Pasillo (3º piso)

El clima estaba bastante bonito, daban ganas de salir, recibir algo de sol y respirar algo de aire puro, tan puro como pudiera considerarse en la ciudad. Estaba pensando en eso cuando sonó la campana, pero me quedé sentada terminando de copiar algunas cosas que me faltaban y alguna gente salió mientras tanto.

Al levantarme luego de sacar mi almuerzo del maletín noté que Maze seguía en su asiento, adormilado, pero reparó un instante en mí y lo saludé con un movimiento de mano, él me sonrió en respuesta y entonces salí. Se me ocurrió ir al patio, pero apenas salí vi que estaban Suiren y Pai en el pasillo con... un pseudocartel.

¿Pai me estaba esperando? ¿Y la invitación me la mandaba por telepatía o cómo? Suspiré para mí misma, pero al final sonreí y me acerqué a ambos muchachos conteniendo las ganas de reír. Era un poco gracioso que Suiren se tuviera que echar la vida haciéndolende traductor a su amigo, la verdad.

—Pai debió enviar la invitación a almorzar por Bluetooth y no llegó nunca —bromeé al aire y miré a Suiren—. Y claro que vienes con nosotros, Sui.

 

No había estado entre mis planes iniciales molestar a Joey tan recién entrada la semana, ¿pero que podía haber hecho para evitarlo? Se veía tan lindo ahí, tranquilito en su pupitre... ¡era mi obligación molestarlo! ¡Estaba estipulado en mi contrato como su mejor amiga! Así que por supuesto me lo tomé súper personal cuando de repente me salió con que sí tenía otros planes para el receso. ¡Y sin darme ninguna información al respecto, encima! Parecía que finalmente era hora de sacar a relucir a la detective Ali-chan...

...que desgraciadamente fue atrapada apenas un minuto después de salir. Damn it! Así nunca iba a conseguirme un salario decente, oye. Well, it was what it was, right? Permití que Joey invadiera mi espacio sin mayor problema, claro, y dejé salir una risilla liviana al recibir el beso que me dejó en la mejilla. Su pregunta hizo que la sonrisa se me quedara pegada a los labios un rato largo, aunque el encanto de la situación no evitó para nada que alzara la mano para picarle la mejilla una cuantas veces.

—You don't tell me enough —me quejé, a pesar de que la diversión que se me estaba colando en el tono de voz le estaría quitando cualquier posible peso a mis palabras.

Al final me acoplé a sus planes como una desvergonzada, ni modo, y a él no le quedó más que decirme qué era lo que realmente tenía planeado. Resultó que quería buscar a Ri-chan porque le había tocado el proyecto con ella, lo que por supuesto me dieron más ganas de acoplarme a ellos, y aunque inicialmente quise dejarle a Joey su momento de knight in shininig armor, al final no pude resistir el impulso de asomar la cabeza por detrás de su espalda, curiosa por su reacción. A la chica se le iluminó la carita al vernos, fue bastante adorable, y nos hizo una señal para que la esperáramos un par de minutos ahí donde estábamos.

>>So two girls at once? —le murmuré a Joey tras erguirme, sin poder esconder la sonrisilla divertida que se me coló en el rostro—. Are you sure you can handle that~?

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IM SO EXCITED OMG *le entrega sus dos nenas con un lacito cada una*

 

Riamu nos indicó que la esperáramos un poco, por lo que di mi trabajo por concluido y giré el cuerpo hasta apoyarme en la pared junto a la puerta, con las manos en los bolsillos. En ese movimiento noté que Jez pasó a nuestro lado y reflejé su sonrisa, asintiendo ligeramente a modo de saludo. Iba seguida por uno de los tantos pelirrojos de esta escuela y regresé mi atención a Ali.

Me desinflé los pulmones ante su especie de reto-cuestionamiento y me la quedé viendo con la cabeza apenas ladeada y una pequeña sonrisa curvando mis labios. Qué feo, ¿eh? Dudando de mí como si no me conociera ya lo suficiente. No vi necesario defenderme y mucho menos ofenderme, no era mi estilo y además, bueno, confiaba bastante en mis habilidades, ¿no?

—Are you sure you won't get jealous~? —le regresé la estupidez en el mismo tonito que había usado ella.

