One-shot Pequeños Yordles [Agosto te Desafía]

Agosto
Desafío 8

Nadie ha logrado descubrir la Ciudad de Bandle, la ciudad de los yordles, y mucha gente difiere con respecto a su ubicación. Algunos afirman que las enanas criaturas viven en el sureste, tras la gran cordillera impenetrable. Otros dicen que viven en lo profundo de las selvas jonianas, el punto es que nadie ha logrado localizar en el mapa de Valoran, dichas tierras.

Esto no quiere decir que nadie haya visitado el lugar, pues muchos cuentan haber cruzado portales mágicos invisibles que los guían directo a una ciudad habitada por pequeñas criaturas traviesas; y afirman que el lugar eleva su experiencia de vida al máximo, los colores son increíblemente vividos, las comidas son exquisitas e imposibles de olvidar, el agua es cristalina y pura, y los radiantes rayos solares son de color dorado; la magia se practica libremente, y que no transcurre el tiempo, pues, un viajero confirma haber vivido dentro de ella por más de ciento cincuenta años, y se ve tan joven como cuando ingreso por primera vez a sus quince años de juventud.


Nuestro viajero cuenta que los yordles son prácticamente niños, viven alegremente y convivió con ellos muchos años.
Él nos cuenta por ejemplo, que ellos adoran la magia, y que potencian su tecnología con la misma.
Donde conoció a un yordle, el más pequeño de todos, llamado Rumble.
Por su pequeño tamaño, éste fue víctima del bullying por parte de los demás yordles, sin embargo, él se las ingeniaría para hacerles frente, aliándose con el científico Heimerdinger mientras realizaban una cruzada de inventos. También conoció a Corki, otro inventor que utilizaba sus inventos armamentísticos para proteger Bandle.


Al cabo de un tiempo, desarrolló malas pulgas y siempre buscaba camorra contra otros yordles que lo fastidiaban.
Y poco a poco se fue quedando solo, sin embargo, prefería la compañía de sus artefactos. Sus profesores intentaban convencerlo de que estudiase en Pitlover, donde se convertiría en el buen discípulo de Heimerdinger.


- Rumble, aprovecha la valiosa oferta.
- Negativo profesor.
- Pero ¿por qué eres tan testarudo?
- Usted no lo entenderá, piensa igual que ellos…
- Entonces ayúdame a entenderte…
- Están dejando que los humanos adquieran ventaja de nuestra propia tecnología.
- No veo nada malo, ellos también han creado grandes y excelentes máquinas…
- No veo el momento en que Noxus decida invadir Piltover y apoderarse de la tecnología yordle.
- Noxus no puede permitirse atacar a la ciudad pilar de la tecnología. —comenta el profesor.
- Los Noxianos atacaran a cualquiera, están en busca de algo, y necesitarán ayuda quizá, de buena y excelente tecnología para lograrlo. —Respondió Rumble, finalizando la conversación.

Años después, sufriría el abuso de varios compañeros, haciendo que éste desapareciera de la ciudad.
En este tiempo, conocí a dos yordles que estaban en plan de enamoramiento.
Uno de ellos era el líder del escuadrón de los Scouts de Mothership, Teemo.
Quien estaba enamorado en secreto de la fabulosa artillera llamada Tristana, y por lo visto, ella de él.

- Que Teemo se quede con su pequeña cerbatana, ¿verdad Boomer? —le dijo a su cañon, el cual acariciaba con sus manos.
- Espera, mi cerbatana logra destruir enemigos al cabo de unos segundos, sin causar tanta destrucción. —respondía Teemo defendiéndose.
- Pues querido mío, no hay nada que no se arregle con un poco de pólvora. —respondió ella.
- Prefiero reconocer el terreno armado y preparado. —responde él.
- Pues, las historias de guerra necesitan de hazañas. —responde ella, mientras le apunta con su cañón Boomer.
- Nunca subestimes el poder del código de los Scouts de Mothership. —responde, Tristana ríe y se despiden con un aclamado beso.

La verdad es que se notaba a leguas que ambos se tenían ganas y Tristana estaba realmente ilusionada con el pequeño yordle, pues se fue entonando una balada alta y clara que decía:

Por aire, tierra y altamar,
Bandle siempre va a triunfar,
Marchando al ritmo de un cañón,
Con Teemo va mi corazón.
Porque luchamos con fervor,
Por la victoria ¡Si Señor!
Jum jum jumjum junjunjun!
La la lara lara lai!

Pasé muchos años, y observé que no envejecía.
Éramos inmortales, y espero que al igual que ellos y yo, ésta historia también lo sea.