Me encontraba frente al bebe. Lo observaba fijamente, como si mi vida dependiese de eso. De hecho, dependía. Era mi bebe, un niño de solo 2 meses de vida. Lo concibo por la inmadurez y prematura adolescencia. Creo que si mi vida se adelanto en el ámbito sexual, debía adelantarse en el ámbito maternal ¿No? .Es una explicación lógica. No obstante, la vida de su madre, o sea, yo. Iba a acabar. Agarre una soga, esas viejas que uno tiene siempre en la casa para cualquier ocasión que se requiriese. Hice un nudo en el techo gracias a un pequeño fierro que emergía del concreto. Deje caer la cuerda y lance otra mirada al bebe. Este babeaba y se metía sus manitas dentro de la boca como lo hacia todo bebe para poder descubrir aquella sensación que le daba al morder con sus encías recién expuestas a su disposición. No se cuanto tiempo mantuve la vista encima del bebe, creo que fueron como quince minutos o más. Intentaba buscar el motivo para poder quedarme en esta vida y mantenerlo, pero no lo hallaba sinceramente, no encontraba ni un pretexto para aguantar esta existencia llena de dolor que he tenido desde los tres años. Lo deje solo un momento y me dirigí hacia la ventana. Estaba soleado. Si, planeaba suicidarme de día, para que la gente viese desde la ventana mi cuerpo colgando desde el techo y escuchase fácilmente los llantos de mi bebe proclamando algo de atención desde el futuro cuerpo inerte de su madre adolescente. La gente siempre pasaba por la casa o por el frente, echando una ojeada a lo que hacia, a lo que comía, a lo que veía, a lo que tocaba, a todo. ¿acaso alguna vez pedí tanta atención? ¿Sera por el bebe que tengo? Me hubiese gustado la misma atención cuando era pequeña. Creo que siento algo de decepción de mi misma por tomar esta decisión. Si, siento bastante frustración, pero antes de cometer este suicido, creo que dejare que conozcan mi historia. Así por lo menos comprenderán mi calvario y mis motivos... … … …
Me encontraba en mi trabajo nocturno. Si, era prostituta. Tengo alrededor de 17 años, soy menor de edad. Si me pillan de seguro me llevarían a un reformatorio e intentarían salvarme de mi yo sexual adelantado y corrompido. ¿tienen alguna cura para ellos? JAJAJA. No, no la tienen y lo peor de todo es que creen tenerla. Me da asco cuando escucho a la gente que conoce mi labor reprochándome, diciéndome que debería hacer algo mejor con mi vida, que debería no vender mi cuerpo a sujetos extraños, que hay otros métodos para poder ganar dinero, no de la manera fácil como el hecho de ser prostituta. ¿Que les interesa a ellos? No comente si no vive en mis zapatos, eso respondo siempre. Bueno, hoy es otro día, digo... otra noche como todas. Me pongo una falda bien corta y una polera apretada, la cual hace ver mi busto pequeño más notorio. Unas botas que me llegan hasta la rodilla y me amarro el cabello en una coleta. A pesar de todo lo que hago, siempre me cuido. Me baño, tomo anticonceptivos, me peino, tengo ropa decente, no consumo drogas ni tomo trago. Creo que mi cuerpo es el único infectado exteriormente, diría que también mi cabeza. A veces pienso que quizás tengo futuro, pero cuando lo hago inmediatamente veo mi cuerpo, como ahora mismo en el espejo, y noto como tengo moretones y mordiscos, también costras. Sanan, si... pero duelen. Duelen toda la vida, son heridas invisibles. Ya me toca salir, así que mejor me preparo. -Agarro una pulsera de colores brillantes y salgo hacia el local en si. Hay varias compañeras más, unas están atendiendo y otras bailan para sus clientes. Yo simplemente camino hacia ningún lado como siempre, solo espero que alguien llegue y me detenga para así atenderlo toda la noche. Este día al parecer no paso nada por como tres horas, estaba apunto de rendirme cuando justo aparece un renacuajo frente mio. Estaba tiritando y parecía nuevo en estos lugares, algo tan poco común. ¿Que qui- -Me quede callada ya que el otro metió un fajo de billete en mi escote. Aquella acción me dijo todo, ya tenía un cliente. Caminamos de la mano hasta una habitación libre. No había