asintió—. Si cruzamos este pueblo, recto y sin detenernos, llegaremos al bosque y conforme sigamos avanzando para atravesar el boscaje, llegaremos a Peur.

Las indicaciones que marcaba el mapa eran completamente diferentes a lo que señalaría otro de su tipo, pues daban a entender que el pueblo Aba era el último de aquel territorio; si seguían adelante llegaban al bosque y mucho más adelante se llegaba a las colinas fronterizas que dividían a Etage y Stapfen. Por el contrarío aquel mapa indicaba que existía otro pueblo por nombre Peur en medio del bosque. Aun con las dudas, no iban a echarse para atrás y continuarían; por ello, sin perder más tiempo se dirigieron a Aba, donde después de caminar un tramo de un sendero, arribaron al pueblo y notaron que no solo el letrero se mostraba viejo y sucio, sino que la villa en sí lo estaba. Las casas eran habitadas por gente humilde que se sostenía por los cultivos, las calles ni siquiera estaban pavimentadas, se mantenían en su forma natural, la tierra; aquello podría ser un problema para la salud.

A pesar de esos inconvenientes, parecía que la gente vivía no solo en tranquilidad, sino que también se mostraban alegres; se podía ver en el rostro de los niños que jugaban con despreocupación en las calles, corriendo de un extremo a otro. Ver eso, hizo el que el menor de los Baker le naciera el deseo de querer jugar con esos niños; nunca fue a un grupo de estudio y por esa razón nunca tuvo la oportunidad de divertirse con gente de su edad. Pero por esa razón sus padres lo sacaban mucho a pasear.

—Oigan, ustedes —un señor salió de un pequeño negocio de comida y antes sus palabras, los viajeros se detuvieron para prestarle atención —Son viajantes, ¿verdad? ¿No les apetece comer algo? Se les ve hambrientos —Charlie iba a mencionar algo y eso lo notó el dueño, por ello antes de que lo dijera, continuó: —Para ustedes la comida se las dejaré a mitad de precio, ¿qué dicen?

—Gracias por su ofrecimiento y el dinero no es el problema, pero ahora no tenemos mucho tiempo.

—Oh vamos, es buena comida —el dueño no estaba dispuesto a perder clientes; se notaba que no era muy frecuentado por los pueblerinos.

Charlie iba a volver a negarse, pero de reojo observó que Ade se agachaba para recoger la pelota con la que un grupito de jovencitos jugaban; el la arrojó cuando se la pidieron y notó las ansias de jugar en su rostro, así que después de lanzar un suspiro, Charlie aceptó la invitación del dueño de la tienda, y luego le dio permiso a Adelardo de irse a jugar un rato con los niños. Además, aprovecharía para hablar con Macra, ya que según el señor, en su negocio tenía un teléfono.

Los adultos se adentraron al negocio; el lugar no era grande y tan solo había dos personas sentadas en opuestos lugares. Una de ellas era un hombre mayor que estaba al fondo terminado su plato de comida, y el otro era un joven que estaba leyendo un libro y estaba en la mesa cerca de la entrada.

—Carlín —el hombre del local habló al joven, quien al escucharlo dejó de prestar atención a la lectura y miró al mayor —¿Fuiste con la vecina?

—Sí, lo hice —comunicó muy apático volviendo a su lectura.

—Bien —se dirigió a los recién llegados —Es mi hijo. Por cierto, tomen asiento donde gusten, como pueden ven, hay mucho lugar de donde escoger.

Así lo hicieron, los tres pidieron una bebida y como no sabían qué clase de comida servían, ordenaron lo de la casa. Con los pedidos, el hombre ingresó a la cocina y a los minutos se asomó y llamó a su hijo, quien a paso lento y despreocupado se levantó y entró a la cocina.

—Necesito un favor —susurró a su hijo y tal acción extrañó al joven.

—¿Qué sucede?

