Señal cortada Contenido oculto: Radio Este cap transcurre en la tarde del día 9 Ese día, a diferencia de cuando fui en busca de Shawn-senpai, llegué bastante temprano a casa. A comparación de otras veces, claro. Me colé dentro en un absoluto silencio, escuchando la playlist típica de algún café tranquilo, a muy bajo volumen para poder percibir sonidos ajenos a mi persona. Cerré la puerta tras mío con llave, soltando un suspiro pesado. Seguí el camino hasta mi habitación, también cerré la puerta tras mío y me quedé ahí respaldado un momento, descansando; por ahora no había necesidad de cerrar esa con llave. Di un pesado suspiro y fui a correr las cortinas, para que lo sobrante de luz natural bañara la pieza. Me desperesé y luego me deshice con calma de mis prendas escolares, recogí también el cambio de ropa correspondiente, unas pantuflas también, y de ahí me dirigí al baño. No me quedé más tiempo de lo necesario, fue una ducha rápida y eficaz, a pesar de que disfrutaba el agua caliente sobre mi piel; no había tiempo que perder... ¿Pero qué harías de todas formas, Yashihiro? Solté un pesado suspiro, mientras frotaba una toalla contra mis cabellos, en busca de que dejaran de gotear. Una vez duchado y con la ropa limpia y sucia dónde correspondían, puesta y al tacho de plástico el resto, me hice una merienda ligera. Me llegó un mensaje de mamá, dijo que no podría volver está noche, qué sí le ayudaba con el aseo. Le dije que si. ... Cuando terminé de comer me llegó uno de papá, preguntándome sí era mucha molestia que hiciera la cena, pues él llegaría más tarde de lo estimado, como siempre ocurría últimamente. Contesté que no había problema. No los había, ¿verdad? Tenía una vida carente de inconvenientes... Otro suspiro pesado, y llevo las cosas al lavabo, en un silencio que hace bastante tiempo parecía perpetuo, gélido, a pesar de no tener frío. El agua fluye, escucho algunos autos a lo lejos, el caminar de unos pocos; la brisa, otros pocos pájaros, el sutil resonar de la loza... Dioses... ¿por qué era horrible? Doy otro suspiro pesado, sacudiendo la cabeza con suavidad, con mi rostro de absoluta seriedad. Tras observar el trabajo logrado suelto otro suspiro... Estoy agotado, y eso que no he hecho nada. Me devuelvo a mi cuarto tras lavarme las manos, reviso line y... ¿Hikari?, ¿Kenta?... ¿Cómo estaría Amery Shawn? Me meto en nuestra conversación y... nada relevante, los mensajes más curiosos y dignos de rememorar... son de cuando aún iban los senpais a la academia. Dioses... por qué... ¿pareciera que han pasado años desde eso? Tiró con suavidad el aparato a un rincón, rebota en la cama y se queda ahí, estático. Me dirijo a mi escritorio, con mi computadora y todas esas mierdas caras que mis padres me compraron... tal vez con demasiado esfuerzo. Prendo todo y las contadas luces let que poseían los aparatos empiezan a titilar. El leve ronroneo del procesador no se hace de esperar, tomo sin apartar la vista de la pantalla los cascos más elegantes que he tenido hasta el momento, como que muy... ¿cybernéticos? Pongo una música de fondo y empiezo a hacer mi trabajo; la documentación para el Club de Radio no saldría de la nada: Alguien tenía que empezar todo. Contenido oculto: White Noise
