de Inuyasha - Persecución de Amor |Sessh&Rin|

Persecución de Amor |Sessh&Rin|

Konichiwa a todos!:D He venido una vez más a molestar con mis historias. Esta es una nueva, de acción. Ya que se cerró mi antiguo fic ._. por no continuarlo a tiempo.

Espero y lo disfruten;)

Capítulo 1
La hermandad.​

5:00 am
Ubicación: Habitación 15771

Un día muy común y corriente en mi vida anormal. Desperté y en mi buro, divisé a la mejor amiga que pude haber tenido los últimos tres años, una Beretta PX4 Storm, a la que dulcemente nombré Bertha, hace más de dos años.

—Hay Bertha, Bertha, hoy será un día agitado —Le dije al objeto inanimado. Miré el despertador de mi habitación, con su luz verde fosforesente iluminaba la oscuridad. No eran más de las cinco de la mañana, intenté dormir un poco más, pero mi reloj biólogico me lo impedía. Probablemente los demás agentes siguen dormidos, pensé.

Todo estaba listo y en posición, así que no tenía nada que hacer para que el tiempo se me pasara más rápido. Quedarme tirada en la cama, me incomodaba, quedarme inmóvil me daba la impresión de estar muerta, y la sensación era más que repugnante para mí.

—En este trabajo tienes que estar preparada para morir, Rin —Me había dicho al entrar. Llevo más de dos años en esto, y aún no lo puedo superar, simplemente no.

—Bueno, Bertha, al parecer, tendremos que matar a los que vengan a matarnos —Dije tomando la pistola mientras me levantaba y me dirijía al baño.

Nadie se imaginaba lo que pasaría ese domingo en Japón, los bancos estarían abiertos, pero la policía saldría confiada a patrullar. Y la Hermandad de Shikon daría el más grande golpe que el mundo hubiera visto hasta hoy. En cuatro países se comprarían toneladas de droga, de manera calculada y con la mayor sincronización, bajo el nombre del presidente de la fraternidad. Mientras que el banco custodio de la Perla Shikon no Tama, sería hoy robado por los mismos delincuentes.

—Sí, Bertha, hoy será un día muy agitado y divertido, ¿te parece si vamos a visitar a los chicos? Tengo que ver quien me aompañará al banco —Dije burlándome. Ya era las seis y media, los hermanos y hermanas de la fraternidad ya estaban despertando, en cambio yo, visitaría a Toby, Alexander,
Subaru y a Charllen, mis chicos.

6:50 am
Ubicación: El taller mecánico de la Hermandad Shikon.

Legué al taller subterráneo, del edificio de la Hermandad que se encontraba a las afueras de la ciudad y oculto de la policía e inteligencia de Japón. Y en mi garage, acomodados por preferencia estaban los amores de mi vida. Toby "El simpático",mi BMW 1351 coupe azul, Alexander "El elegante", BMW M-zero negro, Subaro "El veloz" mi favorito en persecuciones, BMW serie 1 TII, blanco con decoración negra en el cofre, el primer carro que me otorgó la fraternidad al conseguir el robo de 53 millones de dólares en Londres y el último, pero no menos importante, Charllen "El malo", Challenger SMS 570 rojo con negro.

—¿Cuál llevarás? —Me preguntó una voz familiar detrás de mi.

—Aún no lo sé —Contesté confundida— ¿Cuál sugieres, Sango?
Ella dió unos cuantos pasos adelante de mi, viendo los autos detenidamente, con expresión pensativa.

—Mmm... Supongo que deberías llevar el serie 1.

—¿Subaru? No lo sé.

—Esa tu manía de ponerles nombres a tus armas y autos.

—Es por diversión —Dije sonriendo y encojiendo los hombros— Aún así, también quisiera llevar a Alexander, ya que este es el robo más grande que a tenido la fraternidad desde que entre, tengo que ir de gala ¿no crees? —Sango rió, y se le quedo viendo al flamante auto.

—Me dolería más a mi que a ti, si algo le pasa a este auto —Dijo sonriendo— En todo caso lleva a Charllen, el es el malo.

—¡No te burles! —Le dije mientras le aventaba un trapo de mecánico— Estoy entre Subaru y Toby,
uno de esos será.

—Qué sea Toby —Contestó una segunda voz. Gire sobre mi misma, y ví al hermano que sería mi copiloto.

—¿Toby? Si, llevaré a Toby, gracias Kohaku.

—¿Están listas? —Nos preguntó.

—Más que eso hermano —Afirmó Sango.

Los tres salimos del taller mecánico, hacia la sala Requiem, para el discurso de aliento que el presidente siempre daba, en el que después le rezaríamos a Dios, pidiendole, regándo que cuidara nuestras espaldas en las ráfagas de balas, disculpándonos por matar al prójimo y deseando que los traidores, se quemarán en lo más bajo del infierno.

Los seguidores de la hermandad, comenzaban a juntarse en la sala Requiem alrededor de las nueve de la mañana, la salida hacia el centro de Japón daría lugar a las diez, la llegada al banco central de la ciudad, estaba estimada a las doce del medio día en cuanto se activaran las cuentas bancarías y en los países las embarcaciones de droga subieran a los barcos, aviones y trailers.

