Vanguard Otro año más [One Shot]

Este es un fic para la actividad de @Amane; en mi opinión, realmente no lo considero un buen fic, pero necesitaba entregar en algún momento (?)
Tampoco le considero Comedia romántica, pero hey, igual y los demás sí (?) Y bueno, el anime se llama Vanguard, como dato.

Otro año más​

El silencio predominaba en la pequeña oficina. Era, además de pequeña, bastante simplista en diseño. No tenía nada más que un enorme escritorio de madera completamente vacío y una silla giratoria, que rechinaba cada vez que la persona sentada en ella comenzaba a dar vueltas, rompiendo continuamente el silencio.

Detrás de todo se encontraba un muro de vidrio, que permitía ver hacia el exterior. Y, a juzgar por la vista panorámica de la ciudad que brindaba aquel cristal, no era difícil adivinar que la oficina se encontraba en el último piso de uno de los edificios más altos de Tokio.

La persona en la silla se entretenía dando cada cierto tiempo un par de vueltas en ella, recostando después su cabeza en el escritorio, y suspirando. Todo esto una y otra vez. Cuando oyó unos pasos acercarse por el corredor, sin embargo, se incorporó inmediatamente en su silla. Una sonrisa misteriosa se dibujó de pronto en su rostro.



—Kyon, Asaka, dense prisa —exclamó un hombre alto, de aspecto imponente, vestido con pantalones negros y camisa blanca, acompañada de una corbata roja y un saco verde oscuro. Además, su enorme melena de pelo morado le hacía parecer un león, ayudando a transmitir un aspecto imponente. Ni siquiera aquella cosa entre sus cabellos parecida a una diadema podía evitarlo—, no sé porqué pero...

—Sí, sí, el tonto nos llamó de nuevo, ya lo sé —dijo con burla un pequeño joven de cabello blanco. Era delgado y vestía, al igual que su interlocutor, pantalón negro y camisa blanca con corbata, sólo que sin mangas. Además, tampoco llevaba saco. Era bastante delgado y gesticulaba con sorna, haciendo ademanes de superioridad mientras hablar—. Aún no sé porqué es él nuestro líder. ¡Es claro que yo, el gran Kyon-sama soy el más indicado para liderar a los Foo Fighters! —río entonces con fuerza, hasta que un duro golpe en la cabeza le hizo callar inmediatamente.

—¡No vuelvas a decir semejantes estupideces de nuevo! —le gritó la tercera persona del grupo, con el seño sumamente fruncido. Se trataba de una chica alta de pelo azul, vestida con chaqueta y falda del mismo color, y debajo de estos, como sus demáscompañeeos, llevaba una camiseta blanca. Sus ojos azules mostraban verdadero enfado al hablar—. Deberías estar agradecido de que una basura como tú pudiese entrar a este equipo —continuó, al tiempo que llegaban a la puerta del lugar donde los habían citado. Asaka colocó su mano en el picaporte y le giró, mientras seguía regañando al chico— Más te vale que te disculpes inmediatamente con..... —por un segundo, su voz pareció cortarse— Ren...

Todos contuvieron la respiración al ver al jefe de los Foo Figthers AL4 sentado frente a ellos. Con sus cabellos sueltos por todas partes, y vestido con una playera roja y una chaqueta de cuero negra. El mismo Ren de siempre, pues. Sin embargo, en su rostro se encontraba la misma sonrisa y la misma mirada maligna que le habían caracterizado por muchos años, pero que parecían que se habían marchado hacía ya tiempo. Incluso parecía que sólo habían sido un sueño.

Las cosas eran ciertamente mejores con el nuevo Ren, con el actual. Con el que era verdaderamente feliz. Parecía que esos años de tristeza se habían marchado para no volver, pero al parecer no era así.

Ren se levantó lentamente de su silla y se acercó a sus compañeros de equipo. Comenzó a hablar con una voz fría y calmada.