Ante la pregunta, el padre mostró una hoja de papel arrugada y en esta se mostraba un retrato exacto de Charlie y debajo de su retrato unas letras grandes que decían: SE BUSCA. El joven se sorprendió.

—¿Son fugitivos?

—No sé de sus compañeros, pero del hombre alto y rubio; al parecer lo busca la policía, así que debe ser peligroso, por esa razón quiero que te dirijas a la oficina principal y le cuentes esto al sheriff —le entregó el papel y, el joven lo dobló y lo guardó en una de sus bolsas y comprendiendo a su padre, salió de la cocina para dirigirse a las oficinas de las autoridades.

Por otro lado, Charlie se había ido a comunicar con Macra, quien seguro estaba esperando su llamada. En la mesa, Flint siguió con la mirada al joven que salió del negocio.

—Tengo un mal presentimiento de todo esto —mencionó serio mientras levantaba su taza de té y se la llevaba a sus labios para darle un sorbo.

—¿Un mal presentimiento? —Eliot se extraño ante el comentario de su compañero y como mero acto de reflejo giró su rostro dirección a la puerta.

Ian no contestó, ya que no estaba del todo seguro, hacía mucho tiempo que no sentía de esa manera; una especie de sentimiento que le avisaba cuando alguien estaba en su acecho y eso había sentido cuando el hijo del negociante salió. Pero no estaba exactamente seguro de lo que estaba sucediendo. Por otro lado, Charlie pudo comunicarse con su amiga de la infancia.

—Diga —se escuchó la voz del otro lado de la linea.

—Hola Macra, soy Charlie.

—Me alegra escucharte —Macra sonó contenta al por fin saber algo de Charlie —¿Cómo están?

—Estamos bien. Nos encontramos a escasos metros de un lugar que puede ayudarme a entender lo que está sucediendo. ¿Recuerdas la sábana con la que Ade estaba cubierto aquella noche y que tenía un bordado muy bonito? Encontré un mapa que tenía ese mismo sello y ahora vamos a ese lugar. Puede que allí encontremos a los padre biológicos de Ade.

—¿Se lo has dicho? —la voz de la mujer ahora escuchó apagada.

—Aun no —Baker sintió que Macra estaba preocupada y el pecho de él comenzó a preocuparse al pensar que tal vez su hermano pensaba que ella sabía donde estaban y la había amenazado. —¿Te sucedió algo a ti y a tu hija? ¿Se encuentran bien?

—Dana y yo estamos bien, ellos nunca pasaron por aquí. Lo que me preocupa son ustedes. ¿No lo saben?

«¿Saber qué?» se preocupó ante la pregunta, y con la impresión no pudo formularla, pero Macra continuó:

—Andan rondando por todo el país boletines con tu rostro, buscándote, diciendo que has raptado al hijo de un capitán de un escuadrón de la policía.

Al saber eso, un mareó invadió al mayor de los Baker y si no fuera porque se apoyó en la mesita donde reposaba el teléfono, hubiera caído al sueño. Ya no sería fácil escabullirse de los oficiales. Apretó con fuerza su mandíbula. ¿Ahora él era el malo?

—También escuché que si dentro de dos días más no encuentran rastro de ti, las distribuirán a los países vecinos.

El hombre trató de mantener la calma, debía tranquilizarse y pensar en algo, pero a pesar de tratarlo, su mente no reaccionaba como quería. Su corazón se aceleró con nervios y preocupación, pero con voz serena para no alertar a Macra, le mencionó:

—No te preocupes, como te dije, estamos cerca de nuestro objetivo...

—¿Y luego? —lo interrumpió ella alzando la voz —¿Qué sucede si encuentran o saben de los padres del niño? ¿Crees que con ello Erick ya no haga nada? Además, ¿Por qué Erick está haciendo lo que está haciendo? ¿No te lo has preguntado?