Reunidos casi todos en el Requiem, un individuo, se escondía en los rincones solitarios del edificio.

—¿Está seguro, agente? — Preguntó la voz del otro lado del aricular.

—Si, capitán. Las sospechas de un ataque al banco central de Japón , son ciertas, la hermandad está
reunida y a punto de partir a la ciudad, no podré detenerlos, sin embargo la delincuente 139092 será
la que maneje el BMW 1351 coupe azul.

—Se le agradece su valentía agente, lo estaremos esperando en el banco, tenga cuidado, lo esperara una emboscada, iremos directo al automóvil con la descripción que nos ha dado.

—Hágalo, jefe. Veré la forma de llegar ahí a tiempo.

—Buena suerte agente I.

Sin más, el agente infiltrado en la fraternidad se dirijió a Requiem, para escuchar el discurso del delincuente más buscado de Japón, la Interpool y la CIA.

9:00 am
Ubicación: Sala de reuniones Requiem.

La sala estaba repleta de asesinos talentosos, cientificos locos, matemáticos y políticos corruptos, además del infiltrado.
Los miembros de la hermandad se caracterizaban por su vestimenta peculiar, de hombres y mujeres. Entre los tantos códigos, que regian la hermandad, se encontraba el código de vestimenta, en el artículo 765°, en el que especificaba el uso del uniforme al llevar a cabo una "misión".

Código de vestimenta.
artículo 765°Uso y caracteristicas del uniforme.
1.0.o. del códice de la Hermandad Shikon.​

Todos los hermanas y hermanos, que lleven a cabo la misión del día, deberán portar el uniforme de la Hermandad, que fue entregado por el presidente en cargo, al admitir el ingreso del individuo a la hermandad.​

En los hombres:
Se requiere el uniforeme constituído por:
-La playera color negro, cuello alto, sin mangas y con el escudo escarlata de la Hermandad Shikon en la parte delantera.
-Las botas negras de cuerdas.
-La chaqueta de cuero negro, antibalazas, no flamante, que es obligatoria.
-El pantalón de la hermandad. (Cuyo color será otorgado, por el coordinador de brigada).
-El cinturón de cuero café, portador de armas.
En mujeres:
Se requiere el uniforme constituído por:
-El top de color negro, de mangas 3/4, cuello semi descubierto por lo hombros, con el escudo escarlata de la Hermandad Shikon en la parte trasera, en la espalda.
-Las botas negras sin cuerdas.
-La chaqueta de cuero negro corta, antibalzas, no flamante, de uso obligatorio.
-El pantalón de la hermandad. (Cuyo color sera otorgado por la coordinadora del sector).
-El cinturón de cuero café oscuro, portador de armas.

Código de vestimenta.
artículo 765° Colores de pantalón
1.1.1. del códice de la Hermandad Shikon.​

El color del pantalón en el uniforme de los miembros de la hermandad, es indispensable para diferenciar el rango del individuo en su estancia y misiones, detro y fuera del edificio. El color, será otorgado y cambiado por el coordinador de brigada o la coordinadora del sector, según el sexo del indivio y según sus méritos dentro de la hermandad, del degún el número de personas, polícias, espías, etc., que haya ejecutado o por edad.​

Colores para pantalón del uniforme de la hermandad, para hombres y mujeres:
Rango-|-Edades/Años-|-Color.
1° 5 Blanco.
2° 6 Gris claro.
3° 7 Caqui.
4° 8 Café.
5° 9 Verde claro.
6° 10 Verde militar.
7° 11 Azul claro.
8° 13 Azul.
9° 14 Morado.
10° 15 Rosa.
11° 16 Rojo.
12° 18 Escarlata.

Rangos superiores, miembros de la Fraternidad Scudería de la Hermandad.

Mayores de 20 y/o con más de 200 ejecuciones y/o méritos que requieran su ascenso, sin tener las 2 décadas requeridas.

13°Gris oscuro.
14° Escarlata oscuro.
15° Negro tejido con hilo blanco y escarlata.

Se especifíca que el único que porta el pantalón completamente negro, será el presidente en cargo.​

—¿Ya viene?

—No lo veo.

—¿Ya? —Me preguntaba Sango emocionada y desesperada a la vez.

—¡Oh! ¡Ahí viene!

Detrás de la mesa donde se encontraban sentados los miembros de la Scudería, apareció el hombre del traje negro y camisa escarlata,con el tatuaje de la hermandad dibujado en su mano derecha.

—Es el —Suspiró Sango a mi lado.

—Es increíble que sigas enamorada de él, Sango. Desde que te conozco, y el presidente Miroku, ni
sabe quien eres.

—Cállate —Me dijo entre risas— Ya verás, cuando esté en la Scudería, no se podrá ni olvidar de mi.

Reímos juntas y Sango se ruborizó hasta que terminamos de rezar. Miroku, el presidente de la hermandad, nos dió la bendición, y salimos a la puerta central del edificio, al cual, todos llamaban, "La fortaleza Shikon", donde nos esperaban con nuestro automóviles. Hasta hacía dos días, no sabía que el Sector H, el sector al que perteneciamos Sango y yo, iba a robar el banco, aunque la misión se tenía en mente desde hacía bastante tiempo. Luego anunciaron que la brigada Setsuma, iba a resguardar al Sector H y la fraternidad Scudería, estaría esperandonos a unas cuantas calles en el centro de Japón, por cualquier emergencia. Se suponía que yo esperaría y manejaría el automóvil a la hora de salida de la fortaleza y al escapar del banco, no tendría que bajarme del carro, a menos que la situación lo sugiriera.