—Me alegra que hayan llegado pronto. Hiciste un gran trabajo como de costumbre Tetsu —El hombre de pelo morado se quedó en silencio; no tenía idea de nada de lo que ocurría, pero esperaba que el líder de los Foo Fighters -y su mejor amigo- no volviese a ser como antes—. En fin, lo que quería decirles es... ¡Feliz aniversario a todos!

Sus rasgos se suavizaron repentinamente, pasando su sonrisa a ser una mucho más alegre y cálida, así como sus ojos se volvieron amistosos. Su tono de voz también se volvió más amable y gentil.

Asaka, Kyon y Tetsu soltaron un suspiro de alivio, pero era la chica quien se notaba visiblemente más aliviada.

—¡No vuelvas a asustarnos así! —sollozó la chica, abrazándolo.

—Em... ¿Alguien sabe qué pasa aquí? —preguntó el pelirrojo confundido, no entendía el porqué del abrazo.

—Primero dinos para qué nos has citado aquí Ren —respondió Tetsu—, ¿y qué es eso de "feliz aniversario"?

—¡Ah, cierto! —exclamó Ren, golpeando infantilmente su puño derecho contra su palma, como si acabase de recordar algo—. Pero me sorprende que de todas las personas, tú seas el que no sepa Tetsu, me decepcionas —fingió hacer una cara triste, que desapareció rápidamente— ¡Hoy nuestro equipo cumple un año más desde que se formó!

—¿Es cierto? —preguntó Asaka. Ella y Kyon ya llevaban algunos años en el equipo, pero no habían sido miembros fundadores, por lo que no sabían con certeza cuando se formó. Eso sólo lo sabían Ren, Tetsu y un tercer miembro que había abandonado el equipo hace ya muchos años.

—Ahora que lo dices, es cierto. Hoy se cumple un año desde que se fundó AL4, pero nunca antes lo habíamos celebrado Ren. ¿Por qué de repente lo sacas a la luz? —le inquirió el hombre.

Sólo pensé que sería divertido —se excusó el líder, encogiéndose de hombros y restándole importancia al asunto—. Así que quiero ir con ustedes a celebrarlo, ¿Qué dicen? —preguntó, extendiendo su mano hacia el frente, como hacen los equipos cuando van a animarse.

—¡Cuenta conmigo! —exclamó Asaka, colocando au mano con fuerza sobre la de él. Estaba que no cabía de si misma en gozo. ¿Acaso aquello sería una cita?

—Pues conmigo no cuenten —respondió el chico de pelos blancos—, sería un desperdicio de mi tiempo pasarlo con ustedes.

—Perfecto —Asaka estaba aún más feliz. ¡El tonto de Kyon no iría!

—¿Y que hay de ti Tetsu?

—Ren, aunque sea el aniversario del equipo, aun tenemos muchas cosas que hacer aquí en la Torre. Aún tenemos muchos trámites que hacer y demasiado papeleo pendiente.

—¡Oh, vamos, no seas aguafiestas Tet-san! —le increpó Ren con tono infantil—. Kyon puede quedarse a hacer el papeleo, después de todo no va a ir, ¿Cierto Kyon?

—¡¿Waaa?! Estás loco si piensas que yo, el gran Kyon-sama se quedará aquí haciendo papeleo. Prefiero incluso ir con ustedes.

—Bien, y ya que somos la mayoría, Tetsu también debe venir. ¡Vamos! —Tomando a su compañero del cuello de su camisa, Ren le arrastró a él, junto a los demás miembros del equipo, a la salida de la oficina.

—¡Pero si te he dicho que no tengo tiempo...! —vociferó, en un vano intento de safarse.

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—Me da cuatro entradas por favor.

Los Foo Fighters habían llegado al cine tras un breve trayecto. Ninguno de los otros tres miembros tenían idea de qué es lo que verían, y al parecer, Ren tampoco. Cuando llegaron al cine, lo primero que hizo fue taparse los ojos y apuntar con el dedo a la cartelera. Tras ver cuál película había señalado, se dirigió a comprar los boletos.

