Paraíso Caído

Rolando, es el capitán del cuerpo de bomberos de la Estación 23. Es famoso por ser el primero en entrar y el último en salir de un incendio. Y en este infernal fuego no hizo una excepción. Ingresó en el edificio de oficinas en llamas en cuanto se bajó del camión de bomberos, e ingresó a buscar a cualquiera que no haya podido salir. Lo que no sabía es que no saldría esta vez. En cuanto ingresó, toda la estructura de derrumbó sobre su persona, matándolo al instante.


El bombero despierta, todo lo ve blanco, no tiene idea de dónde pueda encontrarse o qué sucedió, cruzó por su cabeza la idea de que sufrió un desmayo y tuvieron que sacarlo del edificio en llamas. Sin embargo, el lugar en el cual despertó no se parece en nada a un hospital, ni siquiera se encuentra en un edificio, o hay señales de alguno.


El sitio era hermoso, el césped tenía un vivo color verde, con flores de todos los colores del arcoiris. Árboles frutales por todas partes, un riachuelo de agua tan cristalina que permite ver las piedrecitas blancas que componen su lecho. Algunas aves, tan blancas como la nieve, sobrevuelan los árboles. El cielo es de un azul puro, sin una sola nube en el cielo.


Rolando comenzó a avanzar, no tiene idea de hacia qué dirección deberá viajar, ya que no hay señales del sol en el cielo. Siguió el riachuelo por varios días, durante los cuales se alimentó de frutas y bebió agua. Finalmente encuentra un letrero blanco con letras doradas, el cual levitaba a metro y medio del suelo. El mismo decía; “Bienvenidos al paraíso”. Pero no era todo lo escrito ahí, bajo las doradas y brillantes letras había algo más, algo escrito con lo que le pareció era pintura roja; “Perdido”.


No comprendió el significado de esas palabras, y jamás lo hizo. Una de las enormes aves blancas bajó del cielo y lo aplastó con sus enormes patas negras. El pico, que estaba lleno de colmillos negros, comenzó a destrozar el cuerpo del valeroso bombero. Esta ave, que era parte de una enorme parvada de otras miles, carecía de ojos, y en su vientre presentaba una segunda boca, por la que escupía los huesos de su inocente víctima.

Nunca se supo desde cuando, pero en algún momento los ángeles caídos dominaron el paraíso, devorando a las buenas almas que iban al cielo.

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Para la actividad: 30 Días de Escritura: Paraíso
Personaje: Bombero
Palabra: Desmayo
Género: Dark Fantasy