—Hubiera preferido, ir a Inglaterra y recibir las toneladas de droga —Le dije desganada a Sango mientras caminabamos hacía los autos, a las afueras de la fortaleza.

—Pero, ¿qué dices? ¡Aquí está lo emocionante!

—Lo digo por eso, ni Bertha ni yo amanecimos con ganas de acción.

—Bertha es una beretta PX4 storm, ella siempre está para la acción.

—Bueno, pero yo no —Contesté con una mueca.

—Aguafiestas... —Murmuró Sango.

Al parecer, el entusiasmo que tenía Sango de apuntar con su viejo y precioso revólver a la cabeza de los rehenes, era lo que me faltaba hoy. Intuía, con un sexto sentido muy pesimista, que algo saldría mal.

—¿Cómo que algo saldrá mal? Eso si es tener ganas de mala suerte, chica.

—Es solo una vaga intuición.

—Qué rara eres a veces, Rin —Comentó Sango.

—¡Y! Así me qui-e-res.

—Por algo somos mejores amigas o ¿no? —Me dijo sonriendo.

—¡Chicas! ¡Espérenme! — Gritaba Kohaku mientras corría detrás de nosotros. Yo me adelanté y Sango lo espero gustosa. Parecía que Kanna, la coordinadora del sector H, pantalón gris en la fraternidad
Scudería, había cometido un error al traer mi auto. Me había traído a Subaru y no a Toby.

—Coordinadora, debe haber un error, yo informe que sacaría a Toby —Dije desesperada, el tiempo era crucial y se hacía tarde.

—¿Toby? —Preguntó extrañada con una mueca de repulsión.

—Quiero decir, el BMW 1351 coupe azul, no el serie 1.

— No ha habiado ningún error, hermana Rin. Usted llevará este automóvil y Toby, será manejado por la hermana Sango por esta vez.

—Pero... —Repliqué y callé al tiempo que Kanna me miró directo a los ojos.

—No hay peros, lo harás. Ten —Me tendió mi cinturón de armas, con Bertha a mi lado derecho, unas cuantas balas de repuesto en la bolsa de cuero izquierda, varias bomillas de gas, dardos con veneno paralizante, y a la mano izquierda mi Colt M 1911A1 plateada con rojos escarlatas en ciertas partes, que yo había pintado en mis momentos de aburrición.

—¿La pequeña Marjory? No creo necesitarla, Kanna — Y se la devolví.

—Llévala, es una orden. Y ten cuidado Rin, mucho cuidado con tu copiloto. Cualquier error te cuesta la vida, al parecer, hoy no te quedarás solamente en el auto, puede que yo pases de escarlata a la fraternidad Scudería— Me sonrió, de manera macabra y fría pero divertida a su vez, que mi sangre se heló dentro de mi y el corazón se paró por un segundo, y comenzé a sudar frío.

¿Qué me quiso decir con eso?, pensé. ¿Acaso, me trató de...?

—Con que te trajiste a Marjory, vez, si te quieres divertir —Escuche a Sango a lo lejos.

—Bueno, vámonos, casi son las 10 y aun seguimos aquí —Dijo Kohaku mientras se subía a Toby presuroso.

Sucio traidor.

—¿Qué haces Kohaku?, Tu y yo nos vamos en Subaru, ten Sango —Le dije mientras aventaba las llaves al aire.

—De esto estaba hablando —Rió Sango— Acción.

Y en el rostro de Kohaku se pintó la confución y el terror, de ver que su hermana se subía al auto que sería tiroteado al llegar al centro de Japón y no el de Rin.

—¿Te sucede algo, copiloto? —Le dije indiferente.

—Cambia de auto con Sango.

—¿Así? ¿Porqué? —Le dije fingiendo no escucharlo. De inmediato Kohaku vió en mi las ganas de matarlo con Marjory en ese instante, sintió como lo había descubierto ya.

10:00 am.
Ubicación: Afueras de la fortaleza Shikon.

Sango arrancó a toda velocidad a Toby, con Shippo de copiloto, dejándonos atrás, lo suficiente para matar a su hermano o bien, echarlo a los perros de la fortaleza.

—¡Te lo suplicó deténla! —Me rogó gritándo.

—Demasiado tarde, son las 10 —Dije sonriendo con manía, mientras que Marjory le besaba con la punta del cañon la sien— Si Sango, muere será tu culpa, y morirás también— Arranqué sin piedad, a toda velocidad a Japón— Y si no muere, aún así morirás.

10:05 am.
Ubicación: Compañia centra de Inteligencia y policía japonesa Tasho.

El operativo ya se estaba llevando a cabo y los policías habían abandonado sus casa y comidas en parque en su domingo familiar. El presidente de la compañia se hallaba detrás de su escritorio dando órdenes y planando estrategias.