Contenido oculto: Pierogies in the Dark Recuerdo estrellado —¡Nakashi! —¡Nakagawa-kun! ¡¿Estas bien?! La punzada insoportable en mi cabeza fue a considerar, solté un quejido a labios cerrados, prolongado. Sentía mi cuerpo frío y respiraba con cierta dificultad, lento... lento... Pronto sentí la voz de los chicos encima de mí, las manos de Isamu estaban sobre mis hombros, no demoró en zarandearme, como Taiki no demoró en regañarlo acto seguido. —¡Quieto, Uchima-kun, suéltale! —soltó tosco, la voz miedica de siempre se tornaba estoica cuando de lidiar con nosotros se trataba. Recién tras eso pude abrir mis ojos, aún mareado, sin lograr enfocar nada y los ojos llorosos. De todas formas, podía distinguir las figuras de Uchima y Yamamoto sobre mi propio cuerpo; el segundo conteniendo como podía las manos del primero... —Ahhh —exhalé sin cambiar mi expresión de nada, de seguro me veía fatal; sin aliento y con la cejas arqueadas casi con suplica. Esa pequeña acción provocó que ambos volcaran otra vez mis ojos sobre mí—. E... Estoy bien, chicos —hablé con dificultad, acto seguido intenté incorporarme, pero apenas lo hice unas nauseas inmensas me escalaron la garganta, haciendo que cubriera mi boca de inmediato por la arcada. Taiki no demoró en sujetarme por los hombros, rápidamente lo siguiente que sujetó fue mi espalda. —¿Seguro que estás bien, Nakagawa-kun? —preguntó volviendo a esa voz asustadiza que sí le caracterizaba. Yo dejé mi vista clavada en nada, cabizbajo; inhalé hondo y luego exhalé por la boca con cuidado y lentitud, cerrando los ojos, buscando que se me pasara el mareo. Un silencio que pareció perpetuo. —S-si... creo... que ya estoy bien —respondí por fin, con el aire recuperado y... Bueno, me dolería por un montón de tiempo la nuca.. pero no había pasado nada grave, ¿verdad? —¡Dioses, Bakagawa! —¡¿Uh?! En menos de un parpadeo Isamu me había rodeado el cuello con ambos brazos, apegándome a él. —¡Cre-creí que te había pasado algo grave! —habló desesperado, yo solo pude hacer un gesto de extrañeza que no dejaba de reflejar también mi constante dolor en la parte trasera de mi cabeza, otra vez respirando con profundidad. Taika al parecer se quedó anonadado ante la reacción, pues demoró en actuar por consecuencia—, ¡s-si tu madre se enojaba, no podríamos vernos más, Nakagawa! Se aferró más fuerte a mí, escondiéndose en algún lugar entre mi cuello y hombro. Yo solo atiné a corresponderle el abrazo, titubeante, volviéndome yo el que le acariciaba la espalda con suavidad, supongo que buscando consolarlo a pesar que la extrañeza en mi expresión no se esfumó. —No te preocupes, Uchima-kun...— Detuve cualquier caricia y simplemente lo aferré con más fuerza contra mi propio cuerpo, él pareció anonadado, pues dejó de emitir sonidos aparte de aflojar su agarre—. De todas formas mamá no se enteraría —murmuré... Y algo se sintió peor que todo el dolor junto. Pero.... no sé sí dolía.No fui capaz de distinguir nada. Yamamoto pareció salir de su propio trance luego, diciendo que ya había anochecido, alertado por sí nuestros padres nos regañarían por llegar tan tarde. Saqué mi teléfono portable y revisé la hora; las diez y media. Me lo volví a guardar en el amplio bolsillo, apacible tras levantarme y con la patineta bajo mi brazo. —Aún es temprano, mejor volvamos —comenté con suavidad, los otros dos seguían viéndose nerviosos, así que mi rostro no demoró en tornarse compungido. De todas formas, al final de todo el embrollo, ambos me llevaron hasta mi casa; nos despedimos animada, pero silenciosamente en la cerca del lugar y luego los vi marcharse a paso apresurado, pero para nada enfocados en mirar al frente. El camino de regreso de todas formas fue ameno gracias a las bromas de Uchima y los sustos injustificados de Yamamoto. Me quedé mirándolos, hasta que se perdieron bajos las amarillentas luces de la calle... Y yo entré a la oscura casa; en soledad. Contenido oculto: Only us