Two-Shot No te vayas brisa cálida; lluvia de otoño [Nagi e Ichirou | Watanabe y Akiyama| Kazuki]

​

¿Qué importaba

si el día terminaba y​

salvaban Hanazawa;​

qué el sol saliera despejado y​

y las nubes alegras oscilando te digieran:

"Hoy es un lindo día para estar viva"?​

¿Qué importaba​

los recuerdos manchados​

de traición y mentiras

cuando un corazón se volvía frío​

y las altas temperaturas sofocaban,​

pero el invierno sonaba a mentira​

y melancolía?




Eran las siete de la tarde y Nagi Watanabe iba de la mano con su hermano Kazuki.
Caminaban tranquilos por el pueblo costero; una suave brisa marítima se escuchaba a lo lejos.

El lugar le gustaba a Watanabe; se parecía a su familia...
... A Kazuki de seguro también le gustaba; parecía estar haciendo buenos amigos en la escuela...

"Lástima que Ichirou no pueda disfrutar de esto"

¿De qué sirve ser una chica independiente si ya no puedo sentir tu calidez a través de la mano, tuya; que me guía?

—Nagi, Nagi ¡Onee-chaaan! — El pequeño rayo de luz tironeaba la camisa de su hermana mayor.

—¿Qué ocurré, Kazuki?

—¡Mira! ¡El mar está hermoso!

La chica dirigió la vista al mar. El paso en desnivel, con ellos en la cima, permitía ver un hermoso paisaje...
Pacífico.

>> ¡Es genial! ¿Algún día podemos ir a nadar? — El chico se abrazó a la cintura de La Mayor y le sonrió de oreja a oreja; su rostro parecía iluminar la seriedad de piedra de la mayor. Una seriedad que siempre tenía cuando caminaba sola por las calles... O cuando estaba cuidando a Kazuki.

—No creo que se pueda —dijo con un deje de duda, una suave mueca en sus labios. Al chico se le apagó el rostro en una cara comicamente drámatica.

>> ¡Ay, Kazuki! ¡No seas llorón! —carcajeó sonriendo ella de oreja a oreja, para después acuclillarse a la altura del niño— ¿Qué te parece si mañana lo consulto con Shiori-chan? — Había agarrado ambas manos pequeñas y ásperas entre las suyas; grandes, suaves y heladas. El bebito hacía un puchero, le respondieron con una sonrisa acomplejada— ¡Vamos, chico! No puedes tener todo de inmediato.

Se irguió de nuevo y siguió caminando...

Kazuki no le siguió...

—¿Te vas a quedar ahí taimado, Kazuki?

Silencio... La chica soltó un suspiro... Aunque le gustaba imitar a Kurosawa... La verdad es que su genio tenía la paciencia de Usui.

>> Okey, te quedarás acá entonces... No te muevas de ahí ¿Vale? Cuando sea de noche vendré a buscarte... Si es que algún yokai no te pilla antes, claro...

A Kazuki se le abrieron los ojos de par en par.

—¿Ha-ha-hablas en serio, Onee-chan? —tartamudeó el pequeño. Miró a su alrededor: un bello paisaje soleado; con flores y árboles en su resplandor por los cerros; un mar calmo con gaviotas danzando sobre él. ¿Cómo diablos iba a cambiar tanto ante la oscuridad de la noche? — Estas bromeando ¿no?

—Ohhh, Kazuki... — La chica le sonrió ladina desde lejos— He visto hasta los peores Yokai... Peores que cualquier pesadilla...

El pequeño corrió rápidamente hasta su hermana; agarrándole la mano fuertemente.

>> Tranquilo chico — Le alborotó el cabello con la otra mano, para después acuclillarse para besar sus hebras oscuras como la noche— Los fantasmas y malos espíritus solo aparecen en la oscuridad.

Kazuki le miró.

—¿En serio?

—Bueno... — Se hizo la pensativa mientras retomaban la marcha— No puedo asegurartelo... Pero yo confiaría en lo que te digo —. Le guiñó un ojo mientras sonreía y levantaba un pulgar; tal cual lo hacía los superheroes que su hermano veía en la tele... O Hiradaira con Akiko

>> Por último; si aparece alguno me llamas y le voy a dar una paliza.

—¡Onee-chan! ¡Tu no puedes hacer eso! ¡No tienes músculos! —exclamó un enfadado, y tal vez ofendido, Kazuki. La niña le sonrió dulce, soltando una leve carcajada.

—Siempre puedo pedirle ayuda a Usui-senpai ¿No?

Al chico le volvieron a brillar los ojos con solo escuchar hablar sobre El Lobo Solitario De Hanazawa.

—¡Hiro-kun es genial!
—Kazuki — Le regañó la mayor.

—Okey, okey; U s u i - s e n p a i —. Se mofó de su hermana con una voz sobreactuada.

A Nagi le hirvió la sangre y se mordió la lengua de víbora para que no le dieran ganas de soltarle un golpetazo en la cabeza al condenado engendro.

—Kazuki; más respeto.

El niño le sacó la lengua.
Y ella se la sacó de vuelta.

—Uyyy, que fea.

La chica sonrió

—Eso que no has visto mi fase final... — Una serpeneante mirada se dirigió al oso con complejo de perro.

—Ohhh.... No....

Y Nagi salió corriendo tras su hermano mientras este arrancaba a su hogar; si no era rápido el monstruo de las cosquillas le alcanzaría.

Y lo alcanzó.

Soltaron carcajadas juntos mientras Nagi apegaba al niño en un cálido abrazo.
El resto del camino fue más tranquilo y con menos discusiones...


Ahora la no tan pequeña Nagi entendía a la perfección el por qué Humiya no dejó a Ichirou e Ichirou no la dejó a ella...

Porque a pesar de que quisiera escapar lejos de todos... No podía dejar sin una mano guía al pequeño de Kazuki.

Era una bendición poder estar un día más con él.
De seguro Kaoru y Shiori pensaban lo mismo.


Era una tarde en el recóndito y tranquilo pueblo de Hanazawa.
Los pájaros cantaban,
y las nubes flotaban:
Los rayos calurosos oscilaban entre todo;
Mientras todos luchaban por seguir viviendo.

Porque siempre era valido seguir luchando por un futuro en el que se viviera mejor.

¿Fue cosa del destino?
¿Fue casualidad?
¿Estaba predicho?



No sé;
Pregúntale a Igor:
A ver si te responde algo coherente. ​