Nyx, diosa habla con mortales.

Mientras que en la superficie todos se sofocaban con un día especialmente caliente de este verano, dos mujeres se adentraban (después de mucho rogar a los dioses) a un lugar frio y obscuro, un lugar que era la prisión de las mayores amenazas contra Zeus aunque allí también moraba durante el día el motivo por el cual se habían adentrado a tan escalofriante lugar.

Las periodistas a cada paso que daban se arrepentían de haber aceptado este reto, entrar al Tártaro, esas dos pelirrojas una con vestido color plata y caída delicada como la de su liso cabello y la otra de melena risada con ojos dorados que portaba poca ropa que contrastaba con su moreno tono de piel confundiéndose con la noche que invadía todo. Dorothy y Anaikk eran sus nombres.

En medio la nada en que se encontraban ante ellas apareció un palacio hecho de mármol con columnas y cúpulas, las mujeres estaban sorprendidas, habían escuchado rumores pero jamás su imaginación creo algo semejante. Sólo salieron del asombro cuando la puerta principal de oro macizo y piedras preciosas se abrió lentamente a manos de una pequeña niña de ojos y cabello plata con vestido gris; la hermosa infante les dirigió una mirada distante y fría para que la siguieran, las periodistas no tuvieron otra opción más que caminar a su paso adentrándose en el gran castillo.

Llegaron a una gran sala principal con muebles oscuros y la infante, que ya no estaba sola sino acompañada de muchas otras de apariencia similar, le pidió que se sentaran en uno de los sillones sumamente cómodos también hechos de marfil, con una almohadilla tejida por la propia Atenea.

Inmediatamente se dieron cuenta de otra presencia en la sala, una blanca mujer de edad madura con cabello negro a la cintura y ojos todavía más profundos que penetraban dando una sensación tranquilizadora pero con un aire de misterio que infundía respeto.

La mujer ante las pelirrojas sonrió tenuemente dándoles permiso de iniciar la sesión de preguntas, pero en sus ojos veían una clara advertencia de que fueran directo al punto.


—Tánatos, personificación de la muerte natural, Hipnos, del sueño, Moros, del destino, las Keres, señoras de la muerte violenta y la destrucción, Momo, de la burla o el sarcasmo, Némesis, de la venganza, Oizis, de la angustia, Geras, de la vejez, Apate, del engaño, Filotes, de la ternura, Eris, de la discordia… Tiene usted una prolífica y, cómo decirlo, tétrica descendencia. ¿De cuál de sus hijos se siente más orgullosa y por qué?

Esa fue una descripción exacta y un poco más amable de la que darían los otros humanos. Creo que tuve algo que ver con sus personalidades —se muerde el labio— puedo ser un poco sádica, o así me han llamado algunos de su especie. En cuanto a mis hijos, todo me han enaltecido sin embargo igualmente me han decepcionado, cosa que debo resaltar cuando decido sobre quien poner mi mirada.

Tanatos e Hipnos, son realmente importantes e incluso fueron elegidos por Zeus para transportar el cuerpo de su hijo, el segundo no pudo siquiera mantener su mirada alza cuando el Dios mayor le hablaba además siempre ha querido ser igual a su hermano gemelo que a su vez a vivido siempre a la sombra de Ares y sin poder hacer otra cosa aparte de lo que sus hermanas, las Miras, le ordenan.

Moros es un hombre, que con ayuda femenina de sus hermanas, es capaz de dirigir la vida de todo ser, incluso Zeus debe leer las escrituras para confirmar su suerte sin embargo cuando el Caos volvió a la tierra, fue desplazado perdiendo muchos seguidores; las Keres son mujeres algo sanguinarias por su gusto en bebidas (sangre humana) pero son realmente dulces si se les mantiene lejos de un campo de batalla, fáciles de engatusar a manos de hombre guapos y si mal no recuerdo la mayoría tuvo amores con Apolo.

En el caso de Momo, la personificación del sarcasmo, las burlas y la agudeza irónica, él siempre me fascina con su humor negro y sus chistes sin embargo me decepciono cuando no pudo encontrarle mas defectos a la rubia hueca sino ser parlanchina y llevar sandalias chirriantes, me pareció tan simple y sobre valorado que perdió todas mis preferencias.

Oizis siendo uno de los males del mundo no es más que un espíritu insignificante que causa desgracia, junto a sus hermanos no representa demasiado. Apate fue necesitada por Hera aunque al dejarse engañar rompió mis esperanzas en ella. ¿Cómo es posible que siendo la diosa del engaño se dejase llevar por esa Arpía?

Mi hijo Filotes no es más que un dulce niño que simboliza la ternura y el cariño aunque no lo rija, provoca que los infantes se enamoren por primera vez aunque disfrute de eso no es algo realmente notable. Otra que desde niña ha mostrado pasión por lo que hace es Eris, ella ya no es considerada mi hija pues vocifera ser hermana de Ares (su compañero de andanzas) hija de Zeus y Hera.

Así que para responder finalmente a tu pregunta, de los hijos que me nombraste me siento más orgullosa de Némesis (sanguinaria pero justa, les enseña a los mortales equilibrio y su puesto que con el tiempo muchos han olvidado) y Geras (de su mano solo se salvan los dioses aunque los separa de sus amantes).