visto bien su rostro, pero tampoco me interesaba. De seguro solo vería su abdomen sudado encima mio, entre mis piernas. Abrí la puerta con lentitud y entre primero soltando su mano, pero este no me soltó. Aquello me pareció curioso así que lance una mirada hacia este. ¿Qué te pasa? -Interpele la acción del otro con relajo. Este solo me miro tímidamente y me soltó seguidamente, sin decir nada. No le di mucha importancia y me aleje hasta la cama. Me baje la falda pausadamente dándole la espalda al otro, así mostrando toda la curvatura de mi trasero, a ver si eso despertaba la excitación del otro. Luego me baje la ropa interior y la lance a un lado jueguetonamente. Sus ojos eran como plato, parecía como si hubiese visto un fantasma, pero de esos que eran completamente horrendos. Me ofendí levemente y me senté en la cama, con las botas puestas. ¿Piensas entrar y hacer algo o debo hacer todo el trabajo yo? -Comencé a levantarme para dirigirme hacia este- Pero te digo que te cobrare extra. N-No... no es necesario -Salto inmediatamente. Yo justamente iba a desajustar el pantalón del contrario, pero este me detuvo con miedo- No soy bueno en esto... -dijo finalmente. ¿Entonces que haces aquí? -Al parecer mi dialogo eran puras preguntas, pero es que en realidad estaba completamente extrañada con este sujeto. En verdad no quiero estar aquí, me trajeron unos amigos... ellos ya están teniendo sexo. -Se rasco la cabeza yo solo ladee la cabeza- Yo en realidad … Lo suponía, era como obvio que un sujeto como este que no estaba acostumbrados a variar en estos sitios iba a actuar así. Comencé a hacerme la sorda. No iba a escuchar a un idiota que no quería tener sexo, después de todo me iba a quitar el dinero que tanto necesitaba. Mejor, se lo lanzare a la cara inmediatamente. No te preocupes, puedes quedarte con el dinero -Exclamo antes de que lo realizara, de hecho ni siquiera había movido mi mano, solo lo había pensado. Parpadee un par de veces. Así no trabaja yo. Este comenzaba a darse la vuelta para retirarse, pero mi voz se alzo sola. ¿¿QUE TE CREES MALDITO IDIOTA?? -Me levante sola y camine hacia este- ¿Acaso me crees tan deprimente que necesito que me regalen dinero? -Agarre el cuello de su camisa a pesar de que era más alto que yo- ¡No necesito tu sucio dinero, maldito! Ni el puto dinero de nadie que sienta compasión de mi. Si no viniste a cogerme, entonces andate a la mierda tu y tu puto dinero. -Lo saque de mi escote y se lo lance a la cara. La consecuencia fue que se desparramara en el aire y cayese lentamente al suelo. El quedo completamente en shock. Me di la vuelta para ir por mi ropa y avisarle a los guardias así retirarían a este cabro chico. Justo me agache para coger las dos prendas y fue ahí cuando sentí las manos del contrario en mis caderas. Los brazos me rodearon completamente, me aprisionaron y no me dejaron salir. … … …
Caí de rodillas y comencé a llorar. No podía recordar sin que mis ojos rompiesen en lamento y agonía. El bebe me acompañaba, pues también se puso a llorar, solo que un poco más agudo. No podía levantarme, las piernas me pesaban del mismo modo como cuando te golpean las rodillas con el palo de una lampara por no hacerle sexo oral a un cliente. Si, ya lo he vivido. Solo que este dolor no era nada producido por algún dolor físico, si no, por un dolor emocional. Era un tormento en el alma. Agarre el borde de la ventana y comencé a levantarme como podía. Las fuerzas eran ausentes ahora mismo, pero tenia que hallar la manera de poder finalizar con lo que tenia que hacer. Matarme. Las rodillas me temblaban al son de que iban estirándose. Luego la espalda me dolía al colocarla derecha. Arrastre los pies y pase por al frente del bebe, este se callo inmediatamente y me miro fijamente a los ojos. Esos ojos... son idénticos a los de su padre. … … … ¿Quieres saber lo que más me gusta de ti, Fiorella? -Me ojeo de pies a cabeza. Como si fuese una modelo o algo así. Me sentí en las nubes, jamas un hombre me había visto de esa manera. Y eso que varios hombres habían pasado sus ojos por encima