Contenido oculto: Aclaración Este escrito de igual forma se encuentra en Wattpad con el usuario ManaWYsalm y es de mi autoría, a excepción de los personajes pertenecientes a Kazuki Takahashi. —¡El príncipe de Egipto ha nacido! —el actual faraón Aknakamon decía frente a su pueblo alzando a un niño recién nacido en sus manos quien era su hijo. La Reina había acabado de dar a luz al príncipe, futuro faraón de Egipto, luego del parto ella se encontraba agotada y lo único que quería era tomar en sus brazos a su pequeño hijo. —¡Estoy seguro que Atem será un gran faraón como su padre! —llega el faraón presumiendo de su primogénito. —Por supuesto Aknakamon, nuestro pequeño Atem será un gran faraón —dijo la reina.  En el transcurso del tiempo vieron crecer al pequeño, ahora tenía 4 años y desde que aprendió a caminar no había quien lo detuviera. —Hijo ven aquí —su madre llamaba y el chico corría hacia ella con tal emoción. —¡Mami, vamos a jugar! —Claro mi pequeño Atem.  Madre e hijo pasaban la tarde muchas veces jugando, pero no siempre podía ser tan seguido ya que como reina también tenía deberes reales que cumplir, habían tardes que ella debía decirle que no. —Aknakamon, me duele saber que nuestro hijo no tiene con quien jugar —le decía muchas veces la reina al faraón. —¿Te refieres a un hermano? —dice el faraón espantado, a lo que la reina ríe y dice: —No necesariamente debe ser un hermano, deberíamos conseguirle un amiguito. Mi reina, por supuesto que sí —le dice el faraón con una sonrisa. Pero un día la reina enfermó. —¡Mami, vamos a jugar! —Hijo, hoy no me siento muy bien ¿podríamos jugar mañana? —le dice su madre. —Está bien, mami —dice el pequeño cabizbajo. Y los días siguientes fue la misma respuesta. —Mami, ¿te sientes mejor hoy? —Mi amor, necesito descansar un poco... La reina enfermó repentinamente y cada vez empeoraba, el faraón buscaba a los mejores curanderos pero ninguno le daba esperanzas. Atem pasaba en la habitación de su madre hablando con ella y jugando juegos el cual no requerían de mucho movimiento. Eso fue antes de que ella enfermara gravemente y alejaran a Atem de su madre. —Papi ¿por qué mami no sale de su habitación? —Porque mamá no se ha sentido muy bien últimamente. —¿Se sentirá mejor después? —Esperemos que sí, hijo mío. Un día frente a la puerta de la habitación de la reina mucha gente se juntaba, muchos se veían muy preocupados, especialmente el faraón. La reina estaba muy grave y tenía pocas esperanzas de vida. Ella pidió que su último deseo fuera ver a su hijo. Todos corrieron en ese instante en busca del niño y lo llevaron frente a ella. —Hijo mío, te amo. —Mami, ¿podemos jugar mañana? —la reina rodó una lágrima por su mejilla y colocando una mano en el rostro de su pequeño le dijo: —No creo poder mañana... —¿Por qué? —Tengo una misión importante. —¿En dónde? —En el cielo. —¿Con quién? —Con los dioses. —¿Cuál es tu misión, mami? —Cuidar de ti desde el cielo. —Pero, ¿por qué en el cielo? ¿por qué no aquí? —Porque los dioses me han pedido cuidar de ti desde el cielo. El niño empezó a soltar unas lágrimas... —No me dejes mamá... ¿te volveré a ver? —Temo que no, pero recuerda que sea como sea, siempre estaré observándote y sintiéndome orgullosa de ti desde el cielo, aunque tú no puedas verme yo sí lo haré, estaré contigo en cada momento. —¿Cuando te volveré a ver? —Cuando los dioses también te llamen, yo estaré esperándote y allí te recibiré para abrazarte con mucho amor. —¿Y eso cuando será? —Eso no lo sé hijo -dice la reina con lágrimas en sus ojos tratando de consolar a Atem el cual también suelta lágrimas —serás un gran faraón hijo lo sé y cuando sea así