Baker tardó en responder, se planteó las preguntas varias veces, pero ni se acercaba a una respuesta. Peur estaba a escasos metros de la frontera con el país de Stapfen, tal vez hasta era hijo magnate de un líder de aquel país y cuando era bebé lo raptaron. Esas tan solo eran conjeturas, no estaba del todo seguro. Tanta era desesperación de encontrar la “verdad” que lo hacía pensar de más.

—Pensaré en ello cuando tenga la oportunidad —respondió lo primero que se le ocurrió —Escucha, no te preocupes. Debemos partir ahora —a reojo miró a sus compañeros y después escuchó un suspiro provenir de Macra.

—Cuídense.

—Ustedes también —al terminar colgó y antes de dirigirse a la mesa trató de no aparentar preocupación; ante sus pensamientos, una preocupación mayor vino cuando pensó en la remota posibilidad de que el lugar nombrado Peur no existiera o se encontrara desolada o que en verdad no llegaría a descubrir nada. La policía no los dejaría vivir en paz, ya que, por lo menos él ya era un fugitivo de la ley.


Sin estar pendientes de lo que sucedía, en la ciudad Merry, un joven ayudante de la policía salió corriendo para buscar al capitán Erick Baker, quien junto con su teniente habían viajado a ese lugar, debía encontrarlo rápido porque se iban a ir a otro pueblo y debía informarle la nueva noticia que recibió del pueblo Aba, que estaba muy cerca de allí.

—Señor Baker.

—¿Qué sucede? —preguntó el nombrado antes de subir al carruaje, ya listo para dirigirse a la próxima localidad.

—Se nos ha anunciado que en el pueblo Aba se encontró al sospechoso que buscan.

—¿De verdad? —la sorpresa de Erick no se hizo esperar, se viró para ver al segundo al mando de su escuadrón, quien ya estaba sentado en el carruaje, listo para partir al Norte —Sebas, quédate aquí e infórmale esto al capitán Sergio e infórmale que nos desviamos al pueblo de Aba, yo iré primero.

—¿Va a ir solo? ¿No desea que alguien lo acompañe?

—No, no hay tiempo, además, antes que nada quiero hablar un poco con Charlie.

—Como usted ordene, señor —bajó del vehículo. Erick subió.

—Me voy adelantando. Los espero haya.

***​

Ante la cuestionable actitud del joven Eliot al ver desorientado y preocupado a Charlie después de colgar y volver a ellos, el último no tuvo opción que contarles lo sucedido. Ante la noticia, se apresuraron y sin siquiera probar un poco la comida salieron del local. Buscaron a Adelardo para retirarse de allí. Una vez todos estuvieron reunidos y listos para seguir su camino, se detuvieron al escuchar la voz de alguien. Se dieron cuenta que quien les habló fue un oficial de aquel pueblo. Charlie se puso nervioso, comenzó a sudar de pánico. Quiso hablar, pero por un momento, su garganta se cerró.

—¿En qué podemos ayudarle? —tomó la palabra Ian al notar el nerviosismo de Baker.

—¿Podrían acompañarme a la oficina principal?

—Me temo que eso no será posible —continuó Flint al momento que miraba a Charlie —Mis compañeros y yo tenemos prisa. Debemos llegar a un sitio lo más rápido posible.

El uniformado miró a Charlie, él levantó su vista al sentir la mirada del oficial disconforme por el comentario de Flint.

—Que nos acompañe solo él.


Nota: Espero les haya gustado. Tan solo quería decir que de este capítulo en adelante, da comienzo al desenlace de la historia.

 

@Marina, @Víngilot y @Borealis Spiral por estar pendientes de esta historia y también sus opiniones y comentarios, les agradezco mucho. También a las personas que siguen la historia. Bueno, sin más, dejo la actualización.