de mi... también sus manos. ¿Acaso crees que soy fácilmente de encantar? -Niego con la nuca mientras cruzo mis brazos y me encojo de hombros con una simple mueca de desgano. Era una expresión tan fácil de leer, que si el no la hubiese entendido, quizás era un tonto. Tus manos. Son tan finas y delicadas. Parecen de muñeca, frágiles a la vista y al contacto aun más. Cuando las toco parece como si se fuesen a romper con un incauto movimiento al querer acariciarte. ¿Son así? -Se acerco un poco más. Mi respuesta fue alejarme la misma distancia que el se había aproximado- ¿Puedo tocarlas? Eres... sorprendente. -Solté una risa burlesca y me lance contra el pasto. Ignorando todos sus cumplidos, como si nada hubiese entrado a mi oreja. Cerré los ojos mientras apreciaba la brisa que me regalaba la tierra. No se si era más sorprendente la forma en que hablaba el otro o el hecho de que me decía a mi los cumplidos. ¿acaso sabia quien era? De seguro no. Sus padres ricos deben creer que ahora mismo esta en la biblioteca- Oye ¿no deberías irte? ¿Escuchaste acaso lo que te dije? -Arremetió inmediatamente con una pregunta lo que yo le pregunte. Simplemente le atendí colocando mis ojos por encima de su hombro. Respire profundamente y libere mi respuesta en un ligero suspiro. Si. -Mire hacia un lado mientras que volvía a cerrar los ojos. De la nada una sonrisa se le deslumbro en el rostro al otro. Era como si le regalases lo más genial a un niño pequeño. Un regalo que valía por mil navidades. Era tan increíble ese niño, a pesar de ser un chico de familia rica, era bastante humilde y se colocaba feliz por cualquier cosa que yo decía o hacia. ¿Tanto me quería como el decía?- Oye... ¿qué es lo que me ves? ¿Qué es lo que te veo? Que... -Se sentó a mi lado de una forma elegante. Lo cuico no se lo quitaba nadie, eso era lo chistoso de él. Tenia una manera peculiar de comer y hablar. Como si tuviese una papa atorada en la garganta... bueno no tan así, pero era como yo lo molestaba. Encontró mi mirada, aunque mis ojos estuviesen cerrados. Esto obligo a destapar mis orbes. Como si fuese en cámara lenta un beso fue depositado en mis labios desgastados. Sus besos eran como leche condensada y plátano, mi postre favorito. Mis ojos se concentraban en cerrarse y mis labios en dejarse ir por el mimo del otro, que al parecer era su respuesta. Poso su mano en mi cintura con delicadeza que ni siquiera podía sentir la presión ejercida allí, ni el moretón que otro sujeto hizo florecer en casi toda mi cadera y talle. ¡VAMOS FLORE! Que el tiempo no te pase por encima. ¡deja de preguntar y vive la vida! -Extendió los brazos como si fuese un ave enorme. Un águila o algo por el estilo. Parecía tan libre, tan espiritual... como si ni un problema le inundase el corazón. Era soberano de su propia existencia. Esa expresión que mantenía ahora mismo, era completamente hermosa. ¿acaso alguien como yo podría apreciar aquella hermosura? ¿Podía en verdad ser así de libre, como el?. Mantuve mi inspección curiosa sobre la manifestación del otro hacia mi poca credibilidad de las cosas que el me decía. Eres un loco, Estaban... un loco de remate. -Coloque mi mano encima del cabello del otro y revolví de modo similar hacia un niño pequeño. El era un niño pequeño que no era testigo de lo inhumano que puede ser el mismo humano. Esta humana era declarante de eso y su cuerpo también. Sonríe. -Alzo el dedo indice- una sola vez, Flore. No matas a nadie si sonríes, es más, me alegrarías el día. -Coloco sus manos encima del pasto, rodeando mi cuerpo por el frente. Persevero sus ojos en mi hasta que le propinara el tan deseado capricho del otro. Las sonrisas no se me daban bien y era algo molesto tener que sonreír, pero si el me lo pedía... no perdía nada intentándolo. De la ausencia de expresión en mi rostro brillo una diminuta sonrisa, una que ni yo podía percatarme de su existencia aunque era quien expresaba el gesto. El, en cambio, se dio cuenta. Y era más que suficiente. Me abrazo con todas sus fuerzas como si en algún momento uno de los dos iba a desaparecer. Estaba segura que esa era yo, es mi naturaleza. No puedo amar a nadie. Lo aleje y me levante. Tenia interiormente un revoltijo de emociones y sensaciones. Abiertamente esta era la primera vez que sentía un abrazo tan acogedor y cálido, hizo que me espantara. … … …
