Harry Potter Para toda la eternidad [Always]

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Este es mi primer fanfic sobre Harry Potter y es sobre uno de mis personajes favoritos, Severus Snape, espero que os guste. Este one-shot es para la actividad "Always" de @Knight . He puesto todo mi corazón en él.

Dedicado a Alan Rickman, que esté donde esté,
siempre tendrá un rincón mágico reservado en mi corazón.​

Para toda la eternidad​

Miró con extremada cautela aquel fino cabello rubio que sostenía con dos dedos y pensó en las consecuencias que le podría traer aquello con los demás mortífagos si ellos se enteraban. En realidad, no le importaba demasiado, lo único que realmente le importaba era honrarla a ella, hacer que todo lo que le había pasado, todo lo que le habían arrebatado, mereciese la pena.

El plan era sencillo, se metería en la mansión de los Malfoy haciéndose pasar por Draco e intentaría urdir la manera de asestarle el golpe final al Señor Oscuro y si eso no funcionaba, podría salir airoso ya que seguramente nadie se daría cuenta de que él no era el joven Malfoy.

Los recuerdos de la Lily quisieron penetrar su mente y acudir a él con fogosa ferocidad, para sumergirlo en la nostalgia, ya que hicieron que una réplica exacta de su amor perdido apareciese ante él. Soltó el cabello que tenía todavía agarrado en el caldero donde estaba preparando la poción multijugos y levantó la vista otra vez, para visualizar aquella tormentosa visión.

—Severus.

Pudo escuchar la voz de Lily, tan bella como la recordaba, era como si realmente estuviese allí, era como si nada hubiese pasado tantos años atrás, como si todavía estuviese con vida. No pudo evitar que las lágrimas acudiesen a sus ojos intentando deslizarse por sus mejillas, delatando su gran dolor.

—Severus, soy yo, Lily.

Hizo un aspaviento como el que se hace cuando intentas espantar una mosca, para intentar alejar aquella visión de él, ya era suficientemente doloroso como para tener que sufrirlo así, tan real.

—Severus, estoy aquí por algo, tienes que aceptarlo.

—Hace tiempo que he aceptado tu muerte, Lily.

En ese momento se sintió realmente un estúpido por estar hablando con una visión, miró a la visión de Lily, quería disfrutar de ella, aunque no fuese real. Al fijarse en su expresión vio tristeza y dolor, no estaba en paz. Tenía que ayudarla, debía urdir el mejor plan para que descansase para siempre.

—No Severus, eso no es lo que debes aceptar.

—¿Entonces qué? ¿Qué debo aceptar? —de pronto algo se le vino a la cabeza— Ah, si es por el chico, hace tiempo que le cogí cariño, pero no me gusta demasiado demostrarlo.

Lily negó con la cabeza, esbozando una sonrisa cargada de nostalgia y con un deje de dolor en la mirada.

Entonces algo dentro de él encajó. Se dio cuenta de a lo que se refería, se acordó de aquella horrible escena, del último rostro que vio, se acordó de... no, no quería pensar en ello, no podía ser cierto. Se dio la vuelta e intentó buscar algún libro en la estantería de su despacho que le distrajese de aquello que no podía ser real.

—Severus, has pasado al otro lado. Ahora tienes que aceptarlo y podrás venir con nosotros.

—¡Ja! ¿Ir con ese cazurro de Potter? ¡Más quisierais!

—No tiene por qué ser así, puedes estar solamente conmigo, aquí es diferente. Estarás conmigo, la Lily de tus recuerdos, este plano permite que estemos en muchos sitios al mismo tiempo sin dejar de ser nosotros y sintiendo igualmente. Solamente es un sitio diferente, pero eso no tiene por qué darte miedo.

—Ni el mismísimo Señor Oscuro me da miedo, ¿por qué me lo iba a dar la muerte?

—Si Voldemort no te diese miedo, pronunciarías su nombre, ¿no es cierto?

Severus chasqueó la lengua molesto. Y dejó que los dolorosos recuerdos de su muerte fluyesen por su memoria y le embargasen, pero en realidad, si lo que decía Lily era cierto, ahora podría estar con ella, aunque solamente fuese compartir un espacio incorpóreo con ella para toda la eternidad. Eso era mucho más de lo que había tenido en vida, quizás, ahí podría ser feliz.

Lily le tendió una mano y él, aunque dudó unos segundos, la agarró con firmeza. Le daba igual si todo aquello era producto de la locura, le daba igual todo. Solo quería dejarse llevar por su corazón, olvidarse de su despacho, de Hogwarts, del Señor Tenebroso, Voldemort, Tom Riddle o como fuese que quisiesen llamarlo y del mismísimo Harry Potter, solo quería estar con ella, con Lily, su hermosa Lily. Le daba igual cuántas hubiese diferentes en los diversos planos de ese mundo incorpóreo, esa era la suya, su Lily Evans, de la cual se había enamorado perdida e irremediablemente cuando solo era un niño.

Entonces cuando por fin lo aceptó, el entorno en el que se encontraban empezó a cambiar y todo empezó a girar de una manera un tanto hipnótica. Al volver todo a la normalidad, se dio cuenta de que ambos estaban tumbados en una pradera mirándose fijamente. Quizás el corazón de Lily Evans le perteneciese románticamente a James Potter, pero Severus sabía que en ese gran corazón, algún rinconcito bombeaba solamente para él, porque ella a su manera le quería y eso le era más que suficiente.

—Te amo, Lily Evans.

La sonrisa que tanto había anelado durante años se ensanchó todavía más y respiró profundamente. Sabía que sería capaz de estar toda la eternidad contemplando esa sonrisa sin aburrirse ni en un solo momento. Aquello era su paraíso, le daba igual si lo merecía, solo le importaba que existía, ese lugar, él y Lily. Eso era más que suficiente. Era perfecto.