Nada destacable había ocurrido en el transcurso del fin de semana. Akira mediante había sabido del entierro del viejo Hattori, el detalle me causó particular gracia considerando el mutismo de los noticieros y los periódicos locales, y me pregunté si tendrían los huevos para soltar la información o fingirían demencia hasta el final. Mientras tanto, los retoños pululaban por aquí como si nada. Esta escuela era hilarante.

El asunto con Kakeru había querido molestarme de vez en cuando, pero nada tuvo demasiada importancia. Probablemente el niño no me buscara de vuelta y tuviera que acabar buscándolo yo, aunque por otros motivos. Motivos que él estaba descuidando. En cualquier caso, la campana había sonado y planeaba comprarme un agua fresca abajo cuando oí mi nombre resonar desde la puerta. Di con Diekmann y me indicó a un tío que se retiró hasta la pared contraria, que me estaba buscando. ¿Sabía quién era? En absoluto.

De por sí ya estaba en mis planes, así que me incorporé y caminé con calma hasta la chica.

—¿Y tú eres su vocera o algo? —indagué en tono suave, sosteniéndole la mirada. Me detuve a su lado y deslicé los ojos al muchacho—. Lo natural es presentarse, tengo entendido.

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wenas, wenas <3

 

Suiren guardó la nota apenas esta cumplió su propósito, como quien se guarda el cartelito en el aeropuerto, y no mucho después Paimon preguntó que dónde quería almorzar. Empezamos a caminar, al final terminé escoltada por los muchachos y el asunto quiso hacerme gracia, pero solo me dediqué a pensar, como el albino apuntó el buen clima recordé que Pai me había dicho que podíamos almorzar otro día cuando terminamos en el dojo.

Eché un vistazo en dirección a la azotea, pero seguro acabaríamos demasiado asoleados, así que solo seguí la marcha de los chicos pensando en otras opciones. Le di un codazo suave a Sui, estirando la mano en su dirección.

—Te apunto mi número, haces el grupo y yo los agendo a ambos entonces, ¿qué tal? —propuse porque me parecía más rápido—. Podríamos comer en el patio norte. En las bancas y la sombra, obvio, que no haré que Pai se siente en el césped ni aunque su vida dependa de ello.

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El último post del pasillo se abajo fue mío, perdón JAJSJA si te los puedes ir llevando te lo agradezco o te los llevas por ascensor, como gustes

 

La respuesta de Joey a mi provocación fue exactamente lo que había esperado recibir de su parte, así que por supuesto que mi posterior reacción fue igual de predecible. Rodé los ojos, bastante ofendida con todo el asunto, y dejé salir una ligera risa nasal mientras soltaba un "as if" en voz bastante baja. La tontería acabó por morir ahí, de todos modos, y en el mismo momento yo también acabé apoyándome en la pared a su lado, dejando caer la cabeza sobre su hombro apenas un segundo después.

El pasillo estaba bastante abarrotado de gente, aunque la mayoría de los alumnos solo estaban de paso entre aulas o dirigiéndose ya a las plantas inferiores. Había distinguido a Jez con Cayden apenas de reojo, cuando pasaron y la primera saludó a Joey, pero me dio bastante igual; también vi a Suiren por ahí con su bestie (no homo, for sure) y una chiquilla que no conocía de nada, así como a Shinomiya saliendo de nuestra clase para reunirse con Edamame y otro tío salido de vete tú a saber dónde. ¿Desde cuándo se había vuelto tan social ese chico, con la cara de estirado que me traía todo los días? Sorpresas de la vida, suponía.

—¿Quién más está en vuestro grupo, Joe? —le pregunté después de un rato, girando la cabeza de manera que dejé la barbilla apoyada sobre su hombro para poder mirarlo desde abajo—. A mí me tocó uno bastante aburrido en general, to be honest. Well, exceptuando a Abby, I guess...

 

En mi rostro quedó pegada una sonrisa floja al verla rodar los ojos, negar las acusaciones y todo lo demás. Se acomodó a mi lado, recibí el peso de su cabeza en el hombro y yo apoyé la mía en el vidrio tras mi espalda. Me distraje en la imagen frente a mí, loa árboles distantes y el cielo detrás, hasta que Ali volvió a hablar. Noté que había girado el rostro pero yo no cambié mi posición, pensativo.