—¿Ya llegó Sesshomaru? —Preguntó el presidente a su asistente, perpleja por la situación.

—Aún no, Señor Naraku, pero el y el agente superior Inuyasha, están en camino.

—Más vale. Ve a ver si ya estan aquí, Kagura.

—Si, señor— La chica delgada con lentes rojizos, salió de inmediato, dejándo al presidente completamente solo.

—Haber si ahora si te atrapo, Rin —Murmuró para sí.
Por el corredor, dos hermanos de cabellos grises y lacios, se dirigían a la oficina del jefe.

—Hoy será un buen día, hermano — Le dijo entusiasmado Inuyasha a Sesshomaru.

—Puede —Contestó éste triste y desanimado— Me hubiera gustado no haber dejado a Kagome sola.

—No te preocupes, mi querida Kikyo está con ella y los niños.

—Si, tienes razón.
Llegaron donde se encontraba Kagura comiendose las uñas de nerviosismo. Y rápido ella los presentó en la oficina de Naraku. El presidente, calmado les informó lo que Kohaku había dicho en la concersación una hora antes.

—¡Vaya! —Exclamó Inuyasha— ¿Está seguro de que no lo descubrirán, señor?

—Espero que no agente Taisho. El cuerpo de policías bajo su cargo, los esperan abajo —Los dos asintieron y se dirigieron a la puerta.

—Agente Sesshomaru, espere —Interrumpió Naraku— Esto, es lo que debe de traerme —Le tendió dos fotografías, en las cual una de ellas tenía la Perla Shikon No Tama que te guardaba el banco y en la otra, veía a la pequeña joven de cabello negro, que una vez había hecho que su corazón latiera a gran velocidad — A Rin, viva o muerta, Sesshomaru.

Sin más, los dos se dirigieron al banco central de Japón...

Continuará.

Besos, Kannayasha.

 

Re: Persecución de Amor |Sessh&Rin|

Hola:) chicas, muchas gracias por su apoyo, ¡las adoro!

fabrianny, si esta ves me traje a Rin, un poco asesina en serie y atrevida al cien xD, se me hizop muy divertida la idea, además de la acción que tendrá el fic, será más que el romance en el principio;).
Que bueno que ta haya gustado :D

¡Mailen! si con el dolor de mi alma puse a Kagome con sessh xD, por tiempo ilimitado no te preocupes.
Le puse los nombres, porque hasta yo me confundia con los automóviles xD ¿Quién no mataria por alguno asi?
Tus preguntas serán resueltas en los proximos capítulos del fic;)

Esperen la conti, les sorprenderá muajajaja
._. Ok...
Besitos:D

 

Re: Persecución de Amor |Sessh&Rin|

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Mi queridisimaa Luchy:D​

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Seeee, Sessho con Kagome que te puedo decir, xD.​

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A medida que pasen los caps, sabrán porque Rin anda metida en puros problemas;)​

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Gracias por las correcciones, las tomo en cuenta no dejes de hacer :D​

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Alo! Aquí traigo la conti​

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Disfruten :D​

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Capítulo 2​

Será mejor así.​

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Lentamente el mundo pasaba a su lado, aunque el automóvil de la policía aceleraba a más de 120 km/hr. Le mareaban los recuerdos que impactaban en su mente, uno tras otro, sin parar. Llegaban como ráfagas seguidos por el eco de una tierna y conocida voz, que susurraba su nombre. Verla grabada en sus más felices anhelos, verla pasearse por su recuerdos, era lo único que le quedaba de ella. Su sedoso cabello negro cayendo sobre piel, sus grandes y cafés ojos, la sonrisa con la que lo recibía al llegar a casa, eran las cosas que lo hacían suspirar día y noche.

—Estás intranquilo —Dijo Inuyasha a mi lado, afirmándolo no preguntándome.

—Lo sé —Dije preocupado. Nunca había planeado dejar a Rin, mucho menos matarla.

—Tienes que superarlo. No es tu culpa que ella haga esto. Sabes que no está bien.

—A veces no se de que lado estoy, Inu, si del de ustedes o del de ella.

—Pues date cuenta rápido —Paro el coche en la esquilla derecha del Banco central de Japón.

La gente paseaba por las calles, los parques repletos de familias y los bandidos se aproximaban.

¿Cómo es que puedes hacer esto, Rin?
—No te preocupes, no dejaré que mate a nadie esta vez —Le dije al fin, y me bajé del auto. Por las radios escuchaba las órdenes que Inuyasha daba a los policías, el banco estaba rodeado, hoy nadie escaparía. El ruido, las voces, la pelotas, los juegos de las personas del parque, me hicieron recordar.


— ¡La tengo! — Gritó la niña que jugaba al voley del otro lado de la red. Sus vírgenes muñecas se endurecieron al tocar la pelota, haciéndola rebotar.

—Buena esa, Riñe —Contesté sonriéndole. Minutos después, nos tiramos al césped del parque. Los domingos a su lado, se pasaban rápidamente.

—Tengo sed, Sessho. Vamos por agua.

— ¡Ah! Ya no puedo levantarme, acabaste conmigo. ¿Por qué siempre me ganas en el voley?
—Soy la mejor… ¡Levántate! —Su vocecita era la más tierna melodía y los empujones que me daba al tratar de levantarme, fueron la más dulce caricia que ha tocado mi piel.