… … … Vamos bebe, no te angusties. De seguro te encontrara alguien que te aprecie más que yo. -Acaricie la cabeza de este chico. La acaricie como acariciaba la cabeza de Esteban cuando lo quería relajar. Al parecer funciono con el bebe, este se relajo inmediatamente. Hasta creo que me sonrió. Pasee mis ojos por las facciones del pequeño, eran tan iguales a las facciones de Estaban, que podría decir que era una copia de el, solo que más de bebe. Un bebe Esteban ¿no era suficiente el motivo para vivir? No... no era suficiente. Definitivamente no. Lo siento por no ser suficientemente buena, Estaban... te dije que no era buena para ti y jamas lo fui. … … … Y así fue como descubrí que tenía talento para los negocios. -Caminábamos juntos hace un buen rato. Me había escapado del trabajo como por décima vez solo porque al otro se le ocurre pedírmelo. Bueno, que se le hará. Yo solo sonreía y volteaba los ojos, como si le creyese- ¡Oye! Veo esa expresión. No me estas creyendo ¿cierto? Deberías créeme -hizo un puchero tan, pero tan infantil que creo que jamas lo olvidare. Eso si me saco una risotada, varias mejor dicho. Si, si, si. Si te creo ¿que te dice que no? -Mi cara obviamente, estaba completamente muerta de la risa. Aunque cuando lo evitaba, me daba como un tic en la comisura de mi labio en consecuencia no paraba de reírme. Este frunció el ceño y me beso los labios para dejar de escuchar esa risa molesta para el- Eres un hijo de papitos tu... -Dije entre besos por encima de sus labios carnosos que sabian tan dulce. Este llanamente alzo una ceja y me observo detenidamente. Me encontraba la razón, es por eso que no me llevaba la contrario en ese aspecto. Eres... muy sincera. -Cerro sus ojos mientras abrazaba mi cintura lo que hizo que me estremeciera como nunca. Cargue mi mejilla en su hombro para escuchar atentamente lo que el otro iba a soltar- Eso me gusta de ti también. No entiendo como te gusto. Soy prostituta... ¿no te espanta eso? -Exclame en un tono bajo, como si primera vez tuviese vergüenza de tener esa profesión. Flore... si uno en la vida se espantara por la profesión de las personas, muchos, estoy seguro permanecerían solteros toda la vida. -Contesto rápidamente, ni siquiera me dio tiempo para respirar puesto que me robo otro beso de los labios seguidamente fue hacia mi mejilla y termino en mi frente, con un beso bastante tranquilizador. Eso me saco una fugitiva lagrima. … … … Volví la vista hacia la soga. Estaba colgando allí, esperando que yo la utilizara después de todo para algo la había colgado en el techo. Me acerque hacia el objeto y lo agarre delicadamente. De la misma forma lo amarre a mi cuello sin antes haber acercado una silla, la única en la casa. Mire donde el bebe, este me sonreía reiteradas veces mientras movía sus piernas y sus brazos pequeños, agitándolos y revolcándose. Me gustaría estar igual de feliz que el, tomar toda mi vida como si fuese un juego. Dar el botón de reset y empezar todo de nuevo. Aunque cosas como esas eran imposibles y uno tenía que vivir la vida que le toco. Vivirla... y vivirla. Sin hacer nada al respecto. Bueno, ese es mi caso. Solo la viví y no hice nada al respecto con mi situación. Deje que los problemas se fuesen dentro de mi corazón y no los solucione, creo que aun permanece ahí la imagen de mi padrastro encima mio y la grabación en donde mi madre me decía que mejor no me hubiese tenido. Era una desgracia para ella rotundamente. Ahora que lo pienso es cierto cuando dicen que cuando estas apunto de morir repasas toda tu vida y te das cuenta de los errores que cometiste y lo mejor y mas insoportable es que te das cuenta que no hiciste absolutamente nada para evitarlo, nada para seguir adelante, nada para salvar lo que te quedaba de vida, de humanidad, de sentimiento y corazón. Lamentablemente