—Ahora que lo pienso, somos todos de la 3-1 excepto Ri-chan. Está Sakai, el tío nuevo de la cabeza bicolor y cara de culo; Diekmann, la chiquilla que me dijiste que te dibujó; y Kagehira, aunque creo que no lo he visto últimamente. —Giré el rostro, el suyo estaba cerca y repasé sus facciones con una pequeña sonrisa; reduje el tono—. Who's Abby, darling? And why boring?

 

Joey echó la cabeza hacia atrás en cuanto yo apoyé la mía sobre su hombro, posición que no pareció tener intención de cambiar ni siquiera cuando me giré para mirarlo. No me molestó demasiado, pues pude aprovechar para repasar sus facciones con la mirada en lo que me hablaba, algo que al parecer no me cansaría de hacer en un tiempo cercano. Acabé distrayéndome bastante con su carita bonita, pero también hice lo posible por atender a sus palabras, lo que me permitió sonreír con cierta gracia ante la mención de "Sakai".

—Yeah, yeah, I already know Totora... dudo que os llevéis bien, pero al menos Riri y Edamame are nice girls~ —comenté, sin esconder la diversión de mi tono de voz.

Solo después de contarme sobre su grupo fue que finalmente se dignó a girar el rostro para mirarme, lo que nos dejó tan, taaaaan cerquita el uno del otro que no pude hacer nada por reprimir las ganas de besarle. No fue nada muy loco, ¿eh? Solo me eché un poco hacia delante y la planté un piquito de nada sobre los labios, volviendo a ponerme sobre su hombro como si nada hubiera pasado al segundo de hacerlo.

>>Ah, I didn't tell you that? Conocí a Abby un día que entró a las duchas justo cuando yo había acabado de darme una, así que por supuesto que nos pusimos a hablar para conocernos. Le di un paseo por la academia, porque había llegado más o menos nueva, acabé llevándomela al club de fotografía... and we hooked up a bit there~ —la sonrisa se me ensanchó de manera inevitable ante la revelación, aunque no tardé demasiado en dejar salir un suspiro de derrota antes de seguir hablando—. So she's fun! But then... me tocó con el crush de Jackie-chan, Maze y Suiren. A los primeros ya los conoces, Suiren es el albino que acaba de pasar con otro cara de amargado y una rubita, and he's just... so weird, honestly. ¡Pero bueno! I have to do it, right? Si quiero molestar a Matty con mi presencia en la universidad~

 

Mi comentario le causó cierta gracia a Diekmann, al menos eso fue lo que demostró, y ante su pregunta me limité a encogerme de hombros. Ella sabría de qué tenía cara. Luego alegó estar haciéndole caridad al morenito de allá y deslicé mi atención a él en cuanto Eda lo hizo. Resultó ser Lombardi, el misterioso compañero de proyecto y la última esperanza de no acabar trabajando solos con Paimon. Ver su cara y su conexión con Diekmann me iluminó lo suficiente para que su apellido quisiera sonarme, pero de afuera del Sakura. ¿Quién los habría nombrado? ¿Papá? ¿Teruaki-san? ¿Algún otro diablo? Ahora era inconsecuente, pero mira si la casualidad no sería graciosa.

Pestañeé con suavidad y mi sonrisa adquirió el mismo calibre. Cuando Lombardi terminó de hablar deslicé mi mirada a Eda.

—No serás de repente un encanto —murmuré, oscilando entre la diversión y la ironía, y recuperé una expresión más neutral al regresar al chico—. Sí, la semana pasada hablamos con Paimon. Quedamos en que él te contactaría pero le ganaste de mano, supongo. Felicidades. —Esbocé una pequeña sonrisa—. ¿Interesado en colaborar?

Se me escapó una risa entre incrédula y sarcástica cuando dijo ya conocer a Sakai. Of course she did, no sería ella si no se hubiese ocupado de darle la bienvenida a la carne fresca, ¿no? Por rebote asumí que el caso se repetía con el que parecía su amiguito, el colorado, y le lancé apenas un vistazo de soslayo.

—¿Por qué? ¿Demasiada masculinidad frágil en un mismo lugar?