— ¡Arriba!

—No, no, Rin, espera— Le dije cuando brincaba sobre mi abdomen, sacándome el aire —Ya no puedo —Le decía, aun jugando.

—Si puedes, si puedes . . .

Mientras que mi mente nadaba en los ríos del pasado, me percaté del silencio que se había apoderado de la escena. Y a lo lejos, motores y llantas quemadas, me previnieron del desastre. El informe que había mandado el espía que se encontraba infiltrado en la hermandad, especificó tirotear el BMW 1531 azul, al ubicarlo.

—El de Rin.

Sin embargo, un coche blanco se divisaba, detrás del azul.

11:00 am.
Ubicación de la hermandad: Banco central de Japón.

Agarré la bocina de Subaru y me comuniqué con Sango.

—Ten cuidado hermana, yo te estaré cubriendo por la derecha. Cambio.

—Lo sé, Rin. No te preocupes. Cambio.

Colgué y miré a Kohaku, esposado a Subaru, inmóvil y llorando.

—Más vale que estés llorando por lo que te hará la hermandad al regresar —Le dije.

—Ella morirá —Contestó fríamente— Y tú también.

Un sentimiento de miedo nació en mi pecho, morirme, no era algo en mi lista de cosas de hacer en el día. Y recordé los entrenamientos de la hermandad: “Mata los sentimientos que no deseas en ti.” Inhalé profundo.

—Pues, eso lo hará más interesante, veremos quien pierde primero —Exhalé-

El BMW 1531 azul dobló la esquina y el Banco se encontraba a mitad de la calle. Sango aceleró hasta pisar el fondo del pedal, sin embargo, solo anticipó la ráfaga de balas que le esperaba.

— Carajo. —Murmuró Rin desde Subaru.

Toby, como todos los autos de Rin, estaban muy bien blindados, pero no eran indestructibles. Una a una las balas impactaban el cristal, rasgándolo, sin dejar paso a la vista de Sango, ni de Shippo.
Rin esquivaba casi todo, por ir detrás de ella.

— ¡Sango, aborta la misión! —Gritaba Rin por el comunicador.
— ¡NO! Es mi oportunidad de entrar a la Scudería, todo saldrá bien, confía en mí.

Y Miroku se fijará en mi, pensó.

— ¡Inmovilícenlos! —Gritaba Inuyasha. Con su arma, listo para disparar.

En un segundo, millones de balazos tapizaron el coche de Sango y Shippo, una a una sus llantas estallaron, haciendo voltear a Toby por el aire. Rin frenó detrás de ella, viendo lentamente todo. Rápido cerró el auto y liberó a kohaku de las esposas.
Toby ya hacía a metros de ella, justo en frente del Banco, con las llantas hacia el cielo, rodeado de vidrios.

Rin pisó el acelerador, no sabía por que, algo oscuro y sediento de violencia se apoderaba de ella. La policía se quedó inmóvil a la reacción del auto blanco, cuando se estacionó en seguida del destrozado BMW. Rin obligó a Kohaku a entregarle sus armas, mientras que le apuntaba a Marjory. Ella abrió la puerta del piloto y miró el coche destrozado a su lado, unas manos se arrastraban para salir, sin embargo ella siguió y rodeo el auto con Bertha y Marjory en ambas manos, hasta la puerta de Kohaku.

Verla de nuevo, me quitó el aliento. Cada vez, Rin estaba un poco más alta y delgada. Su cabello más largo y su cintura más perfecta. Ella nunca cambiaría para mi, siempre sería ella la más hermosa mujer. Pero ya hacía tiempo que en sus ojos, brillaba una luz diferente, como fuera, ella y yo, ya éramos muy diferentes.

Cada que la volvía a ver, notaba su crecimiento, y el nacimiento de sus encantos y su belleza, pero en cada encuentro, ella manejaba sus pistolas tan bien, como su bicicleta y sus pantalones iban haciéndose más oscuros con el tiempo. Me distraje en las curvas escarlatas de su uniforme.

—Sin duda, ya has matado más de 300 personas. Pensé al verla.

Su ceño nunca cambia, estaba atenta a cualquier movimiento, cualquier amenaza.

—Disparen —Ordenó Inuyasha y reaccioné.

— ¡No!

—Sesshomaru, reacciona, esa ya no es Rin.

Si, lo es.

—Esperen, ella tiene a Kohaku —Dije mientras veía como lo sacaba y lo tomaba por el cuello.

Rápido, las patrullas se acercaron y la encerraron sin salida en medio de la calle, agarré el altavoz y la miré fijamente.

—Rin, suéltalo. Suelta las armas y pon tus manos encima de la cabeza —Mi voz resonó ronca y fuerte.

— ¡Ja! —Dijo al mirarme — ¿También quieres que me espose yo sola y me suba a la patrulla? No me hagas reír, déjenme salir o lo mato.

No paraba de mirarme con odio y desprecio mientras cargaba la pistola plateada y la restregaba a la cabeza de Kohaku. Inuyasha agarró el altavoz de mis manos y le habló.