—Muy bien, cuatro boletos para —miró de nuevo el computador—... La venganza del Magikarp. Bueno, no importa —la dependiente tomó una vez más el mouse de la computadora y se dispuso a seleccionar cuatro asientos juntos cuando...

>>Señor, disculpe, pero sólo quedan tres asientos juntos. Uno de ustedes tendrá que estar separado. Por alguna razón esta película tiene demasiada demanda.

—No importa —repuso Ren—, nos sortearemos lo boletos.

Con los boletos en mano, el chico les explicó a los demás la situación; por supuesto, nadie se tomó a bien aquello, pero al final se tuvieron que resignar y dejaron la decisión a la suerte, en un sorteo de palitos. El que sacara el más corto, se quedaba solo.


—¡¿Q-Qué?! ¡¿Cómo es posible que el gran Ore-sama Kyon perdiese en un sorteo como este?! N-no es posible ¡No lo es! —y, enfurruñado como estaba, le arrebató el boleto a Ren y se metió a la sala.

Los demás fueron a comprar palomitas y refrescos antes de entrar. Tras unos 7 minutos, Ren, Tetsu y Asaka entraron a la sala y se sentaron juntos; Kyon los miraba desde la última fila, deshecho.

—¿Quieres palomitas Asaka? —le ofreció Ren, acercándole el bote a la chica. Tetsu y Asaka estaban a sus lados.

La chica enrojeció levemente. Nunca sabía como reaccionar ante las muestras de amabilidad de Ren. Sin embargo, se espabiló rápidamente.

—Claro, gracias —le respondió, con una sonrisa cálida.

La película transcurrió con normalidad; era una mescolanza de muchos géneros que no terminaba de cuajar, pero Ren la estaba disfrutando enormemente.

Asaka, viendo que las manos de Ren estaban colocadas sobre el asiento, acercó la suya muy lentamente. Avanzó milímetro a milímetro, asegurándose de que Ren continuase absorto en la película. Cuando la distancia que separaba sus manos era ínfima, fue colocando la suya sobre la de él, hasta cubrirla totalmente.

El chico se sobresaltó un poco.

—¿Eh? ¿Tienes frío Asaka? —preguntó el chico extrañado ante la acción de su compañera—. Ahora que lo noto realmente hace algo de frío en la sala, pero no me he traído mi chaqueta —exclamó, avergonzado, mientras se rascaba la nunca y pensaba en qué hacer—. Supongo que podemos continuar con tu idea de sujetar nuestras manos para mantenerlas tibias. También puedes recargarte en mi hombro si quieres —añadió, cerrando sus ojos y esbozando una sonrisa totalmente sincera.

Asaka se quedó por un momento sin poder reaccionar, pero cuando al fin lo asimiló todo, se recargó lentamente en el hombro de Ren y tomó su mano con fuerza. Si realmente en algún momento había sentido frío, después de aquello jamás lo volvió a sentir.

Por su parte, Ren pasó toda la película con el hombro entumido.

—¡Me ha encantado la película! —exclamó bastante alegre el pelirrojo, mientras giraba su hombro adolorido.

—Lamento haberte lastimado el brazo, Ren —Asaka estaba realmente avergonzada. ¡Por un capricho infantil como ese había terminado hiriendo a Ren! Había sido demasiado tonta...

—No tienes nada por qué disculparte Asaka —le respondió el chico, agitando los brazos—, he sido yo quien se ha ofrecido en primer lugar; además, me ha ayudado a mantenerme tibio. ¡Así como la película ha encendido mi espíritu!

—¡Muchas gracias por tus palabras! —gritó Asaka, con el ánimo de vuelta.

Además —añadió el líder— no es nada que no se pueda curar con una visita al parque de diversiones.

—¡¿QUÉ?! —gritaron al unísono Tetsu y Kyon

—¡No hay manera de que pase más tiempo con ustedes después de esta humillación! —espetó Kyon, molesto.

—¡Y aún nos quedan muchísimos trámites por hacer, Ren! —Le recordó Tetsu.