uno se pierde en los problemas, es como si fuera una oscuridad que dolorosamente te va carcomiendo la piel, la carne, los nervios y los huesos. No tiene piedad y te arrasa ferozmente, pero solo te arrasa si tu se lo permites. Y yo se lo permití. Una y mil veces consentí a los problemas para que hiciesen lo que hiciesen, no les di solución alguna porque pensaba que no valían la pena ni un misero momento. Creo que era yo quien no valía la pena para si misma. No me quería, ni me tenia fe. Jamas la tuve y creo que ni ahora podre tenerla. Subí mi pie a la silla y luego el otro. Abrí los ojos llenos de lagrimas y volví a ver a mi bebe mientras sacaba una pistola de mi bolsillo. Si, le voy a disparar. … … …
¿Que le pasa a este idiota que no ha llegado? Si sigo esperando de seguro vendrá un hijo de puta y me va a tomar. -Observaba hacia todos lados, pero nada. Y fue así hasta como la madrugada en donde recibí una llamada del idiota- ¡JA! Hasta que te dignas a llamarme. ¿Acaso tan rápido olvidas a tus novias, ah? -Bromee mientras me sentaba en una silla del local, veía como se acercaban algunos sujetos a mi, pero yo negaba inmediatamente con la mano así que no les quedaba otra que alejarse. Disculpe señorita. Llamo para informar que el usuario de este celular ha tenido un grave accidente y esta en riesgo de perder la vida. Ahora mismo esta yendo hacia el hospital de manera urgente. Lo encontraron en un callejón completamente desangrado producto a varias contusiones recibidas por sujetos que lo asaltaron. ¿Podría usted venir a testificar por el? Resulta que usted es su único contacto en el celular... El corazón se me detuvo por un momento, pensé que me iba a morir allí mismo. Mis manos se volvieron frías y en mi espalda recorrió un rayo cargado de electricidad asesina. No se como me pude levantar sin tambalearme, de hecho me caí al suelo y fui la atención de todos los tipos que se encontraban en mi alrededor. Nadie me ayudo, como esperaba. La mayoría se encontraba atendiendo sus deseos carnales. Pude divisar a lo lejos como el dueño del local me miraba con una sonrisa escalofriante en la boca, unos ojos llenos de complicidad, unos que jamas en mi maldita vida me gustaría ver. Sabia que había sido el y su grupo de matones. No se como me levante, pero lo hice y fui hacia el hospital. Hacia mucho frio ese día, de hecho estaba nevando, la nieve nunca me gusto. Corrí por los pasillos del hospital hasta encontrar la pieza de Estaban, lo hice con dificultad, pero la encontré. Allí estaba él con un respirador mecánico conectado, la mayoría del cuerpo vendado y cubierto. Su rostro por alguna extraña razón estaba intacto, pero su cabeza no. Los doctores corrían de un lado a otro ignorando mi existencia en esa habitación. De hecho entre sin preguntarle a nadie. No debía preguntarle a nadie, debo hacerlo. Es una obligación . Debo estar con el si o si... siempre... pero ahora mismo estaba apunto de morir. Su pulso era tan bajo que la maquina que detectaba sus latidos iba cada vez reduciendo que los mismos doctores lo dejaron de atender porque encontraron que iba a ser innecesario. Me observaron y el líder de los doctores me coloco la mano encima del hombro. No recuerdo que exclamo... creo que era “Despídase”... ¿Despedirme? …. Me dejaron sola en la habitación con Esteban. Este justo abrió los ojos y alzo la mano como pudo indicando que me acercara. Le hice caso, pero estoy segura que mis pies se movieron solos, porque yo... estaba en shock. ¿Te acuerdas cuando te dije que era lo que más me gustaba de ti? -Hablaba con mucha dificultad. Cada silbaba le desgarraba interiormente- Te mentí de cierta manera... también me gustan tus manos, pero más me gustas tu en esencia... todo... de ti.... m..me gusta.... -Las palabras se iban yendo junto con sus últimos pulsos, respiraciones y suspiros- No temas, seguiré aquí.... -Nuevamente se dio fuerza y llevo su dedo hacia mi pecho, apuntando mi corazón- Se fuerte, Flore... nunca te rindas....y recuerda... nos veremos. Y ese fue su último aliento. … … … No paso ni un