—No hagas esto más difícil, Rin. Entrégate y será mejor.

Ella rió a carcajadas cínicas.

—No me hagas reír, perro sucio. Nunca me entregaré a unos policías corruptos. Denme el paso, o mañana la página principal de sus diarios tendrá la tragedia de un policía de alto rango a manos de una miembro de la hermandad, otra vez.

— ¡No, Rin, por favor, déjame ayudarte! —Le supliqué.

Me apunto con la mano que sujetaba el arma negra.

— No, no puedes.

Si puedes, si puedes . . .

Me distraje el segundo en el que un policía abrió fuego contra Rin, hiriéndola en la pierna. Ella apunto al pie izquierdo de Kohaku y lo inmovilizó. La puerta del copiloto se abrió de golpe por una joven en el asiento del piloto, había sobrevivido el accidente.
El eco de las balas y el aire que emanaban, fueron los únicos testigos de las miradas entre Rin y yo. Un segundo eterno ella miró directo a mis ojos, con nostalgia y deseo, yo la recibí con tristeza y amor. Después su mirada cambió apoderándose de odio puro, ella giró y le disparó a Inuyasha justo en el corazón. Subió al coche y se fue.

Mi hermano estaba tendido en el suelo sangrado y yo seguía idiotizado.

1: 35 pm.
Ubicación: La fortaleza.

Entré sangrando a la hermandad, los médicos de la fortaleza sacaron dos balas de mi pierna derecha y se llevaron a Sango. No supe donde dejaron a Kohaku y me dispuse a buscarlo.

Caminé cojeando por el gran pasillo y encontré a Kanna.

— ¿Dónde esta? —Pregunté.

—Se lo llevaron al Réquiem, para esperar a Miroku.

—Bien —Cargué a Bertha, el sonido de la bala lista para dispararse por el cañón, me animo más.

Entre pateando la puerta con mi pierna herida. Como si nada, llegué y apunte a Bertha a su cabeza.

—Espera que no lo hemos interrogado, Rin — Dijo Bankotsu.

Yo seguí.

— ¡Eres un traidor! ¡Shippo ha muerto por ti! Maldito — El disparo retumbó en mi oídos y me aturdió los sentidos. Me desoriento y Kohaku cayó al suelo.

Me quedé inmóvil con Bertha aún sin ser disparada, viendo quien, detrás de Kohaku, se había adelantado a matarlo.

—Será mejor así — Dijo Sango empapada de lágrima y salpicada de sangre, apuntando aun su pistola. . .








xD

Besitos

 

Re: Persecución de Amor |Sessh&Rin|

¡Chicas:)! Muchas gracias por sus comentarios y su apoyo, las adoro :D.

Aquí el capítulo 3.
O me aman o me odían :o

Capítulo 3​

Un beso al corazón y una lágrima al suelo.​

Caían enormes gotas de agua, deslizándose lentamente por la superficie vidriosa de la ventana del cuarto. La noche había cubierto Japón hacía tres horas. Ni ella ni nadie, después del entierro de Shippo en los jardines de la fortaleza, había visto a Sango. Despidieron a Shippo entre el silencio y la inquietud de haber perdido el diamante Shikon en el banco. Sin embargo, la droga había llegado a la mano de la hermandad sin alguna complicación.
La mirada de Sango ya no era la misma, Rin lo pudo ver en sus ojos al verla frente a ella tras matar a su único hermano. Rin percibió la sangre hirviendo, y ese odio y las ganas infrenables de matar que ella misma sentía al momento en el que se acercaba la muerte, que se hacía permanente en los ojos de Sango.

Sin embargo, no era eso lo que le impedía conciliar el sueño, algo perturbaba, porque en las calles de Japón, frente al banco, juraba que había escuchado el latir de su corazón de nuevo y el bombeo le calentó el pecho, en su mente llovieron recuerdos de una vida que ya no recordaba y la felicidad a la que antes se aferraba brotaron al verlo.

—Esto no puede ser — Se dijo en la oscuridad de su habitación. Matar los sentimientos que le hacían anhelar y desear una mejor vida, era lo que siempre hacía y lo que tenía que hacer.

Mientras que al tocar el vidrio frío de la ventana mostraba el calor de sus manos esparcirse, Rin seguía llorando con la luz de luna iluminando su reflejo al otro lado de la ventana, en donde sus lágrimas parecían otras gotas de agua pegadas en el cristal.

Sesshomaru no había regresado a casa he Inuyasha tampoco, las dos mujeres en la casa se destrozaban los nervio de la preocupación, para ver si así llegaban más rápido a casa. Kagome veía el noticiero, horrorizada a las imágenes del banco y al policía herido que era su cuñado. Toda la tarde secó el llanto de Kikyo por Inuyasha, ni ella ni Kikyo podían salir de la casa, Sesshomaru temía que les pasara algo a ellas o a sus dos pequeños sobrinos, prevenir era lo mejor. El había telefoneado varias veces a las chicas desde el hospital, comunicando cada cosa que pasaba con Inuyasha. Al parecer, Rin había fallado el tiro del año. La bala penetró varios centímetros arriba del corazón sin ni siquiera rozarlo, lo que tenía Inuyasha, era además de un hoyo en el hombro y el brazo izquierdo inmovilizado, era una gran historia para contar cuando estuviera viejo.