Capítulo 14​

¡Diablos! Esa situación no pintaba nada bien. Los susodichos volantes debieron llegar hasta ese pueblo. Se había equivocado al pensar que por ser remoto tardarían en llegar, pero no, nunca debieron quedarse, debieron haber seguido su camino ignorando al señor de esa tienda. Les dieron tiempo para que lo reconocieran. Charlie tragó saliva, tratando de pensar en algo. Dio un par de pasos adelante para acercarse al oficial, miró de reojo a Ade, quien lo miraba fijamente sorprendido, su rostro mostraba desorientación, casi podía leer su expresión.

«¿Qué sucede? ¿Por qué a él? ¿Por qué se llevan a mi tío?»

Sintió mucho no haberle dicho nada respecto a lo que sucedía. Pero tomaría ventaja de la situación, a quien buscaban era a él, no a Ade, así que por el momento dejaría a su sobrino en las manos de Eliot e Ian.

El policía se acercó a Charlie para llevárselo a la oficina, pero algo preocupó a Baker cuando miró al oficial, pues sus ojos se desviaron y su vista se dirigió a su sobrino. Las siguientes palabras del hombre fueron el derrumbe de toda esperanza para él.

—El niño también viene. Es su hijo ¿no?

Charlie maldijo a sus adentros, tal vez no se parecían físicamente, pero ambos, a diferencia de Flint y Niro, eran de cabello claro y ojos azules, así que fácil podrían decir que eran padre e hijo. Como reacción de aquello, el hombre colocó su mano sobre su frente y la acarició pensativo, notando que sudaba, sin contar que su estómago se revolvió. En eso, una voz se hizo escuchar entre los pueblerinos que se mantenían a su alrededor observando la escena como si se tratara de un espectáculo.

—¡Corra señor Baker! —Gritó un hombre desconocido —¡Tome al niño y corra al bosque! —el anónimo se fue contra el hombre de la ley derribándolo al suelo y reteniéndolo en este.

Por un momento Baker, al igual que sus compañeros quedaron sorprendidos ante la situación. Charlie despertó de su conmoción y tomando a su sobrino de la muñeca corrió a las entrañas de la vegetación, pero antes se dirigió a sus compañeros.

—¡Ya escucharon, a correr!

Hicieron lo sugerido y se apresuraron perdiéndose entre los confundidos rostros de los pueblerinos, se adentraron a la floresta sin detener su paso, corrieron y corrieron y hubieran seguido de esa manera si no fuera porque Charlie se detuvo al sentirse cansado y sentir que aun teniendo a Ade agarrado, disminuía su velocidad; miró el camino que recorrió, ¿los estarían siguiendo?

—¿Quién era ese hombre? —preguntó Eliot.

Charlie sin poder responder porque estaba exhausto, movió su cabeza negando con ella indicándole con ese gesto que no sabía de quién se trataba. Eso lo había tomado por sorpresa.

—¿Por qué nos ayudaría? —el castaño se preguntó después y girando su cabeza observó a Flint, quien retrocedió y negó con sus manos al percatarse que posiblemente él sabía algo.

—Yo no tengo nada que ver con eso. No lo conozco, lo juro.

Charlie aun inhalando aire para llenar sus pulmones, giró sobre sí mismo al percatarse de algo, al observar su alrededor se dio cuenta que no sabía exactamente en qué parte del bosque se encontraban. Sin duda alguna no tomaron el rumbo que debían cruzar para llegar a Peur.

—¿Estamos perdidos? —preguntó Niro al distinguir la mirada de Baker.

—Tal vez.

—Debimos haber preguntado a ese hombre hacia donde debíamos correr —mencionó Ian con tono sarcástico.

Tanto Charlie como Eliot lo miraron no encontrando gracia a sus palabras, pero enseguida dirigieron sus vistas al escuchar unas pisadas que se acercaban a ellos. Miraron a tres personas. Dos féminas y un varón. Se detuvieron a metros de ellos, una de las mujeres habló inmediatamente para evitar que los perdidos huyeran de ellos.

