He caminado durante mucho tiempo y nadie se percató ni siquiera de mi presencia al caminar tranquilamente por las calles ahora poco concurridas. Adoro por eso retornar con anticipación, siempre se obtienen beneficios, mas del continuo goteo del cielo que repele todo tipo de tabú sobre mí. La gente no ha terminado de señalar mis defectos, aunque a diferencia de otras épocas más luminosas y prometedoras en mi corta vida, ahora el único inconveniente es que mi paciencia se está agotando lentamente, y no parece disminuir nunca su ritmo. Creo que cada día que pasa me encuentro aun más enojado que el día anterior. ¿Cuándo fue que todo cambió tan súbitamente?