estaré apoyándote siempre. —No te vayas, mami. —Te amo, hijo. No pasó mucho y en cuestión de horas la noticia de que la reina había fallecido ya se había confirmado. —¿Papi, por qué mami está acostada y no habla? —Mamá, está durmiendo. —¿Cuando despertará? —Durante mucho tiempo, ya que ella tiene una misión que cumplir. —¡Ah sí! Ella me dijo que su misión era protegerme desde el cielo. —Así es mi pequeño Atem... El día del entierro Atem estaba allí, pero no entendía que sucedía, no permitieron que el niño viera el cuerpo de su madre pálido y sin vida, no querían que el chico supiera que realmente su madre no dormía sino que ya no tenía vida. —Mamá dijo que cuando los dioses me llamaran también iría con ella. —Así es, hijo, ella está con nosotros. —Pero, ¿cómo si no la veo? —Eso es porque ella está aquí —dice su padre colocando una mano en el pecho de su hijo, señalando su corazón —ella siempre estará allí, si tú crees en ella, pues allí estará y siempre estará amándote desde el cielo, cada vez que estés triste ella estará consolándote. El chico miró curioso al cielo estrellado de la noche, se dice que cada estrella es el alma de una persona, en el momento que el vio al cielo se fijó exactamente en una estrella la cual parpadeo y brilló más de luz ante la vista del niño, Atem al ver esto sonrió encantado con el acto de la estrella. —Mamá... FIN
Dándome una escapadita de clases me encontré con esta lindura, aunque yo no podría clasificarlo como tragedia... Me alegré mucho de leer algo más personal de Atem, imaginándolo como un niño pequeño me dio mucha ternura y hasta saqué unas lagrimitas cuando aceptó serenamente que su mamá tenía que dejarlo a petición de los dioses, por no comprender del todo el concepto de la muerte. Fue verdaderamente inocente y no tengo duda de que así era dado que Yugi, podría decir su reencarnación, se mostraba en la mayoría de las veces como un joven sin malicia en su corazón puro y así actuaba, como un pequeño infante. Yo no terminé de ver Yu Gi-oh! y ahora que le he dado una nueva oportunidad me doy cuenta de que era una animación bastante buena con una historia que prestaba para muchas cosas fantásticas y medio locas (Kaiba es un loquillo obsesionado, y los duelos de monstruos fueron algo verdaderamente maravilloso a mi ver); y vaya que Atem alías Yami fue el causante de muchas cosas pero también de mucha ayuda para Yugi y sus amigos. Gracias por escribir tan bonito.
Como es obvio, no sé de qué va Yu Gi Oh. Hasta tuve que googlear para saber quién era el mentado Atem, solo para descubrir que... ¡¿es el mismísimo Yugi?! Jajajaja, pues bueno, ha de ser un antepasado, ¿no? Uno parecidísimo, creo. Pues bien, al margen del trasfondo y de mi conocimiento paupérrimo sobre los personajes (y claro, yo haciendo el ridículo, je), es menester confesar que la lectura se me ha hecho muy tierna. Trágico destino ha tenido el pobre Atem como para perder así a su madre. Aún sin saber absolutamente nada, lo disfruté. Es efectivo, conciso, y una redacción que cumple. Me gusta ver cómo vas puliendo tu estilo y mejorando en esto, y me encantaría poder seguir haciéndolo. Un saludo, Nana. ;)!!!
OMG! Nunca había leído nada similar de la vida de Atem, más con su mamá <3 ¡qué emoción! Me ha causado mucha ternura que pasara esos momentos con ella, incluso, que pudiera aceptar su deceso de esa manera. Pobrecito <3 aunque por un momento, esperé que ella se convirtiera en una carta, como pasaba por esa época. En tal caso, la imagino como el Hada mística <3 creo que sería perfecta para ella. Un gusto leerte. Por cierto, InunoTaisho es tragedia por la muerte del personaje :) ¡Un abrazo!