Cuando giré el rostro se estiró para dejarme un beso en los labios, lo recibí con una sonrisilla y la dejé hablar, tranquilo. No estaba seguro si ya me había contado la historia de la tal Abby, pero en cualquier caso no quiso sonarme. Fingí ofensa al saber que se habían liado en mi sagrado club y el resto, otra vez, no me sorprendió. La anécdota sólo confirmaba mi teoría, ¿no? Le encantaba darle la bienvenida a los nuevos.

El resto de su grupo eran la chica de mi grupo en la prueba de valor, Mason y un tal Suiren. Me lo señaló como el albino que acababa de estar en el pasillo y alcé las cejas al hacer las conexiones mentales.

—Ah, yes, I know her. The blonde one, I mean. Es nueva, también, hablamos un par de veces. —Giré la vista hacia el pasillo, como rememorando la imagen de los tres, y al preguntarme internamente en qué momento habría conocido a los otros dos hice la conexión mental casi al instante. Me había hablado de su guía turístico, poor guy—. ¿Por qué raro? ¿Acaso no cayó ante los poderosísimos encantos de Ali-chan?

Había vuelto a mirarla, claro, y al molestarla también le piqué apenas la nariz.

 

Cuando empecé a caminar lo hice asumiendo que él me seguiría, después de todo ya había aceptado el dichoso tour, así que pronto estuvimos en el pasillo. De repente había bastante gente, lo suficiente para que no le llevar el apunte a Joey y Alisha o a nadie en general, ni siquiera me había dado cuenta de que Dunn y Vólkov habían salido bastante rápido del salón. Uno podría juzgarlos a todos por no alargar la charla siquiera, pero a mí me parecía hasta más práctico.

—Sobrevivir es casi un privilegio en esta escuela —respondí al aire, lanzado la conversación a una arista completamente distinta y eché a andar en dirección a las escaleras.

Le había soltado la alternativa de la gente, lo hice porque me iba el desastre y así cómo pretendí advertirle a la rubia que era mejor no encariñarse con un bicho que se moriría en algunas semanas, también quería saber hasta dónde llegaban las vibras que emanaba Matsuo. No era que yo estuviese apestada como algunos de estos hijos de puta, Cayden con su cara de bebé era bastante más rebelde ante la ley, pero no por ello no sabía cosas.

En mi mundo los apellidos importaban demasiado.

—No creo que se pueda hablar de mayorías aquí —resolví sin detenerme a mostrarle nada en el pasillo y ya en la boca de las escaleras esperé por él con tal de poder alzar la vista en su dirección—. Hay demasiadas excepciones a las normas y se agrupan, como parvadas de diferentes especies, incluso los que se rechazan entre sí. ¿A mí? No me interesan las personas, me interesa lo que puedan brindar.

La respuesta la acompañé de otra risa, era una verdad absoluta que no me importaba adornar en lo más mínimo. Dejé un espacio entre mis palabras, quizás solo para hilar ideas o para ver, justamente, qué podía ofrecerme Matsuo.

—Tienes a las almas inocentes que no entienden nada de lo que pasa, a los theater kids de forma no literal que se echan la vida entre diversos dramas, a los amargados que no dan más de sí, los amantes del caos... —Otra pausa y otra risa, había ido alzando un dedo por cada especie de desgraciado que nombré—. Tienes a los bufones y los maestros de ceremonias, a los animales y la carpa de circo. ¿Sabes lo qué eso implica?

Que esto estaba lleno de bestias contenidas en jaulas.

¿Y quién era el público?​

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al fin puedo volver a postear desde la compu y vengo CON TODO *c manda otra charla rara con ryuuji*

 

—Puro machito heterosexual, demasiada testosterona... —otorgué en respuesta a su primera pregunta, junto a una carcajada muy obviamente divertida por todo el asunto; la realidad era que Tora parecía no ir a llevarse bien con nadie, a secas, pero era más gracioso seguirle el rollo a Joey con aquella tontería.

Cuestión que luego le conté mi pequeña aventura con Abby, la que acabó con la pseudo-profanación de su club, y su reacción fue exactamente la que había esperado conseguir. ¿Le ofendía más que hubiéramos usado su club o que no hubiera estado ahí para verlo? Eh, tenía mis dudas al respecto~. Sea como fuere, no había mucho más que destacar en ese departamento y, de forma bastante predecible, Joey acabó preguntándome por el motivo de mi opinión de Suiren.

