Pedro Martínez siempre fue diferente. Tenía 32 años de edad, trabajaba como gerente en una gran empresa de España, tenía dos hijas (María e Isabel, gemelas de 6 años) y una esposa a punto de ya no serlo más, si bien el divorcio era algo muy común en estos tiempos... Pedro Martínez siempre fue diferente. Pedro era alto, cabello castaño, rostro jovial y ojos cansados; era bueno en su trabajo y amaba a sus hijas, respetó mucho a su esposa, aunque a veces sentía que le había engañado... y es que Pedro no había sido sincero con ella, ni con sus amigos, o con sus padres y mucho menos con él mismo. Porque él era una gran persona promedio: en las tardes de los domingos visitaba a sus padres y cada sábado hacía actividades divertidas con sus hijas, todos los días hacía su trabajo con gran esmero, y al llegar la noche: Pedro era diferente. Llegaba todas las noches a su departamento agobiado del día, sintiéndose atrapado y ahogado en los muros que lo rodeaban, se sentía tan pequeño y acorralado que se daba cuenta de que las paredes eran demasiado altas para ahogarlo y que en realidad era su propia piel la que lo asfixiaba. ... Martha salía de su casa todas las noches a la diez, con rubor fuerte y tacones altos. Martha se sentía libre cuando podía ser ella, cuando podía bailar delicadamente como mujer y profundizar los atributos que no le había dado Dios, o la ciencia o la vida. Martha se sentía feliz siendo Martha y nada más, y a la vez, se sentía atrapada al ser Pedro Martínez. Nació en un cuerpo en el que no se sentía cómoda, pasó su vida entera tratando de aparentar ser lo que no era, llorando noches enteras al no entender el "por qué", se mintió a sí misma 32 años y ahora, cuando Martha por fin se sintió capaz de salir siendo ella, todas las noches algo nuevo nacía en su interior, pues descubrió que así no se sentía extraña ni atrapada. Pedro Martínez siempre fue diferente, pero Martha era feliz.
Un buen relato que sin duda llega a expresar la situación de cada persona que padezca esta situación, así como Pedro Martínez. Bendiciones, espero leer más de tus escritos
¿Me mostraste este escrito alguna vez? No recuerdo lol Sabes que adoro leer lo que escribes, porque siempre tocan temas de los que los demás no se animan a escribir tanto, temas que por momentos siguen siendo un tanto tabú porque idk la gente sigue siendo tonta~ Me gusta esa distinción, esa línea que divide el sufrimiento de Pedro Martínez y el alma libre que es Martha. Como Pedro cuida de los suyos, como los ama y adora, pero aun así no se siente con las fuerzas o agallas suficientes como para contarles que él es Martha, que nunca fue realmente Pedro y que lo siente pero no puede seguir fingiendo ser alguien que no es realmente. Que Pedro tiene ataques de ansiedad por ser Pedro, pero Martha vive la vida que se le fue negada y su pecho se siente libre y su espalda más liviana. Como siempre, bello escrito amor <3