Nuestros días de verano.

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Dexolewuz, 16 Agosto 2012.

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    Dexolewuz

    Dexolewuz Iniciado

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    Miembro desde:
    30 Marzo 2012
    Mensajes:
    48
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Nuestros días de verano.
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1565
    Otro fanfic el cual estoy intentando entrar en este foro, aunque les digo que este título lo saqué de improviso y puse lo primero que pensé. Esperando su aceptación para poder dar pronto un segundo capítulo.

    CAPÍTULO I: El Encuentro

    Se encuentra durmiendo en un departamento de Nueva York, por el barrio de Manhattan, un joven cuya vida no esperaba ser tocada por una suerte que él no esperaba. Marcus, conocido por sus amigos de la universidad como "El Dudiota", vivía momentos de soledad, pero como que no le afectaban en mucho.

    - Vaya, mírenme como estoy, solo en mi reino, y recién han comenzado las vacaciones. Debería vivirlo a lo grande, como si nop hubiera un mañana, pero me siento tan cansado, ¿acaso eso sea una señal de que hoy no se acaba el mundo? En cualquier caso, tengo que hacer algo a parte de dormir... Hmmmm.... Hmmmmm......

    Pensaba mientras veía la hora en su despertador, y cada vez que veía como los números cambiaban, más se desesperaba, llevándolo a rechinar sus dientes durante media hora.

    - ¡¿Acaso es tan difícil elegir una actividad para este día soleado?!

    De pronto suena el teléfono de su pequeña cocina, Marcus se pone los lentes, y se dirige a contestar, teniendo apenas un cuerpo formado, y su cabello castaño aun en su lugar (ya sabrán a que me refiero)

    - ¿Aló? Ah, hola compadre, ¿qué pasa?.... Yo, bueno, estaba pensando salir a divertirme, con los planes que ya tenía preparado..... -grandísimo mentiroso-. No, no, sí puedo cancelar esos planes para divertirme con ustedes.... ¿Qué? ¿Qué estaba planeando? Pues es un secreto,.... Por supuesto que no estoy mintiendo.... De acuerdo, no tenía planes, nos vemos allá -cuelga el teléfono.

    Aún llevando puesto la pijama a las una de la tarde, no tarda en hacer todo lo que tenía que haber hecho hace dos horas: se preparó un pequeño almuerzo, ordenó su cuarto, alimentó al pequeño gato naranja del edificio y finalmente, se cambió de ropa.

    - Estoy listo -y sale por la escalera de emergencia-. Sé que debo usar las escaleras del edificio, pero no tengo tiempo para pensarlo.

    No tardo mucho tiempo en llegar a Central Park donde los esperaban sus amigos llevando puestos sus equipos de protección puesto que lo que planeaban era hacer un poco de diversión extrema en patineta, skate y patines.

    - Hola chicos.
    - ¡Pero cuanto te has tardado! -le reprocha su amigo Steve.
    - Lo sé, pero no sabía si venir con mis patines favoritos o mi viejo pero querido skate.
    - ¡Dudiota! -entre todos se los hacen acordar.

    Como notaran la personalidad de Marcus es que siempre demoraba mucho en tomar una decisión, y lo de los lentes y su peinado siempre alocado, sin mencionar que es el más bajito de su clase, todos estas características lo hicieron ganarse ese apodo.

    - ¡Bueno ya basta! -Marcus los hace callar-, no tengo que pensarlo dos veces para darme cuenta de que siempre se están burlando de mí, y creo que esta pequeño reunión de amigos solo es otra forma de humillarme, y que...
    - No, no, no -Steve vuelve a dirigirle la palabra-, no malinterpretes mal las cosas. Además, aún no pensamos burlarnos de ti, así que mejor disfrutemos del día y vayamos a alocarnos.

    Y sin otro segundo que perder fueron a viento veloz por un largo camino en el parque, evitando claro está los obstáculos y a la gente que camina tranquila hasta que ellos llegan y los asustan. Luego de unos veinte minutos de pura activación descansan cerca de unas bancas.

    - Lo juro, jamás, repito, jamás volveré a comer comida mexicana antes de patinar.
    - Pues te lo tienes bien merecido Wallace, el doctor te recomiendo una dieta estricta y hasta ahora no la obedeces.

    Y con esto Wallace, un sujeto de textura muy gruesa sale a buscar un poco de agua dejando a los demás chicos con Marcus.