Había buscado picarle los costados cuando mencionó que conocía a la rubita, sonriendo con cierta picardía al hacerlo, pero mi expresión rápidamente viró a una de molestia cuando recibí las cuestiones sobre el albino. Primero arrugué la nariz, en respuesta al gesto que hizo para molestarme, y después resoplé mientras me erguía de vuelta, cruzándome de brazos y frunciendo el ceño con la vista perdida en el pasillo.

>>Yeah, but like... weirdly. Hace un tiempo estaba tonteando con él y le dije que podría conseguirle un beso, a lo que su respuesta fue una cosa super rara de decirme que "sí, pero que era mejor no arriesgarse", whatever that means, y después me preguntó de repente si me había enamorado... which is a very weird thing to do after a rejection, if you ask me. Y la cosa es que el otro día me invitó a almorzar and all good, pero cuando le dije que sacara tema de conversación porque yo solo me esforzaba cuando andaba tirando los trastos me suelta un "¿te diste por vencida tan rápido?". What the heck, Joey? Like, okay, no le gusto porque claramente he has terrible taste, ¿pero qué espera? ¿Qué vaya detrás de él aún así? Como si no tuviera a media academia esperando por un polvo mío. Like, get a grip of yourself, you know?

Well, that definitely was a rant.

>>Whatever, creo que es gay y no sabe como manejarlo —sentencié, tras volver a soltar un resoplido de clara molestia.

¿Era justo asumir eso solo porque el chicho se había comportado de manera cuestionable conmigo? Con casi toda seguridad no, pero yo estaba demasiado enfadada como para importarme, so there was that.

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mis disculpas, she's angry (?)

 

Di un respingo y solté una risilla que se me filtró en la voz cuando Ali me picó el costado, aunque pronto su mood dio un cambio bastante abrupto apenas regresé sobre la cuestión del tal Suiren. Tuve que verle la cara un segundo para saber que se venía el rant del siglo y me tragué la gracia, porque Ali enfadada pegaba fuerte y yo no quería tentar a la suerte. Su cambio de posición me permitió hacer lo mismo, despegué la espalda de la pared y me coloqué frente a ella, listísimo para recibir la salsa.

La verdad era que estos líos me daban una mezcla de gracia y ternura. No quería sonar condescendiente ni con alma de anciano, pero eran genuinamente dramas adolescentes y Ali se veía muy tierna enfurruñada. Empezó a contarme lo que había ocurrido y mi atención se dividió brevemente cuando Katrina salió del aula, pasando a nuestro lado sin darnos ni los buenos días. No que hubiese sido un amor de persona alguna vez, pero sí me hacía gracia que pretendiera omitir nuestra existencia de esa manera. Además, espera, ¿que seguía asistiendo al Sakura?

Man, por un momento lo había olvidado.

—Good day to you too, Kitty Kat —exclamé al aire, sedoso, pretendiendo que me escuchara.

No esperé ninguna reacción de su parte, regresé en automático a Ali y despegué la mano que había alcanzado su brazo en un pedido silencioso de que detuviera su rant sólo un segundo. Asentí, indicándole que procediera, y seguí asintiendo varias veces para demostrarle que la seguía. Me contuve como un campeón para que la sonrisa no me alcanzara los labios, pero que luego del silencio soltara que creía que era gay fue demasiado. Se me escapó una risa y alcancé sus hombros para atraerla a mí y abrazarla, aún riéndome.

—My poor Alibee, apenas descubriendo que los hombres somos imbéciles —solté, en tono liviano, y nos balanceé de lado a lado—. Whatever, who cares, ¡hay muchos peces en el océano!

Me detuve de repente y volví a cazar sus hombros para poder encontrar sus ojos.

—O sea, estoy yo y después vienen los demás peces, ¡pero sigue habiendo un montón!