—Esperen. No queremos hacerles daño. Tan solo deseamos ayudarles.

—¿Ayudarnos? ¿Ustedes enviaron a ese hombre? —preguntó Eliot desconfiado.

—Así es —informó ella.

—¿Por qué razón hicieron eso? —ahora cuestionó Charlie demasiado interesado por la respuesta.

—Porque nosotros queremos ayudar al chico.

—¿Dónde se encuentra la linda pelirroja? —esta vez Flint se metió entre la plática para preguntar por Zuleme.

—¿Ella? —se extrañó un poco por tal pregunta, pero recordó aquella noche en que ayudó a esta última —No vino —respondió al final.

—Oye Flint, dijiste que no los conocías —se escuchó Eliot mientras lo miraba con irritación.

—Y así es, joven Niro, no los conozco. Aunque me gustaría hacerlo.

—Entonces como conoces a uno de…

—Eliot —interrumpió Charlie—. No creo que sea momento para discutir.

—Pienso lo mismo —estuvo de acuerdo Ian.

Por otro lado, Eliot sintió que solo estaba escabulléndose para no contar de donde conocía a uno de ellos.

—Ahora —Charlie se dirigió a la mujer por nombre Aleyda, quien estaba a cargo de ese grupito—, ¿podrían decirme a que se refieren cuando dicen: «ayudar al chico»? ¿Por qué quieren salvar a mi sobrino?

—Porque nos enteramos que la policía quiere deshacerse de él —desvió su mirada a Ade, quien se mantenía en silencio y juzgando su mirada, asustado por la situación, por ello, ella le regaló una sonrisa para después continuar: —Nosotros solo protegemos a las personas que están en peligro injustamente.

—¿Y cómo es que saben del problema que enfrentamos? —cuestionó Baker mirándola con desconfianza y es que tenía validez en sentir eso.

—Hay personas en la policía...

—Infiltrados —mencionó Ian interrumpiéndola.

—Trabajadores —rectificó ella sin mirarlo y sin dejar de prestar atención a Baker, continuó: —Son trabajadores normales que nos informaron sobre eso y decidimos intervenir para impedirlo, pero en eso usted se lo llevó. Fue así que no nos metimos entre usted y su sobrino. No hasta ahora que saben que se encuentran por esta zona. La autoridad de Ada se comunicó con los pueblos vecinos y ahora están en camino todos los escuadrones.

—Eso es malo —se dijo Charlie. Y lo que le dijeron le resultaba lógico, recordó al compañero que estuvo ayudándole dándole pistas de la ubicación de Erick; él estaba en desacuerdo de los planes de los mayores de la comisaría. Pero ante todo eso, la pregunta que se había estado haciendo se la preguntó a la mujer: —¿Saben por qué razón la policía va detrás de Ade?

—Aún no. Pero nos estamos encargando de investigarlo.

Quedó impresionado al escuchar eso último. ¿De verdad existía esa clase de organización? Tenía la esperanza de que le dijeran la razón por la que querían a su sobrino, pero aun así, quedó satisfecho con las palabras de ella.

—Mi gente y al igual que ustedes creen que el joven Ade está siendo perseguido injustamente —al notar que poco a poco Baker iba tomándoles confianza, ella prosiguió:—, estamos averiguando eso para tener pruebas sólidas de ello y así contraatacar a la policía y poder divulgar lo ruin que es. Al comprobar eso, es posible que después de todo, pueda vivir en paz con su sobrino, aquí en Etage.

Charlie iba a decir algo, pero Ian se interpuso al preguntar:

—¿Por qué hacen esto? ¿Por qué razón ayudan a los inocentes?

Las razones que daba ella, al inglés le resultaban falsas; simple camuflaje, como si la situación fuera un plato de postre echado a perder y esas hermosas «esperanzas» fueran la miel untada que lograba que la «veracidad» oliera bien y se viera apetitosa. Cuando en realidad eso era algo malo.