El sol tocó las grandes puertas de la fortaleza y Rin acarició a Bertha por el gatillo como todas las mañanas. Casi no había dormido, llevaba toda la noche pensando y pensando, ahora una nueva duda aparecía en su cabeza, le causaba inseguridad y tristeza, o tal era todo lo contrario, ella aún no lo sabía. Aunque la hermandad había sufrido un percance inigualable al perder una oportunidad de recuperar la perla Shikon no Tama, en el banco de Japón, nadie se encontraba angustiado, ni de mala gana.

Sango esperó a Rin para desayunar, en la misma mesa de siempre, pero nunca llegó. Pensó que talvez se encontraba algo conmocionada, por los últimos sucesos, pero Rin no era así, si había alguien frío y calculador en toda la hermandad, era Rin. Sango se encaminó a la habitación de su amiga, pero tampoco estaba allí. Sin pensarlo, se dirigió al taller, al entrar corriendo por fin divisó la figura de Rin, mirando a sus tres chicos.

—Lamento. Lamento lo de Toby — Dijo Sango. Rin no se movió, seguía dándole la espalda a Sango y mirando a sus chicos.

— ¡Va! Que importa — Respondió finalmente, volteando y sonriendo. Al ver a Sango, notó la diferencia que hoy las separaba más. Rin a sus dieciocho y Sango a sus recién cumplidos veinte, portaban orgullosas los pantalones escarlata, sin embargo, Sango llevaba unos de color gris oscuro, como Kanna, coordinadora del sector al que pertenecía, ahora solo Rin.

—Vaya —Suspiró Rin — Felicidades.

—Fue ayer en la noche.

—Supongo que ahora eres mi superior —Bromeó Rin — Y además, me debes un auto.

Sango rió, mirándola con tristeza.

—Tendrás uno, en cuanto…

—Nada de eso. Ahora que estás en la Scudería, no tendrás tiempo. Aparte, necesito remplazar a mi Toby. Y con la excusa de celebrar su ascenso, iré hoy mismo a Japón por un juguete nuevo.

— ¿Piensas ir hoy? ¿Acaso estás loca?

—Tal vez. Descuida, estaré bien. Iré con cuidado.

Sango aguantó las ganas de regañarla y replicar la irresponsabilidad de ir a Japón, día después del incidente del banco, pero no era la primera vez que Rin se escabullía a comprar autos de más de un millón de dólares, era un secreto a voces entre los miembros de la hermandad. Todos sabían que Rin, sería el miembro más joven de la fraternidad Scudería, si no fuera por su rebeldía y su don de no acatar órdenes. En fin, Sango no la detendría, en sí, ella se lo debía. Se acercó a ella, y le besó la frente, abrazándola fuertemente.

—Ve con cuidado, hermana Rin.

—Gracias. Hermana mayor Sango.

Con un par de anteojos oscuros y elegantes, unos jeans claros, una blusa sencilla blanca y unos tenis blancos altos, Rin tomó un taxi, hacía la agencia audi de Japón.

Por lo tanto en el hospital Tasho, Sesshomaru cuidaba de su hermano herido, mientras leía un libro.

—Vete a casa —Murmuró Inuyasha apenas al despertar y viendo a su hermano, adolorido por dormir en el sillón.

Sesshomaru levantó la mirada y le sonrió.

—Me iré cuando te puedas venir conmigo —Dijo parándose de el sillón.

—No me iré en un par de días.

—Que coincidencia, yo tampoco —Respondió Sesshomaru, riendo.

—Estaba pensando —Dijo Inuyasha — Nuestro padre, nos heredó hospitales, agencias de policía, entre otras cosas…

—Si ya lo sé.

—Y aun así nosotros seguimos trabajando para jefes histéricos como Naraku, ¿no debería ser al revés?

—Se supone, pero no acordamos eso en el principio, queríamos seguir combatiendo en las calles y arrestando criminales, los jefes no hacen eso.

—Ya me cansé de eso, hermano. No quiero arriesgarme de nuevo, mis hijos me necesitan, nuestras esposas nos necesitan, y esta vez, casi no vivo para contarlo.

—En cierta forma, pienso que Rin no quería matarte, se lo agradezco.

— ¿¡Qué!? —Gritó Inuyasha moribundo desde su cama — Esa chica está más que loca, Sesshomaru, es una psicópata asesina, ¿agradecerle? Si, claro.

—Te hubiera matado, sin pensarlo, lo sabes bien.

—Si lo sé —Reconoció Inuyasha indignado — Entonces, solo nos queda algo que hacer, si queremos atrapar a la hermandad.

Sesshomaru abrió los ojos y no soltó aire por unos segundos, leyendo la mente de su hermano, sabía exactamente a lo que se refería.
— ¿Te refieres a reabrir…?

—Sí. Reabrir la Unión de Tasho.

La desesperación a la lentitud del viejo taxi, enloquecía a Rin. Sin embargo, la agencia quedaba ya a unas cuantas calles, cerca del hospital que había fundado el padre de Sesshomaru. Cosa que hizo que Rin sintiera un golpe bajo en el estomago.