 

Era consciente de que mi molestia podía pecar de ser más bien una pataleta algo infantil, pero la gente tenía que empezar a entender que no llevaba nada bien lo de que me rechazaran. Y si Joey también lo pensaba... pues bueno, la verdad era que me daba bastante igual en tanto se callara y me dejara quejarme en paz; requerimiento que normalmente cumplía como todo un buen chico. En aquella ocasión, sin embargo, hubo un momento en el que sentí a Joey interrumpiendo mi discurso, lo que de por sí logró sacarme bastante de base, y cuando ladeé la cabeza para seguir el recorrido de su voz, una leve risa nasal se me escapó al ver el motivo de su distracción.

—¿Sabes que Suiren me contó que Katrina los había llevado a él y a su amigo a una discoteca hace unas semanas? Una en Minato, además. Vieras mi cara cuando me enteré que había sido ella, I couldn't believe my ears! —comenté en cuanto recibí su atención de nuevo, casi como si fuera un fun fact random, antes de retomar mi rant como si nada.

Cuando terminé, la reacción de Joey fue... well, esperable. Se me echó encima, riéndose como si le hubiera contado el chiste más gracioso del mundo, y empezó a decir tonterías mientras yo me quejaba de que aquello era un tema muy serio, que no se burlara así de mí o iba a pagar las consecuencias. Claro que todo eso lo dije enfurruñada, pero sin hacer ni el más mínimo amago de escapar de su abrazo, y al final, cuando se separó para hacer tan necesaria aclaración a su comentario, no me quedó más remedio que dejar salir la carcajada que ya había estado reprimiendo un buen rato.

>>Yeah, yeah, you'll always be my first choice —murmuré, levantando el brazo para apretarle la nariz un par de segundos.

—¡Perdonad la tardanza! —la voz de Riamu hizo acto de presencia justo después de que liberara a Joey; se la oía algo agitada, lo que hizo que la mirase con cierta curiosidad—. Es que no encontraba mi monedero, he tenido que sacar todas mis cosas de la mochila y... bueno. ¡Pero ya lo encontré! ¿Para qué me querías?

La explicación de su tardanza nos la dedicó a ambos, pero aquella última pregunta la hizo centrando su atención completamente en Joey, a quién le sonrió con lo que a mí me pareció bastante más emoción que a mí. Ah, qué doloroso...

 

Recibí el random fact del día con las cejas ligeramente alzadas y una sonrisilla divertida. Cada uno tomaba sus decisiones en la vida, y si había gente que prefería salir de fiesta con otros mortales, pues ellos se perdían la diversión. Habría esperado más de Kitty Kat pero, visto lo visto, guess she got boring.

—Not everyone can handle us —fue toda mi respuesta, junto a un suspiro dramático.

Luego vino todo el resto de la cuestión y arrugué el gesto cuando Ali me apretó la nariz, pero no me esforcé más que algunas sacudidas de cabeza para quitármela de encima. En ese momento por fin apareció Riamu y dejé ir a Alisha con movimientos serenos. La niña estaba algo agitada y esbocé una sonrisa divertida al imaginarla lanzando todas sus cosas por el aire como en los dibujos animados. Meneé la cabeza, indicándole que no se preocupara, y regresé las manos a los bolsillos. Su pregunta fue directamente dirigida a mí y aproveché el bug para inclinarme en su dirección.

—El proyecto, Ri-chan, ¿se te olvidó? —murmuré cerca de su rostro, risueño, y volví a mi posición—. Me da pereza, pero pensé en empezar por hablar contigo y eso me dio más ánimos~

Diekmann soltó la risa ante mi comentario y yo ladeé apenas la cabeza, sin quitar mis ojos de ella. Pestañeé con suavidad, disimulando la gracia que me hicieron sus palabras. ¿Un peligro para la naturaleza? ¿Seguíamos hablando de una cría de diecisiete? Su amiguito aseveró la idea y me tragué la risa. Eh, qué miedo~

—Mejor así —murmuré, de forma aparentemente inconexa, y no me molesté en ampliar o especificar la respuesta.

Pasamos al asunto del proyecto, Lombardi hizo las preguntas que correspondían y yo solté el aire por la nariz antes de responder.

—Pueden hacerse de forma virtual, pero si no hablan japonés sería un problema innecesario —analicé primero, y me dispuse a contestar sobre la reunión con Orn—. Se lo dejamos al azar. La idea era entrevistar a mi tío, Teruaki Takeuchi.

