Umineko no Naku Koro ni [One-shot] Razón de vida

Hola, aquí les traigo una historia que publique en otro foro, sólo que quise traerlo a este lugar, si quieren corroborar que yo soy la dueña, mi nombre en ese foro es Saori H. Wright, aparte de que tengo la misma firma (la de color rosa), en fin les dejo leerlo:

Titulo: Razón de vida
Pareja: Will x Lion
Tipo: One-shot y UA
Disclaimer: No soy dueña de Umineko solo utilizo los personajes de la obra de Ryukishi

Hace tanto tiempo que no me sentía tan solo, lo raro es que siempre lo estuve y no le tomaba importancia a mi hostilidad, en ese entonces lo veía como algo normal; con el tiempo cambie ese corazón frió e inhumano por uno más cálido y comprensible, pero seguía siendo solitario, la pregunta es ¿porqué cambie?, la respuesta esta en que conocí a una persona muy importante para mi, ¿cómo la encontré?, gracias a mi propio aburrimiento, nuestro primer encuentro se dio cuando yo estaba caminando cerca de los jardines de un hospital y no se porque sentí la necesidad de entrar a una pequeña capilla que se encontraba cerca del edificio, entre y observé el recinto, la verdad es que no era muy impresionante, sin embargo te daba algo de paz, a lo lejos escuché un par de voces y no es que me guste husmear, más bien se me ha hecho costumbre oír las conversaciones ajenas debido a mi oficio de detective, guarde silencio y puse la mayor atención en lo que hablaban.

—¿A qué hora regreso por ti? —dijo la enfermera.

—Sabes que puedo regresar al hospital, no tienes por que preocuparte Milano —mencionó la joven que la acompañaba.

—De acuerdo, te veo al rato —inquirió la señorita alejándose.

—Esta bien —pronunció acercándose al recinto.

Pensé que sería una platica más interesante, la decepción que me lleve cuando descubrí el poco entretenimiento que me ofrecía, de repente percibí que alguien me hablaba.

—Buenos días señor, vino a rezar por algún enfermo —manifestó mientras me miraba.

—En realidad vine por curiosidad —declaré sin menor importancia.

—¡Ah!, que maleducada soy, permitame presentarme mi nombre es Lion, ¿cuál es el suyo? —cuestionó con curiosidad.

—Willard, me pregunto ¿por qué estas aquí?, cualquiera que te vea diría que te encuentras totalmente sana, a excepción de que te encuentras en esa silla de ruedas —respondí contemplando su estado.

—Me halaga que una persona piense de esa manera, aunque mi estado de salud es crítico —dijo bajando su mirada

—Así que vienes a orar por ti —comenté sin tener en cuenta mis palabras.

—La verdad es que quiero hacer unas plegarías, para reconfortar las almas de algunas personas —recitó con una sonrisa en el rostro.

—¿No crees qué deberías pensar en ti de vez en cuando? —pregunté levantándome.

—No, mi suerte esta echada, por lo tanto quiero seguir pensando en las demás personas, bien dicen que todo tiene solución menos la muerte, y si me pongo a llorar por mi enfermedad, lograré degradarme, por eso acepto mi muerte con orgullo y dignidad —argumentó en lo que me acompañaba a la salida.

—Ya veo, me gusta tu punto de vista —respondí yéndome.

Ese fue el inicio de algo hermoso, con su dulzura y amabilidad logró domar mi corazón, comencé a visitarla diariamente lo cual no le agrado para nada a su familia, cuando ella no estaba cerca me ofendían y recibía maltratos por parte de ellos, creo que les enojaba el hecho de que los ignoraba, a mi no me importaba lo que dijeran a mis espaldas con tal de ver la sonrisa de mi ángel, me reconfortaba y estaba listo para seguir aguantando sus sermones, con ella pude sonreír sinceramente y no con hipocresía como lo hacia con las otras personas, lo lamentable es que descubrimos nuestro amor muy tarde, aún recuerdo los últimos momentos que pase con ella, han quedado grabadas en mi corazón esas imágenes tan añoradas.

Nos encontrábamos en el jardín, el clima era agradable, el sol iluminaba todo el lugar, las aves cantaban y el lago se podía apreciar tan cristalino, Lion dormía sobre mis piernas tomé unos mechones de cabello que tenía en su rostro y contemplé su frágil figura, en esos momentos se despertó y me miro con ojos de curiosidad, no pude resistirme y me fui acercando lentamente posando mis labios sobre los suyos en un casto y dulce beso, nos separamos y sin decir palabra alguna declaramos nuestro amor, sellando nuestro pacto de amor con la entrega de nuestro cuerpo y alma uniéndonos en uno sólo.​

Según yo ese día era para el nacimiento de un amor, no para la muerte un ángel, ese maldito día me fue arrebatada de mis brazos, devolviendome a mi soledad, quien quiera que sea el que controla el destino, debo decirle que se habrá divertido de lo lindo con mi sufrimiento, así que esta vez no lo permitiré voy a vivir por ella, estoy seguro de que a Lion le hubiera gustado verme feliz y triunfante, por esa razón voy a continuar, solo por ti, no temas, puedes dormir en paz eterna, mi amada Lion.