—Con su hermano Érebo, personificación de las tinieblas infernales, concibió a Éter, el aire, y a Hémera, la luz del día. ¿No le molesta que su propia hija acabara robándole parte del protagonismo?

Para nada, realmente me ahorra la mitad del trabajo y más: ella asiste a las reuniones oficiales del Olimpo mientras que yo solo me presento a las fiestas, ella es la que cumple las peticiones de los mortales y soporta las jornadas más largas; no desearía que fuese de otra manera, exceptuando claro, su creciente ego que la hace igual o peor que sus hermanos. Por ello culpo a su padre que el enaltecido con frecuentes e innecesarios mimos y alabanzas.
—Cuando Zeus se enfadó con su hijo Hipnos, éste corrió a esconderse bajo su falda y el padre de los dioses incluso renunció a su venganza para no tener que enfrentarla. ¿Realmente es usted tan poderosa?

Ya conoces de mis hijos, todos ellos han sacado algo de mí, sin embargo ninguno me llega a los talones cuando en habilidades “oscuras” se refieren. Existí antes que Zeus y seguramente existiré después de él, los humanos me fortalecen con cada uno de sus pensamientos (ira, odio, penas, orgullo, hipocresía, sed de sangre, desesperación…) que abundan en su raza desdichada.

Y si te das cuentas los rayos no se notan sino en las tormentas nocturnas; el depende de mí noche para que los humanos lo observen y le teman.

—Es una mujer envuelta en un halo de misterio, a veces, incluso oscura y peligrosa. ¿De qué color es en verdad su alma?

Cambiante, en realidad puede llegar a ser desde rojo sangre a negro tranquilizador, ideal para los amantes. Guardando secretos hasta en lo más recóndito o mostrándolos con un azul rey cubierto de brillos.

—Siempre parece tan seria… Tengo una curiosidad: ¿qué o quién es capaz de hacerla reír?

Una conversación con Apolo, ese hombre es tan ególatra que verlo alabarse todo el día no es sino causa de risa y si me encuentro con mi hijo Momo, la burla, no tienes idea los chistes de los que ese narciso y Afrodita (rubia descerebrada) son protagonistas.

—Sabemos bien a qué dedica su tiempo durante la noche pero, ¿duerme alguna vez o sufre de insomnio? ¿Qué hace cuando no está trabajando?

Duermo realmente bien y profundo, al parecer mi cerebro trabaja de manera inversa que la de los humanos, los cuales se despiertan con la luz cuando a mi me da sueño; me dedico a escuchar las historias que me traen mis hijos, voy a las fiestas del Olimpo o me regocijo con los gritos de sufrimiento que provienen de Los Titanes en la prisión.

— ¿Cuál es el defecto que más odia de usted misma?

¿Defectos? ¿Acaso ustedes me has encontrado alguno?

—Se la representa siempre con un velo de niebla negro cubierto de estrellas. ¿Ha pensado alguna vez en cambiar su estilismo? Si tuviera que escoger un color diferente para su ropa, ¿cuál sería?

Si lo he pensado, e incluso un par de veces lo he intentado, pero no siempre funciona bien cuando lo hago todos se desesperan y aunque eso no me moleste los dioses con miedo se pueden quejar mucho, un cambio en mi sugiere cataclismos o el fin del mundo, los humanos son muy susceptibles a mis cambios de imagen.

—Como diosa de la noche, es una aguerrida protectora de los amores prohibidos. ¿Ha vivido alguna vez un romance inconfesable? ¿Se atrevería a revelárnoslo?

No he tenido nada que no pueda confesar pequeña debido a que pocos hombres son dignos de mi presencia además no tengo nada que ocultar, mi marido sabe muy bien que estoy con él porque nos necesitamos para hacer nuestro trabajo como dioses. Existen cosas de nuestro mundo que están dispuestas de cierta manera y cambiarlas sería muy trabajoso.

Algunos guerreros y comandantes espartanos han sido buenos amantes o hasta el propio Ares también me ha dejado satisfecha, él es igual de sanguinario que yo, pero los prefiero más para una pelea que para un amorío.

El dios de la guerra fue a enamorarse de la rubia descerebrada (Afrodita) y Hades esta encaprichado con Perséfone; allí acabaron mis encuentros con dioses.

Estuve relacionada con un hijo de Ares, Cicno de Macedonia, un hombre que se obsesionó tanto con la construcción con calaveras que fue matado por Hércules. No creo que alguien sea lo suficiente notable en esta época para estar a mi lado, Hitler si no hubiese tenido aquel grave complejo de inferioridad hubiese sido una opción… Pero como ya lo he dicho no existen demasiados hombres dignos en la historia y los que han existido son mejores en el campo que en el dormitorio, si es que me entienden.

—Y ya para terminar. ¿Qué tres cosas se llevaría a una isla desierta y por qué?

Una espada, er… creo que eso sería lo más importante pero si igual tuviese que escoger seria unos libros de terror, últimamente me llaman la atención los libros del humano Stephen King, es muy grafico sencillamente encantador diría yo y de último diría que un par de copas de vino de sangre, mi bebida favorita.