Una idea repentina me estiró una sonrisa divertida en los labios y miré a Diekmann de reojo.

—¿Ustedes qué tal? ¿Ya eligieron su entrevistado?

 

La semana de clases después del cumpleaños de Abby fue toda una Odisea a superar, pues acabé con tantísima resaca después de la fiesta que lo último que me apetecía hacer era madrugar los siguiente cinco días... y mucho menos tener que atender en clase... o pensar, así como concepto en general. Había visto cartel del proyecto colgado en el tablón de anuncios, pero mentiría si dijese que le dediqué más de dos segundos de pensamiento al asunto.

Este último fin de semana había decidido hibernar para recuperar todas las energías perdidas, así que el lunes me planté en la academia mucho más animada. Por supuesto, eso no implicó que atendiese especialmente a las clases ni nada, ¡pero al menos no parecía un zombie andante! La campana del receso fue una bendición caída del cielo, incluso si no tenía nada planeado para el mismo; asunto que cambió,, por cierto, en cuanto escuché mi nombre proviniendo de la puerta.

Me hizo mucha ilusión ver a Joey, sentía que hacía mucho desde la última vez que lo había visto, ¡y nos lo habíamos pasado bien juntos! Le había dedicado pocas neuronas al proyecto hasta ahora, pero las que había usado parecían haber registrado el nombre del muchacho como parte de mi grupo, así que no me fue muy difícil hacer la relación entre esa información y su aparición. Me pilló un poco desprevenida que también estuviera su amiga, aunque no me fue algo que me molestara especialmente; suponía que tenía algo de sentido, también.

Sea como fuere, sí que acabé haciendo todo un desastre en mi pupitre al buscar el bendito monedero, ¡pero lo único importante era que había logrado encontrarlo al final! El desorden que había creado sería un problema de la Riamu del futuro. Salí algo agitada del aula, siendo consciente que había perdido bastante tiempo con la tontería, pero eso no evitó que distinguiera a Kou al otro lado del pasillo y que, por supuesto, levantara el brazo para llamar su atención y así poder saludarlo, animada.

Joey prácticamente invadió mi espacio al responder la pregunta que le dirigí, lo que logró sacarme una sonrisilla bastante divertida por ello. ¿En mitad del pasillo y delante de su amiga? Qué desvergonzado~. El comentario que añadió después me ensanchó la sonrisa de manera visible, además; era un cumplido de manual, pero conmigo servía su cometido más que bien. Negué un par de veces con la cabeza, indicando que no me había olvidado del proyecto, y al menos en aquella ocasión tuve la decencia de intercalar un par de miradas entre ambos antes de seguir hablando.

—Gracias por buscarme, entonces. Me alegra que mi presencia te anime~ —contesté, haciendo una pequeña reverencia para acompañar mis palabras—. Era una entrevista, ¿verdad? Escuché a alguien mencionarlo. ¿Conoces a los demás de nuestro grupo? ¿Y has pensado a alguien para la entrevista? Yo no le hice mucho caso estos días, la verdad, así que estoy un poco perdida. Perdón~

 

Cuando Riamu pareció ver a Santa Claus al otro lado del pasillo seguí la dirección de sus ojos como quien no quiere la cosa, y bastante fue mi sorpresa al distinguir al cabronazo estirado de mi clase. Me lo quedé mirando lo suficiente para confirmar que se tratara de él pues allí había mucha gente y, efectivamente, fue quien le regresó el saludo. No supe si reírme, espantarme o sólo sorprenderme, y volví a la chica con una sonrisa burlona bailándome en los labios. Sabía que era una niña bien, había visto su casa, pero... como que no pegaban, ¿no?

En cualquier caso le tuve piedad sólo porque me caía bien y sólo por ahora, y derivamos al rollo del proyecto.

—Hmm, algo así. Son todos de la 3-1, pero no he hablado personalmente con ellos. Bueno, Ali tuvo la amabilidad de recibir a Sakai. —Le eché un vistazo a la susodicha, divertido, y proseguí—. Luego está Diekmann, que es la castañita de allá, la que está con tu amigo, y... Kagehira, si no recuerdo mal. Respecto al entrevistado... pues no, yo no tengo a nadie. ¿Qué hay de ti, Ri-chan?