—No sean aguafiestas chicos —haciendo pucheros, Ren les pedía con todas sus fuerzas que los acompañaran, pero estos se seguían negando—. Además, ha habido una marcha cerca de la torre y han cortado las calles. Es imposible que lleguen allá por el momento.

Al ver sus caras, el líder de los Foo Fighters se sonrió: Los había convencido.

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—¡Wii~!

—¡Ouch, fíjate por donde conduces! —le gritó Kyon a Ren, quién le había chocado por detrás.

AL4 llevaba ya unos 20 minutos en la feria, y disfrutaban en ese momento de los carritos chocones. Ren conducía irresponsablemente, sólo por diversión, por lo que chocaba seguido contra el auto de Kyon, quién constantemente buscaba vengarse, pero sólo terminaba aún más golpeado. Asaka, por su parte, disfrutaba chocar a propósito a las otras personas que estaban allí, y de vez en cuando chocaba con el propio Ren apropósito, a lo cual ambos sólo se reían.

Tetsu solamente se limitó a quedarse sentado en su carro, recargado en su asiento y con los ojos cerrados, hasta que el tiempo se agotó.

Continuaron paseando por la feria un buen rato, hasta que Ren vio algo que llamó poderosamente su atención: ¡Una baraja de cartas! Si bien no eran las cartas de Vanguard a las que estaba acostumbrado, eran cartas al fin y al cabo.

El lugar era un pequeño puesto de clarividencia, y las cartas que había visto eran cartas de Tarot. Ren le pidió insistentemente a la adivina que le dejase ver su baraja. Aunque la adivina se mostró reticente en primera instancia, terminó cediendo ante la insistencia del chico.

—Genial~ ¡Aquí voy! Tomó la baraja entre sus manos e inmediatamente su semblante cambió. Su mirada volvió a tener ese brillo de superioridad, y su sonrisa se volvió sarcástica. Repartió las barajas con precisión en un tris por toda la mesa, colocándolas boca abajo.

>>Las cartas me dicen como quieren que las lea —exclamó, de pronto, colocando sus manos en las cartas—. Señorita —su mirada se posó en la mujer, mientras volteaba la primera carta—, veo que recientemente se ha visto enfrentada a un juicio —volteó la segunda carta—... ¡Por asesinato! Vaya, esa es una situación muy grave —fingiendo un exagerado pesar, volteó una tercera carta—. Y si bien logró sobrevivir con dificultad el primer día de juicio —Una cuarta y última carta fue revelada—... Lo peor aún está por venir.

La mujer estaba estática. Toda su vida había leído el futuro de los demás, pero no estaba acostumbrada a que se lo hicieran a ella. Más aún, recordar los fatídicos hechos que habían ocurrido hace apenas una decena de horas -y que al parecer iban a seguir ocurriendo- no le sentaba para nada bien.

—¡Quién te lo dijo! ¡Dime quién! —vociferó la mujer, tomando con violencia en cuello de la playera del chico— ¡Seguro fue esa guardia de seguridad buena para nada! ¡Pues déjame decirte una cosa chico listo, yo no le maté; y nada te da el derecho de meterte en mi vida privada! ¡Dime quién fue el que te contó!

—Ya se lo dije —comentó el chico, impasible—, han sido las cartas.

—¡Tienes que ser idiota si piensas que me voy a creer eso! —Y, de un manotazo, tiró todas las cartas al piso, para después salir de su tienda hecha una furia.

Los miembros restantes del equipo sólo se quedaron allí, en silencio, sin saber realmente qué había pasado.

Mientras tanto, el pelirrojo recogió las cartas del piso y, tras acomodarlas de nuevo, se sentó en el puesto de la psíquica. Al ser cuestionado sobre lo que estaba haciendo, simplemente se encogió de hombros.

—Alguien tiene qué encargarse de este lugar en lo que ella vuelve —respondió tranquilamente.


"No vas a tener futuro" "Seguirás en tu mismo puesto de trabajo" "Vaya, parece que pronto te corresponderán" "Alguien por el que sientes mucho afecto se irá de la región" "Encontrarás a tu hermano gemelo" "Perderás tu empleo" "No te darán el ascenso prometido".