—Aunque se oiga extraño, habemos gente que quiere ayudar, ya que la policía puede llegar a ser muy indigna. Algunos trabajadores no son igual que la mayoría de ellos y estos nos dicen la verdad, por eso ayudamos a la gente que está siendo perseguida injustamente. Así que —volvió a mirar a Charlie—, los llevaré a un lugar seguro. Síganme por favor.

La mujer dio media vuelta al igual que sus dos compañeros, Charlie tomó la muñeca de Ade, listo para seguirlos, Eliot también estaba de acuerdo, esa gente se veía que de verdad quería ayudarlos, así que confiarían en ellos, pero Flint, el único del grupo que no estaba del todo convencido encaró al Baker.

—Espera…

—No vayas, Charlie —una voz autoritaria terminó la frase de Flint.

Todos los presentes se volvieron para ver el rostro de la persona recién llegada. Se sorprendieron al ver al mismísimo capitán de la policía de la ciudad natal de los Baker. Frente a ellos se encontraba Erick Baker. Adelardo y Charlie fueron quienes más asombrados se quedaron, todavía no asimilaban lo que veían sus ojos. El hombre continuó mirando a los ojos con reto a su hermano y en ningún momento miró a Ade.

—Escucha —continuó—, no sigas a esas personas. Charlie debí decírtelo. Me arrepiento de no haberte dicho lo que ocurría. Te diré la verdad, lo haré si ambos vienen conmigo.

—No lo escuche —se interpuso Aleyda casi poniéndose al frente para evitar que el capitán se acercara—, quiere que creas que eso va a pasar, pero está mintiendo, en alguna oportunidad matará al joven.

—No lo voy a hacer —confirmó el mayor de los Baker mirando detenidamente a su hermano menor, a pesar de que sus ojos irradiaban rabia, muy en el fondo estaba triste y desilusionado —¿Por qué Erick? Ni aunque me dijeras que ya no matarías a Ade iría con…

—No me malinterpretes, hermano—corrigió el oficial—. Eso no va a cambiar.

Charlie se sorprendió quedando en blanco. No podía creer que su hermano estaba empeñado en darle muerte a su hijo. ¿Desde cuando acá había cambio de un excelente padre a uno tirano, cruel y sin corazón? Ni siquiera tenía el descaro de fingir estando su hijo enfrente, a ese niño que crió desde pequeño.

—¡De qué hablas! ¡¿Qué ocurrió contigo?! ¡¿Por qué hablas de esa manera?!

—¡No es momento de esta charla! —lo cayó molesto Erick —¡Devuélveme a mi hijo, Charlie!

—Estás equivocado si crees que te lo devolveré. No eres capaz de ser padre. ¡Tal vez por eso perdiste a tu hijo biológico! —esas palabras las dijo sin pensar. Erick no mencionó nada, y aunque no lo demostraba, lo habían herido esa palabras.

—Ade —entre la atención que ambos hermanos mostraban, se escuchó la voz de Eliot. Todos los presentes, quienes se encontraban atentos a la plática de los Baker, se volvieron para mirar al joven Niro —¿Dónde…? ¿Dónde está?

Ante esa inesperada cuestión, todos miraron donde minutos atrás el muchacho estaba. Todos comenzaron a buscar con sus miradas alrededor, pero solo sus ojos percataban los árboles del bosque. No lo vieron.

—Su compañero, ¿dónde se encuentra? —se escuchó el hombre que acompañaban a Aleyda. Tampoco vieron a Ian, lo que les indicó que se había raptado al muchacho.

Todos empezaron a buscarlos, tomando diferentes caminos, todos a excepción de los hermanos Baker, quienes seguían mirándose con desafío. Los dos querían hacer que el otro se retractara. Pero ninguno de los dos, viendo las intenciones del otro, se iba a dejar manipular, hasta que Charlie sintió algo inusual en la presencia del hermano menor, una sensación de tristeza, una melancolía que ocultaba su rostro sereno. A pesar de ello, dando una vuelta de 180 grados para darle la espalda y poder ayudar a buscar a su sobrino, le dijo:

—No te lo voy a entregar.