segundo y toda la habitación quedo iluminada por alguna luz que venia de la naturaleza. Ya no había cuerda, ya no había silla, ya no había oscuridad. Todo estaba ordenado, todo se veía completamente imbuido en una paz germinada para la eternidad. Una paz que se gano por no rendirse y ser fuerte, una paz que Estaban le dio, desde que lo conoció. ¡MAMÁ, MAMÁ! -Escuche los gritos de mi niño de solo 10 años. Corría hacia mi con desesperación. Yo estaba en la cama recién despertándome de un cruel sueño que me dio Morfeo- ¡PAPÁ, PAPÁ! -Salto a la cama como si fuese un conejito pequeño y se coloco entre ambos, mi pareja y yo. El uno y el otro quedamos perplejos ya que nos despertó a los dos, era domingo solíamos dormir hasta tarde. Yo me senté en la cama y me refregué un ojo. ¿Si, amor? -Exclame con voz suave mientras aproximaba mi mano para acariciar la mejilla suave de mi hijo. Este sonrió como nunca. Algo me dio en el corazón, como si un latido se hubiese sobrepuesto al otro. Lentamente parpadee y comencé a escucharlo. ¡Soñé que era adulto y era un gran, gran empresario! -Asintió con rapidez mientras agarraba mi mano y la acariciaba. Luego vio al otro y lo abrazo- ¿Puedo ser un gran empresario, papá? No seré doctor como tu, pero seré un gran empresario y podre ayudar a mucha gente con el dinero que ganare ¿No te parece genial? Yo estaba en completo silencio... como si alguien me hubiese robado el aire con un beso. Cerré mis ojos lentamente mientras que mi pareja tomaba en brazos al menor y se lo cargaba en el hombro para jugar con este. Se alejaron para correr por toda la casa, sus típicos juegos entre ellos dos. Yo me quede en la cama, sin reaccionar. Esteban... -Lo recordé nuevamente. La persona que me saco de esa oscuridad a la cual estaba sumida, una oscuridad que no me iba a dejar libre jamas... fue la única persona que me ayudo sin ni siquiera pedírselo, el humano que hizo que le encontrara un motivo a esta vida. Nunca le pedí nada, pero el me lo dio todo a pesar de siempre rechazarlo al comienzo. Cada acción que hacia, el lo quera saber, me protegió de los males a los cuales yo me exponía. Me tranquilizo cuando pensaba que el me iba a dejar o cuando le comentaba mis pensamientos inestables. Me ayudo a ser estable, a quererme a cuidare mi integridad de mujer... y lo mas importante, me enseño a creer en el amor, a creer en las personas, a ser más humana. Hizo que mi vida hubiese luz, una luz tan pura e inocente que ni yo misma me lo creía. No creía la felicidad que sentía, era imposible que tanta satisfacción de la nada llegase a mi vida. Era un milagro, un lucero que me guió a ser feliz y a resolver mis problemas, aun así cuando el se marcho.... supe aguantarlo y seguir hacia delante porque el estaba en mi corazón y seguirá en mi corazón toda mi vida. Porque el se volvió parte de mi, aunque no este en este mundo, él sigue siendo la maravilla que me salvo de mi pasado, la felicidad que tengo en mi presente y el guía que tengo en mi futuro. Es el hombre que me dio un motivo para vivir a pesar de que el no viva ahora. Dejo un legado... un pequeño Esteban, mi ancla... la razón de mi vida.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------- Ambos bajaron corriendo de una colina mientras se perseguían y sonreían con toda la felicidad que albergaba sus corazones. Era como si ninguno de ellos dos hubiese sonreído o reído en toda su vida. Ahora mismo estaban liberando toda esa pasión y contento. La armonía, la química entre los dos era eterna, nunca se iban a cansar de estar juntos. Era como si hubiesen nacido para estar juntos a pesar de todo. La vida los unió para algo y ese algo, ambos pensaban que iba ser perpetuo. No les molestaba pensar aquello, era imposible que alguno cavilara lo contrario. Se amaban de verdad. Se tomaron las manos y se fueron abrazando mientras corrían con ganas los dos. La calle era interminable, pero ya se acercaba el final. Era una carrera, pero resulta que ambos terminaron victoriosos porque la verdad, ninguno esperaba ganar si no tenia al otro al lado, de la