Todas esas frases -y muchas otras- salieron de la boca de Ren durante los 40 minutos que estuvo en aquella carpa.

—Ya es demasiado tarde, Ren —le dijo Tetsu. Se notaban sus ansías de irse. O bueno, siempre las había tenido, sólo que crecían con cada segundo.

—Está bien, está bien, Tet-san — respondió el pelirrojo con resignación—. Sólo un juego más y nos vamos, ¿Sí?

—Sólo uno más. Está bien, ¿Cuál?

Con alegría, Ren señaló el último juego al que quería subirse. Al mirar hacia aquella dirección, a Tetsu se le fue el alma a los pies: Era la montaña rusa.


—Bueno, llegamos exclamó —Tetsu, frente al carrito de la montaña. Habían estado haciendo fila durante casi hora y media, pero al fin se iría en cuanto terminara aquello.

—Sólo quedan tres asientos —aclaró la encargada de los pasajeros.

—Parece que tendremos que echarlo a suerte de nuevo.

Cada quién escogió un palillo y, una vez más, el de Kyon fue el más corto.

—¡Maldición!

—Lo siento Kyon —se excusó Ren, subiéndose al carrito. Tetsu iba a subirse con él, pero al mirar a Asaka se lo pensó mejor y se sentó con un pequeño niño, que temblaba de miedo.

Un hombre joven pasó a los pocos segundos y abrochó los cinturones de todos. Cuando terminó, hizo una señal y el juego se puso en movimiento.

—¡Levanta las manos, Asaka! —gritó Ren emocionado, con el aire golpeando su cara.

El juego comenzó a adquirir velocidad, a dar muchas vueltas de 360 y dar subidas y bajadas. Los dos se divertían mucho, rieron y conversaron un poco. Ambos estaban muy felices.

Mientras tanto, Tetsu se mantenía impasible en su asiento, viendo como su acompañante -el pequeño niño de primaria- se moría del miedo. Tratando de calmarlo, Tetsu le sonrió, pero no consiguió más que asustarlo más.


—¡Eso fue genial! —exclamó el pelirrojo, abandonando el carrito junto a Asaka. Tetsu también lo abandonó, dejando al pequeño allí, llorando del miedo.

—Bueno, ahora sí podemos irnos Tet-san.

—Al fin —exclamó el pelimorado—, ya deseo irme.

Los tres se dirigieron entonces a la salida, haciendo una parada en un juego de lanzar dardos, donde Ren terminó ganando un peluche para cada uno. Cuando estaban en la salida, vieron una mesa para jugar Vanguard, aquel juego de cartas que los había unido como equipo.

Y, a lo lejos, venía un muchacho de cabellos castaños de mirada seria, vestido con una chaqueta café y unos pantalones azules. Inevitablemente, sus miradas se cruzaron.

—Kai Toshiki, hace tiempo que no te veía —exclamó el líder de los Foo Figthers; su voz y su mirada se habían vuelto siniestras una vez más.

—Lo mismo digo, eh Ren —Kai se sonrió con confianza—. ¿Qué te parece si saldamos las cuentas de la última vez? —Tomó de su bolsillo un mazo de cartas y lo colocó sobre la mesa, desafiante.

—Suena bien para mí —respondió Ren, colocnado su deck con fuerza.


—¿Eh, Tetsu, aún no te vas? —preguntó la chica extrañada, al ve a su compañero inmóvil, con la mirada fija en los otros dos chicos.

—No me perdería por nada del mundo un combate entre esos dos. Después de todo ambos formaron a los Foo Fighters y son grandes peleadores. Además, me recuerda el tiempo en que los tres eramos mejores amigos.

Asaka asintió, mirando fijamente el duelo que estaba a punto de empezar; al ver la sonrisa dibujada en el rostro de su querido Ren, no tuvo la menor duda: Para él, este día había sido el mejor en mucho tiempo.

Y bueno, para ella también.