Song-fic de Inuyasha - Pero Me Acuerdo de Ti

Título: Pero Me Acuerdo de Ti
Tipo: Song-fic.
Pareja: InuYasha x Kagome.
Canción: Pero Me Acuerdo de Ti – Christina Aguilera. (No completa)

-o-o-o-​

​

​

​

—Cariño, me voy a trabajar —avisó mi esposo desde el primer piso.

—¡Ve con cuidado! —Le pedí mientras me recogía el cabello con cierta dificultad frente al espejo de nuestro baño.

El sonido de la puerta de entrada me informó de su salida. Involuntariamente suspiré. Frustrada, desistí de recogerme el pelo al ver que no me salía bien. Me miré al espejo, ¿por qué, después de tantos años, seguía afectándome ese día? Mi amargado reflejo calló ante mi silenciosa pregunta.

Bajé a la cocina para prepararme el desayuno. Miré todas las alacenas buscando algo que me llamara la atención, pero nada dio resultado. Recordé que había un trozo de pizza del día anterior en un pote de plástico. Lo tomé y lo puse en el microondas.

El silencio de aquella mañana me estaba matando. Miré la pequeña radio a pila que había en un rincón de la cocina y la encendí. Necesitaba cualquier cosa que despejara mis pensamientos. Al instante la música comenzó a sonar.

Ahora que ya mi vida se encuentra normal, ooh, oh,​

Que tengo en casa quien sueña con verme llegar, ooh, oh,​

Ahora puedo decir que me encuentro de pie,​

Ahora que me va muy bien.​

​

«¿Es una broma?», pensé mirando la radio con los ojos como platos. ¿Podía haber una canción que me hiciera sentir más identificada? Estaba a punto de cambiarla, pero un olor a quemado llamó mi atención.

Ahora que con el tiempo logré superar, hmm,​

Aquel amor que por poco me llega a matar, no​

Ahora ya no hay más dolor,​

Ahora al fin vuelvo a ser yo.​

​

El plástico del pote se había quemado en el microondas. ¡Nada me salía bien aquella mañana! Para colmo, aquella canción me estaba restregando todo lo que sentía en la cara. Tiré el pote con la pizza en la basura y me apoyé con los codos en el mesón, sosteniéndome la cara con las manos mientras las lágrimas amenazaban con caer. ¡Cinco años habían pasado! ¡Cinco años sin verlo! ¿Es que su recuerdo nunca me dejaría en paz?

Apagué la radio con furia y salí de la casa. El invierno azotaba con fuerza aquella región y una extraña nieve cubría todo de blanco. Sin embargo, mis penas no se quedaron en la casa. La canción seguía en mi cabeza.

Pero me acuerdo de ti​

Y otra vez pierdo la calma,​

Pero me acuerdo de ti​

Y se me desgarra el alma,​

Pero me acuerdo de ti​

Y se borra mi sonrisa,​

Pero me acuerdo de ti​

Y mi mundo se hace trizas.​

​

Las lágrimas me colmaron los ojos. ¿Por qué mis recuerdos me hacían esto? ¡Me había casado con Hojo! ¡Me había graduado de la universidad! Hice todo lo que todos esperaban de mi… Pero aquellos ojos dorados seguían invadiendo mi mente.

Ahora que mi futuro comienza a brillar, hmm,​

Ahora que me han devuelto la seguridad, oh, whoa,​

Ahora ya no hay más dolor,​

Ahora al fin vuelvo a ser yo.​

​

Caminé hasta el templo del pozo y entré en él. Acaricié el áspero borde de madera y me senté en él mirando al fondo. ¿Qué estaría haciendo allá, del otro lado? Una lágrima rebelde cayó en la oscura profundidad del que alguna vez había sido mi portal hacia él.

Pero me acuerdo de ti​

Y otra vez pierdo la calma, ​

Pero me acuerdo de ti​

Y se me desgarra el alma,​

Pero me acuerdo de ti​

Y se borra mi sonrisa,​

Pero me acuerdo de ti​

Y mi mundo se hace trizas.​

​

Desesperada por borrar la canción de mi mente, me paré bruscamente. Al hacerlo, perdí el equilibrio y lo siguiente que sentí fue mi cuerpo cayendo. Me di un fuerte golpe en la espalda, tanto que me asustó, pero al ver que podía moverme y que estaba bien, me relajé un poco. Sentí el frío suelo del fondo del pozo bajo mi cuerpo y me senté.

Me di cuenta de que, por un momento, tuve la esperanza de que el pozo me transportara a la otra época, pero eso, por supuesto, no pasó. Sin embargo, bastó esa leve expectativa para que mi corazón se destrozara. Quería gritar, llorar por la que era mi realidad. Algo estalló dentro de mí y me puse a cavar con las manos en la dura y fría tierra del pozo.

Nada pasaba… Nada me hacía regresar.

Me di por vencida y agaché la cabeza, dejando que las lágrimas cayeran como nunca. Cerré los ojos con impotencia.

—No puedo olvidarte, InuYasha… —susurré con voz quebrada, odiándome por estar casada con otro, por haber querido olvidarlo, por seguir con mi vida pretendiendo que nada pasó.

Volví a sentir que caía y me asusté. Abrí los ojos y me di cuenta de que una luz se colaba en el pozo. Miré hacia arriba, encontrándome con un cielo azul y despejado. Subí rápidamente por las enredaderas, volviendo a albergar la esperanza en mi corazón.

Una mano salió de arriba del pozo, como ofreciéndome ayuda, y la acepté de inmediato.

Bastó ese simple contacto para que la canción y la amargura se borraran de mi mente.