mano, juntos. Se besaron como si hubiese un fin cerca para los dos, aunque era utópico. La pasión que irradiaban entre ellos era pura de verdad. Nadie podía decir lo contrario. El le agarraba del rostro mientras que ella colocaba ambas manos alrededor de su cuello una mas arriba y la otra como el nivel de su brazo. Como estaban corriendo quedaron ambos de lado. No se despegaron en ningún momento, no querían hacerlo porque inevitablemente iban a volver a pegarse, eran el uno para el otro se notaban en las miradas, en los besos, en las caricias, en las palabras, en las sonrisas, en todo. Su amor parecía derrotar todo. ¿Esteban? -Pregunto una voz muy madura, la cual interrumpió el beso inmediatamente. Flore se alejo rápidamente y se coloco a su lado, como si nada hubiese pasado, en una posición recta. Esteban lentamente metió su mano dentro de su bolsillo y ladeo la cabeza para ver de quien se trataba. Era su madre. Esta le observo de manera severa, pidiendo una explicación con la mirada, pero no recibió nada. Solo recibió la voz de Flore. Un gusto, me llamo Fiorella. -Extendió la mano, pero la madre la rechazo y le miro con desdén. Se acerco a su hijo y le jalo del brazo murmurando cosas contra la chica que había recién conocido. Flore solo suspiro y negó con la cabeza. Miro la situación y observo a Estaban, este solo se encogió de hombros mientras también miraba a Flore. Esta sonrió y asintió, entonces se dio media vuelta para retirarse. Caminaba a paso lento, contemplando el piso. Ya no veía que esto iba a tener una próxima, en verdad le dolía, pero no podía hacer nada. Estaba sumida en sus pensamientos y ya se estaba alejando demasiado que ni siquiera veía el departamento del otro. Suspiro largamente y dio unos tres pasos más hasta que escucho por atrás de su espalda unos pasos y unos gritos que proclamaban su nombre. “¡FLORE, FLORE, FLORE!” Esta se dio vuelta rápidamente y lo vio a él, atrás de ella con una sonrisa de bobo, la de siempre. Flore, sonrió de oreja a oreja. ¿Si? ¿Que pasa, Esteban? -Se hizo la desinteresada mientras jugaba con un rulo de su cabello. Este le sonrió y miro hacia otro lado de forma tímida. Vacilo un momento hasta que soltó lo que quería decirle. ¿Me das tu numero de teléfono? -Pregunto sacando una libreta de su bolsillo. ¡SI! -Exclamo con emoción, que rápidamente intento ocultar. Agarro la libreta y anoto su numero, el numero del local y su dirección- Listo... El verifico y volvió a guardar la libreta en su bolsillo sin despegar la vista de la chica. Soltó un suspiro acompañado de una risa. Entonces... ¿nos veremos de nuevo? -Pregunto Esteban con una mueca satisfecha. ¡Claro! Si... digo, nos veremos de nuevo. ¿Lo prometes? Lo prometo. -Comenzó a alejarse mientras reía con una mirada interesante- ¡Nos veremos! ¡Si, nos veremos! -Grito desde su lugar. Flore se dio la media vuelta y siguió caminando hacia su hogar, Esteban hizo lo mismo. Se van a volver a ver toda la vida. Aquello fue una promesa que se hicieron ambos ese día.
Increible... No sé ni como explicarte lo fantastica que me parece tu histaria. A pesar de que es corta y con algunos huecos, la manera en que te guiaste al momento de escribirla fue muy apropiada pues se cuenta lo necesario. Desde los primeros parráfos comence a interesarme más y más por la protagonista, a medida que continué con la lectura mi opinión sobre ella fue: “Si se cuelga sera la patetica más patetica“... Al final resultó una truinfadora... En mi opinión, es muy realista y deja un mensaje que vale la pena tomar. Noté algunas faltas, pero la verdad estaba ta satisfecha con la lectura que no les dí importancía... Cuidate y chao...
Buenas. Estoy muy agradecida de que hayas leido mi historia :3 en especial porque es larga. Me dijeron por ahí que deprime tener que leer harto xD. ¡GRACIAS DE VERDAD! & con respecto a las faltas, yo también me las noto, creo que es en la forma de redacción. Debo mejorarlo ya que deje de escribir hace mucho, pero estare practicando y el proximo me saldra mucho mejor! Nuevamente muchas gracias por leer mi historia!!! :D!