    - Muy bien, ¿y qué haremos ahora?
    - Estaba pensando, y ya que estamos tomando riesgos -viendo las caras de los demás chicos que sonreían-, creo que sería una buena idea que juguemos a los retos. ¿No es cierto muchachos?

    Los chicos afirman con un grito de aprobación, todos excepto Marcus.

    - No creo que sea una buena idea, me parece un juego para chicas.
    - Vamos no seas cobarde.
    - No lo soy.
    - Entonces tú serás el primero.

    Y antes de que Marcus intentara escapar, dos de sus amigos lo agarran por detrás impidiendo su huida; sin embargo, él no se quiere rendir, pero como ya se encontraba cansado no duro mucho su resistencia.

    - Vale me quedaré, pero no significa que vaya a ser tan estúpido como para que me obliguen a hacer cosas imposibles.
    - Relájate quieres. Además este juego te ayudará mucho -los chicos sueltan a Marcus-. Como verás tienes un problema sobre decidir rápido las cosas, y para esta ocasión, no tendrás que pensarlo dos veces, solo lo harás y punto, ¿entendido?
    - OK
    - Ese es mi Dudiota.
    - ¡Pero déjame de decirme así!

    Entre todos forman un círculo para comenzar así el ritual de los desafíos.

    - Aquí serán retados a hacer cosas que o podrían ayudarlos a superar sus miedos, o caer en un abismo más profundo de sus recuerdos, la decisión se tomará a través de esta cesta de basketball, quien falle en el tiro será el sometido a un reto que será hablado por los demás, ¿entendieron todos?

    Todos afirman, y uno por uno empiezan a hacer sus lanzamientos: en la primera ronda, todos pasan excepto Marcus (reto: meter su mano en un mohoso árbol hueco; la segunda ronda, todos pasan menos Marcus (reto: comer una salchicha pisado por todos los chicos); tercera ronda, el mismo resultado (reto: ser perseguido por los perros de policía); y así sucesivamente luego de 12 rondas, y sin ninguna variación de los hechos, Marcus ya estaba cansado.

    - Muy bien, creo que ya pasé mi límite de humillación. Ustedes se aprovechan de mi estatura.
    - Pero solamente te falta un tiro, luego de eso iremos a comprar unos tacos.

    Un último tiro, y para que no piensen que Marcus era un enano, solo les había dicho que era el menos alto del grupo, en fin, después de una concentración en vano, falla, por lo que le quedaba cumplir un último reto.

    - ¿Listo Marcus?
    - Ya que, ya no tengo orgullo con que perder.
    - Tu reto.... -Marcus lo ve molesto- Con el que todos hemos discutido... -Marcus se muerde accidentalmente el brazo- será... INVITAR A SALIR A ESA CHICA DEL LIBRO EN LA MANO EN EL PUENTE.

    Hay un segundo de silencio, todos ven a Marcus con una cara mostrando que el reto era absurdo.

    - ¿Es en serio?
    - Nunca bromeamos sobre chicas -Marcus quiere darse la media vuelta e irse-. Espera, está una oportunidad única, no tienes que pensarlo y el resultado, sea cual fuese, podrás agradecernos o culparnos a nosotros.

    Marcus se acerca lentamente hacia aquella chica rubia, sus nervios obligándolo a tragar saliva también lo hacía sudar las manos.

    - No lo logrará, ¿verdad?
    - Claro que no, está era la única manera para que fuese.

    Desde la vista de los muchacho ven a Marcus llegar al puente, lo ven que se acerca a pasitos hacia donde la chica rubia, ven que sus labios intercambian palabras, cada acto que hacía el chico sacaba un gran público de risas burlonas de parte de ellos. Finalmente, Macrus regresa con una cara deprimente.

    - Guau, eso fue...
    - ¿Vergonzoso? ¿Deprimente? ¿Estúpido? Elige pronto una palabra.
    - ¡¡¡Íncreible!!! Ella s muy simpática, vive en Broadway, le gustan los animales y la literatura y podré verla de nuevo este miércoles a las cinco en el café.
    - Entonces, si te fue tan bien, porque esa cara tan deprimente.
    - Porque no me dijo en cuál café.


    Aquí termina el primer capítulo, espero que les haya parecido un poco entretenida, pensaré en algo para la continuación, pero por ahora me acharé a dormir. ¡HASTA LUEGI!
     
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