Su mera intención de retirarse de allí fue opacada por Erick, quien se fue contra él tumbándolo al suelo, no lo iba a dejar escapar.

—Si así va a ser, entonces no permitiré que lo encuentres. Ni tú, ni ellos, ni nadie.

Charlie se levantó a velocidad y se fue contra su hermano al notar que este se retiraba de allí. Ambos se volvieron en un pleito, la segunda vez que peleaban por la misma razón. Ni siquiera cuando ambos eran jóvenes hacían semejante cosa que estaban demostrando en ese preciso momento. Como Charlie era por mucho mayor a Erick, este último siempre le mostraba aprecio y el primero fue como su segundo padre, ambos se conocían tan bien que se sorprendieron de estar haciendo algo como eso. Todo eso porque decidieron guardar secretos. Pero Charlie a pesar de aun querer a su hermano menor, a quien también lo consideraba como a un hijo, debido a que lo crió cuando sus padre fallecieron, ahora estaba tratando de salvar a su sobrino y daría todo por ello, por ello no le importaba golpear a Erick hasta llevarlo a que perdiera la conciencia. Pero algo inesperado escuchó salir de la boca de Erick, quien a pesar de ser entrenado, Charlie llevaba ventaja en el pleito. Esas palabras que escuchó, hizo que él dejara de usar sus puños y abrir sus ojos incrédulamente.

Esa oración retumbó dentro de su cabeza. De todo su ser. Palabras que lo obligaron a perderse en sí.

—Ade es una bomba —dijo Erick.

Esa cruel oración fue el acabose de su fuerza. «Era tal vez una mentira. Pero no era así». Se trataba de la verdad, la inhumana realidad. El tono en que lo dijo Erick, la manera en que se lo hizo saber, sabiendo que no mentía ya que lo conocía muy bien para determinar si lo hacía o no. La primera vez que se lo hizo saber demasiado serio.

Retrocedió un par de pasos tambaleando sintiendo como en cualquier segundo iba a desplomarse en el suelo. Se tomó la cabeza casi con la intención de que pudiera dejar que todo diera vueltas a su alrededor. Esa noticia le cayó mal. Acaso, ¿su hermano estaba haciendo algo para salvar a la gente? Necesitaba saber todo. ¿Qué estaba sucediendo? Erick lo supo enseguida así que esta vez no le ocultaría nada y le contaría todo, cómo fue que supieron de eso y quiénes fueron los que hicieron ese macabro plan. Charlie debía estar listo para la tormenta que se avecinaba. Una tormenta que marcaría su vida, tanto como lo fue para Erick, como lo será para Ade y él.

 

Aw, me encantaría poder alargar más la historia, pero cuando no se puede, no se puede. Estamos llegando al final. Gracias a Víngilot, Marina y Borealis por sus comentarios. Agradezco a los demás que siguen la historia.

Capítulo 15​

 

@Víngilot @Marina y @Borealis Spiral muchas gracias por sus comentarios. Y esta historia esta llegando a su final, este capítulo es el penúltimo, espero lo disfruten y les guste y no me hagan nadita :)

Capítulo 16​

 

Este es el último capítulo de esta historia y estoy realmente feliz porque por fin termino una de mis historias. Agradezco mucho a las personas que llegaron hasta aquí y que me acompañaron en esta aventura. Les agradezco mucho a Borealis, Marina, Unimar (aunque ya no este aquí) y Víngilot por dejarme sus comentarios y opiniones, agradezco el tiempo que pasaron por ello. No esta de más decir que falta el epílogo, ese no tardo en publicarlo.

Capítulo 17​

, , ,