N/A: Escrito para la actividad "Condenados defectos." Capricho. —Hikaru… por favor…—pedí, pero no contestó. Mis brazos ya no aguantarían mi peso después de tanto tiempo sosteniéndome. Me dolía todo. De pies a cabeza, en todos los lugares posibles: un pequeño pero fuerte dolor punzante aparecía de vez en cuando, sacándome un quejido para nada desapercibido. ¿Qué podía hacer? Me tenía en esa posición desde temprano y, realmente, no creía que pudiese quedarme así por mucho tiempo más. Entonces… ¿seguir rogándole que me suelte de una vez ó quedarme… así? ¡Ah, no señor! ¡No, no y no! ¡Ya no podía seguir más! ¿Y si lo engañaba de alguna forma? Si haría eso, debía ser algo coherente y razonable, ¿no? Algo que lo distrajera lo suficiente, pero en un momento como ése… Bah. A estas alturas, mi fuerza no existía. Opté por forcejear un poco, lo suficiente para hacer ademán de que me dejara de una vez. —Su… suéltame. Pronuncié una palabra. ¡Una palabra! Francamente, siempre detesté ciertos momentos de debilidad que tenía frente a Hikaru. Siempre. Refunfuñó como niño pequeño y caprichoso. —No quiero —Atacó, seco. Ni siquiera parecía tener la intención de hacerme caso hoy, y si seguía así, llegaría a un nivel que no convenía. No soltó; no aflojó. Hizo más presión. Y... gemí... Oh, no. Por Dios, por Dios, ¡por Dios…! ¡Cómo gemí! De seguro se escuchó hasta afuera de la habitación. Qué vergüenza… Ni yo me esperaba eso de mí mismo. Ni siquiera yo pensé que llegaría a ese punto. Sí, sí, esta bien; tenía claro que me dolería, pero tampoco había pensado, y nunca se me hubiera pasado por la cabeza, el que me dolería hasta los huesos. — ¿Qué es…? —le interrumpí. El grito de dolor que solté seguramente lo espantó. Pero bueno, gracias a eso logré que soltara mi pierna de una vez en toda la mañana. El bruto también había hecho presión justo donde tenía vendado el tobillo. Él no lo sabía; tampoco quería que se enterara. De ninguna manera. Es mas, fue tonta en la forma en que me lastimé, y si se lo decía a Hikaru, se pondría a sospechar que alguien más me lo había hecho. Y no, no quería que ande por ahí desquitándose con cualquiera. ¿Qué gracia tenía seguir intentar ocultando su tobillo? Ya está, algún día lo tendría que saber. Levanté la botamanga del pantalón que usaba como pijama (que me habían ayudado a pasarlas desapercibidas), dejándole ver las vendas. —Me golpeé en el club mientras no estabas —dije serio, mirando con desgano hacia un lado. En parte, no sabía si mirarlo de frente o no. —. Ahora está todo morado e inflamado —le expliqué, para que dejara de toquetear mi tobillo. Me animé a levantar la mirada hacia él, pero lo único que logré ver fue tristeza y preocupación en sus ojos. Quizás también se sintió decepcionado de que no le contara sobre la pequeña torcedura. Quizás. —… Parece un huevo… ¿… Un huevo…? Huevo. Ajá. Eso. ¿Es en serio? ¿De verdad se atrevió a decirle “huevo” a mi tobillo inflamado? Rió, tratando de cubrir su sonrisa con la palma de su mano, agachando la cabeza. Sí, sí, ¡lo sé! Quizás no fue de la mejor forma en que me hizo reír, pero siempre sabía que esa era la mejor cura para el dolor. Aun así, el que me haya tenido más de hora y media, yo sosteniéndome de mis brazos, y el pegado a mi pantorrilla por su absurdo capricho de no querer soltarme para que me pudiese levantar de la cama, no se le pasaría muy fácil. Ya llegará su turno algún día, ¿no? Algún día. ...-------------------------------------------------Asdf~ Gracias por leer ♥ ; - ;Esta peque sección andaba un poquito apagada y bueh... Salió eso . _ .
Jajajaja, lamento decirte que, como Sumine, me quedé: ¿cuál es el defecto? Pero el escrito en sí fue fangirleante... y Dios... se le podía dar un dobble sentido tan propio de ellos, y yo: <3___<3 Siempre apoyándose el uno al otro, y siempre haciendo de una situación re-normal, algo incesto entre ellos, jajaja.