Después de acordar con Inuyasha, reabrir la Unión, Sesshomaru se dirigió a hablar con Naraku. Salió del hospital, pero su auto lo traía Kagome, por si algo se le ofrecía, en vez de llamarla, camino un poco por la acera.

—Aquí deténgase, esta bien —Le dijo al taxista. Le pagó y bajo del taxi. Al caminar hacia la agencia, se encontró con la figura de Sesshomaru, caminando a unos cuantos pasos delante de ella. Movió su pie derecho, para sentir a Marjory escondida y envuelta en su tobillo y rápido camino para matar a Sesshomaru.

Los pasos de Rin eran invisibles pero no silenciosos, el rápido notó su presencia. Se integro en la multitud que avivaba la calle, haciéndole la persecución más difícil a Rin. Rin lo seguía de cerca, para no perderlo entre la gente. Pero de repente, dejó de verlo.

Carajo. ¿Dónde te has metido? Pensó. A su izquierda, miró un callejón. Camino hacia el. Doblando la esquina, un brazo la tomó desprevenida y enseguida la agarraba del cuello, asfixiándola y manteniéndola inmóvil.

— ¿Intentabas matarme, Rin? —Le dijo Sesshomaru, apretando para que no escapara.

—Si… Lo sabes. Por… ¿Por qué lo preguntas? —Contestó entrecortadamente.

Por más que Sesshomaru debía de romperle el cuello sin dudar, fue el roce de su piel contra la de ella, lo que hizo que perdiera el control y la soltó.

— ¡Carajo Rin!

Rin sobaba su cuello, pero por más que quisiera, la calidez de Sesshomaru, había penetrado hasta entrar en su alma, haciéndole recordar millones de pensamientos, que hace mucho, había enterrado, o al menos eso pensaba.
Los dos se quedaron plantados en línea recta, uno frente al otro, en aquel callejón oscuro. Apenas en el tenue indicio de luz se notaba el rubor en las mejillas de la chica, y las ganas casi infrenables de abrazarla de aquel hombre.

Rin no sabía, como reaccionar, ni que hacer. ¿Cómo matarlo? A pesar de todo, el era lo único que tenía. Sesshomaru permanecía inmóvil, temía que cualquier movimiento que hiciera, tuviera una reacción que el no deseaba.

—Rin —Dijo finalmente — Tira el arma que llevas en tu pie izquierdo.

Ella se sorprendió.

— ¿Planeas arrestarme?

—Planeo que no me mates hoy.

Algo dentro de Rin se quebró. ¿Matarlo hoy? No planeaba matarlo nunca, no podía. Odiaba esa inmunidad que Sesshomaru tenía en ella. Agarró a Marjory y la aventó unos metros lejos de ella, como fuera, si algo pasaba, Rin la tomaría ágilmente en tres saltos.

— ¿Porqué no mataste a Inuyasha? —Preguntó Sesshomaru fríamente. Parecía casi imposible, como cada una de las palabras que salían de el, le dolían más que cualquier cosa. Le lastimaba la forma en que le hablaba, sin sentimiento, cariño y amor. Aun después de todo, ella era su pequeña.

—Error de cálculo.

—No mientas. Tú nunca fallas.

—Si deseas que lo mate, eso se puede arreglar —Sesshomaru la empujó fuerte contra la pared que tenía detrás. Todo esto le dolía más que cualquier cosa, verla a los ojos y verse reflejado en ellos. Quedaba algo de la Rin que el había rescatado, criado y de algún modo inexplicable, de la que se había enamorado profundamente.

— ¿Dime que te pasó, Rin? —Dijo, dejando de contener las lágrimas que guardaba, una tras otra, fluían en su rostro, salpicando la tristeza que los rodeaba.

—Suéltame. ¡Ya! —Decía Rin, tratando de zafarse de los brazos de Sesshomaru.

—Se que fallaste ese tiro a propósito.

— ¿Y qué si lo hice? Aun tienes a tu hermano.

La rabia que le causaban sus palabras cada vez se hacía más grande. No sabía si odiarla o amarla. Las dos cosas, eran imposibles de sentir. La empujaba más mientras se acercaba a su cuerpo lentamente, si darle escapatoria. Algo envolvía a Rin de pies a cabeza, un sentimiento extraño y ajeno a cualquiera que había sentido jamás. Dejó de empujar con sus brazos los hombros de Sesshomaru y los posó en el cuello de el. Sus labios se encontraron en un fugaz segundo y se quedaron impregnados. Una lágrima nadó por la mejilla de Rin, hasta terminar en el suelo del sucio callejón.
Sesshomaru abrazó su cuerpo, trayéndolo más cerca de él. Acariciaba su cintura mientras que Rin entrelazaba sus dedos en su cabello, como un imán, se apegaron más y más a la oscuridad del callejón, alejándose del mundo.

;)

Continuará...

Besos, Kannayasha.

 

Re: Persecución de Amor |Sessh&Rin|

weee amo tu fic!!!!!!!!!!!!!!!!!! Espro con muchas ancias el próximo capítulo :D no mmz ame la parte en que está rin con sesshomaru y se besan n.n y también cuándo sango mata a kohaku no mmz que fuerte esperlo el siguiente capítulo :)